«Los hombres tienen miedo de que las mujeres se rían de ellos. Las mujeres tienen miedo de que los hombres las maten» Margaret Atwood.
Fui al cine a ver Una joven prometedora (Promising Young Women), dirigida por Emerald Fennell, y salí de allí con una mezcla de sentimientos entre la venganza cumplida, la rabia acumulada, la tristeza y la excitación.
Esta película tan maravillosa en lo que se refiere a la banda sonora, a la fotografía, y a la estupenda actuación de Carey Mulligan, como Cassandra. También captura la atención de lxs espectadores por la trama original, galardonada justamente por esto recientemente en los Oscar de Hollywood.
Al contrario de otras películas -como por ejemplo Mátame de Michael Greenspan- que utiliza la venganza, como arma de guerra, matando a las personas para resarcir todo el daño que el sistema patriarcal les ha causado. En Una joven prometedora la venganza es un juego de seducción e inteligencia, es una venganza más sutil, que tiene el mismo objetivo de la venganza que mata, que el miedo pase de bando, que los hombres sientan la misma inseguridad, vergüenza, terror, que sufrimos las mujeres diariamente; porque este sistema patriarcal nos está matando y demasiadas veces somos escuchadas solamente a través del grito de la venganza.
En esta película se encuentran muchas denuncias: en primer lugar, la directora selecciona de forma acertada el tipo de hombre violador y el contexto en que la violación se desarrolla. Se habla de hombres blancos, de clase media alta, médicos, los que son considerados por la sociedad “buenas personas” y que en diferentes ocasiones tienen los medios materiales y la aceptación social para cubrir sus crímenes.
Otro elemento a destacar, es la naturalización de la violación, especialmente cuando las mujeres no pueden defenderse, están solas y borrachas en algún bar, en el que se demuestra que todos los hombres que se acercan a ella, intentan ejercer algún tipo de violencia sexual.
Asimismo, narra la fuerza del vínculo de los afectos, la lealtad y sororidad de la protagonista por la violencia sufrida por su amiga. La búsqueda por la justicia de Cassie, es una forma de dar voz a quien ya no puede, de proteger a otras mujeres y de poner en jaque este sistema patriarcal, que cuestiona cualquier intento de denuncia de las violencias machistas. Así, ella mantiene viva la memoria y trasfiere su legado a otras mujeres.
La protagonista vive en una desesperación y desamparo profundo, no comparte con nadie sus planes de venganza y su sufrimiento, y acaba encontrando en la venganza su objetivo de vida. Ella pone su cuerpo e inteligencia, las únicas armas que le quedaron, para enfrentarse ante esta grande maquinaria machista.
La aparente seguridad de Cassie y su empoderamiento acaba asustando y desnortando a los hombres. Su capacidad de enfrentarse a todos, llega a ser en algunas ocasiones surrealista; como decía una amiga es poco creíble que nuestros cuerpos feminizados puedan asustar a los hombres debido solamente a una mirada más empoderada o engañándoles. Sabemos que los hombres no son unos valientes, justamente por eso y porque crecieron en un sistema que construye masculinidades más agresivas y violadoras no pensarían dos veces antes de utilizar la fuerza y la violencia hacia nosotras. Como dice Galeano el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Termino, recomendando este peliculón, no solamente porque denuncia las atrocidades que comete el patriarcado, especialmente el patriarcado más velado y justificado por la sociedad, también porque conecta con la rabia, frustración, dolor que miles de mujeres sufrimos y que, en demasiadas ocasiones, no encontramos apoyo, empatía y justicia en ningún rincón de la sociedad que interpelamos. Así que hombres, espero que vayan a ver esta película. Sería un buen comienzo para empezar a deconstruir vuestras masculinidades.
Tráiler oficial: