Es el momento: Repensar la economía para ponerla al servicio de la gente

El modelo neoliberal capitalista y el orden mundial desregulado y cargado de incertidumbres que se sustenta en ese modelo acumulan ineficiencias y desórdenes que se manifiestan en un sinfín de tensiones políticas, étnicas y culturales, pulsiones nacionalistas, crispación social, desajustes económicos y climáticos o conflictos militares en los extrarradios del sistema. La crisis del capitalismo neoliberal se entrecruza, desde hace una década al menos, con una crisis de la democracia y los derechos humanos y con una amenaza climática y ecológica que requiere con urgencia tomar medidas globales, nacionales y locales para empezar a afrontarla de forma inmediata y poder superarla en las próximas décadas, cuando aún es posible.

La tarea de proponer y acordar reformas destinadas a corregir esos desórdenes y disolver esas amenazas debe estar situada en un lugar prioritario de la agenda de la opinión pública y del conjunto de las fuerzas progresistas. Parece aconsejable, si no obligado, intentar definir con más precisión las medidas a aplicar y exigir ritmos más rápidos en su aplicación. Al tiempo, hay que remover los obstáculos que levantan poderes económicos elitistas que no parecen tener ninguna prisa en reducir esos desórdenes mientras puedan aprovecharlos como nuevas fuentes de ganancia y mecanismos para conseguir un mayor sometimiento de la economía, la sociedad y la naturaleza a sus particulares y estrechos intereses a corto plazo.

En nuestro país, mientras tanto, el mucho ruido político y mediático sobre algunos problemas pendientes de solución (el bloqueo político, el encaje territorial de Catalunya, el avance de la extrema derecha posfranquista o los restos de corrupción política institucional) deja fuera del centro de la agenda política cuatro graves problemas:

1) lograr un reparto más equitativo y razonable de la renta para reducir la desigualdad, impedir que se consoliden bolsas de pobreza y exclusión social y facilitar la actividad económica sostenible y la creación de empleos decentes;

2) modificar pautas de consumo y estructuras productivas, a la vez que se propician compromisos nacionales e internacionales efectivos para descarbonizar la economía, reducir las emisiones de CO2 y establecer planes de financiación e inversión que aseguren una transición energética lo más rápida y justa posible, sin que este nuevo ámbito de actividad económica se convierta en pasto del marketing empresarial ni en un nuevo e injusto mecanismo de reparto de los costes que conllevará dicha transición, cargándolos sobre la mayoría social;

3) afianzar la democracia y extender el diálogo y el acuerdo a todas las manifestaciones de las relaciones y la toma de decisiones en ámbitos, como el de las empresas y la gestión y dirección empresarial, que hasta ahora se habían resistido a abrir sus puertas a la democracia;

4) hacer compatible el libre comercio y la libertad de movimientos de las personas con la existencia de mecanismos de regulación y control multilateral que impulsen una globalización inclusiva que evite el dumping social.

La simple enumeración de esos objetivos y tareas nos permiten hacernos una idea de su envergadura y dificultad, de las resistencias que va a generar su puesta en marcha y de la necesidad de un renovado consenso social y amplios acuerdos políticos que permitan empezar a dar pasos en un camino de reformas que será largo y difícil. Se trata, ni más ni menos, que de rehacer un nuevo contrato social capaz de disputar la hegemonía a las elites económicas mundiales y a las fuerzas populistas y neosoberanistas reaccionarias; se trata, en suma, de conseguir que las grandes transformaciones que ya han comenzado se hagan de forma ordenada y no disruptiva, no vayan en detrimento de las grandes mayorías sociales ni contribuyan a reconstruir privilegios basados en identidades nacionales o a dar prioridad a los intereses particulares de elites o sectores que multiplican sus ganancias y su poder gracias a los cambios desordenados que se están produciendo.

Una economía y un orden mundial en transformación que requieren de amplios acuerdos y capacidad para gestionar los cambios en curso y sus ritmos.

Una de las consecuencias políticas más recientes y significativas de la situación de reconfiguración en la que está inmerso el modelo capitalista neoliberal que ha imperado en el mundo durante las últimas décadas, tras su consolidación en los años 80 del pasado siglo, ha sido el giro a la izquierda que parte de la socialdemocracia ha llevado a cabo en los últimos tiempos, con diferente alcance y por distintas vías. Procesos de revisión de su actuación que siguen su curso, adoptando formas más o menos incipientes o desarrolladas, y que han alumbrado programas y propuestas claramente identificables con los valores de izquierdas. Un giro a la izquierda que cuestiona la Tercera Vía, esto es, su anterior colaboración con las derechas en la expansión y gestión del modelo capitalista neoliberal y, tras el estallido de la crisis global de 2008, su apoyo a una estrategia conservadora de austeridad para superar la Gran Recesión que ha sido ineficaz en la consecución de los objetivos que pretendía alcanzar y ha acabado multiplicando desigualdades y precariedad, eliminando derechos laborales y sociales, recortando protección social, deteriorando la oferta de bienes públicos y, en definitiva, haciendo más difícil la vida y el futuro de millones de personas.

Repensar la economía incluye recapacitar sobre las políticas económicas y las llamadas reformas estructurales de desregulación de los mercados impuestas en los últimos años y tratar de integrar y aprender de todas las experiencias y propuestas que cuestionan las políticas de austeridad y devaluación salarial y evidencian su pérdida de apoyos sociales y su ineficacia económica.

