Un cortometraje documental sobre el asentamiento Los Nietos (Almería) y la vida de los inmigrantes que viven allí.

En julio de 2022 comenzó la distribución del cortometraje La Rotonda, un documental sobre el asentamiento conocido como El Walili o Los Nietos, situado en Níjar (Almería), que había comenzado a rodarse en noviembre 2021. Este asentamiento está situado en la rotonda de Los Albaricoques, punto de paso estratégico para acceder desde la autovía del Mediterráneo a San José y las playas turísticas de Cabo de Gata.

Este documental ha sido premiado como mejor corto documental en el Festival Internacional de Cine Premios Lorca de Granada en noviembre de 2022, y en el Sevilla Indie Film Festival en febrero de 2023, ha sido seleccionado para competir en varios festivales y muy próximamente, el 19 de febrero, se proyectará en el Festival de Cine Independiente de Ibiza (Ibizacinefest).

Su directora es Carmen Tortosa y con ella tenemos la oportunidad de hablar hoy en Espacio Público.

Carmen Tortosa

EP: Su cortometraje muestra de forma muy clara las terribles condiciones de vida en las que viven los emigrantes de El Walili, aproximadamente 400 jornaleros la mayoría de los cuales llegó a la Península desde la costa africana. ¿Cómo surgió la idea de rodar en este lugar?

CT: Como has comentado, este asentamiento está situado en una rotonda de paso para las playas de San José y de Cabo de Gata, y como muchos amantes del Parque Natural, he pasado por allí desde que tengo uso de razón. Pero fue en 2020, una vez finalizado el periodo de confinamiento estricto por la pandemia, y debido a la posibilidad de hacer teletrabajo, que me alojé en un cortijo en Los Albaricoques. Todos los días pasaba por la Rotonda, y veía el poblado de Los Nietos, con sus casas hechas de plásticos negros y productos de reciclaje, con una estética muy llamativa. Me preguntaba muchas cosas ¿Cómo se desarrollaría la vida allí? ¿Tendrían algún tipo de apoyo? ¿Cuánta gente vivía? ¿Cómo es que nadie hablaba de ello? Pensé que su visión no debería dejar indiferente a nadie y que, sin embargo, poco sabemos de él, ni de otros asentamientos similares en la zona; era como si no existieran, como si sus habitantes fueran invisibles. Me dije que había que contar aquella historia. La historia del poblado de Los Nietos y de los inmigrantes que viven allí. Además tan cerca del Mediterráneo, ese mar, tan ambiguo, que acoge veraneantes de todo el mundo y que es testigo de muertes continuas de personas que aspiran a un mundo mejor, y que cuando consiguen llegar, se encuentran condiciones como las que se ven en el poblado de Los Nietos.

Fotos cedidas por la realizadora y el equipo de rodaje del documental.

EP: Mientras La Rotonda viaja por distintos festivales, el pasado 30 de enero El Walili fue desalojado forzosamente, con un amplio despliegue policial, sin que hubiera una alternativa habitacional para sus moradores. ¿De dónde salió esta orden de desalojo?

Desde que se empezó a organizar el asentamiento en Los Nietos, un antiguo cortijo del municipio de Níjar, hace más de 10 años, no existía nadie con legitimidad sobre el terreno, ya que es una propiedad enquistada por una herencia que no fue aceptada por alguno de los herederos. Han sido muchos años sin un plan de alojamiento que permitiera vivir y trabajar dignamente a los inmigrantes que allí iban llegando.

El desalojo y demolición del asentamiento, este 30 de enero de 2023, fue solicitado por el Ayuntamiento de Níjar, gobernado por el PSOE, y se ha ejecutado a través de una resolución judicial. Como dices sin una alternativa a sus habitantes, y de un modo cruel y precipitado, con amplio despliegue policial y excavadoras desde primera hora de la mañana. Sin tener en cuenta para nada la opinión de los afectados, dejándolos en situación de vulnerabilidad y con muy pocas alternativas. Supongo y espero que se estudiará la violación de sus derechos humanos. Como se ve en la película, con parte del rodaje en una de las casas del asentamiento, el interior disponía de bastantes enseres, frigorífico, cocina, sofá, mesa, camas, etc. No puedo imaginar cómo se las apañaron para poder sacar todo eso, ni dónde lo pudieron llevar. O si tuvieron que ver cómo las excavadoras se lo tragaban.

