Ataques y estrategias del antifeminismo extraparlamentario

  • Nora Rodríguez

    Nora Rodríguez

    Abogada penalista y militante antifascista

28.05.2021

Debate principal: Antifeminismo y extrema derecha

Si el feminismo es atacado con tanta dureza por parte de esta extrema derecha es por su potencial emancipador, porque viene a agitar las estructuras del sistema. En un sistema basado en las opresiones no hay nada más revolucionario que hablar de igualdad. En un sistema que se basa en la explotación de las mujeres, luchar por su liberación y emancipación es de estricta necesidad. El feminismo, como todo movimiento emancipador y transgresor, recibe una línea de agresión y confrontación directa y otra de pretensión de asimilación e infiltración.

Ya sabemos de las estrategias del neoliberalismo y del capitalismo más puro para apropiarse o aprovecharse de este movimiento, despolitizándolo y desclasándolo. Pero, además, nos enfrentamos a cómo desde los movimientos y partidos de extrema derecha existe un ataque sin cuartel dentro de su estrategia política. En la extrema derecha más liberal y parlamentaria ese ataque se centra en las características de este movimiento que confrontan con la igualdad de género y las leyes que la apoyan, con la estructura tradicional de la familia, la búsqueda de condiciones laborales dignas para las mujeres trabajadoras… en definitiva con todos aquellos factores que atacan al status quo actual. Porque el feminismo ataca tanto al ámbito socioeconómico como al político, a las estructuras materiales como a las construcciones sociales. El feminismo está aquí para cambiarlo todo.

Además, encontramos un intento de cooptación y utilización del movimiento. En esta internacional reaccionaria de la que habla en una de las primeras aportaciones Amelia Lobo, vemos un fenómeno de incorporación de mujeres como caras visibles del fascismo. Desde la extrema derecha parlamentaria hasta la extraparlamentaria, pasando por grupúsculos abiertamente nazis. La estrategia es poner mujeres al frente de la confrontación, vendiendo otra imagen de mujer y valores en contraposición a los que representa el feminismo. Casualmente siempre mantienen una visión de familia y mujer que se asemeja mucho a la tradicional y, por supuesto, no ataca los cimientos de este sistema patriarcal.

Mantienen un discurso de una supuesta defensa de las mujeres, utilizando la violencia hacia las mismas como forma de estigmatizar a la inmigración y difundir un mensaje racista, en el que se presenta a la migración como un peligro para los derechos de las mujeres. En esta estrategia, los movimientos de ultraderecha se presentan a sí mismos como defensores de las mujeres frente a esta migración, que según sus discursos viene a imponernos costumbres que atacan nuestros derechos y lo de las personas LGTBI. También adoptan una posición oportunista de defensa de las personas homosexuales, como “sus” lesbianas o gays frente a una amenaza exterior representada especialmente por la inmigración musulmana, a la que pintan como un peligro para los derechos sociales más básicos.

En este sentido, vemos continuamente cómo se hacen virales contenidos referentes a las diferencias culturales entre países, fotos de mujeres con velos o burkas como contraposición a lo que entienden por nuestra cultura, en una clara oposición a la multiculturalidad. Con discursos en los que intentan sembrar el miedo, asociando esta multiculturalidad o la llegada de migrantes con la posibilidad de sufrir agresiones o perder derechos, llevándolo al absurdo. Estamos cansadas de ver comentarios y apelaciones constantes a las feministas cuando se produce alguna agresión a mujeres por parte de hombres extranjeros. Casualmente estas réplicas se dan cuando los agresores únicamente son migrantes no europeos y, sobre todo, musulmanes. Vamos con el ejemplo:

Pasó en el Barrio de San Blas a finales del año pasado, tras la agresión sexual a una chica de 13 años el colectivo nazi Bastión Frontal aprovechó para atacar, una vez más, a los menores migrantes no acompañados que vivían en pisos tutelados, acusándoles de estar detrás de la agresión. En este caso se puede observar perfectamente cómo se orquesta una campaña que relaciona inmigración con delincuencia, convocando incluso manifestaciones y concentraciones frente a estos pisos tutelados. Menos mal que esta acción fue parada por los vecinos y colectivos del barrio, que señalaban a este grupúsculo como neonazis y convocaron una concentración contra el racismo y el fascismo, destapando la estrategia de manipulación de este colectivo. Ese mismo día se hizo pública la versión policial sobre la violación, que desvinculaba a estos menores de los hechos, y en la que se señalaba que el detenido es español. Pero evidentemente no se produjo ninguna rectificación. Lo que sí pasó es que a principios de año volvió a crear una campaña por grupos nazis escondidos tras asociaciones vecinales fantasmas en la que se denunciaba la inseguridad en los barrios, acusando a inmigrantes y menores no acompañados de agresiones y delincuencia.

