La subversion de los roles

  • Pilar Vicente

    Pilar Vicente

    Escultora. Agente de Igualdad por la UCLM. Agente de detección e intervención en Violencia de Género UCM.

18.11.2014

Debate principal: ¿Ha llegado la democracia a la vida privada?

Cuando hablamos de que la violencia de género tiene una raíz social estamos hablando de cómo se construye nuestro yo más simbólico. El que nos lleva a hacer las elecciones trascendentales que irán marcando nuestra vida. Este constructo cultural genera una expectativa del estilo de que las mujeres vamos a cuidar de los hombres, en el aspecto más amplio de la palabra cuidado: te voy a escuchar, te voy a admirar, te voy a lavar y ordenar tu ropa, te voy a proveer de un “hogar digno” bajando y subiendo las persianas para que no se deteriore la tapicería del salón, voy a ser “buenecita”, nunca te voy a expulsar de mi cama, no te voy a decir “no me toques”, no voy a exigir que compartas los cuidados, no te voy a reprochar que seas indiferente al dolor de tu hijo, aunque este dolor provenga de un juguete roto, de algo sin importancia.
El sistema nos prepara así. Es el sistema el que a través de los roles de género nos prepara para la vida. Nos asigna el papel de dominador y dominada y es a través de este papel que nos desarrollamos y crecemos.
El feminismo subvierte este valor. Primero lleva a cabo la reivindicación de la ciudadanía. Una vez lograda esta, y lamentablemente hablamos de los países del “primer mundo”, llevamos a cabo un diagnostico de por qué sucede. Por qué por el hecho de nacer con unos genitales femeninos, ya se te está otorgando el papel de sumisa, cuidadora, docil, emocional, sensible, etc. Y al contrario, el hecho de nacer con una genitalidad masculina te lleva a la obligación de ser un “machote” que tiene derecho a exigir unos cuidados.
Al quedar estos valores subvertidos por el feminismo nos encontramos en una tierra de nadie, donde las mujeres, que solo tienen espacios para ganar, se construyen otras realidades, encuentran espacios de libertad y placer en sí mismas, reconociendo su cuerpo como propio, haciendo del espacio privado algo público, tomando la noche y otras infinitas reivindicaciones que todavía estamos inventando en esta aspiración absurda de querer participar y poseer la mitad de todo, que dice Amelia Valcarcel.
Sin embargo la mayoría de los varones permanecen pasivos, dejando que sus compañeras se conviertan en la “superwoman” que el feminismo y el patriarcado juntos las “obliga” a ser. Una no se desprende del sistema en el que ha sido educada con facilidad. No te libras de los “mandatos” sociales que se te han imbricado en el ADN. La resignificación y reeducación te puede llevar gran parte de tu vida adulta. ¿Cómo vas a ser capaz de dejar que a tus hijxs los cuide el compañero? ¿Acaso el compañero sabe cuidarlos? ¿Cómo vas a poder abandonar al padre de tus hijos? ¿Qué va a ser de él? Y pensando en el otro, en los otros, no nos pensamos nosotras y llegamos a la vida adulta agotadas y con todo por resignificar.
Que sucede si además de lo anterior, que lo soportamos todas, nos encontramos con un “malote”. ¿No han oído esa frase en los últimos meses? “Es que a ella le gustan los malotes”.
No creo que a ninguna mujer le gusten los malotes. Pero si creo que cuando en tu constructo social se ha generado una mala construcción de los afectos, las mujeres no elegimos bien. No puedes elegir bien desde la sumisión. Solo se puede elegir bien desde la igualdad. Y negociar los afectos solo se puede hacer desde la igualdad. Y entender que los hijos no son de nadie y no son una herramienta de cambio y negociación solo se puede hacer desde la igualdad. Pero ¿cómo se te va a ocurrir que puedes negociar algo desde los afectos si se te han enseñado que por amor darías la vida? Y la damos. Vaya si la damos. Nos cuesta muchas cosas el amor romántico a muchas. El “te amaré para toda la vida” “en la salud y en la enfermedad” pero a muchas les cuesta la vida: “hasta que la muerte nos separe”. Según los datos provisionales del MSSSI en su estadística provisional, en lo que llevamos de año, las víctimas mortales por violencia de género son 42. Según las asociaciones de mujeres más 46 . Contamos diferente.
Partiendo de que la igualdad es el principio y no el fin. Cuando todos y todas seamos iguales en derechos y deberes, tendremos el punto de partida para construir una sociedad más justa.
Y habiendo planteado el problema y uno de sus orígenes ¿Qué solución se le puede procurar? El cumplimiento de las Leyes de Igualdad que se hicieron en la legislatura anterior era una buena vía. El que se empodere a las mujeres para que no transijan con el primer maltrato y sepan detener la violencia contra ellas antes de que comience. El que en los currículos escolares se incluyan a las mujeres que tienen nombre propio en la historia de un modo transversal: que las niñas sepan que se puede ser sin ser “a través” o “para”. La educación en ciudanía, en valores de solidaridad donde la tolerancia y no el “bulyling” sean la norma. La construcción de una sexualidad basada en el respeto y la responsabilidad sobre el propio cuerpo y el cuerpo de nuestro/a compañero/a, son principios que marcan las Leyes de Igualdad, Derechos Sexuales y Reproductivos y la Ley de Medidas de Protección integral contra la Violencia de Género.
Esta última, la Ley Orgánica 1/2004 de MPICVG, comienza estableciendo que la violencia de género no pertenece al ámbito privado. Ese es su principio. Sin embargo, una de las primeras declaraciones de nuestra actual ministra de Sanidad fue llamarla violencia doméstica, dejando bien claro desde el principio la falta de comprensión y compromiso necesario para llegar a comprender como se desarrolla y como se puede solucionar. La ONU en Beijing reconoció que la violencia contra las mujeres es un obstáculo para lograr los objetivos de igualdad, desarrollo y paz y viola y menoscaba el disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Es violencia contra las mujeres el no permitir su libre desarrollo emocional exigiéndoles que se comporten, se porten, caminen, se vistan, hablen, etc. de determinada manera impidiéndoles que se manifiesten y expansionen como su cuerpo les pide. Y no hablo de una exigencia explicita y directa por parte de quienes les rodean. Hablo de una exigencia por parte del medio y del sistema que las lleva a autoexigirse la excelencia intelectual, el cuerpo perfecto, el comportamiento perfecto, los afectos perfectos… Y todo ello para la mirada de los otros. Pero esta ley de Violencia de Género no trabaja sobre esta violencia, trabaja sobre la violencia explicita del compañero con el que convives, con quien amas, ese llamado a “protegerte”, el que más te quiere, el padre de tus hijos e hijas.
Una de las razones por la que esta Ley no pudo denominarse ley de medidas de protección integral contra la violencia sobre las mujeres es que el ámbito de actuación sería tan vasto que tendría que llevarse a cabo una revolución para que esa ley pudiera cumplirse. Por eso tiene el nombre específico de “Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género”, Esa especificación de violencia de Género y no violencia contra las mujeres, es la que ha parcelado esta violencia para poder intervenir sobre ella jurídicamente, porque el hecho de intervenir jurídicamente impedirá que los asesinatos cometidos sigan quedando impunes. Pero no podemos olvidar que hay una violencia estructural de mucho más amplio espectro que nos incumbe a todos y todas.
Esta revolución necesaria para el cambio es la revolución no cruenta y silenciosa que está llevando a cabo el movimiento feminista, la única en la historia que es pacífica y que se arranca en 1848, que no se lleva a cabo como las demás revoluciones: No habrá levantamiento armado y todas las muertas serán mujeres pero, como todas las revoluciones para lograr que tenga éxito, necesita la ayuda de todos y todas.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Joanna G Grenzner

