Aquellos polvos trajeron estos lodos

22.10.2018

Debate principal: ¿Involución en América Latina?

La coyuntura o la situación en curso en América Latina, dominada por el fenomenal avance de la derecha, legitimada por los votos, tiene hoy (semana del 15 de octubre de 2018) su punto más álgido en Brasil, donde el próximo domingo 28 se dirimirá la elección de presidente y vice del país. De esto trata la presente nota, cuyo objetivo es plantear algunas hipótesis explicativas que necesitan ser validadas (o refutadas) mediante investigaciones rigurosas, sin pretensión de ser la única explicación posible.

El punto de partida es el enunciado de cinco premisas necesarias para cualquier análisis de coyuntura, y de una sexta específica para Brasil. Va de suyo que las mismas no pueden desplegarse ampliamente dentro de los límites disponibles editorialmente.

Premisa 1. Las situaciones o coyunturas por las que atraviesa cada sociedad sólo se explican adecuadamente teniendo el cuenta el coeficiente histórico (en los términos de Piotr Sztompka) y la historia de larga duración (conforme Fernand Braudel) de la sociedad en cuestión.

Premisa 2. Mal que les pese a muchos, las clases sociales y la lucha de clases aún existe, al margen de las modificaciones fundamentales del último medio siglo y del hecho de que la bipolaridad clásica burguesía/proletariado se haya modificado y que las clases se definan por algo más que su relación con los medios de producción. No nombrarlas no las hace desaparecer de la realidad.

Premisa 3. Izquierda y derecha también siguen existiendo, aunque algunos no lo creen, y no son sujetos políticos: son expresiones ideológicas de sujetos políticos y sociales. Sujetos políticos son los partidos, las corporaciones empresariales, los sindicatos, los medios de comunicación concentrados, en algunos casos (como en Brasil hoy), las Fuerzas Armadas. Los sujetos sociales son el pueblo, las clases(burguesía, campesinado, pequeña burguesía, obrera o trabajadora, clase media). La cosmovisión, la ideología, la práctica, el modo de ser de la burguesía son de derecha, pero su capacidad para crear sentido común de sus proposiciones ha permeado en las clases subalternas, incluyendo a los trabajadores o proletarios, como se prefiera.

Premisa 4. Triunfos electorales sucesivos y liderazgos personalistas firmes, no son lo mismo que construir y detentar hegemonía, aunque sean necesarios para ello.

Premisa 5. En situaciones de crisis de hegemonía, enseña Antonio Gramsci, cuando los grupos sociales se separan de sus partidos políticos, es decir, cuando éstos dejan de expresar a una clase o una fracción de ella (crisis de representación), se crean condiciones que posibilitan soluciones de fuerza y la actividad de “oscuras potencias” expresadas en hombres providenciales o carismáticos.
Premisa 6. No se explica la relación entre política y sociedad en Brasil si no se atienden a tres componentes del coeficiente histórico brasileño: la mentalidad esclava/esclavista, la importancia de la amplia religiosidad popular, la política de alianzas.

Al finalizar el domingo 28 de octubre de 2018 se sabrá quien será el próximo presidente de Brasil: Jair Bolsonaro, de extrema derecha, o Fernando Hassad, de centro-izquierda. En el sistema de balotaje, se elige en la primera vuelta, se opta en la segunda. Elegir y optar no son necesariamente lo mismo, menos en política. Por eso son más relevantes los resultados de la elección que los de la opción. Es altamente posible que el primero sea el vencedor, aunque existe una ligerísima esperanza -algo así como un triple milagro de dios, la historia y la naturaleza- de que lo sea el segundo, pues como decía Jorge Luis Borges, la esperanza nunca es vana, si bien, como agregaba, el coraje es siempre mejor.

Que un candidato racista, homofóbico, machista, enemigo de inmigrantes, de indígenas y de afrobrasileños, anticomunista, ultrareaccionario, defensor de la dictadura institucional de las Fuerzas Armadas (1964-1985), ponderador de la tortura, entre otras manifestaciones, haya obtenido en la primera ronda el 45 % de los votos emitidos es la cuestión más importante a analizar, incluso en el hipotético -milagroso- caso de un triunfo de Haddad. ¿Por qué una sociedad que vivió un proceso de movilidad social ascendente, que dignificó la vida de millones de personas, entre otros muchas conquistas, dentro de un marco reformista, ha elegido un candidato que es la antítesis de esos y otros logros? Los propios beneficiarios ofrecen una buena pista: según una encuesta divulgada hace un tiempo, más del 90 % de los entrevistados admitió haber mejorado sus condiciones de vida durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT); pero al ser preguntados por las motivos de ese ascenso, 80 % respondió graças a Deus. El dato es más que significativo. Es un ejemplo claro de cómo la movilidad social ascendente ocluye la lucha de clases, algo que histórica y sociológicamente no es una novedad. Traigo a colación un ejemplo temprano: en 1904, comisionado por el gobierno nacional, Juan Bialet Massé, recorrió Argentina para dar cuenta del estado de la clase obrera, con vista a un proyecto de Código del Trabajo, a la postre frustrado. Una de sus constataciones fue encontrar en la ciudad de Córdoba a una de las patronales más terribles, que lo era mucho más porque buena parte de esa patronal estaba constituida por ex obreros panaderos que habían ascendidos socialmente. Allí, en la importancia de la movilidad social ascendente, hay que empezar a bucear las razones del, para muchos, sorprendente resultado de las elecciones del pasado domingo 7.

