El debate no es la renta básica, y menos en una situación de emergencia social

  • Miguel Laparra

    Miguel Laparra

    Director de la Cátedra de Investigación Para la Igualdad y la Exclusión Social (CIPARAIIS) Universidad Pública de Navarra

La crisis ha sido especialmente injusta y cruel en España con los más pobres, algo que es más una excepción que un tendencia general en la Europa más desarrollada. El 10% más rico ha visto reducidos sus ingresos en un 1,29% mientras que el 10% más pobre han experimentado una bajada de un 42,16% en sus rentas en términos reales entre 2007 y 2012.

Los ingresos de las personas en situaciones de pobreza extrema se encuentran cada vez más lejos de los de la media de la población. Si vamos más allá de los indicadores relativos de pobreza y establecemos un umbral estable para todo el periodo, podemos ver claramente que la pobreza severa (por debajo del 30% de la mediana equivalente) se ha duplicado en nuestro país. En un contexto general de aumento de las desigualdades, lo que más ha crecido es la pobreza y la exclusión social severa.

Unido a otros factores (intensidad y duración de la crisis, destrucción desproporcionada de empleo, precarización de las condiciones de trabajo,…) una parte importante de la explicación de los enormes costes sociales de la crisis en España es debida también a los límites del sistema de protección social y, muy especialmente, del conjunto de dispositivos dirigidos a garantizar unos mínimos ingresos a diferentes colectivos de población. Esta crisis le ha venido grande a nuestro sistema de protección social y sus defectos se han visto ampliados en estos años como si los mirásemos con lupa.

El conjunto de pensiones y prestaciones económicas dirigidos a los sectores de bajos ingresos y que prevén por ello una prueba de necesidad (establecen un límite de ingresos para percibirlas) es significativamente abultado en España: 4,7 millones de prestaciones, lo que viene a suponer un gasto de unos 20.000 millones de Euros. Y ha experimentado además un crecimiento del 34% durante el periodo de crisis económica, que es sin duda significativo, pero muy inferior al avance de las necesidades sociales de la población (la pobreza severa se duplica en España en este periodo, como hemos visto).

El resultado de los desequilibrios y problemas de articulación que presenta uno de los sistemas de asistencia social más amplios de Europa es una capacidad para reducir la pobreza severa muy limitada en términos comparativos. Mientras que en los países de mayor desarrollo social las transferencias sociales reducen la pobreza severa en más de un 80%, España no logra reducirla siquiera a la mitad . El principal problema de la protección social española para eliminar la pobreza severa no es tanto un problema de recursos, como de eficiencia en la distribución de los mismos.

La capacidad de este sistema se ha visto totalmente desbordada a la hora de enfrentarse a las nuevas necesidades sociales que generaba la crisis económica. Algunas de las causas de este fracaso relativo son bastante obvias: cuantías muy limitadas (426 € en el subsidio por desempleo, por ejemplo), sin complementos según el tamaño de la familia, de una duración determinada que acaba agotándose, con criterios, requisitos y baremos totalmente descoordinados, etc.

Pero sin duda uno de los déficits más importantes es la inexistencia de un sistema de última red de protección social a nivel estatal para los descolgados del resto de dispositivos, o como complemento en los casos en los que son manifiestamente insuficientes. Las rentas mínimas de las CCAA deberían haber cumplido esta función pero se encuentran infradesarrolladas en el 95% del país. No suponen más del 5,5% del total de las prestaciones de mínimos reseñadas y el 5,3% del gasto total: 1.040,6 millones de Euros en 2013, según las estimaciones del MSSSI.

Más allá de los muchos análisis comparativos realizados sobre la normativa, los requisitos o los baremos establecidos, lo que es necesario subrayar es que el principal problema de las rentas mínimas de inserción de las CCAA es su escasísima cobertura en la inmensa mayoría de los casos, con la honrosa excepción del País Vasco y, en menor medida, de Navarra o Asturias. Las diferencias entre CCAA son abismales (de 1 a 50 entre los extremos) y curiosamente la cobertura tiende a descender conforme aumentan las necesidades.

En este contexto de emergencia social y ante las limitaciones de los dispositivos existentes, existen razones de peso para considerar la erradicación de la pobreza severa como una cuestión de prioridad nacional: Es una cuestión de equidad, ya que es la parte de la población española que peor lo está pasando durante estos últimos años. Es una cuestión de oportunidad, ya que las situaciones de exclusión y pobreza más severas son las que más han estado creciendo en la crisis.

