Por una Justicia fácil, amable y accesible para todos

  • Héctor Maravall

    Héctor Maravall

    Abogado de CCOO

11.03.2015

Debate principal: La Justicia: hay que reinventarla

Como es habitual en ella, Manuela Carmena en sus reflexiones sobre la Justicia, que vienen de muy lejos, siempre aporta una perfecta combinación de experiencia, de imaginación y frescura, de capacidad de alternativa y de ambición política.

Comparto lo esencial de sus análisis y propuestas y por ello me voy a limitar a algunas reflexiones en unos casos quizás más ideológicas y en otros más periféricas.

Siempre me ha llamado la atención que siendo los derechos ciudadanos una cuestión importante para la vida de la gente, la inmensa mayoría de las personas se encuentran desvalidos, perdidos, angustiados, cuando de una u otra forma, en uno u otro papel, se topan con la Administración de Justicia. A lo largo de mi vida, y sin tener en cuenta la limitada etapa en que ejercí de abogado laboralista, muchos familiares, amigos, vecinos, etc. sabiendo mi inicial profesión y aun siendo conscientes de que llevo muchísimos años sin ejercerla, acuden a mí para que les aconseje, porque no saben que hacer y lo mismo sucede con un profesional de clase media o un agricultor vecino de mi pueblo. Todos se sienten indefensos o al menos despistados ante la irrupción en sus vidas de la Administración de Justicia.

Esta realidad innegable debería ser ya un elemento de profundo cuestionamiento del papel y del funcionamiento de la Justicia. Algo que debería ser fácil, conocido, manejable para el común de la gente, se transforma en un problema en el que para empezar no se puede desenvolver solo, necesita una variedad de profesionales especializados que le ayuden (o que le engañen). Cuando hoy vemos que los niños y niñas de pocos años ya saben utilizar las nuevas tecnologías del siglo XXI, seguramente cuando sean mayores serán incapaces de andar por el mundo de la Administración de Justicia.

¿Hay confianza en la Justicia?

Así, siendo teóricamente la Justicia una garantía y hasta una satisfacción para la vida de las personas, se convierte en la mayoría de los casos en un problema. ¿Cómo explicar esa profunda contradicción?

Cualquiera que haya leído a los grandes novelistas del siglo XIX, (por no remontarnos a Cervantes o a Quevedo) recordara frecuentes historias o episodios de la aplicación de la justicia y lo que ello suponía en la vida de los personajes. No voy a caer en la demagogia de decir que la administración de justicia hoy es igual que en tiempos de Galdos, Victor Hugo, Dickens o Dostoievski, que vivieron y describieron sociedades terriblemente clasistas e injustas, que hoy en buena medida se han corregido, pero la desazón que aparecía en sus novelas sigue siendo muy similar a la de hoy. Porque las esencias de lejanía, ejercicio omnímodo de la autoridad, lenguaje críptico, inseguridad sobre los resultados, etc., siguen estando ahí.

El juez, el fiscal, el abogado, el oficial del juzgado (y desde luego las fuerzas de orden publico) siguen siendo vistas y sentidas con una mezcla de temor, reverencia, impotencia, de no saber como hablar o incluso que actitud corporal tomar, lo que no le sucede por ejemplo a una persona cuando acude a una oficina de la Seguridad Social para tramitar su pensión o incluso a una Oficina de la Agencia Tributaria (¡que ya es decir!).

En definitiva no es casual que la Administración de Justicia tenga tan baja valoración en las encuestas: a la gente ni le gusta ni confía en la Justicia.

Ante esa realidad, es cierto que los diversos gobiernos han tomado medidas. Las reformas, numerosas y sin duda muchas de ellas positivas, que se han producido en nuestro país desde el inicio de la democracia, han supuesto mejoras, es evidente, pero siempre han sido sobre aspectos secundarios, sin alterar los pilares centrales del modelo de Administración de Justicia. Paradójicamente, tanto los gobiernos como las Cortes Generales, han tenido en estos 38 años de democracia una presencia de juristas muy superior a otras profesiones, por tanto no podemos hablar de desconocimiento de los problemas sino mas bien de escasa voluntad política, de insensibilidad social o de no querer pisar demasiados callos.

