Hay que tener en cuenta que la derecha ha logrado imponer tópicos ideológicos que le favorecen. Y la izquierda, tras las derrotas padecidas, ha caído en el síndrome de Estocolmo.
El primer tópico es el de que la contraposición entre izquierda y derecha es algo superado, dando la imagen de una política tecnocrática. De mera gestión, ajena a los antagonismos de clase y a la influencia de los opuestos intereses que guían la práctica política. Las realidades de la explotación y la plusvalía son borradas. Las agudas diferencias de clase se definen como “dualización de la sociedad”, un mero rasgo descriptivo, carente de tensión y dramatismo, tan neutral en justicia y conflictividad, como la división entre chatos y narigudos.
Reforzando esta manipuladora versión se extiende la idea de que el “proletariado” ha desaparecido. Por lo visto, los objetos industriales que nos rodean y nos permiten desplazarnos, las viviendas que nos albergan, los alimentos que ingerimos son ya producidos exclusivamente por robots, sin intervención humana. Máquinas que asumen también las tareas de limpieza y asistencia. Sorprende que, cuando se pone en marcha una huelga, sea en los sectores de trabajo de un proletariado pretendidamente desaparecido donde es más seguida.
Semejantes falsificaciones son presentadas como rasgos propios de la sociedad que vivimos, al mismo tiempo que las teorías revolucionarias se califican no como teorías dinamizadoras, sino como “relatos” en la terminología extendida por los “nuevos filósofos” franceses, heraldos jaleados de la reacción.
El mensaje culmina en la tesis de que no es posible otra organización económica que no sea el capitalismo liberal sin trabas. El ideal de la libertad humana es reemplazado por el de la libertad de mercado y su milagrosa mano mágica. La empresa privada llevada por los que se designa como valerosos “emprendedores” es exaltada, olvidando sus escándalos, al par que se denigra a la pública. Y se oculta la evolución del capitalismo desde su forma industrial a la especulativo-financiera. Al poder de la industria sustituye el de la banca y al mercado de productos de consumo, el de las transacciones especulativas. Los gobiernos deben plegarse a los dictados de tal capitalismo, dirigido por las empresas mercantiles, que imponen crecientes sacrificios a la población.
En este punto es donde el mensaje desborda su capacidad de convicción y genera la protesta. Pues la ciudadanía vive el azote brutal a que la economía y la política vigentes les someten. Pero, bajo la influencia de los tópicos anteriores brota la reacción elemental del apoliticismo. No la lucha por una política creadora de una sociedad colectivista más justa. Y la protesta se hace fragmentaria, en la sanidad y la educación, entre científicos, artistas, periodistas y funcionarios, sin tomar conciencia de la necesidad de establecer un frente común dispuesto a tomar el poder y crear una nueva sociedad con verdadera democracia y reparto de la riqueza y la cultura.
Necesidad de contar con todos
11/02/2014
jvrgip
Bibliotecario
Urge una confluencia de todas las izquierdas, también de las bases y sectores críticos del PSOE, para derrotar a la derecha y tomar el poder de las instituciones. Esto no es un fin en sí mismo sino un medio fundamental para lograr el fin último: ejercer políticas sociales y públicas que beneficien a la inmensa mayoría y acaben con esta situación desesperada de miseria para millones de personas y con la represión y la pérdida de derechos que todos sufrimos. Esto es lo urgente ahora y no caben medias tintas: se requiere fortísimas dosis de generosidad y tolerancia por cuantos nos reclamamos de la izquierda, estemos o no organizados en movimientos o partidos o sindicatos. Dejémonos de ahondar en las diferencias y construyamos un programa común de mínimos realizables, contando con todos, también con los millones de votantes del PSOE. Hagamos también el esfuerzo de atraer a los abstencionistas. El pueblo, las clases trabajadoras y populares, somos la inmensa mayoría. Aprendamos de los errores para no caer en ellos una vez más.
Cuestiones prioritarias para un cambio efectivo de escenario político
08/02/2014
rDOMINGO18
ADMINISTRATIVO
Hay cierta angustia en la ciudadanía de nuestro país. Se debe a que vemos cómo se van deteriorando casi todos los diferentes aspectos de la convivencia social, que hasta hace unos escasos 7 años parecían consolidados; ésto es una evidencia.Se nos pregunta si es posible “hacer algo”, y para ello se nos plantea la opción de una unión de la mayoría de izquierdas que se supone que existe, o si no se crea.
Pues a mi parecer, uno de los primeros consensos a los que debiéramos tender todos, IP, MS y ciudadanos comprometidos sin ubicación alguna, es el de dejarnos de maximalismos. Está claro que hay intereses estratégicos contrapuestos. El PSOE o IU lo tienen muy difícil si pretenden que, en esa supuesta “unidad estratégica” se les considere con un valor superior, en términos de legitimidad democrática institucional, dada la experiencia, al conjunto de ciudadanos indignados que pretendan acompañar en este viaje. Y los MS recién surgidos (al calor del ya un tanto “mitificado” 15M), no debieran caer en el error de anatemizar el elemento institucional, porque, al fin y al cabo, ellos también se han erigido en una “institución”, desde el punto de vista político-sociológico. Decir, como dijo el representante del Partido X, que hay que renegar de las vías institucionales y confiar toda la apuesta política a la acción ciudadana organizada concreta, es una de las mejores formas de renunciar a ganar un Poder que existe, aunque no nos guste la manera en que se ejerce actualmente. Es lo que yo denomino, sin ánimo de desmerecer a nadie en concreto, una postura basada en la “audacia de la ignorancia”.
No hay más camino que “construir instituciones y entrenar a individuos de tal forma que se comprometan en la consecución del interés público; y, al mismo tiempo, seguir siendo críticos con tales instituciones y aprendizajes con el fin de que siempre se muestren abiertos a posteriores interpretaciones y reformas”, como nos indicó Hanna Pitkin.
En el acto de ayer en el Ateneo asistimos a una escenificación justamente de lo contrario. Todos los asistentes pudimos ver que, al margen de las buenas intenciones de los organizadores, los intervinientes fueron “a vender su libro”, intentando dejar en buena posición sus argumentarios, más que intentar buscar los terrenos comunes que requiere un proyecto de “unidad estratégica” para conformar una mayoría electoral, que es el paso inicial INELUDIBLE, para pensar en otros objetivos posteriores de regeneración democrática, desde una perspectiva progresista. No caben los personalismos.
Concretando: Voluntad común en torno a un objetivo alcanzable, y compromiso para avanzar en otros apartados luego, en base a la necesidad de decisiones que deban tomarse, una vez que se disponga de la capacidad sobre las políticas públicas. Una base mínima para ofrecerse a los votantes con una fuerza electoral capaz de lograr el 50% + 1 que se necesita para desalojar a la derecha del Poder. Con generosidad y audacia.Los esfuerzos en ello..¡YA!
Ciclo de movilizaciones y ciclo político en España.
03/02/2014
sanchezroje
Politólogo
El objeto del artículo que aporto adjunto (se puede encontrara en: http://miradacrtica.blogspot.com.es/ con el título de esta intervención) es situar los dos ciclos políticos y de movilizaciones en que puede dividirse la etapa de crisis económica iniciada en septiembre de 2008. En el artículo se analizan los actores principales en las movilizaciones, su actuación, importancia y contradicciones, y su relación con los cambios políticos ocurridos.
Hasta ahora no ha existido una correlación entre nivel de movilizaciones y poder político de las clases populares, solo existe, por el momento una tendencia en esa correlación con el ascenso en intención de voto de IU.
Es muy simplista e iluso plantear que como se da una intensa movilización social se va a traducir automáticamente en un cambio profundo de la correlación de fuerzas políticas. Y más aún creer que una opción política desvinculada de todo lo existente hasta ahora puede ser la solución milagrosa. Frente a esa tentación basada en la atracción de los modelos latinoamericanos (cuyas circunstancias son muy diferentes de las que hay actualmente en España y que también tienen sus claroscuros) no conviene olvidar el ejemplo en Italia de Beppe Grillo.
En el Ensayo a la Lucidez, Saramago define a los […]
02/02/2014
jonaca
jubilado
En el Ensayo a la Lucidez, Saramago define a los partidos polìticos como PDI, PDC y PDD, Partido Democràtico de Iquierda, Centro y Derecha respecfivamente. Si el escenario hubiese sido España yo creo que se debìa haber sustituìdo por otro o incorporado uno màs, el PDF, Partido «Democràtico» Franquista. Si nuestra Constituciòn nos considera como Estado Social, Democràtico y de Derecho y el PDF ha podado definitivamente esos tres troncos que nos sustentan como paìs, que nos define como España, con un gobierno de mayorìa absoluta con el 41% de los votos vàlidos emitidos, obtenidos con un sistema donde un ciudadano no vale un voto, como podemos dudar que estamos okupados por unos Antisistema. Ademàs, se dice que el Rey nos librò en el 23F y ahora, ante este nuevo golpe de estado, màs virulento, para discapacitados, deshauciados, enfermos, ancianos, parados; para los derechos fundamentales bàsicos como el de protecciòn a la infancia (protegen a los no nacidos y dejan morir a los nacidos) el de libertad de Expresiòn y de Decisiòn, ¿dònde està el Borbòn?. La escritora francesa Flora Trsitàn decìa «El nivel de civilizaciòn a que han llegado diversas sociedades humanas està en proporciòn de la independencia que han gozado las mujeres». Ahora se nos convoca desde el sistema y el primer paso pasa precisamente por lo contrario: salir del sistema antisistema. Mi propuesta es muy sencilla: Instar a todo constitucionalista a abandonar la representaciòn que ostenta y regresar al pueblo, ya sea nacional, regional, provincial o insular y local, unirse a èl para devolverle la soberanìa y restaurar la Democracia con 1) validar el voto para que èste tenga el mismo valor. 2) convocar elecciones, 3) Restaurar la Constituciòn como eje principal en todas acciones polìticas y derogando toda normativa que suponga degradaciòn en los derechos establecidos en esa Carta Magna y 4) permanente consulta a los ciudadanos con referendum atravès de internet, no cada 4 años. Ojo, hablo de constitucionalistas, por lo tanto abstènganse los del PDF.
¿Quién valida al validador?
26/01/2014
txemagonex
Juro decir mi verdad, parte de su verdad y ninguna de vuestas verdades…
¡Más rápido! que se nos acaba el siglo.
Gracias
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=XJRIQ3w5AZ8 RED CIUDADANA, PARTIDO X Y si lo echáramos a todXs…..??? […]
24/01/2014
txemagonex
RED CIUDADANA, PARTIDO X
Y si lo echáramos a todXs…..???
RESPUESTA A WILLY MEYER
22/01/2014
Carlos Javier Bugallo Salomón
Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.
Quisiera responder en unas pocas palabras al eurodiputado Willy Meyer y compañero de Izquierda Unida, tras leer su artículo en Público.es (‘Goodbye, Willy Brandt!’, 22/01/2014).
En primer lugar, dar por enterrada a la socialdemocracia como él lo hace, me parece algo precipitado. Es cierto que en la actualidad los partidos socialdemócratas se han convertido al social-liberalismo, como él dice, pero nada impide que surjan otros partidos que ocupen el lugar abandonado por ellos.
En segundo lugar, incluso es hipotéticamente posible que, a última hora, alguno de estos partidos de un golpe de timón radical a sus políticas reaccionarias. ¿Ciencia ficción? No, desde luego, si observamos la historia. Por ejemplo, cuando Franklin D. Roosevelt ganó las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 1932, lo hizo con un programa que incluía la consolidación fiscal y la permanencia en el patrón-oro. Sin embargo, poco después, ante la situación dramática por la que atravesaba su país, abandonó estos postulados y se embarcó en el programa más ambicioso de reformas sociales y económicas conocido en ese país.
Por lo tanto, sigamos el consejo de no anteponer los deseos (que comparto contigo) a lo que la realidad nos enseña, por muy triste que esta sea.
Por último, y ya que he mencionado el patrón-oro, por qué no dices nada de este otro sistema monetario internacional que es el Euro, y que es un sosias del anterior. El Euro es la obra maestra (‘chef-d’oeuvre’) del neoliberalismo, como he demostrado en varios documentos, y es inexplicable que soslayes esta cuestión.
Y aún más inexplicable es la falta de respuesta de quienes defendéis el Euro en Izquierda Unida, a las requisitorias que los críticos lanzamos constantemente a este tinglado monetario.
PROPUESTA DE UNA ALIANZA DE CLASES EN TORNO A UN NUEVO KEYNESIANISMO
17/01/2014
Carlos Javier Bugallo Salomón
Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.
Adjunto os remito un nuevo documento donde prolongo y amplío las ideas expuestas en uno anterior, titulado ‘De los fines y los medios’.
Un saludo
Lo que se necesita es un Movimiento Democrático
15/01/2014
Hernandez Leon
Catedrático de Zoología
El problema ya no reside en que gobiernen las derechas o las izquierdas si el sistema les permite corromperse, cosa que termina ocurriendo si nada, ni nadie lo impide. El problema está en tener un sistema democrático o no, y de eso estamos muy lejos en España, Europa y en casi todo el planeta. Parece claro que los que gobiernan (financieros y sus políticos apoderados) no van a permitir perder su status. Nadie que tenga poder lo cede fácilmente, ni siquiera el más pequeño de los partidos. Por tanto, la unidad de la izquierda poco va a solucionar si no es capaz de cambiar las reglas del juego. Éstas las tendremos que cambiar todos, los demócratas seamos o no izquierda.
Claro, para hacer esto, primero habrá que conocer lo que es realmente el sistema democrático, aquél en el que el pueblo es soberano, aquél en el que no tengamos que depositar nuestra confianza en la responsabilidad personal de los gobernantes, aquél en que los representantes respondan directamente ante sus votantes, con unas reglas que no se cambien en la mitad del partido. El sistema democrático se basa en dividir el poder, en el que cualquier cargo de responsabilidad sea elegido por un tiempo determinado, en el que el poder se divida al máximo para que nadie tenga demasiado poder, aquél que procura la igualdad (política y social), aquél que hace a los ciudadanos y representantes responsables de sus actos,… Quizás el mayor escollo para tener esa ansiada democracia es admitir que la razón es totalitaria (cada persona tiene la suya e intenta imponerla), que el sistema se construye entre todos y no en base a unos cuantos con mayor capacidad de liderazgo y seducción.
