El testigo

  • Octavio Colis

    Octavio Colis

    Escritor

28.12.2016

Debate principal: El ascenso de la extrema derecha en Europa

Para que se hiciera posible mañana el proyecto de la ciudadanía internacional, unida a la institución del común como una tendencia ética inequívoca, sería necesario primero atraer definitivamente al ciudadano que se comporta como testigo airado en su relación con el mundo.Pero este objetivo parece muy difícil de cumplirse, ahora que gran parte de la ciudadanía desnuda parece querer encerrarse tras los muros de su identidad nacional y en esos supuestos valores de tradición y soberanía.

Desde el final de la II Guerra Mundial parecía que los conceptos democracia y fascismo, o de izquierda y derecha, habían quedado suficientemente aclarados intelectual, teórica y prácticamente, de manera que los grupos políticos emergentes y sus líderes sabrían situarse estratégicamente en los proyectos y prácticas consecuentes al desideratum democrático que proponía cada modelo político social.

Derrotado y desprestigiado el fascismo, parecía tan deseable como inevitable que los objetivos de justicia y libertad irían unidos al de bienestar social sostenible y, con ese objetivo político, la vieja Europa comenzó a reponerse de sus heridas físicas y económicas, bajo la tutela y ayuda a fortiori de EEUU, empeñada ya en una carrera de progreso –entendido como capacidad de persuasión económica y militar- ligada fuertemente a la guerra fría contra el modelo soviético que la URSS proponía al mundo como alternativa al capitalismo. Feroces ambos, capitalismo y comunismo soviético, dejaron rehacerse a la vieja Europa haciendo como que permitían a sus líderes políticos creer que podrían recuperar alguna vez el poder que habían perdido, olvidando éstos que el poder no es un bien tangible que se posee, sino que se ejerce; si no se ejerce poder, no se tiene poder. Durante décadas, los partidos de centro izquierda europea fueron apuntalando el concepto de democracia representativa, en ese juego de alternancias bipartidistas decimonónicas que deja sin opciones a cualquier tercero, a cualquier opción política en discordia, haciendo para ello institución de los partidos, pero no de los votantes, abandonados a su condición de consumidores, mientras que los partidos de derecha capitalista observaban y dejaban hacer, aparentemente en segundo plano, tomando fuerza como alternativa democrática, apareciendo dispersos y puntuales en aquellos lugares en los que el fracaso político de los partidos de centro izquierda les dejaba espacio para postularse como alternativa, porque ya se mostraban asumiendo la democracia representativa como un bien, decían ser democráticos y avalados, precisamente, por sus contrarios bipartidistas.

Cuando el modelo socialdemócrata europeo empezó a fracasar claramente, los partidos de centro derecha -así se denominaban ellos a sí mismos- empezaron a mostrarnos su fuerza y ligazón al capital internacional de las grandes corporaciones, y sus líderes fueron descubriendo sin disimulo su estrecha relación con los intereses del gran capital y con sus objetivos. Así han ido surgiendo, por el descontento popular, como desinencias de los representantes, por un lado los disidentes de los partidos de supuesta izquierda, organizados en movimientos ciudadanos independientes, reclamando activamente democracia participativa y, por el otro lado, los movimientos ultraderechistas (puesto que los partidos o tendencias de los que provienen ya eran de derecha sin disimulo, no de centro derecha) de los que en nombre de la pertenencia al país en el que han nacido –exaltando la propiedad sionista o divina del lugar- reclaman la desvinculación del proyecto paneuropeo de convivencia, que habíamos dado en llamar UE. Con el agravamiento sine die de la crisis económica, provocadora y provocada por la avidez descontrolada del Gran Capital, el euroescepticismo ha ido ganando adeptos en ambas tendencias centrífugas.

La ultraderecha social, siempre empeñada en definirse apolítica, dice creer que han sido superadas las definiciones de izquierda y derecha, y denuncian muy violentamente el crecimiento del islam migrante como la mayor amenaza exterior que acorrala ahora a Europa, y proponen el regreso a los nacionalismos excluyentes, la vuelta a la propia identidad nacional, a la tradición y a la soberanía, entendida literalmente como independencia intramuros, como en la época medieval de las ciudades estado; pero no ven peligro alguno para esa soberanía en los tratados de libre comercio de sus países con los gigantes internacionales, tratados como el TTIP, que precisamente dejarían a las Constituciones de sus patrias –ya de por sí retóricas y vacías de contenido real- como documentos de rango inferior frente a los derechos legales vinculantes que podrían ejercer esos tratados para los intereses capitalistas, para mayor acumulación y libertad comercial de las grandes corporaciones internacionales.