Es un objetivo viable tanto políticamente (no entra en contradicción ideológica con ninguna de las formaciones que aspiran a dirigir el país) como económicamente (cabe en cualquier programa económico, incluso en los más austeros, con un sistema de prioridades adecuado). Tiene una fuerte función preventiva, ya que los grupos más afectados son justamente los jóvenes y los niños y se evita así el deterioro definitivo de sus potencialidades futuras, del capital humano. Debe ser concebida así como una inversión social de futuro, que permita y vaya paralela a otras actuaciones orientadas a la promoción social de los sectores más desfavorecidos y a su futura reincorporación al mercado de trabajo. Pero sobre todo es una cuestión de derechos humanos, porque la pobreza en sus formas más severas, afecta a la dignidad de las personas, poniendo en cuestión los fundamentos más básicos de nuestro modelo de convivencia.

Y la forma más razonable de abordar este objetivo parece ser una revisión en profundidad del conjunto de dispositivos que configuran nuestro sistema de garantía de ingresos mínimos. Con su racionalización y un refuerzo presupuestario del orden de lo planteado en la Iniciativa Legislativa Popular para cubrir los huecos que deja, podría acabar de garantizarse unos ingresos mínimos suficientes para el conjunto de la población en España. Esta iniciativa puede suponer la confluencia de las demandas planteadas desde distintos sectores sociales: la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, el Foro Propositivo para una Estrategia Inclusiva, El Círculo Cívico de Opinión, la Fundación Foessa o Cáritas Española, entre otras. Cabe esperar que dicha iniciativa tenga el éxito que merece.

Pero el debate no es entre una propuesta de renta mínima de inclusión o una renta básica universal. Más bien al contrario, el éxito de la implantación de una renta mínima garantizada será un avance significativo hacia un modelo de protección social más inspirado en derechos universales como la renta básica (aunque sea por diversas vías) y que seguramente deberá construirse progresivamente, extendiéndolo hacia determinados colectivos (una prestación universal para la infancia podría tener un especial interés, por ejemplo). Y para este éxito de la renta mínima de inclusión es preciso conseguir tres cosas:

a) Una cobertura plena de las situaciones de exclusión y de pobreza severa que consiga su erradicación.

b) Demostrar que estos dispositivos no implican una trampa de la pobreza, sino un trampolín hacia la integración social, como reiteradamente han demostrado las evaluaciones realizadas (País Vasco, Navarra, Madrid, Cataluña,…) en un contexto normalizado del mercado de trabajo. Para ello existen mecanismos complementarios, como los incentivos al empleo del País Vasco, que han demostrado efectos netamente positivos. Además, no habrá que olvidar la atención desde los servicios sociales y de empleo para superar los límites que determinados sectores tienen para acceder a un puesto de trabajo.

c) Racionalizar el funcionamiento del conjunto del sistema de garantía de ingresos mínimos, articulando todas las prestaciones y mejorando su eficiencia, lo que no tiene que implicar costes significativos de gestión (de la misma forma que no los tiene Hacienda o la Seguridad Social).

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • […] o preocupaciones sobre la renta básica tal como la planteamos y a modo de respuesta de algunas entradas anteriores. La sensación es que se buscan problemas allí donde no hay mientras que se ocultan las […]
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  • Lluís Torrens

    Economista. Public-Private Sector Research Center del IESE

    Valga esta segunda entrada para aclarar algunas dudas o preocupaciones sobre la renta básica tal como la planteamos y a modo de respuesta de algunas entradas anteriores. La sensación es que se buscan problemas allí donde no hay mientras que se ocultan las prevenciones reales (tipo “no es posible que los vagos la cobren”) y se evita responder a los problemas de las alternativas. De todas formas nuestra propuesta no es una propuesta estática y agradecemos todas las críticas que permiten mejorarla. a) Financiada con IRPF a tipo único no es progresivo: pues si lo juntas con una renta...
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  • […] aquí mi intervención en el Foro de Debate organizado por Espacio Público (el tema eran las Rentas Mínimas, pero el debate […]
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  • Carlos Bravo Fernández

    Secretario de Protección Social y Políticas Públicas. Confederación Sindical de Comisiones Obreras

