América Latina: Cómo llegamos hasta aquí

  • Adolfo Aguirre

    Adolfo Aguirre

    Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA. Dirigente de Unidad Popular. Coordinador del Foro por la Niñez.

29.10.2018

Debate principal: ¿Involución en América Latina?

En América Latina asistimos hoy a un retorno voraz del capitalismo salvaje y extractivista. Gobierno neoliberales se han vuelto a instalar en la región buscando desmontar los Estados para quitar derechos y excluir a las mayorías.

El mundo de hoy está dominado por una mirada desde el norte y cimentada en el consenso neoliberal. Los escenarios que se plantean para el futuro de los trabajadores van en dos niveles: menos puestos de trabajo por el avance tecnológico sin la necesaria reconversión y mayor flexibilidad debido a los cambios en los regímenes de trabajo. La urgencia desde las organizaciones sindicales es debatir qué tipo de sociedad del trabajo queremos. Porque los trabajadores sabemos que esta sociedad injusta, dominada por el capital transnacional especulativo nos hará más pobres y nos arrebatará más derechos.

La especulación financiera se está imponiendo de manera grotesca sobre el desarrollo productivo. El neoliberalismo, encarnado en los acuerdos de libre comercio y vehiculizado por los nuevos gobiernos de derecha en la región, pretende privatizar los servicios públicos, achicar el Estado a su mínima expresión y reformar el sistema previsional y laboral. Este movimiento, con todo, es mundial, y por lo tanto las luchas populares deben ser internacionalistas.

En este contexto surge las preguntas sobre cómo, cuándo y por qué se produjo el debilitamiento y caída de las opciones de gobierno calificadas como progresistas en nuestra región. Pregunta por demás compleja y abierta a múltiples interpretaciones, entre las que se pueden desarrollar algunas en forma preliminar y siempre acotada. Veamos.

Existe un amplio consenso respecto a que, con algunos matices en todo caso, desde el inicio del milenio y hasta hace apenas dos o tres años, América Latina protagonizó un ascenso de fuerzas políticas y coaliciones gobernantes que asumieron un rumbo progresista y de ampliación de derechos para las mayorías. Con sus bemoles y de acuerdo a la historia de cada país -factor por demás determinante en el caso por ejemplo de Brasil-, estas fuerzas progresistas o de izquierda obtuvieron y conservaron por un ciclo de aproximadamente diez años un consenso popular.

Pero a menudo la nostalgia de los tiempos pasados y mejores puede nublar un poco el análisis: la mayoría de estos gobiernos progresistas que ascendieron en la región recurrieron a amplias coaliciones de etiquetas partidarias heterogéneas o al menos no pudieron valerse exclusivamente de su propia base partidaria para llegar y mantenerse en el poder. Esto produjo fuertes limitaciones al margen de acción y programa político que intentaron impulsar, sin obstar ello su relevancia histórica en las conquistas de derechos para grandes mayorías.

Si queremos pensar en las causas del retroceso en el apoyo social a estas fuerzas, debemos tener en cuenta un conjunto de variables: la primera de ellas consiste en apelar al realismo político y decir que cualquier partido en el gobierno y cualquier movimiento de masas en el poder que se rija o al menos se encauce dentro de los canales democráticos e institucionales no podrá sostenerse eternamente. El uso y administración del poder político lleva consigo inevitablemente un desgaste. Pero a este desgaste, que podríamos llamar natural, se añade un embate desde los sectores oligárquicos opositores. Frente a ello, las distintas expresiones de gobiernos progresistas en la región escogieron sus alternativas. Algunos optaron por moderar su programa político y económico y convivir con los poderes enquistados en sus sociedades, mientras que otros apostaron por la profundización a veces ciega y solitaria de sus consignas más altisonantes. Cada opción tuvo sus costos y algunos de ellos están claramente frente a nuestros ojos.

En segunda instancia, otro elemento a considerar para analizar el desgaste de las fuerzas progresistas en la última década es la forma en que la ampliación de derechos y el acceso a mejoras económicas en virtud de políticas de incremento del consumo interno no implicaban necesariamente un grado equivalente de compromiso ideológico hacia el gobierno. En otras palabras, las mejoras materiales no generan linealmente fidelidad política. Por el contrario, el voto muchas veces está guiado por las expectativas futuras o por imaginarios más generales, y esto permite explicar por qué el discurso de algunos gobiernos progresistas de la región, enfocados en subrayar la mejora económica de los sectores populares, no logró ser eficiente en batallas electorales decisivas, como muestra por ejemplo el caso argentino en 2015. Es decir, las grandes mayorías que fueron beneficiadas con mejoras socioeconómicas producto de políticas públicas inclusivas no adquirieron conciencia del rol clave del Estado y de las fuerzas políticas que los condujeron a esta mejora.

