La Unión Europea se resquebraja

  • Carlos Berzosa

    Carlos Berzosa

    Catedrático emérito de la Universidad Complutense. Presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

La Unión Europea (UE) ha puesto de manifiesto su incapacidad para afrontar las dos grandes crisis que han conmocionado a la economía y a la política: La Gran Recesión y la grave situación de los refugiados. Esto pone de manifiesto la debilidad institucional y los cimientos nada sólidos con los que se ha tratado de construir la unión monetaria. El fracaso tan evidente pone en cuestión el proyecto europeo de integración.

La UE no hace honor a su nombre pues se encuentra desunida ante las respuestas que se han dado con los refugiados, al tiempo que se agranda la brecha económica entre los países del centro y de la periferia. Las respuestas que se han dado, en el caso de los refugiados han sido insolidarias, y las políticas económicas han agravado aún más las desigualdades entre los países y en el interior de estos. El Brexit, el ascenso de la ultraderecha, la desafección de los ciudadanos hacia la UE son el resultado de una fase del capitalismo, hegemonizada por el capital financiero, y las políticas practicadas impregnadas de neoliberalismo.

Desde que se inició el proceso de integración económica en seis países de Europa, con la creación de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA) en 1951, la creciente interrelación entre las diferentes economías se intensifica con la firma del Tratado de Roma en 1957. Desde entonces ha habido cambios, avances, retrocesos y parones. Los cambios institucionales no han resuelto el déficit democrático que padece desde sus orígenes. Hay un pecado original en la creación de las Comunidades Europeas que lejos de resolverse ha tendido a agravarse con el tiempo.

En todo caso, a pesar de las dificultades que ha habido en el camino, han tenido lugar avances en el crecimiento económico y en el progreso social. Esto es lo que sin duda lo que ha motivado que se haya convertido en un polo de atracción de muchos países que han solicitado su entrada y ha dado lugar a sucesivas ampliaciones. De los seis iniciales a los veintisiete que hay en la actualidad. Con motivo de esta gran ampliación la actual UE es mucho más desigual que lo que se constituyó en origen como Mercado Común en 1957 por el Tratado de Roma.

Los seis países fundadores tenían un desarrollo similar, aunque se produjeran diferencias económicas entre ellos, y sobre todo entre las regiones pertenecientes a un Estado-nación. Estas divergencias regionales eran sobre todo muy notables en Italia. Todos ellos, aunque habían sufrido los efectos devastadores de la guerra, eran países capitalistas desarrollados y fueron capaces de reconstruirse rápidamente tras la contienda bélica para lo cual contaron con la ayuda económica del Plan Marshall.
La integración europea tenía motivaciones políticas, como el tratar de evitar conflagraciones entre los países europeos como había sucedido por dos veces en el siglo veinte. Se trataba de buscar una salida pacífica para Alemania y dentro de un marco de cooperación y no de conflicto. Pero a su vez se pretendía buscar la consolidación de un bloque capitalista sólido, siguiendo la línea del ideario del Plan Marshall, para contrarrestar internamente la fortaleza de movimientos obreros que habían desempeñado un papel básico en la resistencia contra el nazismo y fascismo. A su vez se buscaba como objetivo hacer frente al bloque socialista de Europa oriental, capitaneado por la Unión Soviética, y que se había reforzado tras el final de la segunda guerra mundial.

Había también motivaciones económicas, vinculadas a lo anterior, como era la necesidad de ampliar los mercados, tanto para las mercancías como para los capitales, lo que requería eliminar trabas entre las naciones que formaron parte de la integración económica en estos primeros pasos que se estaban dando para traspasar las propias fronteras. Esta ampliación de los mercados supondría aumentar la división del trabajo y la producción con incrementos de la productividad. Se pretendía con ello reforzar el capitalismo europeo frente a los posibles peligros internos y externos que le acechaban. En suma, una economía que se desarrollase, no solamente la haría resurgir de las ruinas que había dejado la guerra, sino que la hacía más fuerte con el paso del tiempo y eso significaría la consolidación del capitalismo frente al socialismo.

