Apostar por el modelo comunitario en salud mental

  • Toni Comi

    Toni Comi

    Eurodiputado, fue Consejero de salud de la Generalitat de Catalunya (2016-17)

03.03.2020

Debate principal: En defensa del derecho a la salud mental

1. Un dato alarmante: una salud mental peor y más desigual

El impacto de la crisis económica que se desencadenó a partir de 2007 sobre la salud de los ciudadanos es indiscutible. En el caso de Catalunya, el sistema sanitario resistió bien el embate, gracias a un sobreesfuerzo nunca suficientemente reconocido de los profesionales sanitarios. Pero más allá de la fortaleza de nuestra red asistencial –fortaleza doblemente admirable, porque el sistema sanitario catalán tiene que lidiar con una situación de infrafinanciación crónica- en un momento de crisis se confirma como nunca todo lo que ya sabemos sobre los condicionantes sociales de la salud. Podemos tener una red sanitaria notablemente equitativa, pero si las desigualdades económicas y sociales aumentan, esto tarde o temprano se acaba traduciendo en un incremento de las desigualdades en salud.

No es sencillo disponer de indicadores a la vez exactos y rápidos para evaluar los efectos de una crisis económica sobre la salud de los ciudadanos. Probablemente, estos efectos sólo se pueden conocer en el medio y largo plazo. Pero con los datos disponibles –Catalunya dispone de un buen sistema de recogida y análisis de datos y un Observatorio especializado en el análisis de las desigualdades en salud- en el inicio del mandato ya era posible disponer de una fotografía aproximada del impacto de la “década perdida” sobre el estado de salud de la población. Un primer par de datos: los grandes indicadores sintéticos (esperanza de vida, esperanza de vida con buena salud, mortalidad, etc.) habían seguido mejorando durante los años de la crisis, pero las desigualdades en salud entre clases sociales (o niveles de renta) habían aumentado.

El dato preocupante aparecía cuando se ponía el foco en la salud mental. En este caso, no sólo habían aumentado las desigualdades –que también, y mucho-. Además los indicadores globales habían empeorado: la salud mental global de la población, en su conjunto, era peor en 2017 que diez años antes. Es más: la salud mental era el único campo de la salud de la población en que se detectaba este empeoramiento general. Lo cual no hacía sino confirmar algo sobre lo que se dispone de abundante evidencia científica, y es que si en algún campo de la salud los condicionantes sociales tienen un efecto directo es el de la salud mental.

Todavía un dato más: donde se detectaban incrementos alarmantes de los indicadores de enfermedad mental era entre los niños y adolescentes. La crisis disparó el paro. El paro es siempre una causa de pobreza y desigualdad. Las familias pobres en paro son, a menudo, un polvorín de tensiones emocionales y psicológicas. Y la parte más débil de estas familias pobres son, normalmente, los niños. El incremento de la enfermedad mental infantil es la prueba más cruel de la injusticia de nuestro sistema socio-económico y de cómo una crisis de aquella magnitud intensifica hasta niveles dramáticos esta injusticia.

2. El presupuesto es importante

Esta sola razón ya justificaba que la salud mental fuese una de las prioridades de las políticas que impulsé durante mi mandato como consejero de Salud. Atacar esta situación de la salud mental requiere, por supuesto, fortalecer y aumentar los recursos asistenciales. Pero esto supone, obviamente, más presupuesto.

Más presupuesto quiere decir incorporar más especialistas –psicólogos y psiquiatras- en los centros de atención primaria, aumentar las frecuencias de las visitas de seguimiento en los centros de salud mental, ya sea de adultos (CSMA) o de salud mental infantil y juvenil (CSMIJ), abrir nuevos dispositivos especializados (por ejemplo, en patología dual o en tratamiento adaptado de la población sin techo), y tantas otras mejoras. La lista de todas las necesidades asistenciales que están esperando ser cubiertas, a la espera que el presupuesto crezca, seria inabarcable.

En el presupuesto para el año 2017 –el único que se aprobó durante aquel mandato corto, de menos de dos años, entre enero del 2016 y octubre del 2017- la partida para la línea asistencial de salud mental se incrementó un 30%, aproximadamente. El mayor incremento que ha tenido esta línea asistencial desde la restauración de la democracia, en Catalunya, y el mayor incremento, en comparación con cualquier otra línea asistencial, en aquél presupuesto de 2017 y en la mayoría de presupuestos de cualquiera de los años anteriores. Que una partida relevante del presupuesto público crezca un 30% de un año para otro sólo se da, ciertamente, en casos muy excepcionales.

En este caso estaba plenamente justificado. Por las razones ya expuestas. Pero también porque la salud mental había sido, históricamente, la “hermana pobre” del presupuesto de salud. El instrumento de planificación de la red asistencial de salud en Catalunya es el llamado “Mapa sanitario”. Atendiendo los criterios del Mapa, la salud mental debía tener un presupuesto anual de 450 M € aproximadamente, pero su financiación real se situaba, antes del presupuesto de 2017, alrededor del los 300 M €. Una infrafinanciación estructural del 33% impide que el servicio público de atención a la salud mental cumpla los estándares de calidad reconocidos internacionalmente.

Una infrafinanciación estructural superior a la del resto de partidas del presupuesto que, siendo también muy acusada, por ejemplo en el caso de la atención primaria, o de la inversión tecnológica, quizás no alcanzaba proporciones tan graves. De ahí que el presupuesto del 2017 consignasen un incremento de cerca de 100 M €, hasta situar el presupuesto de salud mental cerca del los 400 M € de euros. Un incremento del 30% que permitía reducir el déficit estructural de aquella red asistencial del 33% a poco más del 10%.

Un incremento, por cierto, que requirió vencer algunas resistencias internas de la maquinaria técnica del Departamento, poco amigas de los “cambios revolucionarios” y de los “saltos históricos” en el ámbito de las políticas públicas. La prudencia siempre es buena consejera en el campo de la administración pública, sin duda. Pero siendo un criterio necesario, no debe convertirse en la excusa para expulsar la valentía de la toma de decisiones. En el caso que nos ocupa, la prudencia debía llevarnos, no a renunciar a un crecimiento repentino del presupuesto, sino a asegurar los mecanismos para que tal crecimiento fuera debidamente absorbido por el sistema y consiguiese el impacto esperado, en términos de mejora de la calidad de la red asistencial.

