Terminar con la pobreza energética: una prioridad política, ecológica y ciudadana

  • Florent Marcellesi

    Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

19.03.2015

Debate principal: ¿A quién enriquece la pobreza energética?

Los datos ofrecidos en la ponencia de partida son demoledores, la realidad de la pobreza energética nos pesa por su dureza y, sobre todo, porque somos plenamente conscientes de que es evitable. La pobreza energética es el espejo de una sociedad donde la desigualdad y el paro se han disparado, y el modelo energético fósil nos lleva a un callejón sin salida a nivel social y ecológico. Mientras, impera la cultura del despilfarro, el analfabetismo energético y la política del gobierno sirve a los intereses de un oligopolio energético cuya ilimitada ambición nos empuja al colapso.

El imparable aumento de la pobreza energética pone en evidencia la incapacidad de estas empresas y de los gobiernos de PSOE y PP de priorizar los intereses de la ciudadanía presente y futura.

Las decisiones que han tomado durante los últimos 30 años han dejado al pairo de un puñado de empresas un derecho que es esencial para tener una vida digna: el derecho a acceder a un suministro energético básico para cubrir las necesidades de las personas a un precio asequible.

La pobreza energética va a más, e irá a más todavía, si la clase política gobernante sigue comprando y vendiendo la moto del modelo fósil como el único viable. Los recortes a las energías renovables y el boicot expreso al autoconsumo (autoproducción) por un lado, y la defensa de una unión energética basada en megainfraestructuras (energéticas y de transporte) que ha realizado el actual gobierno español y la Comisión Europea, evidencian la apuesta suicida por una energía cara, contaminante y que siempre habrá que importar.

Sabemos lo que queremos: un modelo energético basado en el ahorro, la eficiencia, las renovables. Un modelo distribuido en oposición al actual centralizado. Un modelo donde la energía se produzca allí donde se va a consumir, con los recursos más sostenibles que haya en ese lugar.

El viento, el sol y una tecnología de producción de electricidad que ya es más barata que la producción fósil están de nuestro lado. Pero, para construir este modelo, necesitamos mucha más gente en el ajo. Tenemos que sacudir los mimbres de un modelo cultural y económico que son tan fósiles como la energía que utiliza para mantenerse vivo. Empecemos por lo urgente: primero, cubrir las necesidades de las personas, dentro de los límites del planeta.

¿Qué proponemos?

¿Reformular el bono social? Por supuesto. Estamos completamente de acuerdo con la ponencia de apertura en que éste no está resolviendo el problema porque no llega a la mayor parte de las familias que lo necesitan, bien porque no se enteran de su existencia (y las eléctricas tienen toda la responsabilidad de que esto pase), bien porque se benefician familias que no lo necesitan. Y esta situación nos parece escandalosa. ¿Cómo puede ser que familias numerosas de altos ingresos sí tengan derecho a bono social y gente en situación de pobreza extrema no?

¿Cómo haríamos el bono social? Contando para su creación con la experiencia del día a día de los servicios sociales de los ayuntamientos y las organizaciones que escuchan y tratan de ayudar a la gente en situación de pobreza. Esto es: con participación de los colectivos interesados y no a sus espaldas.

¿Qué tipo de bono social?

Entendemos que el derecho a la energía implica el acceso a la cantidad suficiente de energía para tener una vida digna. Por tanto, para que un bono social que sirva para este fin, más que un descuento en la factura, como el actual bono social eléctrico, planteamos que vaya acompañado sí o sí de formación y de empoderamiento de sus beneficiarios.

Uno de los problemas menos conocidos asociados a la pobreza energética es el del analfabetismo energético. Los servicios sociales que están asumiendo el pago de facturas a familias en situación de pobreza se encuentran muchas veces con facturas desorbitadas. Cuando estudian caso por caso, ven que, el desconocimiento sobre cómo se gasta la energía en las casas es generalizado. Y luego, o bien se les está cobrando por servicios que no utilizan, o bien tienen potencias contratadas innecesariamente altas. Por regla general, se desconoce completamente lo que consume cada aparato doméstico y la factura no se comprende en absoluto.

