Un debate para facilitar el intercambio entre las múltiples miradas de la población joven

Las sequías e inundaciones que empiezan a provocar el cambio climático, los conflictos crecientes entre las miradas rurales y urbanas sobre la velocidad e intensidad de la transición ecológica, la necesidad de revisar las pautas alimentarias que impone el mercado, la desertificación y los movimientos migratorios… dibujan, junto a muchos otros síntomas, una realidad compleja que necesita de nuevos impulsos, nuevas estrategias didácticas, nuevas políticas públicas…

¿El Pacto Verde Europeo puede hacer frente a la crisis ecológica? ¿Puede la tecnología ayudar en la transición energética? ¿De qué manera?

¿Cómo se percibe el cambio climático entre la juventud? ¿Cuáles acciones se deben de implementar para cambiar el modelo económico y social? ¿La economía circular es una alternativa? ¿Y las cooperativas y la economía social?

El cambio climático y las sequías recurrentes convierten al agua es el factor crítico para la sostenibilidad de las sociedades. En España, el 80% se destina a la agricultura de regadío, 10 puntos más que hace 25 años. ¿Cómo enfrentar el tema del agua y la agricultura?

Considerando, además, que más de dos tercios de los agricultores se jubilarán en los próximos años. ¿Cómo educar a los jóvenes agricultores para que tomen el relevo? ¿Cuáles son los modelos agrarios y ganaderos sostenibles a seguir? ¿Cuáles son las soluciones de proximidad y avances en la cadena de valor alimentaria?

La adaptación a la transición ecológica va a provocar también cambios en el modo de vida y de los hábitos de consumo que deberían asumirse cuanto antes en un proceso de reeducación permanente. Por un lado, la edición genética es ya una práctica habitual de la agroindustria y produce, como resultado, productos muy llamativos en formas y colores. La globalización permite además que esos productos estén presentes en el mercado permanentemente, “fuera de temporada” según planteamientos locales. En paralelo, los productos agrarios ecológicos son variados y heterogéneos, poco atractivos desde el punto de vista estético.

¿En qué medida la juventud asume las nuevas pautas de consumo ecológico? ¿Qué políticas deberían impulsarse para favorecer el cambio de mentalidades?

Son muchas las preguntas y también muchas las respuestas que las generaciones actuales están obligadas a debatir y contrastar. Pero son los más jóvenes los que están llamados a ejercer el protagonismo y el liderazgo de los tiempos que vienen.

Es por ello, que nos ha parecido esencial organizar este debate en el que el protagonismo recaiga en los que sean menores de 35 años con el propósito de que sea abordado desde perspectivas plurales e innovadoras y facilite un diálogo entre los diferentes entornos rurales y urbanos en los que habitamos. Un debate al que convocamos a agricultores y agricultoras, asociaciones ecologistas, cooperativas, expertos y expertas, y la juventud de cualquier perfil.


Además, sobre este mismo tema hemos desarrollado una encuesta de 14 preguntas. Contestarla puede llevar alrededor de 15 minutos y da derecho a conocer los resultados. 

El Instituto de Química-Física Rocasolano del CSIC, la Vicepresidencia adjunta de Cultura Científica del CSIC y el Ministerio de Ciencia e Innovación, lanzó el proyecto RAP conciencia, una iniciativa dirigida a gente joven para crear y grabar temas de rap sobre una base instrumental. Ahora, el próximo sábado 26 de noviembre se celebrará un concierto en el Teatro Fernando Rojas del Círculo de Bellas Artes, en el que actuará El Chojín como intérprete y maestro de ceremonias.

El Chojín (Wikipedia).

Este concierto es el resultado del trabajo desarrollado por jóvenes que se han esforzado por difundira ciencia a través de sus creaciones de rap. Y en su trabajo se ha valorado la composición musical y también el ingenio, el vocabulario, la creatividad y su capacidad para que la investigación científica adquiera el reconocimiento social que merece.

Según información del CSIC “Los autores y autoras de las tres mejores letras participarán junto con De la Lastra y Arché en la composición de un tema que se grabará en un videoclip dirigido por Carlos Solís (I+DFilms). El jurado, compuesto por los dos raperos y las investigadoras del IQFR-CSIC Beatriz González Pérez y Lourdes Infantes, valorará que la composición siga la base musical establecida, el vocabulario empleado, la creatividad e ingenio de la letra, así como la veracidad de la información transmitida y el mensaje de las letras”.