Más aún, en muchos casos tales mejoras fueron acompañadas en el plano ideológico por una asociación de la idea de inclusión a la capacidad de incrementar los niveles de consumo de los sectores populares, como si el objetivo de dichas políticas fuese igualar los patrones de consumo de estos sectores a los de las clases acomodadas, sin ver que ello resultaba materialmente imposible sin una previa transformación de la estructura económica de nuestros países. Esta idea de inclusión por el consumo fue posible durante el ciclo alcista de los precios de las materias primas que exporta gran parte de los países de la región. Sin embargo, una vez agotado este proceso, la imposibilidad de seguir promoviendo niveles crecientes de consumo por parte de los sectores populares mutó en cuestionamientos hacia los gobiernos progresistas, que a su vez enfrentaban obstáculos estructurales cada vez más importantes.

La pelea por transformar el sentido y las conciencias de las grandes mayorías fue relegada en algunos casos a un segundo plano por las fuerzas políticas progresistas, o bien en otros casos la batalla se disputó con magros resultados. Este derrotero se conjuga y está íntimamente emparentado con lo que sucedió luego en las contiendas electorales en la mayor parte de nuestra región: los más vulnerables optaron por fuerzas políticas que pregonan valores antidemocráticos, conservadores y hasta fascistas y una vez producido el cambio de gobierno, aún cuando en la dimensión socioeconómica han perdido derechos y poder adquisitivo, mayorías de votantes relegan estos factores a un segundo plano y sostienen estas opciones políticas regresivas porque se identifican con alguno de sus lineamientos ideológicos.

Antes de perder las contiendas electorales, las fuerzas progresistas en América Latina perdieron la disputa por el sentido. En este punto es fundamental mirar la relación entre estos gobiernos y los grandes conglomerados de medios de comunicación, así como la situación y postura del poder judicial frente al Ejecutivo. Medios y Poder Judicial cerraron filas para oponerse al discurso y valores democráticos de las fuerzas progresistas porque estas no pudieron o no quisieron avanzar en las reformas profundas necesarias para democratizar el poder que estos detentaban.

A diferencia de las situaciones de Bolivia, Colombia y Venezuela que plantearon la alternativa de ganar las elecciones para luego asumir el poder, y refundar el país mediante una asamblea constituyente, otros gobiernos progresistas en nuestra región optaron por un sistema de convivencia pacífica con los poderes fácticos de sus países. Eso a la larga demostró ser un error estratégico porque puso límites al margen de acción de los gobiernos e incluso derivó en sucesos como los golpes parlamentarios en el caso de Honduras en 2009, Paraguay en 2012 y Brasil en 2016, donde la elite de uno de los poderes del Estado acudió a recursos ilegales o ilegítimos para desmontar procesos de cambio y ampliación de derechos.

Medios masivos de comunicación y poder judicial fueron el trampolín que abrió las puertas a nuevas opciones políticas regresivas y conservadoras, pero en cierta medida tampoco pudieron discriminar que tan regresivas y/o conservadoras fueron esas figuras a las que abrieron la puerta. Ejemplo de ello es Bolsonaro, que más allá de proponer el regreso a un modelo económico neoliberal, encarna un cuestionamiento del propio Estado de Derecho y de los valores democráticos fundamentales cuando predica el odio, la violencia y la intolerancia hacia las minorías. Hoy en Brasil asistimos a la salida de las fuerzas de derecha y centro-derecha del mapa político: aparece una fuerza regresiva que es fascista y no solamente posee núcleos liberales, recordando los peores regímenes fascistas.

Otro ejemplo que ilustra la importancia de iniciativas políticas de cambio y debate profundo como son la Asamblea Constituyente lo brinda la situación vivida en Colombia en 1991. Esta Asamblea permitió introducir reformas progresistas y fue un freno a la perpetuidad de Álvaro Uribe en el poder, que intentó de diversas maneras introducir la reelección indefinida y por eso no pudo volver a ser candidato a presidente. En esta línea de pensamiento se inserta la propuesta que llevó adelante nuestra CTA para establecer una Constituyente Social que discutiera en diferentes lugares del país, a través de asambleas abiertas, las demandas fundamentales de nuestro pueblo y que pudieran plasmarse en cambios constitucionales concretos.

