Conversación con Justyną Tomczak-Boczko
Actriz, profesora de idiomas y de español y traductora, Justyna Tomczak-Boczko, autora del monólogo “Toda la vida con un chándal puesto” que habla de su vida con un niño discapacitado. En la actualidad está preparando el doctorado en Lingüística en la Universidad Adam Mickiewicz en la ciudad de Poznan, donde reside. Habla un español perfecto y hoy nos ha permitido conversar con ella para hablar de las recientes movilizaciones feministas y de la situación de las mujeres en Polonia.
EC: En primer lugar, muchas gracias por permitirnos esta conversación. La primera pregunta es casi obligada ¿De dónde le viene su interés por el español?
J T-B: Empezó en mi adolescencia con algunas lecturas. Luego estuve en España, pero sobre todo me apasiona México donde también viví y trabajé en el teatro.
EC: Es usted actriz, profesora y fundó el Teatro Y.
J T-B: Sí pero eso fue antes. Ahora estoy dedicada a mis hijos. Cuando me preguntan quién soy lo primero que digo es que soy madre porque ser madre es mi vida. Soy madre de un niño que tiene ahora 9 años y padece una grave discapacidad, tiene parálisis cerebral. Eso me ocupa casi todo el tiempo, solo puedo hacer cosas cuando él está en la escuela. No puedo concentrarme, toda mi atención es para él. Además tengo una hija de 13 años, que participa también en las protestas feministas (nos dice con una amplia sonrisa).
Cuando nació mi hijo mi vida cambió totalmente, ni siquiera duermes tal como querías. Por eso me involucré más en las luchas. Ahí empezó mi compromiso. Porque el PiS, me gusta cómo suena en español [dice entre risas. PiS es el acrónimo de las siglas en polaco del Partido que está en el Gobierno, Prawo i Sprawiedliwość], me hizo ver la importancia de cómo influyen las medidas políticas en nuestras vidas. Antes sí que hacía cosas, pero con este Gobierno, además de todas las cosas con las que no estaba de acuerdo, me uní a las protestas en el Parlamento de padres y madres de hijos discapacitados. Los trataron muy mal en el Parlamento. El PiS decía que esta gente apesta, sus diputados decían en las entrevistas que son una epidemia. Me encambroné mucho y organicé por Facebook las protestas en Poznan, cada domingo. La respuesta fue muy grande. Una buena consecuencia fue que los medios de comunicación empezaron a hablar también de las personas discapacitadas.
El PiS sigue sin proporcionar ninguna ayuda, no ha cambiado su política. Pero una de estas mujeres que protestaba con nosotras es ahora diputada, Iwona Hartwich, y está haciendo muchas cosas en el Parlamento. Ella no es del PiS, desde luego.
EC: En noviembre hubo multitudinarias manifestaciones de mujeres que se han repetido ahora. Denunciaban entonces un proyecto de ley que en la práctica suponía la prohibición del aborto y que ahora ya es ley vigente. La ley polaca permitía abortar en tres supuestos: por malformación del feto, si la vida de la madre corre peligro o en caso de violación. Pero un grupo de 119 diputados, encabezados por el partido Ley y Justicia (PiS), presentó en 2019 una demanda ante el Tribunal Constitucional cuya sentencia se ha conocido ahora. Solo se puede interrumpir el embarazo si es producto de una violación o incesto y cuando la vida de la madre corra peligro. Se ha eliminado el supuesto de la malformación del feto. ¿Cómo están viviendo esta situación?
J T-B: La indignación es muy grande y las mujeres nos estamos movilizando. Con esta Ley ya no se permite el aborto en casos de malformaciones, ni siquiera cuando son tan graves que las posibilidades de que el bebé muera después de nacer son del 100%. Esta limitación afecta a más del 90% de los abortos que se realizan en Polonia. Yo como lingüista presto mucha atención al lenguaje. Y ahora, por ejemplo, hablan del aborto eugenésico. Y desde los años noventa tenemos una construcción lingüista para no hablar de feto: “la vida engendrada”. Es una propaganda que tiene muchos años. No se habla con términos científicos sino ideológicos, religiosos.