El objetivo ha sido utilizar este medio de comunicación juvenil para que a través de las letras puedan hablar de científicos y científicas, de personas que trabajan en la investigación y cuyos inventos son de la máxima utilidad para toda la sociedad. Sin ciencia no hay futuro ni bienestar. Y a través del rap cada cual defiende una aportación científica si menospreciar las demás.

La Joven Orquesta de Estudiantes y Colegios Mayores (JOECOM) dirigida por Teresa Lufuluabo  se encargará de la orquestación musical de algunas canciones del rapero, así como de los temas ganadores del concurso y otras piezas de los raperos De la Lastra y Arché.

De forma paralela al concierto RAP conciencia, se ha  lanzado también el concurso de vídeos para estudiantes #RAPconCIENCIAvídeos, que se abrirá el 26 de noviembre (día del concierto) y finalizará el próximo 15 de diciembre. Las bases de este concurso pueden consultarse aquí.

La idea es que cualquier joven que tenga entre 11 y 17 años pueda realizar hasta un máximo de tres vídeos que aborden cualquier aspecto relacionado con la ciencia y la tecnología. Los formatos serán de libre elección de quienes participen y la duración de cada video será de entre un minuto y minuto medio. Las redes sociales, así como el correo electrónico del CSIC (divulga@csic.es) serán los medios para participar. Y entre los premios se encuentra una visita al Sincrotrón ALBA en Barcelona, así como un cómic de la expedición de Balmis, El mar recordará nuestros nombres, sobre la historia de la primera campaña de vacunación global.

Las personas responsables de la organización de esta iniciativa son Lourdes Infantes  y Beatriz González Pérez del Departamento de Cristalografía y Biología Estructural Instituto de Química Física Rocasolano, CSIC, los raperos Lorenzo Pose Díez de La Lastra (De la Lastra) y Rafael García Díaz (Arché), Carlos Solís Escribano de I+D Films como director de Producción.

El concierto se podrá seguir también a través del canal de Youtube CSIC Divulga.

 

Un jovencísimo equipo de estudiantes españoles ha ganado la 16 edición del Desafío Aeroespacial Estudiantil, un concurso dirigido a estudiantes de grado, máster y doctorado de universidades europeas organizado por la Agencia Espacial Europea.

El equipo, denominado ICSpace que ha ganado el primer premio este año, ha estado formado por cuatro estudiantes de ingeniería de España, muy jóvenes (19 años) y que estudian en el Imperial College de Londres. Han ido pasando las cuatro fases eliminatorias hasta llegar a la gran final celebrada en el Museo del Aire y del Espacio en París. Su trabajo ha consistido en el diseño de un vehículo suborbital capaz de consumir mucho menos combustible y abaratar costes.

Con ellos conversamos hoy en Espacio Público.

En primer lugar, os damos la enhorabuena. Es siempre muy gratificante ver éxitos importantes obtenidos en la investigación científica por personas tan jóvenes.

Somos cuatro estudiantes de Ingeniería aeronáutica y aeroespacial en Imperial College en Londres: Paula Gutiérrez Cascales, Joel Tomas Pimentel, Adrien Venot Marco y Kirill Surkov. Joel, Paula y yo, somos españoles y Kirill es ruso con residencia permanente en España desde los 8 años. Acabamos de acabar segundo año de carrera. Todos hemos estudiado la ESO y bachillerato en España antes de irnos a la universidad en Inglaterra.

Al acabar primero de carrera decidimos que queríamos hacer algo fuera de las clases que nos aportara experiencia y conocimientos y encontramos este concurso; el Student Aerospace Challenge organizado por la ESA, ACE (Astronaute Club Européen), Musée de l’air et de l’espace en Paris le Bourget, Ariane Groupe y Dassault Aviation. El tema principal del concurso era vehículos suborbitales, es decir que alcanzan una altitud superior a los 100  km y vehículos hipersónicos, que superan la velocidad del sonido para el transporte de personas. El concurso está destinado a estudiantes universitarios, incluyendo a estudiantes de máster o doctorado, siendo nosotros el equipo más joven, cuenta Adrien.

Hemos conseguido obtener el primer premio, el ESA Grand Prix, que tenía como recompensa una beca de la Agencia Espacial Europea ESA para participar en International Student Education Board ISEB, un programa en el cual cada agencia espacial, entre las cuales NASA, JAXA, CSA y otras, selecciona entre 5 y 10 estudiantes para participar en diversos eventos y una invitación de la Agencia Espacial Europea para presentar nuestro proyecto en la International Astronautical Conference IAC 2022 organizado en París este año. Esto nos dio la oportunidad de conectar con multitud de estudiantes de diversas agencias espaciales pero sobre todo con empresas y trabajadores del sector aeroespacial como el director general de la ESA, o el astronauta Pedro Duque entre muchos otros, nos dice Paula.

