La transición, el sujeto político y los tiempos de la emergencia climática

  • Juanjo Álvarez

    Juanjo Álvarez

    Ecosocialista, militante de Anticapitalistas

06.07.2022

Debate principal: Debate en torno a la transición ecológica

La transición ecológica es una cuestión abierta que se construye durante estos años a marchas forzadas. Nadie que tenga una mirada abierta del mundo puede obviar que se está dando una transición global, y sin embargo, esto no determina lo que vaya a suceder, porque la materialización de la transición puede tener tantas variantes y en tantas claves como se puedan imaginar, aunque otras tantas, y cada vez más, aparecen por el avance de la crisis ecológica, que cierra muchas posibilidades a medida que va superando puntos de retorno. En esta aportación pretendemos examinar justamente el factor que suele quedar oculto y que, sin embargo, será el determinante en la evolución de este proceso histórico. Ese factor es el sujeto político.

El cambio climático y la transformación efectiva de la sociedad

Hace ya décadas que venimos hablando de transición ecológica, pero tiene cierto interés recuperar el origen de este término. Al principio era el ecologismo militante y teórico el que usaba esa expresión, y como cada vez que se acuña un concepto, resultaba extraño; más aún, hablar de transición ecológica podía ser tildado de exagerado, catastrofista o ridículo, como ha sucedido tantas veces con las posiciones ecologistas. Sin embargo, hoy en día el término ha pasado a ser de uso común y tenemos hasta un Ministerio (cuya titular ostenta el rango de vicepresidenta tercera). La forma en la que se da esa mutación, de un término minoritario a uno que designa una de las grandes áreas de gobierno, tiene que ver con dos fenómenos: primero, con la emergencia de una conciencia social que se preocupa por la crisis climática, con un movimiento que articula socialmente esa preocupación, y segundo, con la absorción por parte del Estado de esas demandas y de los contenidos formales de esas propuestas. Que ese fenómeno sea positivo o no es precisamente lo que tenemos que discutir para poder plantear la cuestión final a la que pretendemos dirigirnos, que es la del sujeto, o dicho de otra forma: ¿quién liderará los cambios sociales necesarios para hacer efectiva la transición y de qué manera?

Es sabido que la situación es de emergencia global, que la crisis climática es sólo la más inminente de una amplia gama de fenómenos derivados de la degradación ecológica del planeta y que eso hace que estemos rodeados de amenazas. A la crisis climática la acompañan un declive energético de primer orden, una caída de la biodiversidad que está en la génesis de la pandemia de la COVID (y de otras muchas enfermedades) y un largo repertorio de desafíos. En términos generales, lo que origina estos fenómenos es que hemos superado la capacidad de la naturaleza para producir recursos y asumir residuos, y por lo tanto hemos saturado el medio en el que vivimos. A la relación entre sociedad y naturaleza la llamaba Marx metabolismo, refiriéndose a una relación de intercambio constante de flujos de energía y materia, y ese metabolismo es el que hoy está desbordado. Para volver a poner la actividad humana bajo los límites de la naturaleza tendremos que ejecutar una reducción masiva de la producción y del uso de energía y materiales. Al paso de esta sociedad actual, que consume masivamente y desborda todos los límites, a una sociedad en la que las pautas de consumo sean asumibles por la naturaleza, a esa transformación es a lo que llamamos transición ecológica.

No es poca cosa. Para empezar, como señala el texto de la ponencia inicial de este debate, la reducción no puede ser igual para todos los sectores de la sociedad, porque la responsabilidad de las emisiones está fracturada entre aquellos sectores sociales que han producido, con una actividad económica hipertrofiada, el cambio climático, y aquellos sectores que han sido sujetos pasivos de esa actividad y que o bien no se han beneficiado de ella o bien lo han hecho de forma secundaria y subalterna. Para ponerlo más claro: la necesidad de reducir la actividad y minimizar los consumos está sesgada por la clase y por el origen, porque una obrera o una limpiadora han tenido muy poca responsabilidad en la definición de la política económica y se han beneficiado sólo de forma parcial y, por supuesto, la mayor parte de la población mundial, desde Congo o Sudán hasta el triángulo norte de Centroamérica, por poner dos ejemplos, no sólo no se han beneficiado sino que han sido víctimas de ese desarrollo económico.

