La educación pública española libra en nuestros días una batalla contra quienes se han propuesto acabar con ella para mayor beneficio del capitalismo. Lo que debería ser un derecho garantizado universalmente, una educación pública de calidad e inclusiva, lo es sólo en el papel, porque el sistema no permite, deliberadamente, que se den las condiciones que lo aseguren.

De una educación reservada a una minoría privilegiada, donde el nivel de estudios completado se relacionaba de forma directa con la cualificación del trabajo que se desempeñaba y con el consiguiente nivel de vida, se ha pasado en varias décadas a una escolarización prácticamente universal donde es la propia escuela la que efectúa el trabajo de cribado y ordenación social en clases, determinando el futuro de los estudiantes desde las edades más tempranas.

Se constata una mercantilización de la enseñanza por dos vías, principalmente, la imitación de las prácticas empresariales en la gestión de los centros y la introducción descarada de las empresas en todos los niveles educativos, abarcando desde los servicios no educativos (comedores, extraescolares, etc.) hasta, en los peores casos, la entrada de empresas en el diseño del currículo, pasando por los exámenes externos y por la golosina que supone para las grandes tecnológicas la introducción masiva de tecnologías digitales, entre otros ejemplos.

Toda esta degradación de la calidad de un servicio público como es la educación no sería posible sin una serie de herramientas facilitadoras, la primera de ellas el mantenimiento en el tiempo de un modelo que nació como solución coyuntural, la doble red de centros financiados con fondos públicos. La creciente creación de centros concertados, la mayoría en manos de la Iglesia católica, a los que se regala suelo público, a los que se permite el cobro de ciertos servicios y la selección encubierta de alumnado contribuye claramente al abandono de los centros públicos y a su creciente degradación.

A la hora de segregar alumnado, no menos importante está siendo en los últimos veinte años la creación de programas mal llamados bilingües, que están potenciando el efecto clasificador de la propia escuela al impedir el progreso de los alumnos con situaciones de vulnerabilidad, ya sea social, económica o de otro tipo.

El aparato de la propaganda, al servicio del capital, contribuye igualmente con su lógica comercial basada en el lucro, vendiendo a las familias, ahora clientes, los beneficios de diferentes programas, tecnologías, “valores y misiones” como imprescindibles para la educación de sus hijos y, lo que es más importante, su progreso en una sociedad profundamente individualista.

Los discursos populistas que repiten el mantra de la libertad de elección de centro calan en la masa social que muchas veces no es consciente de las jugadas, nada inocentes, que los encaminan a pagar por servicios que deberían estar garantizados. A modo de ejemplo, se incumplen las promesas de construcción de centros públicos en barrios y pueblos mientras se multiplican los centros concertados, se reduce la oferta de plazas en las universidades públicas, se disparan los precios de los créditos de máster, un nivel académico ya casi “obligatorio” para la inserción en un puesto laboral no precario, sin ser garantía de ello.

Es imprescindible alzar la voz contra lo que es claramente una mercantilización de la educación, una conversión de un derecho en un objeto de consumo, abogando por una educación pública de calidad, que contribuya a una educación integral y humanista de las personas, otorgándoles los medios para comprender el mundo que les rodea y los valores que les impulsen a mejorarlo.

La ciudad habitada. Tres miniaturas del Madrid isabelino (José Sierra Álvarez)

Estamos ante una rigurosa descripción de Madrid en la que se iluminan fragmentos esenciales de la ciudad en el primer tramo del reinado de Isabel II, un tiempo en el que, nos dice el autor, “para emplear la fórmula gramsciana, algo no termina de morir y otra cosa, lo nuevo, no acaba de nacer, un tiempo de aceleración, un tiempo vivace”. La ciudad que aquí vuelve a vivir es “la ciudad habitada”, el espacio donde se agitan hombres y mujeres concretos, muchos de ellos perdidos para la Historia, pero ganados para esta historia que rescata la verdad, pequeña y esencial, de unas vidas que fueron el latido de una ciudad edificada con sus sueños y esperanzas, tejida con la urdimbre de sus luchas.

Un memorable “Elogio de la miniatura” es prólogo y declaración de intenciones. Una cita de Walter Benjamin abre el libro: “Descubrimos entonces, en el análisis del pequeño momento singular, el cristal del acontecer total”. La miniatura encierra un mundo, imagen frágil que nos proyecta el pasado; es veraz como lo son las vidas pequeñas y nunca narradas que aquí encuentran una voz que, al nombrarlas, convocan algo de su presencia real. José Sierra Álvarez nos dice: “¿no cabe preguntarse si acaso no anidará en ella una posibilidad específica de narración histórica?” Y de esto se trata. El autor, en este libro en el que recurre con profusión a crónicas e imágenes de los periódicos y revistas del Madrid de la época, se nos presenta, además de como coleccionista, como un cronista. Tan cerca del que imaginara Walter Benjamin en sus Tesis de Filosofía de la Historia: “El cronista que narra los acontecimientos sin distinguir entre los grandes y los pequeños, da cuenta de una verdad: que nada de lo que una vez haya acontecido ha de darse por perdido para la historia”. Coleccionista (juntando fragmentos, teselas, miniaturas, documentos arrancados de manos del azar) cronista (narrador de lo pequeño, lo perdido en los márgenes de la historia): es decir historiador.

Las fuentes, imanes de sociabilidad plebeya (años 40 del siglo XIX).

Tres son las miniaturas que iluminan el Madrid isabelino. En la primera de ellas asistimos a la construcción de las casas del Maragato, junto a la Casa de Correos en la puerta del Sol, número 1 de la calle Mayor. Se nos dice: “quizás la historia de una manzana, de una casa (y tal vez de una escalera) permita iluminar de otro modo una sociedad y sus cambios.” Se dibuja así el ascenso de una clase social y las transformaciones que va imponiendo en el tejido urbano, a través de una de las figuras que más excitaron la imaginación del Madrid isabelino; Santiago Cordero, conocido como el Maragato.

La segunda miniatura se centra en los pasajes comerciales madrileños entre 1839, fecha en la que se construye el primero de ellos a 1848 en que cierra el único que por entonces sobrevivía. La crisis de 1847-48 arrasó con las estrategias especulativas que estaban en su origen y nuevas formas de organización del espacio comercial más próximas al gran bazar dieron al traste con una experiencia que estaba muy lejos de la demanda de productos de lujo que podía permitirse la exigua burguesía madrileña.

La calle plebeya: siete iluminaciones

La tercera y última miniatura es la que ocupa un mayor espacio en el conjunto del libro y, también, la más arriesgada. Se trata de “Siete iluminaciones sobre la calle plebeya de los años 40”. La calle como el espacio por excelencia donde se despliega la vida popular, su importancia estratégica en la formación de la experiencia de las clases trabajadoras, de ahí, señala José Sierra Álvarez, la necesidad de estudiarla, “de arrastrarla hacia el discurso historiográfico”. Hacerla un objeto de estudio específico que estaría, nos dice el autor, a caballo entre la Historia social y la Geografía histórica. Ante nosotros aparece el pueblo bajo de Madrid, “la plebe asquerosa” por utilizar la terminología de un cronista de la época. Lo que José Sierra Álvarez define como “una cultura de la pobreza y la supervivencia, defensiva, apoyada en vínculos de solidaridad, de cooperación e incluso de ayuda mutua” que tiene el barrio, la “aldea imaginaria” tan real como lo eran los barrios populares de Madrid, como el espacio generador de identidad colectiva. Lo que ahora se levanta ante nosotros son estas vidas sepultadas por el progreso, los desparecidos de la historia; apenas mención jocosa o tópicamente costumbrista en los gacetilleros de la época, en la sección de sucesos de los periódicos o en su presencia en las causas judiciales… fuentes que se manejan aquí con toda cautela por sus evidentes prejuicios de clase, pero también con la fina sensibilidad de quien rastrea y descubre las voces y las caras que allí palpitan.

Ganar para la historia estas vidas es el propósito que anima esta sección del libro. Lo que se nos enuncia así: “Estas gentes atropelladas por el incipiente desarrollo capitalista, zarandeadas por el flujo constante de la inmigración, recelosas de la sociedad y de la cultura burguesas en vías de instauración, estas gentes que aspiraban a vivir mientras sobrevivían, estas gentes son ahora nuestra gente.” Surgen así siete iluminaciones, fragmentarias, incompletas, que se nos muestran como una ventana, una visión fugaz de un mundo cuya restitución completa se nos escapa. O, como prefiere el autor, un friso arruinado donde faltan paneles y teselas esenciales, pero que, al menos, son una “quieta y profana iluminación.”

Interior del pasaje de Matheu en 1842-1843.

Las siete iluminaciones que nos propone el autor son las siguientes: algunos elementos de la política callejera del pueblo bajo, el trabajo en la calle, el espesor social y cultural de las fuentes, las músicas y ruidos de la calle, la ciudad nocturna, la experiencia y aprendizaje de los niños plebeyos en la calle: los ragazzi di vita del Madrid isabelino. Y, para terminar, la estratégica pelea cultural y política por la demarcación entre los espacios públicos y privados, por el control de la calle.

Clases sociales y espacio urbano

La última de estas “iluminaciones” viene a ser la formulación de una hipótesis que articula y da sentido al conjunto del libro. Aguadores, ciegos, músicos, prostitutas, niños… son estorbos que impiden la fluidez funcional del tráfico. Estamos, señala el autor, “ante una auténtica obsesión estratégica: la de la fluencia (…) la muy vieja (y siempre renovada) metáfora organicista de la ciudad, según la cual la calle habría de ser (solo) el sistema circulatorio que pusiese en relación funcional los espacios de la producción con los de la reproducción”. La plebe ocupaba la calle y, o por razones de orden público o de la fluidez funcional del tráfico, ha de ser desalojada.

En el Madrid de 1848, en el que circulaban 1.232 carruajes los accidentes son el pan de cada día y la mayoría de las víctimas son, claro está, las clases populares, ciegos, mendigos y los vulnerables reyes de la calle: los niños. Y, como una salmodia, como un necesario rescate, el autor enumera una larga -y, por supuesto, muy incompleta- lista de niños muertos y heridos, atropellados en las calles. El emergente orden burgués en lucha contra el viejo orden urbano, percibido como desorden y caos que se expresaba, sobre todo, en los usos plebeyos de la calle. Y el autor señala, la intuición que articula todo este ensayo: “Se trataba de desplazar la raya de lo público y lo privado (…) de extender al conjunto social la propia espacialidad burguesa”.

Nodrizas norteñas en la plazuela de Santa Cruz en 1846.

Tras estas tres miniaturas que componen el libro, aún se nos ofrece un epílogo en el que encontramos tres “Notas al margen”. “Qué cosa es la plebe asquerosa” sobre el concepto de lumpenproletariado, su formulación en Marx y Engels y su reformulación como categoría social en el siglo XX. “Fisiologías sociales” sobre los estereotipos fisiognómicos y su función de control social. “Niño delincuente, niño proletario” sobre la construcción discursiva de la infancia.