Paula Gutiérrez Cascales, Pedro Duque, primer astronauta español y exministro de Ciencia e Innovación, y Joel Tomas Pimentel.

¿Y qué características especiales tiene este vehículo espacial?

Intervienen aquí el resto del equipo para explicarnos que:

Hemos diseñado un vehículo suborbital, cuyo fin es llegar a 100 km de altura (línea de Karman, la cual se considera el límite del espacio) para estar entre 5 y 10 minutos sin gravedad, y seguidamente regresar a la atmósfera, todo sin entrar en órbita. Nuestro vehículo sería capaz de despegar y aterrizar horizontalmente como un avión y además sería capaz de hacerlo en casi todas las pistas de aeropuertos internacionales como por ejemplo en todas las pistas de Madrid Barajas, Charles de Gaulle en París o Heathrow en Londres entre muchos otros.

La idea principal es reducir la resistencia al aire durante la subida vertical del vehículo (tramo en el que más combustible se gasta) haciendo uso del innovador concepto de Busemann, una configuración geométrica cuyas alas tienen forma triangular y que es capaz de prácticamente eliminar la resistencia con el aire debido a la anulación de las ondas de choque supersónicas en las alas.

Hemos sido capaces de usar este concepto y aplicarlo a la realidad ya que el concepto tenía un problema elemental que es su incapacidad para crear sustentación (Lift) por lo que era incapaz de volar en condiciones subsónicas (menor que la velocidad del sonido).

© del diseño a ICSpace del Student Aerospace Challenge

La finalidad de nuestro diseño es abaratar el coste de las misiones de vehículos suborbitales para progresivamente hacerlas accesibles a todo el mundo, reduciendo el gasto principalmente de combustible gracias a una aerodinámica mejorada.

Y continúan explicando el uso al que puede estar destinado este vehículo aeroespacial:

El vehículo tiene diversas aplicaciones:

– El uso principal del diseño del avión es el mismo para el que fue diseñado en la competición, es decir un vuelo suborbital que llega hasta el espacio a una altitud de 100 km sobre la tierra y vuelve a aterrizar en la superficie, el cual tendría un enfoque turístico (tal y como hacen Virgin Galactic o Blue Origin).

– Aparte de eso, adaptando este diseño y construyendo sobre las tecnologías que hemos desarrollado para el mismo, se podría usar también en vuelos suborbitales para transportar carga al espacio como satélites o llevar equipaje a estaciones espaciales, reduciendo enormemente el coste tanto económico como de tiempo requerido para ello ya que se prescinde de la costosa y lenta tarea de ensamblar y usar cohetes verticales.

– Otra de las aplicaciones de un diseño adaptado a partir de este concepto es el vuelo supersónico para transportar tanto equipaje como personas rápidamente, replicando los usos del Concorde pero utilizando mucho menos combustible (lo que es de vital importancia ya que el alto consumo de combustible del Concorde fue una de sus principales causas de retiro).

– Finalmente, como todo avance de la aeronáutica o del espacio podría tener aplicaciones militares.

Joel Tomas Pimentel, Adrien Venot Marco, David Parker, director for Human and Robotic Exploration en la ESA, Paula Gutiérrez Cascales y Kirill Surkov.

Los aviones son emisores de gases de efecto invernadero y el tráfico aéreo es uno de los mayores causantes de la contaminación. ¿Os han movido razones de sostenibilidad para diseñar un vehículo capaz de consumir menos combustible?

Sin lugar a duda uno de los mayores focos de desarrollo actual del sector aeronáutico se concentra en intentar reducir el consumo de los aviones. El sector de mayor investigación para reducir las emisiones de gases es el desarrollo de nuevos métodos de propulsión, de ahí los diferentes proyectos de aviones eléctricos o de hidrógeno como el AirbusZero. Sin embargo existen esencialmente dos métodos para reducir el consumo de combustible, uno se basa en mejorar la propulsión, y el otro en mejorar la aerodinámica. Es por eso que en los coches de Fórmula 1 la aerodinámica es uno de los componentes más esenciales que marca la diferencia entre unos coches u otros. Sin embargo, bajo nuestro punto de vista, los aviones comerciales y cohetes no han cambiado mucho su diseño en los últimos 50 años, de ahí nuestro interés en buscar soluciones innovadoras para mejorar la aerodinámica y así reducir las emisiones y también los costes.