Por tanto, no me preocupa la unidad de la izquierda (algo imposible hasta en las situaciones más difíciles, e imposible en nuestro trucado sistema), me preocupa la poca formación democrática de la ciudadanía. Sin ella es imposible que esa gran mayoría tenga claro donde ir. Ese norte que se busca en este debate no es posible sin una formación importante sobre el funcionamiento del sistema democrático. Ese es el problema.
Si queremos llegar a algún sitio, una vez que conozcamos de verdad en que se basa el sistema democrático, tendríamos que construir un Movimiento Democrático a la que se sumen demócratas de izquierda, derecha, partidos, movimientos sociales,… todos los que crean en ese factor común que es la democracia, y por supuesto, entrar en las instituciones.
(si quieres iniciarte bájate el libro que aparece en http://democraciaparaidiotas.blogspot.com)
Concreciones
06/01/2014
Mikel Casado
Enseñanza
Estoy de acuerdo con el ponente en los términos generales de la propuesta. Permítaseme, por favor, hacer alguna aportación.
En cuanto a los contenidos de un acuerdo, creo que esa unión debe tener en cuenta la profundización en los elementos esenciales, los derechos humanos de primera generación (civiles), de segunda (sociales) y de tercera: los ecológicos. Sin duda, todo ello cuidado y gestionado en una democracia más participativa. Es decir, debería ser un cambio por el ecosocialismo o será un cambio incompleto, pues no se puede seguir hablando de transformación basada en el crecimiento. Por tanto, habría que incluir a los movimientos ecologistas por el decrecimiento.
También estoy de acuerdo con Pisarello en la exigencia de una “moratoria y eventual impago de la deuda, suspensión de desalojos, reversión de las privatizaciones y recortes de servicios públicos”.
Pero, además, se debería ser más concreto en cuanto a la consideración de los sectores públicos, aparte de la sanidad, educación, seguridad social, que deben estar gestionados por la sociedad, no por el mercado: banca de crédito, energía, transporte, agua, etc. Eso es una forma de concretar, de definir la izquierda, sin dejarlo en la ambigüedad.
Otra manera de definir la izquierda es concretar los mínimos de, por ejemplo, 1) el gasto público en los sectores sanitario, educativo, etc., que debería rondar el 30% del PIB, para evitar inadmisibles desigualdades, pues el mínimo bienestar debe ser relativo a la riqueza del país; 2) un mínimo fiscal que garantice un estado social mejor y más fuerte que el creado en la transición, que era inferior a la media europea.
Por último, no debería faltar la exigencia de una tasa sobre las transacciones bancarias, como es la propuesta de ATTAC.
En una palabra, para una unión de la izquierda debería presentarse un modelo de estado democrático ecosocialista, sin ambigüedades.
¿UNA MAYORÍA SOCIAL? Y ESO, ¿QUÉ ES LO QUÉ ES?
03/01/2014
Juanma Villatoro
Abogado - Mediador
Aturdidos por los efectos del shock, de la doctrina del shock, de la doctrina de miedo, del pánico y del pavor…, bajo esa amenaza de tabula rasa, anda el personal vagando y divagando.
La izquierda siempre tan recatada, y la derecha tan segura de si misma, la una con etéreos conceptos y la otra con eternos e inmutables principios.
De lo evanescente a lo tangible, de lo sublime a lo basto, en ello anda la ciudadanía depauperada labrándose el cabello.
Nunca pensamos ser tan vulnerables, como para tener que dejar de pensar lo que pensábamos; con lo bien que vivíamos con el valor especulativo y ahora… «se nos fue el amor de tanto usarlo».
España siempre vivirá mejor con Franco, con los principios fundamentales, con los valores eternos…, con Belen Esteban y Kiko Pantoja.
Nunca se nos dio bien colectivamente hacer nada hasta el último Mundial de Futbol, sí, ese disputado en Sudáfrica.
Nuestro políticos tienen la sociedad que se merecen, una sociedad donde sólo emergen grandísimas individualidades, insignes personalidades, pensadores, escritores, deportistas, artistas….las excepciones que confirman la regla de la mediocridad; son muchas y destacadísimas excepciones; y ¿cuántos son los reconocidos? Cada bando reconoce sólo a los suyos, los verdaderos.
Nuestra secular «per secula seculorum» élite extractiva sabe dejarlo todo atado y bien atacado, cada vez que se le levanta el viento del cambio.
¿Hay infiltrados del poder promocionando la abstención en los MS?
31/12/2013
figuera
Miembro de una comunidad intencional
«La alternativa de la abstención (…) es también una cuestión a debatir, puesto que hay sectores importantes de los MS que la propugnan».
Lo que pasa (desde mi apreciación personal, fruto de mi experiencia en los foros de coordinación estatal 15-M en la red social N-1) es que hay elementos en los MS que se dedican a propugnar la abstención pero no entran a debatir, sino que se cierran en banda en una defensa manipuladora y sin argumentos sólidos de esa posición. Al menos algunos de ellos pueden ser infiltrados del poder en los MS que, para afianzar el propio sistema de partido único Pp$ØE que dicen combatir, fomentan la abstención u opciones en la práctica equivalentes (voto blanco, nulo, Ciudadanos en Blanco, «partidos de diseño» que parecen creados con clara intención de dividir el voto «indignado»).
¿Qué significa la abstención? ¿Que nos da exactamente igual quién gobierne? A mí ni siquiera me da «exactamente igual» que gobierne la derecha (P$ØE) o la extrema derecha (Pp), aunque tengo claro que no es más que el viejo juego del poli bueno y el poli malo. Pero, ¿no vamos a dar ni siquiera una oportunidad a las opciones situadas «a la izquierda del P$ØE»?
No hay «abstención activa». Hay «abstencionistas activos» porque no votan pero hacen otras cosas sin duda importantes para un cambio social al margen del estado. Pero todas ellas (y hasta participar en una lucha armada o apoyarla, cosa que no defiendo) las podrían hacer igual si votaran. ¿Qué nivel de abstención (más voto blanco etc.) sería necesario para «hacer caer el sistema»? Y si cayera ¿sería por la abstención o por las demás cosas que la gente haría? ¿No es más razonable «votar a la opción más de izquierdas con posibilidades» y si nos traiciona «aún más a la izquierda» la próxima vez?
Votar no es «legitimar el sistema» si se vota a opciones que lo rechazan explícitamente. Hasta para un anarquista que desea el fin del estado tiene sentido votar para manifestar cómo prefiere que se gestionen las instituciones «mientras existan», su final tal vez pueda acercarse si a la vez que desde fuera nos liberamos de nuestra dependencia de ellas, desde dentro vamos desmontando sus aparatos represivos, adoctrinadores y parasitarios, y redistribuyendo la riqueza hacia una mayor equidad en vez de a la inversa. A no ser que deseemos un mayor deterioro que lleve al estallido revolucionario («cuanto peor mejor»)…
Otra forma sutil de favorecer la abstención es dar la idea de que no vale la pena votar si no cambia ANTES la ley electoral. Pero para un cambio real en las instituciones es necesaria una mayoría absoluta de las fuerzas situadas a la izquierda del P$ØE, pues de lo contrario lo más probable es que este gobierne en coalición con el Pp (antecedentes de Euskadi, Grecia, Alemania). Y es más fácil lograr mayoría absoluta (uniéndose, desde luego) con la actual ley injusta. Después ya se cambiaría… o la cambiarían antes los partidos del régimen si vieran venir que esta vez les iba a perjudicar.
El BOE es trasnformador.
31/12/2013
raul34
Futuro politólogo
Desde mi punto de vista los planteamientos teóricos tienen un gran consenso en la mayoría de los foros de la izquierda, pero no nos podemos quedar en ese análisis y debemos pisar la realidad empírica en la que nos situamos. Nos encontramos con un país con seis millones de parados, con miles desahucios, millones de personas en riesgo de exclusión social y no pasa nada. ¿Por qué no se producen disturbios o un levantamiento violento? Yo creo que la respuesta es porque la población tiene interiorizada que esa situación está dentro del sentido común, que es razonable que esas cosas puedan ocurrir en un país como España en el SXXI.
En el marco de la socialización todos hemos aceptado conceptos aprendidos en la escuela, en los medios de comunicación y en nuestra vida normal como por ejemplo: no salir de un supermercado sin pasar por caja, sin embargo un niño pequeño coge lo que quiere y no se plantea que su valor económico.
Tras todo lo dicho la solución sería cambiar el sentido común de la sociedad mediante planteamientos que la mayoría consideraría razonables en una sociedad contemporanea, como que existan bienes públicos que son necesario para la subsistencia humana (Vivienda, luz, agua), que es necesario mayor participación democrática de los ciudadanos, que el trabajo es un derecho y no un privilegio. Pero todo eso no se consigue solamente mediante manifestaciones o llenando las calles de diferentes mareas, es necesario alcanzar el poder mediante unas elecciones.
Los gobiernos mediante las leyes transforman las sociedades según su concepción ideológica y la correlación de fuerza de las diversas clases sociales en la sociedad. Por lo tanto la principal arma de transformar la sociedad es el BOE, legislando a favor de la mayoría social que enmarca cualquier proyecto de izquierdas. Por otra parte no creo que sea necesario la unidad de la izquierda, aunque sí deseable, porque si alguna fuerza política de izquierdas de las ya existentes o nueva puede conseguir que la gente considere razonable su discurso y crea que puede ser alternativa de gobierno, automáticamente se va a producir una unidad electoral hacia una posibilidad de cambio. Pero no solo es necesario un discurso, sino plantear un proyecto atractivo ya que la población vota también por afinidades personales con un líder político, influyen también las campañas electorales en los medios de comunicación y creo que la izquierda real olvida la importancia del marketing electoral.
Es importante no asustar al común de los ciudadanos con discursos ideológicos alejados de la razón práctica.La gente siempre tiene miedo de perder las cosas que ha ganado con esfuerzo y trabajo, lo cual es consustancial al género humano. Los cambios deben comenzar en las instituciones y comenzar por lo pequeño hasta llegar a lo grande.
CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA
30/12/2013
Carlos Javier Bugallo Salomón
Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.
El filósofo Inmanuel Kant, uno de los críticos ‘par excellence’, celebró así su tiempo: “Nuestra época es la auténtica era de la crítica, a la que todo debe someterse”; de esa manera comienza su libro Crítica de la razón pura, editado en el siglo XVIII (más conocido como el Siglo de las Luces).
Sin embargo el mundo actual dista mucho de ser escéptico con respecto a la tradición y las ideas establecidas, pues estas siguen encontrando acomodo en toda forma de sabiduría convencional, de sectarismo ideológico o fanatismo religioso.
Por otra parte se presenta el problema de saber qué se entiende por ‘crítica’. El ciudadano corriente, en la crisis actual, la está ejercitando cada vez más en la forma de queja, lamentos, denuncias, insultos y hasta de imprecaciones. Este tipo de respuesta, que es muy compresible y justificada no lo es en el caso de las personas cultas y con una cierta comprensión de las cosas. El político, el periodista y el profesor universitario deben estar a la altura de su posición y de su responsabilidad, lo cual significa ofrecer soluciones creíbles al hombre de la calle frente a los problemas sociales que le agobian.
Creo además que el concepto de ‘crítica’ merece una mayor elucidación, tanto de su significado como de sus implicaciones, que en absoluto están claras para todo el mundo. He intentado realizar esta labor en el documento que adjunto para someterlo a vuestra consideración.
FELICES FIESTAS a todos/as.
¡QUE SE VAYAN…
22/12/2013
txemagonex
Camina (piensa) hasta desear correr (actuar).
Corre, hasta que necesites volver a caminar.
Sin acción, ningún pensamiento poseerá valor.
Es fundamental afianzar los pasos tras un noble anhelo esperanzador. Una larga caminata hacia lo desconocido, por caminos concretos: ¡QUE SE VAYAN TODOS!, “desutopizará” sueños y consolidará mayorías.
¿Democracia?
Sí: con pocos libros pero buenos hechos.
La única alternativa, afrontar el ¡QUE SE VAYAN TODOS!
Solo cambiando realmente lo que asesina de muchas “hambres”, emergerá una mayoría social que ya palpita diseminada..
“Simple”, incuestionable y “satisfactorio” proyecto: “echar a la calle, a todos”, para erradicar prescripciones, indultos y lacras de momificadas braguetas absolutistas.
Romper paréntesis entre golpes de estado, para dejar de ser guillotinadXs nosotrXs.
Diseño básico, estricto e irrenunciable. Movilizará a muchXs hacia propuestas justicieras, que ni merecen sus destinatarios.
Constituirá un Kilómetro Cero generador de otros objetivos, incluso reproduciendo errores. Reivindicar el derecho a confundirnos colectivamente. En nuestra historia faltan anteriores revoluciones y ágoras con guillotina central. Escasean barricadas actuales. Nos asfixian castradoras bendiciones crucificadas.
Inútil otro intento. Abordar con inteligencia ¡QUE SE VAYAN TODOS! porque nosotrXs consigamos echarles, mejor a votos, bajo sumarias condiciones.
Algo reorganizadXs y vaciadXs de seculares basuras, comprobaremos que incluso si “gobernara” el más “tonto”, siempre que no fuera político, juez, obispo o un largo etc. ya “conocido”, difícilmente viviríamos peor.
Urge cosechar ¡cuanto antes!, alegrías colectivas y poner los “contadores” a cero, para programar igualdades reales.
Solo se pierden batallas abandonadas…
Quienes me perciban demagogo o populista, sepan que lo asumo porque no alcanzo otro “nivel”. Mi pensamiento de viejo solitario en ágora vacía, jamás ha soportado adhesión a grupo, carnet, partido u organización. Me lo permito sin desacatos, puesto que resulta igual de útil o lo contrario.
¿Cabe hablar de ¡QUE SE VAYAN TODOS!?