Todavía recuerdo que Justicia Democrática realizó un Congreso a principios de los años 80, bajo el titulo “La Justicia tiene solución”. En este Congreso participaron como ponentes o como interlocutores activos, muchos de los que en los sucesivos gobiernos de Felipe González ostentaron amplias responsabilidades en el Ministerio de Justicia o en el Consejo del Poder Judicial. Por supuesto que cambiaron cosas y que mejoraron la situación, pero se quedaron distantes de lo que habían defendido o propuesto en aquel Congreso.

Sobre la informatización de la Justicia

Porque y este es el segundo aspecto que querría subrayar, en torno a la Administración de Justicia trabajan y cobran cientos de miles de personas, muchos de ellos poco predispuestos a que se modifiquen los papeles, procedimientos y en definitiva las concepciones tradicionales. Lo mas frecuente es fijarnos en los jueces, pero están todas las demás funciones, como antes señalaba: fiscales, secretarios, oficiales, abogados, procuradores, notarios, registradores de la propiedad…etc., que por cierto y a diferencia de otras muchas profesiones ya estaban presentes en el siglo XVI.

El cúmulo de intereses profesionales y económicos que se mueven en torno a la Administración de Justicia es más que evidente y sin duda un factor contrareformista de primer orden. Por ello cuando desde dentro de los profesionales, con dosis de buena voluntad, se escucha o se lee, que el problema es la escasa dotación financiera de la Administración de Justicia y lo que ello perjudica a su funcionamiento ágil y rápido y se piden mas medios personales y materiales, efectivamente tienen una parte de razón, pero puede que estén apostando por aquella famosa frase de Giuseppe di Lampedusa “que todo cambie para que todo siga igual”.

Es evidente que una buena informatización de la Justicia y la dotación suficiente de personal, mejoraría su funcionamiento, como lo mejoró en la Administración de la Seguridad Social y en la Agencia Tributaria en la última década del siglo XX. Pero de lo que se trata es de cambiar la concepción, el papel, el procedimiento, como dice Manuela Carmena, “reinventar la justicia” y eso no es una cuestión de presupuesto sino sobre todo de ideología.

En mi opinión, estrictamente personal, hay que cuestionar a fondo la función e incluso la propia necesidad de buena parte de los actores implicados. Podríamos hablar, valga la expresión, de un ERE en torno a muchos de los que se mueven en el ejercicio de la aplicación de la justicia. Dicho mas claramente, no se necesitan tantos “interpretes mágicos” de las leyes, y de la jurisprudencia, ni por supuesto actuaciones impropias de la era digital como son los procuradores y sin embargo resultan imprescindibles p.e. mediadores sociales.

¿Pero qué gobierno esta dispuesto a hacer ese ERE? ¿Qué gobierno va a decir a las decenas de miles de abogados que trabajan asesorando, pero también perjudicando, a la gente, que es hora de dedicarse a otras tareas? ¿Qué gobierno va a tener el valor de disolver esos profundos lazos e intereses corporativistas? No soy muy optimista al respecto y menos aun cuando el Presidente del Gobierno es un registrador de la propiedad.

El trasfondo ideológico

Un tercer aspecto que me gustaría señalar es el transfondo ideológico de la Justicia y de la Administración de Justicia. Por supuesto que no voy a caer en la simplificación de decir que la Justicia es clasista o que los jueces son un instrumento de dominación de clase o aquello que algunos decíamos hace 40 o 50 años que había que acabar con la “justicia burguesa”, porque ya sabemos como se las han gastado algunos que iban de revolucionarios. Las cosas son algo más complejas. Pero que duda cabe que la actual concepción imperante de la Justicia tiene un componente conservador, defensor del statu quo económico y social. Y el propio diseño de la Administración de Justicia favorece a las clases dominantes, aunque solo sea por una mera cuestión de la diversidad de costes públicos y privados que hay que abonar.

La multinacional, el alto ejecutivo o el político poderoso, tiene infinitas mayores posibilidades de eludir la aplicación de la ley gracias a sus buenos asesores, sus contactos y relaciones, que el yonki que roba un bolso a una señora, el fontanero que elude el pago del IVA o el inmigrante que trapichea para poder vivir.

