Una vivienda propia

  • Esperanza F. Nieto

    Esperanza F. Nieto

    Periodista y activista del movimiento de vivienda

02.07.2025

Debate principal: La vivienda, cómo blindarla como un derecho

Seguramente si Virginia Wolf hubiese nacido un siglo más tarde y fuera una escritora precaria más que tiene que compartir casa, no se habría limitado a la habitación propia, lo habría ampliado a un pisito que no cueste un riñón a ser posible. Igual que la habitación propia se convirtió en una reivindicación feminista que representaba la independencia económica para que las mujeres pudiéramos crear y desarrollarnos intelectualmente, hoy la clase trabajadora reclama el acceso a una vivienda digna como necesidad indispensable para poder desarrollarse.

La vivienda supone una de las mayores fuentes de desigualdad que existen y su mercantilización ha puesto el deseo privado de los beneficios económicos por encima de un bien común que es tan imprescindible como tener acceso sanidad, educación o alimentos. Un estudio reciente de Idra ha constatado que el 70% de los inquilinos actuales no creen que puedan heredar o comprar una vivienda propia alguna vez en su vida.

¿Debemos asumir que acumulación de la propiedad privada es la única (y mejor) forma que existe para gestionar un bien básico como es la vivienda? Hace un año estuve en Ecuador conociendo las experiencias de poblados indígenas a los que le están quitando su territorio para que empresas estadounidenses y canadienses puedan construir minas con el beneplácito del Gobierno. Pues bien, nos contaron cómo le habían quitado sus viviendas porque no constaba en ningún lugar que fueran de su propiedad a pesar de haber vivido ahí generaciones. En su pueblo las viviendas y los terrenos no eran propiedad individual, pertenecían a la comunidad y era de una lógica tan aplastante que no existía ningún tipo de registro que lo demostrara para poder quedarse a vivir en “su” casa.

No tengo que irme tan lejos, en Marinaleda, pequeño pueblo de tradición de lucha jornalera de Sevilla, llevan años avanzando en un modelo de construcción de vivienda pública de forma colaborativa en el que por 20 euros al mes tienes una vivienda de por vida pero no puedes venderla ni especular con ella.

Durante mucho tiempo hemos normalizado que se hable de mercado inmobiliario asumiendo de forma natural en el lenguaje que sea aceptable que la distribución y el uso de la vivienda dependan de las lógicas capitalistas del mercado. ¿Acaso hablamos de mercado educativo o mercado sanitario?

No obstante hay ciertas cosas que están cambiando y la proliferación de artículos en este mismo foro que comparten preocupación es un ejemplo de ello. Hay un sentido común que se está transformando y eso abre una brecha indispensable para poder cambiar las lógicas que permitan disputar un recurso esencial para la subsistencia.

A partir de la crisis de 2008, cuando términos la “Sareb” y “desahucios” empezaron a formar parte de nuestro vocabulario habitual; empieza a romperse un consenso que parecía incuestionable: no te pueden echar de tu casa aunque dejes de pagar la hipoteca. No ocurrió solo, fue acompañado de unas personas con camisetas que ponía PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), otra palabra nueva del léxico de esa década que se sumaba a “burbuja inmobiliaria” o “hipoteca subprime”, hubo muchas. Esas personas con camisetas que pusieron su cuerpo de barrera física entre la policía y personas a las que el banco les había timado consiguieron parar algunos desahucios, no todos, de hecho ni siquiera una pequeña mayoría, pero sí torcieron el sentido común y marcaron la lucha una generación.

También lo hicieron las Corralas, una experiencia andaluza que consistía en ocupaciones de decenas de familias lideradas por mujeres que se echaron a sus espaldas de manera colectiva el sostén de los suyos en un momento de crisis. La Corrala Utopía fue uno de esos símbolos, 36 familias que ocuparon un edificio deshabitado propiedad de un banco que inspiró a un ciclo de activistas y que acabó con el desalojo por parte del banco y con el beneplácito de la Consejería de Fomento del Gobierno del PSOE  IU.