La realidad es que el desalojo ha dejado sin hogar a medio millar de trabajadores de los invernaderos.

Fotos cedidas por la realizadora y el equipo de rodaje del documental.

EP: La eurodiputada Idoia Villanueva llevó al Parlamento Europeo la denuncia de este desalojo; y el parlamentario andaluz José Manuel Jurado, que estuvo presente en el desalojo, denunció que los trabajadores «tienen miedo y que no saben dónde van a ir» ¿Ha tenido noticias de cómo están ahora los protagonistas de La Rotonda?

CT: No he sabido nada de ellos, de hecho les tenía informados del recorrido del cortometraje a través del móvil, y siempre me contestaban enseguida, desde el desalojo no han visto mis mensajes. Ellos no han podido ver la película todavía, ya que no he logrado proyectarla en Almería, como hubiera sido mi deseo. Lo más probable es que se hayan marchado, como hicieron muchos de los trabajadores en el fin de semana previo. El día del desalojo, 30/01/2023, quedaban en el asentamiento una cuarta parte o menos de sus habitantes. Espero que se vean pronto en pantalla grande.

Fotos cedidas por la realizadora y el equipo de rodaje del documental.

EP: Mientras que los habitantes de El Walili han sido desalojados, se amplían las hectáreas de invernaderos y las empresas que  tienen instalados allí sus negocios van ampliando beneficios. ¿Qué está haciendo el Ayuntamiento de Níjar para apoyar a estas personas inmigrantes?

Pues sí, gracias a la mano de obra que proporcionan estos trabajadores, los invernaderos de Almería siguen creciendo continuamente y surtiendo de frutas y verduras a toda Europa. Almería está a la cabeza de las exportaciones agrícolas. La economía de la zona depende en gran parte de esta actividad.

El Ayuntamiento de Nijar, encargado del desalojo y demolición, ha ofrecido a unas 80 personas de las que vivían en el asentamiento, un alojamiento en una nave con literas en un polígono a las afueras de Níjar y alejado de los lugares de trabajo de los inmigrantes, sin garantizar un alojamiento definitivo. Dentro de su plan de realojo contempla 62 viviendas en alquiler “a precio asequible” y rotatorias que han sido patrocinadas por la Junta de Andalucía y que no se prevé que estén terminadas hasta este verano.

EP: En su documental, protagonizado por emigrantes marroquíes, se ve claramente que el asentamiento no reunía las mínimas condiciones de habitabilidad. El diputado en la Asamblea de Madrid, Serigne Mbaye Diouf, se desplazó a Almería y afirmó que estas personas, en su mayoría varones, han mostrado ciertas reticencias a seguir las recomendaciones a subirse a los buses porque no tenían claro dónde los iban a llevar, en qué condiciones y cómo iban a desplazarse para trabajar mañana. ¿Sabe cómo son las condiciones de este realojo forzado?

CT: Es cierto que el asentamiento no reunía condiciones mínimas de habitabilidad, no tenía electricidad, hacían enganches con la peligrosidad que eso conlleva, no contaba con agua corriente, recogían en bidones de un depósito cercano, ni recogida de basuras, etc. Pero era el único sitio que tenían, no tenían posibilidades de alquiler, nadie les alquila nada, ni los jefes les ofrecen alojamiento. Lo que no puede ser es que los utilicemos como mano de obra barata en los invernaderos, que tengan que buscarse la vida como pueden para tener un lugar donde estar y poder ir al curro, y que encima los echemos de sus «viviendas», los dejemos totalmente abandonados con criterios supuestamente de mejora para ellos.