Los resultados en crecimiento económico fueron realmente notables en las décadas de los cincuenta y sesenta, y a ello contribuyeron el Plan Marshall, la integración económica, y otros mecanismos, como el papel desempeñado por el intervencionismo del Estado, la expansión del Estado del bienestar, la innovación tecnológica, la implantación del fordismo en las grandes escalas de producción, y la explotación al Tercer Mundo. La demanda efectiva creció como consecuencia del creciente tamaño del Estado, de los créditos al consumo, y la mejora de los salarios reales, debido a la presión sindical.
En todo caso, la libertad de circulación de mercancías y capitales que habría de conseguirse tras un periodo transitorio, lo que estaba favoreciendo era la concentración y centralización de capital y se estaba, ya dese sus inicios, consolidando una Europa del capital, fundamentalmente de los grandes oligopolios capitalistas, y no una Europa de los ciudadanos. Mientras el capital se desenvolvía a escala transnacional los sindicatos lo hacían a escala nacional.

El avance en la consecución de la libertad de circulación de mercancías y capitales lo hacía a una velocidad mayor que la construcción de instituciones políticas europeas democráticas, a la vez que las políticas sociales no existían a escala global de lo que eran las Comunidades europeas. No obstante, hubo políticas compensatorias al mercado como fueron las llevadas a cabo por la creación de los fondos estructurales. De este modo, al tiempo que el mercado alcanzaba una dimensión europea, las políticas sociales quedaban restringidas básicamente dentro de cada país. Si bien es cierto que el Estado del bienestar, aunque con diferencias entre los países, hizo avanzar la igualdad en la distribución de las rentas, así como en derechos y oportunidades.

Durante, los años cincuenta y sesenta, el capitalismo europeo, sobre todo el formado por los seis países que integraban el mercado común, se recuperó y fue capaz de reconstruirse, alcanzando altos niveles de crecimiento económico, con pleno empleo y determinados grados de cohesión social. De forma, que exceptuando el caso, de los países nórdicos y Austria, los países integrantes de la integración eran los que más crecían y se desarrollaban, aunque de una manera desigual.
La idea de conseguir una Unión Económica y Monetaria surgió más tarde y no estaba en principio entre los objetivos a alcanzar en la integración económica. El plan para avanzar en este terreno lo planteó Werner, que en calidad de Primer Ministro de Luxemburgo, en 1970, presentó al Consejo y a la Comisión un informa que recoge las bases del camino que habría que emprender. El documento que fue conocido como Plan Werner establecía una unión en tres fases: a) convertibilidad irreversible de las monedas comunitarias. b) centralización de la política monetaria y crediticia; y c) puesta en circulación de una moneda común.

El proyecto, sin embargo, quedó frustrado como consecuencia de la crisis que se desató a principios de la década de los setenta en el sistema monetario internacional. La devaluación del dólar en dos ocasiones muy cercanas entre sí, 1971 y 1973, la supresión de la convertibilidad del dólar en oro, y el establecimiento de tipos de cambio flexibles, cambiaron varios de los supuestos básicos del sistema surgido en Bretton Woods. La inestabilidad monetaria era una constante en aquellos años y el Plan Werner, fruto de una coyuntura concreta de expansión económica, quedó en un cajón.

Una vez superado los peores momentos de la crisis de los setenta, en los años ochenta y noventa se plantea un relanzamiento del mercado único y de la unión monetaria. A partir de aquí se establecieron plazos para conseguir la moneda única, al tiempo que se propusieron unos criterios muy estrictos que había que cumplir si se quería ser parte de lo que se ha denominado la eurozona. Los criterios de Maastricht respondían a los principios que empezaron a predominar en la economía desde los años ochenta, esto es, el fundamentalismo de mercado, el predominio de las ideas antikeynesianas, y la creencia equivocada que la consecución de la estabilidad macroeconómica es una condición para el crecimiento económico sostenido.

Los criterios de Maastricht responden, por tanto, al paradigma que se ha impuesto en la economía tras la crisis de los setenta, el predominio de esta concepción monetarista. Esta visión es lo que ha estado rigiendo los principios que deben conducir a la consecución de la moneda única, que coincide con la expansión de la globalización neoliberal, y la primacía de las finanzas. Esta obsesión por la lucha contra la inflación, y la estabilidad presupuestaria ha relegado a un segundo plano a las políticas fiscales de los países, y desde luego no se plantea en ningún momento llevar a cabo una política fiscal única en La UE.