Para ahorrar lo primero es conocer. Obviamente, el analfabetismo energético es un problema generalizado en España, no sólo de las familias en situación de pobreza energética, pero, nos parece imprescindible que se forme a la población que se está viendo obligada a tomar decisiones dramáticas sobre su alimentación o la de sus hijos para pagar facturas completamente injustas.

A partir de ahí, queremos aportar al debate la propuesta de un bono social que asegure un consumo mínimo gratuito para cubrir las necesidades básicas de las familias en situación de pobreza. Poder cocinar, lavarse, o calentar la casa, no es negociable, tiene que ser un derecho asegurado por el Estado y facilitado por las empresas que presten el servicio. Y si el beneficiario supera el consumo mínimo establecido, facilitarle una tarificación por tramos en función de la renta.
Puesto que, como se ha mencionado, la pobreza energética no se limita al consumo eléctrico, proponemos un bono social integrador, en el que esté cubiertas las necesidades de electricidad, calor y transporte.

¿Quién sería responsable del bono social?

Puesto que, los requisitos actuales del bono social dejan fuera a la mayoría de la población necesitada, pensamos que deberían ser los servicios sociales de los ayuntamientos quienes deberían poder estudiar cada caso y facilitar el acceso al bono social.

¿Quién tiene que costearlo?

Tal y como está configurado el sector energético en España, entendemos que el problema es de reparto y no de escasez. Endesa e Iberdrola pagan a sus presidentes más de 2 millones de euros anuales, a los que se suman dietas, bonus y demás complementos, que en el caso de Iberdrola llegan a sumar más de 7 millones. El oligopolio español dobla en beneficios a sus pares europeas, por lo tanto, deben ser estas empresas las que costeen el bono.

Nos parece importante no desvincular nunca el problema de sus causas. La pobreza energética no es una cuestión técnica, sino profundamente política. Lo son sus causas y sus soluciones. Por lo tanto, luchar contra la pobreza energética implica necesariamente luchar contra la manipulación que hacen las empresas del oligopolio de la política energética. Implica luchar contra la corrupción y las puertas giratorias, que no por legales, dejan de ser absolutamente inmorales.

Una respuesta desde Europa

Por otro lado, nos adherimos a la propuesta del Comité Social y Económico europeo de un “Compromiso Europeo de Seguridad y Solidaridad Energéticas”, es decir un plan de choque a muy corto plazo para proteger a la ciudadanía frente a la pobreza energética e impedir su exclusión social, tomar medidas para garantizar a cualquier persona en Europa un acceso fiable y uniforme a la energía a precios razonables y estables. En particular y como ya se hace en muchos países europeos, tendría que ser prohibido por ley cortar el agua o la electricidad, empezando por el periodo invernal (la llamada “tregua invernal”).

Para financiar este plan de choque a la altura del reto de las crisis sociales y ecológicas, se necesitan recursos económicos y por ejemplo la creación urgente de un “Fondo Europeo de Solidaridad Energética”. Recordemos que los recursos existen: ¡solo el coste social de la corrupción en Europa asciende a 140 mil millones! Por último, es necesario crear un Observatorio Europeo de la Pobreza que permita conocer, prevenir y seguir las acciones de la Unión Europea para luchar contra la pobreza energética.

La transición ecológica de la economía

Para luchar de forma estructural contra la pobreza energética es fundamental poner las bases de una economía sostenible, a través de una gran transformación ecológica de nuestros modelos de producción y consumo. En particular, la transición ecológica es una apuesta por la rehabilitación energética de millones de viviendas, es decir que mejore su eficiencia energética y luche contra el despilfarro. Esta medida permitirá a la vez reducir la factura energética per capita, nacional y europea, además de crear en España y Europa millones de empleos en la construcción, uno de los sectores más castigados por la crisis.

A nivel socio-ambiental, un plan de renovación (aislamiento, eficiencia energética, etc.) permitiría reducir la exposición a la pobreza energética debida a unas viviendas mal concebidas y ahorrar (para luego invertir en proyectos de utilidad social y ecológica) de aquí al año 2050 en España:

• Hasta 390.000 millones de euros en eficiencia energética y en derechos de emisión
• Una reducción del 82% de las emisiones del CO2 de las viviendas
• Ahorrar alrededor de 600 millones de barriles de petróleo de energía final y 300 millones de toneladas de CO2 equivalente.

