Derecha y extrema derecha en el contexto neoliberal

  • Javier Segura

    Javier Segura

    Profesor de Historia

30.01.2017

Debate principal: El ascenso de la extrema derecha en Europa

La entronización de Donald Trump como presidente de Estados Unidos corrobora el proceso de derechización radical que, desde Estados Unidos, agita la política mundial desde la década de los 80 del pasado siglo. Para la extrema derecha europea, que en este año concurre a las elecciones en Francia, Alemania y Holanda con amplias probabilidades de éxito, significa un espaldarazo espectacular.

Existe un imaginario colectivo que establece una clara distinción entre la derecha y la extrema derecha, asociando la primera con el civismo político y la segunda con la arrogancia autoritaria y/o con el matonismo de los “activistas del odio”. Voy a permitirme hacer un esbozo histórico con objeto de contribuir al debate en torno a este proceso de “subidón integrista”, con perdón.

Veamos: al margen de avatares históricos, la distinción esencial entre las metáforas “derecha e izquierda” radica en la diferente concepción de la igualdad-desigualdad social. En general, la filosofía política de la izquierda interpreta la desigualdad social, no sólo como una injusticia moral, sino como el inevitable resultado de la explotación de la fuerza laboral por la empresa privada capitalista, mientras que el “derechismo”, la concibe como algo congénito a la condición humana, por lo que no tiene por qué abogarse por su erradicación.

En la actualidad el orden que sustenta la derecha es el neoliberal, fruto de la “revolución conservadora” que protagonizaron el presidente Ronald Reagan en Estados Unidos (1980-1989) y la primera ministra Margaret Thacher en Gran Bretaña (1979-1990). El objetivo real de este “complot de los privilegiados”, cocinado entre bancos de Wall Street, la Reserva Federal estadounidense, las principales compañías transnacionales y organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, fue la recomposición del poder de clase de las élites empresariales y financieras mediante el progresivo desmantelamiento del Estado del Bienestar y la imposición paralela del marco adecuado para mercantilizar los bienes públicos, devaluar los derechos laborales y garantizar un trato privilegiado al gran capital privado. En otras palabras, para consolidar el modelo de acumulación de capital por desposesión de la ciudadanía, tanto más eficaz cuanto más desactivados estén los mecanismos de solidaridad social. ¿Es ésto derecha o ultraderecha?

El conjunto de miedos e incertidumbres derivadas de la perversa combinación entre la “desigualdad social por decreto”, el secuestro de la democracia por las élites y la exposición de “lo público” a la corrupción del dinero han servido de caldo de cultivo para el ascenso de la extrema derecha en Estados Unidos y Europa, a expensas de una parte sustancial del espacio político tradicional de la derecha conservadora, visiblemente vinculada al establishment.

La estrategia de la extrema derecha se basa en la explotación del miedo a quien ella misma señale como el enemigo que amenaza la identidad nacional, para utilizarlo como el chivo expiatorio del malestar social y, de esta forma, justificar todo un programa de fobias y odios que conciten la adhesión popular.

Como el enemigo debe ser reconocido como “diferente” o “extraño” al cuerpo social, culturalmente homogéneo, es el extranjero quien mejor cumple dicha condición, en particular el inmigrante extra-nacional, indecentemente asociado al paro de los nacionales, el colapso de los servicios públicos o la delincuencia, el refugiado, cruelmente tildado de invasor y el musulmán inmoralmente vinculado al yihadismo. En este marco paranoico, cualquier “disidencia” que interese desacreditar o desactivar es susceptible de ser incluida en el catálogo de terribles amenazas (“a las señas de identidad”, “al sistema” o a la “unidad nacional”) de las que “hay que protegerse”. Así, esta idea sobredimensionada del “enemigo” fundamenta todos los tópicos del discurso ultraderechista, con intensidad variable según las organizaciones: xenofobia, racismo, islamofobia, homofobia, antifeminismo-misoginia, anticomunismo…, todo un ideario infracultural en el que no hay pudor para adulterar los significados reales del lenguaje si ello puede servir para sembrar miedo y odio en la sociedad. En esta parafernalia, la retórica antiélites, algo que permite a la extrema derecha mostrarse como alternativa al sistema cuando no lo es, actúa como el complemento ideológico para capturar la aprobación popular. Cuidado: este discurso anti-élites, en el que “las elites” se confunden en “el régimen oligárquico de los partidos” (partitocracia) en el que todos son igualmente corruptos, expresa, un menosprecio de fondo al pluralismo democrático.

