¿A quién beneficia el antifeminismo de la extrema derecha?

  • Pastori Filigrana

    Pastori Filigrana

    Abogada y defensora de Derechos Humanos

19.05.2021

Debate principal: Antifeminismo y extrema derecha

El feminismo se ha convertido en un paraguas aglutinador de malestares y dolores reales y diferentes; desde el miedo de una joven a andar sola por la noche, hasta la precariedad de una trabajadora doméstica sin papeles; desde el desamparo ante el maltrato de una pareja, hasta la impotencia de la discriminación laboral por ser mujer; todo encuentra amparo en la lucha feminista.

El movimiento feminista está teniendo la capacidad de organizar la rabia frente a desigualdades estructurales del sistema socioeconómico. El movimiento se ha masificado y radicalizado. No solo ha aumentado el número de personas que se declaran feministas y han tomado las calles y la visibilidad pública, sino que las reivindicaciones y las propuestas cada vez han ido más a la raíz. En 2019, el manifiesto ‘Huelga del 8M’, en el Estado español, incluía la regularización de personas migrantes y el cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros como parte de sus reivindicaciones.

El movimiento feminista asumía la crítica a la ordenación económica en base a la raza y el género, de manera que las mujeres y las personas no-blancas y no-occidentales han ocupado los lugares más bajos de la jerarquía humana. De nada sirve salvar a unas pocas mujeres occidentales y blancas si la explotación continúa en el resto de mujeres del mundo. Se radicalizó, fue a la raíz, e invocó a un “todas” más amplio.

El antifeminismo hay que leerlo en este contexto donde la popularidad del feminismo y su capacidad de impugnación general se han ampliado. La extrema derecha en el mundo occidental se coloca a la cabeza del discurso antifeminista, con diferentes argumentos dependiendo de los lugares y momentos, pero con una pretensión última de criminalizar el feminismo a ojos de la opinión pública.

El poder político y económico a lo largo de la historia siempre ha perseguido y criminalizado aquellos discursos o prácticas vitales y políticas que atentaban el status quo, el orden vigente que les otorgaba el poder. Los feminicidios al inicio de la edad moderna europea, la criminalización de la personas LGTBI, o la persecución histórica al pueblo gitano son ejemplos de cómo las formas de vidas que atentan contra pilares básicos de la ordenación económica, como son la familia y el trabajo asalariado, son perseguidas y aniquiladas.

El feminismo, como discurso y práctica política que atenta contra pilares básicos de la injusta ordenación social, corre la misma suerte de criminalización y persecución. Sin embargo, la masividad de sus apoyos y la legitimidad social alcanzada en la actualidad hace que el poder económico y político no pueda enfrentar abiertamente las propuestas feministas y se vea obligado a asumir parte de sus planteamientos.

El brazo “políticamente incorrecto” del status quo es la extrema derecha y esta es la que se permite situarse abiertamente en el antifeminismo. Así, la retórica de la “ideología de género”, la reivindicación de la violencia intra-familiar en lugar de la violencia machista, los ataques a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, o la apelación a la individualidad de cada mujer que no debe ser colectivizada bajo el feminismo, se convierte en el discurso antifeminista de la extrema derecha.

La extrema derecha le hace el trabajo sucio al status quo y aquello que no se puede decir desde otras posiciones lo asumen ellos. Lo que mantengo es que el orden económico neoliberal tiene una gran connivencia con el discurso antifeminista que enarbola la extrema derecha, aunque no se diga. Y esto debe tenerse en cuenta a la hora de plantar cara a estos ataques antifeministas para no equivocarnos en las alianzas.

Desde posiciones neoliberales difícilmente se va articular una auténtica defensa del feminismo. Pues el feminismo es un cuestionamiento integral del orden económico neoliberal, que abarata las vidas de las mujeres, colocándolas en un nivel de sub-humanidad frente a los hombres a escala global. Pondré dos ejemplos de esta connivencia:

El paquete de medidas que el neoliberalismo trae bajo el brazo para afrontar la crisis económica actual son los recortes en servicios públicos, como sanidad, educación o pensiones. Como ya aprendimos en crisis anteriores estos recortes sociales afectan principalmente a las mujeres. Cuando se cierran comedores escolares, guarderías públicas o se recortan en leyes de dependencias, son mayoritariamente las mujeres las que suplen estos trabajos en el ámbito doméstico, sobre todo en aquellos hogares donde no pueden comprarse en el mercado. Cuando una mujer se queda en casa cuidando o cocinando almuerzos, su trabajo en el mercado se abarata y se ve abocada a la precariedad, la parcialidad y la temporalidad laboral. Los discursos de la extrema derecha que apelan a la familia y a la feminidad están buscando ganar el sentido común a su favor y convencer de que el hogar y la familia es un lugar natural para las mujeres. Estos discursos abonan el camino a las medidas neoliberales, que en un contexto de crisis recortan en servicios públicos y mandan a casa a las mujeres.

Otro ejemplo a nivel internacional son los discursos de la extrema derecha contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. El “no al aborto y sí a la vida”. El orden económico mundial carga sobre los cuerpos de las mujeres, que habitan el Sur Global (territorios no occidentales), los trabajos de mayor explotación, principalmente los trabajos de producción industrial como la textil, pero también la agricultura o la minería.

Una forma de abaratar aún más las vidas y el trabajo de estas mujeres, que ocupan la base de la economía-mundo, es privándolas de derechos reproductivos plenos. Una mujer que no tiene el control de su cuerpo y su natalidad es una mujer que trabajará más por menos, pues su situación vital será más precaria. Las dificultades que tienen las mujeres en los países del Sur Global para ejercer plenamente sus derechos sexuales y reproductivos tiene una relación directa con el destino económico y laboral que le impone las reglas del juego neoliberal.

Ante este panorama global, el movimiento feminista internacional se erige como un importante contrapoder, no solo frente a la extrema derecha, sino frente a un orden económico injusto que sigue poniendo los beneficios del capital por encima de la vida digna de todas y todos. La capacidad impugnatoria del feminismo seguirá en pie mientras el movimiento siga siendo un gran aglutinador de malestares diversos y organice la rabia y el dolor en respuestas políticas en muchos frentes; mientras ponga en el centro de su lucha acabar con el desigual reparto de las riquezas y el trabajo que realiza la economía-mundo a partir de los cuerpos y territorios que habitamos.

Frente al neoliberalismo y la extrema derecha se levanta un movimiento feminista de clase y antirracista.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Laura Pérez Castaño

    Tenienta de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona

    El feminismo es uno de los movimientos sociales y políticos más potentes de nuestra época. En los años previos a la pandemia ha demostrado una capacidad de movilización que no veíamos desde los movimientos anti-austeridad del periodo 2011-2014, como el 15-M. Además, en los últimos años el feminismo ha tenido a nivel mundial una influencia creciente en la agenda política y está impulsando un cambio cultural muy rápido. Todos estos avances provocan resistencias. Es un cambio de una magnitud importante y como en todo cambio no podemos ser ingenuas y pensar que no generará conflicto. Por lo tanto, hay que...
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  • Laura Gómez

    Politóloga, investigadora y experta en políticas de igualdad de género y participación ciudadana

    Como ya se ha dicho en este debate, el regreso de la extrema derecha a la escena política como actor emergente forma parte de un movimiento global en el que las cuestiones de género tienen una relevancia central en su proyecto político. Sin embargo, sus posiciones respecto a los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI difieren y adoptan narrativas distintas en cada contexto nacional. Es precisamente en esta diferente consideración de las cuestiones de género en donde se inscriben algunas de las novedades históricas que presentan las nuevas extremas derechas. Una de estas novedades está siendo la...
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  • Irene Bassanezi Tosi

    Doctoranda en Estudios Avanzados en Derechos Humanos en UC3M

    “Buey, Bala y Biblia, o sea, agronegocio, militarismo y Pentecostales, han sido la base del bolsonarismo”, como afirma María Eugenia en la ponencia inicial de este debate, Bolsonaro ha ganado las elecciones gracias al apoyo de estos tres bloques socio-políticos, que se encuentran reflejados en el congreso de los diputados. Primero, los intereses del agronegocio están causando la devastación de nuestros bosques, nuestra flora y fauna, dando el pase libre al ecocidio ambiental promovido por el neoliberalismo más agresivo. Frente a esta devastación ambiental, son las lideresas y los líderes de derechos humanos, de las poblaciones locales...
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  • Laura Martínez Valero