No obstante, señales previas hubo muchas. Es curioso que políticos, intelectuales y científicos sociales -de los cuales Brasil tiene muchos y muy excelentes- no hayan advertido con antelación suficiente la proyección de un hombre que en las elecciones de 2014 fue el diputado federal más votado en el estado de Rio de Janeiro, y en 2017 FSB Pesquisa -organización que se presenta como “instituto especializado en la producción de estudios para decisiones estratégicas” (http://www.institutofsbpesquisa.com.br)- lo considerara el congresista más influyente en las redes sociales, el medio de proselitismo más utilizado, y con resonantes resultados, por buena parte de las derechas latinoamericanas (con las de Brasil y Argentina a la cabeza). con profusa apelación a fake news y trolls. Ahora proliferan los compilados de las múltiples declaraciones realizadas por el ex capitán a lo largo de su carrera política, una más aberrante que otra. No las pronunció desde que en marzo de este año anunció su candidatura: las hizo a lo largo de treinta años. Había muchas señales, imposibles de reseñar en estas páginas, que quienes debían estar atentos y alertas pasaron y dejaron pasar por alto. Es penoso leer a un distinguido colega reconocer que no le prestaron atención. Este es, también, un dato insoslayable. Aquí es donde la responsabilidad de los intelectuales y de los científicos sociales críticos se revela fundamental.

Hay en la sociedad brasileña un coeficiente histórico de larga duración, generado básicamente en el Imperio (1822-1889), si bien sus raíces son coloniales, pues fue entonces cuando se constituyó la principal matriz societal del país: la plantación esclavista. La esclavitud fue abolida en 1888, pero las mentalidades propias de la dialéctica amo/esclavo -es decir, la del dominador, pero también la del dominado- no desaparecieron y se prolongan hasta hoy, traducida en múltiples formas de exclusión social, de la cual escapan, relativamente, unos pocos hombres que sobresalen en el fútbol y eventualmente en la música popular.

El color de la piel se constituyó en clave de diferenciación social, incluyendo la establecida entre pardos (reemplazo de negros) y mulatos. Así, por ejemplo, el censo de población de Salvador de Bahia de 1950 distinguía entre pardos, pretos y brancos. Era una de las tantas formas de ocultar la cuestión negra, cuyo locus principal se encontraba (se encuentra) en la división social del trabajo. La emigración de hombres y mujeres del nordeste hacia los estados del centro-sur del país, donde siempre fueron “baianos/as”, el grado más bajo de la calificación social, como bien mostrara Francisco de Oliveira en O elo perdido (1987), libro en el que señala también que, históricamente, el elemento decisivo de la estigmatización no fue el color, sino el trabajo esclavo metamorfoseado en color.
Los ejemplos de exclusión social de los afrobrasileños se ha manifestado y manifiesta en todos los aspectos de la vida cotidiana del país. Traigo a colación un ejemplo del mundo del fútbol, deporte tan asociado a Brasil: el del fenomenal O Tigre Arthur Friedenreich, que brilló entre 1909 y 1935, y que a despecho de nombre y apellido era, por hijo de alemán y de afrobrasileña, mulato, por tanto, para sus años mozos, preto, en tiempos en los cuales a los descendientes de africanos se los excluía -como bajo la presidencia de Epitácio Pessoa (1919-1922)- de la práctica del fútbol o bien, cuando se les permitía, las faltas que les cometían los jugadores blancos no eran penadas. Para burlar la prohibición, Friedenreich, que tenía ojos verdes, se ponía polvo de arroz en todo el cuerpo y se peinaba con fijador para esconder las motas. En 26 años de práctica convirtió 1.329, 1.354 o 1.379 goles (no hay acuerdo sobre la cifra exacta), siendo el máximo goleador mundial registrado, superando a Edson Aranto do Nascimento -o rei Pelé-, quien hizo 1.282 goles a lo largo de 21 años y rompió, finalmente a costa de rupturas identitarias, la exclusión. Adicionalmente, Friedenreich es considerado el iniciador del estilo brasileño de jugar al fútbol, o jogo bonito. No es un dato menor.
Un segundo ejemplo es el de lo que Oliveira llamó, en el libro citado, el mito da mulata, ese que se construyó en los años 1950 a partir de la elección de una bahiana como Miss Brasil (y luego casi Miss Universo). Significativo hecho: el cuerpo de la mujer negra/mulata como posibilidad de reconocimiento social, falsedad ideológica y expresión de lo que el mismo destacado sociólogo llamó la sutileza del racismo brasileño. La música popular también contribuyó en ese proceso de re-presentación/autorepresentación frente a los otros colectivos sociales. El mito de la mulata construido en los cincuenta es la forma contemporánea, menos brutal y más sutil, de la apropiación del cuerpo de la mujer negra, que en los tiempos de la esclavitud se expresaba en las defloraciones y los estupros de las esclavas. Pero siempre apropiación, dominación.

Un segundo coeficiente histórico es el de la religiosidad popular, que suele asociarse generalmente con la presencia de ritos africanos hibridados con cristianos, percepción devenida sentido común. Sin embargo, más importante ha sido y es la religiosidad popular derivada de la particular apropiación de leyendas europeas originadas en las luchas contra los musulmanes en la península ibérica, particularmente la de los Doce Caballeros de Francia y la del apóstol Santiago, el santo guerrero. No se entiende el mundo campesino brasileño, sobre todo nordestino -y por las migraciones internas difumadas por buena parte del país, sobre todo por los estados del centro-sur-, desde las movimientos mesiánicos de Canudos y Contestado hasta hoy, pasando por el bandidismo social, las acciones de Virgolino Ferreira (conocido como Lampião y «o Rei do Cangaço») y las del cura Cícero Romão, (el organizador del Batallón Patriótico para combatir, en los años 1920, a la columna Prestes), las treinta y dos “pequeñas guerras campesinas” del siglo XX (desde la del Pinheirinho, en 1902, hasta la de São Bonifácio o Guerra da Ponte, en 1987) y, en otro registro y clave, el papel de las Comunidades Eclesiásticas de Base en la formación del PT, sin descuidar el papel de la Teología de la Liberación. No son para desdeñar los hechos de que 1) la revuelta de la República dos Anjos, 1925, haya sido dirigida por una mujer, Benedicta Cypriano Gomes, una joven 19 años conocida popularmente como Santa Dica y como la “Lenin del sexo diferente” por los coroneles y la prensa adicta, y 2) la de São Bonifácio, por otra mujer, Jane Resende, y un homosexual asumido, Víctor Hugo Rosa.