3. Desmintiendo el incrementalismo

Un crecimiento presupuestario de este calibre, ciertamente, nos servía para desmentir una de las tesis habituales del incrementalismo, según la cual es muy difícil, por no decir imposible, hacer una reforma drástica de una política pública relevante en un período corto de tiempo. En efecto, según esta teoría de la administración pública –por lo demás, llena de aportaciones interesantes- en las sociedades desarrolladas las grandes partidas del presupuesto público sólo pueden variar de manera marginal de un año para otro. Las prioridades políticas pueden ir cambiando, al son de los cambios sociales. Pero el presupuesto vendría a ser, desde esta perspectiva, como un transatlántico que no puede hacer un cambio de rumbo radical de un año para otro. Visto desde esta lógica, todas las reformas relevantes o de fondo de aquellas políticas con un impacto presupuestario importante –como es el caso de la salud- serían lentas por definición y, por tanto, hay que plantearlas necesariamente como reformas a largo plazo.

La decisión de incrementar un 30% la partida de salud mental en el presupuesto del 2017, además de tener una sólida justificación política, nos proporcionó el “placer intelectual” de desmentir con los hechos ésta bienintencionada tesis incrementalista, que a priori parece del todo lógica. Salud mental era, precisamente, la excepción que nos permitía sustraernos a la férrea ley del aumento marginal del presupuesto. El incrementalismo no excluye cambios sustanciales del presupuesto en partidas muy menores, que están asociadas a políticas muy secundarias. Excluye estos cambios en las políticas centrales de la administración pública. Pero salud mental era la excepción, en el sentido que siendo una política fundamental de cara a la garantía del derecho a la salud de la población, supone una proporción del presupuesto relativamente pequeña.

En efecto, el presupuesto de salud en Catalunya estaba encaramándose, en aquél momento, hacia los 10.000 M € -muy por debajo de lo que el sistema de salud requiere para situar su financiación per cápita en estándares centroeuropeos-. Un incremento de 100 M€ para salud mental suponía “rascar” (redistribuir) cerca de un 1% del presupuesto total. Estamos hablando de un cambio que, visto desde la globalidad del presupuesto de salud, era ciertamente marginal, pero que para el presupuesto parcial de salud mental suponía un crecimiento récord. La especificidad de salud mental radica en el hecho de que, siendo una política central del sistema de salud en su conjunto, al ser poco intensiva en tecnología supone una proporción muy moderada del presupuesto. Ésta es la peculiaridad sobre la que convenía poner toda la atención. Porque que permitía que el “barco” de la salud mental, un barco muy importante dentro del conjunto la “flota sanitaria”, emprendiese un cambio de rumbo muy intenso de manera muy acelerada. Por seguir, la salud mental vendría a ser un barco que, teniendo la importancia de un transatlántico, tiene la capacidad para girar de una lancha rápida. Esta era la oportunidad que había que aprovechar.

El salto presupuestario de salud mental del año 2017 en Catalunya sirvió para demostrar que era posible una reforma a la vez rápida y de fondo en una política importante. Sin faltar a las leyes de la prudencia. El resto no era redistribuir el presupuesto. El resto era garantizar que una red asistencial, dentro de la administración pública, era capaz de absorber un incremento del 30% de manera útil, eficaz, equitativa e inteligente.

4. Poner los recursos al servicio de un determinado modelo asistencial
El incremento presupuestario es sólo un instrumento, en efecto, al servicio de un determinado objetivo. Que en este caso era evidente: mejorar la salud mental de la población. Pero entre este medio (los recursos económicos) y el fin (los indicadores de salud mental) hace falta una intermediación institucional: la red asistencial. Y esta red asistencial tiene que estar diseñada de acuerdo con un modelo asistencial determinado. Para el éxito de las políticas de salud mental el modelo asistencial podríamos decir que lo es todo. Y de nada serviría poner más recursos económicos si no se dispone previamente de modelo asistencial acertado.

Es más, en aquellos casos en que el modelo asistencial es inadecuado, el incremento presupuestario será probablemente contraproducente. El incremento presupuestario debe servir, en fin, para impulsar cambios y reformas en aquellos casos en que el modelo asistencial no funciona debidamente, o para consolidarlo, cuando el modelo asistencial está bien enfocado. En cualquier caso, nunca se trata de ponerle más dinero al sistema –en este caso, el sistema de salud mental- sin más. El crecimiento presupuestario debe tener una “intención” y estar al servicio de una determinada reforma.

Sin embargo, el acierto o desacierto de un modelo asistencial no es, obviamente, una cuestión científica, objetiva, exenta de todo debate ideológico o al margen de la apuesta por determinados valores. En el caso de la salud mental, es de sobras conocido que son varios los paradigmas asistenciales en base a los cuales se puede tratar a los pacientes. Diversos y, en algunos casos, las opciones terapéuticas pueden ser incluso antagónicas y hasta incompatibles. Simplificando mucho, en un extremo encontramos un paradigma más dado a la institucionalización (los ingresos en centros psiquiátricos), a la medicalización, la concepción de la patología como una enfermedad crónica y la aproximación al paciente como un sujeto pasivo de su tratamiento. En el extremo contrario, estaría el paradigma comunitario puro, contrario a la institucionalización de larga duración, partidario de la inserción en el medio social normalizado y de una aproximación al paciente como sujeto activo de su estrategia terapéutica.

Es básico, para que una red asistencial tan relevante como la de salud mental funcione, que el paradigma asistencial esté claro. En Catalunya, después de varias décadas de debate, algunas polémicas y no pocos disensos, se había llegado a un consenso considerablemente sólido en el conjunto del sector –profesionales, sociedades científicas, grandes centros hospitalarios, red de atención ambulatoria, entidades proveedoras o asociaciones de pacientes- ya antes del inicio de mi mandato como consejero de Salud, en relación al modelo asistencial. Había una clara apuesta, entre los profesionales y los pacientes, por el modelo comunitario. Con matices entre los distintos grupos de profesionales o entre estos y las asociaciones y federaciones de pacientes, matices a veces relevantes, pero compartiendo unas premisas comunes muy robustas.