El caso argentino

El capítulo argentino es una muestra de lo que sucedió en toda la región. El proceso de ampliación de derechos e inclusión económica fue impulsado como respuesta al fracaso de las políticas neoliberales de los años ’90 y ya en los primeros años de este siglo contó con un contexto internacional muy favorable. En dicho marco se incluyeron intentos de reformar el Poder Judicial y debilitar el papel protagónico de los medios masivos de comunicación. Sin embargo, estas reformas fueron tardías y no alcanzaron a ser implementadas, a tal punto que fueron rápidamente desestimadas o desmontadas a posteriori por la falta de solidez institucional que concitaron. Por solo citar un ejemplo, la Ley de Medios en Argentina, orientada a la democratización del acceso y la producción de contenidos audiovisuales, fue derogada por un decreto del presidente Macri a pocos meses de asumir. Y si bien está ley, más allá de las críticas que puedan hacérsele, gozaba de un amplio consenso social y había sido discutida con amplias porciones de la sociedad civil, ello no impidió que fuera abatida rápidamente.

Desde la perspectiva sindical, hemos tenido una mirada crítica sobre el proceso que encabezaron Néstor y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina durante doce años de gobierno. Hemos visto abrirse algunas oportunidades de participación y visibilización de la sociedad civil en el desarrollo de la integración regional a nivel por ejemplo del fortalecimiento del MERCOSUR y la creación de la UNASUR. También fuimos protagonistas de la lucha contra la creación del ALCA en el año 2005 en Mar del Plata. Pero nuestra visión y experiencia permitió evidenciar un alcance limitado de la participación de los sindicatos como interlocutores habilitados para debatir y construir política junto a las fuerzas gobernantes. Muchas veces los espacios de participación abiertos fueron más bien testimoniales, y en los hechos la disidencia fue percibida desde el gobierno como una amenaza a acallar, más que como una diferencia a conciliar y debatir.

Tal como sucedió en otros países hermanos de la región, el proceso de transformación de los gobiernos progresistas o posneoliberales fue más retórico que sustancial en la medida en que no buscó alterar la matriz productiva ni fiscal del país, caracterizada por la extranjerización de la economía en manos de grandes empresas transnacionales dedicadas al comercio de commodities, favoreciendo un círculo vicioso que impide avanzar desde la economía basada en bienes primarios hacia el desarrollo industrial soberano. En términos fiscales tampoco se alteró la estructura profundamente regresiva de impuestos que recaen sobre los trabajadores y trabajadoras, los más vulnerables. Mientras tanto, las multinacionales mineras, las corporaciones dedicadas a la agroindustria y el capital financiero especulativo continuaron sus prácticas de elusión y evasión fiscal para saquear nuestros bienes comunes y riquezas.
La falta de cambios profundos a nivel económico, pero también político y de sentido simplificó la tarea para el ascenso de fuerzas políticas regresivas en los años posteriores. Nuestra lucha por el desarrollo soberano basado en una matriz productiva y fiscal sustentable en términos de preservación ambiental y de derechos humanos se mantiene, pero a ella se añade también la pelea en la dimensión política contra el recorte y quita de derechos, la persecución y criminalización de la protesta social y la garantía de derechos democráticos sustanciales.

Mientras tanto los poderes fácticos en articulación con los grandes medios masivos de comunicación y sectores muy importantes del Poder Judicial siguen sin rendir cuentas ante la ciudadanía y conservan su control sobre la estructura productiva de nuestros países y sobre el papel performativo sobre los imaginarios sociales. Esto es un profundo déficit para la democracia y el debate público, y constituye una amenaza a futuro para cualquier propuesta de transformación social.

Sudamérica gira la derecha, pero en Brasil asoma el fascismo

A los giros conservadores en la Argentina, Chile, Paraguay, Perú y Colombia, se suma el triunfo en primera vuelta en las elecciones de Brasil del ultraderechista Jair Bolsonaro. Este nuevo fenómeno de un candidato racista, sexista, misógino y defensor de las dictaduras militares obtuvo 49 millones de votos.

Bolsonaro lleva como estandarte un discurso de odio en dos sentidos:

1) Odio contra el distinto, el otro, el diferente. Amenaza a los movimientos sindicales y sociales, anuncia que prohibirá su activismo si llega a Presidente y que quitará los derechos sociales adquiridos en una lucha de décadas. A esto se suma ataque a indígenas, negros, mujeres y se complementa con la gravísima apología al Terrorismo de Estado y la tortura, un pasado nefasto para los latinoamericanos, que choca contra nuestro estandarte encarnado en la frase “Nunca Más Dictadura”.