En cuanto a creación de empleo, el impacto en términos de inversión en rehabilitación (muy intensiva en mano de obra) tiene cinco veces más capacidad de creación de empleo que las generadas con la misma inversión en infraestructuras de transporte, como propone el Plan Juncker. Más concretamente, la Organización Internacional del Trabajo plantea que se podría generar hasta 1,37 millones de puestos de trabajo durante la implementación de todo el proyecto y más de 100.000 empleos estables en 2020 (más el 30% de empleos indirectos). Esto tendría a su vez un impacto positivo sobre el aumento de las rentas de los hogares y su capacidad a hacer frente a los gastos básicos e imprescindibles de sus presupuestos (como los energéticos).

Construir la democracia energética

Al mismo tiempo, soplan vientos de cambio no sólo en la política o en la economía, también en el sector energético. Hay una revolución energética en ciernes protagonizada por una ciudadanía anónima que invierte su tiempo en denunciar los problemas del actual modelo y sobre todo, en generar alternativas económicas que hagan viable el cambio de modelo energético.

Esta marea se llama «soberanía energética ciudadana» y lo ponen en marcha las cooperativas de electricidad y empresas de no-lucro (como Som Energia, Goiener, Zencer, Enerplus, Nosa Enerxía, Ecooo, Viure de l’aire, etc.) que sólo comercializan o producen electricidad de origen renovable. En ellas se enseña a las personas socias a ahorrar. Cuanto menos consumo, mejor para los socios y socias, la sociedad y el planeta.

Para nosotros, no hay duda: para resolver la pobreza energética la ciudadanía tiene que poder decidir sobre el modelo energético que quiere y esto es precisamente lo que está intentando bloquear BOE tras BOE el Partido Popular. Pero, las 60.000 familias estafadas por los recortes a las renovables, las 25.000 personas que hay asociadas a las cooperativas energéticas energéticas renovables, las miles de personas que en todo el Estado trabajan en organizaciones ciudadanas y suman esfuerzos en la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, o en partidos como EQUO, ya han empezado a decidir.

Cuando tengamos un modelo energético democrático no permitiremos que nadie sea excluido del derecho a la energía por no poder pagarla. Pero, estamos en una situación de emergencia social que requiere acciones inmediatas, así que volvamos al presente porque el 10% de la sociedad española necesita soluciones ya.

En conclusión, con la pobreza energética se ve con nitidez la relación intrínseca entre justicia, ecología y democracia. Luchar por el acceso universal a la energía a un coste justo, concienciar sobre su uso eficiente, permitir que nadie tenga que priorizar entre pagar sus alimentos o la luz de su vivienda, o retomar el control ciudadano de la energía son prioritarias en las luchas y alternativas del siglo XXI. Más que nunca, lo ecológico, lo social y lo democrático van de la mano.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Héctor Alonsio

    Periodista y editor de actualidadhumanitaria.com

    Pobreza energética es un concepto hasta hace poco desconocido en nuestro país. Los años de bonanza trajeron a nuestros hogares bombas de calor y aparatos de aire acondicionado para producir aire caliente en invierno y frío en verano, cocinas vitrocerámicas, calefacción por gas natural... Eran años de bonanza y derroche. Sin embargo por culpa de la crisis económica que sufrimos ahora muchas familias en nuestro país -el 10 por ciento- no puedan hacer frente al coste de energía para calentar sus hogares, ducharse con agua caliente o incluso cocinar. Son diez millones de pobres energéticos. Desde 2007 la factura del suministro...
    - Seguir leyendo
  • Ramón Górriz

    Presidente Fundación 1 de Mayo

    Las cifras que se han puesto de manifiesto en este debate muestran con claridad la gravedad y extensión de esta pobreza energética en nuestro país, así como la urgencia de las medidas para hacer frente a la misma, lo que exige una mayor presencia de este problema en el debate político y social. Si bien coincidimos con lo ya señalado en el sentido de que la pobreza energética es sólo una de las caras del empobrecimiento que afecta de forma creciente a amplios colectivos, como consecuencia de las políticas aplicadas para hacer frente a la crisis por los dos últimos...
    - Seguir leyendo
  • Laia Ortiz