La relación entre religión y política no es, por tanto, un hecho nuevo, como tampoco lo es el creciente y decisivo papel de las iglesias evangelistas, ahora tenidas como una de las razones explicativas del triunfo de Bolsonaro. En este sentido, las agudas observaciones de la latinoamericanista franco-tunecina Lamia Oualalou, autora del reciente libro Jésus t’aime. La déferlante évangélique (Les Éditons du Cerf, Paris, 2018), en el que analiza el proceso mediante el cual esas congregaciones religiosas se fueron infiltrando por todas las instituciones, sean ellas estatales -gobiernos locales, Poderes Legislativos (90 diputados) y Judicial, policías, sistema penitenciario- o de la sociedad civil -particularmente empresas de radio y televisión (Edir Macedo Bezerra, fundador, en 1977, de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), y uno de los hombres más ricos del mundo, según Forbes, controla Rede Familia y es socio mayoritario de la principalísima Rede Record)-, con un nivel de eficacia tal que ha llevado a los sacerdotes católicos a imitar algunas de sus estrategias, como la de incorporar temas de rock and roll en los templos. No ocurre solamente que el mayor país católico del mundo está dejando (si no ha dejado) de serlo. Toda la vida cotidiana ha empezado a transformarse: la Coca-Cola, “bebida del diablo”, es reemplazada por la Judah Cola, cuya receta ha sido dictada por el Espíritu Santo; las radios proclaman “¡Jesús te ama!”, la televisión difunde telenovelas con contenido religioso; la policía ha modificado el mandamiento “No matarás” por “Dios retira la vida. Solo estoy apretando el gatillo”. En el Congreso, las sesiones se interrumpen para orar… Los pastores han devenido líderes en el seno de la sociedad civil y han ganado y ganan cargos políticos electivos. No se trata tampoco de un suceso inesperado. Ya en las elecciones de 1989, donde los medios de comunicación hicieron campaña sucia contra la candidatura presidencial de Lula, los grupos evangelistas jugaron un papel decisivo en el triunfo de Fernando Collor de Mello.

Las iglesias evangelistas han reemplazado la Teología de la Liberación por la teología de la prosperidad, cuya lógica es, señala Oualalou, internalizar en los fieles la convicción de que tienen derecho a todo -a la buena vida material, a la salud- en esta vida, no en la próxima. “ Y si no lo tiene ya es porque no sabe exigir”, un viraje en el modo de concebir y practicar la relación con Dios, que tiene que dar aquello y para lo cual “sólo tienes que saber pedírselo. Y para pedírselo debes formar parte del grupo evangélico, pagar y rezar”. Así, “la gente sólo escucha la radio evangélica, ve la televisión evangélica, acude a los grupos evangélicos de Facebook y WhatsApp (…), vive encerrada en ese mundo.”

Todo ello es grave, pero más lo es la constatación inequívoca de Oualalou, tal como lo ha señalado en la entrevista que le hiciera Eduardo Febbro para el diario argentino Página/12 (edición del 16 de octubre), “los partidos y movimientos progresistas, el PT por ejemplo, abandonaron a esta gente. Al final, lo que ocurrió es que se cortaron los puentes para dialogar con la gente humilde”. En momentos de crisis y miedo, Bolsonaro apareció con el discurso de orden, de “matar a los bandidos”, yuxtapuesto con el discurso de los pastores demonizando al PT al presentarlo como lo que no es, un partido radical, utilizando los templos para alimentar la idea de “que la crisis y la recesión son culpa de Satanás, y ese Satanás es el PT. (…). Distribuyen una retórica que nada tiene que ver con la realidad y la gente cree”.

En ese punto aparece la importancia de la cuarta premisa del inicio: no basta ganar elecciones y tener liderazgos consolidados: es imprescindible generar hegemonía, nuevo sentido común. Ello requiere llevar adelante una sostenida, continua, sólida tarea de educación política. En evidente que no la hubo. De haberla habido, las formidables conquistas sociales no hubiesen sido “gracias a Dios”, ni el lema“Brasil y Dios por encima de todos” se habría impuesto a “El pueblo será feliz de nuevo”.