    Periodista. Experta en género y comunicación de organizaciones

    Mientras aumentan los asesinatos machistas, la Ley de Medidas Integrales contra la Violencia de Género cumple diez años de funcionamiento entre recortes presupuestarios y desmantelamiento de los recursos y dispositivos para prevenir y erradicar las violencias de género. Aunque insuficientes, las políticas y recursos que hoy corren serio peligro son fruto de décadas de trabajo, movilización e incidencia de las redes y organizaciones feministas, que vienen apoyando a las mujeres para salir de relaciones violentas desde la época en que no había protocolos o recursos de atención, y que ahora siguen amortiguando el impacto de las...
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  • Ángeles De la Concha

    Catedrática Filología Inglesa, UNED

    El análisis que hace Soledad es muy esclarecedor y pone de relieve las dificultades de todo tipo para poder resolver el problema de la violencia de género que sufren las mujeres. Lo suscribo punto por punto. Lo iría comentando porque no tiene desperdicio pero me parece mejor recomendar su lectura despacio porque habla por sí solo. Plantea con toral claridad y lucidez la problemática que hace tan difícil la empresa de acabar con esta violencia que sufren tantas mujeres y de la que se habla mucho pero contra la que se hace, de verdad, poco. Por aportar algún dato esperanzador,...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    En mi primera aportación al Debate di cuenta de cómo el sexismo se fundamenta en una concepción antropológica particular, de carácter naturalista o biologicista; concepción que es también utilizada por el racismo y el clasismo como recurso persuasivo de cara a legitimar otras tantas formas de dominación social. Pero no basta con explicar y denunciar tales expresiones de pensamiento alienante, pues la crítica negativa sólo sirve para erigir resistencias y es incapaz por sí sola de orientar un nuevo orden de cosas. Necesitamos por ello una concepción antropológica alternativa, un discurso propositivo que afirme una forma diferente de entender la...
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  • Mercedes Bengoechea