Es innegable que se está  produciendo una evolución hacia la izquierda de los programas de partidos socialdemócratas, en el Reino Unido y más recientemente de Alemania, asimismo están adquiriendo un peso creciente otros partidos cercanos a los planteamientos más de izquierda de la socialdemocracia, y en EEUU están ganando espacio las corrientes más progresistas del Partido Demócrata. Al igual que la cooperación de los socialistas portugueses con fuerzas situadas a su izquierda durante la pasada legislatura o la apertura de los socialistas españoles a la negociación de un Gobierno de coalición progresista con UP son algunas de las más importantes expresiones que pueden encontrarse de ese giro a la izquierda que forma parte y evidencia las tensiones generadas por el capitalismo neoliberal.

En el giro progresista de la socialdemocracia y el fortalecimiento político de otras opciones situadas más a la izquierda existen causas y razones similares: aumento de las desigualdades y la pobreza, deformación de la distribución de la renta nacional en detrimento de los salarios, pérdida de poder de negociación de los sindicatos, rápido crecimiento de las emisiones de CO2 e incapacidad o desinterés por reducirlas, extensión de los falsos autónomos y de trabajadores autónomos sin ningún tipo de protección social, retroceso del gasto público social, debilidad de la inversión pública modernizadora, inacción de los Estados y las instituciones comunitarias en la gestión de los cambios productivos, tecnológicos y energéticos o en defensa de los bienes públicos y de los equilibrios ecológicos básicos que son necesarios para sostener nuestro planeta y la propia vida… Tendencias que provocan millones de perdedores desplazados a los márgenes de la sociedad, debilitan la convivencia, fragmentan y convierten en ineficaz el mercado único en Europa o aumentan las divergencias productivas y de rentas entre los socios de la UE y entre los territorios y sectores sociales de cada Estado miembro. Y que, por ser tan negativas, terminan por ser inaceptables en democracia y generan rechazos, malestar y energías que intentan y acabarán consiguiendo cambiar las prioridades y las políticas predominantes desde hace décadas porque no se pueden perpetuar cuando son tan evidentes y destacados sus negativos impactos. El avance del euroescepticismo y de las críticas y resistencias de la ciudadanía al capitalismo neoliberal, tanto a la izquierda como a la derecha del escenario político, son claros indicadores de la crisis en la que seguimos inmersos y de la necesidad de grandes transformaciones que permitan para superarla.

También forman parte de esas tensiones, sobre la misma base de indignación o resignación de la ciudadanía pero desde el otro lado del espectro político, el avance de las derechas populistas y neosoberanistas que representan Trump o Johnson y el cuestionamiento que realizan del orden mundial neoliberal o globalista, del que critican un afán uniformador cosmopolita poco o nada respetuoso con las identidades nacionales y al que denuncian como un peligroso enemigo de sus maneras de entender y reivindicar la soberanía nacional y, sobre todo, como un instrumento de los grandes grupos empresariales transnacionales para imponer sus intereses a la mayoría de las naciones.

Todos los temas mencionados antes y algunos más han formado parte, con mayor o menor fortuna y atención, de las ponencias desarrolladas en el III Congreso de la Fundación 1º de Mayo “Repensar la economía con las trabajadoras y trabajadores” y de las intervenciones que se han sucedido en este Espacio Público que ha acogido las valiosas reflexiones que han permitido esclarecer y profundizar un debate necesario. Forman parte de las preocupaciones de CCOO y del resto de sindicatos de clase porque revelan al mismo tiempo la incapacidad del modelo capitalista neoliberal para responder a las preocupaciones de la sociedad y la existencia de un tiempo nuevo, propicio para que las instituciones públicas nacionales y supranacionales impulsen y gestionen cambios de política económica, legislativos, tecnológicos y sociales en un sentido que suponga la mejora de la situación de las clases trabajadoras y la mayoría social, además de un reparto más equitativo que hasta ahora de los costes y beneficios que supondrán dichos cambios.

Que este proceso de gestión de las transformaciones en curso no va a ser sencillo lo indica claramente el desastre electoral sufrido por el Partido Laborista en las recientes elecciones generales del Reino Unido celebradas el 12 de diciembre. No basta con presentar un programa nítido de izquierdas, claramente diferenciado del de las derechas conservadoras o liberales, para recolectar en forma de votos el descontento de la mayoría social. No es posible superar en una campaña electoral años y décadas de retroceso y pérdida de legitimidad del Estado de Bienestar, el diálogo social y la acción de las instituciones públicas en defensa de la igualdad de oportunidades y de los sectores más desprotegidos y marginados o de la necesidad de impulsar una inversión pública capaz de gestionar los cambios productivos y educativos en beneficio de la mayoría social; menos aun cuando esa pérdida de legitimidad fue interiorizada por los laboristas británicos durante los liderazgos de Blair y Brown y la acción política institucional y los desarrollos teóricos asociados a su tercera vía entre la socialdemocracia y el neoliberalismo. No se puede revertir en una campaña electoral o con un programa de izquierdas una derrota, la pérdida de legitimidad del Estado de bienestar y de la cultura, los valores y las fuerzas que lo hicieron posible, que se fraguó durante décadas. Sobre todo si la agenda política está centrada desde hace varios años en una cuestión identitaria que ha simplificado el debate, polarizado a la ciudadanía y dificultado la búsqueda de un acuerdo político que pudiera recabar un apoyo más amplio que el que se puede construir en torno a un referéndum que sólo admite una respuesta binaria: Brexit sí o no.