No es posible terminar esta reseña sin señalar dos características esenciales de este trabajo. La presencia constante de ilustraciones que, junto a la amplia documentación de textos, extraídos ambos de publicaciones de la época, son la base documental sobre la que se asienta la reflexión del autor; una documentación gráfica exhaustiva que los textos ilustran o con la que dialogan. Iluminaciones tanto en el sentido de estampas, miniaturas, imágenes, como en el benjaminiano de recuperación de fragmentos de vida, instantes luminosos, aunque efímeros, de toda una época; en ese sentido este ensayo, salvando las distancias, guarda, no sólo una filiación y una declarada deuda teórica con Walter Benjamin sino también una semejanza formal con el Libro de los pasajes.

La otra consideración hace referencia al estilo del autor. Escrito en un admirable castellano, en él encontramos humor, ironía y una extrema sensibilidad hacia el dolor o la injusticia; lo cual no suele ser frecuente en muchos trabajos académicos. En los “Agradecimientos” que se incluyen al final de la obra, José Sierra Álvarez nos dice: “El autor ha tratado de controlar su compasión, su enfado y su, a veces, indignación por la cotidiana y reiterada crueldad de clase que se destila de la documentación que ha manejado. Ha intentado modularla mediante el humor, esa forma de la distancia, pero no ha sabido ni querido eliminarla del todo. ¿Es que la diatriba de parte, se pregunta quien escribe, está reñida con la objetividad?; ¿y la parcialidad con el realismo? Filos de navaja”.

Bandas juveniles; aquí, «los de Maravillas» marcando su territorio en 1858.

En el filo de la navaja se mueve el autor. Fijemos nuestra atención en la descripción de una viñeta, en la que se muestra una reyerta de mujeres, con la que se cierra el ensayo. En esta blow-up, esta ampliación de lo que sin sus palabras sería un borroso negativo, apreciamos una mirada de un exacto realismo, sin duda parcial, y una prosa tan precisa como compasiva. “No hay estatuas que miren al cielo de Madrid; de hecho, en ligerísimo picado, no hay apenas cielo: solo la muestra de un zapatero observa la escena, colgada de un alambre atado a un madero. Pero no: un perro ladra, mira un niño, descalzo y con el pantalón precariamente sostenido por un solo tirante; tiene un pie adelantado y quizá duda si intervenir con sus brazos pequeños: aprende. Nosotros también miramos, mientras la pantalla va lentamente a negro”. Nosotros, como el niño de la viñeta, también aprendemos; miramos para aprender. La pantalla va a negro. Las imágenes, las instantáneas, las iluminaciones, los fogonazos de vida, desaparecen; el zootropo ha dejado de girar o la película, ya terminada, da vueltas en la bobina. Pero estas miniaturas han iluminado el pasado de una ciudad, las huellas de unas vidas que han sido rescatadas para la historia en esta crónica apasionada y lúcida que nos ofrece José Sierra Álvarez. Leemos y miramos. Para aprender.

Notas:

*Este artículo ha sido realizado por Antonio Crespo Massieu para Espacio Público. Una aproximación más amplia se puede consultar en Viento Sur, 7 de junio de 2022.

La ciudad habitada. Tres miniaturas del Madrid isabelino José Sierra Álvarez. 
Fundación Instituto de Historia Social, Valencia 2021.

Espacio Público reunió el jueves 31 de marzo en la sala Ecooo a líderes de los partidos madrileños Más Madrid, PSOE, Unidas Podemos, Izquierda Unida y Anticapitalistas en el debate Cómo ganar Madrid: la izquierda ante el espejo. Fue un encuentro para fomentar el diálogo en torno a la situación de la izquierda y preguntarse cómo desarrollar estrategias para recuperar el poder para las fuerzas progresistas en el Ayuntamiento y la Comunidad. Participaron Manuela Bergerot (Más Madrid), Pilar Sánchez Acera (PSOE Madrid), Jesús Santos (Podemos Madrid), Álvaro Aguilera (IU Madrid) y Lorena Cabrerizo (Anticapitalistas Madrid) y fue moderado por Ana Pardo de Vera, Directora Corporativa y de Relaciones Institucionales de Público. Se centró en los elementos clave para entender fenómenos como como la deriva hacia la ultraderecha, el caso Isabel Díaz Ayuso, la influencia de Vox en los gobiernos del PP, la tolerancia institucional hacia la corrupción, la privatización de lo público, la hostilidad hacia el feminismo de fuerzas que apoyan al gobierno regional, la aporofobia, la xenofobia, o el crecimiento de la propaganda reaccionaria.

Un mínimo vital

El 8 de mayo de 1561 Felipe II instaló su Corte en Madrid, mayo tenía que ser… A partir de ese momento se inició una búsqueda constante de reservas de agua potable en la incipiente ciudad que, con el crecimiento constante de su población, ya no podía abastecerse con la mera excavación de pozos ni con la explotación de manantiales cercanos. Se creó entonces la Junta de Fuentes con el propósito de utilizar las galerías subterráneas de origen árabe y conducir el agua de los acuíferos a las fuentes públicas de la ciudad. Estas conducciones subterráneas recibieron el nombre de “viajes de agua”, y “aguadores” a quienes distribuían el agua a las casas. Madrid llegó a tener 77 fuentes públicas con 128 caños y 950 aguadores que repartían en cubas el agua equivalente a 2150 m³ diarios. Y así hasta mediados del XVIII en que el agua del subsuelo se agotó…

Los proyectos provisionales que se plantearon para enfrentar ese grave desabastecimiento demostraron ser insuficientes o simplemente fracasaron, hasta que llegado el año 1851, y siendo reina de España Isabel II, se dictó el Real Decreto de 18 de junio, disponiendo la ejecución del proyecto presentado por los ingenieros Rafo y Ribera que apostaron por conducir las aguas del río Lozoya hasta la capital, a través de un canal que llevaría por nombre Canal de Isabel II (CYII). Siete años más tarde, el 24 de junio de 1858, tuvo lugar la inauguración oficial de la llegada de las aguas a Madrid, en la calle ancha de San Bernardo.

Las numerosas infraestructuras hidráulicas necesarias para el abastecimiento en la provincia de Madrid, a las que contribuyeron con su patrimonio decenas de municipios de la región a lo largo de un siglo, procuraron que en 1977 el CYII se convirtiera en una entidad de derecho público. En 1984, pasó a depender de la Comunidad de Madrid y se le encomendó, además de los servicios tradicionales de abastecimiento, la depuración de las aguas residuales y la mejora y conservación de los ríos. Pero con la llegada del Partido Popular al Gobierno de la Comunidad, el CYII inició un proceso de mercantilización y posterior privatización con la constitución de una sociedad con ánimo de lucro, vehículo para que inversores privados pudieran detentar el 49 % de sus acciones, y la Comunidad de Madrid junto con sus municipios el 51 % restante. Los bienes de dominio público pertenecientes al CYII y que integran la Red General de la Comunidad de Madrid fueron adscritos a la sociedad. Como consecuencia de este proceso privatizador se llevó a cabo la ejecución de más de 70.000 cortes de suministro de agua en una situación menos grave que la actual.

Por suerte en 2010 se iniciaron también las movilizaciones ciudadanas en contra de la privatización, las cuales que se extendieron al ámbito municipal, con iniciativas populares, y al ámbito judicial y constitucional, con la interposición de recursos ante los tribunales, alcanzando su punto culminante el 4 de marzo de 2012, con una consulta pública no vinculante convocada por la Plataforma contra la privatización del CYII, la Marea Azul y el movimiento 15M. En dicha consulta los madrileños fueron llamados a manifestarse a favor o en contra de que la titularidad del CYII siguiera siendo completamente pública, y se contó con la participación de 177.685 personas de las que el 99 % se mostró en contra de la privatización. Este hecho, más la crisis financiera y la respuesta social a la escalada de casos de corrupción en que la sociedad anónima del CYII ocupó portadas de periódicos a uno y otro lado del Atlántico, lograron detener temporalmente, hasta nuestros días, el proceso promovido por el partido popular.

Hoy son más y más graves las dificultades que nos asedian respecto a la gestión del ciclo integral del agua. El cambio climático, con el consecuente avance de la sequía, ha acelerado la formulación de propuestas con que debemos dar respuesta a las exigencias actuales y los problemas ingentes que ya no son sólo de abastecimiento de agua, también hay que garantizar su accesibilidad, disponibilidad, asequibilidad (acceso equitativo); participación en su gestión, transparencia (toma de decisiones participativa, rendición de cuentas sobre la distribución de beneficios, pago de dividendos, honorarios de gestión, etc.); y acceso a la información (facturas detalladas y compresibles, de manera que se pueda establecer una comparación con el precio del agua embotellada); además de la seguridad de poder denunciar los cortes o la denegación del suministro, haciendo uso del beneficio a una justicia gratuita.

Todo ello sin olvidar que las guerras en las que España está involucrada, directa o indirectamente, están provocando continuas oleadas de personas refugiadas que se suman a los colectivos de población vulnerable y marginada (personas sin hogar; personas en asentamientos informales o que habitan en los espacios comunes; personas trabajadoras agrícolas temporeras; nómadas o de culturas minoritarias e itinerantes, sean sedentarias o no), que ya viven en nuestro territorio en condiciones de pobreza, cuando no de miseria, condiciones que se verán incrementadas dramáticamente cuando desaparezcan las medidas del llamado «escudo social» que expiran el 30 de junio de 2022.

De ahí el importante impulso que supuso la iniciativa ciudadana Right2water y que se concretó en una serie de peticiones a la Comisión Europea, entre las que están las de manifestar la vigencia del derecho humano al agua, garantizar el acceso universal de los servicios de agua y saneamiento en todo el ámbito de la Unión Europea, asegurar la continuidad de los servicios para las personas en situación de vulnerabilidad sin que sea posible los cortes de suministro, así como garantizar el acceso a la información y la transparencia en torno a la gestión de los gestores de los servicios, y promover la participación ciudadana.

Esta iniciativa debe intensificarse en el estado español, no sólo trasponiendo la Directiva europea 2020/2184 a escala estatal, sino profundizando, mejorando y adoptando todas las medidas que aseguren la vigencia de esos derechos y garantías en nuestra Comunidad, en concreto los relacionados con el reconocimiento, realización y puesta en práctica del derecho al agua potable como un derecho humano, pues, en este contexto, son las administraciones públicas competentes las que tienen la obligación de cumplirlo, respetarlo y protegerlo, siendo la disponibilidad del agua de consumo humano lo primero que hay que cumplir, respetar y proteger en el sentido de que debe garantizarse el acceso al agua así como su suficiencia para satisfacer las necesidades higiénico-sanitarias de la población.