El auge de la extrema derecha no se explica sólo con la crisis actual. Viene de más lejos.

En Estados Unidos, este viraje ultraderechista radical se inscribe en la trayectoria seguida desde los años 80 por el Partido Republicano, basada en la fusión de la ortodoxia económica, el mesianismo cristiano y el nacionalismo cultural, trayectoria a la que Donald Trump ha añadido el discurso de la recuperación de la grandeza de la “nación americana” y la impúdica exhibición mediática de la inmoralidad.

En Europa, los partidos enmarcados en la extrema derecha han crecido de manera espectacular en la última década y cuentan ya con una fuerte presencia institucional. Todos ellos, desde los que obedecen sin complejos al credo marcial del nazismo (Jobbik en Hungría o Amanecer Dorado en Grecia), como los vinculados en su origen al fascismo histórico (Frente Nacional en Francia) o los que no proceden del mismo, tienen en común el discurso básico del nacionalismo excluyente y todos ellos han encontrado en Trump el aliado transatlántico para dar rienda suelta a su particular “patriotismo”.

En España, al margen de las tribus nostálgicas del franquismo, la extrema derecha está plenamente incorporada al juego político a través del Partido Popular, fiel guardián de los “valores” de la dictadura (nacionalismo español esencialista, el nacional-catolicismo) y delegado natural del credo neoliberal.

Gran parte de los postulados de la extrema derecha han sido asumidos por la derecha clásica, sobre todo en lo que atañe a las políticas migratorias, claramente discriminatorias y punitivas, y a las políticas represivas en materia de derechos y libertades. Ambas “derechas” comparten valores básicos, como la idea de la propiedad privada como pilar básico de la sociedad, el mito de la nación como realidad superior a la de sus propios habitantes y la apreciación de la jerarquía como elemento consustancial de la sociedad, algo que permanece camuflado cuando se recurre interesadamente al epíteto vacío de “populismo” para definir a la extrema derecha y marcar las distancias políticamente correctas.

En el tablero diseñado por el neoliberalismo, la extrema derecha cumple una función: la de ocultar las raíces reales de la injusticia social y la crisis para, de esta forma, neutralizar la posibilidad de que se cuestione la responsabilidad en la misma de los megacapitales, cuya capacidad para seguir en el puente de mando de la globalización no depende de que haya o no haya repliegues nacionalistas. Lo que hace la extrema derecha es sembrar la discordia entre los perdedores del modelo neoliberal, fomentando, por una parte, el orgullo de sentirse superior y, por otra, canalizando la ira popular hacia los colectivos más vulnerables. Así, mientras se alimenta la guerra entre pobres, los cenáculos neoliberales siguen repartiéndose el pastel y la fractura social no deja de acrecentarse. Pongamos el dedo en la llaga.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
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  • David Perejil

    Periodista e integrante de la Secretaría de RRII de Podemos

    ¿Qué ha sucedido en Austria, Francia y otros países para que partidos que hace unos años contaban con apenas unos miles o centenares de miles de seguidores en 2016 se hayan colocado en posiciones cercanas, hayan convertido el referéndum del Brexit en un plebiscito antiinmigrantes, o para que más de 60 millones de estadounidenses hayan elegido un presidente abiertamente machista y racista como Donald Trump? ¿Por qué en España no hay grandes fuerzas o debates de extrema derecha? En el recién culminado 2016, la lista de partidos que, partiendo desde posiciones de extrema derecha, neofascistas, tradicionalistas o populistas de derechas,...
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  • Rosa Martínez

    Diputada de Unidos Podemos y coportavoz de EQUO

    La derrota de la extrema derecha en Austria en diciembre hizo respirar aliviada a (una parte de) Europa. Sí, también a aquellos que sus políticas y sus medias tintas han contribuido a que opciones políticas xenófobas y autoritarias ganen apoyo popular y electoral. ¿Qué ha pasado en Austria para que haya sido una de las pocas buenas noticias electorales de 2016? Para entender el contexto, debemos tener en cuenta que la etiqueta “perdedores de la globalización” -utilizada para explicar el apoyo de las clases populares a partidos de extrema derecha- no puede aplicarse de forma general al electorado del...
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  • Stelios ​Kouloglou