    Quiero empezar señalando que, en mi opinión, el problema real, de fondo y relevante de este debate, es la falta de cobertura de necesidades básicas de una parte de la población. Mucho más relevante, en términos de personas afectadas, en una situación de crisis prolongada como la actual en la que las redes de protección social existentes, siendo importantes, son claramente insuficientes. Ese problema central puede ser abordado de distintas formas, en este debate se ha partido de la propuesta sindical de crear una renta mínima garantizada, y han aparecido otras alternativas (trabajo garantizado, impuesto negativo sobre la renta, renta...
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  • Confusión

    24/06/2015

    María Pazos Morán

    Instituto de Estudios Fiscales. Autora de “Desiguales Por ley”

    En la actualidad nos encontramos con sistemas de rentas mínimas desiguales por CCAA y en general muy insuficientes (como destaca Miguel Laparra aquí, es encomiable el caso de El País Vasco). Por ello, tal como señala la ponencia de Carlos Bravo, el establecimiento de la Renta Mínima Garantizada como un derecho general es urgente, y más en la situación de emergencia social en la que nos encontramos. Cabe destacar que, afortunadamente, esta no es ninguna idea nueva sino un mecanismo de último recurso que ya funciona en muchos países, en consonancia con los demás elementos de los sistemas de impuestos,...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Me parece bien el balance crítico que acaba de aportar Daniel Raventós, aunque no así el tono ácido de ésta y de su anterior intervención, que en nada contribuyen a levantar puentes de diálogo y de comunicación. Pues ¿qué nos importa más, concitar las alianzas necesarias para hacer avanzar nuestras propuestas, o dar satisfacción a nuestro orgullo herido... aunque se tenga razones para la queja? Si de algo le sirve a Daniel Raventós, le diré que las personas que yo más admiro en política son aquellas que anteponen los intereses a largo plazo que los particulares, a corto plazo....
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  • Daniel Raventós

    Editor de Sin Permiso, presidente de la Red Renta Básica y profesor de la Universidad de Barcelona. Es miembro del comité científico de ATTAC

    En la distintas intervenciones editadas en este “espacio público”, una docena, han aparecido muchas cuestiones relacionadas con la renta básica (RB), la renta mínima de inserción (RMI) y el trabajo garantizado (TG). Resultaría largo y poco útil tratar de responder a todas las cuestiones que han ido escribiéndose a partir de las preocupaciones e intereses respectivos de las distintas personas que han participado. Me limitaré a unas cuantas que, por repetidas en otros foros o por más o menos extendidas socialmente, creo que son merecedoras de alguna atención especial. Hay quien ha escrito que la RB no es la mejor...
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  • Guilermo Fernández Maíllo

    Sociólogo y trabajador social del Equipo de Estudios de Cáritas Española y del Comité Técnico de la Fundación FOESSA .

    Siete años de crisis. Millones de personas que han visto trastocados sus proyectos vitales y sus formas de responder a las necesidades cotidianas. En muchos casos, por suerte, solo ha sido un ajuste, pero en otros muchos ha sido un cambio radical. El grupo de personas que se encuentran en el espacio de total integración se ha convertido en una estricta minoría. Aquellas que se encuentran en el espacio de la exclusión han aumentado un 45por ciento. Pero más grave aún, aquellos que se encuentran en la exclusión más severa, ya suponen 5 millones de conciudadanos. Los Servicios Sociales públicos...
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  • Diosdado Toledano

    Representante Comisión Promotora ILP Renta de Garantía Ciudadana (RGC)

    Este derecho fundamental para superar la pobreza en Catalunya y garantizar la dignidad de las personas se encuentra en una etapa decisiva para su aprobación como Ley. La propuesta de ley de la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC), tras superar una larga carrera de obstáculos a lo largo de dos años y medio, desde la aceptación de esta Iniciativa Legislatura Popular (ILP) por la Mesa del Parlament a principios de 2013, acaba de entrar en la fase de ponencia, debate de enmiendas y votación. Si una mayoría de grupos parlamentarios cumplen con su deber y respetan las “líneas rojas”...
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  • José Antonio Herce

    Profesor de Economía en la U. Complutense de Madrid. Director Asociado de Afi

    No creo que haya nadie que no esté de acuerdo con una afirmación del tipo “la pobreza es abominable y hay que luchar para eliminarla o, al menos, reducirla en la medida de lo posible”. De hecho, todas las sociedades mínimamente avanzadas disponen de esquemas fiscales y sociales que de una u otra manera contienen la pobreza dentro de ciertos límites. Pero la pobreza entre los individuos y los hogares es un problema dinámico y relativo. La pobreza tiene muchas raíces que la nutren y, a la vez, la arraigan. La pobreza, lo cual es aún más terrible, se reproduce,...
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  • Lluís Torrens

