La voluntad de las mujeres en el Contrato Social

  • Concha Torralba

    Concha Torralba

    Filósofa

03.05.2018

Debate principal: ¿Una nueva ola feminista?

Asistir a las enormes movilizaciones de estos días, después de la sentencia de Pamplona, me invita a revolver entre la transversalidad y, con toda la lógica posible, extraer un hilo necesario que conecte este hecho con tres hitos imprescindibles en la historia del feminismo: Mayo del 68, del que ahora se cumplen cincuenta años, y el 15M. Tres movilizaciones que tienen en común la salida a las calles de una juventud que no consiente, que no calla porque es rebelde al silencio, al silencio que se impone desde el poder de las instituciones, el silencio hacia el movimiento político feminista, que hace más de setenta años, ya, sabe muy bien lo que es o no una violación y pide a gritos en las calles una reacción contundente del Estado para defender a las mujeres de la violencia sexual y del feminicidio en aumento día a día. En contrapartida, parece que nada más podemos esperar, las mujeres, la escenificación de ese silencio durante un minuto, delante de los organismos oficiales cuando la violencia se muestra insoportable y muere una mujer tras otra. No. No necesitamos silencio, sino que se pongan en practica al menos lo poco conseguido para nuestra defensa tras cuarenta años de democracia.

La ideología patriarcal y su correlato la lógica del dominio se ha infiltrado durante siglos en todos los pilares que sostienen nuestra sociedad global. Es la juventud feminista la que propone alternativas, la que está produciendo con su fuerza una nueva clase política, revelándose contra la falta de oportunidades y la desigualdad de un amplio sector de la población, que según las estadísticas supone más del cincuenta por ciento, contra el control financiero y la casta política a su servicio, contra el ejercicio abusivo del poder de los hombres sobre las mujeres. Esta semilla contestataria me retrotrae al Mayo 68. Entonces era muy joven aún, no superaba la mitad de la veintena, había nacido mi hija en esas fechas, pero no pude resistirme y asistí al célebre concierto de Raimon en la Facultad de Económicas. Después se llenó la calle Princesa de nosotras pidiendo libertad, acompañadas de “las mangueras” y los hombres vestidos de gris a caballo: toda la represión de la dictadura escenificada. Se consiguieron cosas por supuesto: el auge incipiente del feminismo, el orgullo de género, la ecología, la solidaridad entre las mujeres obreras, con las prostitutas, con las abortistas. El psicoanálisis contribuyó intelectualmente en gran medida con la revuelta del 68 promoviendo el estudio pendiente aún de la sexualidad femenina, los nuevos planteamientos sobre el deseo, se inspiraron trabajos contra el falocentrismo como la misoginia, el feminicidio o la denuncia de las violaciones. Sin embargo la trascendencia de todos estos logros se silenciaron en parte o quedaron en el ámbito académico. Se han escrito innumerables artículos en los medios, especializados o no, sobre Mayo del 68 pero hay pocas referencias en ellos al movimiento feminista. Abocado nuevamente al silencio, pero rescatado por voces de mujeres, comprometidas e implicadas con el feminismo, que continuaron manifestando sus reivindicaciones y alimentando lo que creció exponencialmente en aquellas revueltas sin contar con el apoyo de los colegas masculinos. Celia Amorós cuenta que, incluso, se llegaron a trazar esquemas teóricos interesantes y novedosos pero como si las mujeres no existieran y, en caso de tenerlas en cuenta, se les adjudicó un lugar no negociado. Impugnar esta situación da idea de hasta qué punto el movimiento feminista es un movimiento político al enfrentarse al poder de los hombres. Y da idea, también, de cómo se genera el concepto crítico de patriarcado, cómo se le da la vuelta a una categoría ya asentada y al reinterpretarlo se consigue un nuevo discurso; ahora el patriarcado se entiende ya como el poder de asignar espacios.
Las cuestiones referentes al concepto “sujeto” era uno de los pilares estructurales que se mostraron en el Mayo francés. Simone de Beauvoir en el Segundo Sexo se extiende sobre la pregunta de por qué las mujeres hemos sido excluidas del estatuto de sujeto, ya que el sujeto es la base sobre la que se construyen los conceptos de ciudadanía e individualidad. Lo más interesante de esto, en mi opinión, es alterar la categoría “sujeto” para darle la característica de proceso que postula el existencialismo. Al evitar el esencialismo es posible apropiarse de las posibilidades para realizarlas y tener así la capacidad de “elegir lo que queremos ser”. En el feminismo actual esta no es una cuestión baladí. Las mujeres somos muy conscientes de que el movimiento feminista sigue un proceso imparable para conseguir un estatuto de sujeto político incuestionable como tal sujeto, con todas las connotaciones políticas que semejante asunto conlleva. La historia de este proceso no es nueva, ya en el XIX Mary Wollstonecraft protestaba que se hubiera excluido del “Espíritu de la Ilustración” kantiano a las mujeres condenadas a una eterna minoría de edad y a una razón de segunda mano o, como dice Cristina Molina, “las mujeres seguiremos siendo el sector que las luces se niegan a iluminar” La voluntad general de Rousseau es la voluntad de los varones que son los sujetos políticos, a lo que Foucault añade que sólo la proyectan a las mujeres en la medida de sus intereses económicos y de poder. Así las cosas está claro que el sujeto del discurso político se reservaba al sujeto masculino, a una sexualidad masculina. Todos estos excesos teóricos sentaron las semillas de la radicalización del movimiento feminista en cuanto la búsqueda de líneas de fuga en un mapa reaccionario que negaba todo lo que estuviera fuera de tal discurso.

