Misoginia, pinkwashing y cómo la extrema derecha lidia con los feminismos

  • Amelia Martínez Lobo

    Amelia Martínez Lobo

    Periodista y Project Manager en la Fundación Rosa Luxemburg (Madrid). Migraciones, antifascismo y feminismo.

28.04.2021

Debate principal: Antifeminismo y extrema derecha

Sí, el feminismo es la vacuna contra el fascismo, también el muro de contención y su desafío. Porque si hay algo que aglutina y vertebra a las diferentes extremas derechas no es sólo su agenda misógina y su antifeminismo, sino su intento de cambiar el marco y convencer a parte del sujeto que apela este masivo movimiento que se ha levantado a lo largo y ancho del planeta. Sí, el feminismo es, sin duda, el caballo de batalla de la llamada “internacional reaccionaria postfascista”.

Si bien entre las extremas derechas hay diferentes visiones y estrategias para atacar los derechos de las mujeres, todas tienen como objetivo minar los derechos conquistados. La defensa del rol tradicional de la mujer no es la única expresión antifeminista de la ultraderecha. La supuesta defensa de los derechos de las mujeres –blancas, por supuesto- liderada por el partido de Lepen y secundadas por figuras femeninas influyentes en nuestro panorama político-mediático no es otra cosa que un “PinkWashing”. Detrás de esta “defensa” de nuestros derechos esconden su agenda xenófoba, islamófoba y punitivista. Porque su manera de defender la libertad y seguridad de las mujeres se consigue, según ellos, endureciendo el código penal y creando una campaña de criminalización de las personas migrantes, fundamentalmente de los menores no acompañados (no MENAS), que no dudan en sacar a pasear en cada momento electoral. Cosa, por otro lado, que puede parecer contradictoria. Es curioso que los miembros de VOX, incluidas las mujeres, nieguen sistemáticamente la violencia machista y al mismo tiempo en cada mitin cuenten esa historia de “la señora que no se atrevía a salir de casa porque le atacan y abusan de ella” (véanse algún mitin para contrastar las diferentes versiones) con intención de criminalizar y acusar a los migrantes de ser violadores en manada.

Según señala la periodista y antropóloga Nuria Alabao, la principal novedad de los partidos de extrema derecha “que empezaron a resurgir como respuesta al Mayo del 68, es presentar a los inmigrantes como agresores sexuales”. Ejemplos de estas acusaciones infundadas hay muchos, pero tal vez el más significativo fue el de la Nochevieja de 2015 en Colonia. El objetivo de este falso discurso es vincular lo material con la idea de inseguridad. “Dicen que los problemas materiales de la sociedad son por una crisis de valores, no por el neoliberalismo. Y vinculan su propuesta de inseguridad con la vuelta al tradicionalismo, a la familia tradicional hetenormativa que se hace cargo del trabajo de cuidados”. Alabao considera que la precariedad ha beneficiado a la extrema derecha y sostiene que, a pesar de que las políticas racistas existen desde hace tiempo, “la retórica racista no tenía espacio, algo que ahora sí sucede”.

Siguen al dedillo a Goebbels en eso de que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”, aunque los datos oficiales demuestren que la violencia machista no entiende de nacionalidades. Porque para las extremas derechas el uso de una mentira no debe ser analizado y evaluado desde el prisma de la moralidad, sino desde el hecho de extraer, en este caso, miedos, inseguridades y odio en la sociedad. Como también confirman Fernández y Torres en su artículo La mentira como industria y estrategia en la era digital, “la difusión de noticias falsas y la manipulación de la información se ha utilizado en campañas electorales, en publicidad y en estrategias comerciales” Cada vez suena más familiar y peligrosa esta estrategia.

