Desde el 11 de febrero de 2022, los colectivos y movimientos de las mujeres y madres por la derogación de la Ley de Alienación Parental celebran lo que, tal y como ha manifestado a través de su cuenta de twitter la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, es “una noticia muy bienvenida”. Nos referimos a las Recomendaciones del Consejo Nacional de Salud de Brasil solicitando la derogación de la Ley de Alienación Parental y la prohibición de los términos “alienación parental” (AP), “actos de alienación”, “síndrome de alienación parental” (SAP) y sus derivaciones en el sistema judicial y en las prácticas en el área de la salud. Este logro se basa en pronunciamientos internacionales, destacando en especial la reciente declaración de la ONU sobre las violaciones a los derechos de las mujeres y las niñas y los niños en España.

Lamentablemente no hubo manifestaciones de las entidades correspondientes en Brasil ni de los medios de comunicación, tampoco existió suficiente repercusión en las redes sociales. Afortunadamente, el apoyo internacional se multiplicó, feministas de todo el mundo se sintieron aliviadas de saber que el país finalmente había reconocido el gran error cometido con la institucionalización del supuesto síndrome de alienación parental. De acuerdo con la investigación académica publicada por Sibele Lemos y Sheila Stolz, la búsqueda de los términos “alienación parental” y “síndrome de alienación parental” en el sistema del tribunal de Justicia del estado brasileño de Rio Grande do Sul, arrojó 547 decisiones tomadas entre 2006 y 2020. Tan solo entre 2019 y 2020, existieron 118 decisiones judiciales que implicaban acusaciones de alienación parental, de las cuales 107 estaban dirigidas a mujeres.

Esta recomendación del Ministerio de Salud brasileño es acorde al posicionamiento de los organismos internacionales y procedimientos especiales de derechos humanos. Por ejemplo, en 2021, 4 mandatos de Naciones Unidas se dirigieron al Estado español manifestando su preocupación por la utilización de este supuesto síndrome, y conceptos y términos similares en España -indicando que sucede también en otros países-, resaltando que: “… el 15 de febrero del 2020 la Organización Mundial de la Salud eliminó la alienación parental de su índice de clasificación”.

Además, la Plataforma EDVAW, compuesta por los mecanismos de expertas independientes sobre discriminación y violencia contra la mujer, desde 2019, trabaja para combatir la pseudo-teoría, que surgió en Estados Unidos y que está ocasionando víctimas en todo el mundo, teniendo en Brasil como uno de los casos más paradigmáticos el de la muerte de la niña Joanna Marcenal. El caso se refiere a una niña de 5 años, alejada de su madre que había denunciado por abusos físicos al padre. A pesar de esta denuncia, se le otorgó la custodia al padre bajo el argumento de que se trataba de un caso del supuesto “síndrome de alienación parental”. Situaciones similares ocurren en Brasil y en el mundo y, por este motivo, la ya mencionada Plataforma EDVAW emitió una declaración conjunta con una alerta global sobre los peligros del uso de los conceptos SAP y AP. Alerta basada en casos concretos por la falta de diligencia en la determinación de la custodia de menores en situaciones de violencia de género y que cita recomendaciones anteriores, entre las cuales se incluye la prohibición explícita del uso del concepto síndrome de alienación parental emitida por el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI) en el marco de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Al igual que España (que no cuenta con una ley, pero se da en la práctica), Brasil también está siendo observado por organismos internacionales. La OEA, en su informe de 2019, indicó que las denuncias de violaciones de los derechos de los niños y las niñas mediante el uso de la Ley de Alienación Parental, como forma de garantizar la custodia de un/a menor/a para el padre acusado de violencia, constituía el 50% del total de las denuncias sobre violaciones contra niños y niñas en Brasil. El Comité CEDAW (Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer de Naciones Unidas) ha preguntado al Estado brasileño sobre las consecuencias de Ley de Alienación Parental en Brasil, enviando nuestro Colectivo información en este sentido al Comité. El Estado brasileño ha declarado que está al tanto las “grandes injusticias” que ocurren a través de esta ley y que se encuentra en proceso de revisión.

