El abandono ante lo previsible

  • José Vicente Barcia

    José Vicente Barcia

    Periodista, Jefe de Gabinete de la Alcaldía de Cádiz y coautor del libro 'Voces del cambio'

10.03.2015

Debate principal: ¿A quién enriquece la pobreza energética?

El hecho más esencial para que una persona sea constitutiva de derechos es su propia existencia. Por tanto, el grado máximo de violencia estructural sería aquel cuya trágica consecuencia diera al traste con vidas que podrían seguir su rumbo y desarrollo si las decisiones políticas fueran diferentes. Este es el caso de la pobreza energética en España.

La verdad global de la pobreza energética vista desde la crueldad insoslayable de los datos, 7.500 personas mueren todos los años en el Estado español por esta razón, sólo es desbordada por el caleidoscopio vivencial y singular de cada uno de esos dramas. Así me ocurrió en Parla, donde una madre, ya vaciada de lágrimas, se preguntaba si ese mes debía dejar morir a sus hijos de hambre o de frío.

El Estado encuentra su sentido fundamental en la garantía de los derechos más esenciales de la ciudadanía. Por tanto, su representación institucional, en los ámbitos territoriales central, autonómico y municipal, donde se acopian datos y capacidades de resolución, resulta el cómplice necesario para que la pobreza energética aniquile los derechos fundamentales de miles de ciudadanos.

Cuando las muertes por pobreza energética son cuantificables y previsibles, podemos considerar la inacción de las administraciones públicas, que en el ámbito central es de clara aquiescencia con las grandes empresas energéticas, como un auténtico abandono cuyas funestas consecuencias deben saldarse política y jurídicamente.

Una consecuencia lógica

La pobreza energética es la consecuencia lógica de nuestro sistema energético. Un modelo, que siendo una de las referencias centrales de nuestra forma de vida, está en manos de una cúpula cuya cultura esencial es la del consabido máximo beneficio al coste que sea.
Las empresas de UNESA han acumulado beneficios por valor de 60.000 millones de euros en los últimos diez años. Mientras eso ocurría, la factura de la luz se ha incrementado en más de un 80 por ciento en los últimos cinco años. Para que este modelo perviva, se han tenido que socavar los derechos del consumidor, que soporta la tercera electricidad más cara de Europa, sólo por detrás de Chipre e Irlanda.

La dependencia de los recursos energéticos foráneos desequilibra nuestra balanza comercial y supone unos costes de importación que rondan, cuando no superan, los 45.000 millones de euros al año. A todo esto hay que añadir las externalidades referentes a la huella ecológica y al cambio climático, la violación de derechos humanos para que la energía siga manando de Sur a Norte y la profunda vulneración de nuestra democracia a través de las puertas giratorias, así como la concentración en muy pocas manos de una cuestión ciertamente estratégica.

España tiene una estrategia energética concertada internacionalmente, y quien mantiene lo contrario, miente. De lo contrario no estaríamos homologados, en lo que a energía se refiere, con los países de nuestro entorno. La sombra del ITTP (Tratado Trasatlántico para el Comercio y la Inversión) es sumamente alargada y profunda. Tratará de blindar los intereses de las multinacionales a la hora de considerar cualquier territorio como susceptible de sufrir la rapiña para que los beneficios sigan manando en la misma dirección. A expensas, eso sí, del cambio climático, la destrucción del patrimonio natural, y de recursos tan exiguos en nuestro país como el agua, en relación al fracking. Se trata, además, de una estrategia que ha desregulado los mercados poniendo todo el poder en manos de estas grandes compañías, cuya fortaleza ha hecho hincar la rodilla a todos los gobiernos de la democracia.

La pobreza energética resulta un ineludible síntoma que evidencia el mortífero influjo de las energéticas sobre un poder político asaltado por un pensamiento neoliberal que le ha vaciado de capacidades y soberanía.