El giro a la izquierda de la socialdemocracia, pese a su trascendencia política y las justificadas esperanzas que suscita, no es suficiente para acometer y gestionar las grandes transformaciones en curso y hacerlas compatibles con las necesidades de bienestar, seguridad y futuro de la mayoría social. Tampoco, para construir una alternativa a las derechas populistas, conservadoras o de extrema derecha, embarcadas en un inquietante objetivo de deconstrucción parcial del modelo capitalista neoliberal que pretende reafirmar sus rasgos más antisociales, insolidarios, xenófobos y competitivos al tiempo que intenta reafirmar identidades y soberanías nacionales formales, mientras deja todas las puertas abiertas a las imposiciones de las grandes potencias sobre la mayoría de los Estados nación.

Tampoco una amplia cooperación política, como la que en España intentan fraguar el PSOE y UP para sostener un Gobierno progresista, que suscita con razón tan amplios apoyos y simpatías es suficiente para impulsar el cambio. Hace falta completar y complementar esa cooperación política con el fortalecimiento del papel de los sindicatos de clase y una mayor presencia de un denso entramado de organizaciones y movimientos sociales enraizados en una ciudadanía viva, activa y consciente de la importancia de la acción colectiva en defensa de los intereses y necesidades que comparte la mayoría social. En este terreno de la organización y movilización social es obligado resaltar, por su decisivo impacto sobre las rentas y las condiciones de vida y trabajo de la mayoría social trabajadora, la importancia de ensanchar, mediante cambios legislativos adecuados y ejemplos prácticos que se puedan replicar y extender, los marcos del diálogo social entre sindicatos y organizaciones empresariales que es esencial para afianzar la negociación colectiva y revertir las pasadas reformas del mercado laboral que la traban o dificultan. Este es el momento. Ahora es posible construir una nueva voluntad política progresista y rehacer un nuevo contrato social desde la izquierda, contando con las instituciones del Estado para impulsar el cambio posible y hacerlo de una manera ordenada, al servicio de la mayoría social y contando con el concurso de la ciudadanía y las organizaciones que la conforman, defienden y representan.

Una reflexión, un debate y una acción necesarios.

Hay ganas de debatir sobre la sociedad en la que convivimos y trabajamos y sus conexiones con la situación europea y mundial, su mal estado, las no demasiado buenas perspectivas de evolución y las formas en las que repensamos la acción sindical y sociopolítica para abrir nuevas posibilidades a la mejora de las condiciones de vida y trabajo de la mayoría social. Dicho de otra forma, existe una clara conciencia de la necesidad de actuar y un profundo interés por contribuir a rehacer el contrato social que la crisis económica y las políticas reaccionarias aplicadas para superarla han hecho estallar.

Los debates, ponencias e intervenciones en este Espacio Público y en el III Congreso sobre la democracia económica que organizó la Fundación 1º de Mayo han puesto en evidencia la necesidad y la importancia de llevar a cabo esa reflexión y repensar la acción sindical y sociopolítica para construir un nuevo acuerdo social que ponga la economía al servicio de la mayoría social, refuerce y amplíe los ámbitos de diálogo social y la negociación colectiva y coloque a las instituciones públicas ante su responsabilidad de llevar a cabo las reformas necesarias para que el complejo proceso de transformación en marcha del modelo capitalista y el orden mundial neoliberales se desarrolle de manera ordenada, pacífica y democrática.

Queremos terminar agradeciendo a la Fundación 1º de Mayo el haber planteado y organizado este debate y a todas las personas e instituciones que han intervenido o colaborado en su realización o difusión y lo han hecho posible. Tanto durante el Congreso realizado los pasados días 14 y 15 de noviembre de 2019, que contó con una veintena de ponentes, alrededor de dos centenares de asistentes y el respaldo y la difusión brindados por Espacio Público, Le Monde Diplomatique en español, Madrid Sindical, Público y CTXT, como a través de los artículos y el debate que durante dos meses ha discurrido en este Espacio Público y en el que ha habido más de cuarenta intervenciones.

Muchas gracias a todas las personas y entidades que han hecho posible este espacio público de reflexión, análisis y encuentro que valoramos como muy provechoso y que necesitará de continuidad para alentar propuestas y reformas que puedan ser llevadas a cabo por un Gobierno progresista. Y muchos ánimos para el camino que tenemos por delante, en el que será imprescindible aunar de nuevo esfuerzos de reflexión y acción para impulsar y apoyar el cambio posible.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • El modelo neoliberal capitalista y el orden mundial desregulado y cargado de incertidumbres que se sustenta en ese modelo acumulan ineficiencias y desórdenes que se manifiestan en un sinfín de tensiones políticas, étnicas y culturales, pulsiones nacionalistas, crispación social, desajustes económicos y climáticos o conflictos militares en los extrarradios del sistema. La crisis del capitalismo neoliberal se entrecruza, desde hace una década al menos, con una crisis de la democracia y los derechos humanos y con una amenaza climática y ecológica que requiere con urgencia tomar medidas globales, nacionales y locales para empezar a afrontarla de forma inmediata y poder superarla en las próximas décadas, cuando aún es posible. La tarea de proponer y acordar reformas destinadas a corregir esos desórdenes y disolver esas amenazas debe estar situada en un lugar prioritario de la agenda de la opinión pública y del conjunto de las fuerzas progresistas. Parece aconsejable, si no obligado, intentar definir con más precisión las medidas a aplicar y exigir ritmos más rápidos en su aplicación. Al tiempo, hay que remover los obstáculos que levantan poderes económicos elitistas que no parecen tener ninguna prisa en reducir esos desórdenes mientras puedan aprovecharlos como nuevas fuentes de ganancia y mecanismos...
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  • Miguel Martínez Lucio

