Otra Europa para caminar hacia una Unión más justa y democrática

  • Miguel Guillén

    Miguel Guillén

    Politólogo

Se me pide desde Espacio Público que dedique unas líneas a reflexionar sobre una pregunta de muy difícil respuesta, pero que sin duda debemos formularnos: ¿se abren o se cierran las oportunidades de cambio en favor de mayor justicia social y mejores garantías democráticas? Se trata de una cuestión fundamental que necesariamente se tiene que abordar desde una perspectiva global, levantando la vista más allá de nuestras fronteras. Vivimos en un país situado en la periferia de Europa (a nivel geográfico y no solamente a este nivel), que forma parte de la Unión Europea y que en los últimos años ha vivido una serie de cambios, a nivel económico, político y social, muy importantes. La España, la Europa y el mundo de 2017 tienen poco que ver con los de hace diez años, tras una crisis que ha cambiado muchas cosas y que ha sido devastadora para las clases populares, y muy particularmente para las del sur de Europa. Y aquí podríamos lanzar una nueva pregunta: ¿la España, la Europa y el mundo de hoy son mejores que los de hace una década? Probablemente pocas personas responderían afirmativamente.

El político italiano Nichi Vendola explica que el proyecto europeo es la herencia de dos procesos históricos fundamentales: la Ilustración y las conquistas del Movimiento Obrero. Cuando se ponen en cuestión los valores que derivan de estos dos procesos, como está pasando ahora, ¿podemos seguir hablando de proyecto europeo? No hace falta más que ver cómo se está tratando a los refugiados que llegan de Siria y otros países a las puertas de Europa. Como dice Noam Chomsky, «la crisis de los refugiados es la crisis moral de Occidente». El eurodiputado Ernest Urtasun sostiene, con razón, que Europa se encuentra en fase deconstituyente: primero fue la crisis de la zona euro, que sirvió de excusa para destrozar el pacto social que llegó después de la Segunda Guerra Mundial y que sirvió para construir unas estructuras sociales que, aunque insuficientes en muchos países, sirvieron para mejorar las condiciones de vida de las clases populares. Ahora, la vergonzante gestión de la llamada crisis de los refugiados está sirviendo para vulnerar de forma fragrante derechos y libertades que se habían ido construyendo fatigosamente durante muchos años, incluso décadas. Muchos hablan directamente de crisis del proyecto europeo y se cuestionan si merece la pena seguir formando parte de esta Unión Europea. El auge de formaciones xenófobas alrededor del continente es otra cuestión que pone los pelos de punta, pero que es una realidad a combatir. La victoria de Trump en Estados Unidos es otro factor que demuestra que la realidad supera la ficción, también en el panorama político. En la ponencia que inicia el presente debate, Francisco Louça habla de las pesadillas o «cisnes negros» que se han ido haciendo realidad. El Brexit o la elección de Trump son dos buenos ejemplos.

Hablando de la Unión Europea, Julio Anguita ya advirtió en su día de los peligros del Tratado de Maastricht, mientras algunos se tomaban a cachondeo estos malos augurios y se frotaban las manos. En un artículo publicado en junio de 1992, el cordobés pedía renegociar el tratado, señalando cuatro aspectos fundamentales. Merece la pena recordarlos: 1) Superar el alarmante déficit democrático y que el Parlamento Europeo pudiese controlar democráticamente el Consejo y la Comisión. 2) Avanzar en la convergencia real, porque la matriz neoliberal y conservadora se ponía claramente de manifiesto en los criterios de convergencia (inflación, tipos de interés, déficit público…), dejando a un lado otros parámetros sin los cuales no sería posible una convergencia real (tasa de desempleo, gastos de protección social, desigualdades sociales y territorios…). 3) Superar el déficit social: carta social europea, política redistributiva y sistema fiscal europeo que garantizase la armonización. 4) Una política exterior y de defensa realmente independiente, porque el Tratado de Maastricht consolidaba la subordinación de Europa a la estrategia político-militar de Estados Unidos (OTAN y UEO). El tiempo y la crisis del proyecto europeo, bajo mi punto de vista, han dado la razón a Anguita. Pero probablemente la solución no sea menos Europa, sino precisamente más Europa. Y sobre todo, otra Europa. Las demandas que hacía el político comunista hace veinticinco años bien podrían ser útiles ahora. Hace falta un Banco Central Europeo que, como apunta frecuentemente mi antiguo profesor Vicenç Navarro, deje de actuar como lobby de la banca y sea una auténtica Reserva Federal, compre deuda pública a los países, emita eurobonos y controle efectivamente el sistema financiero y monetario de la zona euro. Una Unión Europea, en definitiva, más democrática y que no se pliegue a los designios de los poderes financieros.