A finales de los setenta las mujeres casadas españolas aún no podían viajar, vender y comprar bienes sin el permiso de sus maridos o abrir a su nombre una cuenta corriente en un banco. Con este panorama se comprende que se planteara qué era prioritario, si la lucha feminista o la lucha política. Este dualismo era la consecuencia de que los partidos políticos de orientación marxista pensaban que cuando se llegara a un Estado socialista esas diferencias estarían resueltas y que el feminismo desgajaría la lucha por los derechos de los y las trabajadoras. Cosa curiosa que se hubiera desbaratado simplemente mirando la historia del papel, silenciado en gran parte, de las mujeres en la revolución rusa. De cómo se liquidaron todas las reformas postuladas por Kolontai, Krupsteva o Normand, quienes insistieron en que la Revolución no se culminaría si no se reformaba el estatus, o más sencillamente, los roles de las mujeres. En diciembre de 1975 se reunieron varios cientos de mujeres para pedir la libertad de presos y presas políticas de la dictadura. Ya casi en los ochenta llega a España la afirmación de Kate Millet “Lo personal es político” es decir, las relaciones que juegan en lo privado tienen que salir a la luz y visibilizarse para someterlas a debate, a normatividad y a consenso, es decir tienen que politizarse.

Los ochenta extienden distintas teorías feministas, el feminismo de la igualdad, el feminismo de la diferencia, el feminismo cultural, el lesbianismo político, el ecofeminismo. Surgen movimientos feministas en torno a la izquierda como el MDM vinculado al PC, el Frente de Liberación de la Mujer, o el Partido Feminista creado por Lidia Falcón en 1979. El feminismo de la igualdad defiende los puntos en común entre hombres y mujeres, mientras el de la diferencia subraya las diferencias. Por su parte las feministas culturales diferencian el valor superior de las características, consideradas tradicionalmente masculinas, sobre las femeninas más cercanas a la naturaleza, con lo que surge necesariamente la pregunta ya clásica “¿es la cultura respecto a la naturaleza lo que la mujer es respecto al hombre? Todas las respuestas a esta ecuación siguen vigentes en el discurso del feminismo en general. De la misma manera que el lesbianismo político llega hasta el 15M y aún lo trasciende en la defensa de la elección consciente de la homosexualidad, partiendo de la afirmación de que la heterosexualidad se alía frecuentemente con el enemigo. Dar estatuto de categoría política a la heterosexualidad da lugar a una serie de análisis críticos sobre el dispositivo represivo del patriarcado para reprimir la sexualidad femenina con una orientación en otra dirección.