La ultraderecha social renuncia no ya a la democracia representativa, y cuánto más a la participativa, sino a la propia ciudadanía individual democrática que le permitiría la propuesta de leyes populares, la participación en la política activa internacional, la institución del interés común, para convertirse en testigos solitarios de lo que haya de venir.

Ese testigo que descarga su incomodidad en el estado de las cosas no contra quien lo provoca, sino contra los chivos expiatorios, el extranjero, en el que ve el origen de todos sus males, también carga contra quienes defendemos la institución del común y un mundo sin fronteras, anticapitalista, feminista, ecologista, porque la irresistible ascensión de la ultraderecha europea está basada en los mitos de la propiedad, la nacionalidad y la depredadora naturaleza humana. Y el individuo inane que es el testigo europeo “apolítico” cree que su ultraderechismo, que no reconoce sino como reactivo, es de origen natural, y la verdad es que es más fácil engañarle que demostrarle que le están engañando los del Partido de la Libertad de Austria; del Frente Nacional para la unidad francesa; del Partido de la Independencia del Reino Unido; de Alternativa para Alemania; los húngaros del Jobbik; los griegos del Amanecer Dorado; los de Fuerza Nueva italiana; los Verdaderos finlandeses; los del Partido Popular Danés; del partido Los Demócratas Suecos; los de Unión Democrática Croata; los polacos de Ley y Justicia; los holandeses del Partido de la Libertad; los del Interés Flamenco, los del Partido Nacional Renovador de Portugal; los del Partido Popular español… y tantos otros. Convendría, cuanto antes, trabajar para instituir el derecho internacional a la inapropiabilidad de lo común.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Javier Segura

    Profesor de Historia

    La entronización de Donald Trump como presidente de Estados Unidos corrobora el proceso de derechización radical que, desde Estados Unidos, agita la política mundial desde la década de los 80 del pasado siglo. Para la extrema derecha europea, que en este año concurre a las elecciones en Francia, Alemania y Holanda con amplias probabilidades de éxito, significa un espaldarazo espectacular. Existe un imaginario colectivo que establece una clara distinción entre la derecha y la extrema derecha, asociando la primera con el civismo político y la segunda con la arrogancia autoritaria y/o con el matonismo de los “activistas del odio”....
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  • Pablo Castaño Tierno

    Politólogo

    Hace unas semanas, Marine Le Pen volvió a ocupar las portadas de los periódicos las de todo el mundo al anunciar su intención de prohibir que los hijos de inmigrantes tengan acceso a la escuela pública, si gana las elecciones presidenciales de este año. Después de las victorias del Brexit y Donald Trump, una inquietante pregunta se repite cada vez más a menudo: ¿puede ganar Marine Le Pen? Según todas las encuestas, la segunda vuelta de las elecciones francesas enfrentará a la presidenta del Frente Nacional con el candidato de la derecha tradicional, François Fillon, y este ganará sin problemas....
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  • David Perejil

    Periodista e integrante de la Secretaría de RRII de Podemos

    ¿Qué ha sucedido en Austria, Francia y otros países para que partidos que hace unos años contaban con apenas unos miles o centenares de miles de seguidores en 2016 se hayan colocado en posiciones cercanas, hayan convertido el referéndum del Brexit en un plebiscito antiinmigrantes, o para que más de 60 millones de estadounidenses hayan elegido un presidente abiertamente machista y racista como Donald Trump? ¿Por qué en España no hay grandes fuerzas o debates de extrema derecha? En el recién culminado 2016, la lista de partidos que, partiendo desde posiciones de extrema derecha, neofascistas, tradicionalistas o populistas de derechas,...
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  • Rosa Martínez

    Diputada de Unidos Podemos y coportavoz de EQUO

    La derrota de la extrema derecha en Austria en diciembre hizo respirar aliviada a (una parte de) Europa. Sí, también a aquellos que sus políticas y sus medias tintas han contribuido a que opciones políticas xenófobas y autoritarias ganen apoyo popular y electoral. ¿Qué ha pasado en Austria para que haya sido una de las pocas buenas noticias electorales de 2016? Para entender el contexto, debemos tener en cuenta que la etiqueta “perdedores de la globalización” -utilizada para explicar el apoyo de las clases populares a partidos de extrema derecha- no puede aplicarse de forma general al electorado del...
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  • Stelios ​Kouloglou