2) Un programa ultraliberal inspirado en el plan económico de la Escuela de Chicago que se implementó durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile y que aún hoy la democracia en ese país no pudo desmontar. El plan consiste en convertir al Estado en un ente jibarizado y mendigo. Un mero títere del capital financiero y transnacional que se apoderará de los recursos naturales en un esquema basado en la privatización de todo lo estatal.

Es por eso que los presidentes Mauricio Macri, Sebastián Piñera e Iván Duque enviaron señales de aliento a Bolsonaro y su elección en primera vuelta. No olvidemos que el capital especulativo, el cual no produce riquezas para el pueblo sino para unos pocos, genera a nivel mundial una tasa de ganancia anual promedio del 9%. En tanto que el capital productivo, generador de empleos, infraestructura, bienes y servicios, tiene un promedio del 2,5%, según cifras del propio Banco Mundial.

¿Qué papel tiene el sindicalismo hoy?

El movimiento sindical está en la mira de estos gobiernos conservadores y sus socios transnacionales que vienen a nuestros países a apropiarse y extraer nuestras riquezas sin dejar nada a cambio. Los trabajadores generamos las riquezas y nos dejan las migajas. Amenazan nuestra soberanía y derechos fundamentales.

El mundo de hoy nos exige como trabajadores conformar un bloque de acción e intervención en la arena internacional. Romper la dependencia sobre los centros de poder, generar alianzas entre quienes tenemos realidades similares, e intervenir de manera contundente en las decisiones que marcan el ritmo de las luchas laborales de los trabajadores de la humanidad.

El desafío ante la tercera ola neoliberal es luchar contra las desigualdades que el modelo impone, una lucha que no puede agotarse en el impulso de alternativas político electorales, sino que debe ir más allá al punto de proponer una forma de organización social superadora de la actual. Ello incluye encontrar respuestas de conjunto que permitan cuestionar la hiperconcentración de la riqueza que hay en el mundo y los avances tecnológicos que relegan a los países periféricos ensanchando las desigualdades: pleno empleo con reducción de la jornada laboral sin traumatismo, es decir sin quita salarial. Abordar la Cuarta Revolución Industrial, también llamada Industria 4.0, sin perder derechos ni empleos, sin que los jóvenes y las mujeres sigan siendo la moneda de ajuste.

El capitalismo especulativo nos ofrece un mundo de felicidad y confort para el 1%, pero el 99% restante exigimos un mundo real. Es un crimen que una madre o padre no puedan dar de comer o llevar a su hijo a la escuela o a un hospital; es un crimen que hombres y mujeres no tengan empleo digno, que cuenten centavo a centavo para llegar a fin de mes. La especulación financiera es un delito que el sistema avala para excluir mediante el odio a la mayoría de la humanidad como si fuera población sobrante. Los desafíos nos convocan. La lucha es por la vida contra la muerte.

A nivel de las conciencias, podemos bien decir que en muchos casos, como sucedió con Argentina, Brasil y Uruguay, los gobiernos progresistas que alcanzaron el poder en el nuevo milenio resignaron entablar una disputa directa contra poderes fácticos enquistados como son las grandes corporaciones cartelizadas y concentradas, y por el contrario establecieron una convivencia pacífica con ellas Pero el panorama actual en Brasil nos ha mostrado las graves consecuencias que esta posición puede traer a la larga. Por eso es necesario que los movimientos sociales progresistas en la región, partidos políticos, sindicatos combativos y fuerzas populares mancomunen sus esfuerzos en una ofensiva internacionalista, tan transnacional como el capital financiero y especulativo aliado con fuerzas políticas regresivas que nos somete a diario. Es la única manera de enfrentar este ataque a los derechos sociales y construir alternativas autocríticas que permitan a la vez extraer enseñanzas de los aciertos y los errores cometidos en el pasado en la preservación del poder político y social construido.

* Secretario de Relaciones Internacionales de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A).