 ¿Quiénes pensáis que  pueden ser las empresas o instituciones más interesadas en este tipo de vehículos: turismo, aviones militares?

Cualquier empresa que trate de ofrecer servicios de transporte aéreo y/o espacial (tanto de personas como de mercancías) puede estar interesada en el proyecto, ya que el diseño del avión a la vez permite alcanzar velocidades extremadamente altas en el aire, llegar al espacio sin perder partes como lo hace un cohete, abaratando gastos, pero también haciendo posible realizar vuelos muy seguidos sin tener que esperar meses como pasa en la actualidad. Además, permite gastar menos combustible que otros aviones supersónicos, reducir el sonido de estos y despegar y aterrizar en muchos aeropuertos internacionales sin ninguna complicación adicional, responde Kirill.

Estudiáis en Londres, en una universidad británica de investigación que es pública. ¿Tenéis facilidades y medios para desarrollar vuestro trabajo  investigación?

Estamos estudiando en Imperial College en Londres, una universidad con mucho prestigio tanto en Inglaterra como en el Reino Unido (sexta universidad del mundo en el QS World ranking). En efecto, Imperial College es una universidad pública británica, pese al precio de matriculación de 9250 libras al año (para ciudadanos británicos o europeos que comenzaron a residir en el Reino Unido antes del Brexit), aunque este precio es una tarifa estándar para todas las universidad pública inglesas. Sin embargo, esta cantidad puede ser financiada al completo por el estado inglés y devuelta por el estudiante al finalizar la carrera cuando se empieza a cotizar a través de préstamos estudiantiles con condiciones muy favorables. En nuestro departamento de aeronáutica en Imperial College, tenemos mucha suerte ya que tenemos muchos medios y facilidades a nuestra disposición entre los cuales:

– Tres simuladores de vuelo.

Fotografias cedidas por Imperial College

 

Fotografias cedidas por Imperial College

– Ocho túneles del viento que miden hasta 20m de largo y alcanzan una velocidad de hasta Mach 9 (9 veces la velocidad del sonido) para simular las condiciones tanto de vuelo como para vehículos como Fórmula 1.

– Varias cámaras de vacío para simular las condiciones del espacio.

– Un canal hidrodinámico para hacer tests aerodinámicos dentro del agua.

Además de los equipos físicos tenemos numerosos recursos digitales, como una página online donde podemos acceder a 346 softwares específicos para ingeniería lo que nos permite poder comparar siempre nuestros resultados mediante diferentes simuladores y tener mucha información a nuestra mano. Así mismo tenemos una biblioteca abierta 24h al día todos los días, incluido fines de semana y festivos.

Además, Imperial College destaca por su enorme interés en el desarrollo de proyectos estudiantiles, ya que los considera clave tanto como para que los alumnos consoliden los conocimientos aprendidos así como para que ganen experiencia y estén mejor preparados para el mundo laboral/creación de empresas. Frutos de esto son los más de 200 clubes que desarrollan una enorme variedad de proyectos desde cohetes, drones y un coche de fórmula 1 a administrar un pequeño fondo de inversión. También, Imperial trata de impulsar otros proyectos externos (como fue nuestro caso), por lo que el apoyo de los profesores en dudas técnicas o consejos siempre es muy accesible o solicitar acceso a instalaciones o material de investigación más avanzado (como superordenadores en caso de necesitar).

En general, se podría decir que como toda universidad pública en Inglaterra, estudiar en Imperial es caro, sin embargo, se hace un uso excelente de ese dinero aportando incluso más recursos de los que muchas veces se necesitan para desarrollar todo tipo de proyectos durante tus estudios en la institución, cuenta Paula.

Por último, ¿Creéis  que en España hay muchos obstáculos o pocos medios para desarrollar un trabajo tan necesario como es el de la investigación científica?   

España tiene todos los ingredientes necesarios para ser una cuna mundial de la investigación y la innovación. En general los españoles en el campo científico y tecnológicos son muy buenos en lo que hacen, por experiencia propia, tanto antiguos alumnos como profesores de nuestra universidad dicen que los españoles que acceden a ella están muy bien preparados y rinden por encima de la media, igual que todos hemos oído que algún español siempre anda metido en el desarrollo de la última novedosa tecnología. También, la calidad de vida y clima de nuestro país nos hace especialmente atractivos no solo para que los propios españoles prefiramos, si fuera posibles, quedarnos, pero también para los extranjeros. Y por último, por lo menos en el sector aeronáutico y espacial, no es que España esté retrasada con sus contrapartidas europeas, la realidad está lejos de eso; muchas empresas como Airbus, en Sevilla y Madrid, o las instalaciones de la ESA y la NASA en nuestro país nos dotan de un tejido industrial y científico avanzado que puede funcionar como la cabeza del sector y arropar muchísimas oportunidades de creación de empresas e investigación.

