El derecho a decidir y la independencia de Catalunya. Una reflexión desde el país valenciano

  • Manuel Alcaraz

    Manuel Alcaraz

    Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Alicante. Miembro del Consell General de Compromis.

28.02.2014

Debate principal: Catalunya y el derecho a decidir

El asunto que incita a esta reflexión es tan complejo y suscita tantas incertidumbres que la honestidad intelectual exige algunas explicaciones previas sobre mi biografía política e intelectual, porque no creo que haya una idea aséptica, amparada por una coherencia total, separada de las percepciones condicionadas por las experiencias y proyectos de cada interviniente en el debate. Resumiendo: me considero una persona de izquierdas que ha militado y milita en partidos de izquierda y que ha sido y es activista en diversos movimientos cívicos, culturales y sindicales; igualmente me considero un valencianista intensamente influido por la simpatía hacia al catalanismo, pero no un nacionalista; finalmente, mi actividad profesional ha provocado que haya debido intentar racionalizar todo ello en libros, artículos, debates o conferencias y, si bien ello habrá servido para refrenar algunos ímpetus, no me dota de una imparcialidad ni de una pericia definitivas para abordar la cuestión que nos ocupa. Dicho esto comenzaré por exponer algunas ideas en las que se enfatiza el análisis desde el País Valenciano para adentrarme luego en alguna consideración más general.

Para comprender las distorsiones que el asunto adopta entre valencianos hay que tener en cuenta algunos aspectos de la Transición, aunque hay precedentes en épocas anteriores:

– Desde los años 60 y de la mano, esencialmente, de Joan Fuster, emerge un nuevo valencianismo, moderno, crítico, que impugna los estrechos límites del valencianismo regionalista, conservador, que se agotaba en sí mismo al negarse a cuestionar su relación con el conjunto de España. Este valencianismo que, para muchos, será directamente una forma de nacionalismo, es, en su esencia, catalanista y considera que decirnos valencianos es nuestra forma de llamarnos catalanes, lo que se deduce, en la obra fusteriana, de una brillante interpretación de la historia compartida por catalanes y valencianos que conduce a una identidad cultural basada sobre todo en hablar la misma lengua. Este esquema desembocaría en la reivindicación de unos Països Catalans. Sin embargo esta construcción siempre tuvo puntos débiles, como la ambigüedad teórica sobre la esencia de esos Països y ante el dualismo valenciano con zonas histórica y lingüísticamente no catalanas o, sobre todo, su despreocupación por convencer a la mayoría de la sociedad de un relato que podía ser intelectualmente consistente, pero que contradecía demasiadas cosas consideradas reales por la tradición regionalista. En cualquier caso esta corriente fue fundamental para armar ideológicamente el bloque de progreso que consiguió mayorías en la Transición, impregnando el mundo sindical, universitario, artístico, etc.

– La derecha valenciana reaccionó con un visceral anticatalanismo con una defensa cínica e inculta de las señas de identidad regionalizadas y del provincialismo, así como con el rechazo de la lengua propia. En esa estrategia llegarán a la amenaza y la agresión, un terrorismo de baja intensidad que estableció un clima de crispación –la denominada Batalla de Valencia- que limitó los éxitos de la izquierda y rompió muchas expectativas de modernización social. Si bien no consiguieron derrotar electoralmente a la izquierda, si lograron aislar a los movimientos más renovadores dentro de ésta, así como un encastillamiento del valencianismo catalanista, demasiado convencido de tener razón como para intentar persuadir de su utilidad y que, muchas veces, prefirió dimitir de la acción política para sumergirse en el victimismo y alimentar un autocompasivo imaginario de la derrota.

Las consecuencias de esta dialéctica han perdurado por décadas y, a los efectos del actual debate, cabe recordar:

– En la izquierda perduraron corrientes de simpatía minoritarias hacia Catalunya y el catalanismo como no se dan en otras partes de España –aparte de Baleares-, y aunque algunas fuerzas –PSOE- han sido en exceso prudentes, otras –ahora, en especial, Compromís- han seguido manteniendo su voluntad de vincularse de alguna manera –casi siempre de manera incierta- con lo que acontece en el Principat. Ello no elude algún problema. Así, la crítica redundante a las fuerzas catalanistas que se olvidan sistemáticamante del País Valenciano o la falta de simetría y diálogo entre partidos valencianos y catalanes. Por otra parte la izquierda política y social, aunque con distinto énfasis, sigue defendiendo cuestiones de interés común que retroalimentan la simpatía, sobre todo la defensa de la lengua y medios de comunicación propios.

– En la derecha el anticatalanismo se constituyó como una parte sustancial y perdurable de su relato. O sea: lo que se fue expandiendo por toda España de la mano de algunos intelectuales y periodistas y, después, con fiereza impropia de una fuerza democrática, del PP, fue antes ensayado, una y otra vez, en el País Valenciano. Hay que advertir, no obstante, que la llegada al poder del PP en la Generalitat Valenciana hizo que moderara sus invectivas, pues el conflicto permanente no era algo que interesara a los nuevos gobernantes. Por eso el anticatalanismo devino en una ideología disponible, silenciada en sus aristas más estridentes pero abierta en el apoyo a entidades reaccionarias y mostrada en el escaso interés por la enseñanza o la comunicación en la lengua propia. Ideología disponible que se activaba con energía cuando los intereses electorales lo aconsejaba. Así sucedió con los ataques al Estatut Catalá o asociado a las demandas del trasvase del Ebro. Al grito de “els catalans ens furtan tot!” se adoptaron resoluciones extemporáneas, se debilitó la trama cívica cultural, se menospreció –hasta su reciente cierre- a RTVV y se introdujeron pintorescas cláusulas en la reforma del Estatut valenciano, para no ser menos que los catalanes.

Es bastante plausible que la derecha valenciana reaviva el discurso anticatalanista según avancen las demandas soberanistas. Pero hay que matizar. En los últimos días asistimos a la enésima confrontación lingüístico-identitaria entorno a la definición de “valenciano” que ha hecho la Acadèmia Valenciana de la Llengua y que establece su unidad con el catalán, lo que ha motivado airados bramidos del PP, con el President de la Generalitat a la cabeza –en castellano, no sabe hablar valenciano-catalán- y un kafkiano cruce de dictámenes jurídico y filológicos. Lo de siempre. Bueno, no exactamente: no han faltado voceros que hacen el coro pero, en comparación con otras épocas, no hay, al menos por ahora, una ola de anticatalanismo callejero. Lo que probablemente quiere decir que el pueblo valenciano, inmerso en un amargo despertar y sabiéndose arrastrado a una crisis especialmente humillante por el desenfreno de corrupción y despilfarro, no está por trastocar sus inquietudes cotidianas con este nuevo zafarrancho anticatalanista que tampoco se ha atrevido a mezclar el Diccionario con el soberanismo catalán. A ello, seguramente, hay que sumar la inesperada convulsión, trasversal, que ha supuesto el cierre de RTVV, que ha dejado sin algunos argumentos clásicos y sin aliados históricos al PP. Son indicios, dispersos y nada definitivos, de un cierto cambio de corriente.

¿Y la izquierda? Posiblemente, por lo indicado antes, entre las personas que se definen de izquierdas -algo distinto de los alineamientos electorales estrictos- las corrientes de comprensión o, al menos, de atención ante el fenómeno soberanista son mayores que en otros lugares. Pero las fuerzas políticas, como tales, no se han pronunciado. El PSOE coincide con la propuesta de su organización federal. EU y Compromís no se han definido de manera oficial y notoria, aunque algunos militantes, sobre todo de Compromís, hayan mostrado su apoyo a las tesis soberanistas, mientras que otros han manifestado su escepticismo o, al menos, traten de refrenar lo que se contempla como alegrías innecesarias. Puntualmente, alguna organización cultural ha expresado su apoyo incondicional y, en el plano anecdótico, en València, siguiendo la inercia del mimetismo de otras épocas, se convocó un acto para reivindicar el Derecho a decidir del pueblo valenciano.

¿Qué viene a demostrar todo esto? Pues que es imposible hacer un análisis político sobre el asunto, en tierras valencianas, sin incurrir en contradicciones. Demasiado peso de la historia, demasiado intento de negociar lo que un día se consideró innegociable, demasiada manipulación de lo que debería estar reservado al ámbito de lo académico, demasiada confusión entre la legitimidad de las ideas y la creencia irracional en su automática evidencia generalizada. Esas contradicciones, no obstante, no tienen por qué eternizarse, al fin y al cabo la misma demanda de independencia, asumida por una buena parte de la sociedad catalana, es una novedad. Y sobre esta polémica de base identitaria se sobreponen los nubarrones de la crisis, anclando decisivamente en la más cruda realidad todos los movimientos importantes susceptibles de politización.

En ese marco, mi opinión es que lo peor que le podría ocurrir al valencianismo de estirpe catalanista es la independencia de Catalunya, por varias razones:

– El establecimiento de una frontera entre España y Catalunya supone ponerla también entre ésta y el País Valenciano, con todas las cortapisas que eso supondría, al menos durante largo tiempo.

– El mantenimiento de la unidad de la lengua sería mucho más difícil: además del rechazo genérico a lo catalán que previsiblemente se produciría, las dificultades para el mercado cultural y la ruptura de algunos proyectos comunes repercutirían sobre la parte más débil de la lengua, aunque ésta se fortaleciera en una Catalunya independiente.

– Las diversas versiones de españolismo existente en el País Valenciano se reforzarían, incluidas las que tienen asiento en un pensamiento de izquierdas, y el valencianismo político perdería capacidad de desarrollo al tener que ponerse a la defensiva.

Por todas estas razones puedo entender algunas alegrías de algunos nacionalistas valencianistas que ven en la independencia catalana una suerte de redención vicaria, pero me parece que eso sólo se defiende desde un idealismo ideológico vacuo y no desde lecturas políticas mínimamente pragmáticas. Por supuesto, quien diga esto puede inmediatamente verse sometido a una pregunta: ¿y defendería una independencia global de los Països Catalans? Pero es una pregunta trampa, porque la realidad es que la reivindicación del Derecho a decidir catalán excluye al País Valenciano y esa demanda en el País Valenciano es prácticamente inexistente y si se produjera el hecho refrendatario el resultado más que previsible sería una masacre para cualquier valencianismo catalanista. Sea cual sea el camino que se tome, siempre hay que partir de una realidad: el nacionalismo político catalán está asentado sobre una base amplísima de catalanismo cultural, más difuso, pero muy coherente y penetrante en todas las capas de la sociedad; en el País Valenciano el nacionalismo es casi inexistente porque no hay un valencianismo difuso, coherente y penetrante. La tarea de los valencianistas sigue siendo la de hacer crecer esa base, insoslayablemente en conjunción con otros valores progresistas; que de ahí surja un nacionalismo catalanista con vocación mayoritaria, es algo que estaría por ver, pero tan lejos que permanece más allá de cualquier horizonte político: es un simple ensueño metafísico.