Los medios locales no denuncian de forma exhaustiva que en Brasil, 12 mujeres son asesinadas todos los días, 7 mil niños y niñas son asesinados/as y 45 mil son víctimas de abuso sexual cada año. Se intenta ocultar, por lo tanto, a través de la pseudo-ciencia, el verdadero estatus que tiene la alienación parental, así como su amplio rechazo por la comunidad internacional, lo que es preocupante. Consideramos imprescindible que las supervivientes de violencia de género en Brasil encuentren apoyo y visibilidad a través de la comunidad internacional, dada la situación tan grave que estamos viviendo al estar este supuesto síndrome en la propia ley, buscando legitimar y construir un falso reconocimiento científico. Necesitamos una amplia divulgación de las Recomendaciones del Consejo Nacional de Salud para que se avance, con urgencia, en la derogación de la Ley de Alienación Parental. Esta conquista sería un importante paso para que esta pseudo-teoría no pueda causar más víctimas ni en Brasil ni en ninguna otra parte del mundo. 

Notas:

*Colectivo de mujeres/madres que luchan por el reconocimiento del derecho a la maternidad sin violencia. Entendemos que la lucha de las madres es la lucha de todas las mujeres y que romper con los ciclos de violencia y proteger a nuestras hijas e hijos de sus padres agresores no es un crimen, es parte del ejercicio de la maternidad. Mujeres/madres y niños y niñas tienen el derecho de vivir una vida libre de violencias, es un principio universal de los derechos humanos. Somos resistencia, lucha y acogida. Divulgamos información y denunciamos el uso de la ideología de la alienación parental, en forma de ley, como estrategia de defensa de los agresores en procesos de litigio sobre la custodia de los hijos e hijas, dado que se legitima la violencia institucional contra las víctimas y se obstaculiza el acceso a las leyes de protección por la mordaza impuesta por el Poder judicial brasileño. Facebook @cpivozmaterna, Instagram @cpivozmaterna2017, Twitter @cpivoz.

La escritora brasileña Marcia Tiburi, exiliada en París, explica que Jair Bolsonaro representa una sociedad sin diálogo, enferma e ignorante. “Tenemos que anteponer la ética y la honestidad, que al final es lo que todo el mundo espera de los representantes públicos”, afirma en entrevista realizada en Barcelona.

BARCELONA, 1 diciembre 2019

En pocos años diversos intelectuales y activistas de izquierda se han visto obligados a abandonar Brasil después de denunciar las maniobras de la ultraderecha para lograr el poder. La antropóloga Debora Diniz, el diputado Jean Wyllys o el escritor Anderson Francia son un ejemplo. También es el caso de la filósofa y escritora Marcia Tiburi, víctima de un continuo linchamiento por parte del Movimiento Brasil Libre (MBL), del actual presidente Jair Bolsonaro. Exiliada en París desde noviembre de 2018, Tiburi es toda una referencia entre el feminismo y la izquierda transformadora.

Su último libro, Cómo conversar con un fascista. Reflexionas sobre el autoritarismo de la vida cotidiana (Akal, 2018), constituye una guía para entender el actual sistema dictatorial y neocolonial que el Ejecutivo de Bolsonaro pretende imponer en connivencia con la oligarquía y con los Estados Unidos. A pesar de la tristeza de ver Brasil desangrarse de forma tan terrible, Tiburi (Vacaria, 1970) confía en aquellos sectores que se esfuerzan para construir una nueva sociedad en la cual predomine la ética de la política y la defensa de los derechos humanos. Aprovechamos su visita a Barcelona para hablar con ella sobre la situación en el Brasil.

Ahora hace un año se fue del Brasil a raíz de las amenazas de muerte que recibió por sus postulados feministas y antifascistas. ¿Cómo vive esta situación?

Tanto psicológicamente como económicamente es duro. Pero los activistas -y en mi caso también- somos conscientes del papel que jugamos y miramos de llevarlo lo mejor posible, además de que en París puedo continuar escribiendo sin problemas.

Precisamente, el 3 de octubre pasado, la capital francesa concedió al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva la distinción de ciudadano de honor. ¿Su excarcelación abre una luz a la esperanza?

Demuestra que se utilizó la mentira para encarcelarlo. El nuevo ministro de Justicia, Sérgio Moro, conocido por varios casos de corrupción, estaba detrás de esta operación, hasta que el Tribunal Superior canceló el proceso esgrimiendo que no hay pruebas que lo incriminaran. Igual que no había pruebas para incriminar Dilma Rousseff, pero a raíz del golpe de estado contra ella el 2017, Brasil ha acontecido un estado fascista en el cual la democracia está suspendida de facto.

¿Bolsonaro ha dejado la democracia en papel mojado?