Creemos que el problema en España no es que haya obstáculos para la investigación sino más bien la falta de medios debido a una baja inversión en I+D+i necesaria tanto de entidades públicas como de empresas privadas, y la necesidad de aumentar los recursos de las universidades públicas.

Nosotros en nuestra vida universitaria sí que hemos notado algunas diferencias de España frente a otros países; varios de nosotros, que tratábamos de realizar prácticas este verano, siendo españoles, naturalmente hemos tratado de encontrar alguna en nuestro país, sin embargo, tras cientos de mails y la mayoría de respuestas siendo “no realizamos prácticas de verano”, hace que los que hemos hecho prácticas de verano las acabásemos haciendo en otros países como Reino Unido o Suiza. Además, en muchos casos, la remuneración económica es nula o bajísima si la hubiera (que se entiende que estas prácticas son para ganar experiencia, no dinero, pero por ejemplo, tener que trasladarse a una nueva ciudad a hacer las prácticas sin tener ninguna ayuda económica para hacerlo no siempre es posible). Otra cosa que hemos constatado por ejemplo es que mientras que en el Reino Unido tenemos acceso a lugares de estudio 24 horas, incluidos festivos, las bibliotecas, por ejemplo de Madrid, tienen horarios reducidos, muchas cierran fines de semana y muy aforo limitado.

Una idea que creemos que tendría mucho futuro en España que se da en muchos países extranjeros y potencia enormemente las capacidades de innovación y desarrollo es la presencia de campus científicos deslocalizados. Ejemplos de este son el Harwell Campus situado entre Londres y Oxford en el Reino Unido o el EPFL Innovation Park en Lausana. Estos centros de investigación, al estar por así decirlo “en el medio de la nada” disfrutan de precios muy baratos en cuanto a alquileres, viviendas etc. y gracias a transportes eficaces se conectan con grandes urbes como Londres y Ginebra desde las cuales muchos investigadores y estudiantes pueden ir rápidamente a estos a trabajar. En los ejemplos que hemos puesto, en ambos casos, estos campus están dando muy buenos resultados, y son en países sin líneas férreas de alta velocidad (por encima de 300 km/h). Así que solo imagine el potencial que podrían tener centros así situados en una parada en plena línea AVE.

Estos son solo algunos ejemplos con los que creemos que podrían mejorar la investigación científica en España, dicen Joel y Paula.

NOTA: Todas las fotografías de este reportaje han sido cedidas a Espacio Público por ICSpace el equipo ganador de esta 16 edición del Student Aerospace Challenge.

Tanto el movimiento cooperativista como la juventud se enfrentan en nuestro tiempo a importantes, múltiples y diversos retos. Sin embargo, la buena noticia es que algunos de esos retos se podrían llegar a solventar, de forma al menos suficiente, si se produjera una alianza entre el movimiento cooperativista y la juventud. Y entre los retos que se podrían abordar con dicha alianza caben ser destacados, al menos, cuatro -dos del movimiento cooperativista y dos de la juventud-.

En primer lugar, el movimiento cooperativista se enfrenta a un reto generacional. Si mañana diéramos una charla sobre startups en cualquier universidad de España nos encontraríamos que la sala se queda pequeña. Sin embargo, si la diéramos sobre cooperativas y otras entidades de economía social y solidaria (sociedades laborales, empresas de inserción, etc.) con suerte llegaríamos a veinte o treinta personas. Desde el cooperativismo y la economía social y solidaria todavía no hemos logrado que la juventud vea nuestro sector empresarial como un espacio atractivo para desarrollar su carrera profesional. Y ello está produciendo un importante reto generacional. Como señaló Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social, en el 10º aniversario de la Ley de Economía Social: “tenemos un reto muy importante: involucrar a las personas jóvenes para preparar el necesario cambio generacional”. En esta misma línea, y en el mismo acto, Juan Antonio Pedreño, presidente de CEPES (patronal de la economía social española), apuntó: “tenemos un gran reto con los jóvenes: queremos que vean a la economía social como una posibilidad sólida para construir su futuro laboral”.

