Renta Mínima Garantizada: Acertar con el objetivo y con la estrategia para lograrlo

  • Carlos Bravo Fernández

    Carlos Bravo Fernández

    Secretario de Protección Social y Políticas Públicas. Confederación Sindical de Comisiones Obreras

Quiero empezar señalando que, en mi opinión, el problema real, de fondo y relevante de este debate, es la falta de cobertura de necesidades básicas de una parte de la población. Mucho más relevante, en términos de personas afectadas, en una situación de crisis prolongada como la actual en la que las redes de protección social existentes, siendo importantes, son claramente insuficientes.

Ese problema central puede ser abordado de distintas formas, en este debate se ha partido de la propuesta sindical de crear una renta mínima garantizada, y han aparecido otras alternativas (trabajo garantizado, impuesto negativo sobre la renta, renta básica). Todas ellas intentan afrontar un problema real y evidente, con ventajas e inconvenientes, sin duda, cada una de ellas.

Esa es la cuestión y, brevemente y con claridad para no volver sobre ello creo que, en este debate, descalificar la propuesta sindical de renta mínima garantizada para las personas con rentas insuficientes, probablemente intentando aumentar el protagonismo de la posición propia, es mas vanidoso que útil.

La cuestión con la que hay que contrastar cualquier propuesta es la red de protección social existente, el mercado de trabajo existente, la falta de cobertura de necesidades de una parte importante de la población. El discurso dominante que se basa en la ausencia de recursos, la acusación de quienes no quieren aumentar el gasto en protección social, apelando al riesgo de caer en la trampa de la pobreza,… que encubre las distintas prioridades políticas entre quien gobierna y quienes demandamos soluciones justas, exigentes, pero posibles.

Por tanto, bienvenidas sean todas las propuestas, pero conviene contrastarlas con la realidad. Esta es tozuda, millones de personas sin empleo o cobertura de protección social y las prioridades de política económica de España y la Unión Europea situadas lejos de esa realidad.

He de reconocer cierto estupor cuando leo en alguno de los participantes de este foro que la principal crítica que cabe hacer a la Renta Mínima estatal que proponen los sindicatos, y por la que parece que hay que rechazarla, es porque no es suficiente: no resuelve todos los problemas de la pobreza, ni todos los problemas del mundo del trabajo. Pues vaya, claro que no. No es ese su objetivo.

No veo el problema en decir que la Renta Mínima es un ambicioso paso hacia delante y que la Renta Básica podría serlo aún más, siempre en función de como fuese construida. Hasta donde sé los viajes comienzan siempre con el primer paso, y el que proponemos no es pequeño.

Y ya puestos a caminar, seguro que todos compartiríamos que con la Renta Básica tampoco se resolverían todos los problemas de desigualdad y falta de equidad que afectan a las sociedades capitalistas y que, seguramente, habría que seguir dando otros muchos pasos en esta senda.

Pero en cualquier caso sí quiero señalar que la discusión entre Renta Mínima y Renta Básica es un debate que se da, fundamentalmente aunque no solo, en la izquierda; en el otro lado del espectro ideológico ya vemos que algunas propuestas no están en la agenda, ni se las espera. Y esto tiene su importancia.

Conviene recordar que el Estado de Bienestar, el Estado Social que dice la Constitución en su artículo 1º que tiene como objetivo “la justicia y la igualdad” y en el que hemos enmarcado instrumentos tan útiles para ello como los sistemas públicos de seguridad social, sanidad y educación, es en realidad un contrato social. Si nuestro Estado de Bienestar tiene un alto nivel de consenso social es en gran medida porque en su construcción, financiación y disfrute participa de común acuerdo un amplio espectro social y político. Son los ámbitos más extremos y puritanos de la ortodoxia de las distintas concepciones ideológicas las que suelen cuestionar el resultado.

Lo más difícil de un debate en materia de protección social es determinar con acierto cuál es el objetivo y establecer un plan de trabajo para lograrlo.

El objetivo de la Renta Mínima estatal que proponemos los sindicatos es claro: mejorar una laguna muy concreta, y muy amplia, que hoy tiene el sistema de protección social: no está diseñado para proteger a quienes nunca tuvieron un empleo y lo buscan (jóvenes sobre todo, pero también mujeres) y a los parados de larga duración (hoy ya de un perfil sociodemográfico amplísimo) que ven agotadas las prestaciones de desempleo, y que se encuentran en una situación de necesidad porque ni ellos ni sus entornos familiares tienen ingresos suficientes.