Desde un principio, como hemos señalado, la creación del mercado común respondió a los intereses de las grandes empresas y de los grandes grupos económicos y financieros, atenuado sin duda por el predominio de las ideas keynesianas y del Estado del bienestar. La idea generalizada de que el mercado tenía fallos que había que corregir con la intervención estatal hizo que la integración no fuera solamente un proyecto de creación de un área de libre comercio, sino que era más ambicioso.
Todo esto cambió en la década de los ochenta y el predominio del neoliberalismo hizo mella en la construcción europea. El Estado de bienestar, aunque resiste esta embestida, se deteriora y la primacía del mercado va generando una desigualdad creciente dentro de los países que conforman la UE. A su vez este ideario es el que se encuentra detrás de los principios de Maastricht y el posterior acuerdo de estabilidad una vez implantado el euro.

Los estatutos del Banco central Europeo (BCE) responden a ello, por esto es por lo que se establece como prioridad la lucha contra la inflación sobre el pleno empleo o las mejoras en la distribución de la renta. Se combate más bien a un fantasma, como es la inflación, la cual ha descendido notablemente sobre lo que fue en los años setenta.

Varios economistas han venido planteando que el error de implantar una moneda única fue que la UE no era una zona monetaria óptima tal como fue teorizada por Mundell, premio Nobel de economía, en el año 1961. No les falta razón, pero no tanto por lo que Mundell señaló, sino porque al irse ampliando la UE a países con un nivel de desarrollo inferior a los socios fundadores, la desigualdad dentro de este espacio económico ha tendido al aumento. Dentro de estas diferencias es muy difícil, sin mecanismos compensatorios al libre mercado, que se pueda funcionar con una moneda única.
Por tanto, el problema principal reside en la falta de mecanismos políticos capaces de compensar las desigualdades existentes. El error en la implantación del euro ha sido, además de la falta de requisitos para ser un área monetaria óptima, el déficit democrático de la UE, de forma que se ha implantado una moneda sin ningún poder político democrático que la respaldara, sin una política fiscal capaz de corregir los fallos del mercado y sus desigualdades, y con un BCE restringido en sus actuaciones y sometido al dominio de Alemania. El euro se ha construido sobre bases nada sólidas en un terreno inadecuado en el que corren por debajo aguas pantanosas. El estallido de la crisis de las finanzas capitalistas ha dejado al descubierto todas sus miserias, como ha sucedido con este modelo de desarrollo que ha predominado en las últimas décadas.

La crisis actual y las políticas de ajuste tan erróneas que se han puesto en marcha están trayendo consigo un debate en la izquierda, por lo demás necesario y urgente, si lo mejor, que pueden hacer los países de la zona euro que están sufriendo con mayor virulencia las políticas de austeridad, debería ser salirse del euro o mantenerse dentro. La respuesta no es sencilla, en primer lugar porque no existe una experiencia de esta naturaleza de cómo debe ser el camino de salida. Se sabe cuál ha sido el camino de entrada, un tanto tortuoso, y no ajeno a costes económicos y sociales, pero no resulta fácil encontrar la salida en este laberinto en el que están metidos varios países.

La incertidumbre es lo que se encuentra en esta polémica que se ha suscitado a raíz del artículo de Francisco Louça. Estoy de acuerdo con los que proponen una reforma de la UE antes de acabar con este proyecto. Pero también es cierto que tal como están las cosas en la UE no parece factible el llevar a cabo reformas en profundidad, sobre todo con el consenso existente entre conservadores y socialistas acerca de las políticas económicas y los requisitos del Pacto de Estabilidad. La izquierda más crítica es minoritaria y los movimientos sociales que puedan presionar también se encuentran de capa caída. En todo caso, aunque la UE está en cuestión siempre confío más en los cambios que habría que hacer dentro que seguir un camino que no se sabe a ciencia cierta a dónde puede conducir.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • camelias31

    Secretario de Comunicación de Alternativa Republicana

    Es hora de abrir los ojos: esta crisis no es sólo una crisis financiera. Es sobre todo una crisis económica y de gobernanza, que refleja la ausencia de una política económica a nivel de la UE y la falta de regulación del mercado. La verdadera respuesta a todos estos problemas será, ante todo, política: nuevo orden Económico Mundial y una Europa federal. Somos europeístas, pero no es aceptable la deriva neoliberal que impone injustas e insostenibles restricciones sociales a los Estados. No creemos en la existencia de una moneda única sin una política económica y fiscal única y avalada por...
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  • Nacho Alvarez