Bolsonaro, Moro y el resto del Gobierno forman una mafia criminal que, de la mano del ejército y con el apoyo de Estados Unidos, practica el terrorismo de Estado. Repite la estrategia urdida en la década de los 70 por los Chicago Boys -del cual el ministro de Economía, Paulo Guedes, era miembro- con el objetivo de colocar dictaduras capitalistas en toda América Latina. Y este modelo, diseñado para que banqueros y multinacionales saqueen los recursos con absoluta impunidad, se impone mediante una maquinaria de propaganda basada en la mentira y la demonización de la izquierda. Así es como se ha levantado al poder.

¿En qué consiste exactamente este sistema de propaganda?

Exacerba el miedo para que la población vea como una amenaza al extranjero, a las feministas o a los pobres. Unos “otros” a quienes hay que eliminar porque, según este discurso, ponen en riesgo la vida y la seguridad del país.

¿Se trata de un discurso maniqueo y endemoniado?

Se rodea de teorías obscurantistas, propias de personas enloquecidas, destinadas a suprimir cualquier brizna de alternancia y la perspectiva socialista según la cual hay otro mundo en el que todos y todas podemos convivir de forma justa y armónica.

¿Se busca deshumanizar al individuo?

Se le reduce a un simple productor-consumidor, a quien se le clasifica como superior o inferior, deseable o indeseable, digno de vivir o indigno de vivir. Es decir: “o eres de los nuestros o podemos eliminarte”. Así de sencillo, de aquí el hecho que los más perseguidos sean los defensores de los derechos humanos.

¿En qué medida este sistema de pensamiento bebe del nazismo y el fascismo de los años 30?

Absolutamente. Su puesta en escena es igual de agresiva, grotesca y se ayuda de la religión pentecostal, que conecta con la población más carente de formación y cultura. Tal como hacían Hitler en Alemania o Mussolini en Italia, se proporciona un mensaje que atiza el odio contra la izquierda, los inmigrantes, los indígenas y la intelectualidad crítica, a quien el mismo Bolsonaro prometió que perseguiría.

En su último libro, Cómo conversar con un fascista. Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana, califica esta estrategia de “colonialismo intelectual”. ¿A qué se refiere?

Es la colonización del pensamiento, de la cual también es responsable la élite intelectual de Brasil. Y es que la mayoría del mundo académico está poco politizado y ante el intento del ministro de Educación, Abraham Weintraub, de destruir la enseñanza pública, no ofrece ningún tipo de respuesta. Es verdad que el miedo amedrenta y paraliza a la comunidad educativa, pero ésta tendría que aprender a luchar y no lo hace.

Algunas voces también acusan a los anteriores gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) de haber incurrido en políticas que han allanado el camino para el resurgimiento del fascismo. ¿Está de acuerdo?

Personalmente no creo que el PT de Lula da Silva y Rousseff cometiera muchos errores. Sacó de la pobreza y garantizó la educación a la población más desvalida. De todas maneras, es cierto que no supo combatir adecuadamente algunos casos de corrupción y dejó que la derecha manipulara a las masas a base de vender la idea de que vendría un mesías a salvarnos de todos los desastres.

¿Con el empuje de los medios de masas ha tenido suficiente?

Lo explico en el libro Ridículo Político (Recuerdo, 2017). A través de los medios ha construido el mismo escenario de teatralización que había catapultado al poder a Silvio Berlusconi y después a Donald Trump. Insisto: se trata de utilizar determinados rituales y lenguajes cargados de mentiras para quitar a la ciudadanía su capacidad de pensar, dudar y tener un pensamiento libre. En definitiva: una colonización mental que después da pie a la colonización institucional.

¿Cómo se puede deconstruir este teatro de la mentira?

Considero que existen dos vías. Por un lado, que el neoliberalismo no entre en nuestras vidas, puesto que esto nos atomizaría todavía más como individuos. Y, a la vez, organizando un movimiento de resistencia que hable de política y se ocupe de ella, con la perspectiva de ser hegemónico. Y el diálogo es parte inherente de esta lucha, lo cual significa empoderar a la gente para que actúe de manera responsable.

¿Tenemos que reivindicar la ética en las formas de actuar?

Sin ética no tendremos una política ética; que pasa por empatizar con el otro, entenderle y compartir un camino con él. Ante un Bolsonaro que representa una sociedad sin diálogo, enferma e ignorante, tenemos que anteponer la ética y la honestidad, que al final es lo que todo el mundo espera de los representantes públicos.