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Roberto Vazquez

    Analista político

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  • Augusto Zamora

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    La situación provocada por el gobierno de EEUU en Venezuela nos ha devuelto, de golpe, a la primera mitad del siglo XX. La posición de EEUU ha sido respaldada, de forma poco responsable, por varios países de la Unión Europea, entre ellos España, que han presentado un ultimátum de ocho días al gobierno venezolano (país soberano e independiente, según el Derecho Internacional) para que convoque elecciones, so pena de que reconozcan como presidente de Venezuela a un sujeto que se auto-proclamó a sí mismo presidente, sin haber sido electo por nadie ni designado por ningún órgano legal. El reconocimiento de...
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  • José Natanson

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    ¿Qué es Venezuela? ¿Una democracia? ¿Una dictadura? Hasta diciembre de 2017 Venezuela arrastraba una serie de déficits institucionales y republicanos gigantescos. Sin embargo, seguía celebrando elecciones razonablemente libres y competitivas, en las que el gobierno no se privaba de inclinar la cancha mediante la descarada utilización de todos los recursos estatales a su alcance pero en las que existía presencia real de la oposición y cuyos resultados eran verificados por instituciones como el Centro Carter y las Naciones Unidas. Si la democracia puede definirse como un tipo de régimen en el que no sólo hay elecciones sino que además no...
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  • Marcos Roitman Rosenmann

    Professor titular de sociología de la Universidad Complutense de Madrid

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  • Trump, Le Pen, Bolsonaro…VOX. El fantasma del fascismo ha entrado a la escena política internacional y todo hace pensar que será muy difícil que no se quede. El penúltimo susto fue Brasil. Después de que un obrero metalúrgico y sindicalista del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, consiguiera la presidencia de un país tan importante cómo Brasil y después de unas políticas, que sin ser revolucionarias, sirvieron para sacar de la miseria a millones de brasileños, ahora, este mismo Lula está encarcelado y “el pueblo” ha votado a su peor enemigo: el ultraderechista Jair Bolsonaro! No ha tardado...
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  • Raúl Zibechi

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  • Boaventura de Sousa Santos

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  • Martín Mosquera

    Licenciado en Filosofía (UBA), docente de la Universidad de Buenos Aires, integrante del comité editor de la Revista Intersecciones y militante de Democracia Socialista (Argentina)

    Es habitual recordar la clásica frase de Walter Benjamin: "cada ascenso del fascismo da testimonio de una revolución fallida". Si no la tomamos de forma estrictamente literal, esta línea encierra un concepto útil para pensar las dinámicas políticas que alimentan el crecimiento de la extrema derecha como salida al descontento popular. Slavok Zizek, siguiendo la máxima benjaminiana, analizó recientemente la consolidación de uno de los fenómenos autoritarios contemporáneos: el fundamentalismo yihadista en el mundo árabe. “Su ascenso – dice Zizek - es el fracaso de la izquierda, pero simultáneamente una prueba de que había un potencial revolucionario, una insatisfacción que...
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  • Daniel Gatti

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  • Valter Pomar

    Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidade Federal do ABC y dirigente del Partido dos Trabalhadores. Fue secretario de relaciones internacionales y secretario ejecutivo del Foro de São Paulo (2005-2013).

    Visto de cerca o visto desde lejos, el capitán Jair Messias Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL) tiene todos los rasgos de un cavernícola. Pero Bolsonaro recibió 57 millones de votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2018. Fernando Haddad, candidato del PT después de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil impuso un veto a la candidatura de Lula, recibió 47 millones de votos. Además, 31 millones de brasileños y de brasileñas votaron blanco, anularon el voto o no comparecieron a votar. Defensor acérrimo de los Estados Unidos y enemigo mortal del Partido de los Trabajadores,...
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  • Valerio Arcary

    Professor titular en el Instituto Federal de São Paulo, doctor en Historia (USP), miembro del "Partido Socialismo e Libertad" (PSOL). Autor de "As esquinas perigosas da história", fue miembro de la Ejecutiva Nacional del PT y presidente del PSTU.

    El análisis del breve proceso electoral de 2018 no es suficiente como ejercicio de explicación de la victoria de Bolsonaro. Porque si la lucha electoral fue un momento fundamental, la comprensión de la derrota política más seria que la izquierda brasileña haya sufrido desde el final de la dictadura militar remite, necesariamente, a una interpretación de la situación abierta desde 2015/16. Sin la percepción de la dinámica regresiva de los últimos tres años es imposible comprender la derrota electoral. Dinámica que pasa por la decisión del gobierno Dilma Rousseff de rendirse a la presión de los capitalistas y nombrar a...
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  • Cuando se analizan desde la izquierda los cambios que han tenido y tienen lugar en Latinoamérica a menudo se echan en falta reflexiones sobre el carácter más o menos democrático de las diferentes experiencias políticas bajo gobiernos “progresistas”, sobre el menosprecio del pluralismo por parte de algunos de sus dirigentes, las derivas autoritarias más o menos graves pero evidentes en el comportamiento de buena parte de los principales protagonistas y sobre las causas de todo ello. Esa falta de sentido autocrítico por parte de actores políticos y de la intelectualidad ‘comprometida’ se debe, seguramente, a que el grado de respeto...
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  • Aram Aharonian

    Periodista y comunicólogo uruguayo. Creador y fundador de Telesur.