El desalojo se realizó en autobuses en los que podían llevar solamente bolsas o maletas con sus pertenencias, sin tener casi información, con las dificultades del idioma, el desconocimiento de la zona y la incertidumbre de cómo podrían desplazarse al trabajo al día siguiente. Me pregunto ¿qúe hicieron con sus bicicletas? Parece que hubo muy poco apoyo de asistencia social y mediadores. CEPAIM, Almería Acoge, Médicos del mundo y Hermanas Mercedarias denunciaron la improvisación y falta de adecuación de la alternativa de realojo, así como las prisas de última hora después de tanto tiempo.

En resumen, si bien el asentamiento no reunía condiciones mínimas de habitabilidad, las alternativas no parecen demasiado cuidadas y no se ha tenido en cuenta la opinión de sus habitantes. Tiene que haber otras formas. ¡Tiene que haber políticos que sepan lo que hay que hacer, o por lo menos eso sería lo deseable!

Fotos cedidas por la realizadora y el equipo de rodaje del documental.

EP: ¿Cree que su corto puede contribuir a divulgar la denuncia de las terribles condiciones de vida que tienen que soportar muchas personas que se han visto obligadas a emigrar?

Sí, nos gustaría denunciar la situación a la que se enfrentan las personas que se ven obligadas a emigrar por las diferentes situaciones complejísimas de sus países de origen, pero sobre todo para ayudar a sus familias, y que arriesgan su vida a través del desierto, mar y carreteras para alcanzar este paraíso europeo. Se topan con la triste realidad, una de ellas el trabajo en los invernaderos de Almería, con un trato cercano al esclavismo, con jefes y capataces que les cobran por hacer un contrato de trabajo, que les pagan entre 4-5 euros la hora, con unas condiciones de precariedad insospechadas, que no encuentran dónde vivir, que nadie les alquila ni una habitación, que no se pueden empadronar, que se desplazan con bicicletas, no precisamente nuevas, a sus trabajos, por carreteras mal iluminadas y con mucho tráfico, y en horarios de noche, sin conocer el idioma…; cuentan solamente con el apoyo de ellos mismos y su organización dentro de los asentamientos y con el apoyo de las ONGs de la zona, sobre todo CEPAIM.

Pensamos que la proyección de nuestro corto, en el que describimos la vida en el asentamiento de una forma intimista y muy digna por parte de los protagonistas de nuestra historia (migrantes marroquíes), es muy importante en este momento tan delicado. Queremos intentar poner un granito de arena a favor de ellos, a favor de la solidaridad y de un mundo más humano.

Fotos cedidas por la realizadora y el equipo de rodaje del documenta

EP: Además de a Ibiza, La Rotonda viajará a Sevilla donde le han dado el premio a mejor documental SEVIFF, a Granada y también a Portugal. ¿Tiene pensado proyectarlo en otras ciudades, como Madrid?

En Ibiza se puede ver en la programación oficial de Ibizacinefest -Festival de cine independiente-, el 19 de febrero. En Sevilla en la Sala Cero, el día 23 de febrero, donde recogemos el premio a mejor cortometraje documental en SEVIFF-Sevilla Indie Film Festival. En Granada se va a proyectar a través de FILM IN Granada, dependiente de Diputación, en el Palacio de los Condes de Gabia, el día 16 de marzo, con coloquio sobre el tema. El 16 de abril iremos a Portugal, donde formamos parte de la selección oficial en Moinho Cinefest. El cortometraje sigue en periodo de distribución y nos encantaría que se pudiera ver en Madrid, lo hemos enviado recientemente a la convocatoria de Documenta Madrid, ojalá les parezca interesante.

Muchas gracias en nombre de Espacio Público.

¿Y si el tenis no es lo más importante?

Cuando Naomi Osaka (Osaka, 1997) encendió el pebetero olímpico en Tokio no se imaginaba hasta qué punto su influencia en esta cita deportiva iba a ir mucho más allá de ese momento simbólico o de la medalla que pudiese conseguir. Los Juegos de la era postcovid se han hecho eco de diversos debates sociales que están en la calle (comunidad LGTB+, indumentaria cosificadora de las deportistas, la imposibilidad de conciliar para las madres…) pero quizás el que más ha resonado es cómo se ha ninguneado históricamente la salud mental en el deporte de élite, asunto del que Osaka viene hablando con naturalidad desde que se convirtió en la número 1 del tenis mundial.