    Profesor de Economía, UAM, y Responsable de Economía de Podemos

    El debate político europeo está hoy marcado por dos preguntas ineludibles: ¿Qué significa terminar con el neoliberalismo en Europa? ¿Qué estrategia política permite caminar en esa dirección cuando uno forma parte de la Eurozona? Recordemos que Europa y los países occidentales ya terminaron una vez con el liberalismo. La primera globalización (1870s-1920s) entró en crisis con la I Guerra Mundial, y fue definitivamente desarmada con la Gran Depresión de 1929. Las políticas económicas keynesianas, vinculadas al ascenso de la socialdemocracia y a las conquistas del movimiento sindical, pusieron un punto y aparte en la tendencia a la mercantilización de las...
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  • Carlos Berzosa

    Catedrático emérito de la Universidad Complutense. Presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

    La Unión Europea (UE) ha puesto de manifiesto su incapacidad para afrontar las dos grandes crisis que han conmocionado a la economía y a la política: La Gran Recesión y la grave situación de los refugiados. Esto pone de manifiesto la debilidad institucional y los cimientos nada sólidos con los que se ha tratado de construir la unión monetaria. El fracaso tan evidente pone en cuestión el proyecto europeo de integración. La UE no hace honor a su nombre pues se encuentra desunida ante las respuestas que se han dado con los refugiados, al tiempo que se agranda la...
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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    A seis décadas de la firma del Tratado de Roma y a pocas semanas del primer aniversario del Brexit, la sensación de implosión de la UE se generaliza. Todo hace pensar que el proyecto actual de la UE deriva hacia una especie de Europa bajo hegemonía alemana, debilitada por la crisis del euro e incapaz de reformarse desde dentro, donde las demandas de soberanía de los Estados miembros crecen. La hipótesis de la que parte el presente artículo se sitúa precisamente en el punto en el que la crisis de la UE parece irreversible, mientras el horizonte del regreso...
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  • Javier Doz

    Miembro del Comité Económico y Social Europeo por CCOO

    El segundo artículo de Francisco Louça, después del inicial que promovió este debate, lleva por título “Actuar en Europa con los pies en el suelo”. En él, su autor realiza una breves glosas de la mayoría de los artículos que lo precedieron para llegar a una inicial conclusión de que todas las personas que hemos participado en el debate compartimos que “la izquierda debe desarrollarse fuera de esas instituciones o de esa política”, en referencia a las instituciones de la UE y a la política que éstas han aplicado en los últimos tiempos (o desde su creación). Comparto la...
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  • Jesús Pichel Martín

    Profesor de Filosofía

    Durante los últimos cien años (más intensamente durante los últimos setenta y aún más en los últimos veinticinco años) Europa ha ido perdiendo su papel económico, cultural, tecno-científico y geo-estratégico; y, lo que es aún más grave, está perdiendo su propia identidad política y social, heredera de más de veinticinco siglos de historia. Parece que el mundo eurocéntrico ha dejado de existir definitivamente. Los Estados Unidos de América se convirtieron en la primera potencia económica mundial al terminar la Gran Guerra y, a pesar de la crisis de los años 30, consolidaron su poder al término de la Segunda Guerra Mundial....
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  • Isidor Boix

    Ex Secretario de Negociación Colectiva y Acción Sindical Internacional de FITEQA-CCOO.

    Me ha sorprendido la nueva aportación al debate de Francisco Louça respondiendo a las intervenciones producidas a partir de la suya inicial. Sorpresa y desacuerdo por el método, por el tono y por su contenido. Me parece un mal método referirse a las diversas aportaciones recogiendo de muchas de ellas sólo un párrafo, o una frase, y, a partir de ello, sin intentar entender su sentido, polemizar con adjetivos como “prueba de sectarismo”. En esta segunda entrega Louça desarrolla su planteamiento contrario a las diversas opciones de “más Europa” centrándolo en su apuesta por los “Estados nación”. Por mi parte...
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  • El desastre europeo