La ‘necropolítica’ es la política basada en la idea de que unas vidas tienen valor y otras no. Y las derechas lo defienden cada día. Porque fomentar o no ciertas políticas públicas es hacer necropolítica. Porque negar la violencia machista, invisibilizarla y eliminar los presupuestos destinados a luchar contra ella es hacer necropolítica. Porque acusar y encauzar el odio de las y los que peor lo están pasando hacia niños migrantes es hacer necropolítica. Y tiene una gran capacidad de atracción. A VOX no le ha hecho falta gobernar para conseguir impulsar su agenda. No sólo ha definido con sus posturas las campañas. En Andalucía, el Partido Popular ya ha cedido ante Vox -a cambio de su apoyo a los presupuestos autonómicos- creando un teléfono de atención a víctimas de violencia ‘intrafamiliar’, como reclamaba el partido de ultraderecha. La consecuencia directa es que se eliminó el teléfono 016 de atención a mujeres maltratadas.

De nuevo Alabao, en el capítulo Las guerras de género: La extrema derecha contra el feminismo” del informe De los Neocón a los Neonazis. La derecha radical en el Estado español publicado por la Fundación Rosa Luxemburg nos explica cómo “la principal estrategia neocón fue la de confrontar directamente con los temas que mayor consenso generan en la izquierda, que se desplegó sobre todo a partir del primer Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2008).

Esta ofensiva estuvo destinada a hacer una oposición frontal a algunas de las medidas estrellas de este Gobierno, la mayoría de las cuales se pueden encuadrar dentro de las temáticas de género: ley de matrimonio homosexual (2005); reforma de la ley del aborto para una formulación menos restrictiva (2010) y la ley de educación (2006), que incluía la educación sexual, la formación en igualdad de género, diversidad familiar y lucha contra la homofobia en la escuela pública”. Concluyendo que las campañas organizadas en contra de estas leyes generaron “varias olas de movilización «antigénero» que consiguieron aglutinar a movimientos diversos en manifestaciones masivas profamilia”.

Qué feminismo necesitamos contra esta ofensiva

Necesitamos un feminismo que reivindique lo material. Que cuestione las políticas neoliberales, precarizadoras que ahondan en las desigualdades que atraviesan género, clase y raza. Que hable de las mujeres empleadas de hogar, que se parten la espalda cada día. Que hable de las condiciones intolerables de las jornaleras de Huelva. Que denuncie que la pobreza y la precariedad tienen rostro de mujer. Que defienda el derecho a la vivienda y exija dignidad en las condiciones de trabajo de las miles de sanitarias que nos han salvado la vida durante la pandemia. Que no les deje un solo espacio de dolor, miseria e inseguridad para explotar.

En definitiva, un feminismo que impugne el sistema capitalista. Capaz de poner en cuestión un sistema depredador que se sostiene gracias a la explotación de las mujeres. El feminismo no sólo pone en cuestión la familia tradicional, sino a todo un sistema de cuidados y sostenimiento de la vida que recae sobre los hombros de las mujeres de manera gratuita: la reproducción social de la vida. Desde el feminismo se puede y se debe cuestionar este sistema capitalista, que tiene como condición de existencia el trabajo gratuito de las mujeres: que cuidan, alimentan, visten, cocinan, hacen los hogares vivibles y habitables. Sin esos trabajos de cuidados no habría vida, ni fuerza de trabajo para ir cada mañana a producir y generar plusvalía en la fábrica o en la oficina.

Un feminismo que, como dice de nuevo Alabao en este artículo, “no se parezca a las extremas derechas ni en los andares: Ni punitivista, ni tránsfobo, ni puritano”. Ese es el feminismo que puede volver a convertir a la ultraderecha en un fenómeno social anecdótico y precisamente por eso las ultraderechas de todo el mundo, que discrepan en multitud de cuestiones, tienen el objetivo común de intentar destruirlo.