Catalunya había tenido la suerte de que una de sus regiones sanitarias, concretamente la de Girona, había sido caso de estudio en una gran investigación europea durante el año 2013, el “Refinement”. De este estudio se concluía que Girona, que había apostado años antes por un modelo comunitario bastante radical, tenía los mejores indicadores de Europa en cuanto a eficacia y calidad de la red de salud mental [1]. Girona había tenido la suerte y la oportunidad de ser objeto de investigación y, gracias a ello, proporcionar evidencia científica sobre la validez de su modelo comunitario. Ello le permitía aparecer ante el conjunto del país como un modelo de referencia. Pero no sólo Girona sino también en otras zonas del país –Osona, Terres de l’Ebre o en muchos centros de Barcelona y de su área metropolitana- hacía años que se practicaban experiencias inspiradas en este mismo paradigma asistencial comunitario. Lo señalo porque una de las especificidades del modelo comunitario es que se había construido más de arriba a abajo –desde el territorio y sus profesionales- que de abajo a arriba –desde el gobierno, en tanto que planificador y financiador de la red asistencial-. Dicho de otro modo, el modelo comunitario objeto de consenso por parte de la profesión, era una realidad viva, construida a partir de experiencias concretas en distintos puntos del país, y no el resultado de un plan diseñado desde la administración pública e impuesto desde instancias políticas.

Desde el Departamento lo que se hizo, para afianzar este paradigma comunitario que compartíamos en todos sus extremos, fue construir un espacio de diálogo y participación estable de todos los actores relevantes del sistema –el Consejo Asesor de Salud Mental- para asegurar que este consenso se iba ratificando y renovando de manera constante. Modificando, cuando fuese preciso, las estrategias asistenciales y terapéuticas concretas. Sin duda, la dinámica participativa era clave para consolidar un paradigma asistencial de consenso para el conjunto del sector. Como también lo era el impulso político por parte del gobierno, tanto al nivel de sus técnicos –de quienes depende la planificación- como al nivel de su máximo responsable político.

Un elemento clave del modelo comunitario es el rol de los pacientes y sus familias –debidamente organizados por medio de sus asociaciones y federaciones- en el debate y la planificación de la red asistencial. Según el paradigma, es prioritario empoderar tanto como sea posible los pacientes y convertirlos en agentes activos de su propio proceso terapéutico: la “salud en primera persona”. Pero este empoderamiento, para ser coherentes, no puede dejar a los pacientes a la puerta del Departamento, es decir, fuera del proceso de planificación y diseño del modelo asistencial. Al contrario, es fundamental aprovechar la experiencia y el conocimiento de los usuarios y de su entorno (familias, entorno social) en la planificación y desarrollo de los servicios asistenciales. El diálogo con los pacientes es sin duda uno de los elementos más estimulantes, reveladores y gratificantes del proceso de construcción de este modelo comunitario.

Un modelo que busca una aproximación integral –y no meramente biológica- a la enfermedad. Que pone tanta atención en los tratamientos farmacológicos como en las estrategias de inserción laboral, en los distintos recursos habitacionales y su integración en la comunidad, o en el desarrollo de la actividad cultural y creativa de los pacientes. Un modelo, por decirlo con un ejemplo gráfico, que pretende sustituir los grandes hospitales psiquiátricos y sus módulos de ingresos de larga duración por pisos asistidos de protección para personas con enfermedad mental de larga duración. Que pretende sustituye los servicios de hospitalización cerrados, con pacientes bajo contención o en habitaciones de aislamiento, por servicios muy abiertos e integrados en la comunidad.

Como hemos dicho al inicio de este apartado, el incremento del presupuesto debe estar al servicio de las reformas, que su tiempo debe estar al servicio de un modelo asistencial determinado. Al inicio de mi mandato, el 40% de los recursos de salud mental estaban destinados a dispositivos de tipo comunitario y el 60% a dispositivos de hospitalización (larga, media o corta duración). Con el salto presupuestario de 2017, fue posible invertir esta proporción: el 60% del presupuesto destinado a salud mental iría dirigido, a partir de entonces, a dispositivos de tipo comunitario y sólo el 40% a hospitalización (siempre priorizando los ingresos de corta duración y la adecuada transición entre los dispositivos hospitalarios y los comunitarios). No olvidemos que la diversidad de dispositivos –dentro del concepto general de servicios abiertos e integrados en la comunidad- es una de las claves para el éxito del paradigma comunitario. Porque sólo esta variedad permite una adaptación y una adecuación permanente del tratamiento y de la estrategia terapéutica a la evolución del paciente, que en el campo de la salud mental tiende a ser muy dinámica.

5. Balance: escuchando la Joint Comission

El impacto del incremento presupuestario del 2017 fue grande. En dos planos, el objetivo y el subjetivo. En el plano objetivo: las capacidades asistenciales aumentaron notablemente en la parte comunitaria de la red asistencial –más profesionales en atención primaria o en los centros de salud mental, que permitió entre muchas otras cosas, mayor frecuencia de las visitas de seguimiento, que en determinados tratamientos es un factor clave del éxito terapéutico, más centros y más dispositivos especializados en las distintas fases de la enfermedad mental, incorporación de los centros penitenciarios en la red asistencial general, creación de centros especializados en patología dual, dispositivos de atención a los sin techo y tantos otros proyectos pendientes que, al fin, consiguieron financiación gracias a aquél salto presupuestario-.

En el plano subjetivo: la decisión relativa al presupuesto dio credibilidad al relato que desde un principio yo mismo, en primera persona, había ido transmitiendo al sector de la salud mental, a saber, que la salud mental tenía que ser, sí o sí, una de las prioridades de la legislatura –por las razones aducidas al principio de este artículo- y una vez el sector se convenció de que este relato era cierto y que estaba corroborado por las decisiones, se generó una ola de motivación y autoestima muy positiva entre los profesionales del sector.

Conseguimos pasar, si se nos permite la simplificación, de un clima donde dominaba la fatiga y el escepticismo a un clima, sino de euforia, sí de mayor ilusión y orgullo.

Como es bien sabido, el problema de los políticos no son los contenidos de nuestros discursos, sino su credibilidad. Hacen falta hechos contundentes para que un colectivo de profesionales “quemado” por años de sobreesfuerzo para compensar la insuficiencia de recursos de crédito a la idea de que el sector en el que trabajan es una “prioridad política”. Pero una vez estos hechos están verificados, estos mismos profesionales en la inmensa mayoría de los casos corresponden con creces, es decir, se genera una dinámica de reciprocidad entre la decisión política y el compromiso de los profesionales con su tarea asistencial. Un efecto “motivación” que vino dado no sólo por el salto presupuestario sino por el hecho de que estuviese orientado a la reforma del modelo asistencial en favor del paradigma comunitario. En efecto, fue la suma de “mayor presupuesto” + “apostar por el modelo comunitario” lo único que, desde mi punto de vista, puede explicar la profundidad del impacto del aquél período en el plano subjetivo.