El PT se creó en 1980 al calor de la lucha contra la dictadura militar, desde abajo (un dato novedoso en la historia política del país), por la convergencia de fuerzas ideológicamente heterogéneas, con fuerte presencia de las Comunidades Eclesiásticas de Base y, sobre todo, obrera (el novo sindicalismo antiverticalista y fuerte opositor del peleguismo derivado de la Consolidación de las Leyes del Trabajo, de 1943, inspiradas en la Carta del Lavoro fascista, de 1927). Surgió con una denuncia crítica del reformismo social demócrata, en una postura inequívocamente de izquierda, si bien su relativo radicalismo inicial se fue metamorfoseando, inclinándose hacia el centro, particularmente mientras fue gobierno. Esa transformación se ha manifestado (se manifiesta) en el abandono del lenguaje en términos de clases, de donde el abandono de políticas de clase. No abro juicio de valor: señalo un hecho.
No obstante, los gobiernos del PT (2003-2016), caracterizados como de “nueva izquierda”, progresista, socialista democrático o de centro izquierda, sacaron a millones de hombres y mujeres de la pobreza, redujeron las desigualdades -logro más que considerable en un país de algo más 208 millones de habitantes-, ampliaron y fortalecieron la clase media, esquivaron la crisis de 2008, permitieron el crecimiento económico y transformaron a Brasil en un país relevante al integrarse, en el plano mundial, a los BRICS, al apuntar al fortalecimiento del Mercosur y de la Unasur…

Lula dejó la presidencia con una aprobación de alrededor del 80%. Preso, tenía una intención de votos para las presidenciales del 40 %, lejos del 29 % que obtuvo Haddad, lo que también es un dato revelador de la primacía del liderazgo personal por sobre el partido como colectivo, fenómeno que no es privativo de Brasil y sobre el cual bien vale un debate, más político que académico.

Una acotación más. ¿Cómo explicar que la ilegítimamente derrocada presidenta Dilma Roussef, sobre la cual ni siquiera los golpistas apelaron a perseguirla judicialmente con acusaciones de corrupción, como sí hicieron con Luiz Inácio Lula da Silva, resultara ¡cuarta! en la elección senatorial en su estado, Minas Gerais? Faltó trabajo político de base, faltó hegemonía.

Brasil es un país presidencialista, pero a diferencia del resto de América Latina, su presidencialismo se caracteriza, particularmente en los últimos treinta años, por ser de coalición. Lo es doblemente: por la fórmula presidencial, bipartidaria, y porque la que triunfa no tiene la mayoría legislativa, lo que obliga a continuas negociaciones, una práctica que es también parte del coeficiente histórico de las culturas políticas brasileñas, herencia de los tiempos en que la política era cuestión de caballeros y las masas estaban excluidas. El PT llevó a las masas a un protagonismo antes desconocido, pero nunca pudo tener mayoría propia y debió negociar permanentemente, como si la afirmación de Francisco José de Oliveira Vianna, hijo de dos familias fluminenses tradicionales y, a mi juicio, el mayor pensador de las derechas brasileñas -expuesta, no recuerdo si en Populações meridionais do Brasil (1920) o en Evolução do povo brasileiro (1923)-, pesara como una maldición: en Brasil, se gobierna con las 400 familias fundadoras o, sin ellas, no se gobierna.

Está claro que Bolsonaro gobernará con (y para) ellas, en tanto metáfora de las clases dominantes, no necesariamente hoy las mismas del pasado. No obstante, tendrá que negociar con el Congreso (si es que no lo cierra), pues su representación partidaria es de sólo 4 senadores (sobre 81, de 20 partidos) y de 52 diputados (sobre 531, de 30 partidos), Cámara ésta donde el PT es primera minoría con apenas 4 votos por encima del Partido Social Liberal de Bolsonaro. La cuestión de la gobernabilidad, no teniendo mayoría propia en el Congreso, obligará a negociar. Lo mismo ocurriría en el eventual triunfo de Haddad, que tendría, mayores dificultades para ello.

Es cierto que Bolsonaro podría zanjar el problema, sin demasiados costos políticos, optando por un gobierno militar. Un país puede llegar a tener un gobierno de carácter militar, aunque las Fuerzas Armadas como tales no participen del mismo, una posibilidad también prevista por Gramsci para situaciones de crisis orgánica. Brasil está ad portam de la misma, reforzada por el carácter militar de la dupla Jair Bolsonario-Antônio Hamilton Mourão, retirados con los grados de capitán y general, respectivamente. Como ironía, metáfora o catacresis, Bolsonaro fue, militarmente, antes de hacerse político, paracaidista. Pero si políticamente puede ser considerado paracaidista, eso es pertinente para sus inicios, en 1988, cuando saltó de los cuarteles a la polis y fue electo vereador (concejal) por Rio de Janeiro. Después se forjó como un típico político brasileño, de esos que transitan por una sucesión de partidos, otro dato no menor de las culturas políticas del país, donde nunca hubo sistema de partidos fuertes, ni tampoco, salvo contadísimas excepciones (como la del PT), partidos relativamente fuertes. El ex capitán pasó, entre 1988 y 2018, por nueve agrupaciones políticas, habiéndose iniciado en la Democracia Cristiana (DC).

Las fuerzas políticas de derecha han logrado un considerable éxito con la cuestión de la corrupción, que no es otra dato menor en las culturas política brasileñas. Ya en 1960, Jânio Quadros (también él iniciado en la DC) hizo de ella el núcleo duro de su campaña para la presidencia del país (que logró), mostrando como emblema una escoba, con la cual iba a “barrer la corrupción” de la política brasileña. En la actualidad, esas fuerzas de derecha han alcanzado, en varios de nuestros países, resultados formidables, en parte merced a la judicialización de la política y una cantinela, reiterada hasta el hartazgo, demonizadora del Estado como locus de la corrupción, frente a la “pureza” del Mercado. Una expresión devenida sentido común, manifiesta en Argentina, por ejemplo, es una muestra de ello: “un gobierno de ricos no roba porque, como son ricos, no necesitan hacerlo”. ¡Ja! La corrupción tiene, para decir una obviedad (pero no trivial), dos partes: corruptor y corrompido. En Argentina, hoy, sólo se investiga, posiblemente se condene, a los corrompidos (hombres y mujeres de la política), reales o supuestos, mientras los corruptores (hombres y mujeres del “Mercado”) quedan fuera. La figura del empresario “arrepentido” que denuncia a políticos (no importa cuan realmente cierto) beneficiarios de la “coima”, un aporte brasileño, está haciendo escuela en Argentina.