Por tanto, la prohibición de los cortes del suministro en situaciones de vulnerabilidad económica y social debe estar estrictamente regulada, siendo obligada la aplicación del principio de precaución (imposibilidad de realizar cortes si no se cuenta con información de los servicios sociales correspondientes), así como la dotación neta o de consumo medio de un mínimo vital que debería ser al menos 100 litros de agua por habitante y día, apta para el uso personal y doméstico, y para prevenir enfermedades; con sistemas de suministro alternativos (como dispositivos de tratamiento individuales, depósitos, camiones y cisternas) allí donde se carezca de infraestructuras normalizadas o éstas sean deficientes. Para ello es necesaria la promulgación, en nuestra Comunidad, de una Ley que garantice ese suministro mínimo vital de agua a todos sus habitantes, que involucre a los ayuntamientos como garantes del derecho humano al agua y al saneamiento.

En definitiva, tal y como hicieron nuestros antecesores en 1851, apostando decididamente por hacer frente a los graves problemas de abastecimiento de agua de la población madrileña, debemos con urgencia adoptar las medidas oportunas, responsables y decisivas para afrontar lo que se nos viene encima, que no es precisamente –ojalá lo fuera- el agua que cae del cielo de Madrid…

Liliana Pineda es miembro de Attac.

(Campaña por el derecho humano al agua y al saneamiento de la Red de Agua Pública de Madrid).

El sábado, 2 de octubre, a las 7 de la tarde, desde Punta Umbría, nos habían convocado a un encuentro poético dos amigos, el poeta y gestor cultural Uberto Stabile y la poeta Gema Estudillo en la sala de la editorial Huerga y Fierro de Madrid. Llevan entre ambos, desde hace cuatro años, una pequeña editorial con diferentes e interesantes proyectos: la revista Alameda 19, una colección de poesía Garum y unas plaquettes las hojas del baobab. Estas hojas, estos “pliegos de poesía”, comenzaron como una excusa para viajar desde el sur, para visitar a poetas amigos y pedirles su colaboración para una edición primorosa, un pliego, casi, de cordel. Cuando lleguen a cien obras, en ese momento, la colección se acabará. En Madrid se presentaban algunos de los doce pliegos correspondientes a este año: Jorge Riechmann, Alberto García-Teresa, Fernando Beltrán, Pilar González España y Jesús Munárriz.

Yo leo poesía. Una lectura íntima y necesaria, imprescindible. Depende del momento me decanto por uno u otro libro. Y me gusta leer en voz alta, para oír su música también, para que me envuelvan más las palabras. Escuchar poemas leídos por buenos actores, actrices, con esas voces tan educadas, con ese saber pronunciar todas y cada una de las palabras, también me llega. Pero escuchar a poetas leer sus propias obras es sorprendente. A veces es decepcionante y prefiero olvidar esa lectura y sumergirme yo sola en sus palabras. Pero otras veces, ay, otras veces, escuchar un poema con la voz de la persona que lo ha creado, surgiendo con su sentido y sus sentimientos, es un milagro.

Porque sucede, a veces, solamente a veces, que se tiene la sensación de vivir un momento irrepetible. Extraordinario e irrepetible. Eso vivimos las más de setenta personas que asistimos a este acto en Embajadores.

Jorge Riechmann abrió con la lectura de Qué capricho lo de aprender a bien morir. «Y quién te acompaña entre una y otra oscuridad”, una cita de Guadalupe Grande, de ella, de la que nos dejó “el dos de enero del año 21 que nunca hubiera tenido que ocurrir”, conforma sus primeras palabras. Y él nos recordó que “Perplejidad es palabra que oímos tantas veces de su boca” y que llegaba tantas veces “aleteando junto a desconcierto”. Él nos sentó a la mesa de Alenza ocho para esperar la tortilla de Paca en “ese refugio luminoso de inteligencia y piedad y belleza y alegría”. Y cuando nos recordó que “Los ya nunca golpean como hachazos” el silencio, la tristeza, el recogimiento inundó la sala.

Más adelante Fernando Beltrán leyó La jerarquía del ángel, se trata de un largo poema que compone todo el pliego. Comienza “A la naturaleza le da igual que mueras o no mueras”. Y como una letanía desgranó el manzano, la flor, el verde, la montaña. “El pulmón en su afán, la ola en su espuma, el perro en su diván de mirada tristísima”. Todo permanece en su sitio. Porque un ángel le dio la mano y nunca sabrá que ya no era su mano. Juan Ramón Jiménez escribe “Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando”. Y el concepto, la idea es la misma. Pero la lectura temblorosa, emocionada, a veces furiosa o tierna de Fernando hizo de aquel momento un tiempo fuera del tiempo, un sentir, de repente, el dolor de todos los heridos de estos largos meses que han estado en esa frontera terrible “cuando ya nada es tuyo, pero aún es contigo”. Y un inmenso agradecimiento por la valentía de vivirlo frente a todas las personas que allí estábamos apenas respirando.

Alberto leyó Descender la distancia, poemas llenos de amor a los animales, y Pilar La bella durmienteque mantuvieron ese clima. Y finalizó Jesús Munárriz con Yo a lo mío (que es lo vuestro) lleno de ironía y de humor que nos dejó respirar.

El acto lo cerró el editor Francisco Cumpián leyendo, acompañado por Antonio Bueno, su bellísima edición de Aullido de Allan Ginsberg. Con ella se despide de una ejemplar labor editorial de muchos años uniendo la sensibilidad del poeta, el trabajo del artesano y la mirada del artista.

Fue una tarde que nos ayudó a recolocarnos en el mundo, a salir de estos meses buscando a tientas la luz, a encontrarnos y agradecernos que seguimos aquí pero también a reconocer de dónde hemos salido. Como repetía Fernando “Todo tiene sentido cuando todo se pierde”. Escuchar poesía, escuchar poesía de la boca de sus autores, es imprescindible para que todo sea.

                                                       

«El jazz es para mí una especie de presencia continua, incluso en lo que escribo. Mi trabajo de escritor se da de una manera en donde hay una especie de ritmo, que no tiene nada que ver con las rimas y las aliteraciones, si no una especie de latido, de swing, como dicen los hombres de jazz, que si no está en lo que yo hago, es una prueba de que no sirve y hay que tirarlo», decía Julio Cortázar. Y quienes aman el jazz y viven en Madrid están de suerte: del 5 al 29 de noviembre se va a celebrar el Festival Internacional de Jazz. Eso sí, con muchas medidas de seguridad sanitaria y algunas restricciones a causa de la pandemia.

Por esta razón, en esta singular edición, JazzMadrid ha apostado sobre todo por lo local. Las limitaciones de viajar, confinamientos y otras circunstancias no han hecho posible la presencia de algunos músicos extranjeros. En todos los recintos y locales donde se celebren actividades se guardarán además las medidas sanitarias dictadas por las autoridades.

Habrá conciertos, cine, libros, teatro, conferencias, debates y exposiciones, siempre con el Jazz en el centro: flamenco con el trompetista Enriquito, y con los múltiples instrumentos de Tino di Geraldo, Javier Colina, Josemi Carmona, Antonio Serrano y Borja Barrueta. Estarán también los pianistas David Dorantes y Daniel García, el contrabajista Pablo Martín Caminero (que estrena disco) y la actuación de la flautista María Toro, una de las grandes revelaciones de nuestro jazz. No olvidemos las Tendencias experimentales, con el Ambient Jazz Trío del guitarrista Suso Sáiz y el proyecto Plutón de Ernesto Aurignac, además de la propuesta vanguardista del trío formado por Lucía Martínez (batería), Juan Saiz (saxo) y Baldo Martínez (contrabajo). Y la participación del quinteto Machetazo. 

No faltará una amplia presencia de mujeres, ya que estarán también, entre otras, la flautista y alumna de Jorge Pardo Trinidad Jiménez, así como  la cantaora Rocío Márquez, la violinista Maureen Choi, la pianista Constanza Lechner y la cantante Mariola Membrives.

La Banda Sinfónica Municipal de Madrid, dirigida por el maestro Jan Cober, dará a su vez un concierto con la intención de repasar algunos estándares del jazz, para lo cual contará con invitados como Luis Cobos, Aurora García, Pedro Ruy Blas, Pepe Sánchez o Jayme Marques.

Iñaki Salvador y David Sancho al piano y una pareja maravillosa: Maria Berasarte y Pepe Rivero forman también parte del elenco de músicos que estarán en este Festival. 

Por último la clausura, el 29 de noviembre, se anuncia el homenaje-recuerdo al pianista cubano Bola de Nieve, un reconocimiento protagonizado por Chano Domínguez (recién galardonado con el Premio Nacional de Música este año) y la tonadillera Martirio, también Premio Nacional de Música (2016).

Conferencias, debates, exposición de fotografías, teatro, literatura o películas completan el panorama de actividades en torno al Jazz que podrán presenciarse desde diferentes ámbitos: Biblioteca Nacional, Cineteca, Círculo de Bellas Artes, Auditorio Nacional, Centro Cultural de la Villa Fernán-Gómez, la Caja de Música de Centro Cibeles o el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque…

Se puede consultar toda la programación, horarios y precios en: https://festivaldejazz.madrid.es/

La Feria del Libro de Madrid ha sido tradicionalmente uno de los principales acontecimientos del mundo del libro en España. Una Feria que trasciende la Comunidad de Madrid y en la que se emplean a fondo librerías, editoriales, autores y autoras, y el público, ya que millones de personas visitan anualmente el parque de El Retiro donde desde sus inicios se celebra este acontecimiento cultural. Sin embargo, este año el coronavirus lo ha trastocado todo, también la Feria, que en un principio debería haberse celebrado en junio y luego se trasladó a octubre. Como las condiciones creadas por la pandemia no han mejorado, tampoco se ha podido celebrar presencialmente este mes. Pero sí que se está realizando en directo y a través de la televisión de la FLM, que se emite a través de su facebook y redes sociales.

Este año no hay casetas en El Retiro, pero sí están abiertas las librerías donde se pueden comprar los libros. Tampoco habrá autores y autoras firmando, pero sí se puede asistir a múltiples actividades y debates online en los que participan.

La FLM comenzó este año el 2 de octubre, y estará abierta hasta el 18 de octubre.

El programa de actividades se puede seguir a través de su web:

https://www.ferialibromadrid.com/

La internacionalización, el feminismo y la sostenibilidad son los tres grandes ejes de esta 79 edición de la FLM, donde también se hablará de la evolución del ecosistema del libro y su futuro poscovid-19 y se reconocerá el importante trabajo de la traducción. 

Los libros en Internet forman parte también de los contenidos de estos debates mediante la participación de youtubers y especialistas en redes sociales. De nuevo, como ocurrió en la edición de 2019, las mujeres tienen un papel destacado. Y podremos conocer a una serie de mujeres deportistas que han hecho Historia, cuyas voces escucharemos, desde las páginas de la publicación De niñas a leyendas, libro de pequeños relatos sobre grandes mujeres del deporte español que está editado por la Fundación Taller de Solidaridad.

Los días 13, 14 y 15 de octubre (a las 16 h de España) se brindará la oportunidad de compartir un debate internacional sobre la desigualdad, la democracia inclusiva, el racismo estructural y la ecología del desarrollo sostenible.