PREGUNTO:¿Cúantos son los caracteres realmente disponibles, 2000 ó 3000?
¡Gracias!
Mosca coonera
09/12/2013
Julen
jubilado
Mis felicitaciones a los creadores y coordinadores del foro, al ponente y a los participantes. La prisa es mala consejera, pero si continúan despojándonos terminaremos quedándonos sin instrumentos para defendernos en batallas cada vez más sofisticadas y mortíferas.
Tenemos que defender unos derechos que han sido conquistados por muchas generaciones y con mucha sangre. Éste debe ser nuestro primer objetivo: blindar el Estado de Derecho. Se trata de lograr que los instrumentos funcionen y los escándalos de corrupción que afectan a partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales e incluso a los entornos de la jefatura del Estado, entre otros casos que se podrían citar, muestran que no es el caso. Tendríamos que consensuar un organismo competente de control que pudiéramos comprobar los participantes en esta primera batalla. Somos muchos los implicados, porque el “sistema” genera muchas víctimas y hay urgencia, porque el enemigo se arma con lo que nos despoja. La batalla no puede demorarse.
Aquí cabemos muchos y cómo indica Julio Anguita, se abre una segunda batalla. Para simplificar, daré un ejemplo: muchas de las proclamaciones de la Constitución son incompatibles con el apartado 3 del artículo 56 de la Constitución, que considera al jefe del Estado irresponsable e iniviolable. La segunda batalla sería, inevitablemente, la Reforma de la Constitución y de los instrumentos del Estado de Derecho. Habría aún un amplio consenso en lo referente a la necesidad de reformas, después surgirían discrepancias que me parecerían sanas, en cuanto a los objetivos y normas de estas reformas. Me parecería un buen principio…
El voto de los mercados.
08/12/2013
witelchus69
parado
Hoy el señor Montoro dijo que la politica actual del gobierno es satisfactoria para los mercados, y que seguiran votando estos por su gobierno.
Esta claro el hecho de que la democracia ya ha muerto.
Si los mercados son los votantes de esta maltrecha democracia, y nadie en el arco parlamentario pide ni tan siquiera la dimision, damos por hecho la caida de nuestra democracia, si algun dia llego a ser algo.
Se pide cambio de actitud para una posible unificacion de fuerzas para dar un giro a esta eutanasia pasiva, pero cuando se llegan a escuchar barbaridades como ayer en La sexta, por parte de periodistas representativos y otros politicos, etc, acerca de la leyes sobre la ley de punto final a los crimenes de la dictadura, o las leyes sobre la prostitución en francia, se hace mas claro ver que existe en nuestra sociedad unos ciudadanos instalados que jamas querran cambiar nuestro pais, son acomodados que no les importa nada la sociedad ni su futuro.
Ver como se llega a decir que las leyes de justicia universal son estupidas, y otros apelativos, es indicativo de la falta de ilusion por cambiar el mundo, y esa actitud de a mi me da igual los demas.
Si no hubieran existido revoluciones, nunca habrian habido cambios sociales en este mundo, pero a estos les da por igual.
Da igual el discurso, para la realizacion de una union para el cambio en esta sociedad, hace falta mas empatia, que con solo ver el incremento de los fanatismos fascista, se ve la calidad humana de esta.
Tenemos que ser exigentes con nosotros mismos, ya que nuestro pasotismo nos hace complices de los barbaros, que estan destruyendo nuestro mundo.
Pero lo mas esencial es tener ilusión y mas metas definidas, sino navegamos sin rumbo, a la deriva de quien gobierne.
DE LOS FINES Y LOS MEDIOS
08/12/2013
Carlos Javier Bugallo Salomón
Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.
En mi opinión toda deliberación política racional debe estar atenta a dos cuestiones esenciales: los fines y los medios. Como dice el filósofo Nicholas Rescher en su libro sobre la racionalidad, es racional adoptar el mejor medio para la realización de los objetivos adecuados; por otra parte, la racionalidad se orienta a la búsqueda razonable de los fines adecuados. Al igual que la diosa Jano, la racionalidad es una noción con dos caras.
Además, fines y medios no son dos aspectos separados y externos entre sí, sino que se condicionan mutuamente: los medios se elegirán en función de los objetivos, y los objetivos se elegirán en función de los medios disponibles.
Por tanto, para mí es esencial tener presente estas dos cuestiones y no perder de vista que ambos aspectos son el anverso y el reverso de la misma moneda. El ‘hasta donde queremos ir’ y ‘cómo llegar a ese punto’ no pueden separarse de ningún modo.
Sin embargo el aspecto de los medios adquiere una relevancia especial, pues su consideración nos obliga a ser extremadamente realistas y objetivos: no se podrá hacer en abstracto, sino a partir de un ‘análisis concreto de la realidad concreta’. Y aquí es esencial tener en cuenta las investigaciones y opiniones de sociólogos, politólogos y activistas sociales.
Es necesario promover estudios y debates sobre esta última cuestión, que nos proporcionen un conocimiento lo más completo y riguroso de los recursos humanos y organizativos con los que cuenta en la actualidad la izquierda; pues de lo contrario nos veremos abocados a esa ‘enfermedad infantil’ de la izquierda llamada ‘izquierdismo’, que propone fines maximalistas a partir de análisis abstractos y genéricos.
LA CASA DESDE EL TEJADO: UNA VISION ELITISTA
06/12/2013
Cayetano
rojo indignao
Varios comentaristas coinciden planteando que no existe mayoría social de izquierda.Quizás partan de la certeza análitica de la hegemonía ideológica de la clase dominante, extendida al conjunto del cuerpo social.
Sin embargo,no deja de ser cierto que la comunión con dichos principios neoliberales por amplias capas,están entrando en cuestión por la exclusión o el miedo a la pérdida del status social.Cuando no por la abierta oposición a la mercantilización de los derechos sociales, laborales, sanitarios, educativos… .
Esto crea un estado de noqueo en éstas caracterizado:por querer volver a la situación anterior y la incomprensión de lo que ha pasado,junto a la negación de la imposibilidad de vuelta atrás de su status.
Esa negación de imposibilidad de vuelta atras,desafección al PPSOE,de contradicciones ideológicas entre la cultura neoliberal y la realidad propia.Y en dicho marco análitico,la incapacidad de la izquierda de conectar con dicho segmento.Es lo que ha convertido al partido de la abstención,en el partido mayoritario de todo el Arco Mediterráneo países PIGS,incluida España.
Intentar construir una mayoría social para sí, sin contar con estos sectores en desposesión,en proceso o ya proletarizados,es una entelequia.
En dicho proceso de convergencia social y política,es necesario como apunta Carlos París,entablar un diálogo que dilucide la imposible vuelta atrás.Pues los intereses del capitalismo financiero han cambiado en la actual fase.
Dicho propuesta debe partir de dos nudos gordianos ante la
implantación del capitalismo financiero,recortes,contrarreformas,paro, rebajas salariales… .Dichas dos bases son:-el rechazo a la deuda, fórmula elegida para socializar las perdidas financieras, cuya losa impagable además de ilegitima impide cualquier recuperación del 99%. -El € y su arquitectura actual, instrumento de dominación y consolidación del poder financiero en Europa.
Planteando la apertura de un debate europeo,en el que si no se modifican las condiciones de la deuda y la arquitectura europea, debemos decir Adios a Merkel o continuar empobreciéndonos, perdiendo derechos y libertades.
El peso de la deuda y la refinanciación de sus intereses, imposibilita la acción solidaria de lo público y el crecimiento económico.
El objetivo primero no puede ser otro que frenar el avance contínuo de la profundización de las políticas neoliberales y mercantilizadoras de derechos.Contribuir al bienestar de nuestr@s conciudadan@s.
La articulación debe atender a criterios abiertos y diversos,tanto en diferentes plataformas con caracteres definidos,como en otras más generales.Unas:puntuales,sectoriales,tácticas.Otras:generales, estratégicas,políticas.
NO DEBEMOS CONSTREÑIR LA REALIDAD A NUESTRA PROPUESTAS UNITARIAS,sino respetar las diferencias sumando desde lo concreto en cada plataforma unitaria,aumentado el acervo unitario desde el respeto y la colaboración.
Las contradicciones aumentan, articulemos la alternativa entre tod@s
Democracia o Barbarie
¿Es posible un matrimonio feliz entre IP y MS?
03/12/2013
CarlosRD
Ingeniero Informático
(entiendo por IP, a los partidos y fuerzas políticas minoritarias (excluyo a PSOE) en torno a IU, y los nacionalismos de izq.)
Hoy el gran desencanto de ciudadanía no es con el bipartidismo, mayormente, sino con todo el sistema político y económico heredado de la transición y que ha dado a lugar a un divorcio entre la política y la voluntad de la ciudadanía. Alejamiento que se expresa en una democracia formal hoy deficiente y anacrónica que no ha movido un pelo durante 35 años y en un sistema económico cada vez más groseramente neoliberal donde se han perdido muchos de los derechos sociales y civiles de últimas décadas.
La respuesta corta es que esa unión será posible en tanto la IP haga suyas las demandas de las fuerzas más conscientes y renovadoras de la sociedad surgidas alrededor del 15M y las mareas, pero no solamente para el programa, sino para su propio funcionamiento interno. De otro modo, seguramente habrán de surgir otras fuerzas que expresen, en fondo y forma, los anhelos de la ciudadanía. Es quizás una oportunidad única de confluencia y renovación (o supervivencia) de la IP, que de no producirse, abocará al desastre a la propia IP y posiblemente al propio sistema.
Desde los sectores más críticos de los MS no partidarios (15M, Mareas) se ve con sospecha lo que muchos llaman la “rama roja del sistema”, el entramado de cúpulas políticas y sindicales (encabezadas por IU, CCOO, UGT, etc…) sujetas por la subvención por el propio sistema y que algunas veces pareciera que defienden su liderazgo en ese espacio “de lucha”, incluso torpedeando a veces el surgimiento de nuevas expresiones surgidas directamente de la ciudadanía. Se critica tb el funcionamiento vertical de esa IP y de sus comités y aparatos heredados de las “viejas guardias”. Algunos señalan que en comportamiento democrático IU incluso está por debajo de los usos del PSOE… En cuanto a las grandes centrales sindicales, viven un proceso de colapso interno por malos usos pero, hay que reconocerlo, en un encuadre nefasto, en un entorno laboral cada vez más descreído y fragmentado socialmente.
Desde muchos MS se ve necesaria una reforma decidida de la Constitución para que la democracia sea real (participativa, e incluso directa) y no formal, en un proceso de empoderamiento del pueblo, pero hasta ahora no se ha visto mucho énfasis por parte de esa IP parlamentaria en la denuncia de esta democracia que no lo es, no solamente por un sistema electoral injusto y anacrónico sino en una representatividad que ya no anda y que harían necesarias reformas constituyentes. También se echan en falta garantías en la Constitución del 78 en protección de los derechos que declama.
Pero, para cambiar este estado de cosas que va hacia una profunda deriva que lleva al nazismo, en política, y a la exclusión y el esclavismo en materia económica y laboral no se ve como puede avanzarse sin aprovechar las pocas puertas que aún hoy permite el sistema. La pelota está en el tejado de la IP
La cuestión de la ‘mayoría social de cambio’ (msc)
30/11/2013
José Luis Zárraga
Sociólogo
Algunos compañeros, en este debate, niegan (o dudan) que exista una msc . Pero esa no es la cuestión. Msc no es un concepto demográfico, sino un concepto político. Una msc no existe como existe una mayoría estadística, sino que se construye, es el resultado posible de una lucha ideológica y política. Lucha ideológica, porque hay que convencer a una mayoría de que son posibles otras políticas. Lucha política porque hay que traducir el rechazo ideológico en efectivo rechazo político, que cambie las instituciones de gobierno. No es algo que contemplar, ni con optimismo –‘hay una mayoría social…’- ni con pesimismo –‘no la hay’-, sino algo que hacer, un objetivo.
La cuestión es si es posible hoy –en la coyuntura actual- construir una msc, si se dan las condiciones necesarias para que sea posible construirla con garantías de que no se frustre, de que sea efectivamente determinante de un cambio político.
No hay que confundir la msc con quienes salen a la calle a protestar y manifestarse por el cambio. La lucha en la calle siempre es cosa de minorías, participan en ella quienes tienen un nivel de conciencia, un grado de compromiso y unas condiciones personales que no pueden esperarse de la mayoría de la gente. Quienes salen a la calle son la punta de lanza indispensable en los procesos de cambio; tras ellos pueden estar –o no- mayorías sociales que se identifican con sus objetivos, que simpatizan con su lucha y que estarían dispuestos a respaldarlos con la opinión o con el voto. Que quienes salen a la calle no sean una mayoría suficiente no significa que no lo sean quienes podrían apoyarles con su voto.
Así planteado, mi opinión es que actualmente se dan en España esas condiciones. Es verdad que solo hace dos años el PP ha ganado unas elecciones con una amplia mayoría. Sin embargo, hay que notar que esa victoria se produjo, sobre todo, como rechazo a la política económica de derechas que estaba desarrollando un gobierno socialista, y no como adhesión a esas políticas. En todo caso, la situación de precariedad que sufre la mayoría de la población, la privación de derechos, el recorte de los servicios públicos, el redoblamiento de la explotación, la realidad de la desprotección y el paro que sufren muchos y amenaza a casi todos son condiciones que disuelven los engaños electorales. Hoy todas las encuestas indican que son mayoría quienes rechazan esas políticas y se identifican con los movimientos de protesta y resistencia frente a ellas. ¿Significa eso que hay ya una mayoría social de cambio? No. Significa que es posible construir esa mayoría. Es posible con dos condiciones. Una condición ideológica: que se desarrolle en quienes rechazan las políticas actuales la conciencia de que otra política es posible. Otra condición política: que exista una alternativa verosímil y confiable. ¿Es sencillo crear estas condiciones? ¡Desde luego que no!. Pero es posible. Y, lo más importante: es necesario, y no tenemos otra alternativa que intentarlo.