La principal consecuencia de la gran recesión en Europa, y en particular en España, es que nada volverá a ser lo que era. Y por ahora parece que estamos yendo a peor. Aquí me gustaría hacer referencia a la «Doctrina del shock» de Naomi Klein: hablaríamos de una estrategia pensada por Milton Friedman y que más tarde han ido poniendo en práctica a su servicio diferentes y poderosos paladines del neoliberalismo, y que consiste, a grandes rasgos, en «esperar a que se produzca una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las reformas sean permanentes». Más claro el agua: con la excusa de la crisis se ha aprovechado para destrozar el sistema social europeo, un sistema por otra parte subdesarrollado en algunos países como por ejemplo en España y en general en el sur de Europa. La factura la han pagado las clases populares y trabajadoras, mientras unos pocos han hecho caja mediante la privatización de servicios públicos. Porque no olvidemos el factor de clase en todo este desmantelamiento, y es que como dice el multimillonario Warren Buffet, «hay una guerra de clases, de acuerdo, pero es la mía, la de los ricos, la que está haciendo esa guerra, y vamos ganando». Pues eso. Mientras unas pocas élites extractivas se han beneficiado, y de qué manera, de esta estafa consentida por las instituciones públicas, las clases populares han sufrido el paro y el empobrecimiento, mientras la desigualdad ha alcanzado niveles impensables hace no demasiados años. Como bien dice Susan George, a la situación actual «ya no se le puede seguir llamando crisis, porque la propia definición de la palabra establece una época con principio y fin. Es un capítulo más de la lucha de clases que está en marcha, aunque la gente ahora no utiliza ese vocabulario». El caso es que la crisis del capitalismo no se solucionará con más capitalismo, y ya llevamos demasiados años perdidos viendo como se aplican supuestas soluciones que no hacen más que empeorar las condiciones de vida de las clases populares.

Otra consecuencia clara de la gran recesión ha sido la modificación de las pautas de conducta de las personas en tanto que electores. Intentaré explicarme. La gestión de la crisis por parte de los partidos tradicionales ha hecho aumentar la desconfianza hacia estos, con el consecuente auge de nuevas opciones electorales. Pero estas nuevas opciones han sido muy diferentes en los diferentes países de Europa: mientras en algunos estados han cogido fuerza partidos de extrema derecha, en otros ha sido la izquierda alternativa quien ha visto aumentar sus apoyos. En Francia el Frente Nacional se ha hecho cada vez más fuerte, en Grecia Syriza ganó las elecciones, mientras que en España Podemos se ha convertido en probablemente la única alternativa real al Partido Popular. Estos son solo tres ejemplos paradigmáticos de fuerzas políticas incomparables entre ellas, pero hay muchos más, como el inclasificable movimiento Cinco Estrellas en Italia. Por el camino, líderes antaño incuestionables como Cameron, Hollande o Renzi se han quedado por el camino. Los pueblos británico, francés e italiano se han rebelado contra los delirios de grandeza de sus presidentes. Resulta dramático que en algunos países como Francia, Austria o Hungría estén siendo los partidos de ultraderecha quienes se beneficien de gran parte del descontento por la crisis. Como ha pasado en Estados Unidos, donde paradójicamente un destacado miembro del establishment, Donald Trump, ha recibido el voto de muchas personas descontentas precisamente con este establishment. Ahora muchos se acuerdan de Bernie Sanders, que era probablemente el candidato con más posibilidades de derrotar a Trump, pero que fue vergonzosamente boicoteado por el establishment que representaba como nadie Hillary Clinton. En España, por fortuna, ha sido una fuerza como Podemos quien ha aprovechado el descontento de muchas gentes para erigirse como una alternativa seria al gobierno del Partido Popular. Como en Grecia, donde Syriza ha sufrido en sus propias carnes el aplastamiento de los poderes fácticos que controlan las instituciones europeas. Una Grecia que seguramente se ha sentido muy sola defendiendo los intereses de su pueblo: sin una Unión Europea controlada efectivamente por sus pueblos, sin unas instituciones democráticas al servicio de la mayoría, por mucho que Grecia (hoy ha sido Grecia, pero mañana puede ser España) intente jugar el papel de David contra Goliat nunca podrá resistir. Y sin una alianza de los pueblos, empezando por el sur de Europa, cada país no podrá dar la batalla individualmente. Porque mientras nos llaman despectivamente PIGS, debemos tomar conciencia de que el cambio en Europa puede llegar desde un Sur desacomplejado y luchador. Si los países del Sur hubieran contado con gobiernos fuertes que defienden los intereses de sus pueblos y que se hubieran mostrado inflexibles ante la injusticia griega, otro gallo hubiera cantado. Por eso es tan importante el papel de la política a la hora de ganar las instituciones, en España pero también en los países de nuestro entorno, con los que compartimos cultura, tradición y agravios. ¿Se imaginan, de oeste a este, a Portugal, España, Italia y Grecia plantando cara a la troica con unos gobiernos fuertes al servicio de sus pueblos? Anguita explica que cuando se negociaba el Tratado de Maastricht se impuso una Unión Europea en la que los países compitieran entre sí en cuanto a costes fiscales y laborales. Así se profundizaron los desequilibrios económicos entre los diferentes países: el norte fabricaba mientras el sur compraba, el norte ahorraba y el sur invertía, malgastaba y creaba burbujas con esos ahorros. Y así nos ha ido.