Tenemos que seguir disputando esta batalla cultural, porque no es sólo importante por lo simbólico o por lo estético. Nos jugamos lo material. Cuando hablamos de ganar el relato, no estamos haciendo una referencia abstracta. Hablamos de que ese relato se traduce en políticas públicas en las que nos va la vida. Ganar posiciones en el relato feminista, construir un nuevo sentido común a través de las movilizaciones, la música, el teatro o el cine, no es una batalla simbólica. Es el instrumento para avanza en derechos, para forzar políticas públicas feministas.

La ventaja con la que contamos las feministas es que, como dice María Eugenia Rodríguez-Palop en la ponencia inicial a este debate, “en la comunidad feminista el eje central no son los intereses personales, las robustas voluntades individuales, ni los deseos de unos pocos, sino las necesidades insatisfechas y de cuidado que tienen los muchos”. Somos más. No pasarán.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Laura Pérez Castaño

    Tenienta de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona

    El feminismo es uno de los movimientos sociales y políticos más potentes de nuestra época. En los años previos a la pandemia ha demostrado una capacidad de movilización que no veíamos desde los movimientos anti-austeridad del periodo 2011-2014, como el 15-M. Además, en los últimos años el feminismo ha tenido a nivel mundial una influencia creciente en la agenda política y está impulsando un cambio cultural muy rápido. Todos estos avances provocan resistencias. Es un cambio de una magnitud importante y como en todo cambio no podemos ser ingenuas y pensar que no generará conflicto. Por lo tanto, hay que...
    - Seguir leyendo
  • Laura Gómez

    Politóloga, investigadora y experta en políticas de igualdad de género y participación ciudadana

    Como ya se ha dicho en este debate, el regreso de la extrema derecha a la escena política como actor emergente forma parte de un movimiento global en el que las cuestiones de género tienen una relevancia central en su proyecto político. Sin embargo, sus posiciones respecto a los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI difieren y adoptan narrativas distintas en cada contexto nacional. Es precisamente en esta diferente consideración de las cuestiones de género en donde se inscriben algunas de las novedades históricas que presentan las nuevas extremas derechas. Una de estas novedades está siendo la...
    - Seguir leyendo
  • Irene Bassanezi Tosi

    Doctoranda en Estudios Avanzados en Derechos Humanos en UC3M

    “Buey, Bala y Biblia, o sea, agronegocio, militarismo y Pentecostales, han sido la base del bolsonarismo”, como afirma María Eugenia en la ponencia inicial de este debate, Bolsonaro ha ganado las elecciones gracias al apoyo de estos tres bloques socio-políticos, que se encuentran reflejados en el congreso de los diputados. Primero, los intereses del agronegocio están causando la devastación de nuestros bosques, nuestra flora y fauna, dando el pase libre al ecocidio ambiental promovido por el neoliberalismo más agresivo. Frente a esta devastación ambiental, son las lideresas y los líderes de derechos humanos, de las poblaciones locales...
    - Seguir leyendo
  • Laura Martínez Valero

    Oficial de comunicaciones y advocacy en Women’s Link Worldwide

    Después de leer las interesantes aportaciones de las compañeras expertas al debate, creo que mi granito de arena puede ser explicar, desde mi experiencia personal y profesional en Women’s Link Worldwide, mi visión sobre la comunicación que realiza la ultraderecha y los grupos ultraconservadores cristianos. Entender el éxito de sus mensajes es relativamente fácil: son mensajes simples, emocionales y apelan a un sistema de creencias y valores religiosos y tradicionales en los que la dicotomía entre el bien y mal está muy definida por la tradición o por el dogma cristiano. No suponen ningún tipo de incomodidad o desafío a...
    - Seguir leyendo
  • Guillermo Fernández Vázquez

    Investigador de la Universidad Complutense y autor del libro '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional'

    Breve entrevista a Guillermo Fernández-Vázquez, investigador de la Universidad Complutense y autor del libro, '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional', editorial Lengua de Trapo. 1. De acuerdo con las últimas encuestas Marine Le Pen acorta las distancias con Macron para las presidenciales de 2022, ¿cómo explicas el éxito del liderazgo de Marine Le Pen, una década después de haber tomado el mando de su partido? Es un fenómeno realmente sorprendente porque hasta hace apenas unos meses la figura pública de Marine Le Pen estaba en franca decadencia y se rumoreaba que podía...
    - Seguir leyendo
  • Sol Román