    04/04/2017

    Fernando Luengo

    Profesor de economía aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del círculo de Podemos Chamberí

    “La Europa de dos o más velocidades”. Consigna de moda en la siempre opaca y confusa jerga empleada en los documentos comunitarios. Aunque la expresión no es nueva en la gramática de la Unión Europea (UE) –ha justificado, por ejemplo, la decisión de crear la Unión Económica y Monetaria (UEM)-, ha cobrado una renovada actualidad. Designa uno de los cinco escenarios contemplados en el Libro Blanco sobre el futuro de Europa; concretamente el tercero, denominado “Los que desean hacer más, hacen más”. La idea es, básicamente, la siguiente. Para sacar de su letargo el denominado “proyecto comunitario”, hay que...
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  • Daniel Albarracín Sánchez

    Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sociólogo y economista. Miembro de Anticapitalistas y del Consejo Asesor de Viento Sur.

    La Unión Europea lleva años en una fase de bloqueo para cualquier reforma de calado. Esta se mueve conjugando una tensión retórica tecnocrática y federalista, que procura de algún modo legitimar a la institución -sobre todo a la Comisión-, y una realidad palmaria intergubernamental que hace del revuelo ganancia de pescadores (Alemania), plasmada en la parálisis del Consejo. Al mismo tiempo, la Unión Europea, y el Eurogrupo en particular, juega el papel de espacio de concertación de las oligarquías europeas, que se amparan en sus orientaciones para justificar políticas de gobierno propicias a la austeridad social, el sostenimiento del...
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  • Leo Moscoso

    SPO-Consulting (director)

    1. La Crisis Política en Tiempos Duros. La lección de la crisis griega era ésta: o prevalecía la democracia a expensas de los intereses de la oligarquía financiera internacional, o bien, si eran esos intereses los que había que hacer respetar, entonces se hacía necesario el estado de excepción. De ahí el golpe propiciado por los Junker, Dijsselbloem, & Co. Puede que Syriza continúe al frente del ejecutivo en Grecia, pero no nos engañemos: Grecia está administrada desde el exterior y los extremistas que la tienen intervenida también tienen el poder y están en el gobierno de Europa. Los extremistas...
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  • Francisco Louça

    Político y economista

    El diario Público inició un debate sobre el tema ¿Se abren o se cierran oportunidades para el cambio en Europa?, al que fui invitado a participar, junto a sus lectores y lectoras. El debate, que ha sido abordado por varios ponentes desde diferentes puntos de vista, puede seguirse aquí, por lo que agradezco a todos los participantes las ideas o críticas que han planteado a partir de mi texto inicial. Se trata de un debate vivo, en el que se adivinan experiencias, trayectorias y conclusiones diferentes, pero que comparten una preocupación: ninguno de los textos aplaude la senda que ha...
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  • Juan Carlos Barba

    Economista

    A mi modo de ver Francisco Louça acierta en que está desapareciendo el espacio para las políticas de capitalismo con rostro humano en Europa. Sin embargo disiento de él en dos puntos: -No creo que Europa sea reformable. La UE es una superestructura creada por EEUU y se adaptó al cambio de rumbo surgido a raíz del Consenso de Washington y esa adaptación se manifiesta en las instituciones actuales y sobre todo en la Eurozona. Pretender que tales superestructuras se reformen con otras finalidades más sociales (entiendo que se sugiere algún tipo de socialdemocracia) no me parece plausible por cuanto...
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  • camelias31

    Secretario de Comunicación de Alternativa Republicana

    Frente a este desastre anunciado, nuestros líderes políticos sólo ofrecen soluciones tecnocráticas, sin darse cuenta de que lo que está en juego hoy no es tanto la salud financiera de cada país en concreto sino la capacidad política de Europa sobre el control de sus políticas fiscales y frente a la presión de los mercados financieros. Y soluciones aisladas tipo "brexit" no son la respuesta. Es hora de abrir los ojos: esta crisis no es sólo una crisis financiera. Es sobre todo una crisis económica y de gobierno, que refleja la ausencia de una política económica a nivel de...
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  • Gabriel Flores

    Economista

    El futuro de la Unión Europea y del euro está en duda. Y hay muchas razones para ello. La simple enumeración de los problemas a resolver muestra la importancia del desafío que afronta el proceso de unidad europea iniciado hace 60 años. Los excedentes de ahorro de los países con superávit en sus balanzas corrientes (Alemania y Holanda, fundamentalmente) no se prestan a los países del sur de la eurozona, cuya solvencia presupuestaria y bancaria está en entredicho. Mientras los países deficitarios han tenido que hacer tremendos esfuerzos de ajuste para equilibrar sus cuentas exteriores y corregir...
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  • Sabino Cuadra

    Abogado y miembro de la izquierda abertzale.