Por último, esta Feria del Libro En Directo abrirá una reflexión sobre diversos temas que afectan de manera directa a toda la industria del libro y sus cadenas de valor, y sobre cómo puede evolucionar la industria del libro en la próxima década.

El ciclo se cerrará con una mesa online sobre Políticas Culturales, con la intervención de Emilio del Río (Director Gral. Bibliotecas, Archivos y Museos, Ayuntamiento de Madrid), Elena Hernando Gonzalo (Directora Gral. de Patrimonio Cultural, Comunidad de Madrid) y María José Gálvez Salvador (Directora Gral. del Libro y Fomento de la Lectura, Ministerio de Cultura y Deporte).

Como ha dicho Manuel Gil, director de la Feria del Libro de Madrid, se trata de que esta ‘Feria en Directo’ no deje a nadie fuera. Una Feria multi-público; con niños y niñas, jóvenes, mayores; escritores y escritoras; con actividades enfocadas a los mercados latinoamericanos, para que se escuchen sobre todo en el ámbito hispano-hablante.

Manuel Gil y Carolina Barco Isakson, Embajadora de Colombia en España, país que había sido invitado a la 79 edición presencial de la Feria del Libro de Madrid, hoy suspendida.

En 1937, el Servicio Español de Información de la Segunda República, estando en Rocafort (Valencia) a su salida de Madrid, encargó a Antonio Machado un opúsculo sobre la defensa de Madrid. Se publicó ese año con fotografías de Joaquín Cortés y Ramón Llanes.

Ediciones del Azar ha rescatado este facsímil, que contiene un importante valor cultural, histórico y sentimental.

Agradecemos a Ediciones del Azar su amabilidad al permitirnos la reproducción de estos fragmentos.

MADRID, BALUARTE DE NUESTRA GUERRA DE INDEPENDENCIA

7-XI -1936  ——-  7 – XI – 1937

ANTONIO MACHADO

I

¡Madrid, Madrid ¡qué bien tu nombre suena,
rompeolas de todas las Españas!
La tierra se desgarra, el cielo truena,
tú sonríes con plomo en las entrañas.

Madrid, 7 de  Noviembre de 1936

VII

Madrid, el frívolo Madrid, nos reservaba la sorpresa de revelarnos, a tono con las circunstancias más trágicas de la vida española, toda la castiza grandeza de su pueblo. En los rostros madrileños, durante unos días de seriedad, vimos a España entera en su mejor retrato. Madrid, frunciendo el ceño oportunamente, había eliminado al señorito y ya podía sonreír otra vez.

El enemigo  –los traidores de dentro y los invasores de fuera– se iba poco a poco aproximando a Madrid. La aviación enemiga multiplicaba sus asesinatos monstruosos de los inermes y los inofensivos: de enfermos, de ancianos, de mujeres, de niños. El cielo otoñal madrileño, con sus nubes de plata y sus lluvias ligeras, tan alegre antaño, tan hospitalario y acogedor cuando nos anunciaba los días del renacer de la vida ciudadana, la vuelta de los escolares a sus estudios, la reapertura de sus centros de solaz y cultura, era ahora una constante invitación a la blasfemia, a una blasfemia que los combatientes no proferían. Madrid había recobrado su sonrisa a pesar de todo, expresiva ahora de una ironía mucho más honda. Madrid había llegado a una plena conciencia de su grandeza y de su soledad, quiero decir que Madrid se sentía a solas con España, con lo más hondo y perdurable de su raza, con ese ímpitu español que no mienta a la patria, porque es la patria misma, y que, cuando otros la invocan para traicionarla y venderla, acude a defenderla y a comprarla con la propia sangre.

Valencia, 7 de Noviembre de 1937

Nota de la redacción:

Los tres partidos que gobiernan el Ayuntamiento de Madrid: PP, C’s y Vox, han decidido de forma unilateral y sin proporcionar la menor información, sin hablar con el Consejo rector o los trabajadores de M21RADIO, cerrar la señal de esta emisora. No es buena noticia la desaparición de un medio de comunicación, y se mire por donde se mire representa un nuevo atentado a la libertad de expresión.

Creada en 2016 de la mano de Ahora Madrid, formación que gobernó el Ayuntamiento de Madrid desde 2015 hasta 2019, esta emisora ha tenido un “carácter eminentemente formativo, social y cultural”, como han dicho El Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM) y la Federación de Sindicatos de Periodistas (FESP) en su declaración de condena a este cierre.

Las personas que han trabajado en esta emisora, así como un gran número de profesionales del periodismo han denunciado y criticado también la desaparición de este medio.

Desde Espacio crítico nos sumamos a estas condenas y lamentamos que se haya dado un paso atrás en la salvaguardia del derecho constitucional a la información.

Dos personas que han trabajado en esta emisora, con recorridos y experiencias muy distintas, denuncian también este cierre y, desde sus vivencias personales comentan su paso por la emisora. Ayer publicamos el artículo de Mariano Muniesa, especialista en música rock que trabajó dos años en M21, y a continuación publicamos el de Jacobo Rivero, que fue coordinador-director de Madrid Destino y uno de los fundadores de esta emisora.

Equipo Espacio Crítico

——————————————————–

En una serie de programas que realizó el maestro Antonio Benamargo dedicado a Camarón para la radio municipal de Madrid M21, el flamencólogo José Manuel Gamboa señalaba sobre los inicios del genial cantante de San Fernando: “La juventud nunca ha tenido buena prensa”. Algo así ocurre cuando se habla sobre el proyecto de la Emisora Escuela M21 y la situación actual en la que el Ayuntamiento de PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox, han clausurado el proyecto en un auténtico ejercicio de ‘apagón informativo’ más propio de una dictadura que de una democracia.

En el verano de 2015, poco después de que Manuela Carmena fuera elegida alcaldesa de Madrid, el Ayuntamiento planteó la recuperación de la emisora de radio municipal, un proyecto que se había iniciado tímidamente en 1987, pero que a partir de la década de los noventa había tomado cuerpo como Onda IMEFE para prácticamente desaparecer en 2005. Ocurría que en 2015 el Ayuntamiento mantenía la frecuencia en el 88.6 de la FM y algunas instalaciones, más bien precarias, en un centro de formación de empleo del distrito de Barajas.

La lógica sobre la que reconstruyó la radio municipal era la de crear una escuela de radio que se vertebrara alrededor de la información cultural y de servicio público de la ciudad. Una suerte de escuela de formación con prácticas reales que estuviera apoyada por programas en directo y dinámica de radio profesional. Con ese objetivo se fueron tejiendo alianzas en diferentes direcciones. Por un lado con escuelas de radio y universidades, por otro con entidades de la ciudad que pudieran estar interesadas en participar y por último con la contratación de una estructura fija y permanente –que sirviera tanto para la emisión profesional como para la formación– a la que se sumasen colaboraciones en programas semanales para estructurar un relato cultural lo más completo posible.

Estructuralmente la radio se constituyó como una colaboración entre tres organismos municipales: la Agencia para el Empleo (propietaria de la frecuencia y encargada de una parte de la formación radiofónica), el Área de Portavoz (para la información de servicio público) y Madrid Destino (para la información cultural y las contrataciones de personal). Se realizó entonces un diseño de necesidades en relación a los contenidos y se apuntó la necesidad de cubrir de manera estable la información municipal, la formación radiofónica educativa, la estructura técnica, el trabajo con las redes sociales y dos turnos de magazine radiofónico diario –uno de mañana y otro de tarde–, con una dirección provisional que coordinara el trabajo entre las tres entidades y que además desarrollase las bases para un concurso público que determinara a través de un proyecto la dirección artística de M21.

Los puestos estructurales salieron a concurso y determinaron la estructura de plantilla estable de M21 –se pedían experiencia mínima de diez años en radio y se valoraba sus conocimientos en formación–, a la que se sumaron tres puestos de la Agencia para el Empleo para coordinar los procesos formativos y un asesor técnico del Ayuntamiento para la implementación de los nuevos estudios y necesidades dotacionales.

A partir de ahí se pensó en las necesidades de colaboraciones para que la radio tuviera desde el primer momento peso y personalidad, también para que cumpliera el objetivo de ser una referencia en la agenda cultural de la ciudad de Madrid. La idea sobre la que pensé la primera parrilla, en mi condición de coordinador e impulsor del proyecto, era la de abarcar la mayor cantidad de géneros y relatos culturales de la ciudad. De esta manera se buscaron programas que tuvieran que ver artes escénicas, cine, libros, poesía, danza, deporte, derechos humanos, cómics e ilustración, música… Sobre esta última se proyectó que hubiera programas que hablasen de flamenco, rock, pop, jazz, blues, hip hop… y también sobre la cultura musical en un sentido amplio.

En los primeros meses se recibieron más de mil propuestas. Hubo cantidad de solicitudes de programas y un ingente número de reuniones de todo tipo. Desde individualidades a entidades, asociaciones, grupos culturales, etcétera. Finalmente estructuramos la parrilla con alrededor de sesenta programas externos. Se quedaron fuera muchísimas propuestas, algunas excelentes pero que por distintos motivos no encajaron. Colaboraciones que más allá de los programas fijos y diarios de la estructura de M21 pudieran dar coherencia y peso a una parrilla diaria y continuada en radio. Había nombres históricos de la radio junto con gente joven que acababa de empezar, una mezcla que sumada a las personas que venían a trabajar por programas de inserción laboral y estudiantes en prácticas construyeron en la redacción una atmósfera electrizante.

En paralelo, a partir de la que sería ya la emisión estable de contenidos en febrero de 2017 se sacó una revista mensual ilustrada, a modo de radio leída, que coordinaba, en lo referido a los encargos y selección de dibujos, Enrique Flores: M21 Magazine. En la publicación había una sección ilustrada dedicada a los programas de radio (“La radio por dentro”) y dos páginas dedicadas al desarrollo de la escuela donde las personas que venían a trabajar o hacer prácticas pudieran expresar su opinión sobre la experiencia. El único requisito que tenían era “no hacer la pelota”. Este formato de revista de la radio se mantendría hasta la incorporación en septiembre de 2018 de las nuevas directoras de la emisora, ganadoras de un concurso público al que se presentaron quince proyectos, Ángeles Oliva y Toña Medina.

Es importante señalar que los programas sobre los que se configuró la primera parrilla fueron seleccionados de manera temporal. Nunca fue el ánimo crear una radio fija y a perpetuidad con la misma parrilla desde el primer día hasta la jubilación de cada una de las emisiones. Siempre se señaló que para las colaboraciones M21 era una “radio de paso, no de permanencia”. Básicamente porque el pilar fundamental era la formación radiofónica, como había sido Onda IMEFE y como nos parecía tenía sentido ser una emisora escuela. En la formación se incluía el hacer radio de verdad, emitiendo en directo, junto con personas con experiencia. En ese sentido lo que sí fue una premisa es que esos programas tuvieran una remuneración decente dentro del atomizado mundo que vivimos del periodismo.