Además de todo esto, hay que señalar que la extrema derecha también defiende una posición punitivista, que simplifica la violencia hacia las mujeres como un problema cuya solución pasa únicamente por el castigo y las condenas a los responsables. Lo podemos ver en su defensa a ultranza de medidas penales extremas como la prisión permanente revisable. En cambio nunca plantean políticas preventivas, es más, cuando desde el feminismo se ataca a estas conductas previas a las agresiones, cuando se hace referencia a micromachismos o acosos y discriminaciones, cuando se habla de la estructura en la que se sustentan y por la que se producen estos delitos, la respuesta de la extrema derecha es una ridiculización de estas reivindicaciones. Porque otra forma de atacar al feminismo que tiene la extrema derecha es a través de la ridiculización y el llevar al absurdo cuestiones que pueden resultar polémicas del feminismo.

En 2016 Hogar Social realizó una campaña contra el feminismo en la Universidad Complutense de Madrid bajo el lema «No somos iguales. Valemos lo mismo». Esta acción consistió en poner carteles con mensajes como «si te abren la puerta es educación, no machismo», «si te llaman guapa es un halago, no machismo», «si te invitan a un café es generosidad, no machismo», en una supuesta crítica hacia la discriminación positiva, hablando de «revanchismo absurdo» y de una supuesta «condena a todo hombre a una obligación moral en la que sentirse inferior». Un año más tarde llevaron a cabo otra acción ridiculizando el lenguaje inclusivo con carteles que cambiaban el género de facultades de la universidad: «Facultad de Biologío», «Facultad de Derecha», «Escuela de Caminas», «Facultad de Historio» o «Facultad de Filosofío» difundiendo todos estos mensajes bajo la etiqueta «heteropatriarcada» en la red social de Twitter.

Este ejemplo no sólo se produce por grupúsculos como Hogar Social, también se emite en discursos de la extrema derecha parlamentaria a youtubers o medios de comunicación. En noviembre del año pasado, el grupo neonazi Bastión Frontal convocó una concentración frente al Ministerio de Igualdad en Madrid, contra la Ley Trans. El mensaje de su convocatoria decía lo siguiente: «¿Siempre te gustaron los helicópteros de combate? Ahora con la nueva ley trans de Irene Montero puedes ser uno. Apache, Cobra, Tigre…¡EL QUE TU QUIERAS O TODOS A LA VEZ! ¿A qué esperas?» o “La sociedad te oprime. No existen dos géneros, existen 1489 distintos”. En un intento de burlarse de las reclamaciones del colectivo transexual recogidas en este borrador de Ley. Menos mal que el ridículo vino por otro lado: juntaron apenas 20 personas en la concentración.

Lo que quería aportar es que con diferentes estrategias y desde diferentes sectores las feministas y las antifascistas nos enfrentamos a diario ante ataques y agresiones de la extrema derecha. Desde sus diversos intentos de lavado de cara y manipulación a una forma directa de ridiculización y violencia que se ejerce contra nosotras. Pero tenemos claro que nos tendrán siempre en frente. Tenemos que ganar el relato y también las calles. Por supuesto que somos más, y organizadas sabemos que somos imparables.

Por un feminismo antifascista, antirracista, desde los barrios y pueblos, desde los trabajos y el desempleo, un antifascismo feminista de las nuestras para las nuestras. Las respuestas y las soluciones, como siempre, las tendrán las asambleas y los colectivos.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Laura Pérez Castaño

    Tenienta de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona

    El feminismo es uno de los movimientos sociales y políticos más potentes de nuestra época. En los años previos a la pandemia ha demostrado una capacidad de movilización que no veíamos desde los movimientos anti-austeridad del periodo 2011-2014, como el 15-M. Además, en los últimos años el feminismo ha tenido a nivel mundial una influencia creciente en la agenda política y está impulsando un cambio cultural muy rápido. Todos estos avances provocan resistencias. Es un cambio de una magnitud importante y como en todo cambio no podemos ser ingenuas y pensar que no generará conflicto. Por lo tanto, hay que...
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  • Laura Gómez

    Politóloga, investigadora y experta en políticas de igualdad de género y participación ciudadana

    Como ya se ha dicho en este debate, el regreso de la extrema derecha a la escena política como actor emergente forma parte de un movimiento global en el que las cuestiones de género tienen una relevancia central en su proyecto político. Sin embargo, sus posiciones respecto a los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI difieren y adoptan narrativas distintas en cada contexto nacional. Es precisamente en esta diferente consideración de las cuestiones de género en donde se inscriben algunas de las novedades históricas que presentan las nuevas extremas derechas. Una de estas novedades está siendo la...
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  • Irene Bassanezi Tosi