Durante el año 2017, vino a Catalunya el responsable de evaluación de las políticas de salud mental de la Joint Comission a explicar, públicamente, que en aquél momento consideraba las políticas de salud mental de la Generalitat como un caso de buenas prácticas y un caso de referencia a nivel internacional. Porque, de acuerdo con su patrón de evaluación, la clave para el éxito y un desarrollo óptimo de las políticas de salud mental residía en la suma de cuatro factores:

a) Compromiso presupuestario del gobierno;

b) Liderazgo político orientado a las reformas;

c) Modelo asistencial de consenso;

d) Calidad y compromiso de los profesionales.

Según su diagnóstico comparado a nivel internacional, había pocos países en el mundo, en aquél momento, en que estos cuatro factores de éxito de confirmasen de manera tan clara. Durante un tiempo, pues, Catalunya fue reconocida por la principal institución de evaluación de las políticas sanitarias a nivel mundial como un referente internacional.

6. Más allá del presupuesto

Por su propia comprensión del fenómeno de la enfermedad mental, el modelo comunitario puede cumplir sus objetivos sólo con la transformación de la red asistencial. Es fundamental pasar de los centros de internamiento de larga duración, aquellos institucionalizan a los enfermos y los aíslan de la comunidad, a los centros abiertos e integrados en el entorno social del paciente, sí. Pero ésta es sólo una parte del trabajo. Porque de poco serviría “devolver” el enfermo a la comunidad, mantenerlo integrado en su entorno, si no somos capaces de transformar la percepción que nuestras sociedades tienen de la salud mental.

El paradigma comunitario, en efecto, junto a la lucha por transformar nuestra red asistencial necesita la lucha por transformar nuestra cultura y nuestros valores. El cambio cultural, en este sentido, es tan importante como el cambio institucional. De hecho, son las dos caras de una misma moneda. Y la mejor manera de definir este cambio cultural es lo que el propio sector ha titulado como “lucha contra el estigma”. El enfermo mental es todavía hoy percibido en nuestras sociedades como alguien con quien no se puede, o no se debe o no conviene convivir. Y con esta mentalidad, será imposible desarrollar con éxito el paradigma comunitario, que necesita que el enfermo mental sea reconocido, por encima de todo, como un ciudadano.

De hecho, el modelo comunitario cree que la integración del enfermo mental en la comunidad porque ve en él, precisamente, no a un enfermo, no sólo y no sobre todo un enfermo, sino una persona, de la cual la enfermedad mental no es más que una de sus muchas circunstancias. Pero ni mucho menos aquella que la defina ni la que determina de manera más radical su identidad. Ver la persona, más allá del enfermo, es la clave de un modelo de abordaje de la enfermedad mental que “salve” a estos pacientes de su “cosificación” y de su reducción a una determinada condición biológica o genética de su cerebro.

Este cambio cultural, esta “lucha contra el estigma”, son complejos y su avance no depende en primera instancia del presupuesto. Pero esto no exime el gobierno y la administración pública de responsabilidad con esta otra dimensión del modelo. La política de salud mental, como política pública, tiene que comprometerse tanto con la reforma de la red asistencial como promover estrategias de cambio cultural y de mentalidades. Ahí también las instituciones públicas tienen un papel clave en el ámbito de la pedagogía social. Y no pienso sólo en campañas de concienciación o en el apoyo a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan, en muchos casos de manera brillante, en la “lucha contra el estigma”, que también. Pienso además en el papel de todos los departamentos (ministerios) del gobierno como impulsores de estrategias de integración y vigilancia de todas aquellas discriminaciones que, sin poder ser sancionadas por la ley, vulneran de manera sutil cada día la autoestima de miles de personas que hoy vemos como “otras” pero que en cualquier momento de nuestras vidas podríamos ser “nosotras”.

Notas:
[1] “La región sanitaria de Girona se consolida como uno de los modelos de referencia en el ámbito de la salud mental en Europa, con las tasas de reingreso más bajas y la tasa de continuidad asistencial, tras el alta hospitalaria, a través de centros comunitarios también más alta.
Estos son los primeros resultados del proyecto europeo Refinement, el primer estudio comparativo global y exhaustivo sobre como los sistemas de financiación afectan a la calidad de la atención en salud mental en el continente europeo, promovido por la Generalitat y la asociación científica PSICOST.
Refinement concluye que Cataluña, y específicamente la región sanitaria de Girona, disponen de uno de los sistemas de atención a la salud mental más eficientes de Europa y podría convertirse en un referente de comparación internacional.
Uno de los principales argumentos que sostienen los autores del informe para argumentar en favor de Girona -junto con los territorios de Hampshire (Inglaterra) y Verona (Italia), que presentan modelos parecidos- es el hecho de que presenta una tasa de reingresos del 18 %, la más baja de Europa, frente al 40 % de la media europea.”
https://ecodiario.eleconomista.es/salud/noticias/5352689/11/13/La-red-de-salud-mental-de-Girona-uno-de-los-modelos-mas-eficientes-de-Europa.html

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Francesc Maestre Lorén

    Especialista en Psicología Clínica y Psicoterapeuta. Adjunto del Servicio de Psicología Clínica de la Fundació Puigvert (Barcelona)

    La aportación al debate del Dr. Talarn titulada “Una experiencia docente”, nos acerca al impacto que se deriva de estar junto a personas que sufren psíquicamente. Nos habla de que conectar con las experiencias emocionales de los otros puede cambiarnos personal y profesionalmente. Y nos sugiere que sólo desde la posición de proximidad podemos hacer la tarea de cuidar que caracteriza nuestra profesión, en mi caso de psicólogo clínico y de la salud. Mientras leía “Una experiencia docente” recordaba dos momentos importantes en mi trayectoria profesional. La primera fue una reflexión, atribuida a Francesc Tosquelles, que escuché en una conferencia...
    - Seguir leyendo
  • Nicoletta Cappello