Una cuestión de concepto

Es perentorio que la energía deje de ser considerada un recurso básico para que sea categorizada en el lugar de los derechos fundamentales. Sin el acceso social a la energía, los derechos humanos se ven claramente vulnerados.

La pobreza no es azarosa, sino causal, cifrable y evitable. Tras el nombre hueco de la “pobreza” se comprenden las pobrezas que tienen nombre propio, y que corresponden a la carencia de derechos bien concretos.

Por ello es importante dar la batalla del lenguaje, en la que el término pobreza, como genérico, ha sido poseído por significados relacionados con valores de inevitabilidad y atributos que la acercan a su criminalización.

La pobreza energética es el reflejo real que desenmascara las consecuencias del actual modelo energético. Ante los luminosos anuncios, las abundantes y costosísimas campañas publicitarias, la sociedad civil ha logrado que cada vez se hable más y se cuestione mejor los carteles españoles de la energía y sus cómplices gubernamentales.

Algunas soluciones

La panoplia de soluciones es amplia y aplicable si se sabe qué se quiere y se tiene la voluntad política necesaria:

1.La importancia radical de la energía es de tal magnitud que no puede estar al pairo de los mercados. Me vienen a la cabeza las afirmaciones del Presidente de UNESA, el señor Montes, cuando en el programa “Salvados” dijo que la energía era como las latas de sardinas o como cualquier otro producto. O aquellas otras en las que un directivo no tuvo sonrojo al afirmar que, en relación a la pobreza energética ellas (por las multinacionales del ramo) no eran ONG´s. Asumir la responsabilidad pública de garantizar un derecho fundamental como es la energía, requiere crear un contexto de estabilidad y seguridad jurídica que regule un sector que, dando cabida a la participación social, debe ser eminentemente público.

2.Hay que crear las condiciones para la rehabilitación del parque de viviendas y hacer que éstas sean eficientes energéticamente. El cambio de cultura en la gestión cotidiana de la energía es primordial para transitar a un modelo energético racional.

3.También hay que limitar la dependencia energética a través de una incentivación social de las energías renovables, y facilitar el empoderamiento ciudadano a través de una regulación de la autoproducción energética.

4.Desde la urgencia de un problema cuyas respuestas no deben dilatarse en el tiempo, cabe subrayar el valor de las propuestas que la izquierda plural ha hecho a propósito de prohibir el desahucio energético y que han contado con el rechazo reiterado de la inmensa mayoría de los parlamentarios. Líneas de este tipo tomadas con urgencia serán buenos canales para atenuar una injusticia que paga un sector de la población cada vez mayor.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Héctor Alonsio

    Periodista y editor de actualidadhumanitaria.com

    Pobreza energética es un concepto hasta hace poco desconocido en nuestro país. Los años de bonanza trajeron a nuestros hogares bombas de calor y aparatos de aire acondicionado para producir aire caliente en invierno y frío en verano, cocinas vitrocerámicas, calefacción por gas natural... Eran años de bonanza y derroche. Sin embargo por culpa de la crisis económica que sufrimos ahora muchas familias en nuestro país -el 10 por ciento- no puedan hacer frente al coste de energía para calentar sus hogares, ducharse con agua caliente o incluso cocinar. Son diez millones de pobres energéticos. Desde 2007 la factura del suministro...
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  • Ramón Górriz

    Presidente Fundación 1 de Mayo

    Las cifras que se han puesto de manifiesto en este debate muestran con claridad la gravedad y extensión de esta pobreza energética en nuestro país, así como la urgencia de las medidas para hacer frente a la misma, lo que exige una mayor presencia de este problema en el debate político y social. Si bien coincidimos con lo ya señalado en el sentido de que la pobreza energética es sólo una de las caras del empobrecimiento que afecta de forma creciente a amplios colectivos, como consecuencia de las políticas aplicadas para hacer frente a la crisis por los dos últimos...
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  • Laia Ortiz