    Eurodiputado de Syriza y periodista

    El auge de los partidos populistas de extrema derecha en Europa es consecuencia directa de las políticas de austeridad y del hundimiento de los principios de democracia, justicia social y solidaridad, todos ellos pilares fundacionales de la Unión Europea. El Brexit parece reforzar a las fuerzas de ultraderecha y llevó también a la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, incluso si los partidarios del Brexit aparentan estar desorientados sobre la gestión del Brexit y el día siguiente de las relaciones entre Gran Bretaña y la UE. El auge de la ultraderecha se asemeja a los años 1920 y 1930...
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  • Miguel Urban

    Europarlamentario de Podemos. Coautor con G. Donaire de 'Disparen a los refugiados'

    Si hay un elemento común a las principales formaciones de extrema derecha a nivel europeo ese es el conjunto de planteamientos restrictivos en relación a la inmigración. Prácticamente la totalidad de las organizaciones de este heterogéneo ambiente político apunta a las y los inmigrantes, preferentemente pobres y “no occidentales”, como chivo expiatorio de una supuesta degradación socioeconómica y cultural de Europa y de los países receptores. Es más, estas posturas se han propagado, con relativa facilidad, mucho más allá de su contexto de producción, permeando el debate político en su conjunto y siendo parcialmente asumidas por muchos partidos mayoritarios...
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  • Nick Dearden

    Director de Global Justice Now (Reino Unido)

    Cualesquiera que fueran las razones de los británicos para votar en junio a favor de salir de la Unión Europea, lo que se ha producido es un gran giro del debate nacional, que se ha decantado hacia a la derecha autoritaria y la anti-inmigración. El debate en sí se produjo debido a una profunda y antigua división dentro del Partido Conservador británico. En el partido no hay acuerdo, fundamentalmente, sobre si Gran Bretaña debe orientarse hacia Europa o hacia el antiguo Imperio (Commonwealth) y los Estados Unidos. Este último grupo -algunos de los cuales se han unido al Partido de la...
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  • Rubén Ruiz Ramas

    Investigador de la City University of London

    “Seguiremos de cerca a cada musulmán que entre en el país...El Islam no tiene lugar en Eslovaquia…No deseo que un día hubiera decenas de miles de musulmanes”. Estas palabras fueron mencionadas por el primer ministro socialdemócrata de Eslovaquia, Robert Fico, en mayo de 2016, semanas antes de asumir la presidencia de la UE. Su partido, Dirección-Socialdemocracia, es miembro del Partido Socialista Europeo. Su vecino, el presidente checo Milos Zeman, igualmente socialdemócrata, afirmó en junio de 2011: "el enemigo es la anti-civilización que se extiende desde el norte de África hasta Indonesia. Dos mil millones de personas viven en ella"....
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  • Constanza Spocci

    Periodista colaboradora en "dalla parte del torto"

    En Polonia existe un vínculo muy fuerte entre la extrema derecha y la religión católica”, afirma Lucasz Jurczysyn, profesor en el Departameto de Sociología de Varsovia y experto en la extrema derecha. Aunque la Iglesia romana polaca es muy influyente, no es tan popular entre los jóvenes y, según Jurczysyn, movimientos de extrema derecha que están formados por jóvenes de edades entre 15-35 años, son un canal privilegiado para acercar a las nuevas generaciones a los dictados de la religión. “La Iglesia está con nosotros”. Quien habla es Piotr Glowacki, miembro del movimiento juvenil de extrema derecha Juventud...
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  • Marina Albiol

    Diputada en el Parlamento Europeo y responsable de relaciones internacionales de Izquierda Unida

    Cuando se habla del auge de la extrema derecha en Europa, se suele hacer tomando como referencia el crecimiento electoral de los partidos de ideologías fascistas, nacionalcatólicas o filonazis por todo el continente. Es una realidad empírica y, por tanto, incontestable. Ahí tenemos los resultados del pasado 4 de diciembre en Austria, donde el Partido Liberal Austriaco de Norbert Hofer, de corte claramente xenófobo, no consiguió ganar finalmente las elecciones, pero obtuvo un 47% de los votos. Los últimos sondeos en Francia apuntan a que Marine Le Pen y su Frente Nacional podrían situarse como ganadores en la primera vuelta...
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  • El testigo

    28/12/2016

    Octavio Colis

    Escritor

    Para que se hiciera posible mañana el proyecto de la ciudadanía internacional, unida a la institución del común como una tendencia ética inequívoca, sería necesario primero atraer definitivamente al ciudadano que se comporta como testigo airado en su relación con el mundo.Pero este objetivo parece muy difícil de cumplirse, ahora que gran parte de la ciudadanía desnuda parece querer encerrarse tras los muros de su identidad nacional y en esos supuestos valores de tradición y soberanía. Desde el final de la II Guerra Mundial parecía que los conceptos democracia y fascismo, o de izquierda y derecha, habían quedado suficientemente...
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  • Ska Keller