Hechas estas observaciones en clave valenciana me voy a permitir algunas reflexiones sobre el debate en Catalunya. Vaya por delante una declaración genérica: intuitivamente no estoy a favor de la independencia de Catalunya, por dos razones. La primera es tan intensa como intelectualmente débil: mi costumbre vital es pertenecer a una realidad geográfico-cultural-estatal que incluye a Catalunya y si se produjera la independencia lo viviría con una sensación de pérdida; ese sentimiento debe ser compartido por centenares de miles de españoles que no son anti-catalanistas, porque los más reaccionarios, supongo, se sentirán, en el fondo, aliviados si se produjera la secesión; de estos españoles moderadamente procatalanes no se está hablando y pueden constituir un segmento político significativo. La otra razón va unida a mi perspectiva valenciana, pero ahora lo argumento de una manera más amplia: Catalunya aporta al conglomerado español elementos muy significativos, por su historia y cultura, de progresismo: tradiciones de civismo, pluralismo y europeísmo están muy aferradas a la idea de Catalunya, por lo que tiendo a pensar que, sin ella, esos valores se debilitarían en España, y todo ello al margen de la reaccionaria política actual de CiU en lo socio-económico.

¿Significa ello que les niegue el Derecho a decidir? Vamos por partes. Significa, inicialmente, que tengo un Derecho evidente a decirle a los catalanes estas cosas, sin que tenga que verme afectado a priori por las opciones limitadas que pueden tener los catalanes. Incluso puedo reconocer, sin quebranto de la coherencia, que si fuera catalán, quizás, fuera independentista y, desde luego, estaría por un Derecho a decidir, aunque ya no esté tan seguro de las opiniones que tendría sobre la legitimidad de las diversas fórmulas posibles para ejercerlo. Si ello es así es porque creo llegar a entender algunas reacciones del pueblo catalán, sometido a desprecios, marginación y humillaciones en los últimos años, por parte de los partidos dinásticos españoles y por otras élites jurídicas, mediáticas, etc.

No creo que el mal se originara en la Transición, porque no creo que debamos usar la Transición como una plantilla inversa que automáticamente explica todo lo que va mal, igual que el relato principal de la Transición la ahoga en celebraciones y homenajes y la presenta como suma de todas las bondades sin atisbo de error. Pero el modelo que salió de la Transición –aunque yo hubiera preferido el reconocimiento de la plurinacionalidad y un sistema de federalismo asimétrico- era, seguramente, lo que mejor se podía conseguir de acuerdo con la correlación de fuerzas existente, incluyendo en esa correlación los deseos mayoritarios del nacionalismo catalán pues, como pisieron explícitamente de manifiesto Roca y Pujol, el redactado final satisfacía plenamente sus aspiraciones que, desde luego, nunca incluyeron un sistema federal. En todo caso la cuestión no es que debamos conformarnos con el resultado del consenso constituyente porque no había otra cosa: al menos en este caso el mecanismo desbloqueó el uniformismo españolista heredado, abrió puertas a nuevas experiencias y posibilitó unas estructuras que han funcionado de manera razonable durante mucho tiempo, contribuyendo decisivamente a la construcción del Estado social en España. Los ataques indiscriminados al modelo autonomista sirven ahora a los que pretenden una nueva centralización del Estado en nombre del invisible pero omnipresente nacionalismo español, arrasando, de paso, servicios y prestaciones públicas.

No creo, pues, que haya que pensar en un pecado original, sino en un desarrollo poco original, nada creativo, de la relación entre hechos diferenciales y Estado autonómico, que culminó con la burla que fue la sentencia del TC sobre el Estatut. También creo que hay que buscar las razones en la ausencia de imaginación y voluntad para establecer un sistema de financiación más justo y una política de infraestructuras más adecuada. Y, en definitiva, me parece, la crisis actúa como gran detonante del proceso, al menos en dos sentidos: A) sirve al discurso que simplifica las contradicciones y crea un enemigo externo al que achacar políticas de ajuste, lo que es una verdad a medias; y B) el independentismo permite ofrecer un horizonte de acción política a decenas de miles de personas, mientras que en el resto de España ese estímulo desaparece, ahogado en buena medida por un arbitrismo populista –de derechas o de izquierdas- o por la desesperanza causada por la política bipartidista y la corrupción.

Es desde estas premisas como podemos preguntarnos sobre el “Derecho a decidir”. Y aquí tengo que reconocer que tengo un sesgo profesional que me dificulta empatizar con algunas opiniones, aunque, espero, mis prejuicios académicos no me cieguen sobre argumentos sólidos. Y es que, quizá, aquí nos encontramos con un problema añadido: carecemos de unos términos adecuados que, a la vez, expresen el nuevo relato de la realidad implícito en la demanda soberanista y que impidan una polisemia que conduce al diálogo de sordos, aunque, claro, esto deja de ser un problema cuando los que pueden dialogar no quieren dialogar, porque han llegado, racionalmente o no, de buena fe o no, a la conclusión de que no cabe el diálogo. Los nacionalistas catalanes no han caído en la trampa de invocar el Derecho a la autodeterminación, figura respetada y respetable en el Derecho Internacional, pero que, saben, no sería de aplicación al caso español/catalán: por más vueltas que le den Catalunya no es una colonia. Otra opción hubiera sido la de emplear el término “secesión”, pero esta palabra está muy cargada semánticamente y el gran ejemplo histórico, el de EE.UU., tiene una connotaciones francamente desagradables. Pero es que, además, en el discurso implícito del soberanismo no se plantea una ruptura del Estado sino un alejamiento definitivo y total de él, lo que parece lo mismo pero no lo es, al menos si se trata de congregar apoyos y, en la propia Catalunya, esos matices pueden ser importantes para cosechar unas decenas de miles de votos decisivos: una cosa es ser independiente y otra llevar a votar a personas que mantienen vínculos afectivos muy intensos con España y no quieren que su ausencia les cause demasiados quebrantos. Así ha sido reconocido por la propia Generalitat cuando ha aludido, en documentos oficiales, al proceso soberanista como una realidad que pretende estrechar lazos “en libertad” con España, partiendo de la base que los catalanes no son antiespañolistas, lo que, seguramente, es cierto, al menos predicado de una mayoría.

Derecho a decidir, pues. Pero la elegancia formal del concepto ha tenido tanto éxito que puede acabar por desvirtuar su contenido. Derecho a decidir, también, de las mujeres respecto a su maternidad, se ha inscrito inmediatamente, con toda justicia en este caso, en el friso de las actuales reivindicaciones. Derecho a decidir de los vecinos de un barrio frente a una decisión urbanística. Derecho a decidir, tal es la expansividad de este Derecho, sobre cualquier cosa que, a la vez, A) suponga la activación de un sujeto que se constituye, precisamente, en el ejercicio de tal Derecho y B) el uso del mismo como desafío a una autoridad a la que se reconoce legitimidad pero de la que se discrepa en una o en una serie de decisiones. La pregunta inmediata es: ¿cuál es el límite de ese Derecho? La respuesta se complica porque no está en la Constitución y ni siquiera lo podemos deducir analógicamente de los Derechos constitucionales realmente existentes. Sería, parece, un Derecho sin derecho, ajurídico y fundado en una base ética. Eso está muy bien, pero la experiencia nos indica que hay algunos peligros en esas construcciones y, el principal, es que los límites no se pueden objetivar, sino que sólo pueden ponerse por los que enuncian y se refugian en el mismo Derecho, que, lógicamente, estarán poco interesados en limitarlo. (Obsérvese que en otras invocaciones al Derecho a decidir, actualmente en circulación, sí que hay principios constitucionales que pueden usarse: la dignidad de la persona como fundamento del orden social del artículo 10.1, o la igualdad material propugnada en el artículo 9.2… otra cosa es que tengan menos resonancia en el marketing político).

Sin duda la unicidad de la soberanía atribuida al pueblo español será siempre un argumento sólido para los que no aceptan ninguna posibilidad de proceso independentista, ya que, se mire como se mire, éste supone una vulneración de la Constitución. Y una vulneración política encabezada, tal y como están las cosas, por un órgano del Estado constitucional, la Generalitat catalana, algo distinto de las violaciones constitucionales cotidianas a cargo de poderes fácticos de todo tipo. Puestas así las cosas la cuestión hay que reconducirla a un descarnado horizonte político: en el Derecho no hay solución. El problema es que parece que en el diálogo político tampoco. Pero insistir en ese diálogo es lo único sensato, con dos salidas posibles:

– La aceptación común de una tercera vía (con)federal, que exigiría una reforma constitucional, antes de la celebración de una votación refrendataria.

– Un pacto para la celebración del referéndum que incluya las preguntas, más bien extrañas, en conjunto, planteada por la mayoría parlamentaria catalana.

Personalmente me muestro favorable a la primera, pero soy poco optimista, ya que las dos partes en conflicto no la desean, mientras que la segunda es el resultado del deseo de una de las partes. Puestos en esta tesitura sólo cabe tratar de evitar que el conflicto adquiera tintes dramáticos con, por ejemplo, brotes de violencia más o menos explícita o gestos de crispación extrema como desobediencia civil generalizada, boicots, etc. Sin embargo soy consciente de que toda apelación a la cordura ya es casi inútil, y no porque crea que son irracionales los actores, sino porque ambos actores principales –emblematizados en los partidos mayoritarios de Catalunya y España- tienen suficientes recursos de racionalidad: si unos usan la democracia constitucionalizada, otros arguyen la esencia misma de una democracia descarnada. Los dos tienen razón. O parte de razón.

La cuestión se sitúa, políticamente, en la gestión del tiempo. Si los soberanistas son capaces de mantener su proyecto en sucesivos momentos electorales pueden acabar ganando. Si los dirigentes españoles son capaces de soportar la presión sin, a la vez, alentar nuevos soberanistas con sus desplantes e insultos, pueden acabar por desanimar a parte del electorado catalán. Me parece que lo están haciendo notablemente mejor los soberanistas catalanes: el nacionalismo catalán es más dúctil, más moderno que el españolista.