En segundo lugar, el movimiento cooperativista se enfrenta también al reto de que muchas empresas del sector se están viendo obligadas a contratar a personas con capacidad técnica, pero sin capacidad cooperativista. Ello está generando inconvenientes no menores para las dinámicas y desarrollo de las propias entidades de este sector empresarial. En este sentido, y como tenía bien claro José María Arizmendiarrieta, fundador del grupo cooperativo Mondragón: “las empresas las hacen los hombres [y mujeres]: hombres [y mujeres] con capacidad técnica y moral”. Y para lograr esa capacidad moral/cooperativista no es pues suficiente la educación técnica, sino que es necesaria una educación empresarial cooperativista.

En tercer lugar, la juventud que se enmarca ideológicamente en el espacio progresista no sólo desea encontrar un empleo digno, sino también un empleo acorde con sus valores. Por desgracia, buena parte de la juventud progresista se ve obligada a trabajar en empresas que tienen unos valores lejanos, e incluso contrarios, a los que defienden en su vida personal y política. Con ello, no sólo aportan todo su trabajo y talento al crecimiento de empresas capitalistas, sino que también su verdadera vida suele comenzar tras su jornada laboral. Es pues necesario facilitar a la juventud progresista el acceso a puestos de trabajo dignos y acordes con sus valores en cooperativas y entidades de la economía social y solidaria, al igual que las escuelas de negocios facilitan el acceso a puestos de trabajo en empresas capitalistas.

Y, en cuarto y último lugar, la juventud tiene por delante un futuro marcado por la crisis ecológica -climática, energética y de recursos-, la cual puede llegar a poner en entredicho el propio concepto de progreso. Y ante dicha crisis, pero también ante el aumento de las desigualdades sociales, la persistencia de las desigualdades de género y el creciente poder de las grandes empresas capitalistas, es urgente construir y escalar un modelo empresarial democrático, local y que respete los derechos humanos, el bienestar animal, los límites del planeta y la viabilidad de la comunidad política. Y, a este respecto, son precisamente las cooperativas y entidades de economía social y solidaria las empresas que, con todos sus desafíos e incoherencias aún por resolver, más cerca se encuentran de ese modelo empresarial que necesitamos.

Una escuela para fomentar la alianza entre el cooperativismo y la juventud

Entre las distintas iniciativas que buscan fomentar la alianza entre el movimiento cooperativista y la juventud para dar respuesta a los retos mencionados, cabe ser destacada la Escuela de Activismo Económico. La Escuela, que está dirigida a la juventud de entre 18 y 35 años, es un espacio de formación práctica en cooperativismo y economía social y solidaria, y una puerta de entrada al mercado laboral de este modelo empresarial.

En la actualidad, cuenta con dos sedes: Madrid, donde la Escuela es organizada por Ecooo, y Barcelona, donde es desarrollada por LabCoop. Y, a falta de conocer la nueva edición de Barcelona, la 4ª edición de la sede de Madrid dará comienzo a principios de octubre con la siguiente propuesta de formación y empleo.

En relación con la formación, en la sede de Madrid se desarrollará un programa de formación que tendrá una duración de un curso, será presencial, gratuito, y tendrá un carácter esencialmente práctico (metodología learning by doing), aunque sin olvidar la parte teórica. Tras un destacado evento de bienvenida (que tendrá lugar el jueves 29 de septiembre), el programa comenzará en octubre con las sesiones de formación inicial, y continuará con el activismo dentro de una de las cooperativas sin ánimo de lucro de la Escuela. El activismo a lo largo del curso se complementará con sesiones de formación mensuales de diferentes temáticas, así como con otras actividades (ej. recomendaciones de materiales sobre cooperativismo y economía social y solidaria, recomendaciones de asistencia a eventos destacados, visitas a entidades, etc.). Actualmente, las cooperativas sin ánimo de lucro de la Escuela donde se llevará a cabo el activismo por parte del alumnado son: el Mercado Social de Madrid, Som Energia, La Corriente, La Osa, SuperCoop, Fiare y Coop57.

Y, en lo que respecta al empleo, desde la sede de Madrid se va a poner en marcha una suerte de bolsa de empleo. La Escuela facilitará al alumnado las ofertas de empleo existentes en cooperativas y entidades de economía social y solidaria de la Comunidad de Madrid. La facilitación de dichas ofertas comenzará a mitad del programa de formación (para que dé tiempo a adquirir un mínimo de capacidad cooperativista), y el alumnado que finalice el conjunto del programa será incluido de manera permanente en la bolsa de empleo. Para el desarrollo de esta bolsa de empleo la Escuela ha llegado a acuerdos con las tres principales redes de economía social y solidaria de la Comunidad de Madrid: FECOMA, AMEI y el Mercado Social de Madrid.

