A mediados de octubre de 1995 conocí a Pablo Osés Azcona (1932-2025) en la calle, en una movilización en la sede de Correos en Cibeles. Enviamos a Felipe González en la Moncloa cientos de hogazas de pan a las que les faltaba un trocito, simbólicamente el 0,7%.
Recuerdo que la carta que acompañó la hogaza de la comisión de Coslada a Felipe González decía, entre otras cosas: “El pan, ha sido siempre símbolo de hambre…”.
Además del objetivo de combatir el hambre teníamos amigos en común en la Comunidad Santo Tomás de Aquino. Pero fue Paca Sauquillo quien me ayudó mucho a conocer a Pablo.
Pablo Osés fue un precursor. Nos advirtió con mucha antelación, a través de sus escritos y sus ya famosas Cartas al Director, de los peligros del hambre y el calentamiento global. Mantuvo una estrecha relación dialéctica con nuestro entrañable compañero de mil batallas, Ramón Fernández Durán.

Apenas recalé en la Plataforma 0’7 mi principal apoyo fue Pablo. Todos los días me llamaba por la mañana para organizar el día, preparar los argumentarios y comentar las últimas noticias de prensa, políticas o del ambiente académico. Pablo fue el impulsor del equipo de asesores. Un selecto grupo de expertos y expertas -no sólo en Cooperación- que de forma desinteresada nos hacían llegar sus valoraciones y análisis.
Compartí horas y horas de reuniones. Tuvimos nuestros debates, a veces acalorados porque Pablo, cuando se trataba de profundizar en las causas del hambre, era muy apasionado.
Pablo Osés, junto con Juan Luis Herrero, Emilio Carreras, Gerardo Rodríguez y Guillermo Sanz de Galdeano, decidieron ponerse en huelga de hambre indefinida para promover un movimiento pacífico con el fin de conseguir que se destinase el 0’7% del Producto Interior Bruto (PIB) de España a los países empobrecidos.
Pablo Osés fue uno de los iniciadores de la Plataforma 0’7. A raíz de esa primera acción se generó un amplio movimiento de solidaridad y apoyo. La acción desbordó todo lo previsible y empezaron a crearse Comisiones 0’7 por todo el territorio del estado español.
Además de su dialéctica, otro de los aspectos a destacar de Pablo era su habilidad para ligar análisis y activismo. Cuantas horas invertimos para organizar, planificar las acciones que tuvieron un formidable eco en los medios de comunicación.
Antonio Fraguas de Pablo “Forges” -el humorista gráfico de El País- amigo de Pablo Osés, nos ayudó muchísimo en la elaboración de discursos y argumentarios para lograr la atención de los medios de comunicación e incidir en la agenda política.
En una de mis visitas al Congreso, y conversando con Rafael Hernando, que fue portavoz del PP y en ese tiempo el diputado que teníamos como interlocutor, me dijo: “Joer! Como para meterse con vosotros. Tenéis al Forges ese que con que saque un dibujito de esos ya se nos echan encima”. Y era verdad.
Pablo Osés era muy afable en sus relaciones y hacía que la conversación fuera la de un maestro con su alumno.

Pablo tuvo mucho que ver con una generación de jóvenes que, después de hacer la experiencia de militar en el 0’7, nos embarcamos en levantar un movimiento social más allá del 0’7 para exigir la anulación de la deuda externa. En ese periodo fue crucial el acompañamiento y los buenos consejos de Eric Toussaint.
Posteriormente, toda esa gente nos encontramos en las movilizaciones, en las grandes movilizaciones contra la globalización capitalista y altermundialista. En las movilizaciones y en las calles de Praga, Niza, París, Oporto…nos encontramos gentes del 0’7.
Y llegó el 15M. Ya con un poco más de años, recordamos lo que nos inculcaron durante nuestra experiencia en el 0’7. Organizar la lucha. Movilizarse y estar siempre en la calle, presionando.
Y así seguimos a día de hoy, con Palestina. Denunciando al estado sionista genocida de Israel. Y Pablo Osés tuvo mucho que ver con la autoorganización, el apoyo mutuo, la solidaridad.
Además de compañero de viaje fue un maestro. Gracias por tu aportación. Muchas y muchos te lo agradecemos. Seguiremos el camino que marcaste. No te quepa la menor duda.