Antes de tomar el pebetero, la tenista japonesa había escrito un artículo para la revista TIME con el clarificador título It’s OK not to be OK, en el que explica cómo se siente en un caduco sistema deportivo que te obliga a elegir entre ser persona y atleta. Cuando el pebetero ardía nadie se esperaba que Simone Biles, la aclamada gimnasta perfecta, se acabaría retirando de varios ejercicios por problemas de ansiedad. Muchos/as deportistas la apoyaron públicamente mientras que el tenista Novak Djokovic la cuestionó definiendo la presión como “el privilegio” de estar “en la cima”. Curiosa reflexión de alguien que no gestiona su ira cuando pierde.

Netflix acaba de estrenar Naomi Osaka, una miniserie documental que sigue a la tenista en ese complicado proceso que es convertirse en una estrella del deporte. El documental vale la pena por varias razones. En primer lugar, escapa al típico producto para endiosar al/a la deportista en cuestión quedándose en un discurso sobre el sacrificio y el medallero. Lejos de ello, la directora Garret Bradley apuesta por cómo es Osaka como persona y en consecuencia cómo y por qué actúa. La cámara voyeur de Bradley y las grabaciones caseras de la protagonista nos permiten adentrarnos en una intimidad en la que el tenis se ubica en la justa medida que Osaka considera. Sobre esto, un momento significativo: su hermana le regala un retrato hecho por ella y lo coloca en el lugar ocupado por su imponente trofeo de campeona mundial.

El cinéma vérité de Bradley evidencia que su elección como directora no fue azarosa ya que venía de ganar (primera mujer negra) el Festival de Sundance 2020 con Time, documental que muestra cómo viven Rob G. Rich y sus hijos la condena de 60 años del padre de familia a través de un relato íntimo y poético que despliega también con la tenista japonesa. Osaka confió en alguien que supiese captar las raíces familiares que la han llevado a un valiente compromiso político poco habitual en el deporte de élite. Desde no jugar un partido para unirse a la protesta del movimiento Black Lives Matter a retirarse de Roland Garros por no sentirse bien en las ruedas de prensa… Porque ante todo es una persona.

Ilustración: @lafemme_agitee

El Tribunal Supremo condenó a siete políticas y políticos catalanes y a dos dirigentes de entidades cívicas, a penas de entre 9 y 13 años de cárcel, por haber impulsado la celebración en Catalunya del referéndum de autodeterminación el 1 de octubre de 2017, en el que participaron 2,3 millones de personas.

El Gobierno español les ha concedido indultos parciales, después de que hayan permanecido entre rejas durante más de tres años y medio, dos de ellos en prisión preventiva.

Durante este tiempo de privación de libertad esas políticas y políticos, elegidos democráticamente, junto a dirigentes de las asociaciones con más afiliados de la sociedad civil catalana (Òmnium Cultural y ANC), han recibido cartas de apoyo de miles de personas. Cartas a la prisión: ventanas entre muros es un documental que recoge una parte de esa correspondencia enviada a las cárceles.

Los autores del documental ponen así de manifiesto “la anomalía democrática que representa en la Europa del siglo XXI” la vulneración de los derechos humanos elementales por parte del poder ejecutivo y judicial español.

En plena “era digital”, de comunicaciones telemáticas inmediatas, la correspondencia en papel de carta, con sobre y sello, ha resultado esencial, porque se convirtió en el principal medio de apertura en las cárceles de ventanas abiertas al mundo, explican autores y productores en un escrito de presentación de su trabajo.