Cuando hay votantes que deciden su voto conforme el precepto “prefiero un presidente que incluso puede ser homofóbico y racista, pero que no es ladrón”, como dijo un funcionario bahiano, votante de Bolsonaro (https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45781389), seguramente expresando un sentir hecho sentido común, se puede medir la eficacia del discurso derechista.

La Iglesia Universal del Reino de Dios se está expandiendo, por ahora, sobre todo en Argentina y Chile, y su programa televisivo Pare de sufrir se emite a toda América Latina y está ganando espacio en canales de Argentina (C5N y el muy popular Cónica), Bolivia, Paraguay y Uruguay. La presencia de la URD es creciente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su conurbano, desplazando al catolicismo. A este hecho, constatable empíricamente, que para políticos y científicos sociales argentinos parece pasar desapercibido, se suman otros, preocupantes, como las múltiples agresiones a chicas portadoras del pañuelo verde, distintivo de quienes defienden la despenalización del aborto legal; la intromisión de un grupo de personas en una escuela secundaria (media) de la ciudad de La Plata, que, con sus pañuelos celestes (emblema de quienes bregan por mantener la penalización), trataron de impedir el desarrollo de una clase de Educación Sexual Integral; el atropello en la turística ciudad de Mar del Plata a un abogado y a un juez que trataron de impedir los malos tratos a una persona por parte de efectivos policiales que, al igual que un grupo de personas presentes, le reprocharon al juez ser “garantista”. Por añadidura, los policías fueron ascendidos por sus superiores. Hay cada vez más xenofobia en un país hecho en buena medida por inmigrantes…, claro, europeos, no latinoamericanos o africanos, o asiáticos. Ya hay políticos, de menor relieve (hoy) que se proclaman admiradores de Bolsonaro. Indicadores hay muchos y hay que prestarles atención, cosa que las fuerzas de izquierda, centro izquierda, nacional-populares y progresistas en general no están haciendo. No sea que cuando se lo haga, sea, como en Brasil, demasiado tarde. Más vale, reaccionar como en el viejo refrán: “Cuando veas arder las barbas de tu vecino, pon las tuyas a remojar”.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
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  • Augusto Zamora

    Ex embajador de Nicaragua en España, es profesor de Derecho internacional público y Relaciones internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid.

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    Periodista y politólogo. Es director de Le Monde diplomatique edición Cono Sur, de Review.

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    Por definición los golpes de Estados representan un quiebre del orden constitucional, por consiguiente son ilegítimos. Los ejemplos son numerosos. Guatemala 1954, Paraguay 1954, Honduras 1957, El Salvador 1972, Bolivia 1973, Brasil 1964, Chile 1970 o Argentina 1976. Todos, sin embargo, aducen a la Constitución para justificarse. La realidad desnuda esta farsa. Dos factores permiten el triunfo del golpe de Estado: i) contar internamente con las fuerzas armadas. Única institución capaz de controlar el territorio, reprimir a la población y garantizar el poder político a los golpistas; ii) obtener un mínimo de reconocimiento internacional en la llamada “comunidad internacional”....
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  • Trump, Le Pen, Bolsonaro…VOX. El fantasma del fascismo ha entrado a la escena política internacional y todo hace pensar que será muy difícil que no se quede. El penúltimo susto fue Brasil. Después de que un obrero metalúrgico y sindicalista del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, consiguiera la presidencia de un país tan importante cómo Brasil y después de unas políticas, que sin ser revolucionarias, sirvieron para sacar de la miseria a millones de brasileños, ahora, este mismo Lula está encarcelado y “el pueblo” ha votado a su peor enemigo: el ultraderechista Jair Bolsonaro! No ha tardado...
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    La situación que atraviesa Venezuela es dramática y sin salida aparente. La economía está fuera de control y todos los planes para orientarla en alguna dirección han fracasado. Formalmente, Venezuela es una democracia. Hay elecciones, funciona un parlamento y una asamblea constituyente, existen medios de comunicación no alineados con el gobierno y se pueden formular críticas en público. La situación de los derechos humanos no es muy diferente a la que rige en otros países de la región. Maduro fue reelegido con el 67 por ciento de los votos porque la mayor parte de la oposición decidió no acudir a...
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  • Boaventura de Sousa Santos

    Sociólogo. Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra.

    Los comienzos de año son propicios para los augurios que anuncian un tiempo nuevo, tanto en el plano individual como en el colectivo. De vez en cuando, estos augurios se traducen en actos concretos de transformación social que rompen de manera dramática con el statu quo. Entre muchos otros, destaco tres actos inaugurales que ocurrieron en 1 de enero y tuvieron un impacto trascendente en el mundo moderno. El 1 de enero de 1804, los esclavos de Haití declararon la independencia de la que en ese momento era una de las colonias más rentables de Francia, responsable de la producción...
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  • Martín Mosquera

    Licenciado en Filosofía (UBA), docente de la Universidad de Buenos Aires, integrante del comité editor de la Revista Intersecciones y militante de Democracia Socialista (Argentina)

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  • Daniel Gatti

    Periodista

    Brasil, Argentina, Perú, Paraguay, Chile y los países de América Central están viendo como empresarios 'outsiders' de la política llegan a las instituciones con programas económicos liberales que precarizan las condiciones de las clases trabajadoras. "Los brasileños tienen derechos de más y empleos de menos. La reforma laboral aprobada hace poco tiempo dio cierta tranquilidad al empleador” pero hay que profundizarla para “eliminar las trancas que padecen los inversores. Debemos entender lo difícil que resulta ser patrón en este país”. Con estas palabras, el nuevo presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, aclaró definitivamente, por si aún se necesitaba,...
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  • Valter Pomar

    Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidade Federal do ABC y dirigente del Partido dos Trabalhadores. Fue secretario de relaciones internacionales y secretario ejecutivo del Foro de São Paulo (2005-2013).