Me sumo a la línea realista marcada por algunos compañeros. […]
22/11/2013
Ramón Ruiz
Periodista
Me sumo a la línea realista marcada por algunos compañeros. La izquierda tiene actualmente en España un peso político residual y esa situación no va a cambiar ni a corto ni a mediano plazo. Solo una hecatombe mundial, ajena completamente a los planteamientos que en este foro hace la línea optimista, podría cambiar radicalmente el panorama.
Así que, queda un larguísimo camino por recorrer antes de que la izquierda vuelva a ser una alternativa de poder. Me voy a fijar solo en dos aspectos:
1 – Sería un extraordinario avance en ese sentido que la masa social que ha sido humillada y ultrajada por el PP no siga votando al PP. Simplemente eso, que no siga apoyando al PP. Quizá en este campo habría que buscar el auxilio de los psicólogos para definir cómo hacer posible ese «milagro».
2 – No tiene sentido contar con el PSOE en esta tarea refundadora de la izquierda porque el PSOE hace tiempo que le vendió su alma al diablo. El PSOE es actualmente un partido de centro-derecha o de derecha y los «esques» y «peros» que puedan alegarse contra ese enfoque son la mejor explicación de por qué el PSOE ya no es de izquierda. Solo una revolución interna, impensable en las circunstancias presentes, podría recuperar los principios originales del partido.
Resumiendo, no veo una izquierda con opciones de poder antes de 25 o 30 años y eso si desde ahora se empieza a vender el socialismo como lo hacián los viajantes de antaño: pateando la calle, casa por casa, barrio por barrio, pueblo por pueblo, ciudad por ciudad… Está demostrado que ni las redes sociales ni los medios audiovisuales sustituyen al contacto personal. Son apoyos que funcionan en la medida que haya existido ese roce con la gente.
El trabajo es inmenso y mucho me temo que no estamos preparados para acometerlo ni psicológicamente, ni ideológicamente, ni políticamente. Quizá porque, a pesar de los estragos de la crisis, todavía no hemos llegado a tocar fondo.
La política del sentido común
19/11/2013
Miguel Urban
Miembro de Izquierda Anticapitalista
Ante la pregunta de ¿como lograr una mayoría social de cambio? No creo que nadie tengamos la respuesta mágica o certera sobre como conseguirlo, al menos que haya pasado la prueba de la practica. En los momentos políticos en los que nos encontramos es honesto reconocer que tenemos mas preguntas que respuestas y que estás, necesariamente, tendrán que ser respondidas de forma colectiva.
El nacimiento del 15m ha supuesto uno de los acontecimientos políticos mas importantes en las ultimas décadas, una impugnación intuitiva del régimen nacido tras el 78 que ha generado una “dinámica de contagio” y un “clima” que favorece la extensión de lo que podríamos llamar una “política del sentido común”, que no es otra cosa que favorecer los intereses colectivos de la mayoría social frente a los intereses privados.
Una política del sentido común, pasa hoy en día por comprender que no hay que agarrarse al fetichismo de la palabra “izquierda” sino construir un relato emancipador de ruptura construido desde abajo, que se presente como un proyecto alternativo de sociedad tan potente como al que se opone, el capitalismo.
Rescatar nuestra soberanía individual y colectiva es construir política del sentido común, defendiendo el derecho de autodeterminación, el no sometimiento ante los dictados del mercado y los intereses privados; la necesidad de trabajar menos para trabajar todas, de no hacer frente a una deuda ilegitima, de apostar por un nuevo modelo productivo y energético que nos ayude a cambiar el mundo y no el clima. En definitiva, una política del sentido común es defender que nuestras vidas valen mas que sus beneficios.
La política del sentido común es comprender la centralidad de un “movimiento de movimientos” desobediente que hay que seguir potenciando en torno a demandas comunes, ya que ésa es condición fundamental para ir construyendo un bloque plural de los diferentes pueblos del Estado español y un empoderamiento creciente de los mismos, capaz de ir cambiando la relación de fuerzas. Pero precisamente porque un obstáculo en ese camino es el bloqueo institucional actual,necesitamos sumar a lo anterior nuevos instrumentos políticos que ayuden a romperlo. Parece necesario dar un paso adelante hacia la convergencia desde abajo de distintos colectivos y organizaciones políticas que se reconocen en ese plural espacio alternativo, sin pretender por ello sustituirlo ni ‘representarlo’.Tenemos que encarar el debate electoral como un medio y no un fin en sí mismo, desde la perspectiva de cómo puede ayudar e impulsar las luchas que vienen y que vendrán.
Blandir zapatos contra los poderosos y señalar a la mafia y los gangsters es una política del sentido común, porque defiende lo que es de todas/os frente a una minoría que vive a costa de nuestra miseria.
La política del sentido común pasa hoy en día por construir alternativas desde abajo, un proceso de ensayo error que nos permitan alcanzar una mayoría social de cambio que no se evapore con las urnas.
hacen falta herramientas
19/11/2013
oserra
arquitecto software
Parece claro tras leer el artículo y todos los comentarios, que:
1. La mayoría tiene el poder
2. pero no lo puede ejercer si no está totalmente organizada y coordinada
3. España parece muy indignada pero todavía hay más gente preocupada por el fútbol y la prensa rosa que por el devenir político y social
4. No queremos revoluciones sangrientas
5. Queremos un cambio hacia un mínimo común, y buscar consenso en los aspectos divergentes.
A mi entender, el cambio que buscamos, aquel que traerá el poder a las mayorías, no va a suceder si no se lo ponemos fácil al pueblo. Ya me gustaría que todo el mundo se involucrase en política pero lo cierto es que la gente es muy perezosa.
Por eso creo que, ahora que tenemos internet y las redes sociales, va a ser fácil poner de acuerdo a millones de personas. Esto antes era imposible, y cuanto más fragmentado estaba el pueblo, más poder tenían «los de arriba». Divide y vencerás. Bien lo saben.
Sucesos como la primavera árabe o el 15M no habrían sido posibles sin internet. Pero recordad que estamos en la prehistoria de internet. Eso me hace ser optimista.
Supongo que todos los que estamos aquí hemos oído a estas alturas hablar de la «democracia directa», «democracia en tiempo real», «democracia continua» y otros conceptos que no pretenden otra cosa más que devolver el poder a la mayoría… en cada momento, no cada cuatro años.
Yo creo que la solución pasa por ahí. Ya sé que estas soluciones no son perfectas, pero hay que empezar a abrazarlas para poder ir puliéndolas y devolver el poder a la mayoría. Ojo, e insisto en esto, no digo devolver el poder al pueblo, digo a la mayoría. En esa mayoría pueden ir ricos, pobres, de izquierdas, de derechas, yuppies, perroflautas, o lo que sea.
En ese sentido, me gustan mucho las soluciones como Quoners.com, que es una plataforma que intenta inculcar a la gente el votar y argumentar sobre cualquier asunto. Especialmente asuntos sociales. Por supuesto no se pueden tomar como plataformas de voto vinculante. Al menos no hoy por hoy. Pero me parece una gran idea empezar a inculcar a todo el mundo el acto de votar y debatir por todo.
Como dice una máxima de mi gremio (el mundo del software) un sistema complejo que funciona, es aquel que evoluciona desde un sistema simple que funciona. Empecemos por algo simple y madurémoslo.
Usemos las herramientas que se apoyan en Internet. Son nuestra mejor arma contra la tiranía.
POR LA UNIÓN
18/11/2013
josegomez
Político y activista
Yo diría, ¿Cómo lograr una UNIÓN social por el cambio?
No estoy de acuerdo con la dicotomía historicista al uso de izquierdas y derechas, creo no representa el sentir ciudadano actual, aparte de que es utilizada por “el poder”, para divi-
dirnos antagonicamente, y así, obviar el verdadero debate, capitalismo versus socialismo,
Bien es cierto, que habría que definir o concretar a que llaman/mos socialismo, y no sólo eso y más importante su plausibilidad. Todo ello para poder concretar las respuestas que aquí se plantean.
Cuando hablamos y actuamos, lo hacemos desde nuestros principios, logicamente estos conforman nuestra ideología y guían nuestros proyectos, son estos principios en los que se basa y servirán como criterios de valoración las opciones tácticas y estratégicas, y por tanto como lograr una “UNIÓN social para el cambio”, igualdad radical, fraternidad, autogobierno, libertad, autorealización, a esto habría que añadir “el igualitarismo republicano” y como corolario, la aceptación del proyecto socialista conlleva el abandono del capitalismo.
Una vez hecho esto, para mi esencial, podríamos empezar a plantearnos los siguientes interrogantes.
La unidad no es posible
18/11/2013
Tica Font
Pacifista
Personalmente anhelo la existencia de una unidad estratégica, pero reconozco que es difícil entre otras cosas porque los partidos tradicionales y los sindicatos de izquierdas provienen de una cultura de acción diferente a la que se ha gestado en las ONG y los nuevos movimientos sociales. Los partidos tienen que tener capacidad de elaborar una propuesta concreta dentro del ámbito legislativo a infinidad de temas. Es conocido que quien se dedica en exclusiva a trabajar en un partido tiene conocimientos más o menos rigurosos de uno o dos temas, del resto de temas no tiene más conocimientos que cualquier ciudadano. Las organizaciones sociales son temáticas (educación, sanidad, PAH, genero, derechos, medioambientales, etc.), y no siempre uniformes en el pensamiento aunque en momentos determinados se unen para llevar a cabo una reivindicación lo suficientemente genérica como para aglutinar a diversos sectores. Estos movimientos suelen tener un núcleo reducido de personas con conocimientos profundos del estado de la cuestión y tienen capacidad para formular propuestas en el ámbito legislativo.
El punto clave es el que planteáis, si puede existir una confluencia. Evidentemente creo que ninguno de nosotros tiene la receta, más bien creo que muchos tienen la necesidad de que surja “algo” políticamente hablando. Pero ese algo también es etéreo, algunos quieren encontrar una plataforma electoral nueva en la que enrolarse, a la que adherirse, pero quieren que esa plataforma agrupe a ciertos grupos existentes, por ejemplo en Catalunya una plataforma nueva que agrupe a ICV y la CUP. Es una opción legítima, y por la que merece la pena que destine tiempo. Aquel que este dispuesto a impulsar una plataforma electoral nueva con la máxima unidad de grupos políticos que lo intente, es válido y necesario.
Otros aspiran a que haya una plataforma electoral nueva unificada a la que votar, no en la que trabajar, sino a la que votar, necesitan una alternativa a lo existente. Me parece una opción loable y en ciertas zonas geográficas imprescindible.
Lo que no acabo de entender es porque se quiere que el MS se adhiera a una plataforma electoral, el MS y el partido político son espacios organizativos nacidos con finalidades distintas y no tienen por que unificarse, ni tener estrategias comunes; las personas que participan de un MS no tienen un voto unificado, entre la gente de la PAH de Cataluña puedes encontrar personas que votan PSC, ERC, ICV, CUP.
El reto está en los partidos anteriores, no en los MS. El reto está en como los partidos recogen y se apoyan en los MS para elaborar propuestas de ley nuevas que recojan su experiencia y conocimientos específicos del tema. Los partidos tienen expertos en muchos temas, estos expertos son los que elaborar propuestas de leyes o propuestas de modificación de leyes. El problema es que “los expertos” que ayudan a los partidos no provienen de los MS, es aquí en donde se disocian de la sociedad.
Un frente de progreso
18/11/2013
Jesus Mallol
Técnico en Industria Farmacéutica
Frecuentemente se ha dicho que la Historia se repite cuando un pueblo no la conoce, pero personalmente no creo que la repetición de la Historia dependa del grado de conocimiento o desconocimiento de la misma.
En realidad creo que la Historia se repite cuando se repiten las circunstancias que motivaron un determinado hecho, que impulsaron a una sociedad a tomar un determinado rumbo en un momento dado.
En el tiempo presente, en España, se está reproduciendo un cuadro muy parecido al que se produjo durante la II República con el Bienio Negro. En aquella ocasión, entre 1933 y 1935 el Gobierno radical de Lerroux, con el apoyo de la CEDA, se dedicó a desmantelar todo el esfuerzo progresista que había realizado el gabinete de Azaña durante el primer período republicano, entre 1931 y 1933.
La reacción de los partidos progresistas al retroceso social impulsado por la CEDA fue la creación de una coalición electoral de todas las fuerzas democráticas y antifascistas que logró aproximar los programas de cada partido hasta un programa común. Así, en las elecciones de 1936 el Frente Popular apartó del poder a las derechas reaccionarias para intentar impulsar el cambio que España venía necesitando desde hacía un siglo.
En la actualidad, el gobierno del Partido Popular, en contra de lo prometido durante la campaña electoral de 2011, está aplicando una política que recuerda mucho a la del Bienio Negro: recortes sociales, retroceso en materias civiles, desmantelamiento de estructuras públicas por privatizaciones más o menos encubiertas, retroceso en la laicidad del estado, y un largo etcétera. ¿No es un cuadro similar al realizado durante el Bienio Negro? Pues si la situación es similar a la ya conocida del Bienio Negro, la solución debería ser también una solución aproximada a la de aquélla época.
Esa mayoría social que permita revertir la deriva actual podría lograrse por la formación de una amplia coalición de progreso, limando las diferencias entre los programas de cada tendencia, para lograr un programa necesariamente simple pero aceptable para todo el arco progresista, desde el centro hasta la izquierda, capaz de plasmar en acción las aspiraciones de la sociedad española tantas veces señaladas por los movimientos sociales.
No se trata de copiar directamente el programa ni los postulados del Frente Popular de 1936, porque la sociedad actual no es la de hace más de 75 años, sino de tomar la idea de la amplia coalición de progreso para superar los retos actuales.
Gaizca (tres comentarios más arriba) tiene razón
18/11/2013
fabian
arquitecto
Desgraciadamente, la realidad es la que pinta Gaizca. Podemos teorizar exhaustivamente pero la calle es la que es. Cualquier planteamiento realista debe partir de un conocimiento y aceptación de esos puntos de partida. A mi modo de ver, eso quiere decir que estamos lejos de esa mayoría social de cambio. ¿Cuanto de lejos?.. si se hacen bien las cosas, a un par de generaciones.