Ángeles Oliva y Toña Medina lograron la plaza de directoras con un proyecto titulado “La radio que soñé. Una radio poliedro, aspersor, plaza”. Fueron elegidas por un jurado plural con extensa experiencia en radio. Fue el más completo de un grupo en el que también hubo otras propuestas interesantes, pero que fue seleccionado por la importancia que daban a la formación, la construcción de un mapa sonoro de la ciudad y la creación de una atmósfera radiofónica propia e identificable. En la medida de que ellas eran las que tenían que diseñar la nueva etapa plantearon cambios en la estructura de prioridades de gasto y voluntad de cambios en la parrilla lógicos. Así las cosas decidieron no renovar algunos programas de la primera etapa. Una lógica sobre la que no está de más recordar que siempre se pensó M21. Obviamente a alguna gente no le sentó bien y otra se adaptó para ir hacia nuevos proyectos.

En cualquier caso, la situación actual es de cierre cautelar. No hay apenas información sobre el futuro de la Emisora Escuela M21 y desde el Ayuntamiento de Almeida lo único que llegan son insultos, datos falsos y acusaciones absurdas. Es muchísima la gente que ha pasado en este tiempo por M21, mucha la que se ha acercado con una ilusión tremenda, mucha la que ha entrado por primera vez en el Palacio de Cibeles y ha roto la distancia enorme entre institución y ciudadanía. Son muchos los sonidos y los relatos y sin duda hubo fallos, como no podía ser de otra manera, pero lo que está claro es que M21 fue y es un proyecto de ciudad con voluntad de expresarse desde la independencia, la pluralidad y la libertad. Tres conceptos que por lo visto molestan, como ocurría con la juventud y el desparpajo de Camarón.

Nota de la redacción:

Los tres partidos que gobiernan el Ayuntamiento de Madrid: PP, C’s y Vox, han decidido de forma unilateral y sin proporcionar la menor información, sin hablar con el Consejo rector o los trabajadores de M21RADIO, cerrar la señal de esta emisora. No es buena noticia la desaparición de un medio de comunicación, y se mire por donde se mire representa un nuevo atentado a la libertad de expresión.

Creada en 2016 de la mano de Ahora Madrid, formación que gobernó el Ayuntamiento de Madrid desde 2015 hasta 2019, esta emisora ha tenido un “carácter eminentemente formativo, social y cultural”, como han dicho El Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM) y la Federación de Sindicatos de Periodistas (FESP) en su declaración de condena a este cierre.

Las personas que han trabajado en esta emisora, así como un gran número de profesionales del periodismo han denunciado y criticado también la desaparición de este medio.

Desde Espacio crítico nos sumamos a estas condenas y lamentamos que se haya dado un paso atrás en la salvaguardia del derecho constitucional a la información.

Dos personas que han trabajado en esta emisora, con recorridos y experiencias muy distintas, denuncian también este cierre y, desde sus vivencias personales comentan su paso por la emisora. Publicamos a continuación el artículo de Mariano Muniesa, especialista en música rock que trabajó dos años en M21, y mañana lo haremos con el de Jacobo Rivero, que fue coordinador-director de Madrid Destino y uno de los fundadores de esta emisora.

Equipo Espacio Crítico

——————————————————–

En el verano de 2016 me entrevisté en el Palacio de Cibeles con Jacobo Rivero, gestor de Madrid Destino, para hablar de un proyecto de comunicación que desde el Ayuntamiento de Madrid se iba a poner en marcha y para el cual quisieron conocer mi opinión y contar conmigo para formar parte del equipo que lo iba a arrancar. Ese proyecto consistía en la reestructuración de la antigua Onda IMEFE, la emisora de radio municipal del Ayuntamiento, que en la práctica no existía y que se quería convertir en una auténtica emisora de radio para Madrid.

Tal y como me explicó Jacobo el proyecto, la idea era apasionante: una radio cuya parrilla sería enormemente diversa, plural, con una atención especial y prioritaria a la cultura, sintiendo el pulso de la ciudad y tal como se expresaría más tarde en su lema, conectando con los sentidos de Madrid. No habría informativos, con lo cual no habría línea política de ninguna clase y sus contenidos se basarían en la cercanía a lo que acontecía en Madrid y en espacios con contenidos de calidad y originalidad. Presenté una propuesta para hacer un programa que mostrase el pasado, el presente y el futuro del rock en nuestra ciudad, una de las músicas que han dado históricamente gran parte de su personalidad y de su idiosincrasia a la capital, al que llamé “Madrid a 400 Wattios”, que se aceptó y se incorporó al inicio de las emisiones regulares en febrero de 2017.

A pesar de la amarga y decepcionante experiencia que supuso para mí, y para muchísimos compañeros y compañeras excelentes profesionales de la radio el funesto giro que el proyecto tomó a partir del cambio de dirección a mediados de 2018, asunto en el que luego me extenderé porque creo que también explica en parte los motivos de su reciente cierre, nunca olvidaré la ilusión, el entusiasmo y el clima de compañerismo y confraternización que caracterizó aquella etapa inicial del proyecto M21 Radio. En coherencia con el cambio político y los nuevos aires de progreso y libertad que supuso la victoria electoral de Ahora Madrid con Manuela Carmena al frente, –sí, lo reconozco, quisimos creer que esa oportunidad de cambio iba a ser real y no en lo que degeneró al final– por fin, sin condicionamientos publicitarios o comerciales, ese espíritu de mostrar un Madrid nuevo, abierto, cosmopolita, multicultural, se iba a plasmar en una radio pública en la que se daba cabida a todas las expresiones culturales, desde el teatro, la poesía, los libros o el cine, pasando por el flamenco, el jazz, el blues, el rock, la música latina o la música clásica, con excelentes magazines de mañana y tarde dedicados a seguir minuto a minuto la actualidad de Madrid y programas de divulgación social de una calidad realmente extraordinaria.

Por tal motivo, todo el equipo que arrancamos el proyecto lo dimos absolutamente todo por hacer los mejores programas, y además lo hicimos colectivamente, apoyándonos, haciendo comunidad, haciendo tribu, si se quiere. Nos sentíamos partícipes de una aventura fantástica, de un proyecto que revolucionaba las ondas y del que yo siempre dije que en esta etapa inicial, en 2017 y la primera mitad de 2018, era, reflejaba y ejemplificaba lo que debía ser Radio 3, emisora pública cultural con algunos buenos espacios, pero, en mi opinión, lastrada durante años y años por una mentalidad funcionarial, aburrida, acomodada y de un elitismo cuya pedantería y arrogancia se hacía en ocasiones insoportable.

Mariano Muniesa en los estudios de M21 Radio en Madrid, en la primera emisión de su programa con un invitado de excepción: el gran vocalista de rock duro Leo Jiménez.

Ya desde el primer momento la derecha, esa derecha madrileña rancia, casposa, resentida y llena de veneno que se tomó como una afrenta, como una herida en su orgullo que la izquierda les arrebatase por la fuerza de los votos lo que consideraban su finca privada, atacó el proyecto con una agresividad inaudita, la llamó despectivamente “Radio Carmena” y pidió en todos los foros y ocasiones que se le presentaron su cierre. Como se entenderá fácilmente, no solamente producía bochorno y vergüenza ajena, sino auténtica repugnancia escuchar los ataques a M21 de esta gente, que habiendo convertido Telemadrid a lo largo de más de 25 años de gobierno en la CAM en un instrumento de propaganda, intoxicación y manipulación descarada a favor del PP –pregunten si tienen alguna duda a los trabajadores y trabajadoras de la plataforma “Salvemos Telemadrid”– se atrevían a hablar de “partidismo” en una emisora sin informativos. En tanto en cuanto sus muletas naranjas obviamente respaldaban sin reservas los ataques del PP a M21 y posteriormente la banda de los cuñados verdes también vociferaba que había que cerrar esa radio de rojos, al confirmarse la vuelta de la derecha al gobierno del Ayuntamiento de Madrid, tuve la total y absoluta certidumbre de que la defenestración de M21 iba a ser cuestión de meses, a lo sumo de un año.

Han tardado menos todavía. El 30 de septiembre ha sido el último día de emisión de M21, tras confirmarse que el Ayuntamiento de Madrid cerraba la emisora. En coherencia con la mentalidad neoliberal de la derecha, que considera los medios de comunicación empresas y negocios privados, nunca servicios públicos y saciando su ansia de destrucción de todas las realizaciones, fueran buenas o malas, del equipo de Ahora Madrid, sin respetar a los –pocos– buenos profesionales que sobrevivieron al desastre de la última dirección que aún quedaban allí y enviando al paro a un considerable número de trabajadores y trabajadoras, fulmina por decreto M21 Radio.

Ahora bien, ni se puede ni se debe obviar un hecho sobre el que entiendo que es muy necesario hacer una reflexión muy crítica y una denuncia clara y contundente de una serie de actitudes y comportamientos que dañaron enormemente el proyecto original de M21 Radio, lo desnaturalizaron y fueron contra la propia esencia de lo que acertadamente se llamaba el “ecosistema M21”, es decir, la filosofía de pluralidad, diversidad y amplitud de miradas, visiones y lenguajes que una emisora de radio cultural pública como M21 contenía.

En el verano de 2018 y tras ganar el concurso público que se convocó para la renovación de la dirección de la emisora, ocuparon el nuevo cargo un tándem formado por dos personas, “Toña” Medina y Ángeles Oliva, quienes venían del entorno SER-Prisa y que en el escaso año y tres meses en los que ejercieron sus funciones directivas, demostraron el nivel de incompetencia, sectarismo, incapacidad y mediocridad más bochornosos que he conocido en los 35 años que llevo trabajando en el mundo de la radio. Todos los programas culturales que formaban parte del ADN de la emisora y que mostraban los sonidos más representativos de la ciudad, fueron expulsados de la programación sin una sola explicación coherente, negándose al diálogo con los afectados e incumpliendo abiertamente las bases del documento con el que ganaron la licitación. Despreciando y tirando a la basura todo lo que fue el espíritu original de M21 Radio, con una arrogancia, un engreimiento y una ausencia tan absoluta de respeto por sus compañeros y compañeras de profesión tales que ni siquiera se dignaron comunicarnos personalmente sus decisiones, sino que le endosaron el marrón a Jacobo Rivero para que nos mandase un escueto whatsApp haciéndoles de mamporrero.

En el colmo del cinismo, la hipocresía y la cobardía, y nunca directamente por ellas, que tenían esa obligación como directoras, sino una vez más a través de Rivero, que ya no era director, se nos envió a todos los afectados la promesa de que se convocarían reuniones para explicar los motivos de esa incomprensible decisión de suprimir de la parrilla más de 24 programas y dejando fuera de sus contenidos el cine, el teatro, el flamenco, por supuesto el rock, faltaría más, con idea de estudiar su posible recolocación y que de qué manera podrían encajar en un  futuro en su proyecto, decían… esas reuniones jamás se convocaron, imagino que obvio es decirlo.

