Hace unos días se presentó en la Fundación Carlos Amberes en Madrid el libro Ursula Hirschmann, una mujer por y para Europa, cuya autora es Silvana Boccanfuso y que ha sido publicado por la editorial Icaria.
En este libro, Silvana Boccanfuso reconstruye con sensibilidad femenina la trayectoria vital emocional y política de la protagonista, cuyas reflexiones, emociones, aspectos psicológicos y sensaciones también restituye.
Ursula Hirschmann, joven socialista berlinesa (hermana del intelectual y economista antifascista Albert O. Hirschmann), tuvo que huir de su ciudad en 1933 a causa de la persecución política que sufría por parte del régimen nazi. Residió en París y en Italia, donde participó de las conversaciones clandestinas entre los desterrados antifascistas de la isla de Ventotene. Allí nació el Manifiesto de Ventotene – Por una Europa libre y unida (1941), documento fundacional del federalismo europeo. Fue también una de las principales artífices de la difusión de este texto entre los opositores al régimen fascista de Mussolini. Participó activamente en la creación del Movimiento Federalista Europeo en Milán (1943), apoyó la acción política de Altiero Spinelli en Suiza y Francia, y participó activamente en la organización de la Conferencia Federalista de 1945 de París, evento que también promovió Albert Camus y en el que participaron varias personas de la Resistencia y de la cultura antifascista en Europa, como George Orwell.
Desde el Berlín de la República de Weimar hasta el feminismo de los años 70, pasando por el París del exilio antinazi, el Trieste de la inmediata preguerra, la Suiza de los antifascistas, una Francia que aún no era libre, la Roma ya liberada y por reconstruir, y la Bruselas de las Comunidades Europeas: Ursula Hirschmann, casada primero con Eugenio Colorni y más adelante con Altiero Spinelli, vivió en estas coordenadas geográficas e históricas, cosmopolita –no importa si por elección o por destino– hasta el punto de perder con los años cualquier sentido de identidad o pertenencia nacional. Quizá sea precisamente en la evanescencia de la identidad nacional de Úrsula donde esté la clave para entender la profundidad de su compromiso europeísta, como ella misma señala: «Nosotros, los deracinés de Europa, que hemos cambiado de fronteras más veces que de zapatos –como dice Brecht, ese rey de los deracinés-, tampoco tenemos nada que perder, salvo nuestras cadenas en una Europa unida, y por eso somos federalistas».
Con esta obra, Silvana Boccanfuso ha sacado del olvido a una de las figuras femeninas más interesantes del siglo XX. Para Ursula Hirschmann la elección del federalismo europeo no fue una reacción temporal y emocional a los dramáticos acontecimientos contingentes (el desastre de los totalitarismos de la guerra) sino un objetivo de acción convencido que llevó adelante a lo largo de toda su vida, incluso cuando la urgencia del momento había pasado, e incluso en aquellos momentos de crisis, económica o política, en los que la idea de una Europa unida no era especialmente popular. Fue precisamente en respuesta a uno de los periodos de crisis más importantes para la construcción de la comunidad que el proyecto más significativo de Ursula Hirshmann –entendido como su propia y original contribución a la causa federalista– tomó forma a mediados de los años 70: el grupo «Femmes pour l’Europe».
Además de la autora participaron en esta presentación Miguel Ángel Aguilar de la Fundación Carlos Amberes, Brando Benifei (Spinelli Group de Bruselas), el editor del libro Marcello Belotti, Hana Jalloul (Secretaria de Política Internacional y Cooperación al Desarrollo PSOE), Francisco Aldecoa (Presidente Consejo Federal Español del Movimiento Europeo) y la periodista Eva Orúe, que fue la encargada de moderar el acto.