Por lo tanto, los cambios necesarios no sólo son de enorme calado en lo que se refiere a la estructura económica, sino también en lo político. Una transición mínimamente justa debe asumir, simultáneamente, una enorme redistribución de los recursos tanto dentro de cada país, en términos de clase, como en la economía mundial, en la división internacional del trabajo. El marco para esta redistribución es una reducción global del consumo que debe ajustarse a unos estándares de uso de materiales y de energía muy restrictivos. Sin ánimo de entrar en discusiones de ámbito técnico, en España se han dado varias polémicas sobre este asunto entre especialistas de gran nivel científico, que señalan que los estándares de reducción necesarios son elevados y exigen una planificación estricta que a veces se ha comparado con la de una economía de guerra[1].

Más recientemente, se ha lanzado la idea del Green New Deal (en adelante GND) con la idea de lanzar un gran proceso de recuperación de la economía en clave keynesiana[2]. Esta es una idea que se ha generalizado y que la propia Comisión Europea ha asumido como propia, en una línea que sin duda también puede acoger los proyectos de transición ecológica del Gobierno de España. Por supuesto, hay muchos elementos que diferencian estos proyectos, algunos de forma nítida, otros no tanto, pero en cualquier caso todos ellos comparten la centralidad del Estado en el liderazgo de la transición, algo que, por cierto, no asumían en ningún caso los protagonistas del New Deal al que hacen referencia. Pero vayamos por partes.

¿Dónde estamos? Desde el ecologismo clásico al movimiento climático y la institución

La tarea del ecologismo desde hace medio siglo ha sido la de adelantar el conflicto que estaba por llegar, y no un conflicto más, sino una lucha que se habría de dar entre los límites de la naturaleza y la expansión de las sociedades humanas. Un conflicto épico que, como cualquier lucha social adelantada, no tuvo la repercusión que aspiraba a tener, porque ninguna sociedad reacciona a partir de problemas que puedan surgir en un tiempo futuro: al fin y al cabo, hay que pagar el alquiler, y eso llega antes que el final del petróleo. Andaba el ecologismo agotado de sí mismo cuando apareció la emergencia climática, y entonces fueron otros quienes asumieron el pulso. El movimiento climático juvenil significó un cambio de ciclo frustrado por dos elementos; el primero objetivo e indiscutible, fue la aparición de la COVID y el confinamiento, los meses de distancia social que hicieron imposible la actividad de un movimiento juvenil adicto a la presencia y a la actividad de calle; el segundo fue la agenda de una serie de partidos políticos que hicieron cuentas con la actividad juvenil y el apoyo masivo que ésta despertaba y lo convirtieron en un eje de lucha política y electoral.

Hoy nos encontramos en un momento en el que el pulso del movimiento ha bajado y se ha generado, en su lugar, una amplia actividad institucional. Esto podría ser positivo, en la línea en la que resulta necesario que los gobiernos asuman las demandas populares, pero está siendo negativo, porque esas demandas están siendo más frustradas que satisfechas bajo un marco de gestión neoliberal de la crisis ecológica. Se trata de una cuestión ampliamente discutida cuya mejor aportación en sin duda la de Daniel Tanuro[3], quien explica perfectamente que no se puede ni mantener el crecimiento a base de una mera mejora de la eficiencia ni encaminarnos a una ruptura entre el crecimiento económico y la generación de residuos. Y es que el neoliberalismo, como forma contemporánea del capitalismo, se soporta sobre la necesidad de incrementar constantemente la esfera del valor, y aquí, como la navaja de Okham, la solución más sencilla es la más plausible: no hay crecimiento de la economía sin crecimiento del impacto en la naturaleza.

Pero eso es justamente lo que prevén tanto los modelos de GND como los de control del impacto climático a través de la acción institucional, entre los cuales la referencia se encuentra en las Cumbres sobre Cambio Climático. Siendo sinceros, la actividad institucional ha estado presente durante décadas sin lograr resultado alguno. Sólo ha habido dos momentos de reducción significativa de emisiones, la crisis de 2008 y la crisis de la COVID en 2020, y esto es así porque las instituciones neoliberales están atravesadas por la necesidad de crear un incremento constante del valor, lo que lleva sus políticas climáticas a meras afirmaciones discursivas. El papel, como se suele decir, lo aguanta todo: el clima, no.

