La agenda ecofascista de la extrema derecha: medioambiente, misoginia y xenofobia

30.04.2021

Debate principal: Antifeminismo y extrema derecha

No se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar” Margaret Atwood El cuento de la criada.

Cuando lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, cobran mayor relevancia los espacios en disputa. En medio de esta crisis sistémica las disputas son y serán por la garantía del espacio vital y el control de la herencia de lo que está muriendo.

La nueva normalidad está acelerando las diferencias entre generaciones y personas, no sólo entre territorios. Normaliza el paso de un estado del bienestar a la sociedad del miedo. Invisibiliza y desatiende las violencias machistas. Asume el recorte de derechos y libertades en pos del interés general. Normaliza también los efectos del cambio climático y colapso sistémico, concretado, a menudo, en récords de temperatura, incendios forestales multicausales, huracanes más intensos que se mueven con más lentitud y devastan más, ciclones tropicales, Filomenas y DANAs cada vez más presentes y severas, pérdida de suelos y actividades tradicionales, contaminación…

Esta nueva normalidad concentra a más personas en los bordes del sistema, las expulsa desde el centro a las periferias y las obliga a sobrevivir, no producen y tampoco consumen. El panorama no es muy alentador y una inmensa mayoría nos codeamos con los bien posicionados creadores de escasez. Los oligarcas de las plusvalías del planeta y sus habitantes.

Hay muy pocas personas que puedan vivir como si no hubiera límites. Este sistema tiene una forma de plantear la vida que no comprende sus dos dependencias materiales básicas: naturaleza (porque dependemos de los recursos naturales) y cuidados (porque no podemos vivir sin que nos cuiden otras personas). Y la extrema derecha tiene una agenda que transita silenciosamente del negacionismo a la preparación de un escenario en el que unos pocos acumularán todos los recursos. Un contexto en el que una mayoría social conocerá el significado de la falta de agua, la inseguridad alimentaria, las enfermedades asociadas al cambio climático, etc. Un escenario ecofascista. Parece contradictorio pero, ¿qué hay más estratégico que negar una evidencia para no tener que plantear una agenda que nos englobe a todas las personas?

En disputa, además del significado, están los significantes. Se habla de ecofascismo y la realidad es que ya se aprecia una clara intersección entre ecologismo, nacionalismo y neoliberalismo. Nada de esto es nuevo, pero revive y le sirve a aquellos que defienden el que todo cambie para que no cambie nada.

Usan el (real) agotamiento de recursos bajo los mantras “no hay para todos” o «los de aquí primero». Un discurso peligroso que se ha alimentado desde hace años con medidas de austeridad impuestas en toda Europa. Una receta neoliberal que ha calado en muchas mentes educadas bajo el sistema que nos ha tocado vivir. Un sistema, cuya referencia es el sistema capitalista y patriarcal. Aposentado sobre una jerarquía de valores basados en la división de roles, la competitividad, la desigualdad, la segregación y la continuada explotación de recursos ajenos.

Todas sabemos, o intuimos, que esta globalización es desigual y oculta las vergüenzas de un modelo de fascismo territorial, según Boaventura de Sousa Santos, donde nuestra riqueza sólo se mantiene gracias a la explotación de recursos que vienen de otros territorios. Si nuestras fronteras impidieran la entrada a estos recursos y mercancías, al igual que hacemos con los seres humanos, la supervivencia de los países desarrollados estaría en cuestión.

La autodenominada ecología integral es parte del rearme ideológico de muchas corrientes de la extrema derecha. Desde neopaganos a supremacistas, decenas de grupos quieren subirse a la ola del medio ambiente, aprovechando un momento clave de concienciación social. Si los legitimamos como ecologistas o defensores de la tierra, impondrán su agenda. En Francia el Frente Nacional habla de la protección del planeta y la vida, y se muestran a favor del “orden natural de la sexualidad”, en contra de la interrupción del embarazo o la eutanasia.

Esta propuesta es peligrosa en tanto asegura haber superado el eje izquierda-derecha para defender a los seres vivos. En realidad lo que hace es incardinar el medio ambiente, la misoginia y la xenofobia. Contempla la gestión de las sociedades como los ecosistemas. Entendiendo que al igual que la naturaleza, las sociedades funcionan con leyes, y cuando éstas se ven vulneradas por la entrada de agentes externos, enferman. Su discurso frente a las personas extranjeras es simple, reducen a los extranjeros a microorganismos y los sitúan en un lugar en el que no deberían estar, con las fronteras como muros de contención. La extrema derecha habla de proteger el entorno, tanto de las multinacionales extranjeras como de los migrantes.