    Profesor de la Universidad de Manchester

    Muchos debates en las relaciones laborales se centran a menudo en retomar ciertas regulaciones y prácticas. Después de un periodo de desregulación continuada en relación al alcance de los sindicatos y su influencia en la negociación colectiva, ahora se vuelve a poner el foco en revertir estos desarrollos y reconstituir las regulaciones laborales en términos colectivos. El debate a menudo se centra en la necesidad de subrayar los impactos sociales negativos de estas reformas en lo que se refiere a la igualdad y las condiciones de vida. También se centra en la necesidad de que tanto intelectuales progresistas como...
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  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    “El trabajo es el Padre y el principio activo de la riqueza, como la tierra es la Madre”. William Petty (1667). A Treatise of Taxes and Contributions Para quienes consideramos que la clase trabajadora es, junto a la naturaleza, la fuente real de creación de riqueza en el proceso productivo, constatamos que la economía capitalista niega la evidencia tanto en la distribución del ingreso como en la construcción del poder de decisión en toda la cadena de valor. La empresa (pública y privada) y las políticas económicas gubernamentales ignoran la realidad y adolecen de falta de democracia en el primer...
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  • Ricardo Molero Simarro

    Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid

    Una de las cuestiones habitualmente omitidas del análisis económico es la de las relaciones de poder. Muchos de los fenómenos más relevantes que ocurren en nuestra economía son imposibles de entender dentro del marco de la competencia perfecta en el que muchos economistas tienden a razonar. Esos fenómenos cubren muy distintas dimensiones. En primer lugar, la extensión del poder de mercado: oligopolización de múltiples sectores productivos (como la economía digital, controlada por parte de unas pocas grandes empresas tecnológicas); o desarrollo de relaciones monopsónicas en los mercados de trabajo. En segundo lugar, la puesta de las políticas públicas al...
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  • Anibal Garzón

    Sociólogo, docente y analista internacional

    Como bien dice el título del debate que realiza Espacio Público, “Repensar la economía con las trabajadoras y trabajadores”, entra de fondo una cuestión clave que tuvo su auge en el proyecto thatcherista de los años 80. Para la “Dama de Hierro”, apoyada por teóricos posmodernistas y ultraneoliberales como la Escuela de Chicago liderada por el Premio Nobel de Economía Milton Friedman, el concepto de clase trabajadora dejaba de existir y todos nos convertíamos, supuestamente, en una “clase media”. La meritocracia, la emprendedoria, el éxito personal, cuajaban en la ideología dominante neoliberal en un momento de crisis del socialismo...
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  • José Manzanares Núñez

    Consejo de Redacción de ARGUMENTOS SOCIALISTAS

    Desde mediados del siglo XIX que aparecen los primeros sindicatos de clase –superando los sindicatos de oficio o de rama, existentes- uno de sus primeros objetivos fundacionales fue la lucha por la emancipación de los trabajadores. Esto es, la conquista de unas condiciones de trabajo y de vida dignas, la búsqueda de un reparto de la riqueza más equilibrado a través de mejoras sociales: educación, sanidad, vivienda... y el desarrollo de un modelo de sociedad con derechos para todos, basado en la igualdad o, en palabras actuales, en combatir la marginación y la exclusión social. En estos casi dos siglos...
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  • Ramon Boixadera

    Economista

    Tras una década de estancamiento económico, que amenaza con prolongarse en los próximos años, los estragos de la crisis han adquirido un carácter permanente. Dos datos parecen especialmente reseñables. El primero es la evolución del desempleo en nuestro país, que cerró el segundo trimestre en el 14,1%, muy por encima de la media europea (6,3%), frustrando la fugaz convergencia producida por la burbuja inmobiliaria.   Tasa de desempleo 16-64 años, % (EU-LFS). Fuente: EUROSTAT. Otros indicadores sugieren que el peso del subempleo en la economía española sería todavía mayor. Señaladamente, un 6,4% de la población empleada a tiempo parcial desearía poder hacerlo...
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  • Enrique Negueruela Cortés

    Asesor de la Secretaría Confederal de Empleo y Cualificación Profesional de CCOO

    En 2018 se trabajaron de media 687 millones de horas habituales, unas 18,3 millones de personas ocupadas a una jornada completa de 37,5 horas, de las que el 83% correspondía personas asalariadas. Este volumen de trabajo es un 10,1% inferior al del inicio de la crisis en 2008. Las horas asalariadas disminuyeron en un 7,6%. Por situar un segundo punto, en 2017 el volumen de trabajo era de 8,9 millones de horas habituales menos que en 2011. La situación del trabajo es clara: ahora no hay un volumen mayor que cuando empezó la crisis en 2008, ni en el periodo...
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  • Lluís Camprubí