    Filóloga, Universidad Alcalá. Investigadora en Comunicación y Género

    Me parece magnífica la síntesis del recorrido de la ley contra la violencia de género que ha presentado Soledad Murillo. Déjenme que aborde el tema desde una perspectiva diferente a las de los comentarios anteriores, no con ánimo de disentir, sino, por el contrario y humildemente, en un intento de reforzar y complementar el caleidoscopio de visiones ofrecidas. Para ello partiré de una investigación que se realizó en 2008 en Escocia. El estudio, dirigido por Nancy Lombard, pretendía medir la percepción de distintos grados de violencia por parte de escolares de primaria de Escocia de entre 10 y 12 años(1)...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Me alegra mucho el vuelo que ha tomado la discusión sobre la violencia de género y el feminismo con este Debate promovido por Público.es, al que sin duda le ha prestado mucha fuerza el estupendo Documento programático elaborado por Vicenç Navaro y Juan Torres para Podemos, y al que esperamos le sigan más propuestas desde otras fuerzas de izquierda. Lo bueno de los debates es que no sólo nos permiten avanzar en la comprensión de los problemas sociales, sino también darnos cuenta de nuestras carencias e, incluso, de nuestros errores. Todos sin excepción somos reos de tales culpas. Desde esta...
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  • Julia Pérez

    Unión de Asociaciones Familiares. UNAL

    Compartimos el planteamiento de Soledad Murillo sobre la violencia de género como manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres, así como sus valoraciones sobre la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, sobre los cambios legislativos absolutamente lesivos para las víctimas y la degradación de la igualdad mediante el alejamiento de la coeducación y la privación de recursos. Nos gustaría detenernos en el asunto de la mediación, en el que somos una organización experta y pionera en España, para expresar con rotundidad que la mediación es incompatible con los casos...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Seguí el estupendo debate sobre la violencia de género retransmitido por Público.TV, y en él se planteó la disyuntiva de si este gravísimo problema respondía a causas subjetivas u objetivas. En mi opinión a ambas cosas, como ocurre con todo fenómeno social. Por un lado la violencia de género se sustenta en unas relaciones sociales de dominación objetivas, y que llevan impreso, en dosis variables, el marchamo de la discriminación, la segregación y la exclusión. Por otro lado estas relaciones sociales son resultado, y a la vez causa, de fenómenos cognitivos y emocionales que guían todo comportamiento humano. En relación con...
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  • Lidia Falcón

    Abogada, escritora y feminista

    La campaña continuada de promoción y elogios que el PSOE ha dedicado a publicitar la Ley Orgánica de Medidas Integrales de Violencia de Género –y el nombre ya no es inocente puesto que quien no sea entendido no puede descifrar a que tema se refiere- como el mejor instrumento para proteger a las mujeres maltratadas, ha logrado el efecto deseado: que se considere una legislación perfecta, primera en su género (este sí) y que podría ser perfectamente eficaz si el gobierno comandado por el Partido Popular y una serie de funcionarios machistas no la sabotearan. Esta argumentación se repite...
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  • Soledad Muruaga

    Presidenta de la Asociación Mujeres para la Salud. Socióloga., directora de AMS, activista feminista

    Como afirma Soledad Murillo, la falta de libertad y de autonomía de las mujeres, son la base de la existencia de la violencia de género que ejercen los hombres contra éstas. En nuestro país, los datos indican que un 20% de los hombres ejercen violencia contra sus parejas afectivas, mientras sólo un 2% de las mujeres lo hacen. Más del 90% de las víctimas son mujeres, y más del 90% de los agresores son hombres. Pero está comprobado que, antes de la violencia física, se producen una serie de comportamientos interactivos dentro de la pareja, que son muy difíciles de percibir...
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  • Relaciones de poder

    05/12/2014

    Francisco Abril

    Presidente de Homes Igualitaris y miembro de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AIHGE)

    La violencia de hombres contra mujeres es un problema internacional de salud pública y de derechos humanos. Un 35% de las mujeres del mundo entero han sido víctimas de violencia física y/o sexual, por parte de su pareja o de otros hombres que no son su pareja. Frecuentemente, la violencia de los hombres contra las mujeres comienza en la infancia y representa parte de la socialización masculina. Muchos muchachos son socializados a creer que las mujeres y niñas tienen obligaciones con ellos: cuidar de la casa, cuidar de los hijos/as, tener relaciones sexuales con ellos, aún cuando ellas no...
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  • Eulalia Lledó