Una retórica poderosa traducida en lemas sencillos que se apoyan en la inseguridad y pobreza. Interpela a hombres y mujeres de maneras diferentes pero complementarias, sirviéndose de la agonía para generar una guerra del último contra el penúltimo, del odio al diferente. Así, la suma del “no hay para todos” y el pinkwashing, referido al uso de la violencia contra las mujeres para criminalizar a segmentos de la población y aplicar políticas racistas -tal y como explica en la anterior intervención Amelia Martínez Lobo- enarbola una bandera blanca, hetero, supremacista y conservadora. Basta con hacer el análisis de cómo han evolucionado los mensajes. De “los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo a los españoles” a afirmar que “una avalancha de migrantes viene a violar a nuestras mujeres”. Querer fagocitar nuestra fuerza en un revés tenebroso que enarbola el odio y el antifeminismo.

Por eso es necesario que hablemos también de la geopolítica de unos recursos cada vez más escasos y concentrados, recursos en propiedad de sujetos políticos muchas veces, no identificados. Mercantilismo climático, seguridad climática y redefinición de los bordes del sistema en términos de capacidad de carga ecológica. Los creadores de escasez están ya utilizando las tecnologías y el análisis de datos para rentabilizar los nuevos nichos de mercado y las plusvalías derivadas de los nuevos yacimientos de empleo (tecnologías verdes, energías renovables, mercados de carbono, servicios ambientales…) y con políticas migratorias xenófobas de cierre de fronteras para blindar enclaves estratégicos con aforos limitados.

Algunos dicen que el mundo será verde, violeta y tech o no será. En realidad cabe la posibilidad de no ser, porque habrán laminado el futuro de millones de personas y acabado con el equilibrio ecosistémico que permite que diferentes especies convivamos en una casa común. Nuestro modelo a seguir es aquel en el que nada y ninguna vida se desprecia, el que sostiene y resguarda un ciclo vital del que todas formamos parte, sancionando y alertando de esta posibilidad excluyente. En el que poner la vida en el centro, como proclama el ecofeminismo, supone replantear este sistema económico y las políticas que se han creado alrededor no de objetivos de la vida sino de un crecimiento ilimitado imposible.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Laura Pérez Castaño

    Tenienta de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona

    El feminismo es uno de los movimientos sociales y políticos más potentes de nuestra época. En los años previos a la pandemia ha demostrado una capacidad de movilización que no veíamos desde los movimientos anti-austeridad del periodo 2011-2014, como el 15-M. Además, en los últimos años el feminismo ha tenido a nivel mundial una influencia creciente en la agenda política y está impulsando un cambio cultural muy rápido. Todos estos avances provocan resistencias. Es un cambio de una magnitud importante y como en todo cambio no podemos ser ingenuas y pensar que no generará conflicto. Por lo tanto, hay que...
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  • Laura Gómez

    Politóloga, investigadora y experta en políticas de igualdad de género y participación ciudadana

    Como ya se ha dicho en este debate, el regreso de la extrema derecha a la escena política como actor emergente forma parte de un movimiento global en el que las cuestiones de género tienen una relevancia central en su proyecto político. Sin embargo, sus posiciones respecto a los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI difieren y adoptan narrativas distintas en cada contexto nacional. Es precisamente en esta diferente consideración de las cuestiones de género en donde se inscriben algunas de las novedades históricas que presentan las nuevas extremas derechas. Una de estas novedades está siendo la...
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  • Irene Bassanezi Tosi

    Doctoranda en Estudios Avanzados en Derechos Humanos en UC3M

    “Buey, Bala y Biblia, o sea, agronegocio, militarismo y Pentecostales, han sido la base del bolsonarismo”, como afirma María Eugenia en la ponencia inicial de este debate, Bolsonaro ha ganado las elecciones gracias al apoyo de estos tres bloques socio-políticos, que se encuentran reflejados en el congreso de los diputados. Primero, los intereses del agronegocio están causando la devastación de nuestros bosques, nuestra flora y fauna, dando el pase libre al ecocidio ambiental promovido por el neoliberalismo más agresivo. Frente a esta devastación ambiental, son las lideresas y los líderes de derechos humanos, de las poblaciones locales...
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  • Laura Martínez Valero