    Cuando en América Latina y el Caribe retornan el neofascismo, la xenofobia, la misoginia, la homofobia, el racismo, de la mano de gobiernos de ultraderecha, las fuerzas populares (¿progresistas, de izquierda?) debaten sobre el pensamiento crítico y el fin de la antinomia izquierda-derecha, apelando a una nostalgia inmovilizadora y acrítica, mostrando la falta de unidad y también de proyectos. Con el golpe de Estado y el triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil se reavivó la discusión banal sobre el “fin de ciclo” del progresismo o el neodesarrollismo en América Latina. La llegada al gobierno no ha garantizado...
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  • Héctor de la Cueva

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  • Daniel Vila Garda

    Economista / Catedrático de Instituto / Socio fundador de Attac.

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  • Jimena Ñáñez Ortiz

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    El 24 de noviembre de 2018 se conmemora dos años de la firma del Acuerdo de Paz definitivo para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera entre el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y el principal grupo insurgente de Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo- (FARC –EP), la guerrilla más longeva de América Latina. El acuerdo fue producto de una larga y compleja negociación entre las partes que duró aproximadamente cuatro años desde que se instaló formalmente la mesa de diálogo en La Habana (Cuba). Este proceso no...
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  • Es evidente que el nuevo presidente de Brasil surgió del golpe institucional contra Dilma. Hubo una gran manipulación electoral para impedir la victoria del PT, que terminó arrollando a los viejos partidos de la derecha. Acallaron a Lula, pero demolieron también a las formaciones conservadoras tradicionales. La llegada del inesperado capitán a la primera magistratura genera múltiples incógnitas. ¿Cómo gobernará? El ejército, la justicia y los medios de comunicación aportaron los tres cimientos del golpe, que ahora se utilizan para sostener al insólito personaje que presidirá el país. Las fuerzas armadas han capturado posiciones claves en la estructura estatal desde la militarización...
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  • Javier Segura

    Profesor de Historia

    La cuestión sobre la que Pedro Brieger nos invita reflexionar en este foro viene dictada por la restauración conservadora que parece anunciarse con el vuelco político que se ha producido en algunos países de América Latina tras una década política protagonizada por gobiernos progresistas. Yendo un poco más allá: ¿Es la involución conservadora el camino inexorable hacia el que conduce la encrucijada actual? Esta situación de “interregno” no es nueva, si se contempla la historia de América Latina en la larga duración. Remite, por una parte, a la conservación y reproducción de las viejas inercias de la era postcolonial,...
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  • Mª Eugenia García Nemocón

    Miembro del Comité para la Paz de Colombia en Madrid

    En los distintos países que conforman Abya Yala (denominación dada al continente americano por el pueblo Kuna), el extractivismo imperante ha traído consigo una serie de impactos de dimensiones económicas, sociales, políticas, ambientales, de género y culturales; pero uno de los argumentos que se esgrimen en su favor es lo que representa a nivel de las economías locales para erradicar la pobreza y para garantizar su “desarrollo”. Según las comunidades afrodescendientes, indígenas y campesinas, hay dos visiones de desarrollo: la del desarrollo para el buen vivir o desde el punto de vista comunitario, y la visión de la institucionalidad...
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  • Aprendiendo a reconocer lo que somos Bolivia es un país mayoritariamente indígena, el 62% (INE, Censo 2001) y 41% (INE, Censo 2012) de los ciudadanos que asumen ser parte de una identidad originaria lo hace a través del auto reconocimiento, lo que quiere decir que el orgullo de ser diferente y multicultural es asumido a la par de un proceso de interpelación al Estado por la histórica exclusión de la mayoría. El Estado excluyente del pasado fracasó en impulsar una ciudadanía sustentada en el hecho de la igualdad de todos los bolivianos ante las leyes, pero en el que en...
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  • Stalin Pérez Borges

    Miembro del Consejo Consultivo de la Central Bolivariana de Trabajadores y Trabajadoras (CSBT)

