Goya. Dibujos. «Solo la voluntad me sobra»
Museo Nacional del Prado. Madrid 20/11/2019 - 16/02/2020
Y en esto llegó Goya.
Justo a los doscientos años de la apertura del Museo del Prado y como colofón de los actos de conmemoración de la efemérides: GOYA, el maestro que vivió la creación del Museo de las Colecciones Reales, que habría de ser Museo Nacional y la institución posiblemente de mayor prestigio y reconocimiento internacional de nuestro “goyesco” país.
No se sabe si el pintor pudo asistir a la apertura del museo, aunque desde el principio los retratos ecuestres del rey Carlos IV y su esposa la reina María Luisa colgaron de las paredes del edificio de Villanueva.
Hoy ciento treinta y tres pinturas y medio millar de dibujos conforman el patrimonio de obras del pintor que posee el museo. De hecho, podemos afirmar que entre la Plaza de Neptuno y la Glorieta de Carlos V de Madrid se encuentra la más extensa colección de obras del Genio de Fuendetodos.
Desde el 20 de Noviembre de 2019, en la zona de exposiciones temporales, se exhiben 325 dibujos de Goya, de los cuales 80 proceden de préstamos de museos y colecciones particulares.
Dividida en secciones y temas, se necesitarán una gran voluntad, tiempo y fortaleza para ver con detenimiento este “testimonio del testimonio” del gran pintor y escritor que fue, y siempre será, Don Francisco de Goya y Lucientes.
Cronológicamente la exposición se divide en 15 secciones, correspondientes a los comienzos del artista, los distintos cuadernos (A,B, C, F, E, D G y H), dibujos en cartas a Martín Zapater (amigo de la infancia), Sueños, Caprichos, Desastres de la Guerra, Tauromaquia y Disparates.
Si cronológicamente la exposición es interesante, por temas no queda a la zaga. Así podemos hacernos a la idea de la valentía y grandeza del personaje por dar testimonio, sin ambages, de la periferia de una sociedad cuyos desechos humanos, comportamientos pacatos, supersticiosos y con excesiva frecuencia desbocados, no son más que un reflejo de las excrecencias sociales de una nación enferma de desigualdad, con sus desastrosas consecuencias. Retratos, Tópicos Goyescos (Majas, Brujas y Toros), Multitud, Violencia, Violencia contra la mujer, “Acostumbrados a mirarlas solo como nacidas para nuestro placer” y Vejez: este inventario que nos retrata, por sí mismo, la intensidad de lo que se pone delante de nuestros ojos sin ningún tipo de censura.
En carta a Joaquín María Ferrer en diciembre de 1985, desde el exilio en Burdeos, finaliza Goya con una frase intensa y reveladora: “Agradézcame usted mucho estas malas letras, porque ni vista, ni pulso, ni pluma, ni tintero, todo me falta, y SOLO LA VOLUNTAD ME SOBRA”.
En conversación entre los dos comisarios de la exposición, José Manuel Matilla y Manuela Mena, en un vídeo introductorio a la misma, Matilla comenta: “Estoy seguro de que alguien que entre en el Museo del Prado y vea la exposición, cuando salga por la puerta va a ser una persona distinta”. Por experiencia propia les puedo asegurar lo acertado del comentario.
Una vez más el Prado hace gala de su “savoir faire”como custodio y expositor.
Que todos celebremos los primeros 200 años de la Institución y los que han de venir.
Exposición ‘Surrealista’, de Lee Miller
La Térmica.
Avenida de Los Guindos 48, Málaga.
Del 14 de noviembre de 2019 hasta el 26 de febrero de 2020.
Lee Miller Penrose (Nueva York 1907, East Susex, Inglaterra, 1977) por encima de todo fue una extraordinaria fotógrafa surrealista. Con algunas circunstancias profesionales que podríamos considerar similares a las de Dora Maar, esta fotógrafa polifacética -trabajó para Vogue como modelo y posteriormente como corresponsal en la Segunda Guerra Mundial (en el Reina Sofía de Madrid hay en su colección una foto tomada por ella de civiles y soldados estadounidenses en el Campo de Buchenwald, Alemania)- se convirtió en una de las figuras más reconocidas y admiradas de la fotografía del Siglo XX.
Su vida fue todo menos mediocre, al igual que su obra. Mujer de una inusitada belleza sufrió de muy pequeña una violación que, sin duda, la marcó para el resto de su vida. Así y todo su enorme creatividad y talento la llevó a ser asistente de ManRay hasta el punto de que alguna de las fotografías de la época de colaboración entre ellos fueron, en realidad, creaciones de la misma Lee.