    Oficial de comunicaciones y advocacy en Women’s Link Worldwide

    Después de leer las interesantes aportaciones de las compañeras expertas al debate, creo que mi granito de arena puede ser explicar, desde mi experiencia personal y profesional en Women’s Link Worldwide, mi visión sobre la comunicación que realiza la ultraderecha y los grupos ultraconservadores cristianos. Entender el éxito de sus mensajes es relativamente fácil: son mensajes simples, emocionales y apelan a un sistema de creencias y valores religiosos y tradicionales en los que la dicotomía entre el bien y mal está muy definida por la tradición o por el dogma cristiano. No suponen ningún tipo de incomodidad o desafío a...
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  • Guillermo Fernández Vázquez

    Investigador de la Universidad Complutense y autor del libro '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional'

    Breve entrevista a Guillermo Fernández-Vázquez, investigador de la Universidad Complutense y autor del libro, '¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? El caso del Frente Nacional', editorial Lengua de Trapo. 1. De acuerdo con las últimas encuestas Marine Le Pen acorta las distancias con Macron para las presidenciales de 2022, ¿cómo explicas el éxito del liderazgo de Marine Le Pen, una década después de haber tomado el mando de su partido? Es un fenómeno realmente sorprendente porque hasta hace apenas unos meses la figura pública de Marine Le Pen estaba en franca decadencia y se rumoreaba que podía...
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  • Sol Román

    Militante feminista

    En primer lugar, quiero decir que escribo esto desde las vivencias de la militancia feminista barrial y urbana, así como desde mis experiencias de mujer joven, blanca, precaria y con estudios universitarios. Del debate tan enriquecedor que surge en este espacio me ronda la cabeza una idea que ahonda en las razones del discurso antifeminista de la extrema derecha y en la fuerza del movimiento feminista actual, ya mencionado por otras compañeras antes. Desde que en 2016 el arzobispo de Valencia, cuyo nombre prefiero ni decir, bautizó al feminismo como “ideología de género” el feminismo ha sido cuestionado constantemente...
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  • Beatriz Gimeno

    Investigadora feminista y diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid

    Las relaciones de la extrema derecha con el feminismo pueden contemplarse desde muchas perspectivas y, después de leer las aportaciones que se han ido haciendo en este espacio, he decidido hacerlo desde la perspectiva de las masculinidades heridas; desde la perspectiva de los Hombres blancos enfadados (2013) de los que habla Kimmel, refiriéndose a EE.UU; desde la perspectiva de las identidades masculinas heridas por inseguridades vitales profundas y por la pérdida de sentido que han generado en todo el mundo las políticas neoliberales y cuyo resultado es una reacción misógina global. Para combatir los discursos de extrema derecha Alba...
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  • Nora Rodríguez

    Abogada penalista y militante antifascista

    Si el feminismo es atacado con tanta dureza por parte de esta extrema derecha es por su potencial emancipador, porque viene a agitar las estructuras del sistema. En un sistema basado en las opresiones no hay nada más revolucionario que hablar de igualdad. En un sistema que se basa en la explotación de las mujeres, luchar por su liberación y emancipación es de estricta necesidad. El feminismo, como todo movimiento emancipador y transgresor, recibe una línea de agresión y confrontación directa y otra de pretensión de asimilación e infiltración. Ya sabemos de las estrategias del neoliberalismo y del capitalismo más...
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  • Anna Palmowska

    Traductora y activista en ManifeStacja Madryt, el grupo pro derechos de las mujeres polacas y en la Comisión por el Derecho al Aborto de Madrid

    «Como dijo Margaret Atwood en 'El cuento de la criada', “no se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”». «Esto aquí no puede pasar». Creo que esta frase definía la postura de la mayoría de la sociedad polaca antes del año 2016, cuando por primera vez, nosotras, las mujeres de Polonia, nos dimos cuenta que lo que estaba pasando iba en serio. La turbia historia de mi país donde se cambió un sistema totalitario estalinista por un capitalismo salvaje de Estados Unidos ha dejado huella en la...
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  • Pastori Filigrana