Hoy hay en esta situación 2 millones largos de personas, el 70 por ciento mujeres, que viven en 1,8 millones de hogares en los que residen un total de 6 millones de personas (de ellos 2 millones son niños y menores de edad). Es aquí donde se concentra el crecimiento del riesgo de pobreza y este es el objetivo de los sindicatos, claro y preciso. El objetivo no es cubrir esta laguna sólo en la crisis económica, sino hacerlo de manera permanente.

Hoy el efecto social de esta laguna se ha multiplicado y es urgente resolverlo, pero sin crisis la laguna sigue existiendo y aunque el número de afectados sea inferior también hay que mantener este nuevo ámbito de protección. Se trata de dar un paso más, y no pequeño.

Aumentar el gasto social en un mínimo de 11.000 millones de euros anuales, entre 15 y 20.000 si tenemos en cuenta la previsión de mejora de prestaciones para personas con cargas familiares, es decir, entre un 1 y un 1,5 por ciento del PIB, ni es fácil ni poca cosa. Se puede pedir más, sin duda, pero despreciar esto no parece muy útil (recordemos algún parámetro de comparación: la cuantía mínima prevista, 11.000 millones en 2015, equivale a multiplicar por cinco el coste anual de pensiones no contributivas, a la mitad del gasto anual en pensiones de viudedad de la seguridad social, a multiplicar por 10 el presupuesto para rentas mínimas de todas las comunidades autónomas juntas, por citar algunos ejemplos)

Conviene también que entre los objetivos señalemos que al proponer una medida concreta, ésta no entre en contradicción con el resto del sistema de protección social y procuremos no romper los equilibrios que ya guarda.

Por ello los sindicatos hemos propuesto enmarcarla como una prestación estatal (a la que accedan en igualdad todas las personas con independencia de su territorio de residencia) de seguridad social (derecho subjetivo reclamable ante los juzgados de lo social) en su ámbito no contributivo (financiada con imposición general), por un importe mínimo de 426 euros (no porque nos parezca suficiente, sino porque el objetivo más ambicioso ahora es extender mucho el número de personas cubiertas y ésta es la cuantía estándar de los subsidios equivalentes, por lo que la medida se insertaría en el sistema actual sin perjuicio de revisarlo íntegramente, como por cierto propone también la ILP, pero tras ampliarlo y muchom), por tiempo indefinido (que se percibe mensualmente coincidiendo con la situación de desempleo y carencia de ingresos, mientras se mantenga esta situación), y con el mandato explícito, imperativo en la propuesta, para incrementar la cuantía en caso de hijos o familiares a cargo y estableciendo el umbral de ingresos para acceder a ella en el 75 por ciento del SMI (también porque ese es el umbral estándar que se utiliza en otras prestaciones similares).

Somos conscientes de que en política siempre hay más de una solución a cualquier reto, y muy a menudo no hay una opción “óptima”, sino que todas ellas tienen pros y contras que hay que evaluar. Los sindicatos creemos no obstante que una prestación de seguridad social es la mejor opción, aunque no sea la única posible.

En este sentido se ha planteado también la posibilidad de instaurar un impuesto negativo sobre la renta (INR), que en esencia es una opción similar a algunas propuestas concretas de Renta Básica.

Algunos de los inconvenientes que nosotros percibimos de esta medida es que se aparta del esquema general con el que se ha construido el sistema de protección social y en tanto no se revise éste de forma integral podría interferir en el mismo (podría quebrar el orden lógico de acceso a las prestaciones, podría suponer duplicidades,… ); al estar ligado a la presentación de la Declaración de la Renta, la prestación económica no se reconocería hasta transcurrido el ejercicio fiscal, de modo que no se resolvería el problema inmediato de carencia de rentas, una situación, por cierto, felizmente superada en nuestro sistema de subsidios de desempleo; la medida propuesta de INR utiliza un criterio exclusivamente individual de determinación de ingresos y construir un criterio colectivo como el de hogar tendría ciertamente dificultad para compaginarse con el actual modelo fiscal (¿se obligaría a realizar la declaración conjunta a los matrimonios, cómo se computarían las rentas de padres e hijos mayores de 25 años…?)