La anécdota ocurrida en la Universidad de Nanterre durante Mayo del 68, del estudiante que entró en el aula donde estaban reunidas en asamblea las mujeres y con todo el desparpajo se dirigió a la pizarra y escribió “El poder está en la punta del falo” Esta escenificación del poder masculino une el Mayo del 68 con el 15M. En la acampada de Sol, en Madrid, un grupo de feministas descolgó sobre otras pancartas, entre la calle del Carmen y la de Preciados, la siguiente consigna, repetida una y mil veces después de la acampada, “La revolución será feminista o no será” Al día siguiente había desaparecido. Algún varón o varones “aguerridos” subió a la azotea para descolgarla. Desde una a otra han transcurrido más de cuarenta años, sin embargo, desde la acampada en la Puerta del Sol hasta ahora tan sólo unos pocos. Las feministas ya hemos conseguido el estatuto de sujeto político. Vamos a seguir fundamentando la diversidad en nuestros supuestos, que si la igualdad, que si la diferencia, que si Queer, que si ecofeminismo, mil cosas, pero ahí estamos con un maravilloso recambio y recogida del testigo en nuestra lucha por tantos miles de mujeres jóvenes en las calles levantando la voz, llenas de dolor por la sentencia incomprensible de Pamplona. Ya no será posible el silencio, se necesita la perspectiva de género en las instituciones. No se puede obviar así los sentimientos y los derechos de las mujeres. No queremos más cárcel ni más condena, queremos más afirmaciones de transversalidad, queremos que se nos tenga en cuenta a la hora de legislar, a la hora de tomar decisiones, a la hora de querer una sociedad más justa. Vamos a seguir ampliando el Mayo del 68 y el 15M, esa es nuestra herencia.
Ya no más silencio.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • María Rubio

    Periodista de Públic

    Que la violencia machista esté en la primera plana de todos los medios sólo se puede explicar gracias a la fuerza de las movilizaciones feministas de los últimos meses. 'La Manada' como punta de lanza, pero también Palamós, Canarias, Molins de Rei, las temporeras del campo de Huelva, y otros que llegarán. Porque de violencia contra las mujeres ha habido siempre, pero ahora el músculo feminista está presente en las calles de nuestro país como hacía tiempo que no lo estaba. ¿Qué se puede esperar de este movimiento? "Ahora Europa tiene la mirada puesta en el movimiento feminista español",...
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  • Cynthia Duque Ordóñez

    Analista de geopolítica, especialista en Oriente Medio y feminista abolicionista. Estudiante de último curso de Derecho y ADE.

    Se suele decir que después de la tormenta viene la calma, en la sociedad patriarcal dicha teoría no es cierta, pues tras un duro golpe a nuestra libertad e integridad sexuales las víctimas son revictimizadas una y otra vez, ya que como he dicho en millones de ocasiones cuando una mujer o niña es violada la sociedad misógina la juzga a ella, analiza su duelo, analiza si evitó su violación, pero no analiza por qué unos tipos aparentemente normales disfrutan vejando en grupo a mujeres mucho más jóvenes que ellos. No se analiza donde han aprendido a disfrutar de...
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  • Confusión

    20/06/2018

    Gulliver Aristos (Jesús Casado López)

    Filósofo, pensador, investigador

    Para las feministas resulta muy recurrente mencionar el supuesto desconcierto de los hombres por el cambio repentino de comportamiento del conjunto de las mujeres, que, en algunos casos, como es el de las feministas, viene acompañado de un frente con una primera línea de agresiones verbales hacia los varones. Lo que parece cierto, es que en los hombres se ha despertado un grado de perplejidad por el enorme despiste y desorden lógico que padecen las feministas, que ha llegado a convertirse en muchas de ellas en ofuscación, y que, lejos de ayudar a la mayoría de las mujeres a aclarar...
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  • Cynthia Duque Ordóñez

    Analista de geopolítica, especialista en Oriente Medio y feminista abolicionista. Estudiante de último curso de Derecho y ADE.

    Estamos en un momento de gran auge de la influencia del movimiento feminista, pero hasta qué punto es esto posible en una sociedad, en la cual el principal modelo productivo parte de la desigualdad social y sexual, llegando incluso a generar la propia segregación sexual con la finalidad de maximizar los beneficios económicos de unos pocos privilegiados. De qué nos sirven líneas de ropa diseñadas en homenaje a ilustres mujeres como Frida Kahlo si esas mismas firmas de ropa fabrican en países extremadamente pobres y se aprovechan de la precariedad y vulnerabilidad extrema de las mujeres y las niñas, es...
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  • Sara Díaz Chapado

    Responsable de participación y asociacionismo del PCM

    Hablar del auge del movimiento feminista hoy queda resumido en la frase que miles y millones de mujeres hemos coreado en los últimos días. Si algo sabemos es que no estamos solas, que los espacios compartidos de mujeres donde hemos sido capaces de hablar de lo más profundo de nuestras opresiones hoy son ya una realidad. Que la vergüenza, las dudas y las culpabilidades que nos amedrentan van diluyéndose, en pro de una sociedad donde cada vez sea más fácil poner sobre la mesa lo que llevamos dentro. El primer mensaje es sin duda: hoy, hay esperanza para más...
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  • Jesús Pichel Martín

