Derecho a la vivienda: Organización y sindicación como palanca de cambio

  • Pilar Garrido

    Pilar Garrido

    Profesora de Derecho Constitucional de la UPV/EHU

21.05.2025

Debate principal: La vivienda, cómo blindarla como un derecho

No esta de más empezar por recordar la gravedad de la situación. El acceso a la vivienda es hoy el principal elemento de desigualdad en España. La subida abusiva y desorbitada de los precios de alquiler afianza la posición de los rentistas, de las oligarquías financieras, que extraen sus grandes plusvalías de las personas inquilinas, de los salarios de la clase trabajadora. Riesgo de exclusión social, hacinamiento, incertidumbre y ansiedad, proyectos vitales rotos son algunas de sus consecuencias.     

Además, podemos afirmar que es el factor desencadenante de un gran cambio social: se liquida la sociedad basada en la igualdad de oportunidades y se camina hacia una jerarquización social que coloca a las personas en función del acceso a la propiedad inmobiliaria. El retroceso es enorme. Estamos más cerca de la sociedad estamental del siglo XIX que de la sociedad del bienestar del XX.

Echemos un momento la mirada atrás. La especulación, junto al pelotazo urbanístico y la corrupción, han sido seña de identidad del modelo residencial español. Durante años, este modelo se concreta en el mantenimiento de una legislación urbanística de carácter especulador, una política de vivienda de carácter económico cuyo objeto es tirar de sector de la construcción y un mercado financiero carente de control público.  

No debemos olvidar que para que esta operación tenga éxito y genere importantes ganancias se necesita una trama bien urdida entre el poder político, las grandes empresas promotoras-constructoras y los poderes financieros.  

A pesar lo años y de lo cambios introducidos en este sistema, el bipartidismo sigue rehén de esa trama, intentando hacer compatible lo que es imposible de conciliar, el derecho a la vivienda y la especulación inmobiliaria.

En este escenario, el artículo 47 de la Constitución Española que recoge el derecho a una vivienda es papel mojado. Nace muy débil y el proceso de vaciamiento de las Constituciones sociales que opera desde la UE con la imposición de la primacía del mercado y la libre competencia aseguran su ineficacia.  

Necesitamos cambiar las reglas de juego ¿Qué hacemos?¿Plantear la reforma de la Ley estatal de vivienda?

La Ley 12/2003, por el derecho a la vivienda, quedó bastante lejos de su objetivo, garantizar el derecho a una vivienda digna y asequible. El equilibrio de fuerzas no permitió avanzar más.

Medidas asumidas por muchos estados europeos eran tildadas de extremismo ideológico. A modo de ejemplo, podemos citar: regular el alquiler teniendo como referencia general el contrato indefinido, controlar de manera efectiva los precios abusivos de alquiler, regular y controlar a los intermediarios en el mercado de alquiler, plataformas o agencias inmobiliarias, establecer obligaciones ciertas, responsabilidades y sanciones, en su caso, a los grandes tenedores o posicionar a los sindicatos de inquilinas como instrumento de organización y defensa de los intereses de las personas arrendatarias. Todas ellas fueron rechazadas.

En estos momento, de todas las propuestas arriba apuntadas, me quedo con la última: la organización de los y las inquilinas como palanca de cambio.

La PAH tuvo un papel fundamental a la hora de denunciar y parar los terribles desahucios tras la crisis del 2008, al igual que ahora los sindicatos de inquilinas denunciando los precios abusivos de los alquileres. En realidad, los avances que en materia de vivienda se han dado en Cataluña tienen que ver con su fuerza en ese territorio.    

¿Cuál sería el objetivo? Llegar a un nuevo equilibrio de poder entre propietarios e inquilinos, que permita cambiar las reglas impuestas por la parte fuerte.