    Oficial de comunicaciones y advocacy en Women’s Link Worldwide

    Después de leer las interesantes aportaciones de las compañeras expertas al debate, creo que mi granito de arena puede ser explicar, desde mi experiencia personal y profesional en Women’s Link Worldwide, mi visión sobre la comunicación que realiza la ultraderecha y los grupos ultraconservadores cristianos. Entender el éxito de sus mensajes es relativamente fácil: son mensajes simples, emocionales y apelan a un sistema de creencias y valores religiosos y tradicionales en los que la dicotomía entre el bien y mal está muy definida por la tradición o por el dogma cristiano. No suponen ningún tipo de incomodidad o desafío a...
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  • Guillermo Fernández Vázquez

    Investigador de la Universidad Complutense y autor del libro '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional'

    Breve entrevista a Guillermo Fernández-Vázquez, investigador de la Universidad Complutense y autor del libro, '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional', editorial Lengua de Trapo. 1. De acuerdo con las últimas encuestas Marine Le Pen acorta las distancias con Macron para las presidenciales de 2022, ¿cómo explicas el éxito del liderazgo de Marine Le Pen, una década después de haber tomado el mando de su partido? Es un fenómeno realmente sorprendente porque hasta hace apenas unos meses la figura pública de Marine Le Pen estaba en franca decadencia y se rumoreaba que podía...
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  • Sol Román

    Militante feminista

    En primer lugar, quiero decir que escribo esto desde las vivencias de la militancia feminista barrial y urbana, así como desde mis experiencias de mujer joven, blanca, precaria y con estudios universitarios. Del debate tan enriquecedor que surge en este espacio me ronda la cabeza una idea que ahonda en las razones del discurso antifeminista de la extrema derecha y en la fuerza del movimiento feminista actual, ya mencionado por otras compañeras antes. Desde que en 2016 el arzobispo de Valencia, cuyo nombre prefiero ni decir, bautizó al feminismo como “ideología de género” el feminismo ha sido cuestionado constantemente...
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  • Beatriz Gimeno

    Investigadora feminista y diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid

    Las relaciones de la extrema derecha con el feminismo pueden contemplarse desde muchas perspectivas y, después de leer las aportaciones que se han ido haciendo en este espacio, he decidido hacerlo desde la perspectiva de las masculinidades heridas; desde la perspectiva de los Hombres blancos enfadados (2013) de los que habla Kimmel, refiriéndose a EE.UU; desde la perspectiva de las identidades masculinas heridas por inseguridades vitales profundas y por la pérdida de sentido que han generado en todo el mundo las políticas neoliberales y cuyo resultado es una reacción misógina global. Para combatir los discursos de extrema derecha Alba...
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  • Nora Rodríguez

    Abogada penalista y militante antifascista

    Si el feminismo es atacado con tanta dureza por parte de esta extrema derecha es por su potencial emancipador, porque viene a agitar las estructuras del sistema. En un sistema basado en las opresiones no hay nada más revolucionario que hablar de igualdad. En un sistema que se basa en la explotación de las mujeres, luchar por su liberación y emancipación es de estricta necesidad. El feminismo, como todo movimiento emancipador y transgresor, recibe una línea de agresión y confrontación directa y otra de pretensión de asimilación e infiltración. Ya sabemos de las estrategias del neoliberalismo y del capitalismo más...
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  • Anna Palmowska

    Traductora y activista en ManifeStacja Madryt, el grupo pro derechos de las mujeres polacas y en la Comisión por el Derecho al Aborto de Madrid

    «Como dijo Margaret Atwood en 'El cuento de la criada', “no se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”». «Esto aquí no puede pasar». Creo que esta frase definía la postura de la mayoría de la sociedad polaca antes del año 2016, cuando por primera vez, nosotras, las mujeres de Polonia, nos dimos cuenta que lo que estaba pasando iba en serio. La turbia historia de mi país donde se cambió un sistema totalitario estalinista por un capitalismo salvaje de Estados Unidos ha dejado huella en la...
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  • Pastori Filigrana

