Populismo y desdiabolización, la receta de Marine Le Pen para ganar las elecciones presidenciales en Francia

  • Pablo Castaño Tierno

    Pablo Castaño Tierno

    Politólogo

26.01.2017

Debate principal: El ascenso de la extrema derecha en Europa

Hace unas semanas, Marine Le Pen volvió a ocupar las portadas de los periódicos las de todo el mundo al anunciar su intención de prohibir que los hijos de inmigrantes tengan acceso a la escuela pública, si gana las elecciones presidenciales de este año. Después de las victorias del Brexit y Donald Trump, una inquietante pregunta se repite cada vez más a menudo: ¿puede ganar Marine Le Pen?

Según todas las encuestas, la segunda vuelta de las elecciones francesas enfrentará a la presidenta del Frente Nacional con el candidato de la derecha tradicional, François Fillon, y este ganará sin problemas. Sin embargo, el valor de una encuesta casi cinco meses antes de las elecciones y sin conocer todos los candidatos es muy relativo. Lo que parece evidente es que el FN y su candidata están en una situación mucho mejor que antes de las elecciones de 2012, gracias a dos elementos: un uso magistral del populismo y la estrategia de la desdiabolización.

El populismo de Marine Le Pen

La conocida definición de “populismo” de Ernesto Laclau es muy útil para entender el FN de Marine Le Pen. El autor argentino define el populismo como una lógica política que incluye -entre otros- los siguientes elementos: la unificación de una pluralidad de demandas sociales en una cadena de equivalencias (es decir, varias demandas distintas son percibidas como equivalentes entre sí) y la división discursiva de la sociedad en dos campos (Laclau 2005: 102).

Ambos elementos están presentes en la estrategia del Frente Nacional, al menos desde que Marine Le Pen sustituyó a su padre en la presidencia del partido en 2011. El FN ha conseguido agrupar en un mismo proyecto político demandas sociales como el proteccionismo comercial para defender el empleo frente la globalización neoliberal o la defensa de los servicios públicos, por un lado, y el creciente miedo a la inmigración, al Islam y al terrorismo, por otro lado. En lo económico, el programa frontista incluye propuestas típicamente de izquierdas como detener la liberalización de los servicios públicos o aumentar el IVA sobre los productos de lujo, junto a propuestas neoliberales como el incremento de las horas semanales de trabajo o la reducción del gasto público. Estas contradicciones muestran las tensiones que existen dentro del partido entre los sectores neoliberales y los proteccionistas.

La construcción populista del FN se completa con el liderazgo de Marine Le Pen, que consigue contrarrestar la tendencia a la disgregación de las múltiples demandas reunidas en el programa del partido (Laclau 2005: 130). Gracias a su habilidad comunicativa, Le Pen mantiene unidos a votantes laicos y católicos, de clases populares y empresarios, y, sobre todo, ultraderechistas convencidos y ciudadanos atraídos por el mensaje anti-establishment del FN.

El discurso del FN divide la sociedad francesa en dos campos: por un lado, el pueblo francés, entendido como la mayoría blanca y cristiana, atea o agnóstica (más del 60% de los franceses dicen no identificarse con ninguna religión); por otro, la población inmigrante y una élite parisina y cosmopolita que olvida a los “verdaderos franceses”, dedicando todos sus esfuerzos a garantizar el bienestar de estos recién llegados. No hay más que pasearse por las afueras de cualquier gran ciudad francesa para comprobar que esta construcción no tiene nada que ver con la realidad, pero funciona.

La división social establecida por el FN tiene el siniestro mérito de que expulsa de la noción de “pueblo francés” no solo a los migrantes, sino también a los franceses de cultura musulmana, que son presentados como “asistidos” que abusan de las ayudas públicas. De hecho, la figura de la persona que falsea sus condiciones económicas para acceder a prestaciones sociales a las que no tiene derecho es omnipresente entre los votantes del FN, según un estudio dirigido por las politólogas Céline Braconnier y Nonna Mayer. Por eso el proyecto político de Le Pen no es solo xenófobo sino también racista: excluye a una parte de la población francesa, no solo por razones de nacionalidad sino también por su etnia.