    Pedagoga teatral para la innovación social

    Tal y como apunta el Prof. Joseba Achotegui en este mismo debate el mayor predictor de salud física y mental es “una educación de calidad”. Si le preguntamos al diccionario qué es la calidad nos contesta que es “la capacidad de satisfacer una necesidad o de aportar valor”. El sistema escolar tradicional –que sigue actual- nos ha acompañado hasta esta época en la que la depresión viene definida como “la enfermedad de nuestro siglo”. El número de personas que la sufren a lo largo de su vida se sitúa entre el 8% y el 15%. Según la OMS, en la...
    - Seguir leyendo
  • Afirma el Dr. Achotegui que la salud mental no es compatible con sociedades estructuradas en la desigualdad radical. Y, sin embargo, vivimos en una sociedad cuyos cimientos son precisamente esa desigualdad; una sociedad que reparte unos papeles a hombres y mujeres que son desiguales, complementarios, organizadores de una convivencia injusta. También insiste acertadamente el Dr. Achotegui que la exclusión social se haya ligada a los trastornos mentales. Y las mujeres, ¿cómo ponerlo en duda?, somos las grandes excluidas sociales. En términos generales somos excluidas de todos los ámbitos relacionados con el poder. Y eso nos coloca en el ámbito de la impotencia, del no-poder, del pedir al otro, del depender del otro. Con esta exclusión del poder no nos referimos únicamente a las altas esferas empresariales e institucionales (que, por supuesto, también), sino al ámbito privado, a la intimidad de nuestras relaciones personales. Incluso las personas que reconocen sin ningún problema que viven en una sociedad desigual entre hombres y mujeres, pueden tener grandes dificultades para reconocer la desigualdad en sus propias relaciones. Esto hace que la desigualdad se mantenga invisible y que nos relacionemos como si nuestra relación fuera igualitaria, cuando no lo es. Una definición sencilla de...
    - Seguir leyendo
  • Teresa Burguete Uriol

    Médico Atención Drogodependencias en un CAS

    Disponer de momentos de reflexión y debate ya son a mi parecer una forma específica de abordar la atención en el área de la salud mental. Considero que aportan profundidad, relación y compromiso personal. Antes de plantear formas de abordar la atención de la salud mental me pregunto acerca del grado y tipo de conocimiento que tenemos los profesionales que trabajamos en y para ella del mundo de hoy, de las ideologías que imperan en nuestra sociedad, del tipo de relaciones interpersonales y modelos de atención que fomentan, de los grupos vulnerables que existen hoy en nuestra sociedad, de las...
    - Seguir leyendo
  • Javier Ramos García

    Psicólogo Clínico de la Unidad de Psicoterapia del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid

    Hace ya más de 125 años Freud regresaba de París a Viena para fundar allí un modo de aproximación terapéutica que se constituye en el primer referente de lo que podemos considerar la psicoterapia moderna. Su giro fue impactante porque hace posible pasar de la “clínica de la mirada” (centrada en el síntoma, con una pretensión de radical objetividad) a una “clínica de la escucha” en la que se convertía en crucial el atender a la subjetividad de los pacientes. El punto central radica en que Freud permitió que sus pacientes, verdaderas creadoras de la “cura por la palabra”,...
    - Seguir leyendo
  • José A. Castillo-Garayoa

    Profesor de la Facultat de Psicologia Blanquerna (URL)

    Subrayaré a continuación algunos de los aspectos que el Prof. Achotegui recoge en su inventario sobre las dificultades actuales en la atención a la salud mental. Es flagrante la falta de recursos. Una psicóloga clínica que trabaja en un centro de salud mental infanto-juvenil atiende a una adolescente “cuando puedo, hay días que me quedo sin comer”. Es una psicóloga joven, capaz y entusiasta, pero ¿es justo para profesionales y pacientes que un trabajo tan complejo y delicado se realice en esas condiciones? La precariedad con la que se trabaja, las visitas de periodicidad bimensual, hacen muy difícil generar un...
    - Seguir leyendo
  • Kholoud Rouaz

    Estudiante de psicología Cuarto Curso, Universidad de Barcelona

    Desde mi yo y situándome en la subjetividad de una persona que padece en exceso mental y emocionalmente y llega a desarrollar por ello trastorno de esquizofrenia, porque quizá es lo único que le queda para sobrevivir a tantas adversidades provocadas por miembros de una sociedad que se cuelga la medalla de ser una sociedad avanzada y moderna; pienso ¿qué mejor experto en el trastorno que la propia persona que lo sufre? ¿Necesita ésta persona pasar por un proceso para que los profesionales de salud mental le adjudiquen la etiqueta de paciente experto con la que después harán un...
    - Seguir leyendo
  • Toni Comi

    Eurodiputado, fue Consejero de salud de la Generalitat de Catalunya (2016-17)

    1. Un dato alarmante: una salud mental peor y más desigual El impacto de la crisis económica que se desencadenó a partir de 2007 sobre la salud de los ciudadanos es indiscutible. En el caso de Catalunya, el sistema sanitario resistió bien el embate, gracias a un sobreesfuerzo nunca suficientemente reconocido de los profesionales sanitarios. Pero más allá de la fortaleza de nuestra red asistencial –fortaleza doblemente admirable, porque el sistema sanitario catalán tiene que lidiar con una situación de infrafinanciación crónica- en un momento de crisis se confirma como nunca todo lo que ya sabemos sobre los condicionantes sociales...
    - Seguir leyendo
  • Adolfo Jarne Esparcia

    Psicólogo Clínico. Profesor de Psicopatología de la UB

    Hola a todos, me llamo Adolfo Jarne y soy psicólogo clínico y compañero de trabajo de algunas personas de este foro, que me han invitado amablemente a participar. He leído las contribuciones de los demás y me parece que hay algo en común en todo ellas; por descontado son críticas con el sistema actual de ordenación de la atención a la salud mental y tienden a defender la diversidad por encima de todo. No creo que nadie pueda estar en contra de estas dos ideas; ya que una defiende intrínsecamente que no hay ningún proceso totalmente acabado y por...
    - Seguir leyendo
  • Diego Figuera Alvarez

    Psiquiatra. Psicoterapeuta. Director del Hospital de Día Ponzano. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. Diputado de Más Madrid Asamblea de Madrid.