    Profesor de Organización de la Salud Pública (UPF, Máster Salud Pública). Focalizado en la perspectiva europea

    En un mundo globalizado, compartir soberanía es una forma de recobrar soberanía, dijo Mario Draghi hace unos meses en su discurso de despedida. Mancomunar capacidad democrática (y riesgos, especialmente económicos) debería ser uno de los grandes objetivos (que pueden llevar a otros) de la izquierda social y política en el siglo XXI. Desde el nivel territorial que lo pueda hacer mejor y sin olvidar ningún ámbito de actividad humana (en especial, el productivo). El título, como planteamiento para la acción, tiene dos componentes inseparables: democratizar la economía, y europeizar esa democratización. El primero no será posible sin el segundo,...
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  • Marcos de Castro Sanz

    Psicólogo industrial, expresidente de CEPES (Confederación Empresarial Española de la Economía Social)

    La compleja crisis multidimensional actual (económica, ecológica, social, de cuidados, etc.) por la que se transita desde 2007, dibuja un futuro incierto en el que el cooperativismo emerge como fórmula útil para organizar diferentes necesidades vitales (empleo, vivienda, educación, etc.) ante los desafíos que están por venir. El modelo actual, dominante, de empresa nace en la revolución industrial, en Inglaterra entre los siglos XVIII y XIX. Antes de 1750 la producción económica era básicamente artesanal y manufacturera, se producía en pequeños talleres de propiedad individual. El salto de la economía feudal a la capitalista fue el tránsito de una economía...
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  • Pablo Luis Pló Alonso

    Jubilado. Activo en las redes de economía solidaria.

    Parece anacrónico que no se repiense la economía desde una democratización de la misma. Igual que en otras esferas de la vida social se viene pidiendo sobre la democratización de la justicia, por ejemplo, o sobre el necesario cambio de valores que el conjunto de nuestras vidas contemplan. Quiero recordar el enfoque que Amartya Sen hacía de la democracia. Él decía, evidentemente resumido, que hay democracia cuando se participa, se debate y se decide sobre las cuestiones que nos atañen. O sea, todos tenemos la oportunidad de participar, debatir y decidir y, si no hay obstáculos para ello, estaremos hablando...
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  • José Antonio García Rubio

    Miembro de la Colegiada Federal de IU, responsable de Empleo.

    Es evidente que la democracia representativa está hoy amenazada. La salida de la crisis de 2008, impuesta con rotundidad por los grandes poderes económicos, está también recortando las libertades democráticas. Es verdad que con una perspectiva histórica amplia el avance de la libertad siempre ha prevalecido, pero en el corto y, a veces, en el medio plazo ha habido periodos de retroceso. Creo que estamos en uno de ellos y que la cuestión central del debate propuesto por la Fundación 1 de mayo de CC.OO. es cómo salir de esta situación. Es preciso ultimar un análisis profundo de esa crisis. El...
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  • Ignacio Liniers Barreiros

    Economista

    Respecto a si saldrá fortalecida la democracia con la actual crisis Nada me hace pensar lo contrario, no creo que exista hoy por hoy ninguna alternativa a la democracia, los ataques a la misma que vienen a través del populismo parece que chocan con los checks and balances y parece que las democracias responden con bastante eficacia. Claro que hay excepciones, como parece ser Venezuela, y que hay otras democracias, que siempre han sido deficitarias de tales equilibrios y reparto de poderes, que sí sienten el golpe, como pueden ser el caso de Rusia o de Turquía. El análisis internacional...
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  • Carlos Berzosa

    Catedrático emérito de la Universidad Complutense. Presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

    En la década de los sesenta del siglo pasado cuando estudiaba económicas se hablaba con frecuencia, en las clases y fuera de ellas, de la cogestión en las empresas privadas de los países capitalistas industrialmente desarrollados. José María Maravall (1967) escribía que sobre ella había una bibliografía abundante. Se trataba en concreto de que los trabajadores, a través de los sindicatos, participaran en los órganos de dirección de las empresas y fueran parte de la toma de decisiones. La importancia del tema hace que Maravall dedicara un capítulo de su libro Trabajo y conflicto social a la cogestión. Lo...
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  • ¿Hay Europa?

    28/11/2019

    Cristina Faciaben

    Secretaria Internacional CS. CCOO.

    Ante la pregunta de si “¿Hay Europa?”, la respuesta deseable sería decir “Si, hay Europa”, pero la respuesta más realista es “Si, pero Europa tiene que cambiar, y mucho”. La deriva que ha tomado el proyecto europeo ha ido desencantando paulatinamente a más y más ciudadanos y ciudadanas. Sin duda, una valoración objetiva lanza un balance positivo de la existencia y la pertinenza a la Unión Europea. Son muchos más los pros que los contras, pero lo cierto es que gran parte de la ciudadanía percibe de forma más directa los efectos negativos, especialmente en forma medidas de recorte y...
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  • Carlos Gutiérrez Calderón