    Militante feminista

    En primer lugar, quiero decir que escribo esto desde las vivencias de la militancia feminista barrial y urbana, así como desde mis experiencias de mujer joven, blanca, precaria y con estudios universitarios. Del debate tan enriquecedor que surge en este espacio me ronda la cabeza una idea que ahonda en las razones del discurso antifeminista de la extrema derecha y en la fuerza del movimiento feminista actual, ya mencionado por otras compañeras antes. Desde que en 2016 el arzobispo de Valencia, cuyo nombre prefiero ni decir, bautizó al feminismo como “ideología de género” el feminismo ha sido cuestionado constantemente...
    - Seguir leyendo
  • Beatriz Gimeno

    Investigadora feminista y diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid

    Las relaciones de la extrema derecha con el feminismo pueden contemplarse desde muchas perspectivas y, después de leer las aportaciones que se han ido haciendo en este espacio, he decidido hacerlo desde la perspectiva de las masculinidades heridas; desde la perspectiva de los Hombres blancos enfadados (2013) de los que habla Kimmel, refiriéndose a EE.UU; desde la perspectiva de las identidades masculinas heridas por inseguridades vitales profundas y por la pérdida de sentido que han generado en todo el mundo las políticas neoliberales y cuyo resultado es una reacción misógina global. Para combatir los discursos de extrema derecha Alba...
    - Seguir leyendo
  • Nora Rodríguez

    Abogada penalista y militante antifascista

    Si el feminismo es atacado con tanta dureza por parte de esta extrema derecha es por su potencial emancipador, porque viene a agitar las estructuras del sistema. En un sistema basado en las opresiones no hay nada más revolucionario que hablar de igualdad. En un sistema que se basa en la explotación de las mujeres, luchar por su liberación y emancipación es de estricta necesidad. El feminismo, como todo movimiento emancipador y transgresor, recibe una línea de agresión y confrontación directa y otra de pretensión de asimilación e infiltración. Ya sabemos de las estrategias del neoliberalismo y del capitalismo más...
    - Seguir leyendo
  • Anna Palmowska

    Traductora y activista en ManifeStacja Madryt, el grupo pro derechos de las mujeres polacas y en la Comisión por el Derecho al Aborto de Madrid

    «Como dijo Margaret Atwood en 'El cuento de la criada', “no se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”». «Esto aquí no puede pasar». Creo que esta frase definía la postura de la mayoría de la sociedad polaca antes del año 2016, cuando por primera vez, nosotras, las mujeres de Polonia, nos dimos cuenta que lo que estaba pasando iba en serio. La turbia historia de mi país donde se cambió un sistema totalitario estalinista por un capitalismo salvaje de Estados Unidos ha dejado huella en la...
    - Seguir leyendo
  • Pastori Filigrana

    Abogada y defensora de Derechos Humanos

    El feminismo se ha convertido en un paraguas aglutinador de malestares y dolores reales y diferentes; desde el miedo de una joven a andar sola por la noche, hasta la precariedad de una trabajadora doméstica sin papeles; desde el desamparo ante el maltrato de una pareja, hasta la impotencia de la discriminación laboral por ser mujer; todo encuentra amparo en la lucha feminista. El movimiento feminista está teniendo la capacidad de organizar la rabia frente a desigualdades estructurales del sistema socioeconómico. El movimiento se ha masificado y radicalizado. No solo ha aumentado el número de personas que se declaran feministas...
    - Seguir leyendo
  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    La cornisa cantábrica, desde la burbuja inmobiliaria, está plagada de plumeros de la Pampa. Esta especie invasora, que no tendría nada que hacer en un bosque de castaños, se extiende como el fuego por la tierra removida que fue la norma durante tantos años de construir urbanizaciones y autovías. Llegó de Argentina en uno de esos barcos de containers que son la base material de la globalización neoliberal. De los terraplenes se extendió a los campos y, descuidado por las autoridades, pasó a invadir toda la franja costera, de temperaturas amables y humedad alta. Eliminarlo una vez extendido es...
    - Seguir leyendo
  • Mats Lucia Bayer