Solo los más indecentes, más prepotentes y más ignorantes o más confiados de los delincuentes de las clases altas son pillados y no siempre sufren las debidas consecuencias. Por el contrario las cárceles aquí o en Estados Unidos están repletas de pobres y/o marginados sociales. Y eso sucede en la esfera penal, en la mercantil o en la civil. Por ello no es cierto que todos somos iguales ante la Justicia.

Por otra parte una sociedad con profundas diferencias económicas, con exclusión social, con limitada implantación del Estado de Bienestar Social, genera inevitablemente mayor conflictividad legal. Igualmente una sociedad con débiles o insuficientes instrumentos de representación e intermediación social, sean sindicatos, ONGs, asociaciones de vecinos u otras instituciones solidarias sin afán de lucro, tiene menos capacidad de defensa y se ve obligada en mayor medida a recurrir a la Administración de Justicia.

Mención aparte merece la enorme litigiosidad de la ciudadanía con las Administraciones Publicas, reflejo de una concepción todavía con tics autoritarios en la manera de relacionarse con la gente, a la que se sigue viendo en demasiadas ocasiones como impertinentes e inoportunos “tocanarices” y no como portadores de derechos.

En definitiva los déficits democráticos de una sociedad se traducen en mayor litigiosidad. Por ello, sin una renovación democrática en profundidad de nuestro país, no creo que se pueda avanzar mucho en la “reinvención de la justicia”.

¿Cuáles son las posibilidades reales de “reinventar” la Justicia”?

Por último tenemos el vidrioso tema de la legalización controlada de las drogas, que disminuiría en buena medida la delincuencia, liberaría recursos judiciales y policiales para otras tareas y reduciría de forma notable la población penitenciaria. Aunque es evidente que una medida de esta envergadura exigiría para su mayor eficacia una decisión superior al mero ámbito estatal.

No soy, por tanto, muy optimista sobre las posibilidades reales del cambio y menos aún de la “reinvención de la justicia”. Comparto medidas de “mientras tanto” que señala Manuela. Todos hemos visto salir a la calle a las diversas mareas en defensa de la Sanidad Pública, de la Enseñanza Pública, de los Servicios de Atención a la Dependencia, etc. No lo hemos visto de manera específica en relación a la Administración de Justicia o por lo menos no con un peso destacado.

La ciudadanía sigue quejándose, sigue valorando mal a la Administración de Justicia, la gente sigue preguntando o pidiendo ayuda un amigo o amiga abogado, los profesionales mas sensibles o progresistas piden reformas, pero el cuestionamiento general del modelo brilla por su ausencia, es un aspecto mas del retroceso de la ideologías de izquierdas y del avance de la ideología conservadora que hemos experimentado en las ultimas décadas.

Se dice que en España estamos ante el final del ciclo iniciado con la Transición Democrática, que tanto y para bien, cambió nuestro país. Esperemos que en ese nuevo periodo que empezó a dibujarse en la Puerta del Sol de Madrid el 15 de mayo del 2011, permita abrir una nueva etapa de renovación democrática en el que tengan cabida las ideas y propuestas de “reinvención de la justicia” que propone Manuela.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Bien está que se critique a los jueces cuando su comportamiento no responde a las exigencias de la moral o de la ley pública; o por la acumulación, en algunas instancias, de privilegios abusivos que los separan de la ciudadanía y los convierte, como decía Marx, en un poder hostil a la misma ciudadanía. Pero la crítica debe ser, al menos tal y como yo la entiendo, constructiva y no sesgada. Digo esto a raíz de la intervención de Jaume Asens. Dejando de lado los indudables méritos del documento –valiente y directo, como debe ser-, encuentro en él cierto estilo...
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  • La casta judicial