    Visto de cerca o visto desde lejos, el capitán Jair Messias Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL) tiene todos los rasgos de un cavernícola. Pero Bolsonaro recibió 57 millones de votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2018. Fernando Haddad, candidato del PT después de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil impuso un veto a la candidatura de Lula, recibió 47 millones de votos. Además, 31 millones de brasileños y de brasileñas votaron blanco, anularon el voto o no comparecieron a votar. Defensor acérrimo de los Estados Unidos y enemigo mortal del Partido de los Trabajadores,...
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  • Valerio Arcary

    Professor titular en el Instituto Federal de São Paulo, doctor en Historia (USP), miembro del "Partido Socialismo e Libertad" (PSOL). Autor de "As esquinas perigosas da história", fue miembro de la Ejecutiva Nacional del PT y presidente del PSTU.

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  • Cuando se analizan desde la izquierda los cambios que han tenido y tienen lugar en Latinoamérica a menudo se echan en falta reflexiones sobre el carácter más o menos democrático de las diferentes experiencias políticas bajo gobiernos “progresistas”, sobre el menosprecio del pluralismo por parte de algunos de sus dirigentes, las derivas autoritarias más o menos graves pero evidentes en el comportamiento de buena parte de los principales protagonistas y sobre las causas de todo ello. Esa falta de sentido autocrítico por parte de actores políticos y de la intelectualidad ‘comprometida’ se debe, seguramente, a que el grado de respeto...
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  • Aram Aharonian

    Periodista y comunicólogo uruguayo. Creador y fundador de Telesur.

    Cuando en América Latina y el Caribe retornan el neofascismo, la xenofobia, la misoginia, la homofobia, el racismo, de la mano de gobiernos de ultraderecha, las fuerzas populares (¿progresistas, de izquierda?) debaten sobre el pensamiento crítico y el fin de la antinomia izquierda-derecha, apelando a una nostalgia inmovilizadora y acrítica, mostrando la falta de unidad y también de proyectos. Con el golpe de Estado y el triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil se reavivó la discusión banal sobre el “fin de ciclo” del progresismo o el neodesarrollismo en América Latina. La llegada al gobierno no ha garantizado...
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  • Héctor de la Cueva

    Coordinador General del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS)

    Sin duda, el hecho que marca la coyuntura latinoamericana e influirá, negativamente, por un largo periodo sus escenarios es el resultado electoral en Brasil. El de México, también reciente y en sentido moderadamente opuesto, lo hará quizá con menor impacto. En todo caso, son parte de las contradicciones que estarán tensando las fuerzas económicas, sociales y políticas en el continente. El golpe en Brasil El triunfo de Bolsonaro en Brasil coloca el peor escenario posible en la tendencia regresiva que se venía dando en Sudamérica. Aunque frecuentemente se abusa del término, pues no toda derecha o régimen represivo y autoritario lo...
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  • Daniel Vila Garda

    Economista / Catedrático de Instituto / Socio fundador de Attac.

    En Latinoamérica crujen las frágiles vigas democráticas y en Brasil se oye su ruido con fuerza. Los poderes económicos, mediáticos, militares y judiciales han entrado en la política, disputando directamente la representación ciudadana. Se despliega el modelo político neoliberal de gestión directa de los intereses estratégicos del capital como con Berlusconi a partir de 1994 en Italia y, actualmente, con Donald Trump en EEUU. El fenómeno tiene muchas particularidades según el momento histórico de cada país, pero la escala de Brasil en el Hemisferio Sur hace de la elección de Jair Bolsonaro un ejemplo relevante y con potencial capacidad de...
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  • Jimena Ñáñez Ortiz

    Politóloga y profesora asociada de la Universidad Complutense de Madrid

    El 24 de noviembre de 2018 se conmemora dos años de la firma del Acuerdo de Paz definitivo para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera entre el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y el principal grupo insurgente de Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo- (FARC –EP), la guerrilla más longeva de América Latina. El acuerdo fue producto de una larga y compleja negociación entre las partes que duró aproximadamente cuatro años desde que se instaló formalmente la mesa de diálogo en La Habana (Cuba). Este proceso no...
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  • Es evidente que el nuevo presidente de Brasil surgió del golpe institucional contra Dilma. Hubo una gran manipulación electoral para impedir la victoria del PT, que terminó arrollando a los viejos partidos de la derecha. Acallaron a Lula, pero demolieron también a las formaciones conservadoras tradicionales. La llegada del inesperado capitán a la primera magistratura genera múltiples incógnitas. ¿Cómo gobernará? El ejército, la justicia y los medios de comunicación aportaron los tres cimientos del golpe, que ahora se utilizan para sostener al insólito personaje que presidirá el país. Las fuerzas armadas han capturado posiciones claves en la estructura estatal desde la militarización...
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  • Javier Segura

    Profesor de Historia

    La cuestión sobre la que Pedro Brieger nos invita reflexionar en este foro viene dictada por la restauración conservadora que parece anunciarse con el vuelco político que se ha producido en algunos países de América Latina tras una década política protagonizada por gobiernos progresistas. Yendo un poco más allá: ¿Es la involución conservadora el camino inexorable hacia el que conduce la encrucijada actual? Esta situación de “interregno” no es nueva, si se contempla la historia de América Latina en la larga duración. Remite, por una parte, a la conservación y reproducción de las viejas inercias de la era postcolonial,...
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  • Mª Eugenia García Nemocón