Una plataforma de profesionales represaliados por la arbitrariedad de esta dirección, enviamos oficialmente y pasada por registro del Ayuntamiento de Madrid en marzo de 2019 una carta colectiva a Manuela Carmena solicitándole, en tanto en cuanto ella se implicó personalmente en el proyecto M21 y lo impulsó con mucha convicción, que hiciera de mediadora entre la Plataforma y unas “directoras” que se negaban a recibir a sus compañeros de profesión tras el compromiso de reunirse con nosotros.

Esa carta nunca fue contestada. Lo cual, a tenor de los hechos que se han ido produciendo con posterioridad, lo cierto es que no sorprende. “Toña” y Ángeles se cuidaron muy mucho de que los popes del grupo Prisa-SER-El País siguieran en la emisora; hay que recordar que alguno de ellos seguían en la parrilla a pesar de que gozaban de una jugosa indemnización de muchos ceros que le habían sacado a la radio nacional pública. Las mismas Oliva y Medina han seguido haciendo programas de radio para SER-Prisa al tiempo que dirigían la emisora y, como de todos es sabido, Manuela Carmena es el más reciente fichaje estrella de la tertulia “Hora 25” de esta cadena de radio, mascarón de proa del grupo Prisa. ¿Creen ustedes en las casualidades?

Cabe pensar que quizá Manuela Carmena encontró para nuestra carta otra utilidad… ¿Tal vez envolver empanadillas?

En cualquier caso, M21 Radio desaparece del dial radiofónico víctima del afán insaciable de revancha de una derecha extrema que odia y teme la libertad de expresión, pero que muere herida de mediocridad, desconectada por completo de la auténtica realidad cultural de Madrid, olvidada por los oyentes que la acogieron encontrando en ella una alternativa novedosa, fresca y rompedora y que han dejado pudrirse en medio de la necedad de una dirección que por el bien de la comunicación, espero que no vuelvan nunca a tener la oportunidad de destrozar un proyecto de radio como lo hicieron con M21.

Tiempos difíciles para quienes amamos la radio hecha desde la imaginación, la cercanía al oyente, desde el compromiso con la profesionalidad y el anhelo por comunicar y compartir historias, emociones, sensaciones y sentimientos. Habrá que seguir luchando. 

Finaliza agosto y las complicidades de mujeres migrantas en luchas se juntan en Madrid para tener un encuentro-taller con la antropóloga feminista Rita Segato. El impás político no es motivo para dejar de pensar e imaginar en común aquello que la invitada viene debatiendo en distintos foros: hacia un pensar interpelado. Este encuentro ha sido una iniciativa conjunta entre el Seminario Permanente sobre América Latina (SEMPAL)[1] en su línea de trabajo “Conversatorios situados” y el Frente Migrante en Madrid.

El encuentro tuvo lugar en el Centro de Residencia Artísticas del Matadero (Madrid), la temática que reunió a distintas voces versó sobre «Hacia un pensar interpelado y disponible: Pensamientos situados, gramáticas subversivas y pedagogías del atreverse». Dicha actividad es resultado del dialogo que el SEMPAL y el Frente Migrante vienen construyendo con la perspectiva teórico práctica de Rita Segato. Estuvieron presentes una coralidad de orígenes, colores, historias, palabras, forma de lucha y esperanzas. Aproximadamente nos miramos y reconocimos 45 mujeres (mujerzazas) migrantes de distintas geografías: Paraguay, Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina Venezuela, Perú, Kurdistán, Marruecos, también estuvieron presentes aquellas que han nacido en España de padres o madres migrantas.

Digamos que un arco de generaciones e historias de vida muy heterogéneas, con diferentes miradas, experiencias, culturas, religiones se atrevió a pensar y reflexionar sobre las gramáticas subversivas y las pedagogías del atreverse en el marco de la lucha de las mujeres migrantes en España, en Madrid. La intensidad y amplitud del debate en una especie de sazón ante los planteamientos de la ponente, hace de la labor de síntesis un trabajo nada fácil, y menos neutral. El ambiente fue de una complicidad y coincidencia, pero también la diferencia de posturas epistemológicas, respecto de los varios campos de lucha en juego hizo ver las posibilidades del horizonte por construir.

Captando los pensamientos expresados en el taller recogemos aquellas ideas que tenían la magia de formar nidos de saber. La autora, en primer lugar, nos contó su experiencia como migrante y afirmó que ser migrante es como “tener un paisaje que se desprendió de su origen, pero sigue siendo parte de nuestros cuerpos”. Además, Segato afirmó que los cuerpos son los nuevos territorios, que transitan y son objeto de conquista”.

Siguiendo este hilo, Rita indicó que entiende la raza como la marca en el cuerpo que representa una posición geopolítica en la historia y, por lo tanto, establece una relación de poder en la sociedad. Este concepto de raza ha sido creado por el mundo blanco, que ha racializado las relaciones. Como explica, por ejemplo, Chimamanda Ngozi Adichie, en su libro Americanah, en el que la protagonista se da cuenta de que es negra cuando se muda a Estados Unidos, ya que en Nigeria nunca había sentido el rechazo de la sociedad y la discriminación que sufrió en los EUA.

El eco de estas primeras palabras de saber invitaba inesperadamente a dialogar a los microespacios artísticos de proyectos racializados que habitan en el Centro de Residencias Artísticas. Rita habló con mucha elocuencia y con una mirada subversiva, sobre muchos temas importantes que afectan nuestras sociedades actuales. Entre los diversos temas mencionados, destacamos el patriarcado, las religiones, la pedagogía de la crueldad, etc. Uno de sus análisis que llamó la atención es cuando afirma “que estamos al principio de la vuelta de página del patriarcado en la humanidad”. Creo que esta frase nos deja un poco de esperanza en el contexto actual en el que vemos un grande retroceso al conservadurismo. 

De hecho, también hablamos detenidamente sobre la religión y su politización en la última década. Segato afirmó que vivimos un secuestro fundamentalista de la religión cristiana, musulmana y judaica, que tiene como principal enemigo a la mujer, y por lo tanto el patriarcado es la consigna más importante de la religión. Dicho secuestro es realizado por sectores del poder, que tienen como principal objetivo la “dueñidad”, el señorío de la sociedad. En otras palabras, son los grandes propietarios de la riqueza y quieren también ser dueños de los cuerpos de las mujeres.

Además, la autora señaló que tenemos que huir del fanatismo del monoteísmo, porque la verdad única es lo que ha hecho posible el genocidio, ya que el monoteísmo tiende a utilizar estrategias fascistas del enemigo. De hecho, para vivir en una sociedad democrática hay que respetar las diferentes religiones y espiritualidades, pero no debemos caer en el fanatismo religioso, porque entonces se tiende a pensar que el otro no es posible, creando el monopolio de la verdad y la justicia.

Durante la charla de Rita Segato hubo varias intervenciones de las compañeras que estaban asistiendo al taller. Algunas de ellas compartieron su preocupación acerca de las compañeras migrantes de lucha que han sido captadas por los fundamentalismos religiosos. Dicho fenómeno, por lo tanto, no está sucediendo solamente en Latinoamérica, sino que también en España, donde el secuestro de la religión actúa donde existe un vacío del Estado, donde la política pierde su capacidad pedagógica y selecciona aquellas personas que han sido afectadas por la crisis y se encuentran en una situación de vulnerabilidad social.

A la pregunta de una de las compañeras “qué hacemos para resistir contra la estrategia fascista de la religión y al ataque a nuestros derechos”, la autora contestó que tenemos que pensar detenidamente para generar las «palabras», los «pensamientos» adecuadas para la denuncia de dichos sectores. Solamente con la elaboración de las palabras, podremos crear un lenguaje contrastante al poder patriarcal y racista. De allí su interés por las gramáticas subversivas y las pedagogías del atreverse.

El tema del papel del Estado también ha sido debatido, y Rita dijo que, aunque tenemos que estar dentro del Estado para impulsar políticas sociales y feminista, hay que estar también contra él, porque el Estado nos traiciona siempre a las mujeres. Y añadió que la única forma que tenemos para combatir el patriarcado, el capitalismo y racismo, es retejer la sociedad, hacer comunidad entre nosotras, defender nuestros derechos y crear nuestras sociedades feministas, cuidándonos, apoyándonos y luchando.

Hasta ahora se ha destacada los temas que se han tratado en el taller, pero es importante señalar que especialmente en la segunda parte del taller hubo muchas intervenciones de las compañeras migrantes, que contaron sus historias, experiencias de militancia, de lucha, de vida, poniendo en evidencia los obstáculos y logros que habían vivido. Este compartir de los saberes, experiencias y luchas ha sido muy enriquecedor para todas, siendo un espacio también de sanación, de conocernos y de identificarnos con las experiencias de las demás.

Para concluir, ha sido un primer taller de una riqueza impresionante a nivel de ideas, de conceptos, de compartir experiencias y de reconocernos como mujeres migrantes. El colectivo migrante que estaba presente señaló la importancia de destacar nuestras diferencias, pero también de identificar nuestras similitudes.

Dentro de muy poco los conversatorios situados seguirán generando saberes e historias debida.  



[1] El Seminario es un espacio de análisis y reflexión del Observatorio de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

La concejal del distrito Moncloa-Aravaca (PP) se ha estrenado con ruido. Más bien con estrépito, con el escándalo que constituye prohibir la actuación de dos cantantes: Luis y Pedro Pastor, prevista en las fiestas del distrito municipal que gobierna. Mucho hablar de Constitución: «Nosotros, los constitucionalistas” para cargarse derechos fundamentales, como los recogidos en el art. 20:

Artículo 20 de la Constitución Española:

1. Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

Luis pastor es un veterano, querido y respetado cantautor que había sido contratado por el anterior equipo municipal para actuar en las fiestas de Aravaca. El vídeo que encabeza estas líneas, grabado durante la presentación del libro Saramago. Un retrato apasionado (Clave Intelectual, 2011) en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en noviembre de 2011, refleja con claridad su pensamiento.

Pedro Pastor Guerra, su hijo, ha seguido el camino de Luis y recoge en las letras de sus canciones sus ideas de compromiso social.

Parece que al PP no le gusta la poesía, ni la libertad de expresión, ni de pensamiento. Y como si la ciudad fuera suya, prohíbe de forma caciquil la libertad artística y musical.

Pero la decisión de Sordo se le ha vuelto en contra. No sólo porque numerosas asociaciones vecinales se han manifestado en contra de esta prohibición. También porque el grupo musical que quería contratar, Los Fesser ha renunciado a hacerlo. Una decisión que les honra. Y han emitido este comunicado:

Y efectivamente, así lo dice:

"Si la  música es ruido
Que estallen los oídos
Que lo escuchen ahí arriba
Asesinos del arte
Los músicos no irán a ninguna parte".

El equipo de Espacio crítico expresamos desde aquí nuestra solidaridad con Luis y Pedro Pastor y nuestra admiración y respeto hacia Los Fesser, un grupo pequeño pero con una dignidad muy grande.

