La senda de la transición

  • Enrique del Olmo

    Enrique del Olmo

    Sociólogo

06.01.2017

Debate principal: El socialismo de este siglo

Cuando Bruno Estrada propuso en Espacio Público un Debate sobre el Socialismo del siglo XXI, todos nos quedamos un poco sorprendidos pero a la vez alabamos el valor de plantearlo y la necesidad de empezar a abordarlo.

Ahora con la ventaja de que otros ‘valientes’ se han tirado a la piscina, intento aportar una visión en relación a algunos temas, visión por supuesto parcial, incompleta e inconclusa.

Las aportaciones realizadas por otros amigos, han avanzado muchas piezas extraordinariamente interesantes del puzzle de recomposición del fragmentario big bang de los conceptos y las prácticas del socialismo. Además frente a un pensamiento que entre finales del XIX y del XX fue capaz de convertirse en un sistema cerrado con respuesta completa a casi todos los avatares de la dinámica de las sociedades y en muchos caso de la vida misma de las personas, nos encontramos con la enorme dificultad, casi imposibilidad, para generar un pensamiento holístico capaz de armarnos de seguridades y de caminos firmes sobre los que andar. Damos paso así a un periodo lleno de fragmentos, de componentes, de conceptos y también de sujetos que no tienen referencia histórica (aunque si lecciones de la historia) y que nos obligan a manejarnos en los vaivenes de la incertidumbre, la inexistencia de modelos y la imperiosidad de un pragmatismo de altísimo contenido estratégico (es decir, donde una decisión aparentemente cotidiana, condiciona la marcha de los acontecimientos futuros de forma muy marcada).

Programas acabados o guías de conducta:

El socialismo se define por lo que es en sí mismo (definición en positivo) y también por lo que es en contraposición al sistema capitalista (definición negativa). Mientras el socialismo a finales del Siglo XIX y primeros 30 años del XX (hasta el dominio del estalinismo), las dos definiciones andaban a la par, y se hacía crítica de lo existente (con todas la diferencia y matices entre las diversas corrientes del pensamiento socialista) pero también se proyectaban esas “sociedades de papel” de las que hablaba la socialdemocracia alemana como los modelos utópicos o de futuro de una sociedad donde prevaleciese la igualdad, la libertad y la fraternidad. En el convulso mundo actual, se desarrolla y se avanza en la crítica del capitalismo realmente existente, se desarrolla el análisis de la crisis de la globalización desregularizada, del peso de la economía financiera, de la desregulación del trabajo, de la desigualdad social, del estallido del Estado-nación, de la persecución de las mujeres, de la crisis existencial del planeta, de las guerras territoriales, de las migraciones, del yihadismo, de la xenofobia, de la pobreza mundial, en definitiva de la crisis de civilización a la que asistimos, pero resulta especialmente arduo diseñar un panorama futuro hacia el que dirigirse, e incluso a veces uno se llega a preguntar cuál es la utilidad de tal ejercicio. Por eso me parece mucho más adecuado, en el momento actual, al diseñar el futuro mientras vamos avanzando. Partamos de unos conceptos-guía (que incluyen objetivos, reivindicaciones, valores, principios, normas de conducta), que identifiquen la senda por la que avanzar, los rumbos que haya que torcer frenando a los poderosos y la gradación de objetivos que haya que cubrir. Algunos de estos conceptos-guía han sido señalados y abordados por este debate en Espacio Público, y aún más forman parte de un acervo común de millones de personas que aspiran a un mundo diferente:

a) La contradicción capital-trabajo y como se manifiesta en el capitalismo desregularizado que huye como la peste del acuerdo y la concertación social que usa el extraordinario salto tecnológico para desvalorizar el factor trabajo.

b) El carácter internacional y transnacional del conflicto y de los conflictos, la imposibilidad de un repliegue proteccionista y la necesidad de abordar la gobernanza de la globalización.

c) La incorporación plena de la mujer al gobierno del mundo y la lucha permanente contra la segregación y persecución por razones de género.

d) La destrucción de nuestro mismo habitat, el conflicto entre capital y biosfera del que habla Joan Herrera.

e) La lucha contra la desigualdad contra la contradicción exacerbada de la riqueza en el menos del 1% de la población y el mal vivir de una gran parte de la población mundial.

f) La revisión de los sistemas políticos nacionales y transnacionales; el ejercicio de la democracia en todos sus aspectos incluyendo la profunda revisión de la relación entre representantes y representados.