    Secretario confederal de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo

    En el libro“La cuestión juvenil ¿Una generación sin futuro?”, José Félix Tezanos y Verónica Díaz, realizan una pormenorizada radiografía de la situación de la juventud en España. Resultado de este estudio señalan, con todos los matices posibles, que “no es inapropiado hablar de una cuestión juvenil de una manera similar a como en su momento se hablaba de una cuestión social, o una cuestión obrera; aun con todas las salvedades y diferencias que hacen al caso”. La exclusión laboral o subposicionamiento económico que sufren los jóvenes, subrayan los autores, suponen un “fallo sistémico en la dinámica de inserción societaria”,...
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  • Jorge Uxó

    Profesor de Economía

    Recientemente, Antón Costas escribía, con mucho acierto, que “la desigualdad es el rasgo más característico de la evolución de la economía desde la década de los ochenta del siglo pasado. Y, a la vez, es el factor más determinante de la crisis financiera de 2008, del débil crecimiento de las economías, del malestar social y del populismo político”. Esto ha generado que las cuestiones en torno a la desigualdad, sus causas y la posible contribución de las políticas económicas a su disminución hayan ganado peso en el debate público (aunque, lamentablemente, esta demanda social no se haya trasladado todavía...
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  • José Ángel Moreno

    Economistas sin Fronteras y Plataforma por la Democracia Económica.

    Sin duda, una de las dimensiones imprescindibles para “repensar la economía con los trabajadores” radica en el modelo de gobierno de las empresas, y sobre todo de las grandes. Un modelo dominado en nuestro tiempo por la soberanía de los accionistas -de los mayores-, a menudo en el contexto de una alianza cortoplacista con los máximos directivos, no pocas veces a costa de la sostenibilidad de la empresa en el medio y largo plazos. Un modelo que la teoría económica ortodoxa, sin embargo, considera óptimo y que constituye un pilar esencial del neoliberalismo. Es una apología frente la que se...
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  • Henar Álvarez Cuesta

    Profesora Titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social

    La relación (tensa e intensa) entre economía y legislación laboral desencadena consecuencias esperadas, inesperables, deseadas (o no) e inevitables para ambos subconjuntos. En los últimos tiempos, las dos realidades aparecen unidas y contrapuestas (a semejanza del dios Jano) ignorándose pese a la indivisibilidad. Y el tema que ha acaparado todas las discusiones en los últimos tiempos deriva del impacto de la tecnología en el mundo de las relaciones laborales. La digitalización de la economía presenta múltiples implicaciones y efectos en las formas de trabajar y de organizar el trabajo, y por ello en las relaciones laborales y en las condiciones...
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  • Joaquín Pérez Rey

    Profesor Titular de Derecho del Trabajo UCLM

    Sí, aunque no lo crean, la Constitución habla de sindicatos y de negociación colectiva En tiempos de constitucionalismo a tiempo parcial, esa estrategia infame que insiste en leer en la Carta Magna solo aquello susceptible de ser utilizado de forma demagógica y partidista, conviene insistir en los pasajes que se ocultan, en los que permanecen deliberadamente en el olvido. La negociación colectiva es uno de ellos. Cuando nuestro Estado presume de pluralista, y lo hace desde el primer momento, persigue, entre otras cosas más evidentes, señalar que la conformación de las reglas que rigen nuestra convivencia tiene orígenes distintos y...
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  • Albert Recio Andreu

    Economista

    I. El debate al que me habéis invitado trata de cuestiones complejas. Cuestiones cruciales en el debate actual. Que tienen que ver, cuando menos, con dos de los temas sobre los que debería centrarse el debate socio-político: el de las desigualdades y el de las dinámicas sociales. Como es evidente dar respuestas claras y sencillas sobre los mismos es imposible (sólo los demagogos creen tenerlas) y por esto voy a tratar de hacer algo más modesto. Trataré de situar elementos que considero básicos para encarar estas cuestiones. II. En los últimos años, cuando el aumento de las desigualdades...
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  • Flavio Benites

    IG Metall Wolfsburg

    Más allá del marco legal en que se desarrolla la acción sindical en la empresa transnacional, en este caso, en Volkswagen, se debe examinar también la cultura de la empresa y, sobre todo, su dimensión internacional y los hechos más recientes que condicionan en la actualidad el conjunto de temas que aquí nos proponemos analizar. Cabe resaltar que el modelo alemán de relaciones laborales se encuentra ante tensiones que ponen en cuestión sus fundamentos esenciales. Es decir, por una parte un incremento de la precarización de las condiciones de trabajo pactadas individualmente, mediante la contratación temporal masiva y, en...
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  • Ignacio Muro Benayas

    Director Fundación Espacio Público

    Es evidente que hablar hoy de democracia económica es adentrase en un terreno sobre el que se ha producido una pérdida casi absoluta de referencias comparada con los años 70 del siglo pasado. En el que términos como autogestión, cogestión o participación del trabajo en las empresas, que en aquellos años eran aspiraciones comunes entre sindicatos y fuerzas progresistas, hayan perdido vigor es una muestra de que las fuerzas democráticas interesadas en la democratización social están a la defensiva. Y sin embargo, la realidad es que el neoliberalismo que ha marcado la gestión económica los últimos 30 años ha agotado...
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  • Mari Cruz Vicente Peralta