A mí en Facebook me acusan de querer matar a mi hijo: “así que tú quieres matar a tu hijo”. Es terrible.
La sentencia del Tribunal Constitucional dice que el aborto eugenésico no está conforme a la Constitución que establece “el derecho a la vida”.
EC: Las manifestaciones también han puesto en duda la independencia del Tribunal Constitucional. ¿Hay independencia judicial?
J T-B: No hay independencia judicial y hubo muchos fallos jurídicos en la constitución del Tribunal Constitucional. Por ejemplo, se eligió a los nuevos miembros cuando los que estaban aún no habían terminado su mandato. Por eso también mucha gente protestó en la calle. Elegían a los suyos. Promulgaron una ley para jubilar a los jueces a los 65 años y a las mujeres a los 60. Porque querían quitar a la jueza del Tribunal Supremo Malgorzata Gersdorf. Usaban trucos para poner a los suyos y controlar políticamente este órgano.
Para cambiar la Constitución necesitan una mayoría parlamentaria que no tienen. Da miedo pensar lo que pueden hacer si tuvieran mayoría.
EC: Polonia ha sido tradicionalmente un país católico, con una gran influencia de la Iglesia Católica ¿contribuye esto a la política actual del Gobierno de Polonia respecto a las mujeres y a las personas LGTBI+?
J T-B: La situación de las personas no-heteronormativas ha empeorado muchísimo en los últimos años. Y en gran medida se ha debido a los ataques de los obispos. En una misa un arzobispo dijo en el sermón que antes teníamos la epidemia de los bolcheviques y ahora tenemos la de los arcoíris. Y de esta forma, mucha gente que se identifica con esta idea se sintió con derecho, no a criticar que eso está bien, sino a ofender, a humillar. Es una guerra. La Iglesia Católica y los políticos del PiS apoyaron a este arzobispo.
Uno de estos políticos llegó a decir que no son personas normales, que no tienen derechos humanos. Y después de decir esto lo nombraron ministro de Educación. Hubo muchas protestas de estudiantes y académicos en contra de este ministro. Recientemente ha declarado que el primer objetivo después de la pandemia será combatir la obesidad en los niños, y sobre todo de las niñas. El PiS no ha permitido dar fondos para la psiquiatría infantil. Niños que incluso han intentado suicidarse están en los pasillos de los hospitales porque no hay habitaciones para ellos. Rechazaron una ley según la cual se destinarían 80 millones para los departamentos psiquiátricos para los niños o niñas, pero habla de combatirla obesidad, sobre todo de las niñas.
Volviendo a las personas no heteronormativas, en el sur y el este de Polonia se llegó incluso a establecer zonas libres de LGBTI. Fueron decisiones de las Juntas que gobiernan las ciudades de esa zona. La Unión Europea empezó a cortar la financiación de estos municipios pero el PiS comenzó a proporcionales más dinero, a darles todo el apoyo.
Las personas mayores, mas influidas por la religión, pegaron incluso a personas del arcoíris, a chicos que llevaban el pelo teñido o atuendos que no les gustaban. Dos niñas también fueron agredidas en mi ciudad que es una de las más liberales. Creció mucho la agresividad. Estamos viviendo en dos mundos.
EC: ¿Cómo han sido las movilizaciones de las mujeres en Polonia, qué movimientos existen? ¿Pueden desarrollar libremente su actividad?
J T-B: “Huelga de mujeres” es una organización que ha crecido mucho. Empezó a funcionar en 2016 cuando hubo la primera ola de las protestas de las mujeres. Fue cuando entró en el Parlamento una propuesta de ley para prohibir totalmente el aborto. Ha sido la única vez que el PiS tuvo que abandonar un proyecto de ley. Las ciudades estuvieron bloqueadas por miles y miles de mujeres. Lo llamamos el “Viernes negro” porque era viernes y todo el mundo iba con paraguas, que aquí son generalmente negros. Era una multitud enorme.
