La pobreza energética desde la Unión Europea

  • Cecilia Aguilar

    Cecilia Aguilar

    Miembro de ECOoo

31.03.2015

Debate principal: ¿A quién enriquece la pobreza energética?

Me gustaría comenzar esta aportación recordando que el sistema energético, entendido como la cadena energética, es un sistema injusto a lo largo de todas sus fases, desde la producción, la transformación y la distribución, hasta el consumo y los residuos que se generan.

El modelo energético actual está demostrando ser causa de grandes problemas a escala global, tanto como sustento de un modelo económico que nos está abocando a una grave crisis ecológica, como elemento que provoca conflictos geoestratégicos, abusos de derechos humanos y aplastamiento de resistencias ciudadanas. La pobreza energética es una más de las consecuencias que evidencia este hecho, poniendo de manifiesto la relación que existe entre la energía y la justicia social. Esta relación se presenta hoy caracterizada por la vulnerabilidad y la desigualdad en el acceso a la energía.

Para la gran mayoría de la población mundial la falta de energía va de la mano de la pobreza, sin embargo, para las élites gobernantes la energía es una cuestión de poder. Es por ello que la visión tradicional que predomina en la política energética se da desde la dimensión geopolítica, y no desde consideraciones socio-económicas.

Sin embargo, no es solo una cuestión de pobreza y vulnerabilidad. La conceptualización de la pobreza energética se entiendo mejor como un triángulo en que inciden la relación entre baja renta de las familias y alto precio de la tarifa de electricidad y gas, las necesidades energéticas y la eficiencia energética del hogar y de los electrodomésticos.

La definición inicial de la pobreza energética nació en el Reino Unido y se limitó a significar aquella situación en la que las familias destinaban más del diez por ciento de sus ingresos en calentar sus hogares (Boardman 1991). Pero ciertamente, está definiciónha ido desarrollándose para dar respuesta a una realidad social más amplia en la que se recoge la incapacidad de acceder a los servicios energéticos que una familia necesita social y materialmente. De esta manera, la pobreza energética tiene que entenderse como falta tanto de calefacción como refrigeración, luz, agua caliente, energía para cocinar y para el uso de electrodomésticos y también, como se ha dicho anteriormente, de Internet y movilidad.

A pesar de la insuficiente atención por parte de los poderes públicos y el limitado alcance de las investigaciones académicas, las situaciones de pobreza energética son desde hace décadas una realidad para muchas familias dentro de la Unión Europea. Este problema se observa especialmente en el sur, el este y el centro de Europa y con unmayor agravamiento desde el comienzo de la crisis económica. Son las organizaciones de la sociedad civil, el activismo y los movimientos sociales los protagonistas en esta lucha, haciendo incidencia en este problema y llevando la voz de aquellos que sufren la pobreza energética al debate público y a la agenda política.

En el caso de la Unión Europea, la agenda de la política energética actual está comprometida con la construcción de un mercado energético común, la Unión Energética que comprende cinco grandes dimensiones: seguridad energética, solidaridad y confianza, mercado energético europeo integrado, eficiencia energética para contribuir a la reducción de la demanda, des-carbonización de la economía y la investigación, la innovación y la competitividad. Aun así, los mayores esfuerzos se ven encaminados prioritariamente hacia una consecución de los objetivos en materia de independencia energética y de seguridad en el abastecimiento de recursos energéticos. Los grandes proyectos de infraestructuras en las interconexiones de electricidad y de gas, y un mercado interior de energía parecen ser las medidas protagonistas. Es verdad que se incluyen propuestas de legislación en materia de eficiencia energética y objetivos de renovables, así como en tecnología e innovación para una mejor eficiencia energética en el sector de la vivienda y de almacenamiento de electricidad. Sin embargo, parecen que estas se presentan como medidas secundarias para los que los esfuerzos presupuestarios sobretodo serán más tenues.

Desde la Comisión Europea se defiende que la modernización de las infraestructuras de interconexiones y la integración del mercado energético permitirán que los consumidores se beneficien de mayor capacidad de elección y de precios más bajos de la energía. No obstante, la cuestión que quiero introducir al debate es si verdaderamente estas medidas son suficientes o tienen en consideración el dar respuestas a la situación de pobreza energética que se observa a lo largo de toda Europa. Se echan en falta desde luego una consideración de las causas socioeconómicas que llevan a las familias a no poder hacer frente a la factura de electricidad y gas, y mayores compromisos en materia de legislación que reconozca el acceso a la energía como un derecho fundamental de las personas y que por tanto, prohíba por ley las desconexiones de suministro como algunos países ya han hecho. La Directiva 2009/72 CE necesita ampliar su contenido y fortalecer la obligatoriedad de los compromisos que los Estados deben transponer en su legislación. Aún no existe una definición común en la Unión Europea de lo que se considera un consumidor vulnerable, ni hay datos sobre la cifra de personas viviendo en una situación de pobreza energética a nivel europeo; y sin datos no se pueden diseñar políticas eficientes.