Por otra parte, se dice en la propuesta de Impuesto Negativo sobre la Renta, que éste reduce los costes de gestión administrativa, puede ser, pero tendrá que admitirse que obliga a hacer declaración de la renta a muchas personas que hoy no tienen tal obligación, por tanto, más parece que sustituye unas cargas administrativas por otras.

Por último, abordemos una hoja de ruta para alcanzar el objetivo. Es necesario poner en la agenda el debate, y que las partes se avengan a abordarlo sin que ninguna de ellas lo deseche directamente por inviable.

Una vez puesto en la agenda política conviene igualmente que este proceso se produzca simultáneamente con otro de carácter social de movilización, por ejemplo, utilizando la recogida de firmas de una ILP para plantear la necesidad del debate mismo, la reflexión sobre las alternativas y la reivindicación en la calle.

No es casualidad que los sindicatos hayamos promovido una ILP coincidiendo con un proceso pre-electoral de unas elecciones generales y que la recogida de firmas se acompañe de actos públicos con partidos políticos para que pueda utilizarse este marco para buscar compromisos concretos de los partidos políticos (de la izquierda y la derecha, sujetos políticos tradicionales y los de nueva aparición) que aspiren a gobernar este país.

Para finalizar, conviene también dejar claro que el objetivo de esta propuesta no es alcanzar la emancipación de la clase trabajadora por la vía de una prestación económica. Ese objetivo está más relacionado, aunque no solo, con un empleo de calidad, digno y con derechos. Lo que aquí hacemos es ocuparnos de cómo nos protegemos cuando no lo tenemos y no estamos cubiertos por el sistema de protección social tradicional.

En lo que llevamos de crisis, los sindicatos no hemos dejado de reclamar unas veces y negociar otras instrumentos orientados a ambos objetivos (planes de empleo, re-industrialización, mejoras en convenios colectivos, prestaciones de desempleo como el PREPARA, Plan de Activación para el empleo, mejoras en las prestaciones de rentas mínimas en distintas comunidades autónomas, así como el propio compromiso incumplido por el Gobierno de completar la insuficiente red de rentas mínimas existente,…), en el que esta ILP es otra iniciativa más, ambiciosa, exigente, pero creemos que factible, además de no excluyente de otros debates y sobre otras necesidades (mayor presupuesto sanitario y para servicios sociales, dependencia,… en una población que envejece; inversión pública orientada a promover un modelo productivo más adecuado; reforzar estructuras educativas, de formación para el empleo, dual,…; entre otras muchas necesidades)

Es decir, atención a múltiples necesidades con un incremento de recursos, que por mucho que aumenten siempre son limitados, que han de salir de medidas normativas en materia fiscal, además de abordar de forma decidida y efectiva el control del fraude y la elusión fiscal, así como el fraude laboral.

En fin, ojalá encontrásemos el ungüento de fierabrás para necesidades sociales, pero de momento se lo leemos a Cervantes.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • […] o preocupaciones sobre la renta básica tal como la planteamos y a modo de respuesta de algunas entradas anteriores. La sensación es que se buscan problemas allí donde no hay mientras que se ocultan las […]
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  • Lluís Torrens

    Economista. Public-Private Sector Research Center del IESE

    Valga esta segunda entrada para aclarar algunas dudas o preocupaciones sobre la renta básica tal como la planteamos y a modo de respuesta de algunas entradas anteriores. La sensación es que se buscan problemas allí donde no hay mientras que se ocultan las prevenciones reales (tipo “no es posible que los vagos la cobren”) y se evita responder a los problemas de las alternativas. De todas formas nuestra propuesta no es una propuesta estática y agradecemos todas las críticas que permiten mejorarla. a) Financiada con IRPF a tipo único no es progresivo: pues si lo juntas con una renta...
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  • […] aquí mi intervención en el Foro de Debate organizado por Espacio Público (el tema eran las Rentas Mínimas, pero el debate […]
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  • Carlos Bravo Fernández

    Secretario de Protección Social y Políticas Públicas. Confederación Sindical de Comisiones Obreras