El primer día después de la sentencia del TC ha habido 410 protestas en 410 ciudades en toda Polonia. Movilizaciones con mucha constancia, cada semana una, siempre en sitios públicos, con debates, etc. Así se empezó a ser visibles en los pueblos. Y así ha ido creciendo este movimiento. En mi pueblo natal, por ejemplo, que tiene 8.000 habitantes se manifestaron 1.000 personas en contra de la sentencia del Tribunal Constitucional.
Hubo algunas mujeres mayores que se pusieron delante de las iglesias para defenderlas porque se habían creído las calumnias del PiS, que decía que las mujeres queríamos destruir las iglesias. Pero el movimiento ha sido muy importante.
Todavía no tengo información sobre lo que se hará el 8M. Estamos en medio de la pandemia pero el movimiento de las mujeres ha crecido mucho. Y ahora la sentencia del Tribunal Constitucional ya es firme y está publicada. Es una Ley. Seguro que habrá protestas importantes.
Con la pandemia la gente lleva mascarillas pero es muy difícil mantener la distancia. En los pueblos se hacen círculos en el suelo para que haya solo una persona en cada uno y así se pueda mantener la distancia debida. Pero en las grandes ciudades es muy difícil hacerlo.
Además, la policía lo que hace es rodear a la gente y sacar una por una a cada persona y las van identificando. En Varsovia es más agresiva, se porta de forma mucho más brutal. Hace pocas semanas le rompió el brazo a una adolescente, tuvieron que operarla. Un niño de 14 años fue detenido en su casa porque había publicado en FB la protesta de su pueblo. Los policías dicen que hacen su trabajo y no pasa nada. Hay muchos testimonios también de su brutalidad. A las personas detenidas las llevan a comisarías que están muy lejanas para que no puedan llegar los abogados. Así pasan 12 horas sin tener contacto con sus abogados o familiares. Son represalias psíquicas muy fuertes.
Hace poco la abuela Katarzyna Augustyniak, conocida como la abuela Kasia, activista mayor y enferma, la llevaron entre cinco policías a una comisaría, la desnudaron, no le dieron agua para que tomara sus medicinas, que necesita porque es diabética.
Pero las mujeres nos hemos organizado muy bien. Hay una organización feminista Kolektyw Szpila que organiza el apoyo de abogados por si hay detenciones, con números de teléfono a los que llamar. También hay una Red de aborto que pasa información para ayudar a mujeres que tienen que desplazarse a Holanda u otros países. Hay muchas mujeres que tenían ya acordado el borto por malformaciones y de un día para otro los médicos ya no pueden practicarlos.
Es muy bonito ver cómo las mujeres podemos organizarnos.
EC: ¿Hay solidaridad entre las mujeres y las personas que tienen otra orientación sexual, transexuales…?
J T-B: Sí, es la primera vez que han salido a la calle los adolescentes y estudiantes. El 80 y 90% de las protestas en Poznan eran de jóvenes.
Son muy creativos, se ven símbolos como las banderas arcoíris. Y se unen a la lucha de las mujeres porque saben que tenemos que apoyarnos. Eso ha hecho que las protestas de este año son distintas a las de otros años.
Inventaron un lema, algo así como “Que les follen a los PiS”, y se ponen estrellas en todas partes. Todo el mundo sabe que eso significa “que le follen al PIS”. Tiene ingenio y también mucho humor. Esto es muy importante. Muy importante para el futuro.
EC: ¿Cree que pueden encontrar apoyo en la Unión Europea para que el Gobierno de Polonia respete los derechos de las mujeres, los derechos humanos?
J T-B: Tengo esperanza pero soy pesimista. No sé si tenemos fuerza suficiente para cambiar las políticas del gobierno actual. Nuestros gobernantes lo único que quieren es mantenerse en el poder, ganar las próximas elecciones. Polonia está muy dividida en cuanto a los votos, el PiS tiene en algunos pueblos del este y del sur hasta el 80% de apoyo.
Las únicas medidas que podrían influirles algo son las financieras. Pero por ahora no tengo claro que se vaya a hacer.
EC: Ha sido muy interesante. Muchas gracias por habernos dedicado su tiempo.
NOTA: Agradecemos a Justyna que nos haya autorizado a reproducir fotografías de su archivo personal.