    08/04/2015

    Jaume Asens

    Abogado

    La administración de justicia, hegemonizada por sectores conservadores, se enfrenta hoy en día a una gran encrucijada. Con la sacudida del 15-M arrancó un ciclo de movilizaciones que desbordó los marcos establecidos. Las hegemonías, los relatos sistémicos, saltaron por los aires y se abrió paso un nuevo ciclo de impugnación a lo viejo. Desde entonces el régimen de los últimos 30 años se tambalea y su capacidad de regeneración es cada vez más baja. Los recortes en derechos, la degradación democrática y la metástasis de la corrupción alimentan la desafección ciudadana. En ese contexto, no resulta extraño que normas o...
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  • Mariano Casado

    Secretario General de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME)

    Hace tiempo que vengo diciendo que en el debate general sobre la Justicia, sobre su evolución, sobre cómo ha de organizarse, con qué medios y a través de qué procedimientos, siempre se olvida analizar cómo se otorga el derecho fundamental a la obtención de tutela judicial efectiva a los ciudadanos de uniforme. Es decir, a los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil. Parece que este ámbito de la Justicia es desconocido para todos los que, de una u otra manera, juegan algún papel en esta transcendental cuestión. Lo cierto es que lo que se puede...
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  • Margarita Robles

    Magistrada del Tribunal Supremo

    El análisis de cualquier planteamiento sobre la Administración de Justicia en España debe hacerse no solo desde el punto de vista utópico, sino mirando la realidad del país, que atraviesa un complicado momento de crisis económica, y que hace unos años no existía. ¿Qué Justicia queremos en ese contexto actual de crisis económica, y de clara restricción de los derechos y libertades de la ciudadanía? La obligación de los juristas es ser realistas. Los jueces tienen que ser el punto esencial y básico de la protección de los derechos de los ciudadanos. El Poder Judicial debe de tener un compromiso...
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  • Joaquim Bosch

    Magistrado y portavoz de Jueces para la Democracia

    En nuestro país hay áreas de gestión, servicios públicos o prestaciones sociales que no funcionan adecuadamente. Y se discute con toda la razón sobre sus niveles de eficacia y los grados de implicación de los poderes públicos. Sin embargo, es probable que no haya ningún ámbito como el de la Justicia en el que exista una coincidencia tan generalizada en la percepción de un patente abandono institucional. Esta perspectiva es muy visible tanto por parte de los profesionales como por parte de la ciudadanía, a la vista de los estudios de opinión que han sido publicados. Intentaría aportar cinco claves...
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  • Antonio Segura Hernández

    Abogado miembro de ALA y vicepresidente del Foro de abogados de izquierdas

    A nadie se le escapa que los poderes de un estado y sus estructuras están construidos con y por la ideología dominante. A nadie debería pues sorprender que cada régimen diseña sus estructuras en relación con la correlación de fuerzas dominantes en el momento de su constitución. Los poderes actuales en nuestro estado, se constituyeron hace 36 años, en el año 78, y todos ellos nacieron, no de una ruptura con la dictadura, sus instituciones y poderes, sino con un encaje de las viejas estructuras en la nueva democracia. El paso del tiempo y la necesidad de más democracia y...
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  • Ignacio González Vega

    Magistrado

    Un reciente artículo publicado en The New York Times (“Why Judges tilt to the Right”) se preguntaba cómo es posible que, siendo los abogados norteamericanos mucho más progresistas que la población en general, los jueces, que se extraen de aquel colectivo, sean más conservadores. La respuesta se encuentra, evidentemente, en el procedimiento de selección. Fuera de esas latitudes, entre nosotros, José Luis Requero, antiguo vocal del Consejo General del Poder Judicial y hoy magistrado del Tribunal Supremo, escribió en su día que “la izquierda sigue teniendo a la Justicia como objetivo político e ideológico. Sabe que, según como se seleccione,...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Como es bien sabido, ‘De los delitos y las penas’ es el título de un libro publicado por el filósofo ilustrado Cesare Beccaria (1738-1794). Según la Wikipedia, este libro fue uno de los primeros alegatos contra la pena de muerte, e inspiró reformas en los códigos penales de muchos países europeos. En él se dice cosas tan importantes como la siguiente: «Toda pena (dice el gran Montesquieu) que no se deriva de la absoluta necesidad, es tiránica: proposición que puede hacerse más general de esta manera. Todo acto de autoridad de hombre a hombre, que no se derive de la...
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  • Una idea feliz

