¿Es la música cosa de hombres?

Conversación de Lourdes Lucía con Marisa Manchado Torres

Marisa Manchado Torres no es sólo compositora de música clásica y profesora. Es también un referente indiscutible en la musicología.  Infatigable en su preocupación por difundir la casi nula visibilidad de las mujeres en la música, en 1998 realizó la edición del libro Música y mujeres. Género y poder, una compilación de textos y ensayos con el feminismo como elemento de estudio dentro del campo de la musicología, una obra que se ha convertido en un clásico y en un estudio imprescindible para todas aquellas personas interesadas en la historia de la música, en el papel de las mujeres en la cultura y en el feminismo en general.

Más de 20 años después de la publicación de este ensayo, la editorial Ménades lo ha recuperado y actualizado.

Con la excusa de este libro hoy hablamos con Marisa Manchado Torres de música y mujeres.

Marisa Manchado Torres © IgnacioEvangelista

EC: Han pasado 20 años desde que este libro fue publicado por primera vez. Además del prólogo de Ángel Medina Álvarez, ¿Cuáles son las novedades más importantes de esta nueva edición?

MM: Ya solamente el prólogo del Catedrático Medina es suficientemente novedoso e importante para esta nueva edición, pero además la encuesta a las compositoras (mis colegas) ha sido actualizada, es decir ellas mismas han puesto al día (2019) sus respuestas, algunas han coincidido con lo que dijeron hace 20 años y ahora, y otras han actualizado, explayándose en ocasiones, pero se mantienen ambas para observar si ha habido o no diferencias sustanciales. Es interesante, porque constatamos que no ha habido tantos cambios.

Además, yo misma me he permitido introducir un artículo nuevo, sobre musicología y feminismo, el estado de la cuestión, que he titulado Declaración de intenciones: hacia una musicología feminista” y que aparece justo detrás del prólogo a esta nueva edición (incluimos también el prólogo a la primera edición en 1998). Es decir, hay una perspectiva histórica de los 21 años transcurridos en nuestro país.

Aparte, todas las colaboradoras han tenido la posibilidad de actualizar sus escritos y subsanar erratas de la edición anterior, que por cierto llevaba fuera de catálogo años y esta nueva edición ha llegado como agua caída del cielo, creo que pronto empezarán con la segunda edición de esta nueva.

EC: Hace unos años afirmabas en una entrevista que “La gran mayoría de mujeres dedicadas a la música ha sido silenciada por el sistema patriarcal. Entendí que teníamos una importante cuenta pendiente con la Historia”. ¿Ha cambiado algo en estos 20 años?

MM: Pues lamentablemente No. Las programaciones de los conciertos, siguen silenciándolas. Las historias de la música, también. Los conservatorios, ¡naturalmente!, no han incluido en sus programaciones el repertorio ¡inmenso y soberbio! de las mujeres a lo largo de la Historia, y la universidad, más de lo mismo; finalmente, un organismo público y dedicado a la música académica como es Radio Clásica, de Radio Nacional de España, se centra en el canon y no ve, ni va, ni escucha, ni oye, más allá; como ejemplo, todavía estoy esperando respuesta de su director (al cual escribí hace casi dos años) proponiéndole retomar el programa icónico “Mujeres en la Música”, al cual Amelia Díe dedica un capítulo en el libro. Y abundando en la gravedad del tema y en especial de los organismos públicos, algunos, que dependen directamente del Ministerio de Cultura, es decir del Estado Español, incumplen sistemáticamente la Ley de Igualdad…y nadie hace nada… por más que las asociaciones protesten o profesionales individualmente lo hagamos. En este caso concreto me pregunto ¿Qué hace el observatorio de Igualdad de Género en el ámbito de la Cultura?

En cualquier caso mi reflexión es, que esto sucede en nuestro sector profesional, porque no existe un tejido social lo suficientemente amplio y compacto como para exigir el cumplimiento de la Ley de Igualdad, es un sector con poco movimiento asociativo y muy pobre desde el punto de vista de las reivindicaciones.