Paul Eluard, Miró, Cocteau y Picasso formaban parte del círculo de amigos de su época parisina. De hecho en la película “La sangre de un poeta” de Cocteau ella interpretaba a una estatua que cobraba vida.
Cuando Pablo Picasso conoció a Lee Miller quedó profundamente impresionado por la belleza y personalidad de la fotógrafa hasta el punto de pintar seis retratos de la misma. La amistad continuó ya que la pareja de Miller, y futuro marido, Robert Penrose, estableció una estrecha y fiel amistad con el pintor malagueño. Penrose fue quien se movió para que el mural Guernica, una vez terminada la exposición de Paris de 1937, viajara al Reino Unido en 1938.
Miller y Robert Penrose jugaron un importante papel en el desarrollo del movimiento surrealista británico. La mayor parte de los artistas que integraron las filas del movimiento surrealista colaboraron con ambos.
Durante la etapa de corresponsal durante la Segunda Guerra Mundial las imágenes que enviaba Miller tenían una mirada especial entre certera y provocadora, una mirada propia surrealista. Nada más surrealista que una guerra, que los totalitarismos.
Terminada la guerra regresa a su trabajo, siempre con esa mezcla de surrealismo y humor como en los retratos de Max Ernst, Henry Moore y Dorothea Tanning, artista de la que parte de su obra ha sido exhibida recientemente en el Museo Reina Sofía de Madrid .
Una exposición de una de las artistas más reconocidas y atrevidas del Siglo XX.
Una artista atrevida.
https://www.latermicamalaga.com/actividades/exposicion-surrealistas-lee-miller/
Regresamos a ese imán del arte que es Madrid.
JörgImmendorff (1945/2007). La tarea del pintor
30 octubre, 2019 – 13 abril, 2020
Museo Centro de Arte Reina Sofía
Edificio Sabatini, Planta 1
Conocido y muy reconocido en Alemania el Reina nos regala una retrospectiva de casi cien obras -pinturas, esculturas y dibujos- del artista contemporáneo alemán Jörg Immendorf.
Considerado neoexpresionista, Jörg Immendorf es directo en su expresión. El arte ha de llegar al pueblo por lo que no recurre a las tendencias que son consideradas una rama del mercado -Pop, minimal- cuyo núcleo se encuentra en el mercantilismo anglosajón.
Sus orígenes beben de las consecuencias sociales y políticas fruto de las revueltas del ’68.
Sus primeras pinturas se basan en la tradición medieval por la cual el arte es pedagogía para el pueblo. En las primeras salas pueden verse imágenes con textos explicativos y una forma de pintar muy simple y directa.
En su denuncia por la libertad personal, tanto del artista como de la sociedad se posicionó por una solución que pudiera superar la falta de libertad que se experimentaba en la RDA, visible claramente en algunas de sus obras donde el muro estaba bastante presente. El arte sería una de las herramientas que ayudarían a superar la situación, el trauma, de Alemania.
En 1978 inicia la serie de pinturas denominadas “Café Deutschland”, más vital, con abundancia de colores y menos influida por parámetros ideológicos previos. En esta serie, de la cual hay dos cuadros en la exposición, hay una abundancia de personajes históricos y contemporáneos desplegados de forma que el campo visual se proyecta desde la pared trasera del mismo.
A partir de esta etapa el arte como tal va sustituyendo al artista individual en el objetivo de compromiso y pedagogía social y política.
La última parte de la exposición está intensamente influida, su trabajo, por las limitaciones físicas y psicológicas que el diagnóstico de la enfermedad del ELA impusieron a su obra. Fallece en Abril del 2007 como consecuencia de dicha enfermedad.
Una excelente oportunidad de conocer a un magnífico artista y reflexionar sobre las causas que le movieron a generar una obra tan extensa y, una vez más, intensa. Oportunidad para mirar a Alemania con ojos de espectador curioso y sorprendido.
Benito Pérez Galdós. La verdad humana
Del 1 de noviembre de 2019 al 16 de febrero de 2020
Desde el Prado a Recoletos dense un paseo aquellos que viven en Madrid, o lo visitan. Entren en la magnífica sede de la Biblioteca Nacional y recréense con una deliciosa y amena exposición en torno a la inmensa figura humana y literaria de Don Benito Pérez Galdós. Solo les diré que saldrán con enormes ganas de leer lo que no hayan podido leer de lo mucho escrito por él. Desearán, asimismo, releer lo que hace años leyeron y disfrutaron como los fieles a sus entregas hace ciento y algo más años. Finalmente, representen, bajo la estatua del Maestro esculpida por Victorio Macho en los jardines del Retiro, escenas como las que se representaron con enorme éxito de público y crítica por tres actrices, heroínas en sus papeles y musas teatrales en su profesión: María Guerrero, Margarita Xirgú y Matilde Moreno.