    Presidenta del grupo Los verdes / ALA en el parlamento europeo

    Crecí en una pequeña ciudad de Alemania, en la frontera con Polonia. A principios de los años noventa, esta ciudad no era sólo mi hogar y el de mi familia, también lo era de los neo-Nazis, y había muchos. Regresar de la escuela, del trabajo o de una fiesta era siempre potencialmente peligroso: encontrarse con un neonazi era siempre una posibilidad. La extrema derecha era una amenaza física para todos los que no formaban parte de ella, o peor, para los que luchaban activamente contra ella. Huelga decir que para mis amigos de color los nazis de mi ciudad...
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  • Rosa Regás

    Escritora

    El título sugiere que alguna vez Europa ha sido de izquierdas, pero no hace falta ir demasiado lejos en el pasado para darnos cuenta de que no es exactamente así. No quiero decir que no haya habido movimientos de izquierda, revolucionarios, que se hayan gestado en Europa y proliferado sus seguidores en ella, pero si exceptuamos los años de la Revolución Francesa, la izquierda europea es más bien escasa en experiencias de gobierno y en victorias electorales. Sin embargo, no puede decirse que durante los siete u ocho últimos siglos muchos de los países que la conforman hayan estado bajo...
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  • Thomas Coutrot

    Economista. Attac Francia

    En Europa, como en Estados Unidos, la extrema derecha populista prospera gracias a las frustraciones de las clases medias y populares blancas, a las que les promete volver a un pasado idealizado de orden y prosperidad. Un pasado en el que las clases populares se beneficiaban de una relativa seguridad en sus vidas resguardadas por las fronteras nacionales. Un pasado también en el que los negros, los árabes, los chinos (y las mujeres) "se mantenían en su sitio"... El populista de derechas clama contra "las elites mundialistas y apátridas", absteniéndose en todo momento de criticar a las transnacionales de...
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  • Giorgia Bulli

    Investigadora en CCPP. Universidad degli Studi di Florencia

    ¿De qué se disfraza hoy la extrema derecha? ¿Partidos o movimientos? ¿Extrema derecha tradicional o posindustrial? ¿Populistas o fascistas del tercer milenio? ¿Quiénes son los representantes de la extrema derecha más exitosa hoy en Europa? La crisis económica y financiera global ha creado en los últimos años un terreno fértil para las reivindicaciones de carácter nacionalista o proteccionista en el ámbito económico e identitario no carente de rasgos xenófobos. Extremistas de derecha, viejos y nuevos, proponen soluciones simples a problemas complejos con un llamamiento a que la sociedad sea cada vez más cerrada. El cierre de las fronteras a los...
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  • Jorge Fernández Guerra

    Compositor. Premio Nacional de Música

    El ascenso de fuerzas de extrema derecha en Europa enciende numerosas alarmas, algunas de ellas remiten a las urgencias, a la organización inmediata de cortafuegos o al análisis apresurado de los contextos sociales. Pero hay otras alarmas que alumbran desde muy atrás, parecería que la extrema derecha funciona como una infección bacteriana, algo que está siempre ahí pero que solo se torna grave en momentos delicados del equilibrio social. Esta forma de enfocar el fenómeno presenta un desagradable automatismo que parece desmovilizar al pensamiento; como si un fenómeno así se situara al margen del análisis. Puede que el recurso a...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Para mí una de las lecciones principales a extraer del auge de la extrema derecha es que la burguesía está lejos de actuar, en lo social y en lo político, con una sola voz. En alguna parte leí la afirmación de Marx que lo único que une a la clase burguesa es su mutuo miedo a los trabajadores; y los acontecimientos recientes confirman esta opinión. Es decir unos sectores burgueses están reemplazando a otros en la conformación del “bloque en el poder” y en la dirección del Estado, lo cual es de esperar que tenga incalculables consecuencias tanto en...
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  • Chantal Mouffe

    Filósofa y politóloga belga

    Tras el éxito del Brexit en el Reino Unido y la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, los medios están difundiendo el temor de que las democracias liberales occidentales están en peligro de ser conquistadas por partidos de extrema derecha con la voluntad de instalar regímenes 'fascistas'. ¿Qué debemos hacer ante este miedo? Las democracias liberales se enfrentan sin duda a una crisis de representación que se manifiesta por un creciente descontento con los partidos 'tradicionales' y por el surgimiento de movimientos anti-establishment. Esto representa un verdadero desafío para la política democrática y puede conducir a un debilitamiento...
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