    El triunfo con más de 10% de ventaja del facho Bolsonaro en Brasil, le pone mayores niveles de turbulencia e impacto a la situación que ya hay en todo el continente americano y caribeño. No sólo, no es cualquier cosa que haya ganado con el 55% de los votantes, o sea, más de 57 millones votos, sino, que haya sacado esa altísima votación diciendo todas las barbaridades xenófobas, racista, antifeministas, antidemocráticas y fascistas que dijo en repetidas veces y sin cuidados de escenarios. Pero, ya antes del fenómeno Bolsorano, existían derrotas electorales en algunos otros países en donde...
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  • Cecilia Anigstein

    Socióloga argentina. Investigadora y docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS)

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  • Emir Sader

    Sociólogo y politólogo brasileño

    Latinoamérica sigue siendo el continente de más turbulencias políticas en el mundo, porque es el escenario de las peleas más abiertas entre el neoliberalismo y el antineoliberalismo. Porque fue el único continente donde surgieron gobiernos antineoliberales, gobiernos de gran éxito, que han disminuido significativamente las desigualdades en el continente más desigual del mundo, mientras el neoliberalismo ampliaba las desigualdades en otras regiones del mundo. Porque fue el continente donde han surgido los principales líderes de la izquierda en el siglo XXI, entre ellos Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales y Rafael Correa. Porque es la...
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  • Tarso Genro

    Ha sido alcalde de Porto Alegre y Gobernador del Estado de Rio Grande del Sur. Durante el gobierno Lula desempeñó el cargo de Ministro de Educación, Relaciones Institucionales y Ministro de Justicia de Brasil.

    En abril de 2006 escribí un artículo para la revista Italianieuropei-bimestrale del reformismo italiano, denominado La questione democratica, una questione per la sinistra. En él discurrí sobre el “frondoso árbol de la democracia” y sostuve que esta estaba siendo corroída por dentro. Hoy, sin embargo, esta dañada por fuera y por dentro, dado que "sus raíces están abaladas (...) por poderes ajenos a las instituciones más importantes, que emergen a su sombra. En una época de más guerras de conquista, híper-manipulación de la información en la esfera pública formando masas pasivas de ciudadanos como 'espectadores' de opiniones, casi siempre...
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  • Verónica Grondona

    Economista, asesora del Gue/Ngl en el Parlamento Europeo en relación con la comisión especial TAX3.

    La utilización de casos de corrupción para deponer y evitar que gobiernen los partidos y presidentes progresistas en América Latina tiene larga data y en Argentina comienza con el golpe a Hipólito Yrigoyen el 6 de setiembre de 1930, quien fue depuesto bajo argumentos de corrupción que lo involucraban. Cabe observar, que Yrigoyen murió pobre y con el tiempo se comprobó que las acusaciones habían sido infundados. Más allá de que puedan existir casos reales de corrupción, hoy su impacto mediático multiplica varias veces su peso real en la sociedad y en la economía. Particularmente, los casos de corrupción pública,...
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  • Eduardo Lucita

    Integrante del colectivo EDI –Economistas de Izquierda.

    Ya en el 2013 comenzó un intercambio de opiniones entre analistas e intelectuales comprometidos con los procesos progresistas acerca de si era posible una reversión de los mismos. Estos debates se incrementaron desde el 2016 y se pasó a discutir si estábamos frente a un fin de de ciclo. Ahora lo que se discute es el avance de las derechas y el cambio de clima político. Sin dudas hay una involución en la región, es la respuesta a la pregunta que nos hace el Espacio-Público.com para iniciar el intercambio. 1. América latina ha sido la región donde mayores resistencias se...
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  • Cyntia Sena

    Periodista. Estudiante de máster.

    El artículo de Pedro Brieger, Involución en América Latina, me hizo pensar en un caso que encuentro muy familiar. Mi país, Uruguay. Esta pequeña república, de casi tres millones y medio de habitantes, destaca en una región donde la democracia está amenazada por un nacionalismo exacerbado, corrupción política y conservadurismo. En 2016 The Economist colocó a Uruguay entre las veinte “democracias plenas” en su índice de democracia mundial, siendo el único país de Latinoamérica en ocupar los primeros lugares. Dentro del auge de la derecha en el continente, con la victoria de Mauricio Macri en Argentina, Sebastián Piñera en Chile...
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  • Adolfo Aguirre

    Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA. Dirigente de Unidad Popular. Coordinador del Foro por la Niñez.