Llegado el caso, la celebración de un referéndum sería insoslayable. Me parece que la petición de delegación de la convocatoria de referéndum consultivo formulada por la Generalitat morirá parlamentariamente sin efecto alguno. Pero no deja de ser curioso el mecanismo, ya que había una vía más sencilla: solicitar la convocatoria de ese referéndum directamente por el Gobierno con la autorización del Congreso, ya que la Constitución establece ese modelo de referéndum sin ordenar taxativamente que deba servir para la totalidad del territorio español, es verdad que el artículo 92.1 de la Constitución dice que serán consultados “todos los ciudadanos”, pero cabe una interpretación flexible que acepte que la consulta es a “todos” los de un territorio determinado. Y tanto más cuando ese territorio no está arbitrariamente delimitado sino que es el de una Comunidad Autónoma con personalidad propia y, además, de las que se interpreta como “nacionalidades históricas”, a la luz de lo dispuesto en la Disposición Transitoria Segunda. Si no se ha intentado seguir ese procedimiento es, supongo, porque la Generalitat desea ser la promotora directa de la consulta, pero no debería ser un obstáculo definitivo, llegado el caso, permitir que fuera el Gobierno del Estado el organizador. Aunque las posibilidades de que, hoy por hoy, eso suceda, son escasas.

El prestigioso constitucionalista Rubio Llorente ha planteado la fórmula del doble referéndum: uno catalán y otro posterior, si el primero hubiera ofrecido una mayoría clara, de todos los ciudadanos españoles que, tomando nota de la voluntad real catalana, se pronunciaran por favorecer una reforma constitucional en la que se pactara la independencia o algún tipo de fórmula mixta que ahora es difícil de prever. Ciertamente me parece lo más sensato, aunque hay que reconocer que este procedimiento llevaría años. Pactar la totalidad del proceso sería necesario, pero muy complicado. Y siempre queda la peor de las posibilidades: que el segundo referéndum desautorizara al primero, o, incluso, que superados los dos referéndums encallara la difícil reforma constitucional, que debería seguir el procedimiento “agravado”.

En todo caso no está de más reconocer y advertir a la ciudadanía de esta complejidad, no siendo lícito la simplificación del asunto o la pintura de la situación en términos de buenos y malos. La descripción de los catalanes como traidores es una peligrosa estupidez que, por ejemplo, se contradice con aquello que tantas veces se dijo a propósito de ETA: “en ausencia de violencia se puede hablar de todo y ninguna puesta está cerrada”. Pero tampoco puede invocarse la superioridad moral genérica de un Derecho a decidir cuando hay más que sobradas sospechas de que, en caso de derrota de las tesis independentistas, los nacionalistas soberanistas comenzarían, el día después, a planificar la siguiente consulta. Sea como sea o hay un cambio inesperado en las alternativas o esa consulta, cuyos resultados deberían ser acatados por todos, es la única salida posible. No tanto por un principio democrático difícil de establecer en sus perfiles como porque es la única salida razonable. Y mejor confiar en los dictados de la razón que en los impulsos de los principios.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • […] 19 de Marzo de 2014 Publicado originalmente en “Público” […]
  • Lucas

    Estudiante

    Yo me imagino que en la próxima edición de “¿Quién quiere ser millonario?” la última pregunta será: ¿Usted se siente más catalán o más español? Manrique titulaba su artículo “respuestas de un demócrata español…” y otros muchos ponentes han hecho referencia a expresiones del tipo “yo como catalán creo…yo soy español, pero…”. El problema de las identidades nacionales es que difícilmente puede uno escapar de ellas. La clase políticamente dominante en Cataluña y en España han predefinido los términos y el imaginario colectivo a partir del cual todos los demás vamos a entablar el debate. No nos extrañe pues...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Estimado Sr.: Le invito encarecidamente a que repase aportaciones mías al debate –que son varias y que creo no se ha tomado la molestia de leer- para poder entender el sentido de mis palabras. Por lo demás, si Ud. cree que las personas de izquierda no debemos dejarnos distraer « por eso de la ‘democracia’», entonces es que no tenemos nada en común, y sobre esta base no hay diálogo y debate posible. Reciba un cordial saludo mío.
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    La frase en la que yo interpreté que usted se definía abiertamente como no demócrata es esta: "cabe recordar que los más eminentes clásicos griegos ya previeron el fracaso de la democracia de los hombres libres, que, por cierto, era más restrictiva en el voto que la que actualmente nos rige". Faltaría que nos aclarase si considera a esos ilustres pensadores del pasado como un oráculo infalible, si defiende una restricción del derecho al voto y con qué criterio, o en términos más generales si preconiza una forma de gobierno superior a la democracia y cuál es. Cuando dice usted...
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  • darwiniano

    profesor universitario jubilado

    Sr. Burgallo, aunque obviamente no soy aludido, al leer su comentario no he podido por menos que intervenir para hacerle entender cuál es la razón por la que muchos nos oponemos “al derecho a decidir” de los catalanistas. Para empezar le diré que es completamente arbitrario distinguir “pueblos” en esta Piel de Toro, en la que no cabe apreciar etnias cuando vas por la calle, tanto menos cuanto que las gentes llevan siglos migrando de unas regiones a otras, de modo que en Cataluña la mayor parte de la gente es de otras regiones de España. Pero, si, tergiversando...
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  • darwiniano

    profesor universitario jubilado

    Si, Vd. considera que está lejos de la democracia quien se opone a que los independentistas "decidan" apropiarse de una industria que considera patrimonio de todos los españoles y "decidan" situar una frontera en el paso natural del resto de España hacia Europa, pues ¿qué le voy a decir? las consideraciones subjetivas son libres, pero la lógica no se ve por ninguna parte, a no ser que ser demócrata implique dejarse expoliar y marginar. Referente al papel que juega la religión en la definición cultural histórica de un pueblo, le diré que es tesis establecida en antropología cultural,...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Doctorando en Comunicación e Interculturalidad en la Universidad de Valencia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía. Licenciado en Geografía e Historia.

    Aunque las dos intervenciones del día de hoy sobre el Derecho a Decidir, y expuestas por A. Klappenbach y L. Falcón, son de jaez muy distintos (uno es matizado y tolerante, y el otro no), les voy a contestar por igual. Por muchas vueltas que le demos a la cuestión, siempre se llegará, inevitablemente, al mismo punto: ¿se puede imponer la convivencia a un pueblo si éste desea vivir de forma independiente? Es cierto que este es un problema que no involucra en sí mismo una problemática de clase; pero pensar que a la izquierda sólo deben preocuparle los problemas...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    Entiendo que usted se declaraba no demócrata en el último párrafo de su primera intervención en esta ponencia. Disculpe si le malinterpreté. "Que todo adversario del derecho a decidir es no demócrata" yo no lo he dicho. Hablaba de "otros" adversarios, no de todos. Lo que sí sostengo es que un adversario del derecho a decidir que se crea sinceramente demócrata está muy lejos de comprender realmente qué significa "democracia". Si usted no es demócrata, es comprensible que para usted la "trayectoria histórica que sirve para dibujar la identidad cultural histórica de una población" cuente más que su voluntad...
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  • Jordi Guillot

    Senador de ICV

    Me refiero, evidentemente, a la desafección de una mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya hacia el actual ordenamiento constitucional votado hace casi 4 décadas y sólo por quienes hoy tienen más de 57 años. ¿Existe esa desafección?. ¿Es un fenómeno pasajero?. ¿Tiene solución con el mantenimiento del actual status-quo?. Calibrar y valorar bien las respuestas a estos interrogantes es imprescindible si realmente se quiere dar una salida positiva al actual conflicto de relaciones entre Catalunya y el estado.Hay desafección, no es un fenómeno pasajero y apelar a la legalidad vigente no es la solución. Ignorar la ruptura...
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  • darwiniano

    profesor universitario jubilado

    Agradecido por su felicitación, pero me pregunto en que universidad ha estudiado Vd. esa lógica que le permite concluir que todo adversario del derecho a decidir es no demócrata, sobre todo cuando lo que mi argumentación central dice es que a lo que se oponen dichos adversarios ( y yo con ellos) es a que los independentistas "decidan quedarse con una propiedad industrial que consideran parte del bien común de toda la nación española". En cuanto a que "me recuerda" que la identidad de religión es cosa del pasado, le diré que mi argumento así...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    Le agradezco su sinceridad al declararse abiertamente como no demócrata, a diferencia de otros adversarios más hipócritas del derecho a decidir. Permítame recordarle que la "identidad de religión" es cosa del pasado aunque les pese a los nostálgicos de los genocidas del "tanto monta" y del fascista bajo palio, y felicitarle a usted y a los estudiantes universitarios por su jubilación.
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  • Joan Baldovi

    Diputado en el Congreso (Compromis-Equo)

    Las diferentes reacciones al debate parlamentario sobre la “consulta catalana” han sido tan previsibles como se esperaba. Nada nuevo. Incluso la lectura interesada y exagerada de algunos medios de comunicación que, lejos de escuchar los argumentos, interpretan unilateralmente el sentido y la intención del voto de unos y otros. Entre ellos, el mío. Compromís votamos sí a la propuesta presentada por el Parlament de Catalunya para que se permita legalmente una consulta ciudadana. ¿Qué hay de malo en ello? ¿Quién teme a la democracia? Desde algunos sectores se intenta derivar el debate hacia una vertiente legal. Es, obviamente, una excusa....
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  • […] Soy de las que comparte la idea de que los medios de comunicación públicos no están siendo aquí instrumento de democracia de calidad. No están atendiendo suficientemente las necesidades democráticas, ni haciendo efectivos satisfactoriamente los principios y valores que deberían respetarse en una controversia de tanta complejidad.  […]
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  • darwiniano

    profesor universitario jubilado

    Hemos asistido al debate parlamentario sobre el referendum" catalán, y lo que hemos podido ver, al menos es mi impresión, que los políticos separatistas les tienen comida la moral a los constitucionalistas. ¿Será que los argumentos de los separatistas son tan fuertes, o será que los separatistas son temibles por el poder político adquirido? Primero: Argumentos de los independentistas: 1. España es un estado plurinacional. El argumento pretende que España es un caso aparte en el conjunto de las naciones europeas, cuando lo cierto es que todas ellas se han ido formando por integración de territorios y reinos anteriores....
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  • […] d'abril 2014 La professora de Ciència Política de la UAB Ana Sanz demana a “Abans de decidir s’ha de debatre” (“Público”, 9 d’abril) que el debat sobre la independència de Catalunya […]
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  • Espartaco

    escritor

    Sr. Mario Ortega: En efecto, quien más motivos tiene para quejarse del régimen transicional postfranquista es Andalucia, junto con Extremadura, "Castilla-La Mancha" (nombre inventado a la hora del "café para todos", y no fue el único) así como, en general, las zonas más pauperizadas del reino borbónico español. Sin embargo, no son pocos los ciudadanos de estos lugares que se dejan embaucar por el "populismo" anticatalanista y antivasco cuando en realidad la principal causa de su "asfixia" se ubica en el "centro", o sea, Madrid. Los mismos que colaron la reforma del artículo 135 de la Constitución transitoria...
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  • Ana Sanz