Junto con medidas para evitar la vulnerabilidad energética de las familias en forma de reducciones tarifarias y ayudas económicas, se necesita de una solución real que haga el coste de las necesidades diarias asequibles para los consumidores, principalmente desde el ahorro y la eficiencia energética, y la rehabilitación de las viviendas para reducir la demanda. Aquí hay que recordar la Directiva de Eficiencia Energética 2012/27/EU con obligaciones de transposición para los Estados miembros, y los fondos estructurales para la rehabilitación de edificios. Muchos son los que piden que el límite de inversión de fondos europeos de desarrollo regional destinado a la eficiencia energética de los hogares, ahora fijado en un máximo del 4%, debiera ampliarse.

Se tienen que introducir también la concepción de la energía como un derecho, no solo como una necesidad. Desde esta visión, se daría soporte a la decisión de los ciudadanos de optar por el autoconsumo de energía renovable.

Además de ampliar la conceptualización de lo se entiende como pobreza energética, es también necesario que la pobreza energética gane protagonismo discursivo frente al discurso dominante centrado en la concepción de seguridad energética. Se observa como la incidencia en el discurso político de la seguridad energética condiciona que los objetivos y fines a los que sirve la estrategia europea energética sean otros diferentes a los que debiera de servir. Es bien sabido que el asegurar el abastecimiento de los recursos primarios de energía es un elemento estratégico al servicio del poder de los Estados. Cuanto mayor sea el control y abastecimiento de energía por parte de estos, mayor es su poder competitivo en la economía internacional y su poder negociador en el juego de las relaciones internacionales. Podemos aplicar aquí las tesis realistas de E.H. Carr, que entienden los conceptos de intereses nacionales y seguridad, en las que se incluyen la dimensión de seguridad energética, como una manera de que los intereses de los grupos dominantes fueran asumidos como propios por el pueblo. De esta manera, el statu quo enarbola la bandera de la seguridad para mantener su posición privilegiada.

La incursión en el discurso política de la pobreza energética debe servir para defender los intereses contrarios, los de los derechos de las mayorías. Poner el foco en la pobreza energética significa un cambio de perspectiva a la hora de diseñar las políticas, poniendo el foco de atención en los servicios energéticos más que en el abastecimiento de combustibles. Lo que las familias demandan no es la energía per se, si no, calefacción, luz, refrigeración o transporte (Savacool 2011).

Como conclusión, las situaciones de pobreza energética a la largo de la Unión Europea tienen en común la falta e ineficiencia de los servicios energéticos. Poniendo el foco de la política energética en la pobreza energética significa poner la atención en los servicios energéticos, y no tanto en el abastecimiento y el precio de las materias primas energéticas. La pobreza energética es consecuencia de una situación previa de pobreza y vulnerabilidad, pero también de una opacidad de los mercados energéticos, de hogares que no usan eficientemente la energética, de falta de información y de desconocimiento de los hogares en materia de eficiencia energética. Es sobre todo una cuestión de falta de voluntad política por crear un marco legislativo que proteja a los consumidores vulnerables, que prohíba la desconexión, y que favorezca la libertad de elección en el consumo y producción de la energía que la propia familia necesita.

La Unión Europea tiene potencialidades para ser un espacio de cambio y desde donde se promuevan la obligatoriedad de los compromisos de los Estados Miembros, pero la voz de las mayorías ciudadanas tienen que predominar sobre los intereses de la gran industria gasística y los intereses estratégicos de la Unión Europea.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Héctor Alonsio

    Periodista y editor de actualidadhumanitaria.com

    Pobreza energética es un concepto hasta hace poco desconocido en nuestro país. Los años de bonanza trajeron a nuestros hogares bombas de calor y aparatos de aire acondicionado para producir aire caliente en invierno y frío en verano, cocinas vitrocerámicas, calefacción por gas natural... Eran años de bonanza y derroche. Sin embargo por culpa de la crisis económica que sufrimos ahora muchas familias en nuestro país -el 10 por ciento- no puedan hacer frente al coste de energía para calentar sus hogares, ducharse con agua caliente o incluso cocinar. Son diez millones de pobres energéticos. Desde 2007 la factura del suministro...
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  • Ramón Górriz