    Llevo toda mi vida profesional como psiquiatra intentando enterarme de qué va esto de la salud mental, cómo estudiarla, dónde están sus límites, o cómo saber tratarla. En más de treinta años de aprendizaje todavía no sé con suficiente certeza donde debo estar, cuáles son los paradigmas científicos que debo seguir para tener argumentos suficientemente sólidos y por lo menos no dañar a los que se acercan a pedirme consejo, ayuda y sobre todo tratamiento. Mis dificultades ya empezaron cuando tuve que elegir el lugar en el que estudiar la especialidad de psiquiatría. Para ello, estuve meses preguntando a...
    - Seguir leyendo
  • Jordi Obiols Llandrich

    Psiquiatra. Catedrático de Psicopatología-UAB

    En los convulsos años sesenta del siglo pasado hubo un movimiento llamado "Antipsiquiatría", liderado por psiquiatras radicales como Cooper, Laing, Szasz o Basaglia, que clamó contra el modelo médico de la psiquiatría, sus instituciones, y que llegaba a negar la existencia de la propia enfermedad mental (empezando por la esquizofrenia). Aquello pasó a mejor vida, o sea, desapareció, entre otros motivos, por el imparable auge del modelo científico de la psiquiatría y de los éxitos terapéuticos incontestables de la psiquiatría. Por algún motivo que habrá que analizar más hondamente en otro momento y lugar, parece que asistimos a una...
    - Seguir leyendo
  • Karina Escamilla

    Coordinadora de Asuntos de Salud en el Consulado General de México en Nueva York

    En el plano internacional, se proclamó por primera vez en la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 1946, en cuyo preámbulo se define la salud como "un estado de completo bienestar físico, mental y social", y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades. También se afirma que "el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social"(1). Son los gobiernos quienes tienen que procurar ese derecho a las personas, siendo fundamental...
    - Seguir leyendo
  • Carolina Zanolla Balbuena

    Psicóloga y Psicoterapeuta especialista en intervención social y ayuda humanitaria

    El fenómeno migratorio es tan antiguo como la humanidad. Nos movemos en busca de alternativas climáticas, trabajos, amores, en definitiva, de mejores realidades. “…Migrar es ir de un lado para otro. Migran las plantas, migran los animales y migran las personas...que venden sus cosas y dejan su tierra y su familia para desplazarse lejos, muy lejos y defender una discreta opción a la mejoría personal...” (Pere Borrell Salvador). Este fenómeno nos toca tan de cerca, que hoy, quien más quien menos, tiene una opinión formada, respecto de las personas que vienen “de fuera”. Es notoria la mayoría que sigue eligiendo...
    - Seguir leyendo
  • Silvio Sember

    Psicólogo Clínico

    Como profesional de la Salud Mental me alegro que se abra este debate, tan necesario. A la evidente bajísima oferta de salud mental en el sector de la salud pública, se añade la paulatina desaparición de profesionales que trabajen desde la perspectiva dinámica, en aplicación de las teorías neoliberales de la resolución rápida y barata de las demandas. La principal demanda tácita, la de la escucha comprensiva y la empatía, quedan así totalmente desatendidas, abocando a los demandantes a la supresión de los síntomas. Los descubrimientos de la etiología de los síntomas, que ya tiene bastante más de un siglo de trabajo...
    - Seguir leyendo
  • Julia Moreno Sánchez

    Trabajadora social de Médicos del Mundo Aragón

    Yo soy una firme convencida de que la diversidad es riqueza, pero la realidad nos dice lo contrario. A día de hoy la sociedad en general ve la diversidad como una carga y el resultado es la exclusión. Las personas con problemas de salud mental forman parte de la diversidad de nuestra sociedad, y a día de hoy, sufren la exclusión. Nuestra sociedad aísla y excluye a la persona diferente. Lo que la hace diferente pueden ser muchas cosas: tener diferentes capacidades, tener otro color de piel, tener una enfermedad mental, amar a una persona de su mismo sexo, o...
    - Seguir leyendo
  • Javier Peteiro Cartelle

    Doctor en Medicina. Jefe de Sección de Bioquímica. A Coruña.

    Precisamente hoy, que inicio este texto como modesta participación, me han comunicado el suicidio de un compañero del que hacía ya años que no sabía nada. De aquí surge mi reflexión emocionada. Además del estupor y tristeza que eso me causó, inmediatamente me afectó algo más íntimo; podría pasarme a mí o a un familiar. En el segundo caso, creo que no me lo perdonaría, aunque yo fuera absolutamente inocente. Claro que, ¿quién es inocente del mal en el mundo? Pero, aunque no se me haya pasado nunca por la cabeza, creo que ni yo ni nadie está absolutamente...
    - Seguir leyendo
  • Daniel Cruz Martinez

    Psicólogo clínico, psicoterapeuta. Responsable de Formación y Docencia de Salud Mental Comunitaria del Hospital Sant Joan de Déu. Profesor médico asociado de la Universidad de Barcelona.

    La ponencia de Joseba Achotegui y las diversas intervenciones plantean temas fundamentales sobre el porvenir de la Salud Mental. Me gustaría plantear aquí algunas reflexiones a partir del trabajo con adolescentes. Constatamos desde hace un tiempo el auge de los trastornos graves de conducta en adolescentes, con las dificultades que presenta su manejo en el ámbito familiar, escolar y asistencial. Muchos de estos casos han vivido diferentes tipos de adversidades en sus infancias o en su vida diaria actual, y manifiestan un funcionamiento mental precario, con dificultades para reconocer su problemática y aceptar ayuda. Para ellos nuestra oferta asistencial...
    - Seguir leyendo
  • O diferentes o nada

    18/02/2020

    Joan Creixell Sureda

    Psiquiatra, psicoterapeuta

    Los embriones humanos son todos femeninos hasta que unos cambios hormonales provocan que algunos seamos varones. Sin estos cambios ni usted ni yo ni nadie estaríamos aquí. En este sentido o somos diferentes o no somos. Si la salud es la ausencia de enfermedad estamos todos enfermos. Todos tenemos una enfermedad, seguramente más de una, activa o latente. Pero las personas somos algo más que las enfermedades que soportamos o soportaremos. La película Joker de Tood Phillips, con todas las obras de arte impacta por muchos motivos, personales, políticos y sociales. En este debate sobre diferencia y patología conviene recordar que somos enfermos,...
    - Seguir leyendo
  • Arte y psicología