Ahora estamos en una reconfiguración con una nueva crisis más profunda pero que ahonda en el mismo conflicto político de la vivienda. Los protagonistas ya no son los que se hipotecaron con estafas bancarias, ahora lo son en mayor medida las inquilinas e inquilinos. Hay un cambio del ciclo inmobiliario que va de la mano de una alteración en cómo se expresa la mercantilización de la vivienda: bienvenido mercado del alquiler y proliferación de pisos turísticos. Es decir, rentismo. Esto implica más concentración de la propiedad; solo entre Blackstone y CaixaBank suman más de 40.000 viviendas en todo el estado. Más rentabilidad; en 2024 la compra de viviendas al contado supuso el 60% del total. Y más subida de precios; entre 2015 y 2025 el alquiler ha subido un 95% y son datos ni más ni menos que de Fotocasa.

En Andalucía se da además con el agravante del extractivismo, ese papel que nos tocó en la división internacional del trabajo. Si históricamente el extractivismo andaluz han estado relacionados con el expolio de los recursos naturales y la falta de industria propia en pro del turismo y de la hostelería; ahora la extracción de la riqueza económica a costa de la precariedad y el escaso valor añadido se apoya además en el mercado de la vivienda porque tanta playa y sol no se puede desperdiciar. Cóctel perfecto que hace que todos los problemas vinculados con el acceso a la vivienda se acrecienten en ciudades como Sevilla, Málaga, Cádiz o Granada.

Hemos llegado a un punto en el que no es suficiente una corrección del mercado o mayor intervención del estado con las mismas recetas de siempre basadas en alimentar el negocio de la vivienda con más construcción, deducciones fiscales o los bonos directos a las manos de los caseros. La razón es sencilla: han sido las propias instituciones y los partidos que las han gestionado quienes han incentivado que la crisis esté donde está. El acuerdo era no tocar a ciertas élites y capas sociales rentistas y su poder político-social.

Por eso, la tarea es disputar el control político y económico de un derecho que no puede aplicarse en función del beneficio en lugar de la necesidad. Esto es hablar de para qué se usan todas las viviendas de las que disponemos (vacías y turísticas especialmente), quiénes las controlan y cómo se distribuyen y ordenan nuestras ciudades. Es decir, apuntar hacia la necesidad de planificar democráticamente nuestros recursos en un contexto de crisis ecosocial. A algunos se les olvida que la construcción es una de las actividades con mayor coste ecológico y medioambiental.

Pero no solo. La organización del conflicto de la vivienda por parte de sindicatos de inquilinas e inquilinos en todo el estado, desarrollando y renovando tácticas sindicales de desobediencia civil, es la condición necesaria para ejercer esa disputa real, material e inmediata para conquistar nuestro derecho a la vivienda. Sin una fuerza social organizada frente al rentismo, estamos condenados a la rueda de hámster de legislaciones ineficaces y a la impunidad de unos pocos.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Alba Agraz

    Coordinadora del área de Vivienda y Trabajo de Ideas en Guerra

    En España, emanciparse siendo joven se ha convertido en un privilegio, un hecho que sucede muy pocas veces y siempre en condiciones precarias. Miramos a nuestro alrededor y no vemos la imagen idílica del joven que, tras formarse en aquello que le gustaba, obtiene un trabajo con condiciones dignas y se independiza pronto para construir su vida adulta. Sin embargo, se nos hace mucho más común encontrar sueldos precarios, alquileres imposibles, condiciones laborales del siglo pasado y un sistema económico que, no solo perpetúa, sino que cada vez acentúa más las desigualdades sociales. Todo esto mientras nos bombardean con...
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  • Valeria Racu

    Militante y afiliada del Sindicato de Inquilinas de Madrid

    Los derechos no se conceden. Se luchan y se conquistan. Ahora, más que nunca, nos toca disputar nuestro derecho universal a una vivienda digna, estable y de calidad. Y solo hay una manera de lograrlo: acabando con el negocio de la vivienda. Porque, hoy en día, o te rindes ante el rentismo o te organizas contra él.  Se habla mucho de una "crisis de la vivienda". Sin embargo, la vivienda no está en crisis: está cumpliendo perfectamente su función dentro del sistema capitalista. Un sistema que ha naturalizado tratarla como una mercancía, un activo financiero que sirve para extraer rentas,...
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  • Una vivienda propia