Cartas confidenciales y autorizadas de ciudadanas y ciudadanos anónimos y otras de personajes de relevancia internacional, escritos de presas y presos, y cartas de exiliadas y exiliados, sirven como hilo conductor del documental. Manuscritos redactados en tono íntimo y textos más formales que propician la reflexión sobre “lo que ocurre en Catalunya y sobre la ruptura emocional provocada por la sentencia entre nuevas generaciones, que se ha traducido en centenares de nuevas detenciones de personas que manifiestan en calles y plazas su voluntad de exigir el fin de la represión”.

Los autores del documental se trasladaron además a diferentes lugares de Occitania, Países Bajos, Portugal, España y Catalunya para entrevistar a eurodiputados, activistas y a un abogado especializado en Derechos Humanos, para intentar entender no solo los motivos de la represión sino también los de las miradas hacia otra parte y los silencios frente a los atentados contra las libertades.

‘Cartas a la prisión: ventanas entre muros’ se exhibe en Madrid este jueves 1 de julio, en la Fundación Anselmo Lorenzo (C/ Peñuelas 21).

Montse Bassa, diputada y hermana de una de las condenadas, Dolors Bassa, y Neus Ràfols, directora del documental, se hacen cargo de la presentación del trabajo.

El pasado 7 de mayo fallecía víctima del coronavirus Juan Antonio González Pacheco, policía y torturador, tristemente conocido como “Billy el Niño”. Tenía 73 años y una larga y cruel historia de torturas y persecuciones contra quienes lucharon por la libertad y la democracia durante la dictadura franquista. Por supuesto fue impune durante la dictadura; las comisarías, la cárcel, celdas y calabozos eran su territorio, el imperio donde imponía su régimen de terror. Y se paseaba ufano, pistola a la vista, haciendo ostentación de su fama de matón. Pero además, lamentable y vergonzosamente, gozó también de impunidad hasta el día de su fallecimiento. Ni la Justicia ni los poderes políticos en España desde la Transición hasta la fecha actuaron contra él, que siguió gozando de premios y condecoraciones mientras vivió. No fue hasta después de su muerte que el Congreso de los Diputados acordó retirarle las medallas que le habían sido concedidas a lo largo de su carrera policial.

Poco antes de su muerte, el 28 de marzo de 2020 moría también víctima del coronavirus un hombre bueno. Demócrata infatigable, José María Galante (Chato Galante), fue un activista y ecologista  insobornable por los derechos humanos. Defendió hasta el final la necesidad de no olvidar, la necesaria Memoria Histórica, y trabajó incansablemente para que González Pacheco fuera procesado y condenado.

Además de Chato hubo otras muchas personas que sufrieron torturas y vejaciones por parte de este miembro de la brigada político-social del franquismo. Y hoy un documental, Billy, torturas, impunidad y silencio, recoge sus testimonios para que no olvidemos, para que ahora y en el futuro la historia de España se conozca tal como fue.

Según cuenta Miguel Mora, director de CTXT, el guion de Billy estaba pensado para un largometraje de ficción. Max Lemcke, su director, lo presentó a TVE, Antena 3 y Movistar, pero las tres cadenas acabaron rechazándolo a última hora y sin dar explicación alguna. 

Y ahora ha podido realizarse gracias a una campaña de crowdfunding impulsada por Max Lemcke y el director de fotografía Javier Palacios, así como por la revista Ctxt. Más de 1.300 mecenas han hecho posible que este documental, producido por La extraña Zine producciones, se haya podido realizar y haya sido presentado hace unos días en el Festival de Sevilla de Cine Europeo.

Por la película pasan una veintena de mujeres y hombres, activistas contra la dictadura franquista, que fueron víctimas de las sádicas manos de  González Pacheco, y nos ofrecen su impresionante testimonio: el propio Chato Galante, Lidia Falcón, Francisco Rodríguez Veloso, Azucena Rodríguez, Paco Lobatón, José Luis Uriz, Javier Navascués, Roser Rius o Ángela Gutiérrez, son algunas de estas personas. Tenían 18, 20 años cuando fueron detenidas y cayeron en las siniestras manos de este desalmado personaje. Sus testimonios impactan e impresionan, no dejan indiferente.