Como explica René Monzat, experto en la extrema derecha francesa, la islamofobia cumple un papel fundamental en la construcción política del FN, por dos razones. Primero, borra las grandes diferencias étnicas y culturales que existen dentro de los musulmanes franceses y migrantes, considerándolos a todos solo como musulmanes: “La islamofobia se convierte en un factor unificador del racismo y la xenofobia”. Además, según Monzat, “la islamofobia permite ampliar la base social del apoyo a las discriminaciones o al apartheid: se extiende a sectores que no se sienten racistas y creen mostrar su feminismo y espíritu cívico al apoyar las discriminaciones este es un aspecto particularmente marcado en Francia”.

En la misma línea, la histórica autora feminista Christine Delphy denuncia que buena parte del feminismo francés ha asumido la transformación de la laicidad en un arma arrojadiza contra la población musulmana, apoyando “leyes racistas” como la que prohíbe el uso del pañuelo islámico en las escuelas. La ministra (socialista) de los Derechos de las Mujeres, Laurance Rossignol, proporcionó un lamentable ejemplo de esta tendencia hace unos meses, cuando comparó a las mujeres que llevan velo con las “negras que estaban a favor de la esclavitud”. El candidato de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, salió en su defensa, calificando la declaración de la ministra de “error de vocabulario”.

La desdiabolización

La exitosa construcción populista de Marine Le Pen va de la mano de una estrategia de desdiabolización cuyo objetivo es escapar de la imagen de partido neonazi que el FN tenía hasta hace unos años. Jean-Marie Le Pen (el padre de la actual presidenta del FN) representaba perfectamente esa imagen. Presidente del FN entre 1973 a 2011 y antiguo miembro de la organización terrorista de extrema derecha OAS, Jean-Marie Le Pen fue condenado varias veces por hacer declaraciones racistas o afirmar que las cámaras de gas nazis fueron “un detalle en la Historia de la Segunda Guerra Mundial”. En 2015, la nueva dirección del partido expulsó a Jean-Marie Le Pen de la organización por estas declaraciones. El padre de Marine Le Pen no ha sido el único sancionado: la nueva presidenta del FN estrenó su mandato en 2011 echando a un consejero del partido por hacer el saludo nazi.

Sin embargo, el elemento más importante la operación renove lanzada por Marine Le Pen ha sido probablemente el nombramiento como vicepresidente del partido de Florian Philippot, antiguo seguidor del socialista anti-europeísta Jean-Pierre Chevènement, entre otros tecnócratas salidos de escuelas de élite. El pasado socialista de Philippot se une al hecho de que es homosexual, lo que refuerza la apuesta del Frente Nacional por presentarse como un partido moderno y defensor de las mujeres y las minorías sexuales frente a la amenaza que la población musulmana supuestamente representa para ambos colectivos.

Solo hay que ver cualquier telediario o leer cualquier periódico en Francia para darse cuenta de que la estrategia de la desdiabolización ha dado resultados: las ideas del Frente Nacional están hoy en el centro del debate político y sus representantes son invitados a los medios de comunicación con la misma frecuencia que el resto. Philippot ha sido invitado incluso a Sciences Po, escuela de élite de ciencias políticas que se presenta como institución defensora de la democracia liberal. Sin embargo, gran parte de los militantes y cuadros del Frente Nacional siguen siendo ultraderechistas de la vieja escuela, y las declaraciones descaradamente racistas, xenófobas, machistas y homófobas de representantes del FN siguen siendo más frecuentes de lo que les gustaría a Le Pen y Philippot. Quizá sea por eso que la mayoría de los franceses siguen considerando hoy que el FN es una amenaza para la democracia, igual que en 2011.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Javier Segura

    Profesor de Historia

    La entronización de Donald Trump como presidente de Estados Unidos corrobora el proceso de derechización radical que, desde Estados Unidos, agita la política mundial desde la década de los 80 del pasado siglo. Para la extrema derecha europea, que en este año concurre a las elecciones en Francia, Alemania y Holanda con amplias probabilidades de éxito, significa un espaldarazo espectacular. Existe un imaginario colectivo que establece una clara distinción entre la derecha y la extrema derecha, asociando la primera con el civismo político y la segunda con la arrogancia autoritaria y/o con el matonismo de los “activistas del odio”....
    - Seguir leyendo
  • Pablo Castaño Tierno