    Abogada y defensora de Derechos Humanos

    El feminismo se ha convertido en un paraguas aglutinador de malestares y dolores reales y diferentes; desde el miedo de una joven a andar sola por la noche, hasta la precariedad de una trabajadora doméstica sin papeles; desde el desamparo ante el maltrato de una pareja, hasta la impotencia de la discriminación laboral por ser mujer; todo encuentra amparo en la lucha feminista. El movimiento feminista está teniendo la capacidad de organizar la rabia frente a desigualdades estructurales del sistema socioeconómico. El movimiento se ha masificado y radicalizado. No solo ha aumentado el número de personas que se declaran feministas...
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  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    La cornisa cantábrica, desde la burbuja inmobiliaria, está plagada de plumeros de la Pampa. Esta especie invasora, que no tendría nada que hacer en un bosque de castaños, se extiende como el fuego por la tierra removida que fue la norma durante tantos años de construir urbanizaciones y autovías. Llegó de Argentina en uno de esos barcos de containers que son la base material de la globalización neoliberal. De los terraplenes se extendió a los campos y, descuidado por las autoridades, pasó a invadir toda la franja costera, de temperaturas amables y humedad alta. Eliminarlo una vez extendido es...
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  • Mats Lucia Bayer

    Miembro del Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM)

    La relación entre la extrema derecha y las reivindicaciones del movimiento feminista ha demostrado moverse en un terreno ambiguo en estos últimos años. Como señala Judith Carreras, los posicionamientos varían según la organización y el país. Mientras que en algunos casos la extrema derecha adopta discursos abiertamente antifeministas, en otros se dan fenómenos de apropiación de algunas de las reivindicaciones feministas con el objetivo de apoyar una agenda xenófoba (el llamado “purplewashing”). Ambas vertientes redundan de una u otra manera en el hecho de desposeer a una parte de la población (las mujeres y/o las personas migrantes) de sus...
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  • Steven Forti

    Historiador. Profesor asociado en la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del IHC de la Universidade Nova de Lisboa.

    Las nuevas extremas derechas no encajan del todo con las categorías de interpretación que solemos utilizar para analizar este fenómeno. Me explico: Vox, el lepenismo, Salvini, el trumpismo, Orbán, el bolsonarismo o Alternativa para Alemania no pueden analizarse como si fuesen el fascismo de entreguerras o el neofascismo de la segunda mitad del siglo XX. Tienen algunos elementos de continuidad con aquellas experiencias, no cabe duda de ello, pero también son algo distinto. Resumiendo mucho, se trata de un fenómeno radicalmente nuevo. Si no lo entendemos, me temo que nunca conseguiremos frenarlas y derrotarlas. Esta extrema derecha 2.0 es...
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  • “No se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar” Margaret Atwood El cuento de la criada. Cuando lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, cobran mayor relevancia los espacios en disputa. En medio de esta crisis sistémica las disputas son y serán por la garantía del espacio vital y el control de la herencia de lo que está muriendo. La nueva normalidad está acelerando las diferencias entre generaciones y personas, no sólo entre territorios. Normaliza el paso de un estado del bienestar a la sociedad del miedo. Invisibiliza y desatiende las violencias machistas. Asume el recorte de derechos y libertades en pos del interés general. Normaliza también los efectos del cambio climático y colapso sistémico, concretado, a menudo, en récords de temperatura, incendios forestales multicausales, huracanes más intensos que se mueven con más lentitud y devastan más, ciclones tropicales, Filomenas y DANAs cada vez más presentes y severas, pérdida de suelos y actividades tradicionales, contaminación... Esta nueva normalidad concentra a más personas en los bordes del sistema, las expulsa desde el centro a las periferias y las obliga a sobrevivir, no producen y...
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  • Amelia Martínez Lobo

    Periodista y Project Manager en la Fundación Rosa Luxemburg (Madrid). Migraciones, antifascismo y feminismo.

    Sí, el feminismo es la vacuna contra el fascismo, también el muro de contención y su desafío. Porque si hay algo que aglutina y vertebra a las diferentes extremas derechas no es sólo su agenda misógina y su antifeminismo, sino su intento de cambiar el marco y convencer a parte del sujeto que apela este masivo movimiento que se ha levantado a lo largo y ancho del planeta. Sí, el feminismo es, sin duda, el caballo de batalla de la llamada “internacional reaccionaria postfascista”. Si bien entre las extremas derechas hay diferentes visiones y estrategias para atacar los derechos de...
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