Patti Smith compartió en su cuenta de Instagram que la serie Queen’sGambit/Gambito de Dama (Netflix) le estaba robando el sueño. Buena señal. La historia ‘de niña a mujer’ de una ajedrecista podría no estar llamada a conseguir demasiados/as fans, pero si añadimos que esa niña se sobrepone a un destino trágico explorando su extraordinaria capacidad intelectual, la cosa cambia. Pese a estos ingredientes Gambito de Dama no es una historia de superación al uso y tampoco veremos victimismos aunque la protagonista se mueva en campeonatos cien por cien masculinos (en los años sesenta, y al parecer el panorama no es muy distinto en la actualidad). Al hilo de esto, en este tiempo de televisión colmada de talents shows infantiles se puede hacer una lectura sobre el binomio infancia-prodigio y el consiguiente riesgo de vivir en una burbuja adulta.
La protagonista, Beth Harmon (Anya Taylor-Joy), nos arrastra a su insomnio, la acompañamos en sus partidas oníricas. Plausible por cierto la reflexión sobre la normalización del consumo de drogas legales e ilegales por parte de menores (viva Queen’s Gambit y viva Euphoria). A nivel formal la serie destaca en cuanto a fotografía y escenografía, la recreación de los años sesenta es comedida pero muy efectiva. Perfecta para nostálgicos/as de MadMen, algunos/as de los que por cierto no hicieron ascos al ver a Don Drapper borracho durante siete temporadas pero sí critican que Beth Harmon exorcice sus demonios con alcohol. También se critican las heroínas cool y solitarias vendiendo feminismo en productos estilizados, cierto es, como también lo es que se trata de una serie de Netflix llamada a conseguir audiencias millonarias. Más de una experiencia singular se cuenta entre los hitos feministas (Ada Lovelace, Marie Curie…)
¿Qué hay de malo en ver la ruptura de techos de cristal y barreras machistas sin militancias ni siglas detrás? Lo importante es que el cuidado envoltorio de Gambito de Dama haga reflexionar sobre la maternidad, la infancia, el rol de los progenitores, la educación, el machismo, las drogas (legales e ilegales), el amor, el sexo, la amistad, la identidad… En definitiva, las partidas que jugamos en la vida. A veces ganas varias seguidas, otras pides tablas, otras no puedes seguir y te retiras. Gambito de Dama aporta un enfoque realista que se agradece en un mar de series con visiones edulcoradas de la existencia. Beth Harmon se hunde, remonta y sigue moviendo sus piezas. De eso se trata. That’s life.