    17/02/2020

    Jolanda F. Ruiz

    Psicóloga. Fundadora de la Asociación Insolitart. Art for all mental conditions

    Yo venía del arte. De ese territorio fronterizo entre la genialidad y la locura, ese espacio en el que el sufrimiento psicológico, emocional, puede convertirse en el lugar en el que "los cuerdos" se refugian cuando la vida se vuelve insoportable. Yo venía del arte y no os comprendía. Tan solo deseaba entenderos en grupo, como bloque, como movimientos, como corrientes, para después aproximarme a cada uno de vosotros, acercarme tanto como para fundirme en vuestra individualidad y volverla aprehensible, y traducirla a mi propio lenguaje. Sin embargo, soy consciente que en cada viaje que inicio cuando soy invitada a...
    - Seguir leyendo
  • Rosa Royo Esqués

    Psicóloga clínica. Psicoanalista. Supervisora servicios salud mental. Docente URL

    En primer lugar agradezco a los promotores de ese foro la posibilidad que nos han abierto para conversar y compartir ideas sobre nuestra profesión y la sociedad en la que la practicamos. Solo algunas ideas para contribuir a este debate abierto: En defensa del derecho a la salud mental. Uno de los problemas iniciales que nos encontramos es la propia idea de salud mental. La supuesta salud mental en nuestra sociedad neoliberalista, es en gran parte patológica. Imagina personas autosuficientes, individualistas, que no se deben a nadie, súper seguros de sí mismos. Por descontado que animados, activos y rehaciéndose pronto...
    - Seguir leyendo
  • Rosa García Toldra

    Activista por experiencia propia en salud mental

    Querido Joseba Achotegui, ¿te has dado cuenta de que tu artículo está compuesto por un listado de violencias sociales?, en tu artículo pides empatía, respeto a los diferentes colectivos sociales, de forma velada nos pides que opinemos con un poco de conocimiento, sentido común, sin caer en estereotipos insultantes, y un largo etc… Tengo la sensación de que en tu artículo está descrito todo aquello que nos FALTA para para llegar a ser una sociedad realmente inclusiva, y por ende, una sociedad en que la diferencia se considere un valor en sí misma. Hay realidades a nuestro alrededor que no queremos...
    - Seguir leyendo
  • Clara Blasco Querol

    Persona que ha pasado un trastorno mental

    No soy ninguna experta en la salud mental, ni tengo estudios en ello como la mayoría de la gente que participa en este debate, lo que sí he tenido y tengo es un trastorno mental y conozco todo este mundo de muy cerca. No tengo algo concreto a preguntar, me gustaría aportar lo siguiente, ya que pienso que son cosas que no se suelen tener en cuenta o saber si no se viven. Para poneros en situación: vivo en España, tengo 19 años y tengo una depresión con ansiedad aproximadamente desde que tenía 14 años, lo cual se fue...
    - Seguir leyendo
  • Iñaki Markez

    Médico psiquiatra. Zubiok, Instituto Vasco de Psicoterapia. Bilbao

    En el último medio siglo se ha construido y afianzado la dicotomía normal-patológico, la diferencia, con diferentes teorías explicativas de distintos procesos de enfermedad: el delirio, la histeria, la neurosis, la psicosis, la esquizofrenia... Todo aquello que no pudiera estar en un contexto entendido como normal quedaba excluido y señalado como patológico. Nos hemos ido encontrando con no pocos posicionamientos y actuaciones autoritarias en la práctica clínica y en las teorías psiquiátricas y psicológicas, pero también encontraremos discursos emancipatorios, de protesta, con prácticas reflexivas que permiten introducir pistas para pensar y actuar de modo diferente ante la enfermedad mental...
    - Seguir leyendo
  • Susana Hontangas

    Psicóloga clínica y psicoteraterapeuta

    La sociedad es cada vez más individualista. Priman los tratamientos rápidos e individualizados, reducidos en muchas ocasiones a fármacos (lo físico frente a lo psíquico y social), como forma de trabajo establecida, por falta de personal para abarcar las otras áreas de intervención etc. Tratamientos que solamente trabajan el síntoma externo y en gran medida hace que las personas dependan de la farmacología. En estos últimos años, los tratamientos y programas psicológicos han sufrido muchos recortes a la vez que la calidad ha empeorado en gran medida, tanto en Sanidad como en Servicios Sociales. Han salido a concurso, para no...
    - Seguir leyendo
  • Maria Bilbao

    Psicóloga y feminista. Mariabilbaopsicologia.com

    Hace unos meses leí en la revista del Colegio de Psicología un articulo sobre un manifiesto elaborado por un grupo de médicos en Canadá [1] que alertaban del sobrediagnóstico en Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en niños y niñas en este país norteamericano. El contenido de este artículo bien podía hablar de nuestro país, porque venía a decir que la incidencia de diagnóstico de este trastorno había crecido exponencialmente en los últimos años y que su tratamiento farmacológico también. El TDAH, como todo el mundo sabe, se medica con metilfenidato que es una anfetamina que, según los...
    - Seguir leyendo
  • Teotiste Pérez Sanz

    Psicóloga Clínica. Funcionaria de Carrera

    No hay duda que, mientras las teorías que investigan el comportamiento y sus resultados, siguen cuestionando y desmontando que la enfermedad mental, este ahí situada dentro de “ese espacio”, la mente, y, que algo en ella no funciona “como debería”, la mayor parte de la formación y práctica clínica sigue reforzando estos planteamientos por múltiples razones, funciones, e intereses, algunos económicos, llamemos a las cosas por su nombre. Y hay que ser muy valientes, políticamente hablando, para empezar a poner el cascabel al gato, y potenciar estas investigaciones que, con todas las dudas e interrogantes que existen, y no...
    - Seguir leyendo
  • Maribel Rodríguez Fernández

    Médico Psiquiatra y Psicoterapeuta

    En España se suicidan una media de 10 personas cada día; cada una de ellas tiene una historia que le habrá llevado al suicidio. Es altamente probable, que la mayoría de quienes se han suicidado tuvieran algún problema de salud mental, o que se enfrentaran a una situación de intenso sufrimiento de la que no supieran como salir. Resulta sorprendente lo poco que se habla de ello. Parecen ser más importantes los pacientes que mueren por enfermedades físicas, pues este no es un tema tabú. Simultáneamente, nos encontramos con que los recursos disponibles para la atención en salud mental son...
    - Seguir leyendo
  • Regina Bayo-Borrás