    Doctoranda en Estudios Avanzados en Derechos Humanos en UC3M

    “Buey, Bala y Biblia, o sea, agronegocio, militarismo y Pentecostales, han sido la base del bolsonarismo”, como afirma María Eugenia en la ponencia inicial de este debate, Bolsonaro ha ganado las elecciones gracias al apoyo de estos tres bloques socio-políticos, que se encuentran reflejados en el congreso de los diputados. Primero, los intereses del agronegocio están causando la devastación de nuestros bosques, nuestra flora y fauna, dando el pase libre al ecocidio ambiental promovido por el neoliberalismo más agresivo. Frente a esta devastación ambiental, son las lideresas y los líderes de derechos humanos, de las poblaciones locales...
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  • Laura Martínez Valero

    Oficial de comunicaciones y advocacy en Women’s Link Worldwide

    Después de leer las interesantes aportaciones de las compañeras expertas al debate, creo que mi granito de arena puede ser explicar, desde mi experiencia personal y profesional en Women’s Link Worldwide, mi visión sobre la comunicación que realiza la ultraderecha y los grupos ultraconservadores cristianos. Entender el éxito de sus mensajes es relativamente fácil: son mensajes simples, emocionales y apelan a un sistema de creencias y valores religiosos y tradicionales en los que la dicotomía entre el bien y mal está muy definida por la tradición o por el dogma cristiano. No suponen ningún tipo de incomodidad o desafío a...
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  • Guillermo Fernández Vázquez

    Investigador de la Universidad Complutense y autor del libro '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional'

    Breve entrevista a Guillermo Fernández-Vázquez, investigador de la Universidad Complutense y autor del libro, '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional', editorial Lengua de Trapo. 1. De acuerdo con las últimas encuestas Marine Le Pen acorta las distancias con Macron para las presidenciales de 2022, ¿cómo explicas el éxito del liderazgo de Marine Le Pen, una década después de haber tomado el mando de su partido? Es un fenómeno realmente sorprendente porque hasta hace apenas unos meses la figura pública de Marine Le Pen estaba en franca decadencia y se rumoreaba que podía...
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  • Sol Román

    Militante feminista

    En primer lugar, quiero decir que escribo esto desde las vivencias de la militancia feminista barrial y urbana, así como desde mis experiencias de mujer joven, blanca, precaria y con estudios universitarios. Del debate tan enriquecedor que surge en este espacio me ronda la cabeza una idea que ahonda en las razones del discurso antifeminista de la extrema derecha y en la fuerza del movimiento feminista actual, ya mencionado por otras compañeras antes. Desde que en 2016 el arzobispo de Valencia, cuyo nombre prefiero ni decir, bautizó al feminismo como “ideología de género” el feminismo ha sido cuestionado constantemente...
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  • Beatriz Gimeno

    Investigadora feminista y diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid

    Las relaciones de la extrema derecha con el feminismo pueden contemplarse desde muchas perspectivas y, después de leer las aportaciones que se han ido haciendo en este espacio, he decidido hacerlo desde la perspectiva de las masculinidades heridas; desde la perspectiva de los Hombres blancos enfadados (2013) de los que habla Kimmel, refiriéndose a EE.UU; desde la perspectiva de las identidades masculinas heridas por inseguridades vitales profundas y por la pérdida de sentido que han generado en todo el mundo las políticas neoliberales y cuyo resultado es una reacción misógina global. Para combatir los discursos de extrema derecha Alba...
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  • Nora Rodríguez

    Abogada penalista y militante antifascista

    Si el feminismo es atacado con tanta dureza por parte de esta extrema derecha es por su potencial emancipador, porque viene a agitar las estructuras del sistema. En un sistema basado en las opresiones no hay nada más revolucionario que hablar de igualdad. En un sistema que se basa en la explotación de las mujeres, luchar por su liberación y emancipación es de estricta necesidad. El feminismo, como todo movimiento emancipador y transgresor, recibe una línea de agresión y confrontación directa y otra de pretensión de asimilación e infiltración. Ya sabemos de las estrategias del neoliberalismo y del capitalismo más...
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  • Anna Palmowska

    Traductora y activista en ManifeStacja Madryt, el grupo pro derechos de las mujeres polacas y en la Comisión por el Derecho al Aborto de Madrid

    «Como dijo Margaret Atwood en 'El cuento de la criada', “no se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”». «Esto aquí no puede pasar». Creo que esta frase definía la postura de la mayoría de la sociedad polaca antes del año 2016, cuando por primera vez, nosotras, las mujeres de Polonia, nos dimos cuenta que lo que estaba pasando iba en serio. La turbia historia de mi país donde se cambió un sistema totalitario estalinista por un capitalismo salvaje de Estados Unidos ha dejado huella en la...
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  • Pastori Filigrana