    02/07/2025

    Esperanza F. Nieto

    Periodista y activista del movimiento de vivienda

    Seguramente si Virginia Wolf hubiese nacido un siglo más tarde y fuera una escritora precaria más que tiene que compartir casa, no se habría limitado a la habitación propia, lo habría ampliado a un pisito que no cueste un riñón a ser posible. Igual que la habitación propia se convirtió en una reivindicación feminista que representaba la independencia económica para que las mujeres pudiéramos crear y desarrollarnos intelectualmente, hoy la clase trabajadora reclama el acceso a una vivienda digna como necesidad indispensable para poder desarrollarse. La vivienda supone una de las mayores fuentes de desigualdad que existen y su mercantilización...
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  • Jesús Gago

    Arquitecto con más de 40 años de experiencia en el campo del urbanismo Ha ganado en cuatro ocasiones el Premio Nacional de Urbanismo.

    La realidad cotidiana es avasalladora, ya que acontecen muchas cosas a la vez, de modo que los hechos nos aturden, se muestran contradictorios o nos resultan del todo incomprensibles….Sin embargo en épocas como estas es cuando más necesario resulta teorizar al tiempo mismo que se narra. Es cuando más necesitamos hilos de los que tirar y análisis que clarifiquen nuestra mirada: es cuando más imprescindible resulta buscar el conocimiento. “El nuevo espíritu del mundo”. Esteban Hernández. Ediciones Deusto. Mayo 2025. En el debate sobre el ancestral y siempre reiterado “problema de la vivienda” hay un asunto que se trae a...
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  • Ricardo Iglesias

    Profesor Universidad Pablo de Olavide. Área de Análisis Geográfico Regional; Departamento de Geografía, Historia y Filosofía

    Cuando el director general de Airbnb en España afea a las Administraciones públicas la utilización de su compañía como una excusa conveniente para no asumir responsabilidades políticas, visualiza públicamente lo que los principales agentes sociales venían denunciando desde hace décadas. La progresiva y constante desaparición de lo público en la gestión urbana y más concretamente de las políticas de vivienda ha llegado a un nivel límite. No hay nadie en el timón del barco. O mejor dicho, el mercado lleva siendo desde hace tiempo el principal planificador de la ciudad. Efectivamente podemos encontrar numerosos estudios que resaltan como en el...
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  • Elena Cortés

    Consejera de Fomento y Vivienda Junta de Andalucía 2012 a 2015 Miembro de la dirección del PCE

    La vivienda es un derecho humano no una mercancía. Esta consigna nos ayuda a pensar cómo debemos cambiar las políticas públicas de vivienda, del espacio público y de ciudad, para frenar y revertir la vulneración del derecho a la vivienda, la conversión de viviendas en alojamientos turísticos, la gentrificación de los barrios y defender el derecho a la ciudad de raíz mediterránea. Mi aportación a este debate sobre la vivienda que abre Espacio Público es poner el foco en cómo hacemos realidad el artículo 47 de la Constitución (CE), sobre todo en cómo impedimos que la especulación en materia de...
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  • Rubén Mora Esteban

    Investigador y profesor de urbanismo de la Universidad de Málaga

    La vivienda como campo de disputa urbana Málaga atraviesa la crisis de vivienda más grave de su historia reciente. Mientras la ciudad se proyecta al mundo como destino turístico global y polo de inversión inmobiliaria, el acceso a la vivienda para su población residente es cada vez más inalcanzable. Esta crisis no es coyuntural, forma parte de un patrón global donde la vivienda ha sido transformada en activo financiero, vehículo de rentabilidad para elites locales e inversores globales. Málaga no escapa a esa lógica. A su tradición histórica de rentismo se suman décadas de dependencia del turismo como motor económico. El...
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  • Pilar Garrido

    Profesora de Derecho Constitucional de la UPV/EHU

    No esta de más empezar por recordar la gravedad de la situación. El acceso a la vivienda es hoy el principal elemento de desigualdad en España. La subida abusiva y desorbitada de los precios de alquiler afianza la posición de los rentistas, de las oligarquías financieras, que extraen sus grandes plusvalías de las personas inquilinas, de los salarios de la clase trabajadora. Riesgo de exclusión social, hacinamiento, incertidumbre y ansiedad, proyectos vitales rotos son algunas de sus consecuencias.      Además, podemos afirmar que es el factor desencadenante de un gran cambio social: se liquida la sociedad basada en la igualdad de...
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  • Laura Barrio Recio