    Economista. Gerente del Public-Private Sector Research Center del IESE

    No deja de sorprenderme que en el año 2015, después de siete años de profunda crisis, con ocho millones de parados entre oficiales y desalentados surja una propuesta tan poco ambiciosa o movilizadora como dar una renta de 426 euros a todos los parados sin ingresos. Tras 4 años de las movilizaciones del 15-M,la sociedad aplastada por la crisis se ha organizado y ha dado un vuelco impredecible hace quince meses a la situación municipal en España. Mientras, a los sindicatos mayoritarios y algunos partidos de izquierda se les ocurre que hay que proponer medidas que encajen dentro de lo...
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  • Falsas disyuntivas

    15/06/2015

    Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Me ha gustado mucho la intervención inteligente y minuciosa de María Eugenia R. Palop. Sin embargo discrepo del enfoque que le ha dado, pues no creo que las propuestas de la Renta Básica y el Trabajo Garantizado sean en sí mismas radicalmente opuestas, sino por el contrario, complementarias. Además, si hubiera que establecer un orden de prelación me inclinaría por la Renta Básica, porque es la que más ha calado en la población y ha sido asumida ya por las estupendas Marchas por la Dignidad. Y ello a pesar de que, intelectualmente, prefiero la propuesta del Trabajo Garantizado, que está...
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  • María Eugenia Rodríguez Palop

    Eurodiputada de Unidas Podemos. Titular de filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid.

    El trabajo (remunerado, se entiende) nace con la persona, nos define como seres en sociedad, pero no parece posible desligarlo de la explotación y la opresión. Estas dos sentencias unidas en la misma frase, deberían sumirnos en la más profunda de las perplejidades. Podría decirse que los defensores del Empleo Garantizado (DEG) asumen la primera, pero no la segunda, y que los de la Renta Básica (DRB) asumirían la segunda, pero no la primera. ¿Es esto así? Está claro que tanto los DEG como los DRB otorgan un amplio margen de maniobra al asalariado a la hora de negociar sus...
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  • José Antonio Noguera

    Sociólogo y miembro del Consejo Ciudadano de Podem-Catalunya

    Vivimos una situación de emergencia social. La última oleada de la Encuesta de Condiciones de Vida, publicada hace unos días, confirma que la tasa de pobreza sube a pesar de que el umbral de pobreza baje. Los datos de pobreza anclada, de pobreza severa, y de carencia material son sencillamente espeluznantes. Atender esta situación es una prioridad absoluta que no debe perderse en un brindis al sol ni en debates estériles. Se requiere una acción realista pero decidida, un programa de garantía de rentas ambicioso pero viable aquí y ahora. Aunque se trata de un indudable avance respecto de la situación...
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  • Carolina del Olmo

    Directora de Cultura del Círculo de Bellas Artes de Madrid y ensayista

    La primera vez que oí hablar de una renta básica universal incondicionada (en adelante RB) no daba crédito a lo estúpida que me pareció la idea. ¿Universal e incondicionada? O sea, ¿una renta para todo el mundo, con independencia de si necesitas dinero o nadas en la abundancia? ¿No es mucho más razonable dar dinero solo a los pobres? ¿Reformar o dotar mejor las rentas mínimas de inserción existentes? Afortunadamente, antes de lanzarme a ridiculizar la propuesta, me informé un poco mejor. La RB no es un dinerillo extra para gastar en lo que uno quiera, la RB es una...
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  • Carlos Susias

    Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN)

    Porque tras casi una década anclada en el 20%, entre las más altas de la UE, la tasa de pobreza relativa —personas con menos del 60% de la mediana de la renta de la población— escaló en 2013 al 22%, lo que suponen más de 10 millones de personas. La tasa de personas en riesgo de pobreza y exclusión, que mide también la privación material y la baja intensidad del empleo, llega casi al 30% (29,2%), siendo peor la situación de la infancia. Estos datos de la ECV del INE, de mayo de 2015, por todos conocidos, indican que es...
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  • cperez