    24/03/2015

    Alfonso Ruiz Miguel

    Catedrático de Filosofía del Derecho de la UAM

    La propuesta de Manuela Carmena de reinventar la Justicia tiene la virtud de poner la mirada más allá de una mera reforma de nuestra Administración de Justicia. Ante las reformas de nuestro sistema judicial, incluido el Consejo General del Poder Judicial, casi siempre resulta pertinente el comentario de Lord Astbury ante la presentación de otra reforma del inglés: "Realmente, me pregunto por qué. Me sorprende que no se considere ya lo bastante malo". Cierto que se puede apostillar que no toda reforma es por fuerza mala. Sin ir más lejos, si en una legislatura se comienza introduciendo un severo desincentivo...
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  • Gloria Elizo

    Vicepresidenta Tercera del Congreso y Secretaria Anticorrupción de Podemos

    O de cómo –y por qué- el Régimen del 78 acabó con de la Separación de Poderes. La Ley Orgánica del Consejo General del Poder Judicial, de 10 de enero de 1980 desarrollaba sin más la interpretación literal del artículo, ocho miembros del CGPJ eran elegidos por el Parlamento y doce por los componentes del Poder Judicial. "Partidismo: 1. m. Adhesión o sometimiento a las opiniones de un partido con preferencia a los intereses generales 2. m. Inclinación hacia algo o alguien en un asunto en el que se debería ser imparcial.” - Diccionario RAE “Un político divide a la humanidad en dos...
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  • Rafael Lafuente

    Portavoz del Sindicato de Secretarios Judiciales @rafalafuentese

    En el antiguo Restaurante Nostromo de Barcelona, un grupo de personas decidimos impulsar en 2012 el Manifiesto de la Plataforma Ciudadana Justicia de Todos. Los objetivos de esta iniciativa eran contribuir al cambio definitivo en la justicia, su mayor democratización, la superación del corporativismo y su conquista por parte de la ciudadanía. Al hilo de esta declaración, dicho cambio debe producirse desde una doble vertiente, la transformación democrática del poder judicial y la modernización organizativa de la administración de justicia. Para ello debemos de partir de una premisa: los protagonistas del cambio no son jueces, secretarios judiciales, fiscales, abogados o demás...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    A estas alturas del siglo XXI se ve claro que la legitimidad social de la Justicia va a depender de muchos factores: del carácter democrático del régimen político en el que se inserta, de sus reglas de funcionamiento también democráticas y transparentes, de sus medios de funcionamiento materiales y humanos, y del propio contenido del ‘corpus’ normativo cuyo cumplimiento trata de asegurar. Como bien han señalado varios intervinientes en el Debate con relación al contenido de las Leyes, es necesario que la formulación e implementación de las mismas responda a una estricta racionalidad, y sean sometidas a una evaluación continua....
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  • Piter

    Parado

    Una de las grandes conquistas del derecho (que ya se han apuntado por otros comentaristas) fue el paso de la presunción de culpabilidad a la presunción de inocencia, constituyendo ésta última una de las garantías judiciales (y derechos) fundamentales del Estado de Derecho Democrático. Pero la realidad nos demuestra, nuevamente, que existen dos tipos de “derechos” y, en consecuencia, dos tipos de justicia, o lo que es lo mismo, la inexistencia de la justicia como derecho universal. Nuevamente lxs robagallinas frente a lxs ciudadanxs de pleno Derecho, las élites. Todxs recordamos el revuelo que recientemente se formó a raíz del...
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  • Héctor Maravall

    Abogado de CCOO

    Como es habitual en ella, Manuela Carmena en sus reflexiones sobre la Justicia, que vienen de muy lejos, siempre aporta una perfecta combinación de experiencia, de imaginación y frescura, de capacidad de alternativa y de ambición política. Comparto lo esencial de sus análisis y propuestas y por ello me voy a limitar a algunas reflexiones en unos casos quizás más ideológicas y en otros más periféricas. Siempre me ha llamado la atención que siendo los derechos ciudadanos una cuestión importante para la vida de la gente, la inmensa mayoría de las personas se encuentran desvalidos, perdidos, angustiados, cuando de una...
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  • Piter