En esta situación de dominio omnímodo de la minoría poderosa, que restringe y casi anula la democracia, donde sus intereses enloquecidos por detener la tendencia a la baja de la tasa de ganancia nos traen guerras y destrucción de la biosfera. Resulta difícil imaginar un escenario alternativo y de construcción positiva. Sin embargo también los ciclos de movilización social en los últimos 25 años nos han deparado momentos de cambio y de nuevas expectativas: Latinoamérica, 15-M, primavera árabe, resistencias al austericidio en Europa,… a veces han sido episódicos o han acabado en frustración o derrota, pero esos levantamientos han marcado también un componente del futuro.

Un sistema mundial sin capacidad de legitimización

Vivimos en un periodo donde la capacidad de absorción de las reivindicaciones y los conflictos es mínima por parte de los sistemas imperantes, los cuales a su vez son cada vez más cuestionados por la mayoría de la población. (Guerra de los ricos contra los pobres como la definió Warren Buffet) Estamos en una fase donde el pacto social, los acuerdos institucionales la construcción compartida, los repartos de cargas ante la crisis han desaparecido del escenario mundial. La implantación de la intransigencia de los poderosos y sus representantes políticos directos o cooptados es la norma, el ejemplo de Grecia y la troika es de lo más sangrante desde todo punto de vista que pueda haber. Y la razón de la intransigencia no es consecuencia de la imposibilidad económica sino del castigo ejemplarizante a los que buscan otra vía. La voracidad en la transferencia de rentas de abajo a arriba no para. Esta inexistencia de márgenes nos abre una expectativa en el desarrollo de movimientos de resistencia y de contestación de importante alcance, y es al calor de ellos de esta movilización que surgen y surgirán la apertura de ventanas de oportunidad de cambio.

Aunque sea difícil marcar con claridad una senda hacia otro tipo de sociedad, denominémosla, socialista, lo que sí aparece como clave es la capacidad de movilización de las sociedades en una senda de cambio, que además eluda la capitalización por la extrema derecha, la xenofobia o el nacionalismo excluyente. Creo que lo que hay que rescatar es las dinámicas transicionales que se abren a escala universal, ante las sucesivas explosiones que el sistema actual de acumulación y dominación provocan.

La potencia de lo obvio

Owen Jones definía el momento actual como “unos años 30 light”, no es mala la definición, pues al final de esos años 30 y en una situación no tan light: Hitler al borde de invadir Polonia, la Republica española dando sus últimas boqueadas, Mussolini ocupando Abisinia, Chamberlain y Daladier pactando con Hitler, Stalin acelerando la eliminación de la vieja guardia bolchevique… El mundo se debatía en un horizonte oscuro que condujo a la II Guerra Mundial. En esos momentos, 1938 León Trostky con sus colaboradores presentó el Programa de Transición, donde fue capaz de situar las consignas y los programas en función no de una valoración ideológica previa, sino desde el punto de vista de su capacidad movilizadora. No entro a debatir si la “escala móvil de salarios y horas de trabajo” era plenamente socialista o no, sino la formuló como un instrumento de lucha y movilización de la clase obrera frente a la crisis capitalista y la necesidad de defensa de los trabajadores. En el mundo actual reivindicaciones en si mínimas tienen una potencialidad extraordinaria como palanca de movilización y de cambió de la situación. Por ejemplo las 21 reivindicaciones más votadas en el 15-M, casi ninguna superaba el umbral del sistema y del régimen existente. Aún más de las 21 medidas 17 hacían referencia a cambios en el sistema institucional y político, es decir NO costaban dinero¡ Y sin embargo el sistema y las élites no han sido capaces de asimilarlas, más allá de los discursos de coyuntura cuando todavía estaban acogotados por la fuerza de la movilización y la simpatía que generaban en la amplísima mayoría de la población. Hoy asistimos en nuestra aldea local hispana, como se trabaja para desmontar pieza a pieza lo que hace sólo tres años era un clamor mayoritario. Voy a poner dos ejemplos para ver el potencial que tienen algunas de las reivindicaciones que están al nivel de calle:
La dación en pago. Esto parece para cualquier persona normal, algo de pura lógica y razonabilidad. Yo compro mediante una hipoteca una casa, y en un momento dado no puedo pagarla y me veo en la obligación de entregar la vivienda en función de la hipoteca que no puedo cubrir. Se recupera el bien y en teoría punto final. Sin embargo no solo pierdo la casa sino que además tengo que seguir pagando algo que no tengo, es decir mi impago no supone una sanción económica, sino que ato mi suerte a un bien que nunca utilizaré. Pues esto que es tan de Perogrullo, sin embargo se ha transformado en una batalla encarnizada desde hace cerca de 8 años donde gracias a la PAH no sólo se ha mostrado la intransigencia absoluta de la banca, sino el soporte que los partidos de gobierno, primero el PSOE y luego enfáticamente el PP han prestado a esta práctica antisocial y antieconómica. Sin embargo la dación en pago pervive no sólo en la conciencia de la gente, sino en los retos de los partidos políticos tiene por delante. No cuestionan el sistema capitalista pero frenan los procesos de usura y latrocinio que el capital financiero infligen a las poblaciones. Otro caso reciente las cláusulas suelo.