    Politólogo

    Hace unas semanas, Marine Le Pen volvió a ocupar las portadas de los periódicos las de todo el mundo al anunciar su intención de prohibir que los hijos de inmigrantes tengan acceso a la escuela pública, si gana las elecciones presidenciales de este año. Después de las victorias del Brexit y Donald Trump, una inquietante pregunta se repite cada vez más a menudo: ¿puede ganar Marine Le Pen? Según todas las encuestas, la segunda vuelta de las elecciones francesas enfrentará a la presidenta del Frente Nacional con el candidato de la derecha tradicional, François Fillon, y este ganará sin problemas....
    - Seguir leyendo
  • David Perejil

    Periodista e integrante de la Secretaría de RRII de Podemos

    ¿Qué ha sucedido en Austria, Francia y otros países para que partidos que hace unos años contaban con apenas unos miles o centenares de miles de seguidores en 2016 se hayan colocado en posiciones cercanas, hayan convertido el referéndum del Brexit en un plebiscito antiinmigrantes, o para que más de 60 millones de estadounidenses hayan elegido un presidente abiertamente machista y racista como Donald Trump? ¿Por qué en España no hay grandes fuerzas o debates de extrema derecha? En el recién culminado 2016, la lista de partidos que, partiendo desde posiciones de extrema derecha, neofascistas, tradicionalistas o populistas de derechas,...
    - Seguir leyendo
  • Rosa Martínez

    Diputada de Unidos Podemos y coportavoz de EQUO

    La derrota de la extrema derecha en Austria en diciembre hizo respirar aliviada a (una parte de) Europa. Sí, también a aquellos que sus políticas y sus medias tintas han contribuido a que opciones políticas xenófobas y autoritarias ganen apoyo popular y electoral. ¿Qué ha pasado en Austria para que haya sido una de las pocas buenas noticias electorales de 2016? Para entender el contexto, debemos tener en cuenta que la etiqueta “perdedores de la globalización” -utilizada para explicar el apoyo de las clases populares a partidos de extrema derecha- no puede aplicarse de forma general al electorado del...
    - Seguir leyendo
  • Stelios ​Kouloglou

    Eurodiputado de Syriza y periodista

    El auge de los partidos populistas de extrema derecha en Europa es consecuencia directa de las políticas de austeridad y del hundimiento de los principios de democracia, justicia social y solidaridad, todos ellos pilares fundacionales de la Unión Europea. El Brexit parece reforzar a las fuerzas de ultraderecha y llevó también a la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, incluso si los partidarios del Brexit aparentan estar desorientados sobre la gestión del Brexit y el día siguiente de las relaciones entre Gran Bretaña y la UE. El auge de la ultraderecha se asemeja a los años 1920 y 1930...
    - Seguir leyendo
  • Miguel Urban

    Europarlamentario de Podemos. Coautor con G. Donaire de 'Disparen a los refugiados'

    Si hay un elemento común a las principales formaciones de extrema derecha a nivel europeo ese es el conjunto de planteamientos restrictivos en relación a la inmigración. Prácticamente la totalidad de las organizaciones de este heterogéneo ambiente político apunta a las y los inmigrantes, preferentemente pobres y “no occidentales”, como chivo expiatorio de una supuesta degradación socioeconómica y cultural de Europa y de los países receptores. Es más, estas posturas se han propagado, con relativa facilidad, mucho más allá de su contexto de producción, permeando el debate político en su conjunto y siendo parcialmente asumidas por muchos partidos mayoritarios...
    - Seguir leyendo
  • Nick Dearden

    Director de Global Justice Now (Reino Unido)