Se trataría de emular el pasado más exitoso de la gestación del Estado Social, que se sustentó sobre el pacto capital-Trabajo. Este pacto se baso en el reconocimiento de los sujetos del conflicto y en la intervención para lograr un reequilibrio de la posición entre ambos. La intervención normativa pública era necesaria para ese reequilibrio y se despliega en un doble frente: La promoción sindical y la tutela del trabajo en el mercado. Sería difícil entender el Estado social sin las leyes que cumplen esta función. Igual que su debilitamiento empezó con las reformas laborales que rompieron ese equilibrio.

Asimismo, sabemos que los derechos sociales, también el derecho a la vivienda, son derechos de conflicto, y su efectividad depende mayormente de la posición de las partes.

Lo que en la sociedad de la posguerra significó el Trabajo, como eje sobre el que articular la sociedad del bienestar y la cohesión social, hoy es la vivienda. Lo que significó la lucha de clases es ahora la lucha por el derecho a la vivienda. Sin vivienda no hay derechos, no hay vida posible. La defensa del derecho a la vivienda puede ser un punto de encuentro para muchos sectores sociales.

Los sindicatos de inquilinas y las organizaciones por el derecho a la vivienda, junto a los partidos políticos defensores de este derecho, deben sumar fuerzas, articular las movilizaciones y las denuncias, presionar con todas las herramientas a su alcance hasta conseguir un reequilibrio de poder entre las partes, propietario e inquilino. En ese momento, habrá una posibilidad real de cambiar el modelo, las reglas, de hacer de la vivienda un derecho y no un negocio.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Elena Cortés

    Consejera de Fomento y Vivienda Junta de Andalucía 2012 a 2015 Miembro de la dirección del PCE

    La vivienda es un derecho humano no una mercancía. Esta consigna nos ayuda a pensar cómo debemos cambiar las políticas públicas de vivienda, del espacio público y de ciudad, para frenar y revertir la vulneración del derecho a la vivienda, la conversión de viviendas en alojamientos turísticos, la gentrificación de los barrios y defender el derecho a la ciudad de raíz mediterránea. Mi aportación a este debate sobre la vivienda que abre Espacio Público es poner el foco en cómo hacemos realidad el artículo 47 de la Constitución (CE), sobre todo en cómo impedimos que la especulación en materia de...
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  • Rubén Mora Esteban

    Investigador y profesor de urbanismo de la Universidad de Málaga

    La vivienda como campo de disputa urbana Málaga atraviesa la crisis de vivienda más grave de su historia reciente. Mientras la ciudad se proyecta al mundo como destino turístico global y polo de inversión inmobiliaria, el acceso a la vivienda para su población residente es cada vez más inalcanzable. Esta crisis no es coyuntural, forma parte de un patrón global donde la vivienda ha sido transformada en activo financiero, vehículo de rentabilidad para elites locales e inversores globales. Málaga no escapa a esa lógica. A su tradición histórica de rentismo se suman décadas de dependencia del turismo como motor económico. El...
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  • Pilar Garrido

    Profesora de Derecho Constitucional de la UPV/EHU

    No esta de más empezar por recordar la gravedad de la situación. El acceso a la vivienda es hoy el principal elemento de desigualdad en España. La subida abusiva y desorbitada de los precios de alquiler afianza la posición de los rentistas, de las oligarquías financieras, que extraen sus grandes plusvalías de las personas inquilinas, de los salarios de la clase trabajadora. Riesgo de exclusión social, hacinamiento, incertidumbre y ansiedad, proyectos vitales rotos son algunas de sus consecuencias.      Además, podemos afirmar que es el factor desencadenante de un gran cambio social: se liquida la sociedad basada en la igualdad de...
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  • Laura Barrio Recio

    Socióloga y Activista por el Derecho a la Vivienda, Cofundadora de la Asamblea de Vivienda de Usera (Madrid), coautora de "La vivienda no es delito. Quién y por qué se okupa en Madrid". IG: @laurabarriorecio X: @laurisonBR