La reforma del sistema electoral: Esta que ha sido una petición realizada por partidos minoritarios (IU y UPyD) desde hace varias décadas, incluso con un informe favorable al Consejo de Estado de los profesores Montero y Riera, se transforma en una demanda activa para la mayoría de la sociedad al calor del 15-M. Tanto es así que el PSOE de Rubalcaba la asume en 2012 diciendo que quiere un sistema parecido al alemán (para luego hacerla desaparecer en el 2015), y todos los partidos con diferente alcance, excluyendo al PP que la quiere reformar en sentido inverso, la incorporan tanto en sus programas, como en sus pactos (paniaguada en el acuerdo Cs-PSOE, y cuasidesaparecida en el acuerdo Cs-PP) o en el voto conjunto (PP-PSOE-Cs) en contra de la reforma en 2016. Una simple reforma institucional no es capaz de ser asumida por las elites políticas, juegan y maniobran hasta que desaparezca la presión social. Una reivindicación democrática de proporcionalidad y mejora de la relación entre electores y elegidos, no puede ser asumida en el momento actual por el sistema.
Como se verá no se está hablando de medidas de carácter socialista sino de justicia, reequilibro y derechos y el potencial de las mismas se convierte en factor de movilización y de cambio.

Un tiempo sin sujeto claramente identificable

Otro factor que obliga a una reflexión en tiempos de cambio y transición es el tema tan controvertido del sujeto histórico y por ende del sujeto político. Del largo siglo de certezas donde la clase obrera y los partidos de izquierdas (socialistas y comunistas) ocupaban este espacio, al momento actual donde la modificación de las condiciones de trabajo y de la estructura productiva por un lado y la desagregación de las clases medias creadas en el periodo de bonanza, generan un magma ciudadano o popular cuyos contornos económicos son más confusos, en unos casos por no alcanzar niveles de ingresos mínimos y en otros por la sensación de “privación relativa” (perdida de posición social) lo que provoca la irrupción en la acción colectiva de nuevos sectores que se agrupan alrededor no de programas políticos acabados sino de fragmentos reivindicativos de gran profundidad. Ello genera protagonismos sociales cambiantes sino se acaban estructurando en movimientos políticos, que no tienen ni el dominio, ni la hegemonía de otros tiempos, y que se juegan su peso y su poder día a día, mostrando consecuencia, inteligencia, utilidad y fortaleza. Estamos por lo tanto en un periodo donde los movimientos y alternativas están sometidas a gran turbulencia y donde los manejos de los tiempos de maduración son decisivos. Se ha hablado mucho en estos tiempos de transversalidad y dicha definición tiene una enorme parte de realidad. Movimientos con un bajo perfil de acotamiento político pero con una enorme carga de cuestionamiento de poder por sus mismos motores reivindicativos. Sin embargo esta transversalidad no tiene por qué negar los elementos políticos e ideológicas de los diversos componentes ni mucho menos (por eso es tan absurda la discusión sobre si trasversal o de izquierdas), lo que si pone en primer término es el carácter plural y democrático, y con diversos rangos de radicalidad del cambio. El eje divisorio como señalo en una ocasión José Ramoneda, no son las adscripciones políticas e ideológicas presentes o preexistentes, sino la voluntad y firmeza de promover cambios y llevarlos a cabo. Y llevarlos a cabo significa capacidad de gestionar lo institucional y los ámbitos de gobierno alcanzados, en la misma dirección que el movimiento condujo a “lo nuevo” y este último no es un tema menor. Si el cambio se paraliza en las tramas y trampas de un engranaje (el jurídico-legal) hecho para el inmovilismo y no para el cambio, el fracaso estará garantizado. Al querer ejecutar políticas que deterioren los engranajes reales del poder aparecerán los auténticos y oscuros detentadores del mismo sin ninguno escrúpulo, ni ética para mantenerlo. Este es un tema esencial: la gobernanza del cambio que está muy poco presente en el debate político y que sin resolverse a todos los niveles se garantizará el fracaso de las “olas de cambio”:

Quizá apostar por el proceso sea un poco bersteniano “el movimiento lo es todo”, pero en situaciones de tan pocas certezas es preferible abrir camino y desbrozar sendas que nos permitirán avanzar sin género de dudas y no en discusiones circulares con resultados de endogamia y cainismo, tan del gusto de todas las fuerzas políticas de cambio.