    Profesora Ciencia Política Universidad de Barcelona

    Vicenç Navarro arranca este debate presentando la transición española como un proceso “inmodélico” y me pregunto si cabe la posibilidad, ni siquiera teórica, de que exista un proceso político “modélico”. Y al mezclar Navarro la transición española con el debate sobre la posible secesión de Catalunya y el derecho a decidir no vale sino plantearse también si este proceso político está siendo o no modélico. Comparto las ideas relativas a la crisis de régimen y el plantear los marcos del problema más allá de las fronteras españolas. Y no puedo sino compartir una mirada generacional. La Constitución de 1978...
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  • fernando

    docente

    No sé qué suerte de espejismo ha fraguado qué casta dirigente desde va para un siglo que reclama con las cuentas de vidrio solariegas, a sus siervos, su terruño y sus ganados por el mero egoísmo de disponer de un coto reducido, pero privado, sobre el que ejercer su tiranía basada en ¿la tradición?, ¿el tipismo? El hambre, la injusticia y la pobreza no suenan bien ni mejor en ningún idioma ni acento. La opresión y el dominio no son más dulces por imponerse en la lengua ancestral. La ley injusta, la desigualdad no es más deseable por sufrirla...
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  • fernando

    docente

    ¿Conocen algo más chocante que un andaluz haciendo de andaluz, o siendo más andaluz que otro andaluz? O castellano, o vascuence… Podemos imitarnos, exagerar acentos, reírnos de nosotros mismos, de cómo decimos que somos. Sabiendo que, uno a uno, así no somos, que así no es nadie, salvo en el sainete o en la broma que queremos representar. ¿Se pondrán de acuerdo delincuentes de diversos pueblos y orígenes para dar un golpe o necesitarán ser comarcanos? Y los ateos de una región tendrán más en común con los ateos del resto de pueblos o paradójicamente con los creyentes de las...
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  • […] Ortega / Mi aportación al debate sobre el derecho a decidir en Cataluña abierto por Vicenç Navarro en Diario […]
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  • […] https://espacio-publico.com/v2/catalunya-y-el-derecho-a-decidir#comment-1040 […]
  • ¿Decidimos?

    08/04/2014

    Mario Ortega

    Miembro de Izquierda Verde Andaluza y de Primavera Andaluza, ex-portavoz de Los Verdes de Andalucía

    Esta tarde se debate en el Congreso sobre el derecho a decidir en Cataluña. El grupo constitucionalista cerrará filas, las mismas filas que cerró con la reforma del artículo 135 de la CE. El grupo constitucionalista prefiere que la soberanía resida en el gobierno de Gran Coalición de Merkel (como si aquí gobernaran juntos populares y Socialistas). El grupo constitucionalista español, que no tiene empacho en ponerse de acuerdo en reformar la constitución para garantizar el pago de miles de millones ilegítimos a la banca acreedora, le parece patriótico que la soberanía española resida en la Troika o en el...
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  • Ramón Espasa

    Médico. Fue Conseller de la Generalitat, diputado por el PSUC y senador pr el PSC

    Las co­sas no pue­den se­guir igual en­tre Ca­ta­lun­ya y Es­pa­ña: es­ta es la con­clu­sión más re­pe­ti­da hoy en cual­quier con­ver­sa­ción so­bre la ac­tua­li­dad en nuestro pais. Las ma­ni­fes­ta­cio­nes del 11 de sep­tiem­bre del 2010 en res­pues­ta a la sen­ten­cia del TC, del 2012 por el de­re­cho a de­ci­dir, y la ca­de­na humana del 2013 por la in­de­pen­den­cia son más que elo­cuen­tes. Expresan cla­rí­si­ma­men­te unos mismos sen­ti­mien­tos de dig­ni­dad he­ri­da, aunqué adornados de las más va­ria­dos anhelos de cam­bio. Los dic­tá­me­nes de se­rios con­se­jos con­sul­ti­vos, las po­si­cio­nes po­lí­ti­cas de lí­de­res po­lí­ti­cos, las edi­to­ria­les de los periódicos nos ilus­tran a...
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  • darwiniano

    profesor universitario jubilado

    Por cuestiones de demora en el registro, llego un poco tarde a este foro, aún así, he decidido remitir este breve comentario. En el frontispicio de su escrito pone el profesor Navarro la tesis habermasiana, según la cual un contrato no es válido si las partes contratantes no están en pie de igualdad. Pues bien, suponiendo que el ponente sea capaz de citar algún tipo de contrato ( que yo sepa Habermas no lo ha hecho) que cumpla esa condición, quiero decirle que la conclusión lógica de su argumentación no pasa necesariamente por la...
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  • Tasio Oliver

    Responsable de Servicios Sociales y Consumo de IU

    No soporto más encajes de difícil catadura ético-política (¿hay alguna diferencia para la izquierda?) en los análisis acerca de la 'cuestión catalana'. Cataluña existe en nuestros labios, como en el corazón, desde que tenemos uso de razón pública. Y Cataluña también ha estado en los labios de la democracia española, como un constante mantra en estos 35 años, siempre en la misma clave. Aquellos que desde la izquierda española somos sensibles a las aspiraciones soberanistas, como cuestión esencial en cuanto a la configuración de un Estado en el que los derechos de los ciudadanos/as están por encima de cualquier otra...
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  • jgdelburgo

    Arquitecto y otras cosas.

    ¿Os imagináis que en junio de 2010, en vez de derogar los artículos del Estatuto Catalán aprobado por los ciudadanos catalanes en referéndum, se nos hubiera ocurrido pensar y decir que lo que había que cambiar era la Constitución, y que además se hubiera hecho? La vida nos enseña que nada permanece, que todo cambia, que todo evoluciona, que todo progresa; que el inmovilismo no lleva a ninguna parte, excepto al propio inmovilismo. La Constitución es inadecuada porque no dejó previsto un proceso de evolución al mismo ritmo que la sociedad y sus demandas. La Constitución tendría que haber reflejado...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    Señor Jáuregui: yo también daba por concluida mi aportación pero me he sentido impelido a responder a su intervención, pues a mi entender está llena de falsedades y posibles intentos de manipulación. Al igual que Pedro Muñoz Moreno, con cuya respuesta estoy en líneas generales de acuerdo, desarrollo mi respuesta en documento adjunto. Voy citando lo que usted expresó y respondiendo punto por punto: > Mi oposición al Derecho a decidir no tiene solo fundamentos de legalidad. Por supuesto estos son importantes porque, en Democracia, las formas son el fondo. Discrepo. Las formas son las formas y el fondo es...
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  • Piter

    Parado

    Pensaba haber concluido mi aportación al debate, por haber dicho ya lo básico de cuanto pienso al respecto. Pero una afirmación tuya me hace volver a intervenir, puesto que me siento directamente aludido por esa afirmación. Dices: “Quienes desprecian el valor de las leyes y las exigencias de su cumplimiento en todo proceso político (por muy transformador o rupturista que sea), es que no conocen el sentido básico de la democracia.” Quizás en Democracia (con mayúsculas) las formas sean el fondo como afirmas, yo no lo sé puesto que nunca he tenido la suerte de vivir en una Democracia (y ya...
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  • […] Este es un espacio de debate, abierto a todos los que se interesan por el cambio social y la emancipación.  […]
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  • Ramón Jáuregui

    Diputado del PSOE en el Congreso

    Mi oposición al Derecho a decidir no tiene solo fundamentos de legalidad. Por supuesto estos son importantes porque, en Democracia, las formas son el fondo. Quienes desprecian el valor de las leyes y las exigencias de su cumplimiento en todo proceso político (por muy transformador o rupturista que sea), es que no conocen el sentido básico de la democracia. ¿Cuáles son esos requisitos legales? Primero, debemos aclarar una peligrosa confusión. La consulta no es solo una consulta. En la práctica es el inicio de la secesión. Porque, aunque la consulta no sea vinculante jurídicamente –como proclaman sus promotores-, nadie negará...
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  • Javier_Hidalgo

    Estudiante de Filosofía, Política y Economía

    Siento que esta artificial España antaño ferviente católica, ha ido sustituyendo la religión fanática por el nacionalismo (a veces también fanático). Desgraciadamente este no es un mal endémico sino que el siglo XX es la Historia de millones de innecesarias muertes en nombre de banderas, himnos y "naciones". España no ha aprendido la lección y parece condenada a sufrir los mismo males. Catalunya, pero también el Estado español, tratan al Estado (unos el que ya tienen, y otros el que desearían tener) como un fin en sí mismo, olvidándose de las personas más que para hacerlas instrumentos de esa...
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  • Javier Aroca

    Analista político y antropólogo

    No me siento cómodo opinando sobre Cataluña, es un universo emotivo en donde se ha mezclado tanto elemento que cuesta trabajo pasar incólume. Ayuda a mi incomodidad mi condición de andaluz de nación y mi empatía con los catalanes. Para colmo, cuando ya tenía pensado qué escribir, se ha conocido la sentencia última del Tribunal Constitucional, leída con tanta pasión como ausencia de sangre fría para llegar a conclusiones que no tengan nada que ver con las agitaciones estratégicas, legítimas aunque a veces inconsistentes y poco sinceras, de las posiciones encontradas, combativas, sean de una parte o...
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  • Piter