    Portavoz de ICV y candidata de Barcelona en Comú

    Hemos entrado en primavera y seguro que esto también es un motivo de alivio para el Gobierno, ya que le facilita pasar página y continuar ignorando un problema social que afecta a la salud y a las condiciones de vida de millones de personas como es la pobreza energética. Por eso es oportuno que desde los medios de comunicación y movimientos sociales no pasemos página. El debate debe continuar para evitar que el próximo invierno nada haya cambiado. De hecho, la pobreza energética es la expresión del fracaso absoluto de la regulación eléctrica y gasística en nuestro país. El claro...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    En mi primera aportación al Debate saqué a colación la vinculación existente entre los recursos humanos y la libertad efectiva de las personas. Es por ello me ha causado gran satisfacción leer, en el escrito de Victoria Pellicer, la propuesta de situar «en el centro de la definición [de pobreza energética] las personas y la falta de libertad a la que se enfrentan para poder llevar a cabo la vida que valoran». Très bien!, como dicen los franceses. Así pues hemos pasado del problema de la pobreza energética a esa otra cuestión, filosófica y abstracta, de la libertad humana. Pero...
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  • Victoria Pellicer

    Activista de Ingeniería Sin Fronteras, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y cooperativa de energía verde Som Energia

    La pobreza energética es un término que recientemente hemos empezado a introducir en nuestro léxico, aunque se trate, como dice el informe de la Asociación de Ciencias Ambientales, de una “nueva etiqueta para una vieja realidad”. La pobreza energética es un término que recientemente hemos empezado a introducir en nuestro léxico, aunque se trate, como dice el informe de la Asociación de Ciencias Ambientales, de una “nueva etiqueta para una vieja realidad”. La urgencia por visibilizar la problemática de la pobreza energética en la coyuntura de la actual crisis española hizo que, en la mayoría de los casos, los discursos...
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  • Cecilia Aguilar

    Miembro de ECOoo

    Me gustaría comenzar esta aportación recordando que el sistema energético, entendido como la cadena energética, es un sistema injusto a lo largo de todas sus fases, desde la producción, la transformación y la distribución, hasta el consumo y los residuos que se generan. El modelo energético actual está demostrando ser causa de grandes problemas a escala global, tanto como sustento de un modelo económico que nos está abocando a una grave crisis ecológica, como elemento que provoca conflictos geoestratégicos, abusos de derechos humanos y aplastamiento de resistencias ciudadanas. La pobreza energética es una más de las consecuencias que evidencia este...
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  • Guilermo Fernández Maíllo

    Sociólogo y trabajador social del Equipo de Estudios de Cáritas Española y del Comité Técnico de la Fundación FOESSA .

    Desde hace tiempo escuchamos voces de personas y organizaciones que ponen sobre la mesa las consecuencias de la pobreza desde diferentes puntos de vista. Bien focalizando la atención sobre alguna de las consecuencias de la misma, bien sobre características que la definen en un espacio de tiempo. Se ponen sobre la mesa datos de “pobreza infantil”, “trabajadores pobres”, “la pobreza de los mayores”… expresiones que enfatizan la pobreza en función de un colectivo; “feminización de la pobreza”, “el factor étnico de la pobreza”…, por ejemplo, dan peso en su descripción a algún componente sociodemográfico; otras se relacionan con...
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  • Marta García París

    Coordinadora de Proyectos de Ecoserveis

    Un debate interesante que permite poner encima de la mesa la realidad de esta nueva prioridad social. En un año de campañas y elecciones, los ciudadanos, los candidatos y partidos tenemos el reto de reivindicar, definir y defender una realidad más justa. Mucho hablamos y teorizamos sobre la pobreza energética, un problema que afecta, cada día, a más familias y para el que debemos exigir, exigirnos encontrar cuanto antes, la forma de dar respuesta a los millones de hogares que no pueden mantener su casa a una temperatura de confort. Argumentando la primera de las preguntas que plantea Rodrigo como...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    La visión que tenemos de la realidad y la forma de actuar en ella dependen en gran medida de nuestros conceptos e instrumentos de medición, que por cierto no son neutrales al estar construidos sobre determinadas premisas morales y cognitivas. Y esto ocurre también con la forma que tenemos de medir el bienestar de las personas. Viene a cuento lo dicho porque si queremos introducir en el debate intelectual y en la agenda política las nuevas formas de pobreza, habremos de ser radicales –en el sentido de tomar las cosas por su raíz- y empezar por cuestionar la forma tradicional...
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  • Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