    Portavoz de ICV y candidata de Barcelona en Comú

    Hemos entrado en primavera y seguro que esto también es un motivo de alivio para el Gobierno, ya que le facilita pasar página y continuar ignorando un problema social que afecta a la salud y a las condiciones de vida de millones de personas como es la pobreza energética. Por eso es oportuno que desde los medios de comunicación y movimientos sociales no pasemos página. El debate debe continuar para evitar que el próximo invierno nada haya cambiado. De hecho, la pobreza energética es la expresión del fracaso absoluto de la regulación eléctrica y gasística en nuestro país. El claro...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    En mi primera aportación al Debate saqué a colación la vinculación existente entre los recursos humanos y la libertad efectiva de las personas. Es por ello me ha causado gran satisfacción leer, en el escrito de Victoria Pellicer, la propuesta de situar «en el centro de la definición [de pobreza energética] las personas y la falta de libertad a la que se enfrentan para poder llevar a cabo la vida que valoran». Très bien!, como dicen los franceses. Así pues hemos pasado del problema de la pobreza energética a esa otra cuestión, filosófica y abstracta, de la libertad humana. Pero...
    - Seguir leyendo
  • Victoria Pellicer

    Activista de Ingeniería Sin Fronteras, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y cooperativa de energía verde Som Energia

    La pobreza energética es un término que recientemente hemos empezado a introducir en nuestro léxico, aunque se trate, como dice el informe de la Asociación de Ciencias Ambientales, de una “nueva etiqueta para una vieja realidad”. La pobreza energética es un término que recientemente hemos empezado a introducir en nuestro léxico, aunque se trate, como dice el informe de la Asociación de Ciencias Ambientales, de una “nueva etiqueta para una vieja realidad”. La urgencia por visibilizar la problemática de la pobreza energética en la coyuntura de la actual crisis española hizo que, en la mayoría de los casos, los discursos...
    - Seguir leyendo
  • Cecilia Aguilar

    Miembro de ECOoo

    Me gustaría comenzar esta aportación recordando que el sistema energético, entendido como la cadena energética, es un sistema injusto a lo largo de todas sus fases, desde la producción, la transformación y la distribución, hasta el consumo y los residuos que se generan. El modelo energético actual está demostrando ser causa de grandes problemas a escala global, tanto como sustento de un modelo económico que nos está abocando a una grave crisis ecológica, como elemento que provoca conflictos geoestratégicos, abusos de derechos humanos y aplastamiento de resistencias ciudadanas. La pobreza energética es una más de las consecuencias que evidencia este...
    - Seguir leyendo
  • Guilermo Fernández Maíllo

    Sociólogo y trabajador social del Equipo de Estudios de Cáritas Española y del Comité Técnico de la Fundación FOESSA .

    Desde hace tiempo escuchamos voces de personas y organizaciones que ponen sobre la mesa las consecuencias de la pobreza desde diferentes puntos de vista. Bien focalizando la atención sobre alguna de las consecuencias de la misma, bien sobre características que la definen en un espacio de tiempo. Se ponen sobre la mesa datos de “pobreza infantil”, “trabajadores pobres”, “la pobreza de los mayores”… expresiones que enfatizan la pobreza en función de un colectivo; “feminización de la pobreza”, “el factor étnico de la pobreza”…, por ejemplo, dan peso en su descripción a algún componente sociodemográfico; otras se relacionan con...
    - Seguir leyendo
  • Marta García París

    Coordinadora de Proyectos de Ecoserveis

    Un debate interesante que permite poner encima de la mesa la realidad de esta nueva prioridad social. En un año de campañas y elecciones, los ciudadanos, los candidatos y partidos tenemos el reto de reivindicar, definir y defender una realidad más justa. Mucho hablamos y teorizamos sobre la pobreza energética, un problema que afecta, cada día, a más familias y para el que debemos exigir, exigirnos encontrar cuanto antes, la forma de dar respuesta a los millones de hogares que no pueden mantener su casa a una temperatura de confort. Argumentando la primera de las preguntas que plantea Rodrigo como...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    La visión que tenemos de la realidad y la forma de actuar en ella dependen en gran medida de nuestros conceptos e instrumentos de medición, que por cierto no son neutrales al estar construidos sobre determinadas premisas morales y cognitivas. Y esto ocurre también con la forma que tenemos de medir el bienestar de las personas. Viene a cuento lo dicho porque si queremos introducir en el debate intelectual y en la agenda política las nuevas formas de pobreza, habremos de ser radicales –en el sentido de tomar las cosas por su raíz- y empezar por cuestionar la forma tradicional...
    - Seguir leyendo
  • Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

