Mujeres y clubes de lectura

Lourdes Lucía

Fotografía de Espacio Público

En el marco del festival Ellas Crean, decenas de personas, en su gran mayoría mujeres, se reunieron en una de las bibliotecas más acogedoras de Madrid, la Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías, ubicada en la antigua Casa de Fieras (parque de El Retiro), para compartir sus experiencias en los distintos clubes de lectura en los que participan.

A pesar del diluvio que caía en esos momentos en Madrid, representantes de clubes de librerías como la Librería Lé, El Retiro de las Letras, La Independiente o la Juan Rulfo; de bibliotecas como la María Lejárraga, la biblioteca del CEPA Joaquín Sorolla, la del estudio de arte Leticia Zarza; universitarias como el club de lectura Miranfú de la UCM; de colectivos sociales: Club de Lectura de la Casa de Cultura y Participación Ciudadana de Chamberí o el club de lectura La Leona y el club de Chamartín, intercambiaron opiniones sobre lo que leen, lo que comentan y lo que viven en sus respectivos clubes.

No faltó un club de lectura rural, el de Navarrevisca, población de la sierra de Gredos que acoge todos los años el Festival Lo Sagrado y cuya alcaldesa Leticia Sánchez participó en este encuentro, al que también asistieron una representación del Instituto de las Mujeres y Concha Hernández, directora del festival Ellas Crean.

La experiencia de compartir lecturas en el medio rural es muy valiosa, dijo Leticia Sánchez, ya que la actividad cultural en poblaciones pequeñas es una de las vivencias más interesantes que se puede experimentar en estos pueblos.

Que las mujeres compartimos más nuestras ideas, somos más sociables, nos gusta comunicar y valoramos la compañía fue una de las respuestas de por qué en los clubes de lectura suele haber una gran mayoría de mujeres. No es de extrañar si tenemos en cuenta los índices de lectura proporcionados por el estudio que realizó el Ministerio de Cultura en enero de 2024: “El porcentaje de mujeres que dedican su tiempo libre a la lectura de libros supera al de los hombres en todos los tramos de edad, destacando la diferencia porcentual de 17,5 puntos que se registra en los lectores del grupo comprendido entre los 25 y 34 años, alcanzando las mujeres un 73,4 % mientras que los hombres un 55,9 %. Dicha diferencia logra su menor registro en el tramo de más de 65 años, con un 5,9 % (mujeres con un 56,2 % y hombres con un 50,3 %)”. 

Leemos como una oportunidad de aprendizaje dijo una de las participantes. Y por lo dicho en el encuentro, se lee y se comenta de todo: hay clubes dedicados a la literatura clásica, también al feminismo, a la ciencia, otros a la poesía o al ensayo, la mayoría a la narrativa. Las reuniones se realizan en espacios de las bibliotecas públicas, librerías o centros educativos y sociales y tienen diferentes periodicidades (quincenales, mensuales…).

Fotografía de Espacio Público

El confinamiento durante la pandemia no fue obstáculo para que algunos de estos clubes se reunieran vía zoom u online, pero sin abandonar nunca la actividad.

Compromiso y respeto son los dos elementos que se aportaron como eje vertebrador de las sesiones: el compromiso de leer y el respeto a todas las opiniones, porque hay tantas lecturas de un libro como personas lo leen.

Una de las experiencias aportadas más interesantes fue la de la lectura en voz alta, no solo en clubes de personas con discapacidad visual, también como una práctica muy enriquecedora.

Y fue general la opinión de que estos clubes son una estupenda forma de combatir la soledad no deseada, ya que permiten conocer a otras personas, relacionarse y no permanecer aisladas. Así al menos lo expresaron varias de las asistentes.

Un encuentro que una de las participantes definió como “mágico” y que la gran mayoría dijo que tiene que repetirse.

Fotografía de Espacio Público