    Quiero empezar señalando que, en mi opinión, el problema real, de fondo y relevante de este debate, es la falta de cobertura de necesidades básicas de una parte de la población. Mucho más relevante, en términos de personas afectadas, en una situación de crisis prolongada como la actual en la que las redes de protección social existentes, siendo importantes, son claramente insuficientes. Ese problema central puede ser abordado de distintas formas, en este debate se ha partido de la propuesta sindical de crear una renta mínima garantizada, y han aparecido otras alternativas (trabajo garantizado, impuesto negativo sobre la renta, renta...
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  • Confusión

    24/06/2015

    María Pazos Morán

    Instituto de Estudios Fiscales. Autora de “Desiguales Por ley”

    En la actualidad nos encontramos con sistemas de rentas mínimas desiguales por CCAA y en general muy insuficientes (como destaca Miguel Laparra aquí, es encomiable el caso de El País Vasco). Por ello, tal como señala la ponencia de Carlos Bravo, el establecimiento de la Renta Mínima Garantizada como un derecho general es urgente, y más en la situación de emergencia social en la que nos encontramos. Cabe destacar que, afortunadamente, esta no es ninguna idea nueva sino un mecanismo de último recurso que ya funciona en muchos países, en consonancia con los demás elementos de los sistemas de impuestos,...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Me parece bien el balance crítico que acaba de aportar Daniel Raventós, aunque no así el tono ácido de ésta y de su anterior intervención, que en nada contribuyen a levantar puentes de diálogo y de comunicación. Pues ¿qué nos importa más, concitar las alianzas necesarias para hacer avanzar nuestras propuestas, o dar satisfacción a nuestro orgullo herido... aunque se tenga razones para la queja? Si de algo le sirve a Daniel Raventós, le diré que las personas que yo más admiro en política son aquellas que anteponen los intereses a largo plazo que los particulares, a corto plazo....
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  • Daniel Raventós

    Editor de Sin Permiso, presidente de la Red Renta Básica y profesor de la Universidad de Barcelona. Es miembro del comité científico de ATTAC

    En la distintas intervenciones editadas en este “espacio público”, una docena, han aparecido muchas cuestiones relacionadas con la renta básica (RB), la renta mínima de inserción (RMI) y el trabajo garantizado (TG). Resultaría largo y poco útil tratar de responder a todas las cuestiones que han ido escribiéndose a partir de las preocupaciones e intereses respectivos de las distintas personas que han participado. Me limitaré a unas cuantas que, por repetidas en otros foros o por más o menos extendidas socialmente, creo que son merecedoras de alguna atención especial. Hay quien ha escrito que la RB no es la mejor...
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  • Guilermo Fernández Maíllo

    Sociólogo y trabajador social del Equipo de Estudios de Cáritas Española y del Comité Técnico de la Fundación FOESSA .

    Siete años de crisis. Millones de personas que han visto trastocados sus proyectos vitales y sus formas de responder a las necesidades cotidianas. En muchos casos, por suerte, solo ha sido un ajuste, pero en otros muchos ha sido un cambio radical. El grupo de personas que se encuentran en el espacio de total integración se ha convertido en una estricta minoría. Aquellas que se encuentran en el espacio de la exclusión han aumentado un 45por ciento. Pero más grave aún, aquellos que se encuentran en la exclusión más severa, ya suponen 5 millones de conciudadanos. Los Servicios Sociales públicos...
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  • Diosdado Toledano

    Representante Comisión Promotora ILP Renta de Garantía Ciudadana (RGC)

    Este derecho fundamental para superar la pobreza en Catalunya y garantizar la dignidad de las personas se encuentra en una etapa decisiva para su aprobación como Ley. La propuesta de ley de la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC), tras superar una larga carrera de obstáculos a lo largo de dos años y medio, desde la aceptación de esta Iniciativa Legislatura Popular (ILP) por la Mesa del Parlament a principios de 2013, acaba de entrar en la fase de ponencia, debate de enmiendas y votación. Si una mayoría de grupos parlamentarios cumplen con su deber y respetan las “líneas rojas”...
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  • José Antonio Herce

    Profesor de Economía en la U. Complutense de Madrid. Director Asociado de Afi

    No creo que haya nadie que no esté de acuerdo con una afirmación del tipo “la pobreza es abominable y hay que luchar para eliminarla o, al menos, reducirla en la medida de lo posible”. De hecho, todas las sociedades mínimamente avanzadas disponen de esquemas fiscales y sociales que de una u otra manera contienen la pobreza dentro de ciertos límites. Pero la pobreza entre los individuos y los hogares es un problema dinámico y relativo. La pobreza tiene muchas raíces que la nutren y, a la vez, la arraigan. La pobreza, lo cual es aún más terrible, se reproduce,...
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  • Lluís Torrens