    Eurodiputado de Syriza y periodista

    El auge de los partidos populistas de extrema derecha en Europa es consecuencia directa de las políticas de austeridad y del hundimiento de los principios de democracia, justicia social y solidaridad, todos ellos pilares fundacionales de la Unión Europea. El Brexit parece reforzar a las fuerzas de ultraderecha y llevó también a la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, incluso si los partidarios del Brexit aparentan estar desorientados sobre la gestión del Brexit y el día siguiente de las relaciones entre Gran Bretaña y la UE. El auge de la ultraderecha se asemeja a los años 1920 y 1930...
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  • Miguel Urban

    Europarlamentario de Podemos. Coautor con G. Donaire de 'Disparen a los refugiados'

    Si hay un elemento común a las principales formaciones de extrema derecha a nivel europeo ese es el conjunto de planteamientos restrictivos en relación a la inmigración. Prácticamente la totalidad de las organizaciones de este heterogéneo ambiente político apunta a las y los inmigrantes, preferentemente pobres y “no occidentales”, como chivo expiatorio de una supuesta degradación socioeconómica y cultural de Europa y de los países receptores. Es más, estas posturas se han propagado, con relativa facilidad, mucho más allá de su contexto de producción, permeando el debate político en su conjunto y siendo parcialmente asumidas por muchos partidos mayoritarios...
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  • Nick Dearden

    Director de Global Justice Now (Reino Unido)

    Cualesquiera que fueran las razones de los británicos para votar en junio a favor de salir de la Unión Europea, lo que se ha producido es un gran giro del debate nacional, que se ha decantado hacia a la derecha autoritaria y la anti-inmigración. El debate en sí se produjo debido a una profunda y antigua división dentro del Partido Conservador británico. En el partido no hay acuerdo, fundamentalmente, sobre si Gran Bretaña debe orientarse hacia Europa o hacia el antiguo Imperio (Commonwealth) y los Estados Unidos. Este último grupo -algunos de los cuales se han unido al Partido de la...
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  • Rubén Ruiz Ramas

    Investigador de la City University of London

    “Seguiremos de cerca a cada musulmán que entre en el país...El Islam no tiene lugar en Eslovaquia…No deseo que un día hubiera decenas de miles de musulmanes”. Estas palabras fueron mencionadas por el primer ministro socialdemócrata de Eslovaquia, Robert Fico, en mayo de 2016, semanas antes de asumir la presidencia de la UE. Su partido, Dirección-Socialdemocracia, es miembro del Partido Socialista Europeo. Su vecino, el presidente checo Milos Zeman, igualmente socialdemócrata, afirmó en junio de 2011: "el enemigo es la anti-civilización que se extiende desde el norte de África hasta Indonesia. Dos mil millones de personas viven en ella"....
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  • Constanza Spocci

    Periodista colaboradora en "dalla parte del torto"

    En Polonia existe un vínculo muy fuerte entre la extrema derecha y la religión católica”, afirma Lucasz Jurczysyn, profesor en el Departameto de Sociología de Varsovia y experto en la extrema derecha. Aunque la Iglesia romana polaca es muy influyente, no es tan popular entre los jóvenes y, según Jurczysyn, movimientos de extrema derecha que están formados por jóvenes de edades entre 15-35 años, son un canal privilegiado para acercar a las nuevas generaciones a los dictados de la religión. “La Iglesia está con nosotros”. Quien habla es Piotr Glowacki, miembro del movimiento juvenil de extrema derecha Juventud...
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  • Marina Albiol

    Diputada en el Parlamento Europeo y responsable de relaciones internacionales de Izquierda Unida

    Cuando se habla del auge de la extrema derecha en Europa, se suele hacer tomando como referencia el crecimiento electoral de los partidos de ideologías fascistas, nacionalcatólicas o filonazis por todo el continente. Es una realidad empírica y, por tanto, incontestable. Ahí tenemos los resultados del pasado 4 de diciembre en Austria, donde el Partido Liberal Austriaco de Norbert Hofer, de corte claramente xenófobo, no consiguió ganar finalmente las elecciones, pero obtuvo un 47% de los votos. Los últimos sondeos en Francia apuntan a que Marine Le Pen y su Frente Nacional podrían situarse como ganadores en la primera vuelta...
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  • El testigo