    Parado

    En primer lugar decir que estoy de acuerdo en la necesidad de reforma (en mi caso, pienso que cambio total) de la CE, y que dicho cambio debe nacer de una voluntad de consenso y de un acuerdo mutuo. Porque la lealtad mutua es, en cualquier caso, posterior al acuerdo, y consistiría en el respeto y asunción de tal acuerdo. Me parece muy bien que pidas eso, aunque no comprendo como se puede defender ese consenso y lealtad mutua por parte de alguien que pertenece a un partido que en la anterior legislatura actuó fuera de los parámetros que ahora...
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  • josemacheli

    jubilado

    No hay que ser muy avispado, para percibir que nuestra Constitución tiene que ser puesta al día, debido a las graves tensiones regionales (tema finaciación, lengua, educación, competencias, etc). Para ello, yo creo que la única solución es ir a un Estado Federado, que no significará que se "rompa" España. Simplemente será otra forma de organización de la nación, y si nó veanse los ejemplos de Alemania y Estados Unidos (y especialmente en ésta última, llama la atención el fuerte sentimiento de pertenecer a la nación USA....). Pero para ello nuestros políticos tienen que ser : -valientes -no anteponer sus intereses partididistas a...
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  • […] Federal,pero España […]
  • Piter

    Parado

    En respuesta a Luis Ángel Hierro, debo decir que me sorprende el monumental error, en cuanto a conceptos políticos se refiere, en el que basa toda la estructura de su argumentación. Y me intento explicar: 1º La soberanía es la capacidad o poder de dar las leyes que rigen la convivencia. 2º Una diferencia substancial entre dictadura y democracia, es la manera en que la soberanía se manifiesta. Así, mientras en una dictadura la soberanía la detenta un sector (mayor o menor) del conjunto social mediante imposición sobre el resto, en una democracia la soberanía se establece por mutuo acuerdo del...
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  • Óscar Iglesias

    Diputado de la Asamblea de Madrid. Secretario de Política Autonómica del PSM

    La democracia y sus instituciones deben adaptarse a la realidad de la sociedad en que se desarrollan, y que esas mismas instituciones han ayudado a cambiar. Esta afirmación hoy en España, significa huir del inmovilismo y la mitificación de la Constitución del 78, pero también de los deseos de recentralización o autodeterminación. Y tener claro, que los procesos de cambio constitucional que hay que realizar deben partir de la igualdad de los ciudadanos, de la realidad histórica y social de España, de su plena integración en la Unión Europea, y de un escenario de lealtad mutua, donde haya voluntad...
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  • Espartaco

    escritor

    El Sr. Luis Ángel Hierro, entre otras arrogancias "jurídicas", menciona el "derecho de secesión". Tal derecho, como tal, no existe, sino que es un derivado o consecuencia lógica del derecho de libre determinación de los pueblos, reconocido plenamente en el derecho internacional. El derecho de libre determinación (autodeterminación) de los pueblos para que no pueda ser escamoteado o vaciado de contenido implica, entre otras cosas, el supuesto "derecho de secesión" si la situación concreta lo requiere. Por ejemplo, si el derecho de libre determinación de los pueblos para hacerse efectivo exige en un caso particular (Catalunya, País Vasco,...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    ¿Cuál es el problema de que Artur Mas plantee planes alternativos para el caso (harto probable) de que el gobierno central trate de impedir la celebración del referéndum? ¿Así que "no hay otra propuesta mejor que pactar el derecho a decidir" con quienes niegan ese derecho y han demostrado sobradamente que no están dispuesto a pactar? Lo que es de "destacar" en la posición de IU es la flagrante contradicción de "defender el derecho a decidir" pero a la vez rechazar la posibilidad de una declaración unilateral de independencia y pretender que todo se haga conforme a la legalidad....
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  • Luis Ángel Hierro

    Director del Departamento de Economía e Historia Económica de la Universidad de Sevilla.

    Es habitual en política hacer piruetas con las palabras para no decir directamente lo que se pretende. Eso es lo que ocurre con el eufemismo “derecho a decidir”, que es un concepto inexistente en el derecho constitucional y que en Cataluña muchos utilizan para evitar referirse al “derecho de secesión”, habida cuenta que no pueden hablar de “derecho de autodeterminación”, puesto que Cataluña ni es una colonia, ni está ocupada militarmente, ni se discrimina a su población. En términos jurídicos la pregunta a responder es bien sencilla ¿a quién corresponde en España el derecho de secesión? La mayor parte de...
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  • Joan Saura

    Miembro de la dirección de ICV. Senador por Catalunya

    La compleja situación política catalana y la no menos compleja e incierta relación España- Catalunya viene determinada por la sentencia del Tribunal Constitucional ( TC ) sobre el nuevo Estatuto de Autonomia de Catalunya ( EAC). Una sentencia cuyas consecuencias van más allá de Catalunya pues cierra la via evolutiva del Estado de las Autonomias hacia un estado federal en el actual marco constitucional. La reforma del EAC tenia fundamentalmente 3 objetivos : incluir un titulo sobre derechos y libertades inexistente en el EAC de 1979, incorporar competencias e instrumentos para resolver nuevos retos que “no existían” hace...
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  • Jaime Pastor y Miguel Urbán

    Profesor de Ciencia Política de la UNED e Historiador respectivamente

    A medida que se está comprobando que la decisión del Parlament catalán de convocar una consulta sobre su futuro sigue adelante, la beligerancia desde gran parte de los medios de comunicación y los principales partidos de ámbito estatal se intensifica apoyándose en una permanente referencia a un fundamentalismo constitucional, generalmente acompañado de una mitificación de la “Transición”; en argumentos primordialistas que se remontan a un remoto pasado (como también lo hacen sectores significativos del nacionalismo catalán) o, en fin, en que se quedarían fuera de “Europa”. Esas respuestas revelan una torpe ceguera ante una realidad incuestionable: sea cual sea...
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  • Espartaco

    escritor

    En mi último comentario, titulado "Democracia, autodeterminación y "autodecisión" tras la descolonización", comienzo diciendo: "En el proceso de descolonización de los años 60 y 70 del pasado siglo ..." En realidad, quiero decir: "En el proceso de descolonización de los años 50 y 60 del pasado siglo ..."
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    Gracias por su amable y clarificadora respuesta. Quiero de todas formas expresar discrepancias y matices respeco a algunas de sus afirmciones: "Los nacionalistas catalanes han planteado una salida de forma unilateral, con todo decidido, en un trágala": En comentarios anteriores he dado argumentos por los que considero legítima una salida unilateral. Por otra parte, ¿qué significa "todo decidido" si se propone un referéndum en el que se puede votar "no"? "Al parecer, el caso tiene poco que ver con Quebec y con Escocia": Esto lo veo como responsabilidad exclusiva del bloque "anticonsulta". "Compartir la lengua es sólo eso, compartir la lengua; no...
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  • Ernesto Urtasun

    Diplomático. Candidato de ICV a las elecciones europeas

    Catalunya y España se encuentran en una encrucijada. El problema es mutuo, catalán y español. El Tribunal Constitucional decidió tras su sentencia sobre el Estatut de Catalunya mandar fuera del marco Constitucional a una gran mayoría de catalanes que tras esa sentencia ya no se sienten reconocidos en la Constitución actual. Alguien pensó en el PP que tumbando al Estatut se mandaría callar a la ciudadanía de Catalunya. Fue al revés: aquella sentencia instaló una bomba de relojería contra la propia Constitución y aceleró el cuestionamiento del pacto del 78. Hoy la ciudadanía de Catalunya, en su gran mayoría, quiere...
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  • Jose Manuel Roca

    Escritor y analista político.Autor de "La Oxidada Transición"

    Gracias por la atención prestada. Respecto a su texto, tengo los acuerdos y desacuerdos, que indico a continuación. 1. JAPM: “¿Acaso tiene mejores proyectos la izquierda del resto de España?” De acuerdo. No los tiene. Y eso forma parte de este y de otros problemas. 2. Intransigencia. Admito que hay intransigencia, mediocridad y ceguera en el Gobierno de Rajoy para hacer frente a este problema político. Pero no olvido que los nacionalistas catalanes han planteado una salida de forma unilateral, con todo decidido, en un trágala. Ambos gobiernos -de Rajoy y de Mas- actúan como dos cabras, buscando el topetazo que...
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  • Espartaco

    escritor

    En el proceso de descolonización de los años 60 y 70 del pasado siglo, las potencias coloniales (Estados europeos, sobre todo) pusieron todo tipo de trabas a la emancipación de las colonias. Sin embargo, durante ese periodo un gran número de dichas colonias consiguieron "independizarse" tras cruentas guerras. No les salió gratis. Al convertirse en miembros de pleno derecho de las Naciones Unidas y, además, ser mayoritarios lograron que su Asamblea General adoptara textos mucho más favorables a sus intereses, como por ejemplo, los textos adoptados en su seno relativos a los derechos humanos. Entre los derechos que más dificultades...
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  • José Luis Zárraga

    Sociólogo

    Vayamos ahora a aquello que se pretende poder decidir en la movilización catalana: se trata de poder decidir sobre la integración o separación de Cataluña en el estado español, y, en su caso, sobre el modo y las condiciones de formar parte de España. Para negar el Dd, como principio, se argumenta que no hay derecho a decidir cualquier cosa; que ningún demócrata aceptaría que se sometiera a decisión el derecho a la vida o la igualdad de derechos de todos los ciudadanos. Pero nadie sostiene que el Dd sea ilimitado y su ámbito, universal. El Dd forma parte de...
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  • José Luis Zárraga