Pero recuperemos la pregunta inicial de este debate: ¿se abren o se cierran las oportunidades de cambio en favor de mayor justicia social y mejores garantías democráticas? Me quiero centrar en la vertiente política de la cuestión, que ya he intentado introducir en el párrafo anterior. La Unión Europea se ha convertido en un ente extraño que defiende los intereses de las élites, donde se trabaja de espaldas a la gente y que, como ya hemos apuntado, está en plena crisis y en claro riesgo de proceso deconstituyente, si es que este no es ya una realidad palpable. Por eso el papel de la política es tan importante. Porque la política es un instrumento imprescindible que debe estar al servicio de la gente, no a merced de los designios de las élites o los poderes financieros. Porque sin política y sin democracia la gente común no tenemos ninguna posibilidad de dar la batalla. Y cuando hablo de política hablo de ganar las instituciones, sí, pero sin descuidar el trabajo en la calle, en el conflicto social. No se trata de elegir entre una cosa y la otra, sino de mantener la tensión en ambas esferas. Como bien dice Alberto Garzón, «la movilización social y la participación institucional han de ser estratégicas, esto es, coherentes con un proyecto político definido». O como explica Pablo Iglesias, «ningún partido sustituye a la fuerza de la calle». Ese proyecto político definido al que se refiere Garzón debe ser necesariamente inclusivo, plural y heterogéneo, como la sociedad misma, y tiene que ser capaz de canalizar las demandas de la gente común alrededor de los problemas importantes: trabajo, sanidad, educación…

¿Hay pues una oportunidad de cambio en favor de mayor justicia social y mejores garantías democráticas? Sin duda alguna, seamos optimistas, pero tengamos claro que por mucho que consigamos cambiar las cosas en España (y de momento Rajoy sigue siendo el presidente del gobierno), si no alcanzamos una alianza de los pueblos, empezando por el Sur de Europa, probablemente todo quede en agua de borrajas. El cambio político es imprescindible, sin duda, pero lo verdaderamente necesario es la construcción de una nueva hegemonía que se erija como alternativa al modelo capitalista y neoliberal que nos ha llevado al fracaso. Se trata de algo extraordinariamente ambicioso, pero los «cisnes negros» de los que habla Francisco Louça, las pesadillas improbables, se han acabado convirtiendo en realidad, y esto debe hacernos pensar que nada es imposible. Porque como decía el poeta Miquel Martí i Pol, y permítanme si parezco un ingenuo, «tot està per fer i tot és possible».