    En América Latina asistimos hoy a un retorno voraz del capitalismo salvaje y extractivista. Gobierno neoliberales se han vuelto a instalar en la región buscando desmontar los Estados para quitar derechos y excluir a las mayorías. El mundo de hoy está dominado por una mirada desde el norte y cimentada en el consenso neoliberal. Los escenarios que se plantean para el futuro de los trabajadores van en dos niveles: menos puestos de trabajo por el avance tecnológico sin la necesaria reconversión y mayor flexibilidad debido a los cambios en los regímenes de trabajo. La urgencia desde las organizaciones sindicales es...
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  • Christian Pabel Muñoz Lopez

    Asambleísta ecuatoriano. Sociólogo. Presidente de la Comisión del Régimen económico y tributario de la Asamblea Nacional del Ecuador. Presidente del Grupo Parlamentario por la erradicación de la pobreza y el cumplimiento de los ODS.

    El Ecuador es una clara muestra de los retrocesos que se viven y experimentan en América Latina y de la “restauración conservadora” que lideran, desde hace algunos años, las derechas del Continente. Varias son las formas en las que podemos describir los retrocesos en la Región, desde vergonzosas candidaturas fascistoides con ganas de ponerse “las botas” para gobernar, hasta la persecución mediática, política y judicial instaurada contra líderes, lideresas y figuras políticas progresistas. Para describir el caso ecuatoriano me centraré solamente en tres hechos: (1) el regreso de la economía neoliberal; (2) la instalación de un “Estado de revancha”,...
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  • Roberto Montoya

    Periodista y escritor

    La ponencia de Pedro Brieger es un buen punto de partida para debatir sobre lo que en el título de este Espacio Público se pregunta: ¿Involución en América Latina? Sí, involución sin duda. Pero para analizar desde una perspectiva crítica y autocrítica esa involución hace falta evitar esa simplificación que abunda en la izquierda 'campista', que nos muestra la batalla de dos bloques supuestamente homogéneos, el de gobiernos progresistas puros y de nobles ideales por un lado y el de los gobiernos neoliberales desalmados, autoritarios y corruptos por el otro. La realidad es mucho más compleja. La pregunta del título de...
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  • Sebastián Valdomir

    Sociólogo y político

    Faltando diez días para la segunda vuelta de las elecciones en Brasil, se divulgaron algunos detalles de la estrategia y funcionamiento de los grupos de mensajería digital de la campaña de Jair Bolsonaro. El tema ya venía siendo ubicado como pieza relevante de la campaña de Bolsonaro por algunos analistas políticos y de comunicación en medios escritos, pero sin mayores repercusiones. Este miércoles el New York Times publicó una columna en la cual se revelaron detalles del funcionamiento de la divulgación másiva de contenidos falsos por grupos de mensajería y el jueves finalmente la Folha de Sao Paulo le...
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  • Manuel de la Iglesia

    Doctor en Ciencias Económicas por la UCM

    El artículo de Pedro Brieger: “América Latina en disputa”, además de ser de gran actualidad, deja poco espacio para el desacuerdo al describir hechos contrastables y al formular preguntas, más que aventurar respuestas. La fundamental, la última, con la que acaba el texto: “¿Cómo se resolverá la disputa entre las dos corrientes, la conservadora y la progresista, en la región latinoamericana?” Antes de realizar algunos comentarios que buscan complementar el contenido del artículo de Brieger, me permito señalar la discrepancia que tengo con la afirmación de que América Latina es la única región donde se cuestionan las políticas neoliberales impuestas...
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  • La coyuntura o la situación en curso en América Latina, dominada por el fenomenal avance de la derecha, legitimada por los votos, tiene hoy (semana del 15 de octubre de 2018) su punto más álgido en Brasil, donde el próximo domingo 28 se dirimirá la elección de presidente y vice del país. De esto trata la presente nota, cuyo objetivo es plantear algunas hipótesis explicativas que necesitan ser validadas (o refutadas) mediante investigaciones rigurosas, sin pretensión de ser la única explicación posible. El punto de partida es el enunciado de cinco premisas necesarias para cualquier análisis de coyuntura, y de...
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  • Juarez Guimarães

    Profesor de Ciencia Política de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil)

    Quién defina la agenda en esta segunda vuelta, insertándola en una narrativa coherente, probablemente saldrá victorioso. El gran desafío de la campaña de Haddad/Manuela es construir esta agenda, potencialmente mayoritaria, y presentarse como quien, representando la herencia y el sueño de Lula, es capaz de vencer al gran enemigo de los derechos del pueblo brasileño que es Bolsonaro A Otávio Dulci, compañero siempre “Ahora es fácil”, dice el panfleto: una foto de Bolsonaro y otra de Haddad. “Escoja entre el policía y el bandido”. Parece simplista, pero no lo es. Hay una narrativa, una agenda y un personaje. Hasta llegar a esta...
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