    Filóloga, investigadora de los sesgos sexistas e ideológicos de la Lengüa

    La iluminadora ponencia previa de Soledad Murillo habla de una serie de elementos conformardores de la violencia machista que imprescindiblemente hay que tener en cuenta. Entre otros, afirmar que las relaciones personales, especialmente, las de pareja son relaciones de poder; que este tipo de violencia afecta al ámbito privado y al público; que es erróneo considerar que las mujeres son un colectivo o que sus problemas son inherentes al hecho de ser mujeres, así como la confusión entre derechos y necesidades. Incide en las dificultades para afrontar los procesos judiciales, entre ellas, la percepción de que la denuncia es...
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  • Miguel Lorente Acosta

    Médico, profesor universitario, Delegado del Gobierno para la Violencia de Género

    Antes de iniciar mis comentarios quiero felicitar a Soledad Murillo por el texto tan sugerente y estimulante que ha compartido. Me parece muy completo y amplio en el abordaje de las cuestiones planteadas, y centrado en elementos clave, tanto para entender la esencia de las medidas desarrolladas como para comprender las reacciones y críticas que se han levantado ante las iniciativas. Mi intervención podría iniciarla con otra pregunta planteada alrededor de la que nos traslada Soledad, ¿ha llegado el ejercicio democrático basado en el respeto mutuo a la idea de democracia que tenemos?, o lo que es lo mismo, ¿ha...
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  • Regina Bayo-Borrás

    Psicóloga Clínica. Psicoanalista - Presidenta Comisión de Psicoanálisis (Colegio Oficial de Psicología de Cataluña ) – Plan de Salud Mental ( Ayuntamiento de Barcelona)

    Quiero empezar esta aportación al debate de Público sobre la Violencia de Género manifestando gran sintonía con el documento elaborado por Soledad Murillo. De los diferentes vértices que aborda sobre este tema, yo me voy a centrar en los siguientes: 1.- En el que hace referencia a que “las interacciones sentimentales son extraordinariamente complejas.” Efectivamente, en esta complejidad extraordinaria es necesario no perder de vista algunos aspectos psicológicos que influyen en que se pueda dar “un esquema de subordinación y autoridad” entre los miembros de la pareja. Estos esquemas no sólo se producen...
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  • Isabel Serra y Rebeca Moreno

    Isabel Serra, estudiante y feminista de Podemos. Rebeca Moreno, docente y activista social

    Existe un amplio consenso social sobre la gravedad de los casos de violencia machista. De forma general la igualdad "como principio o idea es aceptada sin fisuras", como recalca Soledad Murillo. El asesinato de una media de sesenta mujeres al año en este país es percibido socialmente como un problema de primer orden que aparece en las portadas de la sección de nacional de todos los medios de comunicación: condenamos los hechos, guardamos minutos de silencio y vemos carteles en el metro invitándonos a la tolerancia cero. Es necesario señalar que a este fenómeno no siempre se le ha...
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  • Pilar Vicente

    Escultora. Agente de Igualdad por la UCLM. Agente de detección e intervención en Violencia de Género UCM.

    Cuando hablamos de que la violencia de género tiene una raíz social estamos hablando de cómo se construye nuestro yo más simbólico. El que nos lleva a hacer las elecciones trascendentales que irán marcando nuestra vida. Este constructo cultural genera una expectativa del estilo de que las mujeres vamos a cuidar de los hombres, en el aspecto más amplio de la palabra cuidado: te voy a escuchar, te voy a admirar, te voy a lavar y ordenar tu ropa, te voy a proveer de un “hogar digno” bajando y subiendo las persianas para que no se deteriore la tapicería...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Doctorando en Comunicación e Interculturalidad en la Universidad de Valencia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía. Licenciado en Geografía e Historia.

    Felicito a Público.es por su nuevo tema de Debate, tan de rabiosa actualidad e importancia como todos los anteriores. Dice acertadamente la profesora Soledad Murillo en su Ponencia que «la pareja también es un escenario de poder», que puede estar basado en la subordinación, la autoridad y la desigualdad. Estoy completamente de acuerdo. Desde este convencimiento, hace tiempo me embarqué en la aventura intelectual de investigar qué relaciones de similitud guardaba el sexismo con otras manifestaciones de dominio y de subordinación, como el racismo y el clasismo. Y la verdad es que quedé sorprendido al descubrir cuán semejantes son....
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