EC: Joaquina Labajo habla en su capítulo del libro de la educación musical femenina, ¿Cuando hablamos de mujeres, está reservada esta educación a las familias acomodadas?

MM: En el caso del siglo XIX pues parece que sí, Labajo realiza un estupendo estudio al respecto.

EC: “Como ejemplo, y tal y como veremos más adelante, se pueden referir dos casos del siglo XIX: el mal no estaba en que Fanny Mendelssohn Hensel compusiera música, sino en que ganase dinero con ella; el mal no estaba en que Clara Schumann fuese una muy apreciada concertista, estaba en que pretendiese dedicarse a la actividad abstracta e intelectualizada y, por lo tanto, masculinizada, de la composición”, dice Teresa Cascudo cuando habla de musicología y feminismo. ¿Por qué se nos ha negado a las mujeres  históricamente la capacidad de creación intelectual?

MM: Las mujeres hemos sido el segundo sexo, como Beauvoir muy bien apellidó: hemos dependido de nuestro padre, nuestro hermano, nuestro marido y si no, de nuestro tío o del varón que más cerca estuviera, ¡y todo ello legislado! Este régimen de dependencia y esclavitud emocional (a veces también física) y desde luego intelectual, conllevaba una prohibición expresa de independencia económica, de autonomía financiera, por eso escandaliza que Fanny Mendelssohn quiera “profesionalizarse” y en el caso de Clara, que mantenía económicamente a un marido enfermo (Robert Schumann) y a sus 7 hijas e hijos, el “genio” es él, el marido Robert Schumann, aunque ella dirija sus obras, las interprete al piano por toda Europa y las corrija para las ediciones impresas; pero componer (y ella compuso mucho y bien) “es cosa de hombres”, componer es la actividad superior de un músico, especialmente en el Romanticismo, es estar en contacto con lo divino, con Dios, y ya se sabe que Dios es Hombre. En el caso de Clara y Robert disponemos de sus diarios en común, que son un documento de valor incalculable, pues en ellos constatamos las dificultades personales (emocionales) de Clara cuando componía, lamentándose muchas veces de pretender algo vedado a las mujeres, cito la más famosa:

«Alguna vez creí que tenía talento creativo, pero he renunciado a esta idea; una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así que ¿por qué podría esperarlo yo?»

EC: Más adelante, Amelia Die Goyanes nos recuerda algunos casos como el de Alma Schindler, esposa de Mahler, quien le prohibió expresamente componer a su esposa o el de Anna María Scarlatti, hermana de Alessandro, que sufrió graves problemas por ser compositora. Pero la mayoría de las músicas han permanecido en el anonimato. Como mucho a las mujeres se le ha atribuido un tipo de música como las nanas, cantos plañideros y otras composiciones relacionadas con el papel que siempre se les ha atribuido a las mujeres: madres, esposas… ¿Es la música un vehículo de transmisión de ideologías?

MM: Esta pregunta me parece magnífica, me obliga a reflexionar, porque un lenguaje absolutamente abstracto, sin significado concreto de ningún tipo ¿de qué manera transmite ideología? Quizá por las funciones a las que esta expresión se adscribe, por los ritos a los que se asocia: por eso las nanas o las plañideras, nacimiento y muerte, lo irrenunciablemente terrenal, es femenino… y las misas de coronación o grandes oratorios litúrgicos, son mayoritariamente masculinos, como las óperas, el espectáculo total por excelencia.

EC: Carmen Cecilia habla de las compositoras en América Latina y Alicia Valdés específicamente en Cuba. ¿Es muy diferente su situación a la que han tenido y tienen en España?