    Miembro del Comité para la Paz de Colombia en Madrid

    En los distintos países que conforman Abya Yala (denominación dada al continente americano por el pueblo Kuna), el extractivismo imperante ha traído consigo una serie de impactos de dimensiones económicas, sociales, políticas, ambientales, de género y culturales; pero uno de los argumentos que se esgrimen en su favor es lo que representa a nivel de las economías locales para erradicar la pobreza y para garantizar su “desarrollo”. Según las comunidades afrodescendientes, indígenas y campesinas, hay dos visiones de desarrollo: la del desarrollo para el buen vivir o desde el punto de vista comunitario, y la visión de la institucionalidad...
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  • Aprendiendo a reconocer lo que somos Bolivia es un país mayoritariamente indígena, el 62% (INE, Censo 2001) y 41% (INE, Censo 2012) de los ciudadanos que asumen ser parte de una identidad originaria lo hace a través del auto reconocimiento, lo que quiere decir que el orgullo de ser diferente y multicultural es asumido a la par de un proceso de interpelación al Estado por la histórica exclusión de la mayoría. El Estado excluyente del pasado fracasó en impulsar una ciudadanía sustentada en el hecho de la igualdad de todos los bolivianos ante las leyes, pero en el que en...
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  • Stalin Pérez Borges

    Miembro del Consejo Consultivo de la Central Bolivariana de Trabajadores y Trabajadoras (CSBT)

    El triunfo con más de 10% de ventaja del facho Bolsonaro en Brasil, le pone mayores niveles de turbulencia e impacto a la situación que ya hay en todo el continente americano y caribeño. No sólo, no es cualquier cosa que haya ganado con el 55% de los votantes, o sea, más de 57 millones votos, sino, que haya sacado esa altísima votación diciendo todas las barbaridades xenófobas, racista, antifeministas, antidemocráticas y fascistas que dijo en repetidas veces y sin cuidados de escenarios. Pero, ya antes del fenómeno Bolsorano, existían derrotas electorales en algunos otros países en donde...
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  • Cecilia Anigstein

    Socióloga argentina. Investigadora y docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS)

    El fin de las políticas progresistas en Argentina (bajo los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner) y el triunfo electoral de Mauricio Macri en diciembre de 2015 abrió un ciclo de protestas y movilización social de carácter defensivo en toda la extensión del territorio nacional, que ya acumula cuatro huelgas nacionales e involucra un amplio espectro de sectores, identidades y corrientes políticas. En numerosas oportunidades las manifestaciones han contabilizado cientos de miles de personas. Los motivos más convocantes han sido la defensa de los salarios, los puestos de trabajo, la legislación laboral y previsional, el desmantelamiento...
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  • Emir Sader

    Sociólogo y politólogo brasileño

    Latinoamérica sigue siendo el continente de más turbulencias políticas en el mundo, porque es el escenario de las peleas más abiertas entre el neoliberalismo y el antineoliberalismo. Porque fue el único continente donde surgieron gobiernos antineoliberales, gobiernos de gran éxito, que han disminuido significativamente las desigualdades en el continente más desigual del mundo, mientras el neoliberalismo ampliaba las desigualdades en otras regiones del mundo. Porque fue el continente donde han surgido los principales líderes de la izquierda en el siglo XXI, entre ellos Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales y Rafael Correa. Porque es la...
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  • Tarso Genro

    Ha sido alcalde de Porto Alegre y Gobernador del Estado de Rio Grande del Sur. Durante el gobierno Lula desempeñó el cargo de Ministro de Educación, Relaciones Institucionales y Ministro de Justicia de Brasil.

    En abril de 2006 escribí un artículo para la revista Italianieuropei-bimestrale del reformismo italiano, denominado La questione democratica, una questione per la sinistra. En él discurrí sobre el “frondoso árbol de la democracia” y sostuve que esta estaba siendo corroída por dentro. Hoy, sin embargo, esta dañada por fuera y por dentro, dado que "sus raíces están abaladas (...) por poderes ajenos a las instituciones más importantes, que emergen a su sombra. En una época de más guerras de conquista, híper-manipulación de la información en la esfera pública formando masas pasivas de ciudadanos como 'espectadores' de opiniones, casi siempre...
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  • Verónica Grondona

    Economista, asesora del Gue/Ngl en el Parlamento Europeo en relación con la comisión especial TAX3.

    La utilización de casos de corrupción para deponer y evitar que gobiernen los partidos y presidentes progresistas en América Latina tiene larga data y en Argentina comienza con el golpe a Hipólito Yrigoyen el 6 de setiembre de 1930, quien fue depuesto bajo argumentos de corrupción que lo involucraban. Cabe observar, que Yrigoyen murió pobre y con el tiempo se comprobó que las acusaciones habían sido infundados. Más allá de que puedan existir casos reales de corrupción, hoy su impacto mediático multiplica varias veces su peso real en la sociedad y en la economía. Particularmente, los casos de corrupción pública,...
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  • Eduardo Lucita

    Integrante del colectivo EDI –Economistas de Izquierda.

    Ya en el 2013 comenzó un intercambio de opiniones entre analistas e intelectuales comprometidos con los procesos progresistas acerca de si era posible una reversión de los mismos. Estos debates se incrementaron desde el 2016 y se pasó a discutir si estábamos frente a un fin de de ciclo. Ahora lo que se discute es el avance de las derechas y el cambio de clima político. Sin dudas hay una involución en la región, es la respuesta a la pregunta que nos hace el Espacio-Público.com para iniciar el intercambio. 1. América latina ha sido la región donde mayores resistencias se...
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  • Cyntia Sena

    Periodista. Estudiante de máster.