    Economista. Gerente del Public-Private Sector Research Center del IESE

    No deja de sorprenderme que en el año 2015, después de siete años de profunda crisis, con ocho millones de parados entre oficiales y desalentados surja una propuesta tan poco ambiciosa o movilizadora como dar una renta de 426 euros a todos los parados sin ingresos. Tras 4 años de las movilizaciones del 15-M,la sociedad aplastada por la crisis se ha organizado y ha dado un vuelco impredecible hace quince meses a la situación municipal en España. Mientras, a los sindicatos mayoritarios y algunos partidos de izquierda se les ocurre que hay que proponer medidas que encajen dentro de lo...
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  • Falsas disyuntivas

    15/06/2015

    Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Me ha gustado mucho la intervención inteligente y minuciosa de María Eugenia R. Palop. Sin embargo discrepo del enfoque que le ha dado, pues no creo que las propuestas de la Renta Básica y el Trabajo Garantizado sean en sí mismas radicalmente opuestas, sino por el contrario, complementarias. Además, si hubiera que establecer un orden de prelación me inclinaría por la Renta Básica, porque es la que más ha calado en la población y ha sido asumida ya por las estupendas Marchas por la Dignidad. Y ello a pesar de que, intelectualmente, prefiero la propuesta del Trabajo Garantizado, que está...
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  • María Eugenia Rodríguez Palop

    Eurodiputada de Unidas Podemos. Titular de filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid.

    El trabajo (remunerado, se entiende) nace con la persona, nos define como seres en sociedad, pero no parece posible desligarlo de la explotación y la opresión. Estas dos sentencias unidas en la misma frase, deberían sumirnos en la más profunda de las perplejidades. Podría decirse que los defensores del Empleo Garantizado (DEG) asumen la primera, pero no la segunda, y que los de la Renta Básica (DRB) asumirían la segunda, pero no la primera. ¿Es esto así? Está claro que tanto los DEG como los DRB otorgan un amplio margen de maniobra al asalariado a la hora de negociar sus...
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  • José Antonio Noguera

    Sociólogo y miembro del Consejo Ciudadano de Podem-Catalunya

    Vivimos una situación de emergencia social. La última oleada de la Encuesta de Condiciones de Vida, publicada hace unos días, confirma que la tasa de pobreza sube a pesar de que el umbral de pobreza baje. Los datos de pobreza anclada, de pobreza severa, y de carencia material son sencillamente espeluznantes. Atender esta situación es una prioridad absoluta que no debe perderse en un brindis al sol ni en debates estériles. Se requiere una acción realista pero decidida, un programa de garantía de rentas ambicioso pero viable aquí y ahora. Aunque se trata de un indudable avance respecto de la situación...
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  • Carolina del Olmo

    Directora de Cultura del Círculo de Bellas Artes de Madrid y ensayista

    La primera vez que oí hablar de una renta básica universal incondicionada (en adelante RB) no daba crédito a lo estúpida que me pareció la idea. ¿Universal e incondicionada? O sea, ¿una renta para todo el mundo, con independencia de si necesitas dinero o nadas en la abundancia? ¿No es mucho más razonable dar dinero solo a los pobres? ¿Reformar o dotar mejor las rentas mínimas de inserción existentes? Afortunadamente, antes de lanzarme a ridiculizar la propuesta, me informé un poco mejor. La RB no es un dinerillo extra para gastar en lo que uno quiera, la RB es una...
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  • Carlos Susias

    Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN)

    Porque tras casi una década anclada en el 20%, entre las más altas de la UE, la tasa de pobreza relativa —personas con menos del 60% de la mediana de la renta de la población— escaló en 2013 al 22%, lo que suponen más de 10 millones de personas. La tasa de personas en riesgo de pobreza y exclusión, que mide también la privación material y la baja intensidad del empleo, llega casi al 30% (29,2%), siendo peor la situación de la infancia. Estos datos de la ECV del INE, de mayo de 2015, por todos conocidos, indican que es...
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  • cperez