    Después de años de militancia tengo claro que el debate por el derecho a la vivienda es infructuoso porque no disponemos de un concepto común de lo que implica el bienestar residencial, el disfrute real de este derecho, los mínimos imprescindibles que habrían de estar garantizados para todos. Los elementos de bienestar se van desvaneciendo porque cada vez son más caros: el mercado se los come. Literalmente el derecho a la vivienda se está miniaturizando: menos metros cuadrados, menos ventanas, menos acceso a suministros, viviendas en garajes y locales sin cédula de habitabilidad, caravanas, habitaciones compartidas en viviendas a...
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  • Iñigo Maguregui

    Ex-director del Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco

    Cuando me preguntan por el derecho a la vivienda, creo oportuno recordar amablemente a mi interlocutor que el Tribunal Constitucional, en el año 2024, declaró de forma solemne que el derecho a la vivienda es, efectivamente, un derecho constitucional. Ni más ni menos que 46 años después de que se aprobara el tristemente célebre, por haber sido incumplido de forma reiterada, artículo 47 de la Constitución Española que habla precisamente de este derecho, pero en el marco de los principios rectores de la política social. Personalmente, quiero dejar claro de antemano que entiendo que este encuadramiento no sirve de...
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  • Sevilla para Vivir

    Desde la red ciudadana Sevilla para Vivir, impulsada por asociaciones vecinales y colectivos sociales, nos sumamos al debate propuesto en Espacio Público sobre el derecho a la vivienda. Lo hacemos desde una ciudad inmersa en una profunda crisis habitacional, marcada por un proceso acelerado de transformación turística, acumulación especulativa y expulsión de vecinas, de sus barrios. Lo hacemos, también, con la convicción compartida de que el problema de la vivienda no se resolverá sólo con reformas legales, sino que exige una transformación radical del modelo de desarrollo que ha transformado la vivienda en una fuente de negocio especulativa y...
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  • Quique Villalobos

    Responsable de Vivienda de la FRAVM

    Hola, soy Quique Villalobos, tengo 56 años, me estoy comprando un piso y no he matado a nadie.  Antes estuve 9 años de alquiler, pero empezamos pagando 70.000 pesetas y acabaron cobrándonos más de 700€, esto es, un incremento de casi un 70% en escasamente una década.  La decisión de emanciparnos alquilando fue prácticamente obligada, no hubo nada ideológico, era lo que nos podíamos permitir en aquel momento. No teníamos ingresos estables, tampoco ahorros, nuestros sueldos ni se acercaban a lo que hoy podríamos considerar “mileurismo”. Veníamos de la crisis del 93 y comprar a finales de los noventa era inviable...
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  • José Mansilla

    Antropólogo urbano y profesor

    No pasa una semana sin que políticos representantes de opciones conservadoras se empeñen en negar la existencia de las clases sociales. Un caso muy significativo es la Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ya se opuso a su reconocimiento alegando que una 'pretendida lucha de clases [...] es como tratar de borregos a los ciudadanos y a los alumnos [en relación a la reciente propuesta de reforma en la creación de universidades]. No es la primera vez que la Presidenta madrileña se posiciona en contra de una estructura social conformada por clases. Tampoco es...
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  • Julio Rodriguez López

    Ha sido presidente del Banco Hipotecario de España y de la Caja de Ahorros de Granada. En la actualidad es Vocal del Consejo Superior de Estadística del INE

    Una demanda de vivienda recalentada En la primavera de 2025 persiste la gravedad y el alcance del problema de la vivienda. Los precios de las viviendas y los alquileres están desacoplados respecto de los niveles de ingresos de la mayoría de los hogares de España. En los últimos años se ha reforzado el carácter de activo de la vivienda. Esto lo confirma el que se vendan más viviendas pagadas sin préstamo hipotecario que las financiadas por medio de dicho tipo de préstamos. Se compran viviendas por parte de extranjeros (14,5% de las ventas de 2024) y de otros no residentes...
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