Antifeminismo y extrema derecha: el caso de Brasil

  • Irene Bassanezi Tosi

    Irene Bassanezi Tosi

    Doctoranda en Estudios Avanzados en Derechos Humanos en UC3M

24.06.2021

Debate principal: Antifeminismo y extrema derecha

“Buey, Bala y Biblia, o sea, agronegocio, militarismo y Pentecostales, han sido la base del bolsonarismo”, como afirma María Eugenia en la ponencia inicial de este debate, Bolsonaro ha ganado las elecciones gracias al apoyo de estos tres bloques socio-políticos, que se encuentran reflejados en el congreso de los diputados.

Primero, los intereses del agronegocio están causando la devastación de nuestros bosques, nuestra flora y fauna, dando el pase libre al ecocidio ambiental promovido por el neoliberalismo más agresivo. Frente a esta devastación ambiental, son las lideresas y los líderes de derechos humanos, de las poblaciones locales y/o indígenas que ponen sus cuerpos para defender sus territorios, son ellas y ellos los guardianes de la tierra que ponen en riesgo sus vidas, y que, en demasiadas ocasiones, tienen sus vidas arrebatadas.

De hecho, de acuerdo con la Comissão Pastoral da Terra (CPT) y el informe Conflitos no campo 2020, se calcula un aumento de los conflictos en el campo, más de 914 mil personas fueron afectadas por conflictos en un área superior a 77 millones de hectáreas. En 2018 fueron 2.74 conflictos diarios, en 2019, 3.45 y en 2020, 4.31, lo que demuestra de forma clara un aumento de estos conflictos desde que empezó el gobierno Bolsonaro.

La mayor parte de los conflictos ocurrieron por la tierra, 1.576, 25% más que el año anterior. De estos 41.6% fueran casos que afectaron a la población indígena. Los responsables de los conflictos fueron los terratenientes 34.87%, seguidos por los empresarios nacionales e internacionales 21.52% y el Poder Público 13.75% del total. El 96 de las ocurrencias se refieren al trabajo esclavo y 350 se refieren al conflicto por el agua.

Bolsonaro también cuenta con el apoyo de los militares. Un país como Brasil, marcado por la dictadura militar, hizo su transición a la democracia a través de una amnistía y, por lo tanto, no tuvo un proceso de justicia transicional exhaustivo. En otras palabras, tenemos todavía varios vacíos relacionados con la justicia, memoria y reparación que resalen al periodo de la dictadura. Cuando las estructuras de la dictadura no son cortadas desde su raíz, se siguen arrastrando las dinámicas destorcidas de la dictadura, las venas de Brasil siguen bastante abiertas.

De hecho, es un gobierno con una representación militar altísima. No era suficiente que el presidente Bolsonaro y el vicepresidente de la República, Hamilton Mourão fueran militares, se calcula que el gobierno brasileño cuenta con 6 mil militares en diversas áreas, entre ellos cargos de suma importancia, los ministerios y jefes de empresas estatales.

Por último, el tercer gran bloque de apoyo al gobierno, la influencia de las Iglesias evangélicas, ya bien descrito por María Eugenia, como es el caso de la Igreja Universal do Reino de Deus: “Una Iglesia-Empresa que dispone de 70 emisoras de TV, 50 radios, un banco, varios diarios y 3500 templos en zonas ricas de Brasil, y cuyo fundador, el obispo Macedo, llegó a denostar a la Universidad por ofrecer una educación idéntica para la mujer y el varón”.

Las iglesias evangélicas utilizan su poder mediático y económico para alcanzar todos los rincones de Brasil, especialmente en aquellos lugares en que el Estado ha abandonado la población a su propia suerte. De este modo, la población más empobrecida apoya a la iglesia evangélica por su labor social, creando una red social y laboral a las personas que lo necesitan. Este trabajo caritativo es muy atractivo en un país en que la desigualdad está aumentando de forma acelerada en los últimos años.

De acuerdo con los últimos datos: “125 millones de personas –de una población de 211 millones– están sufriendo inseguridad alimentaria”; se calcula que están pasando hambre 20 millones de personas. De hecho, Brasil vuelve a aparecer en el informe del Mapa del Hambre de Naciones Unidas, después de haber conseguido no estar en ello, en 2014. Además, de las más de 500.000 personas muertas por el negacionismo del gobierno de la pandemia y la abstención de una política fuerte y homogénea que pueda enfrentar el virus.