Seguramente el camino es largo, solo posible junto a la izquierda del resto de Europa (por lo menos de Europa), y basado en un plan de comunicación/formación que ponga en valor los valores europeos, lo público, la igualdad, la solidaridad, etc.
Esto no es fácil, más bien es muy difícil, puesto que ha de competir con todo lo que se transmite por poderosos medios de comunicación, incluido el populismo de determinados países, televisiones, etc. más los condicionantes económicos que llegan de los mercados.
Nadar contra corriente, no es fácil, pero cambiar el sentido del río es mucho más complicado.
Otra Europa puede ser
17/11/2013
witelchus69
parado
Ante la deriva de la union europea, para mi entender no hay mas salida que mas europa. El problema no es esta en si, sino en los mecanismos y el fin que pretende.
Se habla de democracia, la realidad es cero, se vota y una vez elegido a mirar a otro lado, esa es la que impera…
Las bases de la creacion europea solo son economicas, por mucho que se quiera disimular lo contrario, y es que en politica como en el deporte se deben de tener y exigir las mismas normas y garantias para hacer el juego limpio. En españa despues de la ultimas elecciones nos encontramos con un gobierno que hace justo todo lo contrario de lo que se comprometio, y para colmo con la dualizacion politica solo se mira lo mal que lo hace el otro sin mirar y exigir al propio.
La democracia y los cambios necesarios para reforzar una europa culta, social, progresista, innovadora, esta en ser mas exigentes con nosotros mismos y con nuestros planteamientos.
Acabamos de sufrir un reves judicial con la doctrina Parot, pero acaso es normal escuchar palabras acerca de la salida de las intituciones judiciales, a las que pertenecemos y que deben de ser reforzadas, para dar fuerza e independencia a la justicia europea.
Siempre he pensado que como en toda familia debe de haber normas y consenso, sino cada uno hace lo que le da en gana y luego vienen los problemas.
La crisis bancaria, creada para y por el debilitamiento de los gobiernos y democracias, viene de la falta de normas y de verdadera justicia.
Escuchar altos dirigentes empresariales, justificando sus prevendas salariales, hace que crea cada dia mas necesario, modificaciones como la presentada en Suiza.
Yo he sufrido en mis propias carnes la lapidacion del capital de la empresa en la cual trabajaba, llegando al hundimiento total de esta y de todos los trabajadores.
Creo que en muchas ocasiones no es tanto el problema de si la ley esta on actualizada al contexto actual, sino mas bien si se hace cumplimiento de esta. Ya sabemos que tenemos derecho a vivienda digna, educacion, etc. entonces cual es el problema ¿la ley o el incumplimiento de esta?
El ver como asombro como delincuentes, porque es lo que son nos tratan como estupidos, haciendonos ver en muchas ocasiones aquello del finiquito en diferido, malversacion de caudales, y otros…. Ya esta bien, para mi eso es robar, de mi bolsillo, del tuyo.
Se cambiaran los nombres, pero sigue siendo lo mismo.
Se podra hacer constituciones nuevas, leyes nuevas, todo lo que se nos ocurra, pero lo mas importante en el cumplimiento de estas, que son las que nos han llevado a este callejon sin salida.
Una pregunta hago, ¿es logico y verosimil escuchar al Sr. Junqueras, chantajear? y ¿ en que piensan los votantes de ese partido?, acaso esto no empieza a sonar a » Primero se llevaron a los comunistas, pero a mi no me importó porque yo no lo era; enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era…
La izquierda local en un mundo capitalista
17/11/2013
fabian
arquitecto
Cualquier planteamiento social, político o económico, entiendo que tiene diferentes niveles o escalas. Para que algo funcione debe ser coherente con el escenario general, es lo de nadar a favor o en contra de la corriente. Los desacuerdos entre la función y el escenario, suponen barreras que a veces, si no se tienen en cuenta, pueden dar al traste con planes brillantemente concebidos.
Izquierdas.. derechas.. La realidad es que el sistema en el que vivimos, las reglas del juego son de derechas, y encima globales. Es el capitalismo mundial donde el dinero, que juega sus cartas con inteligencia, se mueve libremente y con total impunidad. El capital manda mucho, y no es posible plantear alternativas locales a una situación estratégicamente asentada y que funciona en red mundial. Un ejemplo palmario son las tribulaciones que experimenta el PS francés en una Europa de derechas, que a su vez está en un mundo de derechas.
Me hace ser escéptico ver como desde la izquierda, se analiza y planifica en clave local. Hablando de Europa, no entiendo como en cada país la izquierda se busca la vida de fronteras adentro cuando la derecha, disfrazada de “Eurogrupo”, se ve todos los días para decidir lo que hay que hacer.
Creo que mientras la izquierda no se una para negociar con el capitalismo mundial, el resultado está cantado. Incluso en el caso de que en España llegue al poder, más por fallos de la derecha que por méritos propios, las condiciones que impondrá el capitalismo serán tan duras e inevitables, que dudo mucho que salga airosa del envite.
La cruda realidad es que el invento de los mercados está ahí, nuestra monstruosa deuda está ahí así como nuestra dependencia de la existencia de un sistema financiero que es totalmente capitalista y se rige por las leyes del capitalismo. Los modelos que se transmiten a la sociedad, en los medios, televisiones, publicidad, etc., buscan la creación de hábitos de consumo perfectamente encajados en el esquema capitalista global.
¿Qué vamos a hacer? Incluso si la izquierda gana las próximas elecciones.. ¿Cuánto va a durar?
¿Sería realista, o admisible, plantear los mensajes y la política de izquierdas de forma compatible con el sistema capitalista en el que estamos inmersos, sin rostro ni nacionalidad?
¿Cuales serían las claves de una izquierda sostenible en el tiempo? ¿Cuál sería el modelo de convivencia con el feroz capitalismo global?
Al final, habrá que ver si la mayoría social de cambio de la que hablamos, va hacia un modelo de izquierdas o viene de un fracaso de ámbito local en la gestión del gran modelo capitalista.
La necesidad de reconstruir ética y políticamente un programa de las izquierdas
16/11/2013
Antonio Garrido
Empleado Público
Hay que situar a la batalla de las ideas en el escenario central del accionar de las izquierdas. Las condiciones de posibilidad para la convergencia de las izquierdas (las políticas y las sociales) pasan por reconstruir un lenguaje propio y un campo de perspectivas ideológicas que estén en las antípodas del neoliberalismo . El neoliberalismo ha sido el programa político de las clases dominantes en las últimas décadas, una belle époque para el capitalismo en un contexto, paradójicamente, de crisis estructural de las tasas de ganancia. Merced a un programa exitoso, en lo intelectual y en lo económico, el neoliberalismo ha agrupado en su seno las propuestas económicas de las grandes burguesías, pero también las herramientas militares (globalización armada), ideológicas (There is no alternative, fin de la historia) y políticas (la ficción de la democracia formal, electoralista, bajo el control de poderes taxidermistas).
En el plano de la intervención social, sindical y política las izquierdas deben impugnar el carácter abstracto del estado de derecho realmente existente y recuperar la pedagogía de visibilizar la política como campo, no del consenso, sino de gestión de los conflictos y las inequidades inherentes a una sociedad divida en clases con intereses contrapuestos.
En el estado español sufrimos bajo un doble armazón político. El primero derivado de la salida política del franquismo bajo las condiciones de una renuncia y una derrota de los proyectos estratégicos de las izquierdas. El segundo deviene de la integración en la Unión Europea que ha configurado un espacio de legitimación y sujeción funcional a los intereses de las élites del dinero, en detrimento de las necesidades de las grandes mayorías y de los principios de soberanía de los pueblos.
La viabilidad estratégica de la unidad y el éxito de las izquierdas está en este diagnóstico y en un programa que apunte a quebrar ambos armazones políticos y generar procesos constituyentes bajo lógicas progresistas y contrahegemónicas.
Hay abandonar el respeto hacia el “europeísmo” de los poderosos y denunciar frontalmente la arquitectura neoliberal de la UE, la subalternidad de un Parlamento inútil, la centralidad de sus órganos no democráticos, como la Comisión, la independencia del Banco Central y el euro. Hay que derruir una construcción europeísta hecha bajo una lógica de edificación bizantina e ininteligible y de cuya vocación social queda tan poco como de su funcionamiento democrático, una Unión política cuyo cometido principal es ya tan sólo presionar a los sistemas nacionales para que adopten medidas de ajuste que aseguren el pago de las deudas públicas. Por otra parte, la Unión Europea no ha contrarrestado y equilibrado la hegemonía de Estados Unidos y de la OTAN, sino que las ha reforzado. Como decía Perry Anderson, “por paradójico que parezca, cuando Europa estaba menos unida era en muchos sentidos más independiente”.
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Condiciones previas
16/11/2013
haztesitio
empleado
La loable iniciativa de aspirar a generar una mayoria social para el cambio requiere algunas condiciones previas:
a) descartar el actual sistema de partidos, viciado en su origen y puesto al servicio del bipartidismo giratorio en la alternancia, para sustituirlo por un sistema diferente: mayorias simples de votantes en grado de articular coaliciones finalizadas a implementar politicas comunes;
b) crear mecanismos que permitan aglutinar voluntades en torno a objetivos comunes: programa economico para salir del pozo de la crisis, recuperar servicios publicos esenciales privatizados, planes de sostenibilidad para las personas (no para los bancos, mercados y empresas multinacionales, como es el actual);
c) devolver la soberania al pueblo: implantar una democracia real y participativa, con posibilidad de votar directamente las decisiones que afecten a toda la poblacion (refrendums abrogativos y propositivos de obligado cumplimiento, votacion electronica, proceso constituyente del nuevo estado social;
d) cambio radical del modelo oeconomico: la economia y la produccion de bienes al servicio de las personas y no las personas al servicio de la economia especulativa y depredadora que conocemos.
Sobre tales premisas podria comenzarse a ir aglutinando voluntades que condujeran a mayorias sociales que pusieran en marcha el proceso de cambio.
Es una sugerencia mas. Gracias a todos.
Antonio Hueso.
Utilidad y legitimidad: elementos para la reflexión
16/11/2013
Chuerga
Ingeniero y activista de PAH Madrid
Tras la aparición del 15M han surgido una serie de MS que han abierto una ventana de esperanza para la izquierda, los de abajo, el 99%, o como queramos llamarnos. Su principal objetivo es la resistencia frente las consecuencias de la crisis: desahucios, recortes, exilio juvenil, etc., consiguiendo algunas pequeñas victorias parciales.
Paradójicamente, a la par que estos MS comenzaban a surgir, la derecha ha conseguido un poder inédito en democracia, sin que surja ninguna fuerza en la izquierda capaz de derrotarla, de articular una mayoría social de cambio. Sin embargo, iniciativas como la ILP de la PAH, el enfrentamiento a la privatización de la sanidad y la educación, o el cuestionamiento de los pactos la transición del 78, sí ha puesto de manifiesto la necesidad de organizar políticamente esta mayoría social de cambio. Para conseguir esto, desde mi punto de vista, los MS y la IP, o al menos una parte significativa de ellos, están condenados a entenderse, así como a avanzar en dos frentes básicos: utilidad y legitimidad.
Utilidad. Una mayoría social se organizará en torno a herramientas que le sean útiles para enfrentarse a los ataques que sufren. Las PAHs empoderando a afectados frente a sus desahucios, redes de solidaridad mostrando que hay formas de organizarse que les devuelven la dignidad, o mareas buscando otros modelos de lucha sindical son ejemplos de esto.
Todos los ejemplos expuestos se refieren a MS. Sin embargo la IP también debería tener una misión aquí. Muchas de las reclamaciones, consignas o denuncias de los MS, acaban muriendo en las instituciones, frente a las mayorías de derechas. Ahí es donde la IP debe cumplir un papel. Ser capaz de interrelacionarse con los MS y defender sus reivindicaciones es tarea de la IP. Debe hacerlo de una manera leal, aunque también con un perfil propio.
Legitimidad. Una herramienta puede ser útil, pero si no está cargado de una legitimidad suficiente frente a los que la necesitan, no será asumida por una mayoría.
La legitimidad es algo que se construye día a día, con un trabajo honesto y leal: La capacidad de la IP de reforzar, impulsar y acompañar MS, sin supeditarlos; de que sus cuadros también sean cuadros de los MS; ser conscientes de no ser “lo único” y de que hay que abrirse para construir algo más grande; ser capaces de albergar activistas en sus estructuras, sin que estos pierdan el pie en los MS; no destruir un MS por el interés de la IP, ser capaces de crecer juntos, es un camino que puede dar a esta relación entre IP y MS una legitimidad con la que organizar esa mayoría social.
Estos dos conceptos son condición necesaria, aunque no suficiente, para aprovechar esa ventana. Lo malo es que la ventana no estará abierta para siempre.
FRENTE DE IZQUIERDAS YA!
15/11/2013
JJREGATOS
Trabajador Social. Secretario General del Sector de Administración Local de CCOO en Madrid
Queda tiempo para las elecciones, menos de un año para las europeas, un año y medio para las Autonómicas y Municipales, dos años para las generales.
Las iniciativas están en ebullición, muchos foros: convocatoria cívica, alternativas desde abajo, plataformas, frentes, izquierdas abiertas, foros de IU, encuentros anticapitalistas, etc.
Mucha gente conversamos y debatimos sobre el agotamiento de más de cuatro años de grandes, intensas y continúan movilizaciones: huelgas, manifestaciones, asambleas, encierros, etc. Y porque, pues por: el empleo, los derechos sociales, la educación, la sanidad, los impuestos injustos, la reforma laboral, el copago, las preferentes, la corrupción política – empresarial, el derecho a la información, contra la pobreza, por la democracia…
Un cansancio derivado de la tozudez de los gobiernos y de los poderosos, de la falta de negociación, de la no modificación de las políticas, de ausencia de puntos de encuentro y dialogo, de imposición del pensamiento único, del secuestro de la democracia formal con la reinterpretación de leyes, etc.
