El pasado 29 de julio -en la 29 Feria Internacional del Libro (FIL) en Lima- se debió presentar el libro “Revolución en los Andes. Un balance del MRTA” de Víctor Polay Campos.
La Cámara Peruana del Libro, que es la entidad organizadora de la FIL de Lima, fue la que decidió cancelar la actividad de presentación del libro. El pretexto para tomar esta decisión fue el fuerte rechazo de la opinión pública y a las críticas que surgieron por la posibilidad de que se diera una plataforma a una persona sentenciada por terrorismo en un evento cultural de relevancia nacional.
La editorial Achawata, que publicó el libro y había programado la presentación en la FIL 2025, lamentó la decisión y la consideró un acto de censura.
Hasta aquí los hechos. En Perú el Gobierno encabezado por Dina Boluarte no garantiza la libertad de expresión. Deja hacer a los altavoces que niegan las libertades: la ultraderecha, militares y estamento policial.
Comparto los comentarios de Gabriela Wiener, que junto con Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay, es una de las comentaristas del libro en la contratapa. “La FIL se echó para atrás y los defensores de la libertad de expresión no saldrán esta vez, como no salieron los terruqueadores cuando Fujimori y Montesinos sacaron libros, y el del primero, condenado por crímenes de lesa humanidad, se presentó en la misma FIL”.
La censura es parte del escenario que se quiere preparar desde la ultraderecha cómplice de genocidio para evitar que Víctor Polay –que escribió el libro en la prisión- disfrute de la libertad en enero de 2026 después de estar sentenciado a 35 años de cárcel en la Base Naval del Callao.
La mejor forma de combatir ideas que se consideran erróneas o dañinas suele ser a través del debate abierto, la crítica y la presentación de argumentos alternativos.
La censura es una criminalización de la disidencia. Polay cumple condena, quiere pedir perdón y quiere explicar sus errores, los errores del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Pero la democracia, pilar fundamental de las libertades, le impide que se pronuncie.
Escuchar no equivale asumir sus planteamientos
Escuchar a los actores no equivale a asumir sus perspectivas, sino a reconocer que el conocimiento histórico no puede construirse sobre omisiones deliberadas.
Ejercer la libertad es hablar con franqueza, audacia y sin inhibiciones, incluso la verdad incómoda o crítica, especialmente en asuntos públicos.
Los filósofos griegos abordaron la importancia de la palabra, el debate y la verdad. En Las Fenicias, Eurípides decía: “Esto es la esclavitud: no decir lo que se piensa”.
Impedir la presentación de un libro puede ser un precedente peligroso pero el Gobierno de Dina Boluarte no está por la labor de defender las libertades y garantizar el ejercicio de la libertad de expresión. Muy por el contrario.
Entre diciembre de 2022 y marzo de 2023 muchas personas salieron a protestar contra Dina Boluarte. La respuesta fue la muerte de más de medio centenar de personas que ejercían su derecho a la libertad de expresión.
Recientemente un evento cultural fue suspendido por la polémica alrededor de una obra. El Festival «Saliendo de la Caja», organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), fue suspendido por críticas a la obra «María Maricón». Una pieza teatral/performance que generó controversia por parte de la comunidad católica y otros grupos que consideraron que utilizaba de manera «incorrecta» o irrespetuosa la imagen de la Virgen María.
Recordemos que la Inquisición confiscaba y prohibía la difusión de textos, impidiendo de facto cualquier acceso o discusión pública de esas obras. Libros de pensadores ilustrados o reformistas (como algunos autores franceses) figuraban en los «Índices de libros prohibidos» y su posesión o lectura podía acarrear graves consecuencias. Libros como los estudiados en la obra “Lecturas prohibidas. La censura inquisitorial en el Perú tardío colonial” de Pedro Guibovich documentan esta realidad.
Coacciones al mundo de la cultura
¿Qué se puede esperar de un Estado que hace desaparecer los cadáveres de Abimael Guzmán y Miguel Rincón?
A día de hoy, son muchos y muchas las personas vinculadas al mundo de la cultura y de las artes populares que están siendo acosadas y perseguidas por ejercer su derecho a la libertad de expresión, por ejercer sus libertades.
Fanny Palacios Izquierdo, con un hermano que sigue desaparecido, es una destacada pintora con más de tres décadas como artista plástica que en la actualidad está siendo acosada por la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (DINCOTE).
Otro referente de la pintura peruana y retratista del Che Guevara, Bruno Portuguez, también está siendo acosado por los esbirros del régimen de Dina Boluarte.
Entre la población es evidente que hay miedo. Pero también es verdad que existe un puñado, un núcleo de personas comprometidas por la vigencia de los derechos fundamentales que están dispuestas a pensar críticamente y encarar a este régimen negacionista de las libertades.
Las gentes de la cultura y las artes en Perú no están solas. Tienen el apoyo y la solidaridad de sus pares en otros países de Abya Yala y Europa.
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