Las movilizaciones de la España de las décadas de 1960, 1970 no se conocen bien, tampoco lo que ocurrió durante de la Transición. La represión franquista de los movimientos obrero y estudiantil ha sido demasiado olvidada, o maquillada. Y también se ha tratado de tapar la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad y bandas fascistas tras la muerte del dictador. Junto a las víctimas, cuyos testimonios estremecen, hablan también en este documental políticos como Pablo Iglesias y académicos como Ignacio Sánchez-Cuenca.

Billy utiliza imágenes de archivo y también escenas de la película de Juan Antonio Bardem 7 días de enero, que recoge la matanza perpetrada por un grupo de extrema derecha contra un despacho de abogados de CCOO en Atocha, en la que fueron asesinados cinco de sus miembros. Precisamente, y para vergüenza de la democracia, uno de los asesinos (García Julià), que fue condenado, luego huyó y después fue de nuevo encarcelado, recientemente ha sido puesto en libertad por la Audiencia Provincial de Ciudad Real sólo 287 días después de haber sido capturado.

El empeño de Max Lemcke ha hecho posible la realización de Billy. Torturas, impunidad y silencio. Este productor, guionista y director fue premiado con la medalla del Círculo de escritores Cinematográficos al mejor director por Casual Day y también con la Biznaga de oro en el Festival de Málaga por su película 5 metros cuadrados. A él hay que agradecerle que nos recuerde algo que con toda seguridad no les gustará a los herederos de la dictadura franquista, a quienes piensan que aquel régimen fue bueno para la sociedad. Quien tapa la mentira vive de la mentira. Y es bueno saberlo y no olvidarlo.

Declaraciones de Max Lemcke:

El eco de los aplausos

El documental que cuenta la sorprendente historia de las pelotaris, un grupo pionero de mujeres deportistas

Conversación con Guillermo Luna Orobón

Hasta la Segunda República, en el año 1933, las mujeres en España no tuvieron derecho al voto. Discriminadas en todos los ámbitos de la vida, pública y privada, la presencia de las mujeres era prácticamente invisible en todos los ámbitos de la vida cultural, política, económica social, deportiva, artística… Pero hubo excepciones. Uno de estos casos, que ha permanecido prácticamente desconocido, es el de un grupo de mujeres, las pelotaris, que en la primera mitad del siglo XX se convirtieron en las primeras profesionales del deporte español y mundial.

La sorprendente historia de estas mujeres está narrada en el documental El eco de los aplausos de Guillermo Luna Orobón, producido por Oboe films. En esta película aparece un grupo de juveniles noventañeras, las raquetistas, que rememoran su juventud dedicada al juego de pelota, un deporte protagonizado mayoritariamente por hombres.

En Espacio Crítico (EC) tenemos la oportunidad de conversar con Guillermo Luna, quien confiesa que este trabajo ha representado un antes y un después en su vida.

EC: ¿Cómo fue esa revelación de tu abuela, una de estas pioneras, que te llevó a indagar y contar la increíble historia de estas mujeres?

Guillermo Luna (GL): Mi abuela era una gran amante del deporte. En algunas ocasiones hacía referencia al hecho de haber jugado en un frontón con público y de manera profesional, pero nadie parecía darle importancia. Yo pude vivir con ella unos años, y creí que hacerle una entrevista podría darme pistas sobre un período fascinante de la historia de mi familia. Gracias a ella pude vertebrar un relato que nos acerca a la mujer en el franquismo a través del auge de un deporte y el orgullo de unas mujeres tan aguerridas como especiales.

EC: Parece increíble que en esos años fueran tan modernas, pero lo sorprendente es que lo son aún en la época actual, por su forma de hablar, sus opiniones, su convicción de que tienen derecho a hacer lo que quieran, de que no tienen por qué estar sometidas, su naturalidad. ¿Cómo se inició su relación con la pelota, cómo se hicieron profesionales? 