    Presidente Fundación 1 de Mayo

    Las cifras que se han puesto de manifiesto en este debate muestran con claridad la gravedad y extensión de esta pobreza energética en nuestro país, así como la urgencia de las medidas para hacer frente a la misma, lo que exige una mayor presencia de este problema en el debate político y social. Si bien coincidimos con lo ya señalado en el sentido de que la pobreza energética es sólo una de las caras del empobrecimiento que afecta de forma creciente a amplios colectivos, como consecuencia de las políticas aplicadas para hacer frente a la crisis por los dos últimos...
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  • Laia Ortiz

    Portavoz de ICV y candidata de Barcelona en Comú

    Hemos entrado en primavera y seguro que esto también es un motivo de alivio para el Gobierno, ya que le facilita pasar página y continuar ignorando un problema social que afecta a la salud y a las condiciones de vida de millones de personas como es la pobreza energética. Por eso es oportuno que desde los medios de comunicación y movimientos sociales no pasemos página. El debate debe continuar para evitar que el próximo invierno nada haya cambiado. De hecho, la pobreza energética es la expresión del fracaso absoluto de la regulación eléctrica y gasística en nuestro país. El claro...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    En mi primera aportación al Debate saqué a colación la vinculación existente entre los recursos humanos y la libertad efectiva de las personas. Es por ello me ha causado gran satisfacción leer, en el escrito de Victoria Pellicer, la propuesta de situar «en el centro de la definición [de pobreza energética] las personas y la falta de libertad a la que se enfrentan para poder llevar a cabo la vida que valoran». Très bien!, como dicen los franceses. Así pues hemos pasado del problema de la pobreza energética a esa otra cuestión, filosófica y abstracta, de la libertad humana. Pero...
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  • Victoria Pellicer

    Activista de Ingeniería Sin Fronteras, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y cooperativa de energía verde Som Energia

    La pobreza energética es un término que recientemente hemos empezado a introducir en nuestro léxico, aunque se trate, como dice el informe de la Asociación de Ciencias Ambientales, de una “nueva etiqueta para una vieja realidad”. La pobreza energética es un término que recientemente hemos empezado a introducir en nuestro léxico, aunque se trate, como dice el informe de la Asociación de Ciencias Ambientales, de una “nueva etiqueta para una vieja realidad”. La urgencia por visibilizar la problemática de la pobreza energética en la coyuntura de la actual crisis española hizo que, en la mayoría de los casos, los discursos...
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  • Cecilia Aguilar

    Miembro de ECOoo

    Me gustaría comenzar esta aportación recordando que el sistema energético, entendido como la cadena energética, es un sistema injusto a lo largo de todas sus fases, desde la producción, la transformación y la distribución, hasta el consumo y los residuos que se generan. El modelo energético actual está demostrando ser causa de grandes problemas a escala global, tanto como sustento de un modelo económico que nos está abocando a una grave crisis ecológica, como elemento que provoca conflictos geoestratégicos, abusos de derechos humanos y aplastamiento de resistencias ciudadanas. La pobreza energética es una más de las consecuencias que evidencia este...
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  • Guilermo Fernández Maíllo

    Sociólogo y trabajador social del Equipo de Estudios de Cáritas Española y del Comité Técnico de la Fundación FOESSA .

    Desde hace tiempo escuchamos voces de personas y organizaciones que ponen sobre la mesa las consecuencias de la pobreza desde diferentes puntos de vista. Bien focalizando la atención sobre alguna de las consecuencias de la misma, bien sobre características que la definen en un espacio de tiempo. Se ponen sobre la mesa datos de “pobreza infantil”, “trabajadores pobres”, “la pobreza de los mayores”… expresiones que enfatizan la pobreza en función de un colectivo; “feminización de la pobreza”, “el factor étnico de la pobreza”…, por ejemplo, dan peso en su descripción a algún componente sociodemográfico; otras se relacionan con...
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  • Marta García París