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • camelias31

    Secretario de Comunicación de Alternativa Republicana

    Es hora de abrir los ojos: esta crisis no es sólo una crisis financiera. Es sobre todo una crisis económica y de gobernanza, que refleja la ausencia de una política económica a nivel de la UE y la falta de regulación del mercado. La verdadera respuesta a todos estos problemas será, ante todo, política: nuevo orden Económico Mundial y una Europa federal. Somos europeístas, pero no es aceptable la deriva neoliberal que impone injustas e insostenibles restricciones sociales a los Estados. No creemos en la existencia de una moneda única sin una política económica y fiscal única y avalada por...
    - Seguir leyendo
  • Nacho Alvarez

    Profesor de Economía, UAM, y Responsable de Economía de Podemos

    El debate político europeo está hoy marcado por dos preguntas ineludibles: ¿Qué significa terminar con el neoliberalismo en Europa? ¿Qué estrategia política permite caminar en esa dirección cuando uno forma parte de la Eurozona? Recordemos que Europa y los países occidentales ya terminaron una vez con el liberalismo. La primera globalización (1870s-1920s) entró en crisis con la I Guerra Mundial, y fue definitivamente desarmada con la Gran Depresión de 1929. Las políticas económicas keynesianas, vinculadas al ascenso de la socialdemocracia y a las conquistas del movimiento sindical, pusieron un punto y aparte en la tendencia a la mercantilización de las...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Berzosa

    Catedrático emérito de la Universidad Complutense. Presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

    La Unión Europea (UE) ha puesto de manifiesto su incapacidad para afrontar las dos grandes crisis que han conmocionado a la economía y a la política: La Gran Recesión y la grave situación de los refugiados. Esto pone de manifiesto la debilidad institucional y los cimientos nada sólidos con los que se ha tratado de construir la unión monetaria. El fracaso tan evidente pone en cuestión el proyecto europeo de integración. La UE no hace honor a su nombre pues se encuentra desunida ante las respuestas que se han dado con los refugiados, al tiempo que se agranda la...
    - Seguir leyendo
  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    A seis décadas de la firma del Tratado de Roma y a pocas semanas del primer aniversario del Brexit, la sensación de implosión de la UE se generaliza. Todo hace pensar que el proyecto actual de la UE deriva hacia una especie de Europa bajo hegemonía alemana, debilitada por la crisis del euro e incapaz de reformarse desde dentro, donde las demandas de soberanía de los Estados miembros crecen. La hipótesis de la que parte el presente artículo se sitúa precisamente en el punto en el que la crisis de la UE parece irreversible, mientras el horizonte del regreso...
    - Seguir leyendo
  • Javier Doz

    Miembro del Comité Económico y Social Europeo por CCOO

    El segundo artículo de Francisco Louça, después del inicial que promovió este debate, lleva por título “Actuar en Europa con los pies en el suelo”. En él, su autor realiza una breves glosas de la mayoría de los artículos que lo precedieron para llegar a una inicial conclusión de que todas las personas que hemos participado en el debate compartimos que “la izquierda debe desarrollarse fuera de esas instituciones o de esa política”, en referencia a las instituciones de la UE y a la política que éstas han aplicado en los últimos tiempos (o desde su creación). Comparto la...
    - Seguir leyendo
  • Jesús Pichel Martín

    Profesor de Filosofía

    Durante los últimos cien años (más intensamente durante los últimos setenta y aún más en los últimos veinticinco años) Europa ha ido perdiendo su papel económico, cultural, tecno-científico y geo-estratégico; y, lo que es aún más grave, está perdiendo su propia identidad política y social, heredera de más de veinticinco siglos de historia. Parece que el mundo eurocéntrico ha dejado de existir definitivamente. Los Estados Unidos de América se convirtieron en la primera potencia económica mundial al terminar la Gran Guerra y, a pesar de la crisis de los años 30, consolidaron su poder al término de la Segunda Guerra Mundial....
    - Seguir leyendo
  • Isidor Boix

    Ex Secretario de Negociación Colectiva y Acción Sindical Internacional de FITEQA-CCOO.

    Me ha sorprendido la nueva aportación al debate de Francisco Louça respondiendo a las intervenciones producidas a partir de la suya inicial. Sorpresa y desacuerdo por el método, por el tono y por su contenido. Me parece un mal método referirse a las diversas aportaciones recogiendo de muchas de ellas sólo un párrafo, o una frase, y, a partir de ello, sin intentar entender su sentido, polemizar con adjetivos como “prueba de sectarismo”. En esta segunda entrega Louça desarrolla su planteamiento contrario a las diversas opciones de “más Europa” centrándolo en su apuesta por los “Estados nación”. Por mi parte...
    - Seguir leyendo
  • El desastre europeo

    04/04/2017

    Fernando Luengo

    Profesor de economía aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del círculo de Podemos Chamberí