¿Hace falta un líder progresista que encarne estos valores?

Lula da Silva los representa, pero si en un futuro queremos ensanchar la democracia, no hará falta la devoción al líder, porque el diálogo vendrá de la gran cantidad de personas que producen maneras de vivir e intervenir diferentes.

¿El feminismo puede contribuir a este cambio democrático?

Sin duda. Frente a la violencia y las ideas racistas, machistas y capitalistas de Bolsonaro, el feminismo reúne todos los valores antagónicos: la solidaridad, el pacifismo, la convivencia, los cuidados y el respeto a los derechos humanos.

Brasil es un país musical, vivimos intensamente la música como parte de nuestro día a día, tenemos canciones para cada momento importante, para cada amor… hablamos de los y las artistas con el cariño de quién los conoce de toda la vida, aunque solo los hayamos visto de lejos en algún concierto, y a veces ni eso; el lanzamiento de un nuevo disco es motivo de largas conversaciones, sobre el ritmo, la poesía y la filosofía que abundan en sus letras. Escuchar, sentir y vivir la música hace parte de nuestra identidad cultural, como también lo hace llorar la muerte de un músico como a la de un ser querido que ha partido. Así fue con João Gilberto, uno de los más grandes músicos brasileiros, nació en Juazeiro, en Bahia, hace 88 años y ha fallecido recientemente.

João Gilberto es querido y admirado en Brasil por su arte, por haber creado un estilo revolucionario en la música brasileira, reinventado la forma de tocar la guitarra. En la composición “Chega de Saudade”, de Tom Jobim y Vinícius de Moraes, él presentó un ritmo sincopado, rompiendo el orden establecido, explorando la riqueza de acordes e incorporando elementos del jazz norte-americano. En ese momento surgió la bossa nova, teniendo como base el samba y samba canción. Para Caetano Veloso, João Gilberto innovó al sugerir una línea maestra del desarrollo del samba, con origen en el samba de rueda del Recóncavo baiano y maduración en el samba urbano carioca.

João Gilberto innovó también a la hora de cantar: utilizando técnicas de respiración de yoga, alargaba las frases melódicas sin perder el aliento, y cantando más bajo, podía adelantar o retrasar el canto en relación al ritmo, siempre que el ritmo fuera constante, creando así su propio tiempo. Ha introducido en la grabación de «Chega de saudade» el uso de dos micrófonos, uno para la voz y otro para la guitarra; hasta entonces, se grababa con un solo micrófono, destacando la voz en detrimento de la guitarra. Ha sido un revolucionario de la música, considerado por muchos como un artesano musical, ha reinventado canciones, recomponiendo ritmo, armonía y melodía.

Como movimiento musical, la bossa nova tuvo una vida corta e intensa: surgió en 1958 y duró hasta alrededor de 1963, pero abrió espacio a muchos artistas, como Baden Powell, Marcos Valle, Caetano Veloso, Chico Buarque, Gilberto Gil, Gal Costa, Maria Bethânia y muchos más.

En 1964, el álbum grabado junto con el saxofonista americano Stan Getz ganó el Grammy, premio análogo al Óscar en la música. En 2000 João Gilberto conquistó su segundo Grammy, en la categoría World Music, con el álbum João Voz e Violão, producido por Caetano Veloso. João Gilberto ha tenido su talento y genialidad reconocidos a nivel internacional, tanto en América cuanto en Europa y Japón. A ese reconocimiento internacional les damos mucha importancia en Brasil, quizá porque una parte nuestra necesita descolonizarse, quizá porque muchas veces nuestros gobernantes no dan el merecedor valor y apoyo a la cultura.

En este sentido, el actual gobierno ultra derechista de Jair Bolsonaro está quitando financiación a las políticas públicas dirigidas a la cultura; la poca o nula importancia que tiene el sector cultural para Bolsonaro quedó de manifiesto al no hacer ningún pronunciamiento sobre la muerte del padre de la bossa nova. Al ser presionado por periodistas se limitó en decir «era una persona conocida. Nuestros sentimientos a la familia, ¿ok?» además de la negación en decretar una jornada de luto nacional. Pero Brasil ha llorado su muerte, sabemos cuánto aportó a nuestro país y somos conscientes del maravilloso legado que ha dejado para todo el mundo.

Damos infinitas gracias a João Gilberto por la grandiosidad de su arte. Su música seguirá tocando nuestra alma y llenando nuestros corazones.

¡Gracias maestro!