Está en el ADN de la derecha, y es algo que es consustancial a su filosofía política, su pensamiento, su concepción de la sociedad y de la vida, e incluso me atrevería a decir que está hasta en lo más profundo de sus vísceras: la intolerancia, la incapacidad de asumir ni entender la posición del contrario y, sumado a ello, el odio a ese contrario. La derecha en el estado español, y muy especialmente en Madrid, soporta, aguanta, tiene que aplicarse aquello del “ajo, agua y resina”, frente a la existencia de un Madrid abierto al resto del estado y al resto del mundo, demócrata, consciente de la necesidad de progresar, evolucionar y volver a ser una capital referente en la defensa de los derechos humanos, comunidad de acogida de los refugiados y migrantes, multicultural y ecológica, que sea un modelo de ciudad donde la diversidad, la pluralidad y la libertad, a través de la cultura, se conviertan en sus señas más claras de identidad.

Pero a la derecha en Madrid, ese panorama les produce una pestilente mezcla de odio, desprecio e indignación. Envalentonados y ensoberbecidos –aunque atrapados en una trampa letal- por el soufflé de Monasterio, Abascal y el resto de energúmenos de la caverna ultra, envenenados por un resentimiento invencible contra quienes en 2015, por un instrumento como el voto popular llegaron al consistorio madrileño, ahora emborrachados de odio y sed de venganza, atacan con la saña propia de quienes no tienen ni programa, ni proyecto ni afán de crear un Madrid mejor, sino solamente odio y resentimiento revanchista. No lo podían soportar. Era escandaloso que “su” Madrid, la finca privada de los señoritos, fuese gobernada por esa plebe de rojos y rastas, de peludos y rapperos, de gays y lesbianas, que se atrevió a mandarles a la oposición.

Por culpa en gran parte de la incapacidad demostrada en los últimos meses previos a las elecciones en el ayuntamiento de Madrid, actitudes personalistas no exentas de una incomprensible arrogancia y operaciones políticas planeadas al margen de la transparencia y la lealtad exigible a quienes llegaron al ayuntamiento con la promesa de recuperar esa transparencia, el Madrid que se nos prometía–otra cosaha sido el resultado final-como una aspiración de cambio, libertad y progreso no revalidó una mayoría suficiente como para continuar en el consistorio. A consecuencia de esta situación, esas derechas perfectamente fotografiadas en la esperpéntica reunión de Colón, ahora que vuelven a mandar en su finca, ya no ocultan su sed de sangre.

En los últimos días hemos asistido a uno de los primeros y más significativos episodios del inicio de la caza de brujas, que tal y como sucedió por parte del grupo de presión del senador McCarthy en la América de los años 50, dirige su punto de mira hacia aquello que son conscientes que es más peligroso para sus inconfesables intereses: la cultura. La cultura entendida en primer lugar como un espacio de libertad, diversidad y debate, que crea masa crítica, que desentumece el pensamiento y que se constituye como un sector social no plegado a discursos preestablecidos sino que al contrario, pone en cuestión en muchas oportunidades la verdad “oficial”.

Una vez más, un músico valiente, comprometido y que podrá gustar más o menos, pero que nunca ha dejado de expresar en sus letras un mensaje crítico y sincero con aquello que en esta sociedad debe ser criticado, ha vuelto a ser el objetivo elegido por la derecha madrileña. Cesar Strawberry, líder de Def Con Dos, quien fue acusado de “enaltecimiento del terrorismo” y procesado en la Audiencia Nacional, la institución que tomó el relevo en los años de la transición del antiguo Tribunal de Orden Público franquista, ha visto como una vez más la censura cercena no solamente su derecho a la libertad de expresión, sino el derecho de todos los madrileños y madrileñas, y más concretamente el de los vecinos y vecinas de mi barrio, Tetuán, a disfrutar de la actuación de su ya legendario grupo, Def Con Dos.

Haciendo una vez más gala de esa mentalidad dictatorial, arbitraria y liberticida que como dije en el encabezamiento de este artículo, está en lo más intrínseco de la derecha española, el Ayuntamiento de Madrid ha decidido prohibir la actuación en las fiestas del barrio de Tetuán a Def Con Dos. En un twit emitido por la concejala del distrito, Blanca Pinedo Texidor, se dice textualmente: “Hemos cancelado el concierto de Def con Dos de mañana en el Parque Rodríguez Sahagún. Consideramos que no es digno de una institución que representa a los madrileños promover la actuación de un grupo cuyo cantante ha sido condenado por enaltecimiento del terrorismo”.

La concejala, manifestando o bien de un sectarismo propio de mentalidades muy alejadas de una concepción democrática de la vida y de la sociedad, o bien de una ignorancia palmaria que la incapacita abiertamente como cargo público, obvia el hecho público, notorio y demostrado de que Cesar Strawberry, en la causa abierta bajo esa acusación hace cuatro años, ha sido dos veces absuelto de tales supuestos delitos, y que ante los sucesivos recursos presentados, existe ahora mismo un recurso de amparo interpuesto por su defensa ante el tribunal constitucional que está pendiente de resolver. Por lo tanto, si esta concejala tuviera alguna noción mínima de los principios generales del derecho, o si alguno de sus asesores lo tuviera, sabrían que Cesar Strawberry NO ESTÁ CONDENADO EN SENTENCIA FIRME Y DEFINITIVA POR DELITO ALGUNO DE “ENALTECIMIENTO DEL TERRORISMO”. Su argumentación, por ende, se viene completamente abajo dado que no existe ninguna base jurídica para prohibir esa actuación apoyándose en una condena que aún debe ser examinada por el Tribunal Constitucional e incluso si se diera el caso, por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Pero el problema fundamental no es ni siquiera de carácter técnico-jurídico. Es un ataque directo y abierto a la libertad de expresión, ataque del que existen numerosos precedentes siempre protagonizados por los partidos de la foto de Colón. Ataque que en este caso, se basa en dos factores perfectamente claros e identificables: uno, en el contexto de unas tormentosas negociaciones entre la derecha salvaje, la derecha oportunista y la derecha condenada por los tribunales como organización criminal para repartirse la tarta del poder en el ayuntamiento y la comunidad de Madrid, sumar puntos por parte de los chicos del “valor seguro” ante los chantajistas del soufflé para que aflojen un poco la tenaza en la que les han metido. Dicho de otra forma, complacerles en su afán por reinstaurar la censura franquista con una actuación que sin duda, complace a los votantes de la caverna. Dos, hacer una demostración de sus intenciones, una demostración de poder. Decir bien alto y dejar bien a las claras que la finca es suya de nuevo, y que van a ejercer de dueños y señores de ella.

Hace algunos años, publiqué un libro de investigación y reportajes, La Caza de Brujas acerca de la censura y la persecución política y judicial que se organizó desde los medios de comunicación de la derecha, sus firmas más reconocidas en el entorno ultra –Alfonso Rojo, Ussía, Losantos, etc.- el Partido Popular y el gobierno Aznar contra los grupos y artistas más relevantes del rock vasco, al calor de la inefable “guerra contra el terrorismo” auspiciada desde la administración Bush en 2001-2002, que sirvió como la coartada perfecta para iniciar una campaña inquisitorial contra todo discurso disidente de la “verdad oficial” y que se centró en un estilo musical con un fuerte componente reivindicativo y contestatario como el rock en el estado español, y más específicamente en los grupos de rock vascos con un mensaje más duro contra la represión que las y los jóvenes vascos sufrían desde los años 80 y la implantación del tristemente célebre Plan ZEN del ministro Barrionuevo.

En ese libro, argumenté, expliqué y mostré como al final los tribunales de justicia absolvieron a los principales acusados de supuestos delitos de apología del terrorismo –SoziedadAlkoholika, Su Ta Gar, BerriTxarrak- en tanto en cuanto nunca se aportó por parte de la acusación ni de la fiscalía una sola prueba que estuviera dotada de la suficiente apoyatura jurídica para sustentar una acusación así, dándose además el escandaloso y bochornoso caso de que cuando un grupo ultraderechista intentó hacer estallar un artefacto explosivo en una actuación de Fermín Muguruza en Barcelona, los responsables de este atentado terrorista en grado de tentativa nunca pisaron la Audiencia Nacional. En cambio, Fermín Muguruza sí tuvo que comparecer ante esta instancia judicial denunciado por alguien como el alto cargo de la guardia civil Rodríguez Galindo, quien por su condición de miembro de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) y participación en actividades de terrorismo de Estado, en 2000 fue condenado a 71 años de prisión por secuestro y asesinato y a la pérdida de empleo y grado en su carrera dentro de la Benemérita.

Una vez más, y obviamente coincidiendo con el regreso de la derecha a Madrid, en este caso además apoyada y amedrentada por los ultras herederos de Blas Piñar, por desgracia lo narrado en ese libro, que debería formar parte del pasado, de un pasado negro por supuesto, pero pasado al fin y a la postre, vuelve a ser actualidad.

Un último apunte sobre la hipocresía que rodea todo este lamentable asunto, más allá de la constatación de que Madrid vuelve a las tinieblas y de que la lucha contra la censura, la represión y la arbitrariedad va a ser muy cruda: recordemos, en información facilitada por Público, como el rappero Brecho KV, administrador de Komando Vikálvaro, un grupo de rap de la localidad madrileña, ha sido “sancionado administrativamente” por lucir públicamente una pegatina en la que se leía la frase “Almeida Carapolla, seremos tu peor pesadilla”, ejemplo muy significativo de las intenciones de este nuevo consistorio. Ante esta ofensiva ultra, será muy necesaria una implicación y un compromiso lo más intenso posible con la defensa de la libertad de expresión y la solidaridad con los represaliados, cosa que en el mundo del rock, y así hay que decirlo porque es verdad, apenas se vio cuando se desató la caza de brujas contra Soziedad Alkóholika o Su Ta Gar, en donde muchos músicos, periodistas y seguidores del rock supuestamente “reivindicativos”, bien por miedo o por oportunismo, adoptaron posturas difícilmente justificables. 

Termino esta reflexión con el twit de César Strawberry sobre lo sucedido, y que me parece que es la más acertada conclusión a todo lo expuesto. “Tenemos un partido en la alcaldía condenado por corrupción. A ver si lo suspendéis también”.

Nada que añadir.

Duki, el artista argentino de 23 años, llenó ayer la Sala La Riviera en un concierto enérgico en el que nadie paró quieto durante más de 2 horas.

Duki no es uno de esos artistas que tengan pocas canciones, sin haber sacado un disco todavía (aunque ya ha anunciado que está en camino) entre colaboraciones y canciones en solitario es prácticamente imposible recordar todos los temas que han salido durante los últimos dos años.

Estamos ante un músico que comenzó su carrera hace 2 años y que se ha convertido en un icono de la música Trap como mostró ayer el concierto en Madrid.

Ayer en Madrid, muy lejos de su ciudad natal y de donde provienen la mayoría de sus seguidores, todos los temas fueron cantados por la sala. Todos los temas hicieron que el que el público saltara, gritara o disfrutara, es el efecto Duki.