GL: La mayoría estaban en el lugar correcto en el momento adecuado, eran chicas jóvenes, con buenas aptitudes físicas y que vieron la posibilidad de ayudar económicamente en casa. Las más veteranas, las que compartieron frontón con las “fenómenos”, debutaron nada más acabar la guerra, con un país literalmente devastado. Era la época de las cartillas de racionamiento. Aportar un jornal era oro para la familia, y ellas lo hacían con gusto y valentía. Después de un período de “ensayos” en el mismo frontón (en la pelota no hay partidos, hay funciones, y no se entrena, se ensaya), que se prolongaba entre 6 meses y un año, debutaban, y pasaban a jugar entre 20 y 40 partidos mensuales, lo que suponía un gran esfuerzo.

María Lasagabaster “Amaia”

EC: Las raquetistas aparecieron en los años 20 del siglo pasado en el País Vasco. En 1929, promovido por Ildefonso Anabitarte se inaugura el frontón Madrid en la capital de España. Y en pocos años se despierta una expectación increíble por el juego femenino de pelota. ¿A qué crees que se debió este éxito?

GL: El exotismo de un juego que llevaba a chicas solamente ataviadas de una raqueta a un frontón, que es un marco impresionante, deslumbró a un público ávido de emociones, ya que el país salía de un período triste como es una guerra. La lista de ciudades con programas femeninos es inmensa. A esto podemos sumar otras razones. La primera es el innegable atractivo de la apuesta. En aquella época era, junto al hipódromo, el único lugar donde se permitía. También se destaca en la prensa de la época la belleza de un juego que combina habilidad y plasticidad con el conocimiento de la pareja rival. En Madrid, las raquetistas se convirtieron en el mayor espectáculo de pelota.

Frontón de Barcelona en 1960

EC: En tu película aparecen también mujeres pelotaris que no son españolas. ¿En qué países se ha desarrollado más el juego de pelota por parte de mujeres?

El juego femenino se exportó a muchos países: Cuba y México fueron las principales plazas, pero también llegaron a Filipinas, EE.UU y Argentina. Hoy día, el deporte de paleta, que podemos decir es el sucesor de la raqueta con pelota de cuero, es enormemente popular en estos países.

EC: Dices también que Fernando Larumbe, que fue campeón mundial de pelota en 1970, te sirvió para la documentación de tu película, ¿cómo ha sido esta colaboración?

GL: Sin Fernando no habría podido desvelar la importancia que este deporte supuso tanto para las raquetistas (fue él quien me dio la mayoría de contactos) como para la historia de este deporte, hoy tristemente olvidado. Fernando lleva más de 40 años recopilando información, documentación, testimonios… una bitácora que podría figurar perfectamente en un museo del deporte, y dónde la mujer tiene un papel muy importante. He tenido la suerte de encontrar a un investigador, y hoy un gran amigo, que trabaja conmigo una historia que los organismos oficiales han decidido despreciar. En cuanto al método de trabajo, ha sido muy fácil. La voluntad de un trabajo sencillo, íntimo en la medida de lo posible, ha sido enormemente facilitado por la empatía, la generosidad y el amor que siente por el deporte y las raquetistas, amor que procuré transmitir en imágenes.

EC: Larumbe ha trabajado codo con codo con asociaciones como Madrid Ciudad y Patrimonio por salvar el frontón Beti Jai, cuya restauración comenzó con el anterior equipo de gobierno municipal de Madrid. ¿Crees que se recuperará el juego de pelota vasca y que la apertura del nuevo Beti Jai puede ayudar al juego de las mujeres en estos tiempos feministas?

GL: Ese es el objetivo que defiende la “Plataforma Salvemos el Beti-Jai” como algunas más, defender el espacio y la historia de un deporte que ha dado mucha alegría y satisfacción a mucha gente. En un momento donde las opciones de practicar deporte están dirigidas por grandes patrocinadores y tendencias que se alejan a veces del deporte, está bien recordar cómo éramos hace apenas unos años y cómo ellas también disfrutaban y hacían disfrutar con bonitos partidos de un espectáculo considerado como único. Sólo el tiempo dirá si la pelota volverá a sonar.

Nota: El documental está disponible en el enlace a continuación:

https://vimeo.com/296673864/5c4242a2ed