    Los datos ofrecidos en la ponencia de partida son demoledores, la realidad de la pobreza energética nos pesa por su dureza y, sobre todo, porque somos plenamente conscientes de que es evitable. La pobreza energética es el espejo de una sociedad donde la desigualdad y el paro se han disparado, y el modelo energético fósil nos lleva a un callejón sin salida a nivel social y ecológico. Mientras, impera la cultura del despilfarro, el analfabetismo energético y la política del gobierno sirve a los intereses de un oligopolio energético cuya ilimitada ambición nos empuja al colapso. El imparable aumento de...
    - Seguir leyendo
  • […] Sigue leyendo en Público.es. […]
  • José Luis Velasco

    Miembro del Observatorio Crítico de la Energía

    “La pobreza energética es posible que no sea la más acuciante” dijo en cierta ocasión el presidente de la patronal de las grandes empresas eléctricas. Es cierto, como indica la ponencia inicial, que la pobreza energética no es sino un síntoma de un problema más amplio: la pobreza creada por las políticas realizadas por los Gobiernos, en España y en otros países, sistemáticamente en beneficio de unos pocos y en perjuicio de los ciudadanos. ¿Cuál es entonces la utilidad de usar un término como “pobreza energética” para denotarlo? ¿Por qué centrarse en un síntoma y no en su origen?...
    - Seguir leyendo
  • Elias G.

    Profesor

    Hay una opción más ecológica que la de ayudar a la gente a consumir más energía: ayudarle a mejorar el aislamiento térmico de sus viviendas.
    - Seguir leyendo
  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Cuando hablamos de la pobreza nos referimos a una situación de privación, de carencia de los recursos necesarios para satisfacer determinadas necesidades humanas. De ahí surgen varias preguntas: esta privación, ¿obedece a causas naturales (escasez) o sociales? es decir, ¿a una distribución desigual de los recursos?; estos recursos, ¿son sólo materiales o también humanos?, y ¿puede ser otro ser humano un recurso para mí?; por último, ¿de qué necesidades estamos hablando? En su estupenda Ponencia, Rodrigo Moretón ha contemplado a la energía como un recurso necesario para satisfacer ciertas necesidades humanas, consideradas como básicas. Ello nos remite a la...
    - Seguir leyendo
  • Cote Romero

    Coordinadora de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y Coordinadora de Ecooo

    Considero oportuno el momento de abrir un espacio de información, reflexión y debate “público” sobre la pobreza energética, cuestión ésta que, a pesar de ser objeto de estudio desde hace más de cuarenta años y tener carta de naturaleza propia, en nuestro país ha pasado prácticamente desapercibida tanto para las instituciones como para la sociedad en su conjunto. En un año pluri-electoral y antes de la celebración de la primera cita de comicios, es conveniente poner encima de la mesa la realidad de la pobreza energética, a fin de poder influir en los programas de los partidos políticos y que...
    - Seguir leyendo
  • José Vicente Barcia

    Periodista, Jefe de Gabinete de la Alcaldía de Cádiz y coautor del libro 'Voces del cambio'

    El hecho más esencial para que una persona sea constitutiva de derechos es su propia existencia. Por tanto, el grado máximo de violencia estructural sería aquel cuya trágica consecuencia diera al traste con vidas que podrían seguir su rumbo y desarrollo si las decisiones políticas fueran diferentes. Este es el caso de la pobreza energética en España. La verdad global de la pobreza energética vista desde la crueldad insoslayable de los datos, 7.500 personas mueren todos los años en el Estado español por esta razón, sólo es desbordada por el caleidoscopio vivencial y singular de cada uno de esos dramas....
    - Seguir leyendo

¿Quiéres participar en este debate?

Ve al apartado 'Cómo participar' y revisa los pasos necesarios para poder intervenir en los debates abiertos.