    Socióloga y Activista por el Derecho a la Vivienda, Cofundadora de la Asamblea de Vivienda de Usera (Madrid), coautora de "La vivienda no es delito. Quién y por qué se okupa en Madrid". IG: @laurabarriorecio X: @laurisonBR

    Después de años de militancia tengo claro que el debate por el derecho a la vivienda es infructuoso porque no disponemos de un concepto común de lo que implica el bienestar residencial, el disfrute real de este derecho, los mínimos imprescindibles que habrían de estar garantizados para todos. Los elementos de bienestar se van desvaneciendo porque cada vez son más caros: el mercado se los come. Literalmente el derecho a la vivienda se está miniaturizando: menos metros cuadrados, menos ventanas, menos acceso a suministros, viviendas en garajes y locales sin cédula de habitabilidad, caravanas, habitaciones compartidas en viviendas a...
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  • Iñigo Maguregui

    Ex-director del Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco

    Cuando me preguntan por el derecho a la vivienda, creo oportuno recordar amablemente a mi interlocutor que el Tribunal Constitucional, en el año 2024, declaró de forma solemne que el derecho a la vivienda es, efectivamente, un derecho constitucional. Ni más ni menos que 46 años después de que se aprobara el tristemente célebre, por haber sido incumplido de forma reiterada, artículo 47 de la Constitución Española que habla precisamente de este derecho, pero en el marco de los principios rectores de la política social. Personalmente, quiero dejar claro de antemano que entiendo que este encuadramiento no sirve de...
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  • Sevilla para Vivir

    Desde la red ciudadana Sevilla para Vivir, impulsada por asociaciones vecinales y colectivos sociales, nos sumamos al debate propuesto en Espacio Público sobre el derecho a la vivienda. Lo hacemos desde una ciudad inmersa en una profunda crisis habitacional, marcada por un proceso acelerado de transformación turística, acumulación especulativa y expulsión de vecinas, de sus barrios. Lo hacemos, también, con la convicción compartida de que el problema de la vivienda no se resolverá sólo con reformas legales, sino que exige una transformación radical del modelo de desarrollo que ha transformado la vivienda en una fuente de negocio especulativa y...
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  • Quique Villalobos

    Responsable de Vivienda de la FRAVM

    Hola, soy Quique Villalobos, tengo 56 años, me estoy comprando un piso y no he matado a nadie.  Antes estuve 9 años de alquiler, pero empezamos pagando 70.000 pesetas y acabaron cobrándonos más de 700€, esto es, un incremento de casi un 70% en escasamente una década.  La decisión de emanciparnos alquilando fue prácticamente obligada, no hubo nada ideológico, era lo que nos podíamos permitir en aquel momento. No teníamos ingresos estables, tampoco ahorros, nuestros sueldos ni se acercaban a lo que hoy podríamos considerar “mileurismo”. Veníamos de la crisis del 93 y comprar a finales de los noventa era inviable...
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  • José Mansilla

    Antropólogo urbano y profesor

    No pasa una semana sin que políticos representantes de opciones conservadoras se empeñen en negar la existencia de las clases sociales. Un caso muy significativo es la Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ya se opuso a su reconocimiento alegando que una 'pretendida lucha de clases [...] es como tratar de borregos a los ciudadanos y a los alumnos [en relación a la reciente propuesta de reforma en la creación de universidades]. No es la primera vez que la Presidenta madrileña se posiciona en contra de una estructura social conformada por clases. Tampoco es...
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  • Julio Rodriguez López

    Ha sido presidente del Banco Hipotecario de España y de la Caja de Ahorros de Granada. En la actualidad es Vocal del Consejo Superior de Estadística del INE

    Una demanda de vivienda recalentada En la primavera de 2025 persiste la gravedad y el alcance del problema de la vivienda. Los precios de las viviendas y los alquileres están desacoplados respecto de los niveles de ingresos de la mayoría de los hogares de España. En los últimos años se ha reforzado el carácter de activo de la vivienda. Esto lo confirma el que se vendan más viviendas pagadas sin préstamo hipotecario que las financiadas por medio de dicho tipo de préstamos. Se compran viviendas por parte de extranjeros (14,5% de las ventas de 2024) y de otros no residentes...
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