    28/12/2016

    Octavio Colis

    Escritor

    Para que se hiciera posible mañana el proyecto de la ciudadanía internacional, unida a la institución del común como una tendencia ética inequívoca, sería necesario primero atraer definitivamente al ciudadano que se comporta como testigo airado en su relación con el mundo.Pero este objetivo parece muy difícil de cumplirse, ahora que gran parte de la ciudadanía desnuda parece querer encerrarse tras los muros de su identidad nacional y en esos supuestos valores de tradición y soberanía. Desde el final de la II Guerra Mundial parecía que los conceptos democracia y fascismo, o de izquierda y derecha, habían quedado suficientemente...
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  • Ska Keller

    Presidenta del grupo Los verdes / ALA en el parlamento europeo

    Crecí en una pequeña ciudad de Alemania, en la frontera con Polonia. A principios de los años noventa, esta ciudad no era sólo mi hogar y el de mi familia, también lo era de los neo-Nazis, y había muchos. Regresar de la escuela, del trabajo o de una fiesta era siempre potencialmente peligroso: encontrarse con un neonazi era siempre una posibilidad. La extrema derecha era una amenaza física para todos los que no formaban parte de ella, o peor, para los que luchaban activamente contra ella. Huelga decir que para mis amigos de color los nazis de mi ciudad...
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  • Rosa Regás

    Escritora

    El título sugiere que alguna vez Europa ha sido de izquierdas, pero no hace falta ir demasiado lejos en el pasado para darnos cuenta de que no es exactamente así. No quiero decir que no haya habido movimientos de izquierda, revolucionarios, que se hayan gestado en Europa y proliferado sus seguidores en ella, pero si exceptuamos los años de la Revolución Francesa, la izquierda europea es más bien escasa en experiencias de gobierno y en victorias electorales. Sin embargo, no puede decirse que durante los siete u ocho últimos siglos muchos de los países que la conforman hayan estado bajo...
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  • Thomas Coutrot

    Economista. Attac Francia

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  • Giorgia Bulli

    Investigadora en CCPP. Universidad degli Studi di Florencia

    ¿De qué se disfraza hoy la extrema derecha? ¿Partidos o movimientos? ¿Extrema derecha tradicional o posindustrial? ¿Populistas o fascistas del tercer milenio? ¿Quiénes son los representantes de la extrema derecha más exitosa hoy en Europa? La crisis económica y financiera global ha creado en los últimos años un terreno fértil para las reivindicaciones de carácter nacionalista o proteccionista en el ámbito económico e identitario no carente de rasgos xenófobos. Extremistas de derecha, viejos y nuevos, proponen soluciones simples a problemas complejos con un llamamiento a que la sociedad sea cada vez más cerrada. El cierre de las fronteras a los...
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  • Jorge Fernández Guerra

    Compositor. Premio Nacional de Música

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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Para mí una de las lecciones principales a extraer del auge de la extrema derecha es que la burguesía está lejos de actuar, en lo social y en lo político, con una sola voz. En alguna parte leí la afirmación de Marx que lo único que une a la clase burguesa es su mutuo miedo a los trabajadores; y los acontecimientos recientes confirman esta opinión. Es decir unos sectores burgueses están reemplazando a otros en la conformación del “bloque en el poder” y en la dirección del Estado, lo cual es de esperar que tenga incalculables consecuencias tanto en...
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  • Chantal Mouffe

    Filósofa y politóloga belga

    Tras el éxito del Brexit en el Reino Unido y la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, los medios están difundiendo el temor de que las democracias liberales occidentales están en peligro de ser conquistadas por partidos de extrema derecha con la voluntad de instalar regímenes 'fascistas'. ¿Qué debemos hacer ante este miedo? Las democracias liberales se enfrentan sin duda a una crisis de representación que se manifiesta por un creciente descontento con los partidos 'tradicionales' y por el surgimiento de movimientos anti-establishment. Esto representa un verdadero desafío para la política democrática y puede conducir a un debilitamiento...
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