Ante este escenario, las mujeres, la población negra y la comunidad LGBTI+ y la izquierda son los principales blancos del gobierno. La defensa de la familia tradicional, ya bien descrita y mencionada en este debate, la falta de memoria de los horrores que ocurrieron en la dictadura, la propaganda de las fake news, especialmente mediante su difusión por whatsapp y otros medios digitales y la demonización de la izquierda son algunas de las estrategias políticas del gobierno, que crea así enemigos internos y fomenta la violencia policial y militar hacia todas aquellas personas que no encajan en el perfil tradicional que defiende el gobierno.

En lo que se refiere al antifeminismo, ya en 2018, tuvo lugar el I Congreso Antifeminista de Brasil, las ponentes eran mujeres, aunque hayan participado mayoritariamente hombres. El discurso del congreso puso énfasis en la incompatibilidad del feminismo con el cristianismo, el vínculo del feminismo con el comunismo y la caricaturización de las mujeres feministas como sucias y feas.

Bruna Soares de Aguiar y Matheus Ribeiro Pereira analizaron lo que llaman el blacklash en los discursos de Bolsonaro, es decir, se revierten los problemas y las causas, en lugar de vincular los problemas sociales al patriarcado, se atribuyen los problemas que hayan presenciado las mujeres al feminismo, se crean narrativas para generar inseguridad en la búsqueda de la independencia de las mujeres, se atribuyen una serie de características negativas a las mujeres feministas, y se disminuye la importancia del movimiento feminista, como si fuera un movimiento reciente, sin memoria, es decir, rechazan la lucha y las conquistas de las mujeres adquiridas hasta el momento.

En 2022 tendremos elecciones en Brasil y la izquierda tiene todavía tiempo para articular fuerzas, contar con los movimientos sociales, hacer una gran coalición que pueda hacer frente a Bolsonaro. Como bien describe Steven Forti en este debate: “la izquierda debería ser la unificación de las diferentes luchas existentes –contra las desigualdades, en defensa de la clase trabajadora, por una verdadera igualdad de género, por ampliar los derechos civiles, etc.– más la ilusión”.

Confío que seremos capaz de articular una agenda con políticas de izquierdas, que puedan hacer frente a la ultraderecha de Bolsonaro. El pasado sábado 19 de junio, se realizaron manifestaciones en 427 ciudades brasileñas y otros 17 países. Estamos en el buen camino.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Laura Pérez Castaño

    Tenienta de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona

    El feminismo es uno de los movimientos sociales y políticos más potentes de nuestra época. En los años previos a la pandemia ha demostrado una capacidad de movilización que no veíamos desde los movimientos anti-austeridad del periodo 2011-2014, como el 15-M. Además, en los últimos años el feminismo ha tenido a nivel mundial una influencia creciente en la agenda política y está impulsando un cambio cultural muy rápido. Todos estos avances provocan resistencias. Es un cambio de una magnitud importante y como en todo cambio no podemos ser ingenuas y pensar que no generará conflicto. Por lo tanto, hay que...
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  • Laura Gómez

    Politóloga, investigadora y experta en políticas de igualdad de género y participación ciudadana

    Como ya se ha dicho en este debate, el regreso de la extrema derecha a la escena política como actor emergente forma parte de un movimiento global en el que las cuestiones de género tienen una relevancia central en su proyecto político. Sin embargo, sus posiciones respecto a los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI difieren y adoptan narrativas distintas en cada contexto nacional. Es precisamente en esta diferente consideración de las cuestiones de género en donde se inscriben algunas de las novedades históricas que presentan las nuevas extremas derechas. Una de estas novedades está siendo la...
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  • Irene Bassanezi Tosi

    Doctoranda en Estudios Avanzados en Derechos Humanos en UC3M

    “Buey, Bala y Biblia, o sea, agronegocio, militarismo y Pentecostales, han sido la base del bolsonarismo”, como afirma María Eugenia en la ponencia inicial de este debate, Bolsonaro ha ganado las elecciones gracias al apoyo de estos tres bloques socio-políticos, que se encuentran reflejados en el congreso de los diputados. Primero, los intereses del agronegocio están causando la devastación de nuestros bosques, nuestra flora y fauna, dando el pase libre al ecocidio ambiental promovido por el neoliberalismo más agresivo. Frente a esta devastación ambiental, son las lideresas y los líderes de derechos humanos, de las poblaciones locales...
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  • Laura Martínez Valero