Que nos puede aumentar la energía, el ánimo y nuestra capacidad de protestar y continuar movilizándonos. Poner en el horizonte a medio plazo un cambio real de políticas y soluciones, un cambio de modelo, otra forma de gobernar, otra forma de repartir las cargas, otra forma de crecimiento económico, cambiar el primero les ayudamos, luego se lo llevan, después estabilizan su beneficio, y tras un largo periodo de buenas cifras macroeconómicas, altas rentabilidades de bolsa, bancos y empresas, llegamos a una tenue creación de empleo con salarios bajos y condiciones incompatibles con la vida digna, junto a la paralización de los recortes.
Para ello, debemos cambiar la relación de fuerzas de cada uno de los gobiernos locales, autonómicos, estatal y europeo. Desde la izquierda podemos seguir esperando, resignarnos a nuestro papel de espectadores, auténticos y revolucionarios izquierdistas, sin capacidad para dialogar entre nosotros. O por el contrario, arremangarnos, tomarnos la píldora de la humildad y la tolerancia, dejar para el cine los protagonismos, romper los listados de reproches históricos y elaborar entre todos y todas un plan de mínimos comunes que nos hagan construir una alternativa ilusionante, con certezas y dudas, pero con la convicción de que hay alternativas y queremos ponerlas en marcha.
Es la hora de concretar, frente de izquierdas, para una sociedad no resignada a dictadura de la competitividad si no entregada a la convivencia de la cooperación.
Con este anuncio del conjunto de las fuerzas sociales y políticas de izquierdas, volveremos a romper los record de las manifestaciones y tambalearemos los planes de los actuales gobernantes políticos y económicos.
Hueso duro de roer
15/11/2013
Ramón Ruiz
Periodista
La sociedad española se ha convertido en un hueso muy duro de roer para la izquierda. La han apaleado inmisericordemente y apenas ha rechistado. Eso quiere decir que todavía puede aguantar unas cuantas vueltas de tuerca. Y contra más aguante tenga menos espacio le queda a la izquierda para ganar terreno.
¿Es reversible esa tendencia al masoquismo?. Cualquiera sabe.
En todo caso, ya va siendo hora de plantear recetas si queremos ver resultados de aquí a 20 o 25 años. Tenemos médicos muy buenos diagnosticando lo que está a la vista pero reacios a la hora de proponer remedios que se puedan aplicar en la calle, que es lo difícil.
¿Cuando lleguen los mios ya veras?
15/11/2013
witelchus69
parado
Mi padre suele comentar de un personaje del pueblo, que siempre que se hablaba de politica decia aquello «cuando lleguen los mios, ya veras».
Y lo cierto es que con este desman existente en nuestro pais, no dejo de escuchar esa misma letania. El de derechas, dice «mira la corrupción de izquierdas», y viceversa.
Si bien me considero de izquierdas, la pregunta o mas bien mi reflexión es , «acaso ser de uno u otro partido, debe de importar a la hora de llevar al pais a cotas de logico bienestar».
Llevamos mucho tiempo escuchando que esto no puede cambiar, pero yo tambien creo que si se puede, solo hace falta coraje y ganas, por que la desilusión puede llevarnos a la apatia.
Si se quiere llegar a la unión de fuerzas en este país y en el mundo actual, para el cambio del modelo economico y social, primero se debe de incentivar la idea contraria al individualismo.
Esta es la lacra que mayormente nos afecta y que hace que solo miremos nuestro propio ombligo y que sirve de impulsos a esas clases privilegiadas que viven a costa del sufrimiento.
Escama ver que no nos acordamos de santa barbara hasta que no truena….Nuestra crisis es limitada en el tiempo, mientras para muchos paises es eterna, porque en parte somos complices del sistema actual.
Hace falta empezar por una lucha encarnizada por la justicia, ya sea social o economica, los desmanes de corrupcion no pueden tener leyes que acoten en tiempo y espacio la impunidad de los delitos.
Solo ver como la fiscalia del estado hace de abogado del diablo, mentras a muchos ciudadanos por menos de un euro terminan en la carcel.
Para un cambio, de politicas hace falta un cambio de actitudes por parte de nosotros mismos en cada uno de los pasos que damos a cada día, para poder empezar a exigirles a aquellos que quieren ser nuestros representantes.
Debe de colocarse por encima de todas las decisiones politicas al hombre y al planeta, de lo contrario remaremos de la misma forma que hasta ahora.
Si queremos un grupo unido debe de estar regido siempre por unas normas consensuadas entre todos y para todos, para ganar a veces hay que ceder un poco.
Debe de surgir lo antes posible una plataforma que agrupe a todos aquellos que creemos en un mundo mejor, nos queda poco tiempo, o lo proximo que vendra seran los radicalismos que estan surgiendo en europa.
Como diria Julio Anguita…Programa, programa, programa…es lo logico.
Lo logico seria mas que centrarnos en debates, sin ton ni son, un solo debate en el que formular los principios basicos por los cuales regir la plataforma o partido politico que pueda llevar los cambios necesarios a este pais , europa y el mundo.
Se puede hacer mucho, pero simpre con empatia, que es justo de lo cual hoy carecemos.
Quiero espresar mis disculpas, por quizas mi falta de sintesis a la hora de expresar mis idea, pero fluyen tan deprisa por mi cabeza que en ocasiones me cuesta expresarlas de manera resumida.
Agradezco la oportunidad que me brinda este espacio….
felicitaciones
15/11/2013
paisvecino
Profesor titular de Economía Aplicada, UCM
¿Mayoría social o de votos?
15/11/2013
Jesús Espín López
Informática(análisis y programación)
Por mucho que se unan los líderes de los partidos o los movimientos sociales no lo van a hacer los votantes.
Se requiere una unidad de proyecto de mínimos que contente a todos los grupos sociales. Pero esa vía se agotó en el 82 y no lo volveremos a tener excepto que la derecha que gobierna pierda totalmente el norte. A lo sumo podemos aspirar a elegir una candidatura en unas primarias que nos indique quien tiene más posibilidades de aglutinar el voto. Y entonando el llamamiento al voto útil esperar que se avengan a confluir también los votantes. Pero eso no lo quieren los líderes de los partidos por que dependerían de los votantes y no de su red de contactos que tanto les ha costado tejer para colocarse donde están.
Así pues la unidad saldrá de la unión de los votantes de izquierda o no saldrá.
Descartada la formación de un nuevo partido tipo «15M». Sólo queda la coalición de partidos impulsada/refrendada por las bases mediante unas primarias tipo la Concertación en Chile.
Están dispuestos los líderes de nuestros partidos a someter su candidatura a unas primarias. De momento parece que piensan que más vale pájaro en mano(lider de partido en la oposición) que perder protagonismo.
Alternancia o alternativa
15/11/2013
Antonio Antón
Sociólogo y politólogo (profesor de la Universidad Autónoma de Madrid 2003/2022, actualmente jubilado)
Alternancia o alternativa
Antonio Antón
Profesor honorario de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid
(Resumen)
Derrotar la política de austeridad, acabar con la hegemonía institucional de las derechas e impulsar una dinámica de cambio social y político del conjunto de las izquierdas y fuerzas progresistas son desafíos inmediatos para imprimir un giro más equitativo a la política socioeconómica y una democratización de las instituciones políticas. En el horizonte se abren dos posibilidades: alternancia o alternativa. La incógnita es cuál va a ser dominante, aunque la definición necesaria ahora es cómo se consigue suficiente apoyo y representatividad para promover un giro hacia la izquierda.
Para empezar hay que destacar la importancia de la primera condición fundamental: la conformación de una base social amplia por el cambio social y político. La auténtica solución para impedir y cambiar la estrategia de austeridad, revalorizar la acción pública o sociopolítica frente a los mercados financieros y reforzar la democracia, es la consolidación de una amplia corriente indignada y una fuerza social activa, con un aumento de su representación parlamentaria, reequilibrando en las izquierdas la hegemonía del partido socialista. Es un elemento también positivo para que el partido socialista resuelva de forma progresista su desafío de reorientación política y renovación orgánica, así como mejorar sus vínculos con la sociedad, cuestiones que han abordado pero no han resuelto satisfactoriamente en su reciente conferencia programática.
La frustración de esa corriente social indignada con la clase política gestora de la austeridad para las capas populares, su crítica al poder económico y financiero, como principales culpables de la crisis, así como el malestar ciudadano, son profundos, realistas y justos. Ese fenómeno refleja una mayor conciencia del papel positivo de la propia activación ciudadana y constituye una exigencia de regeneración democrática del sistema político y una reorientación social y ética de las izquierdas.
Las opciones están entre dos orientaciones básicas 1) alternancia institucional con un proyecto difuso, o 2) alternativa de progreso con una amplia activación de la movilización social y la participación de la ciudadanía que asegure una perspectiva de transformación profunda de la gestión de la crisis y la democratización del sistema político. Este aspecto se explica ampliamente en el texto adjunto (VER TEXTO COMPLETO). La forma de abordarlo constituye una encrucijada política para todas las fuerzas sociales y políticas de izquierdas. Y constituye un dilema para la dirección socialista. Se trata de analizar las condiciones para el cambio político progresista, las insuficiencias del proyecto del PSOE para asegurarlo y los desafíos de la protesta social, como factor clave para impulsar un giro sociopolítico hacia la izquierda.
la traicion del aizquierda burguesa
14/11/2013
akila
Parado
Me parece muy bien y suena bien, eso de la union contra un enemigo comun el FASCISMO, ahora llamado derecha, bueno ahora y siempre que han querido penetrarnos con suavidad, una vez hecho esto no se ponen ni coloraos, son farcistan y estan orgullosos de ello. Pero no quiero yo hablar del «enemigo comun» aunque la historia en casi todas las revoluciones y movimientos sociales del tinte que este presenta, siempre aboga por derrocar, echar del poder, ¿y luego? quien tomara las riendas,
no estamos gobernados por el PP estamos gobernados por Alemania y EEUU, a ellos les importa solo regular quien este en el poder, al final siempre conseguiran imponernos lo que quieran , la historia esta llena de ejemplos ,OTAN, la traicion stalinista, la traicion bolchevique (en Rusia).
pretendeis que las fuerzas reaccionarias dejemos nuestra maxima EL PODER CORRONPE, para luego tildarnos de reaccionarios y no gratos en vuestras filas, pero a la hora del llamamiento de la izquierda y el socialismo, valemos todos loa pacificos, pero los anrquistas siempre hemos sido un grano en el cilo del poder, y vosotros si triunfrais harias lo que todos , reprimirlo, calumniandonos y mal informando con vuestros mas media que aun son poderosos. Disculpar que no este a la altura dialectica del resto de exposiciones, pero creo dejar clara nuestra desconfianza ante un llamamiento tan poco explicado. Pensareis que quizas esto no vaya con nosotros, nosotros somos pueblo y el pueblo no lo sabe porque os bajasteis los pantalones con la transicion y luego, Si ya he oido que eran momentos dificiles, que habia que aceptar ciertas cosas, pero y ahora, donde esta la memoria historica despues de unos cuantos años degobierno de izquierdas en el pais, y los derechos laborales y las grandes privatizaciones. Camaradas Bakunin ya lo tenia claro, poco ha cambiado.
Creo que lo más preocupante es la atomización de las […]
14/11/2013
ACistero
Escritor, sociólogo
Creo que lo más preocupante es la atomización de las opciones de izquierda. Ante una derecha que ostenta todo el poder, y lo ejercita de forma arrogante y dogmática, se multiplican las mareas, las plataformas, las convocatorias, pero casi siempre de forma monográfica.
¿Qué pasaría si los de la marea blanca se unieran a la marea amarilla y juntos fueran a encontrar a la verde…? Y por otra calle viniera la plataforma de… y las mesas de… Pero no, de momento sólo se contemplan personalismos, tanto en el liderazgo de propuestas liliputienses como en la desconfianza hacia los gestores del colectivo vecino. Una pena.
Por mi parte, he iniciado una modesta propuesta, llamada MINIMO COMÚN (http://goo.gl/4V5w9D), para invitar a la reflexión sobre cuán cercanos están muchos de los colectivos. Al hilo de cómo una pancarta con tres lemas (Libertad, Igualdad y Fraternidad) pudo ser aglutinante de las masas que derribaron a l’Ancien Régime, se sugiere votar los tres conceptos que se consideren más comunes a todos los participantes. Un pequeño juego, para iniciar una profunda reflexión.
Esta primera fase ser verá completada, dentro de unas semanas, con una propuesta de estudio de los múltiples manifiestos que inundan las redes sociales. Desde aquí ruego que si alguien quiere ayudar, me remita los puntos programáticos de las asociaciones, grupos o plataformas a las que tenga acceso. Muchas gracias, y felicidades por la excelente idea de ESPACIO PÚBLICO.
Si la IP quiere unirse a los MS que corra para alcanzarlos
14/11/2013
Marina Flox Ben
Socia fundadora de la Asociación Promotora de Agrupaciones Electorales
De acuerdo con Luis García Montero en cuanto a que somos much@s l@s que no queremos seguir el juego de izquierdas-derechas. Sólo en la lógica de ese juego se puede creer que el objetivo fundamental es echar a la derecha, así que, también de acuerdo con el rótulo de Gerardo Pisarello.
Si bien entiendo lo que comprendería el término de IP, según los parámetros propuestos por el ponente, no los comparto para debatir esta cuestión, pues ¿acaso no es cierto que parte de esa IP, tal y como está definida, es la misma que participa en los MS? ¿qué necesidad hay de buscar una unión entre esos actores entonces? Considero que sería más adecuado limitar el término IP a las formaciones políticas que consideremos oportunas, pues la problemática de una posible unión con los MS sólo tiene sentido si pensamos en esas formaciones como tal, no en la gente que pueda considerarse de izquierdas. Así es como usaré yo el término IP.
Los objetivos, las medidas a tomar, están en la calle, las reivindican esos MS citados, así que, la IP no necesita unirse a ellos para saber cuáles pueden ser esos objetivos. Sólo tiene que escuchar, recogerlos y actuar de forma coherente. Si las IP no son capaces de ello no es por falta de habilidades ni por falta de hallar la forma adecuada, simplemente no son capaces por falta de coherencia. Faltando esa coherencia faltará ese apoyo a la hora de que éstas puedan conseguir cambiar algo.