    “La Europa de dos o más velocidades”. Consigna de moda en la siempre opaca y confusa jerga empleada en los documentos comunitarios. Aunque la expresión no es nueva en la gramática de la Unión Europea (UE) –ha justificado, por ejemplo, la decisión de crear la Unión Económica y Monetaria (UEM)-, ha cobrado una renovada actualidad. Designa uno de los cinco escenarios contemplados en el Libro Blanco sobre el futuro de Europa; concretamente el tercero, denominado “Los que desean hacer más, hacen más”. La idea es, básicamente, la siguiente. Para sacar de su letargo el denominado “proyecto comunitario”, hay que...
    - Seguir leyendo
  • Daniel Albarracín Sánchez

    Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sociólogo y economista. Miembro de Anticapitalistas y del Consejo Asesor de Viento Sur.

    La Unión Europea lleva años en una fase de bloqueo para cualquier reforma de calado. Esta se mueve conjugando una tensión retórica tecnocrática y federalista, que procura de algún modo legitimar a la institución -sobre todo a la Comisión-, y una realidad palmaria intergubernamental que hace del revuelo ganancia de pescadores (Alemania), plasmada en la parálisis del Consejo. Al mismo tiempo, la Unión Europea, y el Eurogrupo en particular, juega el papel de espacio de concertación de las oligarquías europeas, que se amparan en sus orientaciones para justificar políticas de gobierno propicias a la austeridad social, el sostenimiento del...
    - Seguir leyendo
  • Leo Moscoso

    SPO-Consulting (director)

    1. La Crisis Política en Tiempos Duros. La lección de la crisis griega era ésta: o prevalecía la democracia a expensas de los intereses de la oligarquía financiera internacional, o bien, si eran esos intereses los que había que hacer respetar, entonces se hacía necesario el estado de excepción. De ahí el golpe propiciado por los Junker, Dijsselbloem, & Co. Puede que Syriza continúe al frente del ejecutivo en Grecia, pero no nos engañemos: Grecia está administrada desde el exterior y los extremistas que la tienen intervenida también tienen el poder y están en el gobierno de Europa. Los extremistas...
    - Seguir leyendo
  • Francisco Louça

    Político y economista

    El diario Público inició un debate sobre el tema ¿Se abren o se cierran oportunidades para el cambio en Europa?, al que fui invitado a participar, junto a sus lectores y lectoras. El debate, que ha sido abordado por varios ponentes desde diferentes puntos de vista, puede seguirse aquí, por lo que agradezco a todos los participantes las ideas o críticas que han planteado a partir de mi texto inicial. Se trata de un debate vivo, en el que se adivinan experiencias, trayectorias y conclusiones diferentes, pero que comparten una preocupación: ninguno de los textos aplaude la senda que ha...
    - Seguir leyendo
  • Juan Carlos Barba

    Economista

    A mi modo de ver Francisco Louça acierta en que está desapareciendo el espacio para las políticas de capitalismo con rostro humano en Europa. Sin embargo disiento de él en dos puntos: -No creo que Europa sea reformable. La UE es una superestructura creada por EEUU y se adaptó al cambio de rumbo surgido a raíz del Consenso de Washington y esa adaptación se manifiesta en las instituciones actuales y sobre todo en la Eurozona. Pretender que tales superestructuras se reformen con otras finalidades más sociales (entiendo que se sugiere algún tipo de socialdemocracia) no me parece plausible por cuanto...
    - Seguir leyendo
  • camelias31

    Secretario de Comunicación de Alternativa Republicana

    Frente a este desastre anunciado, nuestros líderes políticos sólo ofrecen soluciones tecnocráticas, sin darse cuenta de que lo que está en juego hoy no es tanto la salud financiera de cada país en concreto sino la capacidad política de Europa sobre el control de sus políticas fiscales y frente a la presión de los mercados financieros. Y soluciones aisladas tipo "brexit" no son la respuesta. Es hora de abrir los ojos: esta crisis no es sólo una crisis financiera. Es sobre todo una crisis económica y de gobierno, que refleja la ausencia de una política económica a nivel de...
    - Seguir leyendo
  • Gabriel Flores

    Economista

    El futuro de la Unión Europea y del euro está en duda. Y hay muchas razones para ello. La simple enumeración de los problemas a resolver muestra la importancia del desafío que afronta el proceso de unidad europea iniciado hace 60 años. Los excedentes de ahorro de los países con superávit en sus balanzas corrientes (Alemania y Holanda, fundamentalmente) no se prestan a los países del sur de la eurozona, cuya solvencia presupuestaria y bancaria está en entredicho. Mientras los países deficitarios han tenido que hacer tremendos esfuerzos de ajuste para equilibrar sus cuentas exteriores y corregir...
    - Seguir leyendo
  • Sabino Cuadra

    Abogado y miembro de la izquierda abertzale.