Hoy, vislumbrar el socialismo no es una tarea fácil, por eso aunque siempre sea necesaria una compresión holística del mundo en que vivimos, lo que es necesario todos los días es saber hacia dónde apuntamos y apostamos nuestras energías. Como decía Inmanuel Wallerstein: “Identifiquemos la orilla hacia la que queremos ir, y nademos con todas nuestras fuerzas hacia ella”.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Carlos Berzosa

    Catedrático emérito de la Universidad Complutense. Presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

    El término socialismo tiene varias acepciones. Las distintas definiciones que se pueden dar son el resultado tanto de elaboraciones teóricas como de la evolución histórica política y económica. La primera diferencia vino dada cuando Marx y Engels contrapusieron a la concepción del socialismo utópico la de socialismo científico. A pesar de la hegemonía del marxismo en los partidos y sindicatos, que se crearon en el siglo XIX, tuvo lugar en el incipiente movimiento obrero, la primera gran escisión con el anarquismo. Las ideas marxistas fueron mayoritarias en casi todos los países en que comenzaron a arraigar, sin embargo, el...
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  • José Luis Zárraga

    Sociólogo

    Demasiados temas y demasiadas cuestiones se amontonan en este debate. Lo fundamental en él, lo que en primer lugar hay que aclarar si queremos discutir con sentido todos esos temas y cuestiones, es de qué hablamos cuando hablamos de socialismo. Dejaré aparte otras cuestiones que se han planteado a lo largo del debate, cuestiones urgentes, que será indispensable tratar también. Las experiencias históricas de socialismo y las lecciones que debemos extraer de ellas; el análisis del capitalismo actual y de los cambios que se han consolidado en él con la crisis; y sobre todo la cuestión política práctica: cómo puede...
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  • lluisraeco

    Economista y sociólogo

    ¿Cómo puede el sindicalismo ayudar a construir otro modelo social? Sin duda el núcleo vertebrador de la acción sindical es la negociación colectiva. Dos ideas al respecto. Por un lado, la orientación de la política sindical y los contenidos sustantivos de negociación colectiva hacia objetivos de política económica de altos salarios y pleno empleo. Las dos reivindicaciones clave del movimiento sindical vasco cómo salario mínimo de 1200 euros mensuales y jornada laboral máxima de 35 horas semanales, deben integrarse para mejorar las condiciones de vida con la generación y reparto del empleo. Por otro lado la introducción de contenidos...
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  • Eduardo González de Molina Soler

    Sociólogo y politólogo

    “El hombre que no dispone de más propiedad que su fuerza de trabajo, tiene que ser, necesariamente, en todo estado social y de civilización, esclavo de otros hombres, quienes se han adueñado de las condiciones materiales de trabajo. Y no podrá trabajar, ni, por consiguiente, vivir, más que con su permiso” (Marx, 1875). ¿Qué significa hoy la libertad o la igualdad para un socialista? ¿Cómo definimos hoy el socialismo? Son interrogantes que hoy en día difícilmente son (bien) respondidos: la deriva ideológica del socialismo ―fruto de la derrota histórica del movimiento obrero― es de tal calibre, que la confusión...
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  • Enrique del Olmo

    Sociólogo

    Cuando Bruno Estrada propuso en Espacio Público un Debate sobre el Socialismo del siglo XXI, todos nos quedamos un poco sorprendidos pero a la vez alabamos el valor de plantearlo y la necesidad de empezar a abordarlo. Ahora con la ventaja de que otros 'valientes' se han tirado a la piscina, intento aportar una visión en relación a algunos temas, visión por supuesto parcial, incompleta e inconclusa. Las aportaciones realizadas por otros amigos, han avanzado muchas piezas extraordinariamente interesantes del puzzle de recomposición del fragmentario big bang de los conceptos y las prácticas del socialismo. Además frente a un pensamiento que...
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  • Armando Fernández Steinko