    Oficial de comunicaciones y advocacy en Women’s Link Worldwide

    Después de leer las interesantes aportaciones de las compañeras expertas al debate, creo que mi granito de arena puede ser explicar, desde mi experiencia personal y profesional en Women’s Link Worldwide, mi visión sobre la comunicación que realiza la ultraderecha y los grupos ultraconservadores cristianos. Entender el éxito de sus mensajes es relativamente fácil: son mensajes simples, emocionales y apelan a un sistema de creencias y valores religiosos y tradicionales en los que la dicotomía entre el bien y mal está muy definida por la tradición o por el dogma cristiano. No suponen ningún tipo de incomodidad o desafío a...
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  • Guillermo Fernández Vázquez

    Investigador de la Universidad Complutense y autor del libro '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional'

    Breve entrevista a Guillermo Fernández-Vázquez, investigador de la Universidad Complutense y autor del libro, '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional', editorial Lengua de Trapo. 1. De acuerdo con las últimas encuestas Marine Le Pen acorta las distancias con Macron para las presidenciales de 2022, ¿cómo explicas el éxito del liderazgo de Marine Le Pen, una década después de haber tomado el mando de su partido? Es un fenómeno realmente sorprendente porque hasta hace apenas unos meses la figura pública de Marine Le Pen estaba en franca decadencia y se rumoreaba que podía...
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  • Sol Román

    Militante feminista

    En primer lugar, quiero decir que escribo esto desde las vivencias de la militancia feminista barrial y urbana, así como desde mis experiencias de mujer joven, blanca, precaria y con estudios universitarios. Del debate tan enriquecedor que surge en este espacio me ronda la cabeza una idea que ahonda en las razones del discurso antifeminista de la extrema derecha y en la fuerza del movimiento feminista actual, ya mencionado por otras compañeras antes. Desde que en 2016 el arzobispo de Valencia, cuyo nombre prefiero ni decir, bautizó al feminismo como “ideología de género” el feminismo ha sido cuestionado constantemente...
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  • Beatriz Gimeno

    Investigadora feminista y diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid

    Las relaciones de la extrema derecha con el feminismo pueden contemplarse desde muchas perspectivas y, después de leer las aportaciones que se han ido haciendo en este espacio, he decidido hacerlo desde la perspectiva de las masculinidades heridas; desde la perspectiva de los Hombres blancos enfadados (2013) de los que habla Kimmel, refiriéndose a EE.UU; desde la perspectiva de las identidades masculinas heridas por inseguridades vitales profundas y por la pérdida de sentido que han generado en todo el mundo las políticas neoliberales y cuyo resultado es una reacción misógina global. Para combatir los discursos de extrema derecha Alba...
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  • Nora Rodríguez

    Abogada penalista y militante antifascista

    Si el feminismo es atacado con tanta dureza por parte de esta extrema derecha es por su potencial emancipador, porque viene a agitar las estructuras del sistema. En un sistema basado en las opresiones no hay nada más revolucionario que hablar de igualdad. En un sistema que se basa en la explotación de las mujeres, luchar por su liberación y emancipación es de estricta necesidad. El feminismo, como todo movimiento emancipador y transgresor, recibe una línea de agresión y confrontación directa y otra de pretensión de asimilación e infiltración. Ya sabemos de las estrategias del neoliberalismo y del capitalismo más...
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  • Anna Palmowska

    Traductora y activista en ManifeStacja Madryt, el grupo pro derechos de las mujeres polacas y en la Comisión por el Derecho al Aborto de Madrid

    «Como dijo Margaret Atwood en 'El cuento de la criada', “no se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”». «Esto aquí no puede pasar». Creo que esta frase definía la postura de la mayoría de la sociedad polaca antes del año 2016, cuando por primera vez, nosotras, las mujeres de Polonia, nos dimos cuenta que lo que estaba pasando iba en serio. La turbia historia de mi país donde se cambió un sistema totalitario estalinista por un capitalismo salvaje de Estados Unidos ha dejado huella en la...
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  • Pastori Filigrana