    Miembro del Observatorio de Renta Básica de Ciudadanía de Attac Madrid

    Tras las primeras Leyes de Pobres (Poor Laws) promulgadas a comienzos del siglo XVII con el propósito facilitar auxilio a los pobres de Inglaterra, en 1795 entró en vigor la denominada ley de Speenhamland, reguladora de un sistema de socorros que vino a reforzar poderosamente el sistema paternalista de la organización del trabajo legado por los Tudor y los Estuardo. En un episodio que se ha hecho célebre en la historia de la protección social, los magistrados de Berkshire, reunidos el 6 de mayo de 1795, época de gran escasez, en la posada del Pelícano, en Speenhamland, cerca de Newbury,...
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  • Miguel Laparra

    Director de la Cátedra de Investigación Para la Igualdad y la Exclusión Social (CIPARAIIS) Universidad Pública de Navarra

    La crisis ha sido especialmente injusta y cruel en España con los más pobres, algo que es más una excepción que un tendencia general en la Europa más desarrollada. El 10% más rico ha visto reducidos sus ingresos en un 1,29% mientras que el 10% más pobre han experimentado una bajada de un 42,16% en sus rentas en términos reales entre 2007 y 2012. Los ingresos de las personas en situaciones de pobreza extrema se encuentran cada vez más lejos de los de la media de la población. Si vamos más allá de los indicadores relativos de pobreza y establecemos...
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  • antonioantonm

    Profesor honorario de Sociología - Universidad Autónoma de Madrid

    Considero que hay que abandonar el modelo ‘ortodoxo’ de RB, sus principios centrales, y crear otro enfoque, reformulando las características de una renta social, igualitaria y solidaria, tal como detallo en el texto adjunto. Parto de un modelo social con una perspectiva transformadora con la ampliación de los derechos sociales, con el objetivo de avanzar en la igualdad y promoviendo los valores de la solidaridad y la cultura de la reciprocidad, para garantizar la libertad y el acceso a la ciudadanía de todas las personas. Eso me lleva a tratar y formular de otra manera los criterios de universalidad e...
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  • […] Alejar a la economía de la recesión no es lo mismo que sacar a las personas de la crisis. A pesar de los datos de crecimiento económico de los últimos trimestres, la cifra de demandantes de empleo supera con creces los 5,5 millones de personas, de ellos más de la mitad son mujeres, y el número de desempleados de larga duración se sitúa cerca de los 3 millones de personas.  […]
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  • José María Herreros

    Observatorio de Renta Básica de Attac Madrid

    La propuesta de los sindicatos CCOO y UGT de una Prestación de Ingresos Mínimos viene a ser una variante de las Rentas Mínimas de Inserción que vienen aplicándose bajo diferentes condiciones y con diversas cuantías a nivel autonómico y no supone diferencias conceptuales con respecto a algunas propuestas que desde diferentes organizaciones políticas hemos escuchado en periodo electoral. Viniendo además del mundo sindical pudieran parecer lógicas algunas de las características que se recogen en la propuesta, como su temporalidad hasta que se concrete la recuperación del empleo y que este sea de calidad, pero sorprende que...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Deseo participar en este Debate incorporando al mismo un documento que ya aporté hace unos meses, cuando en Público.es se discutió el tema de la Unión Europea. Es un documento sobre la Renta Básica. La Renta Mínima de Inserción, la Renta Básica y el Trabajo Garantizado son las tres propuestas que hoy están sobre la mesa para abordar los problemas del desempleo y de la pobreza masiva que hoy aquejan a nuestro país; y que no sólo no preocupan en absoluto a nuestro Gobierno conservador, sino tampoco, como evidencia el caso de Grecia, a las autoridades de la Unión Europea....
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  • Daniel Raventós

    Editor de Sin Permiso, presidente de la Red Renta Básica y profesor de la Universidad de Barcelona. Es miembro del comité científico de ATTAC

    Me invitan a participar en este “espacio público”. Ineludiblemente, tendré que repetir, quizás con palabras algo distintas, lo que con otros colegas o en solitario he escrito y defendido en distintos foros académicos, o en debates dentro de movimientos sociales o de algunos partidos políticos. Empecemos por la conclusión: la renta mínima garantizada (RMI) que proponen CCOO y UGT es un desastre.Entiéndase bien de entrada antes de despertar suspiros y reacciones más o menos hostiles: respecto a la situación que tenemos actualmente, la RMI algo ayudaría a algunas personas, sin duda, pero respecto a lo que se sería necesario...
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