    Sociólogo

    Hacia 1800 nacía una sociedad dinámica e impetuosa. ¿Cómo abordar política, moral y culturalmente el capitalismo? Para los liberales la nueva fuerza desplegada por los mercados sería capaz de dar las respuestas con lo cual todo debía orientarse a asegurar su funcionamiento y la propiedad privada: la libertad es, por encima de todo, la libertad de hacer negocios. Los grandes asuntos, incluido el democrático, se acabarán solucionando si se deja actual al mercado y florecer los negocios, la sociedad tenderá mágicamente al equilibrio en beneficio de todos, la política se acoplará a la economía. La propuesta conservadora aceptaba los cambios,...
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  • José Manuel Mariscal

    Secretario general del PCA

    Socialismo. Una palabra antigua, aunque no más antigua que capitalismo, explotación, emancipación, pobreza o lucha. Apropiada, manipulada o canonizada, ¿huele a viejo una palabra tan moderna? En mi caso, como comunista, no debería desligar el debate sobre el socialismo del objetivo final de un sociedad sin clases, del comunismo. Nos han contado, más o menos, que el socialismo sería una etapa intermedia antes de la definitiva sociedad sin clases. El caso es que socialistas se llamaban las repúblicas soviéticas y socialista se llama el partido de Susana Díaz y también el de Nicolás Maduro. Socialista era el partido que...
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  • José Eduardo Muñoz Negro

    Doctor en Medicina y socialista

    Alguien dijo que no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época. Esta realidad ha sido interpretada, narrada o conceptualizada de muchas maneras. Desde la sociedad líquida de Baumann a la sociedad del riesgo de Beck, pasando por la ultramodernidad de J.A. Marina, las teorías sobre la posmodernidad o la modernidad inacabada de Habermas. Aunque diferentes, todos comparten y asumen el paradigma de la complejidad y la pérdida de referentes cognitivos, simbólicos e ideológicos. Puede parecer un tópico pero el tiempo se ha acelerado y la realidad se construye en los medios de una manera instantánea...
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  • ¿Qué socialismo?

    19/12/2016

    Juan Antonio Molina

    Periodista, escritor y socialista

    Este artículo toma el título de un opúsculo de Norberto Bobbio donde el ensayista turinés intentaba contestar el interrogante que le daba nombre al libro. ¿Es hoy también el socialismo en nuestro país un interrogante? La estrategia cortoplacista de sus dirigentes, enmarañada en la banalidad del marketing y el eslogan publicitario, representa la reinvención de una realidad tan ajena al pulso de la calle que produce frustración en las mayorías sociales. El Partido Socialista se percibe en un espacio político donde el debate ideológico se ha diluido ante un pragmatismo ad hoc al establishment que expulsa de su formato polémico...
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  • Gabriel Flores

    Economista

    Algunas de las propuestas presentadas en este debate tienen por objetivo recuperar o refundar el proyecto socialista que se identifica con la corriente de la socialdemocracia europea, llenándolo de nuevos contenidos o reciclando experiencias interesantes de otros tiempos. Intentan sus autores resucitar una vieja y, mucho me temo, periclitada historia. ¿Es posible salvar la experiencia socialdemócrata? ¿Tiene sentido echar vino nuevo en odres viejos cuyo olor a caduco o viejuno repele a los jóvenes de entre 18 y 35 años y provoca mayores rechazos a medida que aumenta el nivel de estudios de las personas a las que intenta atraer? Tiene...
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  • Javier Franzé

    Profesor de Teoría Política

    La primera dificultad para hablar de socialismo hacia el futuro es precisar a qué se está haciendo referencia. El socialismo —como el liberalismo— es una corriente política y de pensamiento vasta, diversa, cuyo elemento aglutinante sería la primacía del valor igualdad. Pero esto remite a la superficie del problema, pues la cuestión no es tanto qué valor se privilegia, que es lo que reúne, sino cómo se piensa ese valor. Esto último suscita las divergencias más profundas, que determinan diferencias acerca de los caminos para construir esa igualdad. ¿Y si el problema fuera que el socialismo ha sido occidental, demasiado...
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  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    La respuesta a la cuestión de los retos del socialismo debe comenzar por reconocer que las realidades y preocupaciones expresadas en el debate en curso en 'Espacio Público'-'CTXT', incluyendo esta aportación, están condicionadas por la experiencia política, los parámetros culturales y la producción teórica del socialismo, permítaseme la expresión, del mundo occidental y cristiano industrializado. Si bien, dadas las características del capitalismo mundial actual, algunas de las cuestiones que se plantean suponen incursiones en terrenos globales y comunes por lo que podrían tener utilidad para las reflexiones que se produzcan en otras latitudes. Lo ideal sería poder identificar los rasgos...
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  • Joan Herrera