    Cualesquiera que fueran las razones de los británicos para votar en junio a favor de salir de la Unión Europea, lo que se ha producido es un gran giro del debate nacional, que se ha decantado hacia a la derecha autoritaria y la anti-inmigración. El debate en sí se produjo debido a una profunda y antigua división dentro del Partido Conservador británico. En el partido no hay acuerdo, fundamentalmente, sobre si Gran Bretaña debe orientarse hacia Europa o hacia el antiguo Imperio (Commonwealth) y los Estados Unidos. Este último grupo -algunos de los cuales se han unido al Partido de la...
    - Seguir leyendo
  • Rubén Ruiz Ramas

    Investigador de la City University of London

    “Seguiremos de cerca a cada musulmán que entre en el país...El Islam no tiene lugar en Eslovaquia…No deseo que un día hubiera decenas de miles de musulmanes”. Estas palabras fueron mencionadas por el primer ministro socialdemócrata de Eslovaquia, Robert Fico, en mayo de 2016, semanas antes de asumir la presidencia de la UE. Su partido, Dirección-Socialdemocracia, es miembro del Partido Socialista Europeo. Su vecino, el presidente checo Milos Zeman, igualmente socialdemócrata, afirmó en junio de 2011: "el enemigo es la anti-civilización que se extiende desde el norte de África hasta Indonesia. Dos mil millones de personas viven en ella"....
    - Seguir leyendo
  • Constanza Spocci

    Periodista colaboradora en "dalla parte del torto"

    En Polonia existe un vínculo muy fuerte entre la extrema derecha y la religión católica”, afirma Lucasz Jurczysyn, profesor en el Departameto de Sociología de Varsovia y experto en la extrema derecha. Aunque la Iglesia romana polaca es muy influyente, no es tan popular entre los jóvenes y, según Jurczysyn, movimientos de extrema derecha que están formados por jóvenes de edades entre 15-35 años, son un canal privilegiado para acercar a las nuevas generaciones a los dictados de la religión. “La Iglesia está con nosotros”. Quien habla es Piotr Glowacki, miembro del movimiento juvenil de extrema derecha Juventud...
    - Seguir leyendo
  • Marina Albiol

    Diputada en el Parlamento Europeo y responsable de relaciones internacionales de Izquierda Unida

    Cuando se habla del auge de la extrema derecha en Europa, se suele hacer tomando como referencia el crecimiento electoral de los partidos de ideologías fascistas, nacionalcatólicas o filonazis por todo el continente. Es una realidad empírica y, por tanto, incontestable. Ahí tenemos los resultados del pasado 4 de diciembre en Austria, donde el Partido Liberal Austriaco de Norbert Hofer, de corte claramente xenófobo, no consiguió ganar finalmente las elecciones, pero obtuvo un 47% de los votos. Los últimos sondeos en Francia apuntan a que Marine Le Pen y su Frente Nacional podrían situarse como ganadores en la primera vuelta...
    - Seguir leyendo
  • El testigo

    28/12/2016

    Octavio Colis

    Escritor

    Para que se hiciera posible mañana el proyecto de la ciudadanía internacional, unida a la institución del común como una tendencia ética inequívoca, sería necesario primero atraer definitivamente al ciudadano que se comporta como testigo airado en su relación con el mundo.Pero este objetivo parece muy difícil de cumplirse, ahora que gran parte de la ciudadanía desnuda parece querer encerrarse tras los muros de su identidad nacional y en esos supuestos valores de tradición y soberanía. Desde el final de la II Guerra Mundial parecía que los conceptos democracia y fascismo, o de izquierda y derecha, habían quedado suficientemente...
    - Seguir leyendo
  • Ska Keller

    Presidenta del grupo Los verdes / ALA en el parlamento europeo

    Crecí en una pequeña ciudad de Alemania, en la frontera con Polonia. A principios de los años noventa, esta ciudad no era sólo mi hogar y el de mi familia, también lo era de los neo-Nazis, y había muchos. Regresar de la escuela, del trabajo o de una fiesta era siempre potencialmente peligroso: encontrarse con un neonazi era siempre una posibilidad. La extrema derecha era una amenaza física para todos los que no formaban parte de ella, o peor, para los que luchaban activamente contra ella. Huelga decir que para mis amigos de color los nazis de mi ciudad...
    - Seguir leyendo
  • Rosa Regás