    Hace solo unos días una noticia apareció en todos los medios: “Bruselas pide expulsar a más de un millón de migrantes sin papeles”. No han pasado ni dos años desde que la UE aprobó una lista de cupos de refugiados a acoger por cada país –consciente y flagrantemente ignorados por todos ellos-, hasta plantear ahora una política de detención, internamiento y expulsión por cientos de miles. Es decir, “donde antes dije digo, ahora digo diego”. Se acabó lo que se daba. Las formaciones xenófobas europeas han aplaudido la medida. De la Europa que acogió a decenas de miles de...
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  • Javier Doz

    Miembro del Comité Económico y Social Europeo por CCOO

    ¿Tiene futuro la UE? ¿Tiene futuro la izquierda? Después de leer el texto de Francisco Louçā y, sobre todo, la principal de sus seis conclusiones mi respuesta a ambas preguntas sería “no”. Porque el artículo -con el que coincido, no obstante, en parte de sus diagnósticos y algunas de sus conclusiones- tiene un mensaje claro: la única solución frente al estado de cosas en la UE, agravado por las políticas de austeridad y devaluación interna, es salirse del euro y adentrarse en lo que sería una versión de izquierdas del nacionalismo económico (sustitución de importaciones para mejorar las balanzas...
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  • Jaime Pastor

    Politólogo y editor de Viento Sur

    El diagnóstico que nos ofrece Francisco Louça sobre el momento que atraviesa la Europa postBrexit es rotundo, pero no por ello menos realista: “la Unión Europea se destruye por dentro porque es divergencia y no es Unión”, “Europa está cambiando, sí, pero sus instituciones forman parte de esta deriva hacia la derecha”. Un panorama que amenaza con ir a peor porque “la pesadilla de una nueva crisis financiera está por llegar“ y la pregunta solo es “cuándo llegará” y cuánto contribuirá a la descomposición de la UE tras la salida del que era su segundo mayor Estado miembro y...
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  • Eppur si muove

    10/03/2017

    Ángel Requena

    Profesor de Matemáticas

    Ante la pregunta categórica que se me plantea en esta tribuna (“¿Se abren o se cierran las oportunidades de cambio en favor de mayor justicia social y mejores garantías democráticas?”) no queda menos que recurrir a la celebre frase que Galileo nunca pronunciara ante el Santo Oficio, porque pese a todo el movimiento es incesante. El pasado enero falleció Zygmunt Bauman, el filósofo político comprometido y lúcido analista que acuño el término de sociedad líquida. Bauman no generalizó la liquidez al propio análisis político pero, sin duda, la obsolescencia de las reflexiones de coyuntura es también una característica de...
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  • Joan Subirats

    Catedrático UAB y Coordinador de Doctorado en el Institut de Govern i Polítiques Públiques (IGOB-UAB)

    La integración europea generó, como sabemos, una notable asimetría entre las políticas que promovían la eficiencia del mercado (que siempre fueron el motor del proceso integrador) y las políticas que querían promover protección y equidad. A medida que el proceso de integración económica se aceleró y se quiso acompañar esa dinámica con mayores cuotas de integración social y política, surgieron graves inconvenientes. Por un lado, los estados de bienestar de cada estado miembro fueron sufriendo los efectos de los procesos de liberalización y de aumento de la competitividad, mientras que los esfuerzos para generalizar las políticas sociales chocaban con...
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  • El cambio en Europa

