Una novela que nos habla de la muerte para reivindicar la vida
Guillem Santacruz es poeta y novelista. También es colaborador de este Espacio Público donde escribe artículos y reseñas sobre ensayos y novelas.
Convencido de que la palabra, el conocimiento y la literatura son dos extraordinarias herramientas para hacer más bella la vida, de sus artículos suelen formar parte la historia, la ciencia, la poesía y la filosofía. Y todas estas disciplinas están también presentes en su novela La conjetura de Reiner, que ha obtenido el premio Ateneo Joven de Sevilla de novela (Editorial Algaida, 2021).
Reiner es un viejo profesor que ejerce una fuerte fascinación entre algunos de sus alumnos. Obsesionado hasta la locura por descubrir la fecha de nuestra muerte, cuando está moribundo y ve cercano su fin convoca a Boris Keller, uno de sus alumnos más próximos, para que se haga cargo de esta investigación. Boris, protagonista y narrador de la historia nos adentra en un mundo en el que se mezclan historia, filosofía y ciencia a través de un recorrido por el tiempo y las ideas en una Europa que desde 1914 ha vivido los más terribles y contrapuestos acontecimientos: desde terribles guerras y matanzas hasta los valores de tolerancia y democracia instaurados tras la Segunda Guerra Mundial. Una historia que proclama que tras el horror de la muerte y la violencia nacen los ideales más nobles de los seres humanos.
Boris, que a su vez está embebido en el estudio del problema del Pseudo Pitágoras, se apoyará en sus recuerdos para tratar de descifrar el problema matemático planteado por su maestro. Y a lo largo de la narración iremos conociendo a los personajes que construyen esta novela; mujeres como Berta, Gabriela, Victoria; y hombres como Florín, Franz o el propio Reiner, son los protagonistas de una historia compleja, exigente, escrita no para complacer gratuitamente al lector sino para proclamar la necesidad de la palabra, del amor y del conocimiento como valores supremos de la civilización.
En la presentación de su libro, Guillem Santacruz decía: “He querido hacer una defensa de la poesía, del lenguaje, de la literatura como método de conocimiento, […] La ciencia igual que la poesía tiene un componente mágico. La ciencia actual no es la del siglo XIX, en la que estaba todo reglado, En la ciencia hay campos de misterio que no vamos a conocer nunca. Y es ahí donde la literatura puede tener un papel.”
Esperamos y deseamos que esta meritoria novela sea el principio de una larga y exitosa carrera literaria de este joven autor.