MM: Bueno, el Patriarcado creo que es un sistema generalizado de construcción social, aquí, en el planeta Tierra… Cuba, por lo que yo he visto y vivido, ha hecho un intento de construcción de la igualdad entre razas, mujeres y hombres, clases sociales… pero eso, intento…

No, no creo que haya grandes diferencias, en todo caso nosotras ahora tenemos una estupenda Ley de Igualdad, que por cierto habrá que mejorar en el sentido de obligar a su cumplimiento en todos los ámbitos sociales, obligar a la Paridad, tal y como está redactada es fácil caer en la ambigüedad.

EC: En otros capítulos del libro Pilar Ramos analiza el protagonismo que alcanzaron las mujeres en el teatro musical del Siglo de Oro, en el que solían interpretar papeles de hombre, y Josemi Lorenzo Arribas trata de las ausencias y presencias de las mujeres en la historia de la música. Ana Vega Toscano traza un breve recorrido histórico de las compositoras españolas, comenzando por las juglaresas árabes.

Lamentablemente todo esto es casi desconocido por la mayoría de la gente. ¿No debería formar parte de la educación general la historia de las mujeres en la música?

MM: ¡Naturalmente! Pero volvemos a lo mismo, sin leyes que obliguen a rescatar a la mitad de la Humanidad del Silencio y del Olvido creo que va a ser muy complicado, largo y difícil.

EC: Ángeles Sancho Velázquez nos recuerda a la Salomé de Strauss y el mito de la mujer fatal, ¿cuál es el papel que generalmente representan las mujeres en las óperas?

MM: El tema de las protagonistas femeninas de las óperas es lo suficientemente rico y amplio que ocuparía varias tesis doctorales, de hecho alguna ya hay, fuera de España. Dicho en breve, las mujeres en el repertorio operístico o son tontas o son mártires, o son locas o son “fatales”, no encuentras una mujer autónoma, responsable e inteligente… salvo en autoras feministas, por supuesto, o excepciones gloriosas en el Barroco y el Clasicismo.

EC: Por último, la asociación Clásicas y Modernas, en colaboración con la Fundación SGAE Mujeres en la Música y Mujeres Creadoras de Música en España, publicó el año pasado el estudio ¿Dónde están las mujeres en la música sinfónica? Los datos que refleja este ensayo son estremecedores: solo el 1% de las obras programadas por las orquestas sinfónicas españolas en la temporada 2016-2017 corresponden a mujeres. Y en el caso de obras de autoría española el porcentaje es del 2%. Y en este periodo sólo el 5% de los directores de orquesta son mujeres. ¿Hay algún estudio similar sobre el papel que juegan las mujeres en la música moderna: industria musical, composición, festivales, etcétera?

MM: Supongo, que por música moderna te refieres a la música popular, pues precisamente AMCE (Asociación Mujeres Creadoras de Música en España) que aglutina a compositoras sinfónicas y modernas, ha participado en el estudio que mencionas y además, el próximo jueves 13 de febrero, presentará una exposición (fotografías y vídeos) con los testimonios de muchas de estas protagonistas en el Centro Cultural Conde Duque, en su Biblioteca Musical.

Será por la tarde y confío en que asistan muchas de estas creadoras con sus testimonios, que a menudo son bastante escandalosos; todo es mucho más descarado que en los medios profesionales de la música académica, donde como ya he dicho las mujeres a lo largo de la Historia, ni siquiera existimos, seguimos sin referentes femeninos, seguimos enseñando composición a nuestras alumnas bajo el canon exclusivamente masculino y así es difícil que ellas quieran seguir adelante con la profesión, eso por un lado, y por el otro las compositoras, en la actualidad, seguimos siendo la excepción… que confirma la regla.

https://www.marisamanchadotorres.com/

El próximo 30 de marzo a las 19.00 horas este libro será presentado en la Sala Gayarre, del Teatro Real, en un acto en el que intervendrán Begoña Lolo, Catedrática de la UAM y Académica de Bellas Artes de San Fernando, Juan Ángel Vela del Campo, crítico musical y colaborador de El País y Amelia Valcárcel, Catedrática de la UNED, Consejera de Estado.