    10/03/2017

    Rosa Martínez

    Diputada de Unidos Podemos y coportavoz de EQUO

    Sin duda Europa está cambiando, lleva tiempo cambiando. Lo que hoy vivimos no es sino la aceleración y concreción de diferentes tendencias y fenómenos, que desde hace décadas (con diferencias cronológicas y de intensidad según los países) están transformando el orden y los elementos sobre los que se edificaron nuestras sociedades tras la Segunda Guerra Mundial: - Las altas tasas de crecimiento de económico de la posguerra que pusieron las bases del funcionamiento de nuestras economías y se tradujeron en una mejora sustancial del nivel de vida de las personas en Europa, ya no existen y posiblemente no volverán....
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  • José Luis Atienza

    Teniente alcalde de ICV de Viladecans

    José Luis Atienza y M.A Díaz La Unión Europea está en una crisis política sin precedentes. Es evidente que el Brexit ya ponía al proyecto europeo en inesperadas dificultades, pero sumado a la irrupción de Trump y al confuso panorama electoral de nuestros vecinos mediterráneos pone a Europa en una situación inédita desde el fin de la segunda guerra mundial. La Unión Europea está también en el centro del debate de la izquierda. Una parte de ella anuncia que ha llegado el momento de salir del euro y volver a las monedas nacionales, porque la moneda...
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  • Anibal Garzón

    Sociólogo, docente y analista internacional

    El 2016 ha sido un año que muchos analistas lo han calificado como el inicio del fin de la Unión Europea (UE) a causa de 3 importantes sucesos. El primero, la victoria electoral del BREXIT y la consecuencia de la dimisión del conservador europeísta, a la manera británica, David Cameron. El segundo evento, la derrota del Primer Ministro italiano Matteo Renzi en el referéndum constitucional y su posterior renuncia. Y el tercero, la cercana posible victoria de la ultraderecha euroescéptica del Partido de La Libertad (FPÖ) en la segunda vuelta de unas repetidas elecciones en Austria. Además, y como...
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  • Miguel Guillén

    Politólogo

    Se me pide desde Espacio Público que dedique unas líneas a reflexionar sobre una pregunta de muy difícil respuesta, pero que sin duda debemos formularnos: ¿se abren o se cierran las oportunidades de cambio en favor de mayor justicia social y mejores garantías democráticas? Se trata de una cuestión fundamental que necesariamente se tiene que abordar desde una perspectiva global, levantando la vista más allá de nuestras fronteras. Vivimos en un país situado en la periferia de Europa (a nivel geográfico y no solamente a este nivel), que forma parte de la Unión Europea y que en los últimos...
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  • Pere Vilanova

    Politólogo.

    Parece emerger una opinión difusa de que “estamos saliendo” de la crisis iniciada a finales de 2008. Incluso algunos expertos apuntan, a comienzos de 2017, que se ha salido de la crisis durante 2016. Habrá que ver si la tendencia se confirma. Pero algún hecho es de difícil refutación a escala europea e incluso transnacional. Admitiendo que se haya salido de la crisis, lo que es seguro es que ello no significa que “volveremos a estar como antes (de la crisis)”. En absoluto, pues con el tiempo veremos que hemos asistido a un reajuste estructural de proporciones históricas, a...
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  • Jesús Pichel Martín

    Profesor de Filosofía

    Durante los últimos cien años (más intensamente durante los últimos setenta y aún más en los últimos veinticinco años) Europa ha ido perdiendo su papel económico, cultural, tecno-científico y geo-estratégico; y, lo que es aún más grave, está perdiendo su propia identidad política y social, heredera de más de veinticinco siglos de historia. Parece que el mundo eurocéntrico ha dejado de existir definitivamente. Los Estados Unidos de América se convirtieron en la primera potencia económica mundial al terminar la Gran Guerra y, a pesar de la crisis de los años 30, consolidaron su poder al término de la Segunda Guerra Mundial. El desgaste de Europa durante...
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  • Andy Durgan

    Historiador

    Andy Durgan (historiador) y Mike González (escritor) El panorama mundial en las dos semanas posteriores a la inauguración de Trump, como señala Francisco Louçã, no se veía muy alentador. Pero precisamente por eso sería importante recordar que la historia no es un momento, sino un proceso. De no ser así, la sucesión de Brexit a Trump llevaría inexorablemente hacia una nueva edad de hierro bajo el dominio de un fascismo europeo renaciente. Nada es inevitable. La cuestión es cómo conseguir un cambio que responda a las esperanzas expresadas en las manifestaciones multitudinarias contra Trump a través del mundo. Por...
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  • Javier Madrazo Lavín