En estos momentos, ya hay apuntados/as más de 70 jóvenes en la 4ª edición de la Escuela, lo cual muestra el potencial existente para este tipo de iniciativas que buscan fomentar el encuentro entre el movimiento cooperativista y la juventud.

Si quieres conocer más información y/o inscribirte en la Escuela de Activismo Económico, entra en: https://escueladeactivismoeconomico.org/

Del 16 de junio al 18 de julio en el Teatro Galileo tendrá lugar la primera edición del Festival Sala Joven, una cita que reúne once propuestas de creadores y creadoras menores de 35 años. El objetivo es que el público de hoy conozca a quienes serán protagonistas del teatro del futuro.

Los jóvenes toman la palabra en este Festival para hablar de feminismo, memoria, identidad o revisitar clásicos como La Gaviota o El Coloquio de los perros.

La actriz y dramaturga Karina Garantivá es la directora de esta muestra que pretende convertirse en un puente entre el público, la industria teatral y la creación más joven.

Compañía Mujer en obras. Fotografía de Luz Soria

“Los espectáculos que se incluyen en esta edición son solo una pequeña parte de todos los proyectos que están produciendo los creadores y creadoras jóvenes en Madrid, tenemos una auténtica explosión creativa que necesita impulso y reconocimiento para consolidarse”, explica Garantivá.

Títulos como Ahora que nos dejan hablar, Hoy es el día o Ese toro que no veíamos son un grito que pone sobre las tablas la invisibilidad que experimentan los jóvenes y la urgencia de llevar a los escenarios los temas y problemas que les preocupan.

«Creo que este Festival va a servir para desmontar algunos mitos sobre el teatro que interesa a la juventud. Existe el tópico de que en el teatro joven el texto no se valora porque les importa más el espectáculo en sí, nada más lejos de la realidad, la ambición de escribir textos teatrales, de revisar el pasado, de tocar los grandes temas y dialogar con los clásicos está presente en las nuevas generaciones. Así lo demuestran los trabajos de Olga Mínguez, Alberto Fonseca, Esther Berzal o Adrián Perea. Lo que sí tienen los días contados son los compartimentos estancos de la creación, la generación millenial del teatro se mueve con libertad entre todos géneros y disciplinas del teatro. Pasan de actuar a dirigir o de diseñar a producir con bastante naturalidad”, continúa diciendo Karina Garantivá.

La gaviota o los hijos. Fotografía de Jorge Rico

El Festival Sala Joven es una muestra plural que desmonta los mitos que intentan colectivizar a la juventud, cada persona joven es única y así lo demuestran estas obras en las que se incluyen espectáculos de todos los géneros y estilos. Uno de los estrenos más esperados será el de Victoria viene a cenar, de Olga Mínguez, que narra el encuentro de Clara Campoamor y Victoria Kent la noche anterior a la aprobación del sufragio femenino.

Pablo Quijano, clausurará el Festival con una versión libre del clásico de Chejov La Gaviota, junto a la artista malagueña La Dani y a la Compañía Traspasarte con su distopía Furbytale.

“Otro mito extendido es que las plataformas digitales acabarían con el interés de la juventud por el teatro, esto no se sostiene, los eventos en vivo son fundamentales para ellos, lo que si está claro es que estos nuevos formatos sirven para complementar la experiencia de asistir al teatro y las compañías cada vez reúnen más competencias para ofrecer contenidos complementarios para compartir principalmente a través de internet, afirma, por último la directora de la Muestra.

Más información:

https://galileoteatro.es/

https://www.teatrourgente.com/

info@teatrourgente.com

¿Por qué un artículo sobre BadBunny? Porque actualmente es una de las expresiones culturales más populares de nuestra sociedad.