Los fenómenos reales de amenaza y la situación social

Avanzamos en tiempos de penumbra, pero avanzamos, porque la historia jamás se detiene. Los impactos de la crisis ecológica, y en primera fila los del cambio climático, están apareciendo, pero no se muestran como podríamos esperar. El cambio climático no aparece como un patrón que despide o como un gobierno que lamina los derechos laborales o criminaliza la protesta. El cambio climático tiene, por supuesto, agentes responsables, pero no se puede determinar la agencia individual de cada sujeto; al fin y al cabo ¿cuántas toneladas de emisiones se deben a cada presidente estadounidense, francés, chino, o a cada responsable empresarial?

Más aún, pero en la misma línea: tampoco se puede establecer la cadena causal que lleva desde el clima hasta cada desastre. Es algo que explica de forma inmejorable Andreas Malm[4] cuando analiza como el origen de la guerra de Siria se encuentra en una migración masiva que surge como consecuencia de una sequía de dimensiones bíblicas. Por supuesto, a todas las personas que lucharon contra la masacre del gobierno de al-Assad sería difícil explicarles que su lucha era en contra de los efectos de la crisis ecológica y no contra un tirano, y ese es un fenómeno que nos vamos a encontrar en muchos conflictos. Se trata de trabajar en las brechas que muestran y que nos permiten explicar de forma clara que la crisis ecológica empieza a romper nuestra forma de vida porque, simple y llanamente, esa forma de vida no es compatible con el mundo en el que se produce.

Por supuesto, esto no puede ser meramente discursivo. Cuando hablamos de trabajar en las brechas nos referimos a hacer un trabajo político real, esto es, de la mano de los sindicatos y los colectivos sociales para plantear alternativas efectivas, como se ha hecho en el conflicto de Nissan, en el de Airbus o en el de Alcoa, pero también en las oleadas de incendios que cada año devastan el territorio o en la lucha de las trabajadoras de los cuidados. Por muchos motivos, entre los cuales quizá el primero sea que la transición tiene que salir del reducto ecologista para dejar de ser un movimiento sectorial y empezar a plantear un polo popular en clave ecosocialista.
Sólo eso permitirá construir un agente colectivo con fuerza propia para llevar la transición hasta el lugar en el cual el Estado no puede llevarla, porque sus intereses se encuentran más allá de las dinámicas del sistema.

Existen, por supuesto, infinitas dificultades, pero sigue siendo cierta la hipótesis central: no se puede avanzar sin romper la subordinación de las estructuras de mando del Estado a la reproducción del capitalismo. Y existe también una coyuntura dramáticamente favorable, y es que el nivel de degradación social y ecológica del sistema actual es tan alto que hace bueno todo lo que el ecologismo ha predicado sin que nadie lo escuchara, y ahora el repertorio de propuestas alternativas empieza a ser escuchado, cada vez más, como el sentido común y la única vía que puede ser antagonista respecto a un capital que cada día se cierra más sobre sí mismo y excluye, con una violencia altísima y sistemática, a la mayoría de la población mundial.

Notas:
[1] Se puede consultar sobre este punto autores de referencia como Antonio Turiel, que tiene un artículo publicado en su blog con abundantes datos sobre este punto: https://crashoil.blogspot.com/2021/07/las-ilusiones-renovables.html
[2] Santiago, Emilio, y Tejero, Héctor. ¿Qué hacer en caso de incendio?. Madrid: Capitán Swing, 2019
[3] Tanuro. Daniel. El imposible capitalismo verde. Madrid: La oveja roja, 2011
[4] Malm, Andreas. Una estrategia revolucionaria para un planeta en llamas. Incluido en: Como si hubiera un mañana. Manuel Garí y Juanjo Álvarez (coordinadores). Barcelona: Sylone, 2020.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Fernando Prieto