    Ex-Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco (2001-2009)

    Hablar de Europa en el año 2017 significa hablar de frustración, decepción e impotencia. Recuerdo la admiración que la izquierda española sentía en el franquismo y la transición por una Europa, que percibíamos como un espacio de libertad, igualdad, justicia social, derechos humanos y democracia. Cabría preguntarse ahora en qué nos equivocamos; qué hicimos mal entonces y cuál es el precio a pagar por los errores cometidos. Personalmente, lo tengo claro. Dejamos que el proceso de Unión Europea lo liderara la derecha más neoliberal y el socialiberalismo, doblegado por la presión de los poderes económicos y militares. Las élites tomaron...
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  • Maria Corrales Pons

    Periodista y miembro de Un País en Comú

    Para responder a la pregunta de si se está abriendo o cerrando la brecha histórica para la oportunidad de un cambio en sentido progresista, es fundamental, en primer lugar, situar, desde los enfoques teóricos de cada cuál, el porqué de su apertura. Desde mi perspectiva, una de las principales causas que hay que atender para comprender el desarrollo de la crisis y sus respuestas en nuestro contexto es el de la crisis orgánica del proyecto económico y político de la Unión Europea. Tal y como explica Gerardo Pisarello, a partir de la crisis económica de 2008 que pone...
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  • Julian Ariza

    Sindicalista

    Comparto la idea de que no hay motivos para el optimismo si nos asomamos al panorama político, económico y social que nos rodea, tanto a nivel internacional como dentro de nuestro país. Efectivamente, si pensamos, por ejemplo, en los dos acontecimientos más próximos y sobresalientes, el problema no sería sólo que los británicos apostaran por el Brexit y los estadounidenses le otorgaran el poder a un energúmeno. Lo peor es que la deriva por la que nos deslizamos hace años adquiere mayor gravedad con estos hechos. Me refiero a los retrocesos en materia de regulación frente a los desmanes...
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  • Rosa Cañadell

    Licenciada en Psicología. Profesora. Articulista. Co-fundadora del SIEC (Seminari Ítaca d’Educació Crítica).

    Las crisis son una oportunidad, se acostumbra a decir. La verdad es que las crisis (personales, psicológicas, políticas, económicas...), si se superan, acostumbran a abrir nuevas perspectivas, pero si no se superan, en vez de una oportunidad, pueden llevarnos a la ruina. España, Europa y, posiblemente, el mundo entero, está atravesando una de las mayores crisis después de la II guerra mundial. Crisis financiera, política, social y moral con todas sus consecuencias: aumento brutal de la desigualdad, del desempleo, de la explotación laboral, de la desprotección social, de la privatización de todos los servicios públicos, de la pobreza, de...
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  • Isidor Boix

    Ex Secretario de Negociación Colectiva y Acción Sindical Internacional de FITEQA-CCOO.

    Comparto prácticamente todas las consideraciones de Francisco Louça en su trabajo “Europa está cambiando” que encabeza este debate. También las de Rafael Poch en su “Adiós, Unión Europea” (http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2017/02/01/adios-union-europea-42041). Ambos pueden parecer demasiado pesimistas, apocalípticos casi, pero probablemente aciertan en su mensaje de crítica y alerta. Menos comparto las líneas de avance apuntadas cuando Louça propone “abandonar el euro”, con lo que supone de deconstrucción europea, y Poch ya entona el “adiós” a Europa. En ambos me falta una mayor reflexión sobre la necesaria iniciativa social para responder a los presentes desafíos. Es fácil coincidir con Francisco Louça cuando...
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  • Héctor Maravall

    Abogado de CCOO

    Las alternativas progresistas se alejan, pero no desaparecen No es fácil responder a la pregunta de si hoy estamos o no en mejores condiciones para impulsar y conseguir un cambio político y socioeconómico en España e incluso en la Unión Europea. Hay muchas razones para responder negativamente y también algunas para hacerlo en positivo. Todo ello partiendo de una primera constatación, el tablero político estatal e internacional se mueve a gran velocidad, surgiendo novedades no previstas, que dificultan cualquier proyección a medio plazo mínimamente fiable. El triunfo de Trump, el Brexit, la caída de Renzi y de Dilma Rousseff, la...
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