    Parado

    Todos conocemos el drama de los desahucios, e incluso trascendiendo el aspecto humano (el fundamental, con mucho), en el daño que ha causado a la economía del país y a la credibilidad del sistema financiero, político y jurídico. Este es un claro ejemplo de cómo no sólo las leyes son para los “robagallinas” -la ciudadanía en general que no está englobada en los pequeños grupos de poder- sino que también la justicia forma parte (colaborando activamente unas veces, con su silencio otras) de un sistema de explotación y expolio planificado por los grandes poderes económicos y políticos. La justicia,...
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  • Lorena Ruiz-Huerta

    Área de Justicia Podemos Madrid

    La Justicia Gratuita (JG), un servicio público imprescindible en un Estado de Derecho, se encuentra amenazada por graves problemas, desde que la Comunidad de Madrid asumió las competencias sobre esta materia, en el año 2003: 1º.- El primero de esos problemas, es que la Consejería de Justicia retrasa el pago de las cantidades destinadas a sufragar el Turno de Oficio (TO), retraso que viene produciéndose de manera sistemática desde el año 2008. 2º.-El segundo, más grave aún, es que el Gobierno de la Comunidad de Madrid no sólo no paga a los letrados y letradas del TO, sino que procura desprestigiar...
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  • Matías Nso

    CEO y co-fundador de Kuorum.org

    "No es país para innovadores". Desde que nuestra organización ha trasladado su sede a las instalaciones de la incubadora del Instituto de Empresa, no dejo de escuchar esta frase. Sin embargo, cuando compartes tu día a día con algunos de los emprendedores más brillantes del momento resulta difícil pensar que la innovación sea algo que se le pueda negar así como así a todo un país. Incluso cuando se intenta con ahínco, como parece que ocurre en España. La innovación se abre camino de las formas más insospechadas; con el ímpetu de Marte, con la velocidad de Hermes. Y...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    En mis anteriores intervenciones me he posicionado claramente a favor de que la Justicia siga siendo un contrapoder del Ejecutivo. Pero lo he hecho aduciendo la lucha contra la ‘razón de Estado’ que eventualmente esgrimen los Ejecutivos, o sea: que el fin justifica los medios, y que para lograr el interés general en ocasiones hay que utilizar medios inmorales o ilegales. Eso debió pensar José Barrionuevo, Ministro de Interior del Gobierno de Felipe González, cuando participó en la trama de los GAL... Esta inclinación autoritaria y antidemocrática no es una enfermedad que haya aquejado solamente a miembros del Partido...
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  • Manuel Ruíz de Lara

    Magistrado

    Una joven jurista que sueña con un país distinto, me decía que la actual situación de la Justicia se asemeja mucho a un drama teatral escrito por Mario Benedetti y cuyos protagonistas eran Pedro y El Capitán. A Pedro le ponía el nombre de Justicia y a El Capitán, el nombre de todo lo que ha atentado contra ella, es decir la política. Y así Berta imaginaba al enemigo delante del dolor del torturado (la Justicia), desconcertado ante el talante del protagonista, el guerrero que a pesar del ataque defiende lo que cree hasta el final. Porque esta es la...
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  • Piter

    Parado

    ¿REINVENTAR LA JUSTICIA? NO, CONSTRUIRLA Con todos mis respetos hacia la ponente (de quien tengo alto concepto) y hacia el resto de comentaristas, aunque pueda estar de acuerdo con bastantes cosas de las que se dicen, no estoy de acuerdo con la cuestión fundamental que se plantea. Ello es debido a que, al menos desde mi punto de vista, se están entremezclando dos cuestiones: El concepto en sí de Justicia, y su puesta en práctica. Probablemente tendré que hacer varios comentarios y, aviso, voy a ser especialmente duro con “la justicia”. Todo ello puntualizando que no tengo ningún tipo de...
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  • José María Fernández Seijo