    Observatorio Sostenibilidad

    Alejandro Sacristán

    Club Nuevo Mundo

    Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Un estudio reciente del Observatorio de Sostenibilidad para Aliente señala que es posible el situar hasta 10 veces la producción fotovoltaica del PNIEC con un mínimo impacto ambiental situándolos en zonas ya artificiales. Las placas se distribuirían en el 50% aproximado sobre suelos ya construidos e industriales y el resto se distribuiría en zonas muy antropizadas y de escaso valor ambiental, tales como minas de carbón, vertederos, escombreras, también en zonas de invernaderos ya consolidados como los de Almería que podrían producir hasta 45GW, zonas mineras con sus 42GW, infraestructuras viarias, autovías, autopistas carreteras y vías de ferrocarril, que podrían contribuir con otros 15 GW, (que podrían pagar parte de su mantenimiento,) cubrimiento de canales con 8,5 GW (que además podrían ayudar a la disminución de la evaporación). Los vertederos y escombreras podrían producir 3,5GW.  Los cálculos de estas producciones se han realizado de una forma muy conservadora por lo que puede considerarse que la producción de energía sería mucho mayor. Se han dejado fuera todas las zonas de la red natura, zonas importantes para las aves, para los mamíferos y el total de reservas de la Biosfera. Es decir, se ha tenido muy en cuenta la biodiversidad. Las ratios de producción también han sido muy conservadores, por ejemplo, el CIEMAT ha establecido una producción solar en tejados de unos 300 GW, (en nuestro informe se cifran en unas 155 GW). Para el resto de parámetros se han utilizado variables tales como disponibilidad de suelos recortando con cientos de imágenes y contrastándolo con los datos procedentes del SIOSE, y con iniciativas ya en marcha como el Canal de Navarra, iniciativas como las de ADIF para el caso de vías férreas donde ya habla de 35 GW al año, o de carreteras como hacen otros países como Alemania. Pero el mayor...
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  • Marià de Delàs

    Periodista

    “El riesgo de colapso social y económico es demasiado grave para no emprender la transición energética de manera inmediata y a gran escala”, se dice en un manifiesto (1) reciente en favor de la aceleración de los “proyectos de renovables en Catalunya”, un llamamiento para conseguir apoyo social y político a la instalación de placas fotovoltaicas y aerogeneradores. “Centrales fotovoltaicas y parques eólicos -terrestres y marinos- tienen que pasar a formar parte de nuestro paisaje”. “Solo con un aprovechamiento decidido del viento allá donde más sopla y del sol donde más irradia avanzaremos hacia el ineludible cambio que encaramos...
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  • Miguel Aguado

    Divulgador ambiental y Socio Director de la consultora B Leaf

    Hace unos ocho años me llamaron de una televisión que podíamos ubicar en el extremo político, muy a la derecha. Querían hablar sobre el cambio climático en un debate. Tenían cuatro negacionistas de este y necesitaban a un “pringado” que afirmase que si existía. Ese era yo, y como me gustan los retos, acepté. No estuvo nada mal; creo que, modestamente, me defendí bien. Cuatro años después me volvieron a llamar. Querían volver a tratar el tema, y para ello, contar conmigo. Esta vez el cambio era sutil: ya no negaban el cambio climático, pero sí que el responsable...
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  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    Cuando hablamos de transición agroecológica justa, queremos decir no sólo que caminemos hacia sistemas alimentarios sostenibles – es decir, capaces de funcionar a largo plazo sin destruir las bases que los sostienen – sino que estos sistemas alimentarios deben construirse y funcionar sin poner el bienestar de unas personas por encima del de otras, y considerando los intereses de todas ellas en el proceso. El concepto de soberanía alimentaria, acuñado por La Vía Campesina en los años 90, reivindica el derecho de las comunidades de tomar sus propias decisiones respecto a cómo producir, distribuir y consumir sus alimentos. Como...
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  • Alberto Fraguas Herrero

    Ecólogo. Asesor de Sostenibilidad en Alianza por la Solidaridad y miembro del Grupo Futuro Alternativo

    El Fin de la abundancia Hace unos meses Cristina Narbona, Presidenta del PSOE, en un excelente artículo que iniciaba las reflexiones en torno a la Transición Ecológica en ese ESPACIO PÚBLICO(1), planteaba la imprescindible "transformación gradual del sistema productivo de forma que se reduzca el consumo de recursos naturales así como todo tipo de contaminación y que se preserven y restauren los ecosistemas" y realizar esto en un contexto prioritario para la supervivencia y con principios de justicia global. Claramente este es el objetivo a cumplir dentro del ya históricamente denominado Desarrollo Sostenible, si bien hay algunos matices que la evolución...
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  • Daniel Albarracín Sánchez

    Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sociólogo y economista. Miembro de Anticapitalistas y del Consejo Asesor de Viento Sur.