    Profesor de Filosofía

    Jean Paul Sartre, pareja libre de la muy libre Simone de Beauvoir que con El Segundo Sexo abrió la puerta a la segunda ola del feminismo e inició un camino hasta hoy ininterrumpido, nos advertía y se advertía a sí mismo que, pese a su militancia y su activismo de izquierdas, era un burgués. Y, salvando las distancias, así me siento yo: feminista convencido no puedo negar ni evitar mi condición de varón —ni los tics androcéntricos grabados en mi conciencia y que no he sido capaz de detectar. Simone de Beauvoir entendió con perspicacia que la tesis fundamental...
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  • Laura Aznar y Laia Soldevila

    (Reproducimos el artículo publicado en el diario Crític por su interés para este debate) Se cumplen dos meses del 8 de marzo, una huelga feminista histórica que situó las reivindicaciones de las mujeres en el foco mediático. Miles de personas de edades, procedencias y trayectorias diversas ocuparon las calles aquel día. Lo volvieron a hacer semanas después, el 26 de abril, cuando se hizo pública la sentencia del caso de ‘la Manada’. El movimiento feminista está en plena ebullición y ahora tiene el reto de conseguir que la visibilidad que han logrado sus reivindicaciones no sea flor de un solo...
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  • Concha Torralba

    Filósofa

    Asistir a las enormes movilizaciones de estos días, después de la sentencia de Pamplona, me invita a revolver entre la transversalidad y, con toda la lógica posible, extraer un hilo necesario que conecte este hecho con tres hitos imprescindibles en la historia del feminismo: Mayo del 68, del que ahora se cumplen cincuenta años, y el 15M. Tres movilizaciones que tienen en común la salida a las calles de una juventud que no consiente, que no calla porque es rebelde al silencio, al silencio que se impone desde el poder de las instituciones, el silencio hacia el movimiento político...
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  • Antoni Aguiló

    Filósofo político del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra

    La sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra que absuelve a los miembros de La Manada de violación, tipificando el acto delictivo como un abuso sexual, constituye un indulto repugnante revelador de la íntima relación entre patriarcado e (in)justicia. Varias de las injusticias contra las que luchan las mujeres se derivan de un patriarcalismo que permea el sistema jurídico, directamente implicado en la reproducción de la dominación masculina y la cultura patriarcal. ¿No es violación que cinco hombres penetren forzadamente a una joven? ¿Qué tipo de mentalidad es la de un juez que solo aprecia en el vídeo...
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  • Javier Segura

    Profesor de Historia

    Las movilizaciones masivas y la huelga internacional de mujeres del pasado 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, convocadas en más de 150 países, ha entrado a formar parte, por su éxito incuestionable, en la memoria colectiva del feminismo y del conjunto de los movimientos sociales en favor de la realización plena y efectiva de los derechos humanos. En efecto, en la medida en que el feminismo propugna, como idea base sobre la que se cimienta todo su desarrollo posterior, la igualdad entre mujeres y hombres en derechos y libertades y, por consiguiente, la erradicación de todas las...
    - Seguir leyendo
  • Patricia Merino

    Autora de Maternidad, Igualdad y Fraternidad

    El pasado 8 de marzo millones de mujeres de todas las edades y ámbitos sociales marcharon por las calles para pedir igualdad. Pero ¿cuál es exactamente la demanda de igualdad que ha sacado a todas esas mujeres a la calle? Sin duda es una demanda variada y plural, pero lo que es seguro es que no es el proyecto feminista burgués liberal lo que de la noche a la mañana ha convertido al feminismo en un movimiento de masas. Es la vertiente más crítica con el sistema la que ha desencadenado esta explosión de protesta que expresa el hartazgo...
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  • Ana Barba

    Edafóloga, activista social y política por la democracia participativa, el feminismo y la ecología.

    Durante las semanas previas a la #HuelgaFeminista8M pudimos asistir a un sinfín de entrevistas, tertulias, actos, declaraciones, publicaciones diversas, artículos, reportajes y millones de tuits y post de FB. La mayoría con su interés y sus aportaciones, pero algunos demasiado superficiales o desinformados e incluso unos cuantos con muy mala baba o abiertamente anti feministas. No se puede negar que hay tantos matices sobre el feminismo como experiencias vitales, pero hay que advertir que no todo vale y que por mucho que se autodenominen feministas, hay muchas personas que no lo son, que ni se aproximan con sus ideas a...
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