    Abogada y defensora de Derechos Humanos

    El feminismo se ha convertido en un paraguas aglutinador de malestares y dolores reales y diferentes; desde el miedo de una joven a andar sola por la noche, hasta la precariedad de una trabajadora doméstica sin papeles; desde el desamparo ante el maltrato de una pareja, hasta la impotencia de la discriminación laboral por ser mujer; todo encuentra amparo en la lucha feminista. El movimiento feminista está teniendo la capacidad de organizar la rabia frente a desigualdades estructurales del sistema socioeconómico. El movimiento se ha masificado y radicalizado. No solo ha aumentado el número de personas que se declaran feministas...
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  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    La cornisa cantábrica, desde la burbuja inmobiliaria, está plagada de plumeros de la Pampa. Esta especie invasora, que no tendría nada que hacer en un bosque de castaños, se extiende como el fuego por la tierra removida que fue la norma durante tantos años de construir urbanizaciones y autovías. Llegó de Argentina en uno de esos barcos de containers que son la base material de la globalización neoliberal. De los terraplenes se extendió a los campos y, descuidado por las autoridades, pasó a invadir toda la franja costera, de temperaturas amables y humedad alta. Eliminarlo una vez extendido es...
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  • Mats Lucia Bayer

    Miembro del Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM)

    La relación entre la extrema derecha y las reivindicaciones del movimiento feminista ha demostrado moverse en un terreno ambiguo en estos últimos años. Como señala Judith Carreras, los posicionamientos varían según la organización y el país. Mientras que en algunos casos la extrema derecha adopta discursos abiertamente antifeministas, en otros se dan fenómenos de apropiación de algunas de las reivindicaciones feministas con el objetivo de apoyar una agenda xenófoba (el llamado “purplewashing”). Ambas vertientes redundan de una u otra manera en el hecho de desposeer a una parte de la población (las mujeres y/o las personas migrantes) de sus...
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  • Steven Forti

    Historiador. Profesor asociado en la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del IHC de la Universidade Nova de Lisboa.

    Las nuevas extremas derechas no encajan del todo con las categorías de interpretación que solemos utilizar para analizar este fenómeno. Me explico: Vox, el lepenismo, Salvini, el trumpismo, Orbán, el bolsonarismo o Alternativa para Alemania no pueden analizarse como si fuesen el fascismo de entreguerras o el neofascismo de la segunda mitad del siglo XX. Tienen algunos elementos de continuidad con aquellas experiencias, no cabe duda de ello, pero también son algo distinto. Resumiendo mucho, se trata de un fenómeno radicalmente nuevo. Si no lo entendemos, me temo que nunca conseguiremos frenarlas y derrotarlas. Esta extrema derecha 2.0 es...
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  • “No se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar” Margaret Atwood El cuento de la criada. Cuando lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, cobran mayor relevancia los espacios en disputa. En medio de esta crisis sistémica las disputas son y serán por la garantía del espacio vital y el control de la herencia de lo que está muriendo. La nueva normalidad está acelerando las diferencias entre generaciones y personas, no sólo entre territorios. Normaliza el paso de un estado del bienestar a la sociedad del miedo. Invisibiliza y desatiende las violencias machistas. Asume el recorte de derechos y libertades en pos del interés general. Normaliza también los efectos del cambio climático y colapso sistémico, concretado, a menudo, en récords de temperatura, incendios forestales multicausales, huracanes más intensos que se mueven con más lentitud y devastan más, ciclones tropicales, Filomenas y DANAs cada vez más presentes y severas, pérdida de suelos y actividades tradicionales, contaminación... Esta nueva normalidad concentra a más personas en los bordes del sistema, las expulsa desde el centro a las periferias y las obliga a sobrevivir, no producen y...
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  • Amelia Martínez Lobo

    Periodista y Project Manager en la Fundación Rosa Luxemburg (Madrid). Migraciones, antifascismo y feminismo.

    Sí, el feminismo es la vacuna contra el fascismo, también el muro de contención y su desafío. Porque si hay algo que aglutina y vertebra a las diferentes extremas derechas no es sólo su agenda misógina y su antifeminismo, sino su intento de cambiar el marco y convencer a parte del sujeto que apela este masivo movimiento que se ha levantado a lo largo y ancho del planeta. Sí, el feminismo es, sin duda, el caballo de batalla de la llamada “internacional reaccionaria postfascista”. Si bien entre las extremas derechas hay diferentes visiones y estrategias para atacar los derechos de...
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