Si como dice David Losa una posible vía es la unión de esos MS en una plataforma amplia de presión ya lo veremos, pues es posible que ésta llegue a cobrar forma con el paso del tiempo. Lo que sí comparto es la creencia de que los MS son más cercanos a la gente, a nosotr@s, para mí no cabe duda de que expresan mejor mis demandas.
No son los MS los que deban retroceder pasos para unirse con la IP, en todo caso, si ésta no los alcanza corriendo deben surgir de los propios MS los instrumentos necesarios para usar las armas institucionales también, pero como rama diferenciada, pues mezclar o “unir” lo que éstos significan con un intento de asalto institucional podría resultar perjudicial en ambos sentidos.
Ese acercamiento lo debe buscar esa IP pero no con fines manipuladores, para aparentar, con vista a las elecciones, sino que, teniendo la vista en las elecciones debe correr para intentar acercarse a esos MS que sí sienten un respaldo mayoritario y que sin duda marcan un posible camino para verdaderamente forjar un cambio en la sociedad. La IP o quien quiera ese respaldo de la mayoría debería facilitar y ayudar a que nuestra sociedad avance por ese camino.
Seguro que no soy la única que no va a dejar su futuro en manos de una IP “salvadora”, esa unión no es ni necesaria ni aconsejable, pues si tienen que surgir nuevos actores, surgirán. No uniendo masas, sino uniendo personas y conforme a nuevos modelos.
Cambiar la correlación de fuerzas en Europa. Oportunidades pasadas
14/11/2013
sanchezroje
Politólogo
La crisis que recorre Europa ha ofrecido coyunturas especiales con posibilidades de cambiar la correlación de fuerzas favorable a la gran burguesía europea. Las movilizaciones sociales son el factor necesario para que puedan seguir apareciendo el tipo de oportunidades que se analizan en el documento adjunto (ver también en: http://miradacrtica.blogspot.com.es/ )
En una síntesis reductora de los dos actores principales podríamos […]
13/11/2013
Agronauta
Oficios varios
En una síntesis reductora de los dos actores principales podríamos definir a la Izquierda Política como estructuras que poseen una ideología; a los Movimientos Sociales como la actuación de la necesidad.
¿Como procede esta diferencia?
Se ponen en marcha los MS y son contundentes ante el Estado… de las cosas cuando la necesidad los espolea. Es decir que en este actor social lo inmediato y las miserias son los carburantes movilizadores.
En la IP hay una constante de pensamientos y una continuidad de proyectos que pertenecen a las esperanzas de cada grupo. Raramente estas estratégias cambian.
Para que se produzca una posibilidad de transformación hace falta que el Estado caiga en… Estado de coma. Es una experiencia que he vivido y que me ha hecho comprender ciertos momentos de la historia de manera diferente. Uno puede leer en los textos sobre la revolución soviética o francesa como los actores políticos toman el poder, pero muy poco sobre el proceso de dilución de la estructura gobernante. Justamente porque los protagonistas políticos ponen énfasis en el triunfo de su proyecto y callan la debilidad del Estado. Citando de memoria , dice Trotsky que no podían creer los bolcheviques como las defensas Zaristas se derrumbaban. La famosa «Nuit de Varennes», con sus campanas llamando a los campesinos que detienen a Louis XVI nos muestra un pueblo harto y una monarquía fallida hasta en las profundidades de la campiña.
Pero no siempre brotan revoluciones de los escombres. Quienes vivimos en la calle el proceso insurreccional espontáneo de Buenos Aires el 19 de diciembre del 2001 o los que escuchamos las narraciones de Managua en armas, sabemos que no necesariamente la quiebra del poder y la economía conducen a una revolución durable. Muchas veces apenas provoca un leve cambio positivo, o un tiempo de bonanza acotado.
Para que haya una transformación virtuosa la Izquierda Política debe ofrecer la solución de recambio y gobernar una quiebra.
¿Podrá la IP pensar desde ya la reconstrucción económica poniendo en causa la propiedad de los medios de producción, nacionalizando la banca, los monopolios, la gran industria y las compañías energéticas? ¿Tendrá ese coraje?
Esto que parece un llamado a la insurrección fue lo que hizo la coalición de izquierda francesa en 1981. Decisión mucho menos traumática que las privatizaciones de Thatcher en la misma época. Tuve también la suerte de vivir en Francia esos años, llenos de esperanza y constructores de una república más justa.
Ahora bien, me parece que para que la IP esté pronta a asumir en varios países de Europa la reconstrucción de una economía en quiebra, habrá que tratar desde ya la cuestión de la propiedad de los medios de producción, dando así una salida durable a las necesidades nacidas del desorden y la avidez capitalista, hoy motor de los movimientos sociales y causa de la bancarrota estatal.
¿Por dónde empezar?
13/11/2013
Ramón Ruiz
Periodista
Lograr una mayoría social de cambio es una necesidad. ¿Pero en qué contexto se va a desarrollar esa tarea?
1 – Según los últimos sondeos el PP volvería hoy a ganar las elecciones. Es decir, una mayoría de españoles prefiere ser gobernada por mentirosos y presuntos corruptos. Parafraseando a Yogui Berra podríamos decir: «¿si la gente no quiere una verdadera democracia cómo lo vamos a impedir?».
2 – El PSOE, que teóricamente sería candidato a formar la mayoría social progresista, juega en el mismo equipo que el PP, que es el equipo del gran capital. (No creo necesario repasar su actuación en los últimos años).
3 – El actual modelo constitucional no parece que ofrece alternativas de cambio al margen de la vía parlamentaria.
Así que: Si una mayoría se siente cómoda con los actuales gobernantes, si el PSOE no es lo que era y si la posibilidad de cambiar de modelo pasa por el embudo institucional, ¿por dónde hay que empezar a formar, a efectos prácticos no simbólicos, esa izquierda salvadora?
¿Y si ser español estuviese comenzando a dar asco?
13/11/2013
Miguel
Profesor de Tecnología y escritor
Habrá que ver si la sociedad española quiere un cambio o prefiere continuar de rodillas.
Albert Plà ha sido criticado y censurado por declarar que le da asco ser español. Pensemos un momento en el asco. Pensemos por ejemplo en el asco que sentimos, que deberíamos sentir con las cosas que están sucediendo a nuestro alrededor, y que, como poco, nos deberían hacer taparnos la nariz. Pues bien, si reconocemos que a nuestro alrededor suceden cosas que dan asco y nosotros no hacemos gran cosa aparte de mirar hacia otro lado -especialmente si en ese otro lado hay un televisor en el que se repite compulsivamente un penalti inexistente o se justifica sesudamente la suplencia de un jugador mítico- entonces habrá que determinar que efectivamente ser español da asco.
Admitámoslo, lo intentamos, intentamos durante algún tiempo convertirnos en un país serio en el que con mayor o menor pericia nos habíamos procurado derechos y servicios públicos que nos convertían en ciudadanos. La sanidad pública era eficaz, barata y universal. Habíamos incluido el aborto, el divorcio, el matrimonio gay y la asistencia a dependientes entre nuestros derechos. Habíamos pasado de una tasa de analfabetismo inasumible a una tasa de universitarios envidiable.
Admitamos que nunca hemos valorado, ni defendido esos derechos y esos servicios públicos. Nunca. Si los hubieramos valorado hubieramos considerado imprescindibles los impuestos que los sustentaban, y por tanto habríamos defendido la optimización y mantenimiento de ese sistema de impuestos aceptablemente injusto e imperfecto. Hemos considerado “listos” a los defraudadores y no nos ha alarmado la impunidad de los delitos fiscales. Hemos abrazado apasionadamente las opciones electorales que prometían bajadas de impuestos. Hemos aplaudido a políticos que aseguraban, sin sonronjarse, que “bajar impuestos es de izquierdas”.
Nunca hemos valorado la labor de profesores. Siempre hemos tendido a destacar los fallos de la sanidad pública por encima de sus innumerables virtudes.
Hemos aprendido a digerir sin arcadas los 6.000.000 de parados, los 3.000.000 de familias abocadas a la humillación de las colas de racionamiento, la impunidad de los delincuentes económicos… No nos hierve la sangre ni siquiera cuando se aparta con urgencia de la judicatura al único juez capaz de meter, por unas horas, en la cárcel a Miguel Blesa (uno de los principales culpables de la crisis). Tampoco cuando se destituye fulminantemente a los jefes de la policía judicial (cuatro en dos años) cada vez que se atreven a investigar casos de corrupción como los casos Gürtel, Palau o Bárcenas. Hemos sido capaces, en fin, de digerir incluso el fin de la justicia.
Si ahora no mostramos nuestra disconformidad, les estaremos facilitando el mantenimiento de los recortes para perpetuar las desigualdades sociales y la pérdida de derechos.
Si no empezamos a reaccionar, no quedará más remedio que darle la razón a Albert Plà porque estaremos comenzando a dar asco.
¿Somos mayoría?
13/11/2013
ngpedrajas
Profesor Universitario
En primero lugar quiero felicitar al ponente por su muy acertada presentación del tema. Aunque coincido con muchos de los aspectos fundamentales del artículo, hay un objeción relevante.
He de reconocer que es un tema sobre el que no estoy completamente seguro pero creo que es importante porque está en la misma base de la idea de lograr una mayoría social de cambio.
Casi todas las propuestas, tanto aquí como en muchos de los foros que han surgido en los últimos meses, parten de la premisa de que existe una mayoría social de izquierda y que el esfuerzo sería el de canalizar esa mayoría en una alternativa política capaz de revertir el actual sistema corrupto en el cual la democracia ha sido secuestrada por el poder económico y financiero. Como ejemplo de esa mayoría se ponen los movimientos como el 15M, la PAH, las mareas, etc.
En este análisis se da por supuesto la condición básica de izquierda, se defina como se defina la izquierda, de todos esos movimientos sociales, y se proponen métodos de compatibilizar partidos como IU con estos movimientos para lograr un frente amplio capaz de oponerse al bipartidismo PPSOE. Y es aquí donde surge mi duda, ¿de verdad existe una mayoría de izquierdas? ¿de verdad todos esos movimientos sociales son de izquierdas más allá de la reivindicación sectorial que proponen?
En mi opinión la diferencia básica entre la izquierda y la derecha está en la defensa de los intereses del colectivo sobre los intereses del individuo. El neoliberalismo iniciado por el nefasto dúo Reagan/Thatcher , con el apoyo entusiasta de la socialdemocracia, consiguió convencer a una parte importante de la población de que el individualismo era la opción mejor, eliminando así el principio básico de la acción política de la izquierda. Thatcher, que debería pasar a la historia como uno de los personajes más execrables del siglo XX, comentó en varias ocasiones que no se trataba de ganar las elecciones, sino de ganar los corazones. En esto demostró una enorme inteligencia, se puede perder una elección, pero si se ha conseguido imponer el modelo de pensamiento, ninguna fuerza política podrá realmente cambiar el status quo. En este trabajo tubo el apoyo de todos los partidos socialdemócratas de Europa.
Durante los años de bonanza, bonanza sobre todo para una minoría, esta visión individualista del mundo se impuso casi sin oposición. Con la llegada del cambio de modelo, llamarlo crisis es no haber entendido nada, mucha de la gente que abrazó los principios del individualismo neoliberal se encuentra en una situación personal terrible. Eso ha provocado que surjan muchos movimientos sociales, pero en mi opinión sin la base ideológica necesaria. Estos movimientos tienen algunas características de los movimientos de izquierdas, pero sin mucha sustancia debajo. El constante eslogan que son movimientos sin ideología, apartidistas, apolíticos, etc. así lo prueba.
Es por ello que me pregunto, ¿de verdad existe una mayoría de izquierdas? De verdad la cris
Los movimientos sociales que valen la pena no son fuertes […]
13/11/2013
Angelino
Maestro
Los movimientos sociales que valen la pena no son fuertes organizativamente hablando; los partidos políticos de los arcos parlamentarios –estatales, autonómicos, locales– son, casi sin excepción, máquinas organizadas y acomodaticias en el ejercicio del poder o en el del «discreto fracasado encanto» de la oposición.
Sinceramente no veo el camino para romper esta dicotomía: respuesta ciudadana cuasi caótica versus Partido, S.A. Quizás el «entrismo» que durante un tiempo propugnaban los trotskistas. Ahora, ni los profesionales de la política son tan ingenuos ni los activistas cívicos están dispuestos a entrar en operaciones tan previsiblemente poco rentables.
Por tanto, la revolución tendrá que esperar a que haya muchas más involución de la que hay. Sin situaciones traumáticas muy graves se seguirá manteniendo este orden establecido que tanto perjudica, inquieta y cabrea a la inmensa mayoría, y que tanto beneficia a la derecha extrema y el capitalismo financiero. Yo así lo temo. Ojalá alguien dé con la piedra filosofal.
No podemos hacer hoy la Revolución de Octubre
13/11/2013
Jorge Delicado
Estudiante
Para realizar un acto de ruptura con el sistema actual, o incluso para iniciar una convocatoria para un proceso constituyente desde abajo, no podemos hacer un llamamiento «desde la izquierda para la izquierda», sino «desde la democracia para la democracia». Por supuesto que ser de izquierdas hoy en día es ser un demócrata convencido, pero seamos honestos, hoy, si vamos con la izquierda como símbolo, solo convenceremos a los convencidos. Claro que tenemos que defender nuestros ideales izquierdistas, pero adaptarlos a un lenguaje que nos permita tomar el poder (disculpen el maquiavelismo).
Luego, la unión de la izquierda con los movimientos sociales, recibiría un fuerte empuje con la adaptación de IU (digo IU, porque es el partido de izquierdas más grande de España) a las demandas sociales (principalmente, democracia y transparencia) y con unos movimientos sociales dispuestos a admitir que en la toma del poder -aunque la toma de poder sea para el pueblo- hay contradicciones (para bien o para mal, ya decía Mao Zedong: «Un partido sin contradicciones es un partido muerto»), que pueden pasar por, ya no formar un frente común con organizaciones políticas que compartan parcial o totalmente su ideología, sino por organizarse y participar en actos, tal vez electorales, que los movimientos sociales tanto critican.