    El artículo de Pedro Brieger, Involución en América Latina, me hizo pensar en un caso que encuentro muy familiar. Mi país, Uruguay. Esta pequeña república, de casi tres millones y medio de habitantes, destaca en una región donde la democracia está amenazada por un nacionalismo exacerbado, corrupción política y conservadurismo. En 2016 The Economist colocó a Uruguay entre las veinte “democracias plenas” en su índice de democracia mundial, siendo el único país de Latinoamérica en ocupar los primeros lugares. Dentro del auge de la derecha en el continente, con la victoria de Mauricio Macri en Argentina, Sebastián Piñera en Chile...
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  • Adolfo Aguirre

    Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA. Dirigente de Unidad Popular. Coordinador del Foro por la Niñez.

    En América Latina asistimos hoy a un retorno voraz del capitalismo salvaje y extractivista. Gobierno neoliberales se han vuelto a instalar en la región buscando desmontar los Estados para quitar derechos y excluir a las mayorías. El mundo de hoy está dominado por una mirada desde el norte y cimentada en el consenso neoliberal. Los escenarios que se plantean para el futuro de los trabajadores van en dos niveles: menos puestos de trabajo por el avance tecnológico sin la necesaria reconversión y mayor flexibilidad debido a los cambios en los regímenes de trabajo. La urgencia desde las organizaciones sindicales es...
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  • Christian Pabel Muñoz Lopez

    Asambleísta ecuatoriano. Sociólogo. Presidente de la Comisión del Régimen económico y tributario de la Asamblea Nacional del Ecuador. Presidente del Grupo Parlamentario por la erradicación de la pobreza y el cumplimiento de los ODS.

    El Ecuador es una clara muestra de los retrocesos que se viven y experimentan en América Latina y de la “restauración conservadora” que lideran, desde hace algunos años, las derechas del Continente. Varias son las formas en las que podemos describir los retrocesos en la Región, desde vergonzosas candidaturas fascistoides con ganas de ponerse “las botas” para gobernar, hasta la persecución mediática, política y judicial instaurada contra líderes, lideresas y figuras políticas progresistas. Para describir el caso ecuatoriano me centraré solamente en tres hechos: (1) el regreso de la economía neoliberal; (2) la instalación de un “Estado de revancha”,...
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  • Roberto Montoya

    Periodista y escritor

    La ponencia de Pedro Brieger es un buen punto de partida para debatir sobre lo que en el título de este Espacio Público se pregunta: ¿Involución en América Latina? Sí, involución sin duda. Pero para analizar desde una perspectiva crítica y autocrítica esa involución hace falta evitar esa simplificación que abunda en la izquierda 'campista', que nos muestra la batalla de dos bloques supuestamente homogéneos, el de gobiernos progresistas puros y de nobles ideales por un lado y el de los gobiernos neoliberales desalmados, autoritarios y corruptos por el otro. La realidad es mucho más compleja. La pregunta del título de...
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  • Sebastián Valdomir

    Sociólogo y político

    Faltando diez días para la segunda vuelta de las elecciones en Brasil, se divulgaron algunos detalles de la estrategia y funcionamiento de los grupos de mensajería digital de la campaña de Jair Bolsonaro. El tema ya venía siendo ubicado como pieza relevante de la campaña de Bolsonaro por algunos analistas políticos y de comunicación en medios escritos, pero sin mayores repercusiones. Este miércoles el New York Times publicó una columna en la cual se revelaron detalles del funcionamiento de la divulgación másiva de contenidos falsos por grupos de mensajería y el jueves finalmente la Folha de Sao Paulo le...
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  • Manuel de la Iglesia

    Doctor en Ciencias Económicas por la UCM

    El artículo de Pedro Brieger: “América Latina en disputa”, además de ser de gran actualidad, deja poco espacio para el desacuerdo al describir hechos contrastables y al formular preguntas, más que aventurar respuestas. La fundamental, la última, con la que acaba el texto: “¿Cómo se resolverá la disputa entre las dos corrientes, la conservadora y la progresista, en la región latinoamericana?” Antes de realizar algunos comentarios que buscan complementar el contenido del artículo de Brieger, me permito señalar la discrepancia que tengo con la afirmación de que América Latina es la única región donde se cuestionan las políticas neoliberales impuestas...
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  • La coyuntura o la situación en curso en América Latina, dominada por el fenomenal avance de la derecha, legitimada por los votos, tiene hoy (semana del 15 de octubre de 2018) su punto más álgido en Brasil, donde el próximo domingo 28 se dirimirá la elección de presidente y vice del país. De esto trata la presente nota, cuyo objetivo es plantear algunas hipótesis explicativas que necesitan ser validadas (o refutadas) mediante investigaciones rigurosas, sin pretensión de ser la única explicación posible. El punto de partida es el enunciado de cinco premisas necesarias para cualquier análisis de coyuntura, y de...
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  • Juarez Guimarães

    Profesor de Ciencia Política de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil)

    Quién defina la agenda en esta segunda vuelta, insertándola en una narrativa coherente, probablemente saldrá victorioso. El gran desafío de la campaña de Haddad/Manuela es construir esta agenda, potencialmente mayoritaria, y presentarse como quien, representando la herencia y el sueño de Lula, es capaz de vencer al gran enemigo de los derechos del pueblo brasileño que es Bolsonaro A Otávio Dulci, compañero siempre “Ahora es fácil”, dice el panfleto: una foto de Bolsonaro y otra de Haddad. “Escoja entre el policía y el bandido”. Parece simplista, pero no lo es. Hay una narrativa, una agenda y un personaje. Hasta llegar a esta...
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