    Director de la Escuela Superior de Cuadros de CCOO

    Marx decía lo que la revolución surgirá de las fábricas, no de los agricultores, ya que los agricultores están dispersos. Siglo y medio después las estrategias de dispersión del trabajador es sin lugar a dudas uno de los motivos por los cuales es tan difícil construir una alternativa. Una dispersión que no es sólo geográfica sino que también es organizativa e incluso de asunción cultural. George Lakoff escribió que la ciudadanía se siente más más motivados con la “identidad moral y los valores” que con cualquier otra cosa. El reto es construir comunidad y conectar con el sufrimiento, pero también...
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  • Jesús Pichel Martín

    Profesor de Filosofía

    La socialdemocracia no cayó del cielo, ni surgió de la necesidad de cubrir con más producción una mayor demanda en un contexto de escasez de mano de obra, y desde luego no fue un regalo del capitalismo al movimiento obrero. El pacto socialdemócrata (el pacto entre capital y trabajo) fue consecuencia de la fuerte presión del movimiento obrero y del temor del capitalismo al modelo político-económico comunista. En Europa Occidental el socialismo devino en socialdemocracia cuando la pugna entre capitalismo y comunismo se sustanció en un sistema mixto de economía de mercado y de garantía de los derechos sociales, la...
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  • Andrés Villena Oliver

    Economista, periodista y doctor en Sociología

    La historia del socialismo es, lamentablemente, la de una matanza permanente que, no obstante, dista mucho del relato de ficción narrado por historiadores y voceros anticomunistas patrocinados. Quizá el primer crimen que merezca la pena reseñar sea el cometido contra Jean Jaurés en 1914, tres días después del inicio de la Primera Guerra Mundial, que acabó enfrentando a la clase obrera de los distintos países implicados. La muerte de Jaurés representa el fracaso de un internacionalismo que los socialistas alemanes rematarán al no impedir el asesinato en 1919 de Rosa Luxemburgo y de Karl Liebkenecht, al comienzo de la débil...
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  • Ana Barba

    Edafóloga, activista social y política por la democracia participativa, el feminismo y la ecología.

    Tradicionalmente, las propuestas sociales y económicas de la izquierda han topado con los intereses de los pequeños propietarios, los pequeños agricultores y los pequeños comerciantes, lo que solemos llamar pequeña burguesía desde la época de la revolución francesa. Pese a que son explotados por las oligarquías, se sienten más cercanos a ellas que al proletariado, en parte por el temor a sufrir una desposesión en el transcurso de una hipotética revolución social y en parte por el espejismo del ascenso social. En el transcurso de los últimos 100 años, esta postura antagónica de la pequeña burguesía frente al proletariado se...
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  • Tasio Oliver

    Responsable de Servicios Sociales y Consumo de IU

    Escribo esta aportación desde la certeza, apesadumbrada, de que el socialismo en España nunca ha existido. Y si no ha existido socialismo como tal, el amago socialdemócrata que ha supuesto el trasiego político del PSOE en estos 40 años, ha sido convenientemente desmontado por unas élites orgánicas aliadas ya descaradamente con los intereses de las grandes corporaciones nacionales. La memoria de los tímidos logros de ese trasiego ha sido ultrajada por un vaciamiento progresivo, una cobardía política evidente y un desdibuje absoluto en cuanto a sus preceptos sociales, territoriales y democráticos en la última década. Lo peor y más doloroso...
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  • Daniel Puerto

    Investigador científico y miembro del secretariado de Alternativa Socialista

    Un artículo de Suso del Toro hablaba de la culpabilidad del PSOE en el descrédito de la política. Aunque mezclaba los conceptos de izquierda y socialismo en la culpabilidad de este deterioro de la política, cuando realmente solo se refería a un PSOE muchas veces alejado de estos dos conceptos, creo que da en el clavo en lo referente a la “degradación moral de la izquierda”. Que la derecha española sea mentirosa, autoritaria y corrupta entra dentro de la lógica al ser fiel heredera del franquismo y no haber sufrido las necesarias y profundas transformaciones que la hubiesen llevado...
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  • Brais Fernández