    Miembro del Observatorio de Renta Básica de Ciudadanía de Attac Madrid

    Tras las primeras Leyes de Pobres (Poor Laws) promulgadas a comienzos del siglo XVII con el propósito facilitar auxilio a los pobres de Inglaterra, en 1795 entró en vigor la denominada ley de Speenhamland, reguladora de un sistema de socorros que vino a reforzar poderosamente el sistema paternalista de la organización del trabajo legado por los Tudor y los Estuardo. En un episodio que se ha hecho célebre en la historia de la protección social, los magistrados de Berkshire, reunidos el 6 de mayo de 1795, época de gran escasez, en la posada del Pelícano, en Speenhamland, cerca de Newbury,...
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  • Miguel Laparra

    Director de la Cátedra de Investigación Para la Igualdad y la Exclusión Social (CIPARAIIS) Universidad Pública de Navarra

    La crisis ha sido especialmente injusta y cruel en España con los más pobres, algo que es más una excepción que un tendencia general en la Europa más desarrollada. El 10% más rico ha visto reducidos sus ingresos en un 1,29% mientras que el 10% más pobre han experimentado una bajada de un 42,16% en sus rentas en términos reales entre 2007 y 2012. Los ingresos de las personas en situaciones de pobreza extrema se encuentran cada vez más lejos de los de la media de la población. Si vamos más allá de los indicadores relativos de pobreza y establecemos...
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  • antonioantonm

    Profesor honorario de Sociología - Universidad Autónoma de Madrid

    Considero que hay que abandonar el modelo ‘ortodoxo’ de RB, sus principios centrales, y crear otro enfoque, reformulando las características de una renta social, igualitaria y solidaria, tal como detallo en el texto adjunto. Parto de un modelo social con una perspectiva transformadora con la ampliación de los derechos sociales, con el objetivo de avanzar en la igualdad y promoviendo los valores de la solidaridad y la cultura de la reciprocidad, para garantizar la libertad y el acceso a la ciudadanía de todas las personas. Eso me lleva a tratar y formular de otra manera los criterios de universalidad e...
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  • […] Alejar a la economía de la recesión no es lo mismo que sacar a las personas de la crisis. A pesar de los datos de crecimiento económico de los últimos trimestres, la cifra de demandantes de empleo supera con creces los 5,5 millones de personas, de ellos más de la mitad son mujeres, y el número de desempleados de larga duración se sitúa cerca de los 3 millones de personas.  […]
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  • José María Herreros

    Observatorio de Renta Básica de Attac Madrid

    La propuesta de los sindicatos CCOO y UGT de una Prestación de Ingresos Mínimos viene a ser una variante de las Rentas Mínimas de Inserción que vienen aplicándose bajo diferentes condiciones y con diversas cuantías a nivel autonómico y no supone diferencias conceptuales con respecto a algunas propuestas que desde diferentes organizaciones políticas hemos escuchado en periodo electoral. Viniendo además del mundo sindical pudieran parecer lógicas algunas de las características que se recogen en la propuesta, como su temporalidad hasta que se concrete la recuperación del empleo y que este sea de calidad, pero sorprende que...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Deseo participar en este Debate incorporando al mismo un documento que ya aporté hace unos meses, cuando en Público.es se discutió el tema de la Unión Europea. Es un documento sobre la Renta Básica. La Renta Mínima de Inserción, la Renta Básica y el Trabajo Garantizado son las tres propuestas que hoy están sobre la mesa para abordar los problemas del desempleo y de la pobreza masiva que hoy aquejan a nuestro país; y que no sólo no preocupan en absoluto a nuestro Gobierno conservador, sino tampoco, como evidencia el caso de Grecia, a las autoridades de la Unión Europea....
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  • Daniel Raventós

    Editor de Sin Permiso, presidente de la Red Renta Básica y profesor de la Universidad de Barcelona. Es miembro del comité científico de ATTAC

    Me invitan a participar en este “espacio público”. Ineludiblemente, tendré que repetir, quizás con palabras algo distintas, lo que con otros colegas o en solitario he escrito y defendido en distintos foros académicos, o en debates dentro de movimientos sociales o de algunos partidos políticos. Empecemos por la conclusión: la renta mínima garantizada (RMI) que proponen CCOO y UGT es un desastre.Entiéndase bien de entrada antes de despertar suspiros y reacciones más o menos hostiles: respecto a la situación que tenemos actualmente, la RMI algo ayudaría a algunas personas, sin duda, pero respecto a lo que se sería necesario...
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