    Miembro del Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM)

    La relación entre la extrema derecha y las reivindicaciones del movimiento feminista ha demostrado moverse en un terreno ambiguo en estos últimos años. Como señala Judith Carreras, los posicionamientos varían según la organización y el país. Mientras que en algunos casos la extrema derecha adopta discursos abiertamente antifeministas, en otros se dan fenómenos de apropiación de algunas de las reivindicaciones feministas con el objetivo de apoyar una agenda xenófoba (el llamado “purplewashing”). Ambas vertientes redundan de una u otra manera en el hecho de desposeer a una parte de la población (las mujeres y/o las personas migrantes) de sus...
    - Seguir leyendo
  • Steven Forti

    Historiador. Profesor asociado en la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del IHC de la Universidade Nova de Lisboa.

    Las nuevas extremas derechas no encajan del todo con las categorías de interpretación que solemos utilizar para analizar este fenómeno. Me explico: Vox, el lepenismo, Salvini, el trumpismo, Orbán, el bolsonarismo o Alternativa para Alemania no pueden analizarse como si fuesen el fascismo de entreguerras o el neofascismo de la segunda mitad del siglo XX. Tienen algunos elementos de continuidad con aquellas experiencias, no cabe duda de ello, pero también son algo distinto. Resumiendo mucho, se trata de un fenómeno radicalmente nuevo. Si no lo entendemos, me temo que nunca conseguiremos frenarlas y derrotarlas. Esta extrema derecha 2.0 es...
    - Seguir leyendo
  • “No se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar” Margaret Atwood El cuento de la criada. Cuando lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, cobran mayor relevancia los espacios en disputa. En medio de esta crisis sistémica las disputas son y serán por la garantía del espacio vital y el control de la herencia de lo que está muriendo. La nueva normalidad está acelerando las diferencias entre generaciones y personas, no sólo entre territorios. Normaliza el paso de un estado del bienestar a la sociedad del miedo. Invisibiliza y desatiende las violencias machistas. Asume el recorte de derechos y libertades en pos del interés general. Normaliza también los efectos del cambio climático y colapso sistémico, concretado, a menudo, en récords de temperatura, incendios forestales multicausales, huracanes más intensos que se mueven con más lentitud y devastan más, ciclones tropicales, Filomenas y DANAs cada vez más presentes y severas, pérdida de suelos y actividades tradicionales, contaminación... Esta nueva normalidad concentra a más personas en los bordes del sistema, las expulsa desde el centro a las periferias y las obliga a sobrevivir, no producen y...
    - Seguir leyendo
  • Amelia Martínez Lobo

    Periodista y Project Manager en la Fundación Rosa Luxemburg (Madrid). Migraciones, antifascismo y feminismo.

    Sí, el feminismo es la vacuna contra el fascismo, también el muro de contención y su desafío. Porque si hay algo que aglutina y vertebra a las diferentes extremas derechas no es sólo su agenda misógina y su antifeminismo, sino su intento de cambiar el marco y convencer a parte del sujeto que apela este masivo movimiento que se ha levantado a lo largo y ancho del planeta. Sí, el feminismo es, sin duda, el caballo de batalla de la llamada “internacional reaccionaria postfascista”. Si bien entre las extremas derechas hay diferentes visiones y estrategias para atacar los derechos de...
    - Seguir leyendo

¿Quiéres participar en este debate?

Ve al apartado 'Cómo participar' y revisa los pasos necesarios para poder intervenir en los debates abiertos.