Para los que no conocéis a Duki esta es su historia en pocas líneas: Pasó de rapear en las plazas de Argentina en competiciones de freestyle a hacer música y volverse el artista principal de un nuevo movimiento: el Trap Argentino.

En la playlist de spotifyThis is Duki” en el subtitulo se lee: “De freestyler a jefe del Trap”, lo explicado anteriormente; pero esta evolución no es exclusiva de la música, los conciertos de Duki han subido de nivel respecto a lo que veíamos hace solo unos meses.

Ser el propulsor de un nuevo movimiento musical, significa crecer a la par que este. En los primeros conciertos de Duki no era raro que los micrófonos fallasen, el audio desapareciese en la mitad del show… Algo normal para un artista que está empezando, pero en sus primeros conciertos el argentino ya era un fenómeno de masas que llenaba salas.

Ayer vimos algo totalmente distinto, con el famoso productor “Orodembow” en la mesa y los artistas Moonkey y West Dubay precediendo a Duki, el argentino mostró un show mejorado, trabajado y que funcionó igual de bien cuando saltamos con “Hitboy” que cuando cantamos “She don´t give a fo”.

La gira ahora continúa en Bilbao y Barcelona antes de irse a Perú, Chile y México en cuestión de días. Parece seguro que Duki seguirá rompiendo barreras y avanzando en su revolución.

Temas de Duki:

  • Hitboy
  • She don’t give a fo:
  • Quavo:

Música de Duki:

Espacio Público reunió una vez más a un buen grupo de amigas, amigos, seguidores y seguidoras en un nuevo encuentro, esta vez festivo, pre-veraniego, que sus promotores aprovecharon para hablar un poco sobre la vida de esta plataforma dedicada a la reflexión y el debate sobre grandes temas de nuestra época.

Un centenar de personas acudieron a la sede de Ecooo, ejemplo de organización dedicada a impulsar la transición hacia un nuevo modelo energético. Acogió una vez más Espacio Público en su sede de Lavapiés.

Se trataba de pasar un buen rato entre gentes habitualmente interesadas en la difusión de conocimiento, pensamiento crítico y contraste entre puntos de vista. Es a lo que se dedica este Espacio desde hace seis años.

Por ese motivo, la directora de Público, Ana Pardo de Vera, y otras tres personas vinculadas al grupo promotor, Maria Eugenia Rodríguez Palop, Pedro Chaves y Lourdes Lucía hablaron durante unos minutos sobre los debates virtuales y presenciales que se han impulsado desde el año 2013, sobre el que ahora mismo se encuentra abierto en la red, “El Trumpismo, la nueva barbarie”, la renovación de su página web, los nuevos lugares abiertos para el análisis de la realidad política económica y social, los nuevos contenidos culturales y la importancia que tiene para un medio de comunicación como Público la existencia de un Espacio dedicado al pensamiento y el debate.

Entre los cuatro destacaron la utilidad de su página web como una auténtica herramienta de referencia para el trabajo intelectual, recordaron debates como los que se han mantenido sobre la mayor o menor autenticidad de la democracia, las raíces de la crisis económica, la realidad europea, las políticas de austeridad, el conflicto entre Catalunya y el Estado, el TTIP, la inmigración, el municipalismo, la pobreza energética, la necesidad de reinventar la justicia, el rol social de los intelectuales y los medios de comunicación… y las contribuciones de personalidades como Josep Fontana, Manuela Carmena, Susan George, Francisco Louça, José Luís de Zárraga, Joaquín Estefanía, Jaime Pastor, Sami Nair, Jordi Borja, entre otras muchas.

Agradecieron el esfuerzo realizado por todos los que han hecho posible Espacio Público, en todos los aspectos, técnicos, logísticos, intelectuales, e invitaron a los asistentes a formar parte de la comunidad de Público, a impulsar los nuevos debates y a celebrar el encuentro con unas horas de fiesta.


Desde el 31 de mayo hasta el 16 de junio, el parque de El Retiro de Madrid recibe a millones de visitantes (en 2018 fueron algo más de dos millones de personas) que podrán ver, comprar y leer, en 361 casetas, cientos de libros, decenas de autores (y autoras). Según Manuel Gil, director de la FLM, este año se espera que haya más autoras presentes en la Feria, cosa lógica si tenemos en cuenta que aproximadamente el 65% de las personas que la visitan son mujeres.

Dato curioso y significativo: sólo 4 de los 78 carteles que anuncian las distintas ediciones de la Feria del Libro de Madrid han sido realizados por mujeres. Y tres de ellos son de las tres últimas ediciones. El de este año ha sido realizado por Sara Morante.

De las 361 casetas, 207 son de editoriales, 113 corresponden a librerías, 30 a instituciones/organismos oficiales y 11 a distribuidoras. Todo esto nos puede hacer pensar que podremos encontrar una gran variedad de títulos, materias, autores, autoras… Y así es, pero no en la proporción que se puede esperar. Existe una tendencia a la uniformización que podemos comprobar al ver que en muchas casetas se repiten los mismos títulos (los más vendidos). También es curioso el fenómeno de la atracción que despiertan personajes muy conocidos a través de la televisión, los cuales se han incorporado al mundo de la escritura con la publicación de algún texto sobre su faceta profesional: cocina, moda, espectáculo. Es un fenómeno ya típico de la FLM la formación de largas colas para obtener una firma o simplemente una fotografía del personaje admirado.

No se puede negar que hay libros excelentes, magníficos autores y autoras y grandes profesionales en las librerías y los editoriales más importantes. Son bien conocidos porque son los que ocupan un lugar preferente en los medios, los vemos en televisión, los escuchamos por la radio, leemos críticas de sus obras en los medios…

Pero hay otros que pasan desapercibidos para los grandes medios, y eso no quiere decir que no existan. Por el contrario, existen y merecen la pena. Siempre me ha parecido muy pretencioso recomendar una lista de “los mejores libros”. Porque para saber cuáles son los mejores habría que conocer la mayoría, cosa imposible si tenemos en cuenta que en España se publican unos 70.000 títulos al año. Aun así, y dentro de estas limitaciones, queremos hablar en este espacio de algunos libros que se alejan del pensamiento único y nos ofrecen ideas y análisis para la reflexión crítica.

Dicen, de Susana Sánchez Aríns, publicado por la editorial De Conatus.

Una obra curiosa e innovadora; todo un descubrimiento: el relato, a través de una voz compuesta por muchas voces, de una historia familiar atravesada por la represión franquista y el terror a las consecuencias de la guerra civil. Sin ser poesía ni ensayo ni novela, bebe de todas estas fuentes, componiendo una narración que te atrapa.

De Pepa Roma, Una familia imperfecta, publicado por Espasa en castellano y por Pagès Editors en catalán. Caseta 211

La historia de una saga familiar, que conocemos a través de una voz en primera persona, que cuenta la historia de tres generaciones de una familia catalana venida a menos, con sus misterios y dilemas. Una novela que nos ofrece también un recorrido por las últimas décadas de la historia de España, especialmente en Cataluña.

Laura Freixas, A mí no me iba a pasar, Ediciones B. Caseta 234

Laura Freixas es uno de los referentes más sinceros del feminismo actual. En este libro se ha atrevido a hacer una reflexión muy valiente, desde el plano más personal, sobre la vida privada y el feminismo.

Continuamos con varias obras de no ficción, ensayos desde un punto de vista crítico. Obras para conocer mejor lo que está pasando, para pensar y saber más.

María Eugenia Rodríguez Palop. Revolución feminista y políticas de lo común frente a la extrema derecha.  Editorial Icaria.

Una defensa de los derechos civiles, la alerta ante las involuciones democráticas, la bandera del feminismo como potencia transformadora de la sociedad y el método democrático y solidario para resolver los retos sociales, económicos y ecológicos derivados de las diferentes crisis y de la amenaza de la extrema derecha.

Juan Tortosa Periodistas: El arte de molestar al poder Editorial Roca. Caseta 335

Un recorrido que abarca cuatro décadas de profesión, a través del cual Juan Tortosa relata por medio de anécdotas personales una gran parte de la historia reciente, desde la Transición hasta la actualidad. Haber estado presente en muchos de los acontecimientos que se han producido, le ha permitido al autor ser testigo privilegiado de anécdotas, comportamientos, decisiones, que comparte en este libro con todas aquellas personas que quieran conocer mejor la historia de España en los últimos 40 años.

Bruno Estrada, La revolución tranquila, prólogo de Joaquín Estefanía. Editorial Bomarzo.

Bruno Estrada nos transmite la idea de que los procesos de transformación social profundos sólo se pueden realizar si se plantean desde espacios democráticos, puesto que la Historia nos ha enseñado que los procesos de cambio violentos convierten los avances en retrocesos.

José Manuel López. Microcracia. Política para hacer un país desde su gente. Prólogo de Manuela Carmena. Editorial Clave Intelectual. Caseta 350.

El autor defiende que puede haber un futuro nuevo si se sabe combinar la pluralidad y la energía, la creatividad y la perspectiva de la gente común a la acción de gobierno, al día a día de la política institucional. Este libro representa un loable esfuerzo de construcción teórica a partir de la experiencia directa de la política local.

Juan Carlos Monedero. La izquierda que asaltó el algoritmo (Catarata) Caseta 336

Los tiempos actuales de inteligencia artificial requieren nuevas propuestas por parte de la izquierda. Si durante el siglo XX las formaciones de izquierda lucharon contra enemigos reales en fábricas, calles, parlamentos,  hoy, el poder opera de otra forma, de manera invisible, y le ha encargado a un sofisticado amo del calabozo matemático, el algoritmo, demasiadas decisiones sobre nuestras vidas.

Enrique del Olmo (coautor con Jorge Urdánoz) Reformar el sistema electoral (Gedisa). Caseta 206

Para los autores, el sistema electoral es el corazón de la democracia, ya que de él depende la intuición fundamental de que somos los ciudadanos y las ciudadanas los que estamos al mando. Por eso es lo primero que deberíamos cambiar para poder cambiar todo lo demás.

José Manuel Naredo. Taxonomía del lucro. Editorial Siglo XXI de España. Caseta 164

Para Naredo, en la economía dominante el poder y el dinero caminan siempre juntos, generando redes clientelares que gobiernan la apropiación y redistribuyen el lucro, provocando enormes daños económicos, ecológicos y sociales.

Unai Sordo. ¿Un futuro sin sindicatos? Introducción y epilogo de Bruno Estrada. Editorial Catarata. Caseta 336

Unai Sordo da respuesta en este libro a muchos de los retos del sindicalismo en el siglo XXI: la afiliación y la negociación colectiva; la implicación de los jóvenes en la defensa de sus derechos; los vínculos del sindicato con el feminismo; su relación con los partidos políticos; sus fuentes de financiación; la amenaza, real o ficticia, que suponen la robotización y la digitalización; la influencia de los mercados globales en el futuro del trabajo.