    Psicóloga Clínica. Psicoanalista - Presidenta Comisión de Psicoanálisis (Colegio Oficial de Psicología de Cataluña ) – Plan de Salud Mental ( Ayuntamiento de Barcelona)

    Ustedes pensarán, ¿primero las mujeres y los niños? ¿Acaso no necesitan también una buena atención en S.M. varones de todas las edades? Pues desde luego, quién lo puede negar. Hemos de defender por todos los medios que hombres, mujeres, niños, jóvenes y mayores, reciban la atención que precisen cuando así lo necesitan, no sólo al estallar la crisis que descompensa su frágil equilibrio interno. Sin embargo, es preciso distinguir lo que es necesario de lo que es prioritario. Como los recursos en Salud Mental siempre han sido escasos e insuficientes para asumir las necesidades de la población en su...
    - Seguir leyendo
  • Antonio Talarn Caparros

    Profesor titular de la Facultad de Psicologia de la Univ. de Barcelona. Psicoterapeuta.

    Me gustaría empezar a participar en este foro comentando una experiencia que pudimos vivir, hace poco, en las clases de Psicopatología de la facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona. Como profesor de esta asignatura al inicio de cada curso sondeo cuales son las ideas que mis alumn@s tienen sobre los trastornos mentales. Normalmente son ideas basadas en la genética, la herencia, la actividad cerebral y la dinámica de los neurotransmisores.. (y eso que estamos en una facultad de psicología..!!). Estas ideas las obtienen de otros profesores y de los medios de comunicación. Mi tarea principal no es...
    - Seguir leyendo
  • Estudiar y ejercer la psicología en Chile nos cambió la mirada de forma muy positiva y crítica respecto de nuestra profesión, sin nosotras esperarlo. Con veintipocos años y muchas ilusiones, partimos saliendo aún como estudiantes, con la cabeza y el corazón llenos de preguntas que nunca nos pudieron responder en la Universidad. En nuestra escuela, así como en la mayor parte de las universidades públicas españolas, la visión que se tiene de la persona y de la psicología es tremendamente obsoleta; partiendo desde paradigmas aparentemente cientificistas, se transmiten conocimientos sobre el ser humano desde un modelo de enseñanza profundamente acrítico y centrado en la réplica y no en el cuestionamiento. Todo ello, sumado a una enseñanza compartimentada y rígida acerca del funcionamiento humano, basada en procesos cognitivos, perceptivos y de procesamiento de la información, da lugar a una visión del ser humano profundamente mecánica y fragmentada que se acompaña, además, de una gran dificultad para establecer la permeabilidad y el diálogo entre diferentes corrientes clínicas, simplemente porque no están avaladas por los criterios que marcan las instituciones que acuartelan el ejercicio de la profesión en España. En los cuatro años de carrera que estudiamos, nunca pensamos sobre qué es la...
    - Seguir leyendo
  • Ricardo Daniel Ortega Gallardo

    Usuario en el ámbito de la salud mental

    Como persona que ha vivido en primera persona un gran sufrimiento psíquico, no he dejado de preguntarme por las causas de este sufrimiento y, aunque no descarto un componente genético en todo esto, tengo claro que lo que desencadenó en mí lo que he conocido como "enfermedad mental" fueron causas sociales, que sobre todo apuntan a la falta de recursos económicos y a la soledad e incomprensión que he sentido con respecto a mi entorno cercano, además de que, quizás, ciertos hábitos (por otro lado habituales en mucha gente) y ciertas sustancias pudieron agudizar sus efectos... Pero que me llama...
    - Seguir leyendo
  • Laura Peláez Upegui

    Psicóloga, docente universitaria.

    Las personas enfermas siempre tienen aspectos sanos. Así como las causas de enfermedad están en el lugar social del paciente, allí están también las probables soluciones. Al leer el planteamiento del Doctor Achotegui es inevitable preguntarse por la salud mental, un término que genera debate y dificultades en su conceptualización, actualmente se le considera un derecho fundamental y como todo derecho implica un camino lleno de vulneraciones y utopías. En la psiquiatría la salud mental “es el estado de equilibrio y adaptación activa y suficiente que permite al individuo interactuar con su medio, de manera creativa, propiciando su crecimiento y...
    - Seguir leyendo
  • Manuel Desviat

    Psiquiatra. Director de Atopos, salud mental, comunidad y cultura.

    Las políticas de salud son en la actualidad uno de los grandes debates, tanto teórico-técnico como político y económico; un debate a nivel internacional que enfrenta dos formas de entender la sociedad y de pensar la salud. Hay dos formas de entender la salud y sus modelos de atención, dos formas de pensarla como sanitarios y como ciudadanos: como una responsabilidad individual o como un asunto social, colectivo. Dos formas que corresponden a dos modelos asistenciales y a dos modelos de Estado. Dos formas que atraviesan toda la historia de la sanidad y la salud pública y que en...
    - Seguir leyendo
  • Consuelo Escudero

    Psicóloga Clínica

    Para empezar a hablar de la salud mental es preciso situar el contexto social, político y económico en el que nos encontramos. En este sistema neoliberal que prima sobre todo los beneficios económicos de grandes grupos y empresas multinacionales, la competitividad y la producción, siguiendo las directrices del banco mundial y el banco central europeo; la protección de la salud deja de ser un derecho para convertirse en una mercancía sujeta a las leyes, coste-beneficio, del libre mercado. El mayor beneficio con el menor coste, cabe preguntarse cuando hablamos de salud cual es el beneficio que se obtiene desde...
    - Seguir leyendo
  • J. Guillermo Fouce Fernandez

    Coordinador Psicologia sin Fronteras

    Desde tiempos atrás, quizá con Foucault como uno de los autores que más brillantemente lo analizó, sabemos que la salud mental es, o puede ser, un instrumento de control social, y que puede servir como instrumento también de represión y estigmatización recluyendo a los disidentes o a los diferentes en espacios de sanción social que persigan la diferencia. Desde hace tiempo, cuando se plantea la ruptura del modelo de reclusión en centros psiquiátricos y se plantean alternativas, en lo que denominamos la revolución psiquiátrica, se saca a los pacientes de estos centros, el problema es que en muchas oportunidades al...
    - Seguir leyendo

¿Quiéres participar en este debate?

Ve al apartado 'Cómo participar' y revisa los pasos necesarios para poder intervenir en los debates abiertos.