    Hace solo unos días una noticia apareció en todos los medios: “Bruselas pide expulsar a más de un millón de migrantes sin papeles”. No han pasado ni dos años desde que la UE aprobó una lista de cupos de refugiados a acoger por cada país –consciente y flagrantemente ignorados por todos ellos-, hasta plantear ahora una política de detención, internamiento y expulsión por cientos de miles. Es decir, “donde antes dije digo, ahora digo diego”. Se acabó lo que se daba. Las formaciones xenófobas europeas han aplaudido la medida. De la Europa que acogió a decenas de miles de...
    - Seguir leyendo
  • Javier Doz

    Miembro del Comité Económico y Social Europeo por CCOO

    ¿Tiene futuro la UE? ¿Tiene futuro la izquierda? Después de leer el texto de Francisco Louçā y, sobre todo, la principal de sus seis conclusiones mi respuesta a ambas preguntas sería “no”. Porque el artículo -con el que coincido, no obstante, en parte de sus diagnósticos y algunas de sus conclusiones- tiene un mensaje claro: la única solución frente al estado de cosas en la UE, agravado por las políticas de austeridad y devaluación interna, es salirse del euro y adentrarse en lo que sería una versión de izquierdas del nacionalismo económico (sustitución de importaciones para mejorar las balanzas...
    - Seguir leyendo
  • Jaime Pastor

    Politólogo y editor de Viento Sur

    El diagnóstico que nos ofrece Francisco Louça sobre el momento que atraviesa la Europa postBrexit es rotundo, pero no por ello menos realista: “la Unión Europea se destruye por dentro porque es divergencia y no es Unión”, “Europa está cambiando, sí, pero sus instituciones forman parte de esta deriva hacia la derecha”. Un panorama que amenaza con ir a peor porque “la pesadilla de una nueva crisis financiera está por llegar“ y la pregunta solo es “cuándo llegará” y cuánto contribuirá a la descomposición de la UE tras la salida del que era su segundo mayor Estado miembro y...
    - Seguir leyendo
  • Eppur si muove

    10/03/2017

    Ángel Requena

    Profesor de Matemáticas

    Ante la pregunta categórica que se me plantea en esta tribuna (“¿Se abren o se cierran las oportunidades de cambio en favor de mayor justicia social y mejores garantías democráticas?”) no queda menos que recurrir a la celebre frase que Galileo nunca pronunciara ante el Santo Oficio, porque pese a todo el movimiento es incesante. El pasado enero falleció Zygmunt Bauman, el filósofo político comprometido y lúcido analista que acuño el término de sociedad líquida. Bauman no generalizó la liquidez al propio análisis político pero, sin duda, la obsolescencia de las reflexiones de coyuntura es también una característica de...
    - Seguir leyendo
  • Joan Subirats

    Catedrático UAB y Coordinador de Doctorado en el Institut de Govern i Polítiques Públiques (IGOB-UAB)

    La integración europea generó, como sabemos, una notable asimetría entre las políticas que promovían la eficiencia del mercado (que siempre fueron el motor del proceso integrador) y las políticas que querían promover protección y equidad. A medida que el proceso de integración económica se aceleró y se quiso acompañar esa dinámica con mayores cuotas de integración social y política, surgieron graves inconvenientes. Por un lado, los estados de bienestar de cada estado miembro fueron sufriendo los efectos de los procesos de liberalización y de aumento de la competitividad, mientras que los esfuerzos para generalizar las políticas sociales chocaban con...
    - Seguir leyendo
  • El cambio en Europa

    10/03/2017

    Rosa Martínez

    Diputada de Unidos Podemos y coportavoz de EQUO

    Sin duda Europa está cambiando, lleva tiempo cambiando. Lo que hoy vivimos no es sino la aceleración y concreción de diferentes tendencias y fenómenos, que desde hace décadas (con diferencias cronológicas y de intensidad según los países) están transformando el orden y los elementos sobre los que se edificaron nuestras sociedades tras la Segunda Guerra Mundial: - Las altas tasas de crecimiento de económico de la posguerra que pusieron las bases del funcionamiento de nuestras economías y se tradujeron en una mejora sustancial del nivel de vida de las personas en Europa, ya no existen y posiblemente no volverán....
    - Seguir leyendo
  • José Luis Atienza