Yo aprendí una frase de un histórico líder del PCE y de IU, llamado Julio Anguita, que decía: «Programa, programa, programa». Es decir, «vamos a colaborar, pero, ¿sobre que puntos?». El programa debe de ser, a tono con los movimientos sociales, venido desde abajo, y que cada uno de sus puntos cuenten con el respaldo de la mayoría de la organización.
Los objetivos, deben de ser, al principio, objetivos básicos de fácil consenso y que atraigan a la mayor parte de la ciudadanía y han de ser más desarrollados una vez establecida la alianza y fortalecidos los lazos con la población.
Para finalizar: El frente electoral ha de ser un objetivo, pero no el más importante.
La hegemonía mental de la derecha
13/11/2013
Carlos París
Filósofo. Presidente Ateneo Madrid
Hay que tener en cuenta que la derecha ha logrado imponer tópicos ideológicos que le favorecen. Y la izquierda, tras las derrotas padecidas, ha caído en el síndrome de Estocolmo.
El primer tópico es el de que la contraposición entre izquierda y derecha es algo superado, dando la imagen de una política tecnocrática. De mera gestión, ajena a los antagonismos de clase y a la influencia de los opuestos intereses que guían la práctica política. Las realidades de la explotación y la plusvalía son borradas. Las agudas diferencias de clase se definen como “dualización de la sociedad”, un mero rasgo descriptivo, carente de tensión y dramatismo, tan neutral en justicia y conflictividad, como la división entre chatos y narigudos.
Reforzando esta manipuladora versión se extiende la idea de que el “proletariado” ha desaparecido. Por lo visto, los objetos industriales que nos rodean y nos permiten desplazarnos, las viviendas que nos albergan, los alimentos que ingerimos son ya producidos exclusivamente por robots, sin intervención humana. Máquinas que asumen también las tareas de limpieza y asistencia. Sorprende que, cuando se pone en marcha una huelga, sea en los sectores de trabajo de un proletariado pretendidamente desaparecido donde es más seguida.
Semejantes falsificaciones son presentadas como rasgos propios de la sociedad que vivimos, al mismo tiempo que las teorías revolucionarias se califican no como teorías dinamizadoras, sino como “relatos” en la terminología extendida por los “nuevos filósofos” franceses, heraldos jaleados de la reacción.
El mensaje culmina en la tesis de que no es posible otra organización económica que no sea el capitalismo liberal sin trabas. El ideal de la libertad humana es reemplazado por el de la libertad de mercado y su milagrosa mano mágica. La empresa privada llevada por los que se designa como valerosos “emprendedores” es exaltada, olvidando sus escándalos, al par que se denigra a la pública. Y se oculta la evolución del capitalismo desde su forma industrial a la especulativo-financiera. Al poder de la industria sustituye el de la banca y al mercado de productos de consumo, el de las transacciones especulativas. Los gobiernos deben plegarse a los dictados de tal capitalismo, dirigido por las empresas mercantiles, que imponen crecientes sacrificios a la población.
En este punto es donde el mensaje desborda su capacidad de convicción y genera la protesta. Pues la ciudadanía vive el azote brutal a que la economía y la política vigentes les someten. Pero, bajo la influencia de los tópicos anteriores brota la reacción elemental del apoliticismo. No la lucha por una política creadora de una sociedad colectivista más justa. Y la protesta se hace fragmentaria, en la sanidad y la educación, entre científicos, artistas, periodistas y funcionarios, sin tomar conciencia de la necesidad de establecer un frente común dispuesto a tomar el poder y crear una nueva sociedad con verdadera democracia y reparto de la riqueza y la cultura.
Necesidad y posibilidad
13/11/2013
Enrique del Olmo
Sociólogo
En estos momentos en nuestro país y en Europa no puede haber duda de la necesidad, casi de la imprescindibilidad de una mayoría social de cambio; que por un lado frene y revierta la brutal ofensiva de las elites económicas y políticas contra la gran mayoría de la población destruyendo sus formas de vida, liquidando derechos y atentando a la democracia; y a la vez bloquee el crecimiento de los populismos de extrema derecha, xenófobos y nacionalistas. Ese es el gran reto.
Pero a la vez es obligado hacer una discusión y una acción, clara, pausada y a la vez tenaz para responder a esa necesidad y convertirla en posibilidad real, tangible e ilusionante.
Un previo: no podemos resolver de un plumazo y con una fórmula mágica todas las contradicciones existentes, habrá que despiezar con paciencia de taxonomista, pero con la voluntad y el objetivo muy claro
Primera cuestión, compartir que esa “unidad estratégica” debe visualizarse en todos los terrenos: respuesta a las agresiones, movilización social, acción institucional, acción política, presencia electoral, articulación internacional.
Segunda cuestión: Hoy ya estamos en ese proceso de reorganización, de aparición de múltiples nodos que actúan por separado pero con muchos objetivos comunes. Son nuevas organizaciones políticas (ANOVA, Compromis, Equo, IA, Izquierda Abierta, …), son contradicciones importantes (primarias abiertas, refundaciones ) en las mas históricas (Psoe, IU), son iniciativas de articulación politico-ciudadanas (Proceso Constituyente de Oliveras y Forcades, Foro Ético, Foro + democracia, Frente Cívico, Convocatoria Cívica, Alternativas desde Abajo, Juntos Podemos…..), son los sindicatos, y son potentes movimientos sociales surgidos al calor del 15-M con logros importantes como la PAH, las mareas verdes, blancas, naranjas y negras, pero son también nuevas publicaciones, nuevos digitales, decenas de artículos todos los días,..un mundo todavía muy fragmentario que con una importante espina dorsal común.
Tercer tema: ¿Donde están los límites de la unidad. ¿Posiblemente este sea uno de los tema mas espinosos. Desde mi punto de vista hay que hacer como decía Wallerstein “mirar la orilla y nadar con toda la fuerza en esa dirección”.¿Cuál es la orilla? ¿Cuáles son los objetivos comunes?. Es imposible que todos podamos coincidir en todo, estarán los que quieren el cambio revolucionario de la sociedad y estarán los que quieren mantener una parte sustancial de lo existente. Existe posibilidad de coadyuvar esto ¿En mi opinión SI . Existe una gran centralidad de objetivos: derrotar a la derecha española y europea, control de los mercados, defender la sanidad y educación pública, proteger las pensiones y los servicios sociales, reformar la política (partidos, ley electoral, contra las corrupción, democratización,…), rediscutir la articulación territorial. En cada uno de los aspectos nos encontraremos un abanico de posiciones y diversidad pero también en un tronco común (apostemos por ello) y esto no quita para que otro abanico de temas continúe vivo, cada uno con sus posicionamientos.
Aunque el razonamiento ya está más que sobado, parece evidente […]
13/11/2013
David Losa
Miembro fundador de la revista Números Rojos
Aunque el razonamiento ya está más que sobado, parece evidente que –ciñéndonos sobre todo a la izquierda social– una parte muy importante de la ciudadanía no se siente representada en el Parlamento. Es decir, para muchos la “casa del pueblo” está habitada por auténticos “extraños”, y no, como se espera de una democracia, por iguales que velan y actúan movidos por los intereses de la mayoría. Dando por hecho que esto es así, cabría preguntarse si los movimientos sociales han adoptado ese rol, o al menos si esa población desencantada por la política “institucional” cree que los movimientos sociales, especialmente en los surgidos a raíz de la crisis, expresan mejor sus demandas.
Probablemente, cualquier intento de cuantificar la repercusión de los movimientos sociales en la propia sociedad, o en la izquierda social, está abocada hoy al fracaso. Tenemos plataformas, asambleas, mareas e infinidad de asociaciones que, en su conjunto, intuimos, forman una masa de personas muy importante. También tenemos poderosas razones para creer que el potencial de movilización de esa masa es mucho mayor. Sin embargo, de lo único que hay realmente constancia es de “pequeñas” victorias logradas en “grandes” batallas. ¿Qué es si no el reconocimiento de la ilegalidad de la ley española de desahucios por la justicia europea? ¿Y la paralización por parte del Tribunal Superior de la privatización de varios hospitales madrileños?
No es de extrañar, por tanto, que muchos ciudadanos, afectados o no por esas victorias, tengan a día de hoy más fe en los propios movimientos que en sus representantes institucionales. Por eso, la gran tarea que se plantea es aglutinar los propios movimientos sociales en una gran plataforma que trabaje con una serie de mínimos que garanticen, por encima de todo, una verdadera democracia. Por ejemplo, exigiendo una Ley Electoral más justa, una verdadera transparencia en las instituciones –no la pantomima que se ha aprobado en el Congreso– y un mejor acceso de los ciudadanos a la toma de decisiones, como primeras e innegociables premisas, pero también, por ejemplo, la obligación legal de cumplir los programas electorales, o al menos sus puntos más relevantes o líneas maestras, a las formaciones políticas.
La hoja de ruta, en mi opinión, pasaría por la firma de un pacto social amplio, seguida de una reclamación masiva y prolongada –con personas de numerosos movimientos– en las calles de esos puntos innegociables, demanda popular que presionara a los propios partidos políticos a las puertas de una serie de procesos electorales en los que, como suele ser habitual, las propias formaciones tratarán de convencer a los ciudadanos de que actuarán por y para ellos. Obliguémosles a firmar una nueva democracia antes de que sea demasiado tarde. Una democracia real que permita una verdadera izquierda.
No basta con echar a la derecha
12/11/2013
Gerardo Pisarello
Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona. Vicepresidente del Observatorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
¿Qué es lo que hay que cambiar? Estoy en esto con Luis García Montero. El problema no es el “sistema” en abstracto. Es el neoliberalismo. O mejor, un tipo de concreto de capitalismo neoliberal, financiarizado, ecológicamente insostenible e incompatible con la democracia y con la garantía de derechos básicos. No hay cambio social, por tanto, ni defensa posible de la democracia, sin una oposición clara a este capitalismo.
¿Con qué fuerza social? Solo las mayorías perjudicadas por el sistema pueden tener interés real en enfrentarse a él. Pero están aisladas o tienen miedo. A perder el trabajo, la casa, a quedar excluidas, a la represión. Para frenar las políticas de austeridad y evitar salidas xenófobas es imprescindible romper con el miedo. Y eso solo puede conseguirse a través de nuevas formas de cooperación y de auto-organización de los más vulnerables. Políticas, sociales y sindicales.
¿Puede la izquierda política contribuir a ese cambio? Una parte de la IP ha sido causante de la crisis y cómplice de los poderosos. Y otra no ha sido capaz de generar formas de organización abiertas, plurales, capaces de ir más allá del círculo de los convencidos. Sin un cambio programático y organizativo profundo, que incorpore lo mejor de los movimientos sociales, las IP serán parte del problema, más que de la solución.
¿Tiene sentido la unidad electoral? La auto-organización social necesita palancas institucionales. Que la protejan de la represión, del empobrecimiento creciente. Pero esta presencia institucional solo será útil si contribuye también a una ruptura democrática. No basta con echar a la derecha. En el sur de Europa hace falta, hacen falta alianzas institucionales que permitan, no gestionar el marco impuesto por la Troika, sino crear marcos jurídico-políticos nuevos y devolver el poder a la sociedad.
¿Con que programa se podría impulsar el cambio? Los principios, como apunta Zárraga, son importantes: igualdad, democracia participativa, emancipación. Pero en España, aquí y ahora, deben encarnarse en medidas concretas: moratoria y eventual impago de la deuda, suspensión de desalojos, reversión de las privatizaciones y recortes de servicios públicos, reconocimiento del derecho a decidir. Ni estas medidas, ni la apertura de un proceso constituyente, son salidas radicales. Se trata, más bien, de opciones defensivas, sensatas, frente a un ataque antidemocrático extremista y violento.
Una nueva mayoría social
08/11/2013
Luis García Montero
Poeta y escritor
El texto preciso de José Luis de Zárraga, con sus preguntas y su dibujo de la realidad, invita a ser muy concreto. La sinceridad no es en este caso sólo un valor ético, sino un esfuerzo intelectual.
Primero: ser de izquierdas en España significa hoy querer situarse con valores democráticos profundos en contra del sistema bipartidista que ha institucionalizado el clientelismo, la corrupción, la manipulación de la política representativa, la injusticia social y la degradación de las condiciones laborales. Como muchos de estos valores se relacionan con la historia de la emancipación humana representada por la izquierda, el concepto izquierda tiene legitimidad. Pero no puede olvidarse que se trata de responder a una realidad actual y que en la configuración de una nueva mayoría social debemos convocar a muchas personas que no se sienten identificadas ya en el juego derecha-izquierda.
Segundo: la ideología neoliberal se extiende por toda Europa, pero cada país tiene su historia. Conviene tomar conciencia de la paradoja española. Aquí es determinante una ideología de la Transición que ha sacralizado la renuncia, el olvido, la falta de vergüenza cívica y el poder de las viejas oligarquías económicas del franquismo. Procedimientos como la injusta ley electoral han servido de control para ir borrando las conquistas de la lucha obrera y cultural que alcanzaron la Constitución de 1978. Pero atención, ahora se da otra vuelta de tuerca por el desequilibrio en la correlación de fuerzas. Paradójicamente es la oligarquía Española quien da por muerta la Transición al sentirse en una nueva situación de dominio. Vuelve a exigir los privilegios a los que se había visto obligada a renunciar.
Tercero: esta situación de precariedad ofrece oportunidades para la acción crítica. Se ha empobrecido a las clases medias y se las obliga a unirse con los de abajo. Esto crea una base social clara para trabajar en la configuración de una nueva mayoría y en la defensa de los ámbitos y los derechos públicos.
Cuarto: es necesario entrar en las instituciones. Los movimientos sociales deben encontrar cauce en la representación política y los partidos políticos de izquierdas, que no quieran ser un tapón del sistema, deben transformarse y abrirse a los movimientos sociales. Los procedimientos participativos son imprescindibles para devolverle el crédito a la política.
Quinto: el PSOE forma parte del sistema. En la configuración de la nueva mayoría, hay que convocar a sus votantes, pero alejarse de forma radical de su cúpula. Olvidar esto significa renunciar a la experiencia histórica de los últimos 35 años.
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