    Abogada y defensora de Derechos Humanos

    El feminismo se ha convertido en un paraguas aglutinador de malestares y dolores reales y diferentes; desde el miedo de una joven a andar sola por la noche, hasta la precariedad de una trabajadora doméstica sin papeles; desde el desamparo ante el maltrato de una pareja, hasta la impotencia de la discriminación laboral por ser mujer; todo encuentra amparo en la lucha feminista. El movimiento feminista está teniendo la capacidad de organizar la rabia frente a desigualdades estructurales del sistema socioeconómico. El movimiento se ha masificado y radicalizado. No solo ha aumentado el número de personas que se declaran feministas...
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  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    La cornisa cantábrica, desde la burbuja inmobiliaria, está plagada de plumeros de la Pampa. Esta especie invasora, que no tendría nada que hacer en un bosque de castaños, se extiende como el fuego por la tierra removida que fue la norma durante tantos años de construir urbanizaciones y autovías. Llegó de Argentina en uno de esos barcos de containers que son la base material de la globalización neoliberal. De los terraplenes se extendió a los campos y, descuidado por las autoridades, pasó a invadir toda la franja costera, de temperaturas amables y humedad alta. Eliminarlo una vez extendido es...
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  • Mats Lucia Bayer

    Miembro del Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM)

    La relación entre la extrema derecha y las reivindicaciones del movimiento feminista ha demostrado moverse en un terreno ambiguo en estos últimos años. Como señala Judith Carreras, los posicionamientos varían según la organización y el país. Mientras que en algunos casos la extrema derecha adopta discursos abiertamente antifeministas, en otros se dan fenómenos de apropiación de algunas de las reivindicaciones feministas con el objetivo de apoyar una agenda xenófoba (el llamado “purplewashing”). Ambas vertientes redundan de una u otra manera en el hecho de desposeer a una parte de la población (las mujeres y/o las personas migrantes) de sus...
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  • Steven Forti

    Historiador. Profesor asociado en la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del IHC de la Universidade Nova de Lisboa.

    Las nuevas extremas derechas no encajan del todo con las categorías de interpretación que solemos utilizar para analizar este fenómeno. Me explico: Vox, el lepenismo, Salvini, el trumpismo, Orbán, el bolsonarismo o Alternativa para Alemania no pueden analizarse como si fuesen el fascismo de entreguerras o el neofascismo de la segunda mitad del siglo XX. Tienen algunos elementos de continuidad con aquellas experiencias, no cabe duda de ello, pero también son algo distinto. Resumiendo mucho, se trata de un fenómeno radicalmente nuevo. Si no lo entendemos, me temo que nunca conseguiremos frenarlas y derrotarlas. Esta extrema derecha 2.0 es...
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  • “No se puede confiar en la frase: ‘Esto aquí no puede pasar’. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar” Margaret Atwood El cuento de la criada. Cuando lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, cobran mayor relevancia los espacios en disputa. En medio de esta crisis sistémica las disputas son y serán por la garantía del espacio vital y el control de la herencia de lo que está muriendo. La nueva normalidad está acelerando las diferencias entre generaciones y personas, no sólo entre territorios. Normaliza el paso de un estado del bienestar a la sociedad del miedo. Invisibiliza y desatiende las violencias machistas. Asume el recorte de derechos y libertades en pos del interés general. Normaliza también los efectos del cambio climático y colapso sistémico, concretado, a menudo, en récords de temperatura, incendios forestales multicausales, huracanes más intensos que se mueven con más lentitud y devastan más, ciclones tropicales, Filomenas y DANAs cada vez más presentes y severas, pérdida de suelos y actividades tradicionales, contaminación... Esta nueva normalidad concentra a más personas en los bordes del sistema, las expulsa desde el centro a las periferias y las obliga a sobrevivir, no producen y...
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  • Amelia Martínez Lobo

    Periodista y Project Manager en la Fundación Rosa Luxemburg (Madrid). Migraciones, antifascismo y feminismo.

    Sí, el feminismo es la vacuna contra el fascismo, también el muro de contención y su desafío. Porque si hay algo que aglutina y vertebra a las diferentes extremas derechas no es sólo su agenda misógina y su antifeminismo, sino su intento de cambiar el marco y convencer a parte del sujeto que apela este masivo movimiento que se ha levantado a lo largo y ancho del planeta. Sí, el feminismo es, sin duda, el caballo de batalla de la llamada “internacional reaccionaria postfascista”. Si bien entre las extremas derechas hay diferentes visiones y estrategias para atacar los derechos de...
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