    Sociólogo

    En el debate actual se confunden, o se identifican, ‘derecho a decidir’ (Dd) y ‘derecho de autodeterminación’ (Da). Es una confusión interesada, sobre todo desde la perspectiva de las clases dominantes, tanto catalanas como españolas. Pero desde una perspectiva de izquierdas, tanto catalana como española, es importante dejar bien claro que Dd no es sinónimo de Da. Da, en sentido estricto, es un derecho que pertenece al ámbito del derecho internacional, claramente especificado en su definición, sus sujetos y sus condiciones de aplicación, un derecho cuya aplicación inmediata al caso de Cataluña, en su sentido estricto, es discutible, lo...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    De las balanzas fiscales se ha escrito mucho; sobre los criterios técnicos con los que se elaboran y de su idoneidad como documento estadístico para reflejar los flujos económicos entre las Comunidades Autónomas y el Estado central. Yo no soy un experto en el tema, por lo que no entraré en estas cuestiones. Pero sí me considero capacitado para hablar del valor ‘pedagógico’ de las mismas. Me explico. La burguesía catalana ha iniciado, desde hace ya un tiempo, una campaña de agitación política sobre esta cuestión, con el fin de persuadir al pueblo catalán del ‘expolio’ a que somete el...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    La intransigencia de PP, PSOE y UPyD está resultando una poderosa "máquina de hacer independentistas", y cuando los instrumentos políticos del capital actúan con aparente "torpeza" me resulta sospechoso. Puede haber detrás una estrategia deliberada. Se ha hablado bastante de cómo esta polémica en torno al derecho a decidir y la independencia está sirviendo para distraer la atención de cuestiones más graves (económicas, sociales y ecológicas) que afectan a las clases populares de todo el estado. Lo está utilizando CiU con la complicidad de ERC en Cataluña, pero también (y de ello se habla menos) el bloque PP-UPyD-PSOE allí donde...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    En primer lugar quiero aclarar que nací en Madrid y que 37 años de mi vida residí en Castilla, 6 en Baleares, 2 en Andalucía y los 2 últimos en Suecia. Nunca en Cataluña. Si por disolver "el ente jurídico español" entiendes que los territorios del actual reino de España pasen a no formar parte de ningún estado, sabes tan bien como yo que en el estadio actual de la humanidad es una quimera. Cuando hablas de "oponerse" a la independencia de Cataluña, hablas de defender su permanencia junto con el resto del actual reino de España en un único...
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  • Josep Nuet

    Coordinador general de EUiA y diputado por Barcelona

    La Carta de las Naciones Unidas consagra en su Capítulo I sobre propósitos y principios, el Artículo 1, párrafo 2: “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal”. La correlación de fuerzas políticas y sociales en 1978 impidió desarrollar en el texto constitucional la plurinacionalidad del Estado y el derecho de autodeterminación de los distintos pueblos de España, al igual que consagró importantes derechos como los de trabajo, educación, salud, vivienda,...
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  • ernestojoaquin

    Consultor

    Decía en mi anterior intervención que ser no nacionalista era estar en contra de las naciones que existen actualmente. Efectivamente, por eso tengo que adherirme inevitablemente a tu propuesta de disolver la nación española, aunque yo más bien hablaría del ente jurídico español, por aquello de que no reconozco naciones. Coincido contigo en que no hay muchos no nacionalistas, pero mi reflexión iba orientada al deber ser de los valores izquierdistas, independientemente de los apoyos concretos que cada opción obtenga en la realidad. Lo que quería aportar al debate se contenía en la pregunta que dejaba en el aire y...
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  • Gerardo Pisarello

    Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona. Vicepresidente del Observatorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

    Mucho de lo que pienso ha sido ya dicho en este extenso y rico debate. A riesgo de repetir cuestiones ya planteadas, resumiré mi posición, de manera lo más esquemática posible, en algunos puntos que me parecen importantes. 1. El derecho a decidir comporta una actualización del derecho republicano de autodeterminación El derecho de autodeterminación aparece históricamente como la facultad de una comunidad política de decidir de manera libre su estatuto jurídico. Este derecho a replantear el contrato social en su conjunto remite al menos a Rousseau y tiene claras connotaciones republicano democráticas. Su objetivo es garantizar la autonomía individual y...
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  • Piter

    Parado

    En el archivo adjunto dejo el comentario completo, donde se cuestiona la legitimidad de la actual Constitución (y por tanto los dudas sobre el derecho a decidir que algunxs plantean), se cuestiona el hecho de que en este caso concreto, la soberanía (el derecho a decidir) corresponda al conjunto de lxs españolxs, y sobre la visión que sobre el proceso de autodeterminación tenemos algunxs desde la izquierda, aunque en este punto el comentario de Carlos Javier Bugallo "Marxismo y nacionalismo" ha explicitado mucho mejor el planteamiento que yo realizaba.
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    No puedo sino estar de acuerdo con la caracterización que hace de "ser de izquierdas". En cambio, la que hace de "ser nacionalista" me parece una burda caricatura tendenciosa. Preocuparnos sobre todo de nuestro entorno inmediato es sabio y realista, entronca con el lema "pensar globalmente y actuar localmente". Y "ensalzar la diferencia" puede equivaler a valorar y defender la diversidad, no a hacer valer ningún privilegio. Si "ser nacionalista es mantenerse alejado de los otros para no compartir nuestras riquezas ni sus infortunios", ¿cuántos "no nacionalistas" hay en España? ¿Cuánta gente sinceramente dispuesta a compartir riquezas e infortunios...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    Es lógico que para la izquierda sea mucho más difícil tener un proyecto porque su vocación es mucho más difícil que la de la derecha. Mantener las estructuras de poder y los privilegios como están es coser y cantar. En cambio, ponernos de acuerdo en qué futuro diferente queremos y en las estrategias para vencer la resistencia de quienes controlan el poder económico, las armas y los medios de comunicación y además tienen infiltrados en nuestras filas es un verdadero desafío. En ese sentido, si la izquierda catalana solo tiene "proyectos vagos, modestos y confusos",. ¿acaso los tiene mejores...
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  • bonaventura

    neuroleg

    Ya hemos visto y existe un consenso entre la izquierda y muchos demócratas no necesariamente de izquierdas, de la necesidad de cambio profundo de la democracia española. Así pues, quizás ha llegado el momento de que los demócratas españoles comiencen a reconocer que seguir negando el derecho a decidir de los catalanes solo refuerza el poder establecido encarnado por el tándem PP-PSOE y es el principal obstáculo para elaborar un discurso creíble y nuevo, centrado en devolver a las personas el poder que realmente tienen para tomar decisiones que les afectan, y que van desde la necesidad de redefinir...
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  • bonaventura

    neuroleg

    España tal y como hoy la vemos ha acabado constituyéndose en un estado de muy baja calidad democrática, con amplios espacios de corrupción, una clase política muy alejada de la realidad social, una pérdida alarmante de derechos civiles y sociales, una estructura jurídica más dirigida a atenazar los derechos individuales que a garantizar la defensa de los derechos de la persona y los colectivos, y finalmente una dinámica económica que nos está llevando de forma rápida a una mayor desigualdad social y a un empobrecimiento generalizado de las clases medias, con un abandono creciente de las capas sociales...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Quisiera aprovechar la oportunidad que me brinda este debate para hacer algunos comentarios sobre la relación entre el marxismo no estanilista (la tradición intelectual a la que yo me adhiero) y el nacionalismo. Estas reflexiones no serán ni sistemáticas ni profundas, por lo que son más bien una invitación para que otros intervinientes en el debate las amplíen y, en su caso, las corrijan.
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  • Piter

    Parado

    En primer lugar, casi todo lo que voy a decir ya ha sido dicho de una u otra manera por otros comentaristas, incluido el ponente, lo cual me ha hecho dudar sobre si intervenir o no. Pero al final he decidido que las explicaciones que daré aportan otro punto de vista, de quienes desde Catalunya participamos en política sin estar adscritos a esas instituciones que monopolizan la vida política del país (y entiéndase este último término con la amplitud que se quiera). Así, comenzaré por decir que el derecho a decidir, contrariamente a lo que expone Miquel Iceta, existe. Cosa...
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  • Adiós España

    09/03/2014

    ernestojoaquin

    Consultor

    En este debate hay dos cuestiones que han sido ya enunciadas por diversos participantes y que formuladas como preguntas serían: ¿Es de izquierdas ser nacionalista? ¿Es posible ser independentista sin ser nacionalista? Mi respuesta a ambas preguntas es NO; por lo menos en este contexto nuestro de la independencia de Cataluña. Para argumentar el primer No, tenemos que preguntarnos qué es ser de izquierdas y qué es ser nacionalista. Ser de izquierdas es fundamentalmente creer en la igualdad de los hombres y mujeres, independientemente donde vivan, a qué se dediquen, su estado, su sexo, su raza, su dinero o su formación. Ser de...
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  • Espartaco

    escritor

    Una actitud generalizada en los países de capitalismo "desarrollado" (antiguas potencias coloniales y ahora "neocoloniales"), y en particular en lo que se refiere a la doctrina jurídica dominante en dichos países, consiste en interpretar de manera restrictiva y taxativa todo reconocimiento formal de nuevos derechos humanos y de modo aún más restrictivo su ejercicio efectivo. Es el caso por ejemplo de EEUU, que ni siquiera reconoce los derechos económicos, sociales y culturales como derechos humanos, dando así la espalda al consenso logrado por la comunidad internacional desde la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) por...
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  • Jose Manuel Roca

    Escritor y analista político.Autor de "La Oxidada Transición"

    El régimen político salido de los pactos de la Transición hace tiempo que está agotado; peor, por falta de decisión para reformarlo se está pudriendo, hiede. Y ante la parálisis de los dos grandes partidos que pueden abordar las reformas y la deriva autoritaria del Gobierno, los nacionalistas catalanes han decidido no esperar más. Mientras España está institucionalmente paralizada, Cataluña ha echado políticamente a andar e, impelida por los nacionalistas, se dirige hacia un objetivo que muchos ciudadanos catalanes creen posible alcanzar. Desterrado el insensato optimismo del Gobierno, que contempla España como “asombro del mundo”, y en ausencia de...
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  • Ignacio Muro Benayas

    Presidente de la Plataforma por la Democracia Económica

    El debate federalista que plantea el PSOE y parte de los demócratas españoles suena a tardío e impostado mientras no se asuma que España no es indisoluble. Ese mito está detrás de la incapacidad para que emerja un sentimiento federal, que solo considera la unidad como el resultado de la voluntad de estar juntos algo que sabemos existe en Extremadura o Andalucía pero puede que no en Cataluña o el País Vasco. Para ser federal, a la España futura le sobra “patria indivisible” algo que la izquierda ha jaleado también, elevándolo incluso a la categoría de “principio” con argumentos...
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  • EnriqueLopez

    Abogado

    No quiero entrar en un sesudo debate jurídico sobre el derecho a decidir de un territorio o si el derecho de autodeterminación de la nación catalana encaja en el marco del derecho internacional. En mi opinión, si un pueblo, de manera mayoritaria, demuestra una clara voluntad en una determinada dirección, resulta a la postre, imposible, frenar esa aspiración, salvo que sea a través del uso de la fuerza, algo que nos podría llevar a un laberinto de imprevisibles consecuencias. Les quiero hablar desde mi posición y experiencia de ciudadano que vive en el sur de España. Un manchego que...
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  • Roberto Lazpita

    Profesor de Filosofía. Fue Presidente de la Coordinadora de ONGDs de Euskadi y Asesor del Gobierno Vasco en Cooperación al Desarrollo.