    Redactor de 'Viento Sur' y miembro de Anticapitalistas

    Quizás para tener un debate en torno a la cuestión del socialismo tendríamos que aclarar la polisemia de la palabra. Para la mayoría de la gente, socialismo es un concepto frío, que no va asociado a una experiencia emancipadora real. En el peor de los casos, se asocia a los exabruptos de los dirigentes del PSOE, que apelan al socialismo como una identidad partidaria con la que cada vez menos gente se identifica. En otros casos, por desgracia, se asocia a aquella distopía totalitaria en la que acabó convirtiéndose el socialismo soviético. Sin embargo, creo que hay algunas razones...
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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    En un mundo que afronta para las próximas décadas formidables retos por el agotamiento de los recursos naturales y la crisis ecológica, así como por la formación de sociedades con fuertes fracturas sociales y desigualdades crecientes, la única forma de mantener un nivel de vida digno para la población será conseguir hacer más con menos, y esto sólo pasará en las sociedades que tengan organizaciones productivas que lo logren. Nuestra capacidad para construir una sociedad más productiva, más ecológica, una sociedad en la que sea posible alimentarse, desplazarse, tener una vivienda, calentarse, curarse, educarse, informase, investigar, producir... no se parecerá...
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  • Manuel Escudero

    Coordinador del Foro de Economía Progresista

    No esperen en esta reflexión un hilo de argumentación lógico y encadenad. Más bien voy a funcionar como se hace en las sesiones de diseño, cubriendo la pared con 'post-its' ideas y argumentos que vienen al caso, que van completando el cuadro de modo impresionista, a ráfagas, echándose para atrás y viendo lo que falta o lo que aflora. Sobre el nombre El socialismo en el siglo XXI, así, a secas, será cosa de nostálgicos, pero no de los que luchan por el progreso de la humanidad. Lo digo porque ya desde comienzos del siglo XX, el socialismo solamente ha servido...
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  • Joan Herrera

    Director de la Escuela Superior de Cuadros de CCOO

    ¿Estamos ante el mismo capitalismo que hace 30 o 40 años? ¿Debemos responder ante este desde los mismos parámetros? Las respuestas a estas preguntas son obvias. No, ni el capitalismo es el mismo ni la respuesta puede ni debe ser la misma. Pero vayamos por pasos. En primer lugar hay que adentrarse en el escenario de los últimos años, la nueva etapa del capitalismo en algunos de sus aspectos mas destacados. Por un lado en el conflicto entre capital trabajo. Por otro lado, en el conflicto capital biosfera, y por último en los elementos de control político del mismo. Capital...
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  • Pedro González de Molina Soler

    Profesor de Geografía e Historia

    "Nunca separé la República de las ideas de justicia social, sin la que sólo es una palabra." Jaurès. Para comenzar, quiero agradecer la invitación de Bruno Estrada a participar en este debate que deseamos que sea fructífero, de un tema que sigue siendo candente en la actualidad, y más tras ver las crisis de los partidos socialdemócratas en Europa y las lecciones de la nueva izquierda latinoamericana en retroceso. En líneas generales, podemos estar de acuerdo con la exposición de Bruno Estrada sobre el socialismo, tanto en su pasado como en sus perspectivas futuras, aunque podríamos matizar algunas cuestiones, que...
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  • Carlos Martínez

    Co-primer secretario de Alternativa Socialista

    La idea socialista supera a los aparatos de la mayor parte de los partidos llamados socialistas y socialdemócratas “oficiales” y vinculados a la llamada internacional socialista. Hay demasiadas personas a un lado y otro del espectro político y por supuesto las oligarquías que viven a costa de esos partidos, deseando que el socialismo sea un engranaje profesional, dedicado exclusivamente a gestionar el capitalismo y a ser su cara algo más amable y caritativa. Todo lo más mejoras en sanidad, pensiones –si puede ser- y educación. Igualdad de oportunidades, pero sin corregir precisamente lo que impide que las oportunidades sean las...
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  • Pedro Chaves

    Politólogo, investigador especializado en la UE

    La victoria de Donald Trump nos golpea en las retinas, en el corazón, en el cerebro. Intuimos que este hecho tendrá consecuencias imprevisibles y negativas. Los “poderes salvajes” de los que hablaba Ferragoli, la emergencia de poderes privados que colonizan el espacio público en beneficio propio, se han cobrado una pieza mayor: nada menos que Estados Unidos. Y una vez más, y no es la primera en la historia ni será la última, un representante de las clases dirigentes se aúpa al poder empujado por una fuerza en la que encontramos muchos brazos y esperanzas venidas desde abajo. Por...
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  • Mario del Rosal