    Secretaria de Acción Sindical CS de CCOO

    La utilización de las políticas de austeridad como método para la salida de la crisis nos ha llevado a una situación de gran divergencia social. Gran parte de quienes trabajan lo hacen con salarios más bajos, trabajadoras y trabajadores pobres, más precariedad, menor cobertura por desempleo, mayor tasa de riesgo de pobreza. En resumen, polarización, exclusión social y gran desigualdad. Es precisamente esa desigualdad la que en buena parte, como venimos diciendo, está influyendo en el avance en Europa de los populismos, de las opciones políticas de extrema derecha, en la desafección política y en un malestar social en general...
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  • Andreu Missé

    Periodista y socio fundador de la revista Alternativas Económicas

    La concentración de empresas, la digitalización, la creación de gigantes tecnológicos y financieros, con poderes superiores a los de los estados, han supuesto un aumento de la desigualdad y la eliminación de muchos derechos laborales. La aparición de un nuevo tipo de empresas como las plataformas tecnológicas, especialmente en el reparto de comida, transporte y alojamiento, con empleados sin vinculación laboral, ha comportado un aumento de trabajadores sin derechos, como los falsos autónomos. Este proceso y el aumento de la robotización han conducido a una notable caída de la afiliación sindical. La consecuencia ha sido una debilitación de la capacidad...
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  • Daniel Raventós

    Editor de Sin Permiso, presidente de la Red Renta Básica y profesor de la Universidad de Barcelona. Es miembro del comité científico de ATTAC

    Me invitan a participar en este “debate abierto” de Espacio Público sobre “Repensar la economía con los trabajadores y trabajadoras”. Voy a apuntar una parte de lo que me parece más interesante de un debate con este título. Los tiempos cambian y algunos miran a otro lado. Es habitual el miedo a los cambios. Y los sindicatos, con los enormes méritos que tienen, no son precisamente la “vanguardia” del cambio intelectual. Quizás no les corresponda, pero sí sería deseable algo más de flexibilidad. Pertenezco a CCOO desde hace 40 años, he participado en estructuras de dirección en distintos momentos y...
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  • Antonio Palacián

    Economista y miembro de La Plataforma por la Democracia Económica

    Hay que ser contundentes, no será posible recuperar la influencia necesaria de las organizaciones sindicales sin apostar por la participación del trabajador en el nuevo contexto donde se desenvuelve la empresa. Un entorno cada vez más abierto, más diverso, más líquido, que requiere organizarse de otra forma para participar en la creación de espacios más focalizados en la gestión empresarial. El germen de un nuevo sindicalismo puede pasar por impulsar “Lab” experimentales centrados en la micro, como por ejemplo han realizado los recientes premios nobel de economía, para luchar contra la pobreza huyendo de los grandes planes macro. Hace varios...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    ¿Qué es el cooperativismo? El cooperativismo nació en el mismo medio social, en la misma época, de la misma miseria proletaria y de la misma opresión, bajo el impulso del mismo espíritu que el sindicalismo y el socialismo. Expresa las mismas profundas aspiraciones y la misma concepción de la vida. Pero lo que distingue el cooperativismo de las demás formas de acción es su medio de acción, que se basa en la creación de empresas para sustituir la figura del empresario, y así escapar a la explotación de las empresas privadas con las que tenían relación como trabajadores, clientes o...
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  • Mónica Melle Hernández

    Profesora de Economía Financiera, miembro de Economistas Frente a la Crisis y Secretaria General de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas

    La transformación digital está alterando el mundo empresarial y laboral, con efectos en la calidad de los empleos, los costes de producción y la productividad de las empresas. Para conseguir un crecimiento económico sostenido y sostenible que permita avanzar hacia una sociedad más inclusiva e igualitaria, resulta clave mejorar la productividad de nuestra economía. Uno de los argumentos que motivaron la reciente reforma laboral fue precisamente el de aumentar la baja productividad estructural de nuestra economía. Sin embargo, entre 1995 y 2018 la productividad creció en promedio un 0,8%, pero en 2017 ya se estancó, y en 2018 y 2019...
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  • Unai Sordo

    Secretario General de CCOO

    La democratización de la empresa y la participación de los trabajadores en ella es una de las mayores aspiraciones desde una perspectiva del interés social de la economía. El movimiento sindical, y el conjunto de la sociedad, no pueden renunciar a que las decisiones de inversión privada se tomen teniendo en cuenta el interés general. Por eso hoy en día el gran reto de la izquierda política y social comprometida con la transformación del mundo es repensar la economía y la empresa —que fundamentalmente es un espacio de poder— desde la democracia, ya que lo más relevante para generar...
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  • Alexander Guschanski

    Profesor de Economía en el Centro de Investigación de Economía Política de la Universidad de Greenwich

    * Coautora del artículo: Özlem Onaran, Catedrática de Economía, codirectora del Centro de Investigación de Economía Política/Instituto de Economía política, Gobernanza, Finanzas y Contabilidad, Universidad de Greenwich. En los últimos 40 años hemos asistido a un notable incremento de la desigualdad en cuanto a ingresos personales y a un declive de la participación de los salarios en el PIB en las economías avanzadas y emergentes. ¿Se trata de consecuencias inevitables de la era de la automatización, o podemos diseñar políticas que inviertan estas tendencias? ¿Qué papel pueden desempeñar los sindicatos? ¿Y cuál sería el impacto del incremento de la igualdad...
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  • Sara Lafuente Hernández

    Investigadora en el Instituto Sindical Europeo (ETUI)