    Los datos ofrecidos en la ponencia de partida son demoledores, la realidad de la pobreza energética nos pesa por su dureza y, sobre todo, porque somos plenamente conscientes de que es evitable. La pobreza energética es el espejo de una sociedad donde la desigualdad y el paro se han disparado, y el modelo energético fósil nos lleva a un callejón sin salida a nivel social y ecológico. Mientras, impera la cultura del despilfarro, el analfabetismo energético y la política del gobierno sirve a los intereses de un oligopolio energético cuya ilimitada ambición nos empuja al colapso. El imparable aumento de...
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  • […] Sigue leyendo en Público.es. […]
  • José Luis Velasco

    Miembro del Observatorio Crítico de la Energía

    “La pobreza energética es posible que no sea la más acuciante” dijo en cierta ocasión el presidente de la patronal de las grandes empresas eléctricas. Es cierto, como indica la ponencia inicial, que la pobreza energética no es sino un síntoma de un problema más amplio: la pobreza creada por las políticas realizadas por los Gobiernos, en España y en otros países, sistemáticamente en beneficio de unos pocos y en perjuicio de los ciudadanos. ¿Cuál es entonces la utilidad de usar un término como “pobreza energética” para denotarlo? ¿Por qué centrarse en un síntoma y no en su origen?...
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  • Elias G.

    Profesor

    Hay una opción más ecológica que la de ayudar a la gente a consumir más energía: ayudarle a mejorar el aislamiento térmico de sus viviendas.
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Cuando hablamos de la pobreza nos referimos a una situación de privación, de carencia de los recursos necesarios para satisfacer determinadas necesidades humanas. De ahí surgen varias preguntas: esta privación, ¿obedece a causas naturales (escasez) o sociales? es decir, ¿a una distribución desigual de los recursos?; estos recursos, ¿son sólo materiales o también humanos?, y ¿puede ser otro ser humano un recurso para mí?; por último, ¿de qué necesidades estamos hablando? En su estupenda Ponencia, Rodrigo Moretón ha contemplado a la energía como un recurso necesario para satisfacer ciertas necesidades humanas, consideradas como básicas. Ello nos remite a la...
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  • Cote Romero

    Coordinadora de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y Coordinadora de Ecooo

    Considero oportuno el momento de abrir un espacio de información, reflexión y debate “público” sobre la pobreza energética, cuestión ésta que, a pesar de ser objeto de estudio desde hace más de cuarenta años y tener carta de naturaleza propia, en nuestro país ha pasado prácticamente desapercibida tanto para las instituciones como para la sociedad en su conjunto. En un año pluri-electoral y antes de la celebración de la primera cita de comicios, es conveniente poner encima de la mesa la realidad de la pobreza energética, a fin de poder influir en los programas de los partidos políticos y que...
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  • José Vicente Barcia

    Periodista, Jefe de Gabinete de la Alcaldía de Cádiz y coautor del libro 'Voces del cambio'

    El hecho más esencial para que una persona sea constitutiva de derechos es su propia existencia. Por tanto, el grado máximo de violencia estructural sería aquel cuya trágica consecuencia diera al traste con vidas que podrían seguir su rumbo y desarrollo si las decisiones políticas fueran diferentes. Este es el caso de la pobreza energética en España. La verdad global de la pobreza energética vista desde la crueldad insoslayable de los datos, 7.500 personas mueren todos los años en el Estado español por esta razón, sólo es desbordada por el caleidoscopio vivencial y singular de cada uno de esos dramas....
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