    Profesor de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid

    En primer lugar, me gustaría agradecer sinceramente el debate que Bruno Estrada ha abierto acerca de la cuestión del socialismo en la actualidad. En estos tiempos en los que las versiones más primitivas y descarnadas de la derecha amenazan con capitalizar el descontento de la clase trabajadora, me parece una discusión enormemente oportuna y necesaria. Creo que cualquier reflexión sobre el socialismo se debe centrar, como bien hace Bruno, en la cuestión de la democracia. Y es que, en sus más profundas raíces, el socialismo no es sino democracia más desarrollo económico (o soviets más electrificación, como diría Lenin). Es...
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  • Ignacio Muro Benayas

    Director Fundación Espacio Público

    Tiene gracia esto de discutir sobre el socialismo días después que el fascismo haya encontrado una nueva puerta de entrada de la mano de Trump en EEUU, la economía capitalista más rica del mundo. Tiene gracia porque recuerda aquella disyuntiva de 'Socialismo o barbarie’ que representó Rosa Luxemburgo hace justamente 100 años, en 1916, tres antes de que fuera asesinada por movimientos prefascistas. Una disyuntiva que tenía como antecedente a Friederich Engels que dijo otros 30 años antes: "La sociedad capitalista se halla ante un dilema: avance al socialismo o regresión a la barbarie". Como vemos, el debate nos...
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  • José Babiano

    Director del Área de Historia, Archivo y Biblioteca de la Fundación 1º de Mayo

    El neoliberalismo no es sólo una política económica determinada, ni siquiera una filosofía política exclusivamente. Constituye asimismo y de forma evidente una cultura. De manera que la victoria indiscutible del neoliberalismo representa también una victoria cultural. Esencialmente, esa victoria reside en que la gran mayoría de la sociedad, incluida la izquierda, haya naturalizado su discurso. En eso consiste la hegemonía cultural. De este modo, el lenguaje de clase ha desaparecido de la izquierda política, que ha hecho suya la retórica de la ciudadanía. Es verdad que, como señalara T. H. Marshall, la ciudadanía es un constructo que hace compatibles...
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  • Carlos Tuya

    Periodista y escritor

    Una vez más, lo que no podía ocurrir ha ocurrido: Trump se incorpora a la ola populista (mayoritariamente de derechas) que recorre, como un fantasma, el mundo globalizado. Tras el húngaro Viktor Orban y el polaco Kaczynski, la lista no para de crecer, esta vez con el presidente de la nación más poderosa del planeta a la cabeza. Y no es descartable que en un futuro próximo puedan unirse Marine Le Pen (Francia), Strache (Austria), Brunner (Suiza), Soini (Finlandia), Geert Wilders (Holanda), Matteo Salvini en competencia con Beppe Grillo (Italia), Thulessen (Dinamarca), etc. Todos con un mensaje tan elemental como...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Me alegro mucho por la apertura de este nuevo Debate sobre el futuro del Socialismo, y de que se haya encargado la Ponencia a Bruno Estrada, un compañero de Comisiones Obreras. Sigo atentamente los avatares internos de mi sindicato, y estimo que su iniciativa de ‘aggiornamento’ se está haciendo con seriedad y constancia, de lo cual es expresión la excelente labor intelectual de Estrada. Lástima que algunos intelectuales izquierdistas y medios digitales progresistas aún no se hayan enterado de los cambios internos que se están operando en mi sindicato –y no precisamente gracias a su apoyo y participación. Pero vayamos...
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  • José Ángel Moreno

    Economistas sin Fronteras y Plataforma por la Democracia Económica.

    El sugerente texto de mi estimado Bruno Estrada me plantea algunas pequeñas discrepancias de matiz y una coincidencia de base con la que me parece su sugerencia principal. Apunto muy brevemente las primeras, para centrarme después en la segunda. Por una parte, me temo que la pérdida de base electoral de los partidos socialistas y socialdemócratas desde los años 80 del siglo pasado no se debe sólo a su -indudable en muchos casos- aproximación a las ideas neoliberales y a su renuncia a algunos de sus principios tradicionales. Desde luego, es innegable la hegemonía cultural del neoliberalismo, pero creo que...
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  • Marià de Delàs

    Periodista

    Millones y millones de personas imaginaron durante décadas un estado de cosas diferente al que viene impuesto por el poder del dinero. Un estado de bienestar y de justicia, gracias a la igualdad de derechos económicos y sociales. Confiaban en que una fuerza representativa de los trabajadores podía hacerse con el control de todo o parte del poder político y en que la economía y la vida social podían funcionar de otra manera, bajo criterios democráticos, sin obediencia a los intereses y directrices de los poseedores de capital. La producción de bienes debía racionalizarse, había que distribuir la...
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