    Abogada y defensora de Derechos Humanos

    El feminismo se ha convertido en un paraguas aglutinador de malestares y dolores reales y diferentes; desde el miedo de una joven a andar sola por la noche, hasta la precariedad de una trabajadora doméstica sin papeles; desde el desamparo ante el maltrato de una pareja, hasta la impotencia de la discriminación laboral por ser mujer; todo encuentra amparo en la lucha feminista. El movimiento feminista está teniendo la capacidad de organizar la rabia frente a desigualdades estructurales del sistema socioeconómico. El movimiento se ha masificado y radicalizado. No solo ha aumentado el número de personas que se declaran feministas...
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  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    La cornisa cantábrica, desde la burbuja inmobiliaria, está plagada de plumeros de la Pampa. Esta especie invasora, que no tendría nada que hacer en un bosque de castaños, se extiende como el fuego por la tierra removida que fue la norma durante tantos años de construir urbanizaciones y autovías. Llegó de Argentina en uno de esos barcos de containers que son la base material de la globalización neoliberal. De los terraplenes se extendió a los campos y, descuidado por las autoridades, pasó a invadir toda la franja costera, de temperaturas amables y humedad alta. Eliminarlo una vez extendido es...
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  • Mats Lucia Bayer

    Miembro del Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM)

    La relación entre la extrema derecha y las reivindicaciones del movimiento feminista ha demostrado moverse en un terreno ambiguo en estos últimos años. Como señala Judith Carreras, los posicionamientos varían según la organización y el país. Mientras que en algunos casos la extrema derecha adopta discursos abiertamente antifeministas, en otros se dan fenómenos de apropiación de algunas de las reivindicaciones feministas con el objetivo de apoyar una agenda xenófoba (el llamado “purplewashing”). Ambas vertientes redundan de una u otra manera en el hecho de desposeer a una parte de la población (las mujeres y/o las personas migrantes) de sus...
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  • Steven Forti

    Historiador. Profesor asociado en la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del IHC de la Universidade Nova de Lisboa.

    Las nuevas extremas derechas no encajan del todo con las categorías de interpretación que solemos utilizar para analizar este fenómeno. Me explico: Vox, el lepenismo, Salvini, el trumpismo, Orbán, el bolsonarismo o Alternativa para Alemania no pueden analizarse como si fuesen el fascismo de entreguerras o el neofascismo de la segunda mitad del siglo XX. Tienen algunos elementos de continuidad con aquellas experiencias, no cabe duda de ello, pero también son algo distinto. Resumiendo mucho, se trata de un fenómeno radicalmente nuevo. Si no lo entendemos, me temo que nunca conseguiremos frenarlas y derrotarlas. Esta extrema derecha 2.0 es...
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  • “No se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar” Margaret Atwood El cuento de la criada. Cuando lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, cobran mayor relevancia los espacios en disputa. En medio de esta crisis sistémica las disputas son y serán por la garantía del espacio vital y el control de la herencia de lo que está muriendo. La nueva normalidad está acelerando las diferencias entre generaciones y personas, no sólo entre territorios. Normaliza el paso de un estado del bienestar a la sociedad del miedo. Invisibiliza y desatiende las violencias machistas. Asume el recorte de derechos y libertades en pos del interés general. Normaliza también los efectos del cambio climático y colapso sistémico, concretado, a menudo, en récords de temperatura, incendios forestales multicausales, huracanes más intensos que se mueven con más lentitud y devastan más, ciclones tropicales, Filomenas y DANAs cada vez más presentes y severas, pérdida de suelos y actividades tradicionales, contaminación... Esta nueva normalidad concentra a más personas en los bordes del sistema, las expulsa desde el centro a las periferias y las obliga a sobrevivir, no producen y...
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  • Amelia Martínez Lobo

    Periodista y Project Manager en la Fundación Rosa Luxemburg (Madrid). Migraciones, antifascismo y feminismo.

    Sí, el feminismo es la vacuna contra el fascismo, también el muro de contención y su desafío. Porque si hay algo que aglutina y vertebra a las diferentes extremas derechas no es sólo su agenda misógina y su antifeminismo, sino su intento de cambiar el marco y convencer a parte del sujeto que apela este masivo movimiento que se ha levantado a lo largo y ancho del planeta. Sí, el feminismo es, sin duda, el caballo de batalla de la llamada “internacional reaccionaria postfascista”. Si bien entre las extremas derechas hay diferentes visiones y estrategias para atacar los derechos de...
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