    Escritora

    El título sugiere que alguna vez Europa ha sido de izquierdas, pero no hace falta ir demasiado lejos en el pasado para darnos cuenta de que no es exactamente así. No quiero decir que no haya habido movimientos de izquierda, revolucionarios, que se hayan gestado en Europa y proliferado sus seguidores en ella, pero si exceptuamos los años de la Revolución Francesa, la izquierda europea es más bien escasa en experiencias de gobierno y en victorias electorales. Sin embargo, no puede decirse que durante los siete u ocho últimos siglos muchos de los países que la conforman hayan estado bajo...
    - Seguir leyendo
  • Thomas Coutrot

    Economista. Attac Francia

    En Europa, como en Estados Unidos, la extrema derecha populista prospera gracias a las frustraciones de las clases medias y populares blancas, a las que les promete volver a un pasado idealizado de orden y prosperidad. Un pasado en el que las clases populares se beneficiaban de una relativa seguridad en sus vidas resguardadas por las fronteras nacionales. Un pasado también en el que los negros, los árabes, los chinos (y las mujeres) "se mantenían en su sitio"... El populista de derechas clama contra "las elites mundialistas y apátridas", absteniéndose en todo momento de criticar a las transnacionales de...
    - Seguir leyendo
  • Giorgia Bulli

    Investigadora en CCPP. Universidad degli Studi di Florencia

    ¿De qué se disfraza hoy la extrema derecha? ¿Partidos o movimientos? ¿Extrema derecha tradicional o posindustrial? ¿Populistas o fascistas del tercer milenio? ¿Quiénes son los representantes de la extrema derecha más exitosa hoy en Europa? La crisis económica y financiera global ha creado en los últimos años un terreno fértil para las reivindicaciones de carácter nacionalista o proteccionista en el ámbito económico e identitario no carente de rasgos xenófobos. Extremistas de derecha, viejos y nuevos, proponen soluciones simples a problemas complejos con un llamamiento a que la sociedad sea cada vez más cerrada. El cierre de las fronteras a los...
    - Seguir leyendo
  • Jorge Fernández Guerra

    Compositor. Premio Nacional de Música

    El ascenso de fuerzas de extrema derecha en Europa enciende numerosas alarmas, algunas de ellas remiten a las urgencias, a la organización inmediata de cortafuegos o al análisis apresurado de los contextos sociales. Pero hay otras alarmas que alumbran desde muy atrás, parecería que la extrema derecha funciona como una infección bacteriana, algo que está siempre ahí pero que solo se torna grave en momentos delicados del equilibrio social. Esta forma de enfocar el fenómeno presenta un desagradable automatismo que parece desmovilizar al pensamiento; como si un fenómeno así se situara al margen del análisis. Puede que el recurso a...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Para mí una de las lecciones principales a extraer del auge de la extrema derecha es que la burguesía está lejos de actuar, en lo social y en lo político, con una sola voz. En alguna parte leí la afirmación de Marx que lo único que une a la clase burguesa es su mutuo miedo a los trabajadores; y los acontecimientos recientes confirman esta opinión. Es decir unos sectores burgueses están reemplazando a otros en la conformación del “bloque en el poder” y en la dirección del Estado, lo cual es de esperar que tenga incalculables consecuencias tanto en...
    - Seguir leyendo
  • Chantal Mouffe

    Filósofa y politóloga belga

    Tras el éxito del Brexit en el Reino Unido y la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, los medios están difundiendo el temor de que las democracias liberales occidentales están en peligro de ser conquistadas por partidos de extrema derecha con la voluntad de instalar regímenes 'fascistas'. ¿Qué debemos hacer ante este miedo? Las democracias liberales se enfrentan sin duda a una crisis de representación que se manifiesta por un creciente descontento con los partidos 'tradicionales' y por el surgimiento de movimientos anti-establishment. Esto representa un verdadero desafío para la política democrática y puede conducir a un debilitamiento...
    - Seguir leyendo

¿Quiéres participar en este debate?

Ve al apartado 'Cómo participar' y revisa los pasos necesarios para poder intervenir en los debates abiertos.