    Coordinadora de Proyectos de Ecoserveis

    Un debate interesante que permite poner encima de la mesa la realidad de esta nueva prioridad social. En un año de campañas y elecciones, los ciudadanos, los candidatos y partidos tenemos el reto de reivindicar, definir y defender una realidad más justa. Mucho hablamos y teorizamos sobre la pobreza energética, un problema que afecta, cada día, a más familias y para el que debemos exigir, exigirnos encontrar cuanto antes, la forma de dar respuesta a los millones de hogares que no pueden mantener su casa a una temperatura de confort. Argumentando la primera de las preguntas que plantea Rodrigo como...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    La visión que tenemos de la realidad y la forma de actuar en ella dependen en gran medida de nuestros conceptos e instrumentos de medición, que por cierto no son neutrales al estar construidos sobre determinadas premisas morales y cognitivas. Y esto ocurre también con la forma que tenemos de medir el bienestar de las personas. Viene a cuento lo dicho porque si queremos introducir en el debate intelectual y en la agenda política las nuevas formas de pobreza, habremos de ser radicales –en el sentido de tomar las cosas por su raíz- y empezar por cuestionar la forma tradicional...
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  • Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

    Los datos ofrecidos en la ponencia de partida son demoledores, la realidad de la pobreza energética nos pesa por su dureza y, sobre todo, porque somos plenamente conscientes de que es evitable. La pobreza energética es el espejo de una sociedad donde la desigualdad y el paro se han disparado, y el modelo energético fósil nos lleva a un callejón sin salida a nivel social y ecológico. Mientras, impera la cultura del despilfarro, el analfabetismo energético y la política del gobierno sirve a los intereses de un oligopolio energético cuya ilimitada ambición nos empuja al colapso. El imparable aumento de...
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  • […] Sigue leyendo en Público.es. […]
  • José Luis Velasco

    Miembro del Observatorio Crítico de la Energía

    “La pobreza energética es posible que no sea la más acuciante” dijo en cierta ocasión el presidente de la patronal de las grandes empresas eléctricas. Es cierto, como indica la ponencia inicial, que la pobreza energética no es sino un síntoma de un problema más amplio: la pobreza creada por las políticas realizadas por los Gobiernos, en España y en otros países, sistemáticamente en beneficio de unos pocos y en perjuicio de los ciudadanos. ¿Cuál es entonces la utilidad de usar un término como “pobreza energética” para denotarlo? ¿Por qué centrarse en un síntoma y no en su origen?...
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  • Elias G.

    Profesor

    Hay una opción más ecológica que la de ayudar a la gente a consumir más energía: ayudarle a mejorar el aislamiento térmico de sus viviendas.
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Cuando hablamos de la pobreza nos referimos a una situación de privación, de carencia de los recursos necesarios para satisfacer determinadas necesidades humanas. De ahí surgen varias preguntas: esta privación, ¿obedece a causas naturales (escasez) o sociales? es decir, ¿a una distribución desigual de los recursos?; estos recursos, ¿son sólo materiales o también humanos?, y ¿puede ser otro ser humano un recurso para mí?; por último, ¿de qué necesidades estamos hablando? En su estupenda Ponencia, Rodrigo Moretón ha contemplado a la energía como un recurso necesario para satisfacer ciertas necesidades humanas, consideradas como básicas. Ello nos remite a la...
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  • Cote Romero

    Coordinadora de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y Coordinadora de Ecooo

    Considero oportuno el momento de abrir un espacio de información, reflexión y debate “público” sobre la pobreza energética, cuestión ésta que, a pesar de ser objeto de estudio desde hace más de cuarenta años y tener carta de naturaleza propia, en nuestro país ha pasado prácticamente desapercibida tanto para las instituciones como para la sociedad en su conjunto. En un año pluri-electoral y antes de la celebración de la primera cita de comicios, es conveniente poner encima de la mesa la realidad de la pobreza energética, a fin de poder influir en los programas de los partidos políticos y que...
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  • José Vicente Barcia

    Periodista, Jefe de Gabinete de la Alcaldía de Cádiz y coautor del libro 'Voces del cambio'

    El hecho más esencial para que una persona sea constitutiva de derechos es su propia existencia. Por tanto, el grado máximo de violencia estructural sería aquel cuya trágica consecuencia diera al traste con vidas que podrían seguir su rumbo y desarrollo si las decisiones políticas fueran diferentes. Este es el caso de la pobreza energética en España. La verdad global de la pobreza energética vista desde la crueldad insoslayable de los datos, 7.500 personas mueren todos los años en el Estado español por esta razón, sólo es desbordada por el caleidoscopio vivencial y singular de cada uno de esos dramas....
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