    La democracia está en crisis. Desde hace ya décadas, nos preocupa la pérdida de legitimidad y calidad democráticas, de confianza en las instituciones, el auge de la abstención electoral y de formaciones políticas de extrema derecha. Sin embargo, rara vez buscamos una explicación a esta deriva en la experiencia cotidiana del trabajo. Y es que el espacio-tiempo del trabajo -aquel que (aún) ocupa la mayor parte de su jornada a la ciudadanía- se rige por prácticas dignas de regímenes autocráticos, más que democráticos. Bobbio (1987) aludía a esta contradicción como una de las promesas incumplidas de la democracia. En...
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  • Ramón Górriz

    Presidente Fundación 1 de Mayo

    Los días 14 y 15 de Noviembre, la Fundación 1 de Mayo de CCOO ha convocado el III Congreso de "Trabajo, Economía y Sociedad", que tratará sobre "Repensar la economía con las trabajadoras y trabajadores". Se debatirán las políticas contra la desigualdad, la democracia en la empresa, la brecha intergeneracional, la negociación colectiva. También destacar las que se dedicarán a la experiencia portuguesa, a cargo de Francisco Louça de la Universidad Técnica de Lisboa, antiguo diputado y dirigente del Bloco de Esquerda, y la comunicación que presentará sobre Europa, Raymond Torres, Director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas y anterior...
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  • Antonio Baylos

    Catedrático de la Universidad Castilla de la Mancha

    La democracia exige que las cuestiones fundamentales para definir la existencia social de las personas que componen la comunidad estatal de referencia sean debatidas en el marco de un proceso de negociación entre partidos para obtener un apoyo parlamentario suficiente para formar gobierno y llevar adelante unas políticas adecuadas y conformes con ese proyecto sostenido por la mayoría. La reforma laboral forma parte de estas condiciones fundamentales sobre las que la democracia tiene que pronunciarse. En efecto, no es un asunto que se pueda dejar en el olvido, dando por supuesto que son cambios irreversibles y definitivos que no pueden...
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  • Juan Manuel Vera

    Economista, Consejo editorial de Trasversales

    El neoliberalismo representa una poderosa fuente de creencias individualistas, que intentan trasladar a toda la sociedad los valores propios del empresario capitalista. Nació como una respuesta a las conquistas sociales y democráticas desarrolladas sobre todo en Europa después de 1945. Pero, también, fue una reacción al cuestionamiento del poder disciplinario que generaron mayo del 68 y los movimientos sociales de esa década. Al inscribirse en una etapa de mundialización capitalista, coincidente con el derrumbe de la URSS y del resto de estados burocráticos europeos, el éxito del neoliberalismo apareció como un triunfo completo. Pero desde la gran crisis económica de...
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  • Oskar Arenas

    Secretario Institucional e Internacional CCOO Euskadi

    A la hora de abordar cualquier debate conviene hacerse las preguntas oportunas. Hay una que nos sobrevuela desde el título de este que nos plantea Espacio Público, “Repensar la economía con las trabajadoras y trabajadores, conectar la democracia con la economía”: ¿quién debe conectar y/o empujar para hacer esa conexión? En realidad la respuesta está en el propio título: las trabajadoras y los trabajadores. Parece una obviedad, pero tras una década larga de crisis y cuatro de capitalismo desatado dejémoslo claro desde el principio. Nadie va a regalar nada graciosamente. De eso hablaremos más tarde, porque la siguiente pregunta tiene...
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  • Olga Cantó Sánchez

    Profesora de la Universidad de Alcalá e integrante de EQUALITAS

    Los autores del último informe sobre desigualdad global publicado por el World Inequality Lab en 2018 (WIL, 2018) concluyen que la desigualdad de ingresos se ha incrementado en las últimas décadas, si bien a distintas velocidades, en prácticamente todas las regiones del planeta. Desde 1980 la desigualdad de ingresos ha crecido en Norteamérica, China, India y Rusia y también en los países europeos, pero con importantes diferencias en el nivel y en la tendencia. Es decir, se observa que países con un nivel similar de desarrollo tienen niveles de desigualdad muy distintos, lo que muestra la relevancia de las...
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  • Javier Álvarez Dorronsoro

    Ingeniero Industrial

    A comienzos del presente siglo el eminente sociólogo Anthony Giddens en su libro Un mundo desbocado expresaba la paradoja de que mientras en el mundo la marea a favor de la democracia era incontenible, en la mayor parte de los países democráticos los niveles de confianza en los políticos habían caído en los últimos años. Señalaba cómo especialmente las generaciones más jóvenes estaban perdiendo interés en la política parlamentaria. Rechazaban el monopolio de la información, se incrementaba su sensibilidad ante la corrupción, percibían que la política parlamentaria se alejaba de los cambios que demandaba la gente y desconfiaban cada...
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  • Manel García Biel

    Sociólogo y economista. Jubilado, afiliado a CCOO y a ICV.

    Marcelino Camacho siempre decía que “la democracia se ha quedado en la puerta de las empresas”. Y tenía toda la razón. En la transición, el acuerdo político permitió la construcción de una democracia política, pero se olvidó de la democracia económica. Nuestra democracia se ha construido sobre una contradicción, hay una parte de la sociedad que vive bajo una dictadura, en las empresas el poder omnímodo es el del empresario o del capital, para decirlo de una forma más general. La democracia política convive con una realidad empresarial donde impera una falta de democracia total, donde todo el poder organizativo...
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