    Estamos asistiendo en estos momentos a una fuerte bronca política entre los actuales gobiernos de Catalunya y España. Según parece los catalanes han dicho: hasta aquí hemos llegado, ahora queremos caminar solos. Previamente, se han sucedido varias llamadas de atención hacia la progresiva incomodidad y mal encaje en su convivencia político-administrativa con el resto de las comunidades españolas. Y, mientras recibía buenas palabras y atractivas propuestas de futuro, y no muy lejos Escocia miraba con creciente interés hacia Europa, se inició un proceso de reforma estatutaria que sería cuidadosamente frustrado (por el TC). Por ello, el president de la Generalitat...
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  • Martinho Noriega

    Portavoz de Anova, candidato por Compostela Aberta a la alcaldía de Santiago

    Coincido básicamente con muchas de las cuestiones expuestas por el profesor Vicenç Navarro en su ponencia “Catalunya y el derecho a decidir”. La sacro-santa concepción del Estado-Nación de un bipartidismo en crisis (PP-PSOE) y el corsé constitucional que se utiliza como arma arrojadiza para el proceso de toma de decisión de Catalunya (y por extensión y como vacuna para futuros procesos en Euskal Herria y Galiza), carece a día de hoy de credibilidad. Este pobre argumentario asentado en pseudo consensos resecos de la mal llamada transición hace aguas .La reforma express pactada del artículo 135 de la Constitución demostró...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    Me parece una falacia recurrir al internacionalismo "socialista" para defender la integridad territorial del actual estado español. El internacionalismo como llamada a la solidaridad y unidad de acción de los trabajadores de todos los países de ningún modo implica que todos los estados hayan de fundirse en uno ni que el fraccionamiento de un estado capitalista sea necesariamente negativo para los intereses de la clase obrera. Así, ser internacionalista no es incompatible con ser nacionalista, aparte de que se puede ser independentista sin ser nacionalista. La afirmación de que las izquierdas vasca, catalana y gallega han sido "abducidas" por el...
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  • Jordi Serrano i Blanquer

    Rector Universitat Progressista d'Estiu de Catalunya UPEC

    He seguido con atención el debate de Público sobre el derecho a decidir que lanzó en un magnífico artículo el Doctor Navarro, como siempre, punto de referencia obligado para la distintas sensibilidades de la izquierda. Querría aportar mis reflexiones. No soy independentista, no seré independentista pero la vida es muy complicada y es probable que en un referéndum votara sí a la independencia. En la manifestación contra la sentencia al Estatuto del Tribunal Constitucional del año 2010, allí, a la misma manifestación, se vio que la vía autonomista se había acabado. Si el federalismo quería continuar existiendo haría...
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  • Espacio Público

    El debate ha de atenerse a unas reglas sobre la extensión de las aportaciones para preservar el equilibrio entre los participantes en este foro. Sin embargo, a tenor del interés de cada escrito, el tope de caracteres puede ser flexibles, a criterio del moderador. Junto a esa flexibilidad existe, en las reglas de funcionamiento de Espacio Público, la posibilidad de aportar tantas ponencias, artículos o documentos como se quiera relacionados con el objeto del debate, que pueden ser accesibles para todos los participantes a través de los correspondientes enlaces.
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  • Dolors Comas

    Catedrática de antropología social de la Universidad Rovira i Virgili y presidenta de la Fundación Nous Horitzons

    No podemos entender lo que pasa en Cataluña sin situarlo en el contexto de la crisis económica, moral y política actual. Al malestar que sin duda sienten todos los españoles ante una Monarquía caduca y obsoleta y ante unas instituciones políticas deterioradas por la corrupción y la falta de legitimidad, se suma el malestar de un pueblo que ve frenadas sus aspiraciones de autogobierno desde posiciones inmovilistas y también hostiles por parte del gobierno y las estructuras del Estado. El gobierno del PP agudiza este malestar: es autoritario, represivo, provocador, está destrozando el Estado social y amenazando la salud...
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  • Espartaco

    escritor

    Deseo preguntar a los organizadores de este espacio de debate público si sería posible presentar mi propia ponencia, con más de 3000 caracteres, dado que los comentarios tienen como límite esta cantidad.
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  • Enrique del Olmo

    Sociólogo

    En el debate y la acción política respecto al encaje de la cuestión nacional en España siempre se tiene la sensación de haber llegado tarde al movimiento real de la sociedad. El tema nacional es posiblemente uno de los aspectos de la vida social, política e institucional más sujeto a posibles simplificaciones, manipulaciones e instrumentalizaciones. En esto se han mostrado como unos maestros consumados las derechas conservadoras tanto “españolistas” como “nacionalistas”. Y tenemos que decir con total contundencia que las izquierdas han sucumbido totalmente a ese juego, siendo incapaces de mostrar un discurso propio y alternativo a todo tipo...
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  • Derecho a decidir

    05/03/2014

    José Luis Atienza

    Teniente alcalde de ICV de Viladecans

    En Cataluña la cuestión de la independencia está hasta en la sopa, la escudella, el aperitivo y los postres, alojado el sí o no, al parecer ilegalmente, en la médula de la opinión pública y privada. Ser independentista en Cataluña, o defender la rocosa unidad patria en España, es poseer la “hegemonía moral”, término acuñado por Antoni Puigverd en La Vanguardia, la razón metafísica más allá de toda discusión. Aquí y allá pintan bastos para las ideas federales de moralidad patriótica más laica y relativa. Una hegemonía ganada desde el centro del campo del vocabulario, del donde dije digo,...
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  • Espartaco

    escritor

    El derecho de libre determinación debe estar al alcance de todos los pueblos, sin discriminación, tanto si están colonizados como si no. Sería absurdo e injusto que un pueblo tuviera derecho a la libre determinación solo si está colonizado y, en cambio, otro que soporta otro tipo de dominación que no sea el colonial (los tipos de dominación y sometimiento de pueblos y naciones no se reducen a la "colonización") simple y llanamente se le niegue porque su constitución "democrática" no lo reconoce formalmente y, de este modo, se le impida ejercerlo. Lo relevante, desde el punto de vista...
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  • Espartaco

    escritor

    El Sr. Héctor Maravall comienza su ponencia afirmando que "la izquierda de tradición socialista y comunista nunca hemos sido nacionalistas". Y lo hace, además, en primera persona. Es decir que si yo me identifico con la tradición socialista y comunista, y a la vez nacionalista (catalán, o vasco, o gallego, o español, o saharaui o tibetano, etc.), según el Sr. Maravall no puede ser, pues no encaja en la "tradición socialista y comunista". Sr. Maravall: hay que ser más modesto. Su afirmación acerca de "la izquierda de tradición socialista y comunista" es una opinión tan subjetiva y tan...
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  • sanchezroje

    Politólogo

    El título de la intervención corresponde con el de un artículo que publiqué hace tres meses. Creo que sigue siendo claramente de actualidad y por ello me he animado a compartirlo en este foro de discusión con pequeños retoques (ver el artículo en los enlaces). Me gustaría hacer dos precisiones que podrían ayudar a entender el contenido del artículo. Primera, interpreto el actual conflicto como la expresión de un choque de nacionalismos y creo que discutir la cuestión en términos estrictamente jurídicos es insuficiente. Segundo, personalmente me identifico con la posición de Izquierda Unida en este tema.
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  • Xoan Hermida

    Coordinador Nacional de Espazo Ecosocialista Galego

    En los últimos meses el debate sobre el derecho a decidir ha sido central en la política en general, hasta el punto de haberse convertido en uno de los elementos de centrales de la necesaria renovación de la política y por tanto uno de los ejes de un nuevo proceso constituyente cara a una nueva democracia que por fuerza será plurinacional. Siguiendo el rastro de tres artículos publicados por mí en los últimos meses intentare aportar algún elemento, si puede ser novedoso, al debate. Para acabar con un epílogo necesario con dudas y certezas. Soberanismo Cívico Yo no soy nacionalista. Soy...
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  • Javier Madrazo Lavín

    Profesor. Ex Consejero Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco.

    Un buen amigo, hablando de las dificultades que surgen en la convivencia en pareja, entre amigos e incluso en el trabajo, siempre hace un mismo comentario, fruto de la observación y la experiencia: “Cuando alguien quiere volar dale el doble de cuerda”. Es, sin duda alguna, una actitud inteligente, que parte de la escucha, la comprensión y el respeto. Vienen a mi memoria estas palabras, cargadas de sabiduría, cuando pienso en la actitud del Gobierno del Estado español y las dos formaciones mayoritarias -PP y PSOE- cada vez que Euskadi y Catalunya reivindican el...
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  • Manuel Alcaraz

    Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Alicante. Miembro del Consell General de Compromis.

    El asunto que incita a esta reflexión es tan complejo y suscita tantas incertidumbres que la honestidad intelectual exige algunas explicaciones previas sobre mi biografía política e intelectual, porque no creo que haya una idea aséptica, amparada por una coherencia total, separada de las percepciones condicionadas por las experiencias y proyectos de cada interviniente en el debate. Resumiendo: me considero una persona de izquierdas que ha militado y milita en partidos de izquierda y que ha sido y es activista en diversos movimientos cívicos, culturales y sindicales; igualmente me considero un valencianista intensamente influido por la simpatía hacia al...
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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    Lo primero saludar la iniciativa de Espacio Público. A pesar de la importancia del tema a tratar, no son habituales los ámbitos de debate, que desde una visión estratégica, profundicen en el debate de la cuestión nacional, y en concreto, del derecho a decidir. La izquierda transformadora demuestra un importante déficit político y teórico en estos momentos, que choca con el importante potencial electoral que presenta. Para evitar cualquier tipo de abstracción en las reflexiones que se desprenden de la lectura del texto propuesto por el profesor Navarro, el presente artículo se estructura en cuatro apartados a modo de tesis. La...
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  • Héctor Maravall

    Abogado de CCOO

    Es evidente que la izquierda tenemos un importante y complicado reto ante el conflicto que se esta desarrollando en Cataluña en relación al derecho a decidir. La izquierda de tradición socialista y comunista nunca hemos sido nacionalistas. Mas aun, hemos considerado que el nacionalismo históricamente ha ocultado o manipulado conflictos de clase y en definitiva ha beneficiado los intereses de las minorías dominantes. La izquierda en Cataluña mientras el PSUC ostento el liderazgo político e ideológico, supo vincular adecuadamente la lucha por los derechos de los trabajadores, por la democracia y por las libertades nacionales, pero posteriormente, a...
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  • Concha Caballero

    Profesora de Lengua y Literatura. Analista política y columnista.