    Teniente alcalde de ICV de Viladecans

    José Luis Atienza y M.A Díaz La Unión Europea está en una crisis política sin precedentes. Es evidente que el Brexit ya ponía al proyecto europeo en inesperadas dificultades, pero sumado a la irrupción de Trump y al confuso panorama electoral de nuestros vecinos mediterráneos pone a Europa en una situación inédita desde el fin de la segunda guerra mundial. La Unión Europea está también en el centro del debate de la izquierda. Una parte de ella anuncia que ha llegado el momento de salir del euro y volver a las monedas nacionales, porque la moneda...
    - Seguir leyendo
  • Anibal Garzón

    Sociólogo, docente y analista internacional

    El 2016 ha sido un año que muchos analistas lo han calificado como el inicio del fin de la Unión Europea (UE) a causa de 3 importantes sucesos. El primero, la victoria electoral del BREXIT y la consecuencia de la dimisión del conservador europeísta, a la manera británica, David Cameron. El segundo evento, la derrota del Primer Ministro italiano Matteo Renzi en el referéndum constitucional y su posterior renuncia. Y el tercero, la cercana posible victoria de la ultraderecha euroescéptica del Partido de La Libertad (FPÖ) en la segunda vuelta de unas repetidas elecciones en Austria. Además, y como...
    - Seguir leyendo
  • Miguel Guillén

    Politólogo

    Se me pide desde Espacio Público que dedique unas líneas a reflexionar sobre una pregunta de muy difícil respuesta, pero que sin duda debemos formularnos: ¿se abren o se cierran las oportunidades de cambio en favor de mayor justicia social y mejores garantías democráticas? Se trata de una cuestión fundamental que necesariamente se tiene que abordar desde una perspectiva global, levantando la vista más allá de nuestras fronteras. Vivimos en un país situado en la periferia de Europa (a nivel geográfico y no solamente a este nivel), que forma parte de la Unión Europea y que en los últimos...
    - Seguir leyendo
  • Pere Vilanova

    Politólogo.

    Parece emerger una opinión difusa de que “estamos saliendo” de la crisis iniciada a finales de 2008. Incluso algunos expertos apuntan, a comienzos de 2017, que se ha salido de la crisis durante 2016. Habrá que ver si la tendencia se confirma. Pero algún hecho es de difícil refutación a escala europea e incluso transnacional. Admitiendo que se haya salido de la crisis, lo que es seguro es que ello no significa que “volveremos a estar como antes (de la crisis)”. En absoluto, pues con el tiempo veremos que hemos asistido a un reajuste estructural de proporciones históricas, a...
    - Seguir leyendo
  • Jesús Pichel Martín

    Profesor de Filosofía

    Durante los últimos cien años (más intensamente durante los últimos setenta y aún más en los últimos veinticinco años) Europa ha ido perdiendo su papel económico, cultural, tecno-científico y geo-estratégico; y, lo que es aún más grave, está perdiendo su propia identidad política y social, heredera de más de veinticinco siglos de historia. Parece que el mundo eurocéntrico ha dejado de existir definitivamente. Los Estados Unidos de América se convirtieron en la primera potencia económica mundial al terminar la Gran Guerra y, a pesar de la crisis de los años 30, consolidaron su poder al término de la Segunda Guerra Mundial. El desgaste de Europa durante...
    - Seguir leyendo
  • Andy Durgan

    Historiador

    Andy Durgan (historiador) y Mike González (escritor) El panorama mundial en las dos semanas posteriores a la inauguración de Trump, como señala Francisco Louçã, no se veía muy alentador. Pero precisamente por eso sería importante recordar que la historia no es un momento, sino un proceso. De no ser así, la sucesión de Brexit a Trump llevaría inexorablemente hacia una nueva edad de hierro bajo el dominio de un fascismo europeo renaciente. Nada es inevitable. La cuestión es cómo conseguir un cambio que responda a las esperanzas expresadas en las manifestaciones multitudinarias contra Trump a través del mundo. Por...
    - Seguir leyendo
  • Javier Madrazo Lavín

    Profesor. Ex Consejero Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco.