El arte popular actual es una mezcla de moda, imagen y música. No solo la música, por lo tanto. Una canción que cuenta con videoclip tendrá muchas posibilidades más de obtener un número mayor de reproducciones. El tipo de arte que más gente sigue es una conjugación de un vídeo en el que hay muchas imágenes que cambian cada pocos segundos (el ejemplo más claro de esto son los videoclips de El mal querer que realizó la productora Kanada para Rosalía, sobre todo la canción de Malamente) y en el que la moda no solo viste a los que intervienen en el videoclip, sino que configura una escenografía propia que determina el contexto en el que ocurre. La moda, por lo tanto, aparece no solo en la ropa, sino en todos los elementos que lo componen. La riqueza conceptual de este tipo de arte suele aparecer en la moda y las imágenes. La música, aunque suene paradójico, es más un acompañamiento. Los jóvenes que escuchan a BadBunny seguramente se ven más influenciados por su forma de vestir y todo lo que aparece en sus videoclips que por la letra de sus canciones.

¿Por qué un artículo sobre BadBunny? Porque actualmente es una de las expresiones culturales más populares de nuestra sociedad. No solo su música, sino todo él. Podríamos detenernos a hablar sobre cómo hoy en día un artista no es solo su obra, sino también la forma en que se expone al público: declaraciones, stories, imágenes de Instagram. Me he dado cuenta de que, en los últimos días, los comentaristas de su nuevo disco (si es que tiene algún sentido hablar de disco en la actualidad; yo creo que no, que valdría más hablar de trabajo, y por decir algo, ya que no existe una palabra que describa la nueva forma que tienen los músicos de presentar sus canciones: las cuelgan una detrás de otra en su cuenta de youtube: ¿es esto un disco?) han estado de acuerdo en presentar a BadBunny como alguien que ha injertado conciencia de género en el reggaetón (algunas de sus gafas de diseñoson lilas). Esto es cierto, pero, desde mi punto de vista, no es lo más interesante de sus nuevas canciones.

Hay dos elementos que me han llamado la atención y ambos tienen que ver con la forma en que consumimos cultura y que están representados en la música del puertorriqueño. Son la ironía y la disociación. Ambos conceptos representados en la manifestación artística más representativa de nuestros gustos culturales: el videoclip. Elegiré una canción: “La difícil”. En el momento en el que escribo este artículo lleva ya 19 millones de reproducciones. Recomiendo escucharla y verla (las canciones, ahora, se ven).

La imagen y la música parecen ir en direcciones opuestas, pero, igualmente, no podemos evitar que nuestra mente las interprete al mismo tiempo. Esto es perturbador. Como una película en la que estamos contemplando una escena de terror y violencia y la música que la acompaña es ridícula, como de serie de humor en formato de veinte minutos. La chaqueta metálica con la música de Friends. Es aquí donde ocurre la disociación: nuestras orejas y nuestros ojos captan cosas distintas al mismo tiempo. Esto, si se piensa bien, es algo muy extraño. Entonces, lo que vemos y escuchamos es lo siguiente: una canción que habla sobre una chica a la que todo el mundo desea y que quiere acostarse con el cantante de la canción (¿es Bad Bunny? Ahora veremos que no), pero que, en realidad, pues eso, se hace la difícil.

Ahora estamos viendo el videoclip y lo que vemos no tiene nada que ver con lo que se dice en la canción. Asistimos a la vida de una modelo. Tiene una hija, a la que quiere y con la que no se lo podría pasar mejor. Trabaja de modelo en muchos eventos. Su vida es melancólica. Se nos muestra la forma en que está sexualizada: baila en un cásting y uno de los hombres encargados de darle el visto bueno se la mira de arriba abajo. Vemos una fila de modelos y luego (las imágenes relampaguean las unas detrás de las otras) una fila de cabezas de maniquíes con peluca. No es tanto lo que son esas mujeres, como lo que la industria de la música hace con ellas. Vemos que se está grabando un videoclip (todo lo meta es representativo de nuestra cultura) y que Bad Bunny está presente en el rodaje. Se felicita con los contoneos de la artista, se ríe como una hiena. Lo que vemos es a Bad Bunny cantando una canción al mismo tiempo que se interpreta a sí mismo (aquí viene la ironía: toma de distancia respecto a la propia posición, vernos como si fuéramos otros).

Creo que la canción que escuchamos se corresponde con este segundo videoclip (el que representa que están grabando dentro del videoclip) y no con el primero. Es una crítica a su propia forma de hacer música, a la estética imperante que reduce a las mujeres a maniquíes. Quien canta es el otro, el personaje de este videoclip, que a su vez es él mismo, ya que es capaz de reconocerse. Pero más allá de esto, revela que nuestra forma de comportarnos respecto al arte consiste en dividir nuestros sentidos (que ya no captan un mensaje unificado) y en sentir que podemos vernos a nosotros mismos como quien mira a otra persona. Extraña cultura barroca.