    Juez

    La crisis de la justicia, escrita con o sin mayúsculas, es una de las cuestiones más debatidas en los mentideros políticos, sociales, culturales y judiciales; se afirma que la justicia es ineficaz, poco garantista, cara, lenta, ineficiente, lejana, politizada, manipulable, voluble, caótica, anticuada, inhumana… Los adjetivos son kilométricos. La discusión sobre la justicia, sus males y sus remedios ha terminado por ser aburrido tanto desde la perspectiva de quienes defienden que no está tan mal y que sólo hacen falta algunos ajustes, como de quienes abogan por una transformación radical partiendo del incremento de medios materiales, la creación de...
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  • María Victoria Cinto Lapuente

    Vocal del Consejo General del Poder Judicial, magistrada

    Hay que reinventar la Justicia. Hay que reinventarla y cambiarla, pero hay que cambiarla a mejor. Y para ello hay que trabajar en dos planos: por una parte se debe conocer lo que no funciona, lo que crea insatisfacción, identificar los problemas que es preciso solucionar y las deficiencias estructurales que requieren un cambio, y por otra, se deben definir los horizontes, las metas y los objetivos concretos que se persiguen. En definitiva, la reinvención de la Justicia precisa una hoja de ruta innovadora sustentada en un amplio análisis de la situación que quiere modificarse a fin de alcanzar...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Me ha gustado mucho la intervención de María Victoria Cinto, Vocal del Consejo General del Poder Judicial: es valiente y dice las cosas claras. Sin embargo ha introducido una propuesta que, modestamente, deseo discutir para perfilarla y mejorarla. Dice en efecto en su intervención que hay que diseñar la Justicia para que funcione «como servicio público y no como poder». Adviértase del riesgo que ello supone: una Justicia convertida en un órgano administrativo sin más, como los servicios sanitarios o educativos, no sería otra cosa que un apéndice del Gabinete, que dispondría de él a su antojo. ¡Sería el sueño...
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  • Sobre la justicia

    24/02/2015

    Mercedes García Arán

    Catedrática de Derecho Penal de la UAB

    Tomo el punto de partida de las muchas y –como siempre- lúcidas propuestas de Manuela Carmena sobre el servicio público de la Justicia, para aportar algunas reflexiones personales que no siempre consiguen superar el nivel de la duda. Me refiero a la sugerente y, a mi juicio, indiscutible idea de que la justicia debe ser útil en la resolución de conflictos y, para ello, constituirse en instrumento de intercomunicación social. En efecto, es posible propiciar una transformación de la Justicia con mecanismos de actuación más horizontal, con participación de agentes sociales y alejada de los ritos que hoy la...
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  • Carlos Carnicer

    Presidente del Consejo General de la Abogacía Española

    Se ha dicho en demasiadas ocasiones que nuestra Justicia quedó desenganchada del último vagón de la transición hacia la democracia; que ni siquiera tiene ya abogados que la defiendan. Desenganchada y, también, olvidada porque durante mucho tiempo, los políticos han pensado que la Justicia ni daba ni quitaba votos. Existen tensiones entre los poderes concurrentes en la Administración de Justicia que generan, como poco, posiciones encontradas cuya falta de acuerdos paraliza o, al menos, retrasa las decisiones necesarias para acceder a un servicio público eficiente que además, como todos los esenciales, debería ser gratuito en su esencia porque persigue...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Licenciado en Geografía e Historia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía.

    Adjunto remito un pequeño texto que por razones de espacio debo enviar como archivo aparte. Sin ser yo mismo jurista, e interesado desde hace tiempo como ciudadano y como científico social por los temas relacionados con el Derecho, hago unas reflexiones para incitar la discusión y abrir las perspectivas del Debate.
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  • Joan Baucells Lladós

    Profesor titular de derecho penal en la Universitat Autònoma de Barcelona y miembro de la Junta del Grupo de Estudios de Política Criminal.

    Coincido en la oportunidad y la necesidad de “reinventar la justicia”, si la utilizamos en los términos que lo hace Manuela Carmena. Es decir, como “el servicio público que precisa la gran mayoría de ciudadanos para resolver sus litigios, basados en los derechos y obligaciones, tanto entre sí como entre ellos y el Estado”. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la actual crisis económica y política ha agudizado más el debate sobre este servicio público –piénsese, por ejemplo, en la introducción de tasas judiciales- y si consideramos que se trata de un ámbito, el judicial, profundamente conservador, sin...
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