    Hablar de Europa en el año 2017 significa hablar de frustración, decepción e impotencia. Recuerdo la admiración que la izquierda española sentía en el franquismo y la transición por una Europa, que percibíamos como un espacio de libertad, igualdad, justicia social, derechos humanos y democracia. Cabría preguntarse ahora en qué nos equivocamos; qué hicimos mal entonces y cuál es el precio a pagar por los errores cometidos. Personalmente, lo tengo claro. Dejamos que el proceso de Unión Europea lo liderara la derecha más neoliberal y el socialiberalismo, doblegado por la presión de los poderes económicos y militares. Las élites tomaron...
    - Seguir leyendo
  • Maria Corrales Pons

    Periodista y miembro de Un País en Comú

    Para responder a la pregunta de si se está abriendo o cerrando la brecha histórica para la oportunidad de un cambio en sentido progresista, es fundamental, en primer lugar, situar, desde los enfoques teóricos de cada cuál, el porqué de su apertura. Desde mi perspectiva, una de las principales causas que hay que atender para comprender el desarrollo de la crisis y sus respuestas en nuestro contexto es el de la crisis orgánica del proyecto económico y político de la Unión Europea. Tal y como explica Gerardo Pisarello, a partir de la crisis económica de 2008 que pone...
    - Seguir leyendo
  • Julian Ariza

    Sindicalista

    Comparto la idea de que no hay motivos para el optimismo si nos asomamos al panorama político, económico y social que nos rodea, tanto a nivel internacional como dentro de nuestro país. Efectivamente, si pensamos, por ejemplo, en los dos acontecimientos más próximos y sobresalientes, el problema no sería sólo que los británicos apostaran por el Brexit y los estadounidenses le otorgaran el poder a un energúmeno. Lo peor es que la deriva por la que nos deslizamos hace años adquiere mayor gravedad con estos hechos. Me refiero a los retrocesos en materia de regulación frente a los desmanes...
    - Seguir leyendo
  • Rosa Cañadell

    Licenciada en Psicología. Profesora. Articulista. Co-fundadora del SIEC (Seminari Ítaca d’Educació Crítica).

    Las crisis son una oportunidad, se acostumbra a decir. La verdad es que las crisis (personales, psicológicas, políticas, económicas...), si se superan, acostumbran a abrir nuevas perspectivas, pero si no se superan, en vez de una oportunidad, pueden llevarnos a la ruina. España, Europa y, posiblemente, el mundo entero, está atravesando una de las mayores crisis después de la II guerra mundial. Crisis financiera, política, social y moral con todas sus consecuencias: aumento brutal de la desigualdad, del desempleo, de la explotación laboral, de la desprotección social, de la privatización de todos los servicios públicos, de la pobreza, de...
    - Seguir leyendo
  • Isidor Boix

    Ex Secretario de Negociación Colectiva y Acción Sindical Internacional de FITEQA-CCOO.

    Comparto prácticamente todas las consideraciones de Francisco Louça en su trabajo “Europa está cambiando” que encabeza este debate. También las de Rafael Poch en su “Adiós, Unión Europea” (http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2017/02/01/adios-union-europea-42041). Ambos pueden parecer demasiado pesimistas, apocalípticos casi, pero probablemente aciertan en su mensaje de crítica y alerta. Menos comparto las líneas de avance apuntadas cuando Louça propone “abandonar el euro”, con lo que supone de deconstrucción europea, y Poch ya entona el “adiós” a Europa. En ambos me falta una mayor reflexión sobre la necesaria iniciativa social para responder a los presentes desafíos. Es fácil coincidir con Francisco Louça cuando...
    - Seguir leyendo
  • Héctor Maravall

    Abogado de CCOO

    Las alternativas progresistas se alejan, pero no desaparecen No es fácil responder a la pregunta de si hoy estamos o no en mejores condiciones para impulsar y conseguir un cambio político y socioeconómico en España e incluso en la Unión Europea. Hay muchas razones para responder negativamente y también algunas para hacerlo en positivo. Todo ello partiendo de una primera constatación, el tablero político estatal e internacional se mueve a gran velocidad, surgiendo novedades no previstas, que dificultan cualquier proyección a medio plazo mínimamente fiable. El triunfo de Trump, el Brexit, la caída de Renzi y de Dilma Rousseff, la...
    - Seguir leyendo

¿Quiéres participar en este debate?

Ve al apartado 'Cómo participar' y revisa los pasos necesarios para poder intervenir en los debates abiertos.