    La primera en la frente: ¿realmente la pregunta importante es la afirmación o no del derecho a decidir? Si es así adelanto la respuesta para facilitar el debate. Rotundamente si. Líbrenme mis principios de negar el derecho que asiste a la ciudadanía de decidir, pero a estas alturas del debate todos sabemos que no estamos discutiendo sólo sobre este principio democrático sino sobre los contenidos que lo acompañan. Demasiadas veces hemos caído en la trampa de la metáfora del tren: acompáñenos en este tramo del trayecto que después podrá bajarse en la próxima estación. En demasiadas ocasiones hemos comprobado que...
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  • Ricardo GM

    Profesor de la Universidad de Barcelona

    Me considero demócrata y español. Por eso, y en particular porque resido desde hace muchos años en Cataluña y pienso seguir haciéndolo, me he sentido aludido por las preguntas que Borja de Riquer planteaba en Público hace unos pocos días (“Algunas preguntas a los demócratas españoles sobre Catalunya”). Sus preguntas son importantes y pertinentes, y tratar de responderlas me parece una obligación ciudadana. En cuanto a la total sinceridad con la que requiere que se le responda, creo que el lector puede concedérmela como se la ha de conceder en principio a cualquier hablante o escribiente, y como yo...
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  • Agustí Colom

    Profesor del departamento de Teoría Económica en la Universidad de Barcelona

    Supongo que no desvelo nada nuevo si afirmo que un factor importante sobre el que pivota la construcción soberanista en Catalunya es la cuestión económica; que sea importante no significa que sea la única. Pero en cualquier caso juega un papel crucial y, para prueba, el nuevo embrollo alrededor de las balanzas fiscales promovido por el Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. Aunque habrá que reconocer que en este nuevo acto escénico las culpables no son las balanzas fiscales –que por cierto, aún permanecen sin publicar-, si no el conjunto escenográfico construido al efecto: se ha pasado...
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  • Vicenç Navarro

    Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

    El Profesor Joan Botella en su comentario “De la Transición hacia el futuro” escrito en respuesta a mi artículo introductorio del debate Catalunya y el derecho a decidir organizado por Público tergiversa mi postura, atribuyéndome una posición que no es mía. En ningún lugar digo que la “Transición democrática española fue una victoria de las fuerzas continuistas (…), que precedieron a una renovación de fachada, abrillantando las apariencias para conseguir un cierto grado de homologación democrática con miras a la integración europea. Todo ello, ante la pasividad o, incluso, la complicidad de las fuerzas procedentes del movimiento antifranquista”....
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  • Joan Herrera

    Director de la Escuela Superior de Cuadros de CCOO

    La ola que viene desde Catalunya ¿es una reivindicación exclusivamente territorial? Creo que no. Sin lugar a dudas hay un componente identitario. Y un gran cansancio ante la incapacidad de federalizar España. Pero además de todo eso, la demanda catalana conecta con una voluntad de ruptura. Sólo así se explica una mayoría social que ha superado las fronteras tradicionales del independentismo y que ve en el proceso catalán una oportunidad para emanciparse de una cultura política y democrática más bien limitada. De hecho, mientras la reivindicación independentista goza de un apoyo que según las encuestas hoy se situaría en...
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  • David Fernández

    Portavoz de las CUP en el Parlament de Catalunya

    Leído el texto de Vicenç Navarro y releídas las reflexiones de largo recorrido y las de lectura de la realidad inmediata que contiene, apreciamos lugares comunes, disensos analíticos y algunos matices de relato. Muy sucintamente, la crítica a la Transición es un compartido lugar común; el disenso versa sobre el carácter de la opción independentista –mayoritaria hoy–; y los matices refieren el calado, sentido y vigencia del derecho a decidir en un contexto de crisis, capitalismo senil y auge de las desigualdades sociales. Dudas y certezas. La inmodélica Transición –el precio de la Transición, como escribiera Gregorio Morán– fue...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    En una intervención anterior expuse que el derecho a decidir no es más que una nueva expresión para un viejo concepto, el de la libertad de elegir. Este principio informa buena parte de los ordenamientos jurídicos modernos, siendo el fundamento de derechos reconocidos como la libertad de expresión, la libertad ambulatoria, la libertad de culto, la libertad de residencia, etc. Por lo tanto, una de las funciones básicas del Derecho es la de proteger y asegurar el ejercicio de esta libertad de elegir. Y es un error pensar que el Derecho pueda estar en contra, bajo ninguna circunstancia, de este...
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  • Jaime Pastor

    Politólogo y editor de Viento Sur

    Las reticencias que se han ido expresando, sobre todo fuera de Catalunya, ante la demanda mayoritaria del derecho a decidir que se reclama desde esa Comunidad Autónoma, tienen que ver, desde mi punto de vista, con varios argumentos a los que trataré de responder en este artículo. El primero se basa en la negativa a reconocer la existencia de una identidad nacional catalana diferente de la española y con derecho, por tanto, a ser reconocida como tal. Para ello se recurre a una interpretación de nuestra historia común que se apoya, principalmente desde el nacionalismo español mayoritario, a una mitología...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    Estoy plenamente de acuerdo en que hace falta un diálogo claro, serio, profundo, abierto y desde luego "de cara el público, con luz y taquígrafos", y en que en cambio ha habido demasiadas declaraciones simplistas o que ocultan interesadamente una parte de la información, no solo por mediocridad e ignorancia de los políticos, que las hay, sino en parte jugando conscientemente con los desconocimientos, ilusiones y miedos del pueblo. El mérito de la excepción que puede haber constituido hasta cierto punto el debate González-Mas tal vez corresponda a Évole más que a ellos. Pero, en la línea de mis...
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  • Joan Botella

    Catedrático de Ciencia Política. Universidad Autónoma de Barcelona

    El texto del profesor Navarro ensambla dos argumentaciones independientes: un análisis de la Transición democrática española y de sus limitaciones, y en segundo lugar un análisis sobre la situación abierta en Cataluña en los últimos meses. En su razonamiento, una cosa se vincula con la otra, o es la respuesta a la primera. Solo comparto su tesis en este aspecto: una cosa tiene que ver con la otra; por lo demás, discrepo ampliamente del resto de su análisis (que, por otro lado, ha venido defendiendo consistentemente desde hace años). Empecemos por el final: estamos hoy asistiendo a la puesta en...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    En el documento que os envié sobre el concepto científico de ‘nación’, me hacía eco de las opiniones de algunos investigadores acerca de los dos tipos de interpretación del nacionalismo: la ‘nación como raza’ y la ‘nación como contrato’. Pues bien, acaba de publicar el sociólogo Enrique Gil Calvo un artículo de opinión en el periódico El País (‘La parábola del hijo pródigo’, 25/02/2014), donde se puede comprobar negro sobre blanco cómo aún sigue operando la interpretación ‘racista’ de la nación. Dice en concreto Gil Calvo: “Tres cuartas partes de los catalanes de todos los colores políticos creen que les asiste...
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  • Oriol

    Presidente de Esquerra Republicana de Catalunya

    En el mundo occidental, en democracia, hemos aprendido a vivir y a convivir, a dirimir las diferencias, votando. Tan sencillo como esto: los ciudadanos expresan su voluntad y las instituciones aseguran que esta voluntad es respetada y aplicada. También nos hemos acostumbrado a aceptar las decisiones de la mayoría y a aceptar que la voluntad ciudadana que se expresa libremente en las urnas debe respetarse. Por eso los catalanes vamos a decidir nuestro futuro político, nuestro futuro como nación, votando, porque es la mejor manera que tienen las sociedades democráticas de adoptar decisiones colectivas. El derecho a decidir no es,...
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  • Iconoclasta

    arquitecto y viajero

    Comenzaré con un ejercicio de abstracción para acotar unos conceptos que mucha gente aun confunde. La NACION, entendida como una entidad trascendente, asociada a mitos fundacionales, acontecimientos históricos acontecidos en tiempos remotos, adornada de romanticismo y gestas épicas de reyes y heroes nacionales; reforzada generalmente por la existencia de una lengua y/o de un grupo étnico propios; es claramente un concepto fuertemente vinculado a los SENTIMIENTOS INDIVIDUALES y a la IDENTIDAD PERSONAL mas íntima. Es por tanto una herramienta muy compleja para intentar hacer política por su naturaleza sentimental, visceral y casi siempre excluyente. Vamos con los ejemplos: Hay tantas identidades...
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  • Enrique Álvarez Conde

    Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid

    Hace unos días hemos asistido a un importante debate televisivo entre Felipe González y Artur Mas sobre el proceso soberanista de Cataluña. Ambos defendieron, al menos con una mínima coherencia, sus respectivos planteamientos. En todo caso, este debate es un caso aislado que se sale de la mediocridad e ignorancia que caracterizan los planteamientos que cada día se efectúan sobre la actual situación. En efecto, cuestiones tales como “españolizar a los niños catalanes”; los diferentes informes de parte que produce el llamado Consejo Catalán de la Transición Nacional; el simple y reiterado “NO” del Gobierno, sin soluciones alternativas; el...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    Que el derecho de autodeterminación solo esté reconocido a las colonias y similares no es la única interpretación al respecto. Y aunque los ciudadanos decidan entre diferentes opciones en las elecciones, si la independencia no es una opción admitida se están dando argumentos a los partidarios de formas violentas de acción política. Negar el derecho unilateral a la secesión implica asumir un derecho unilateral a imponer la unidad. Y exigir "una mayoría clara" (entiendo que superior a la mayoría absoluta de los votos válidos emitidos, o condicionada a un nivel mínimo de particicipación) supone dar a los partidarios de...
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  • figuera

    Miembro de una comunidad intencional

    1 y 2: Ir hacia una declaración unilateral de independencia, en ruptura democrática con la constitución de 1978 (y por tanto con la ilegítima legalidad franquista que esta reformó). Para conjurar el peligro de una intervención armada del gobierno central, exigirle una respuesta inequívoca sobre si van a tratar de impedir por la fuerza una independencia mayoritariamente apoyada por los catalanes (sea en referéndum o, si se impide este, en elecciones plebiscitarias), y prometiendo resistir a tal hipotético uso de la fuerza por todos los medios pacíficos, incluyendo la llamada a la huelga general indefinida en todo el estado....
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