    El Estado español es, como la mayor parte de países europeos, altamente dependiente de la energía, que se encuentra en el exterior. La disponibilidad de energía propia es fundamentalmente de origen renovable, hidráulica, eólica y principalmente solar, y cuenta apenas con reservas pequeñas de carbón, de escasa calidad comparada con el que tienen otros países europeos. Entre sus potencialidades en la actual coyuntura, se encuentra con unas empresas de refino para adaptar los hidrocarburos al sistema de producción, si bien no contribuiría a una solución desde el punto de vista ambiental y energético a medio plazo. El problema de nuestra...
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  • Álex Dorado Nájera

    Consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía del Gobierno de La Rioja.

    A menudo, en los últimos tiempos, en muchos debates y en muchos medios, existe una equiparación casi total entre medio ambiente y clima o entre crisis ecológica y crisis climática. Esta asimilación de la parte por el todo es fruto, en parte, por una buena noticia como es el aumento de la concienciación mediática y social sobre la importancia del clima y de la energía en nuestras vidas y las de las generaciones venidas. Sin embargo, esta conquista de la agenda medioambiental por parte de la agenda climática, puede suponer un problema a la hora de eclipsar o minusvalorar otras...
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  • Paolo Cacciari

    Periodista

    También en Italia el lema “transición ecológica” ha entrado en el lenguaje público corriente después del lanzamiento en 2019 del Green Deal de la Comisión Europea y, gracias a los generosos fondos “en deuda” de la Next Generation Ue (una especie de neokeneysianismo verde), el gobierno decaído del banquero Mario Draghi había bautizado un ministerio en su nombre. Veremos si el nuevo gobierno de las derechas lo querrá mantener. Los dos primeros tramos del Plano Nacional denominado ‘Rilancio e Resilienza’ (Relanzamiento y Resiliencia) ya han sido asignados por la UE (24,9 de prefinanciación, más 21 mil millones destinados a...
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  • Ramon Folch

    Doctor en biología, socioecólogo. Presidente-fundador de ERF

    Los cambios vienen con la necesidad. Mientras se producen, se llaman transiciones. Si la necesidad es imperativa, la transición es rápida e inevitable. Por eso habrá -ya la hay- transición ecológica, porque a la fuerza ahorcan. El tema no es hacerla, sino lograrla sin excesivos traumas. La transición ecológica es el paso desde el actual sistema socioambientalmente insostenible hasta un nuevo estadio provisionalmente estable. Es una escalera que hay que bajar: elegantemente, a trompicones o rodando. Para hacerlo sin dolor y con elegancia, se necesita un proyecto adecuado. De ahí la conveniencia de una ingeniería de transición, con sus...
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  • Irene Calvé Saborit

    Ingeniera Industrial y trabajadora en mercados eléctricos

    La (in)elasticidad de la demanda eléctrica Hace unos días estuve leyendo la nota de la comisión europea publicada por el periódico francés Contexte en la que se presentan propuestas de intervención para “optimizar el funcionamiento del mercado eléctrico y disminuir el impacto del precio del gas”. En esta nota se analizan varias alternativas como el tope del gas ibérico o las medidas aprobadas por el gobierno griego. Incluso se valora la suspensión del mercado eléctrico cuyo resultado sería, según la nota de la comisión, el probable colapso del sistema eléctrico y un daño severo sobre los esfuerzos de descarbonización. Esto...
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  • Victor Viñuales

    Director Ejecutivo de ECODES

    Cuando hablamos de transición ecológica, funcionarios, empresas y pueblo llano piensan o en un cambio de unas tecnologías por otras –por ejemplo, coches de gasolina por coches eléctricos– o en un cambio de leyes. Pero hay un olvido general: la transición cultural. El Plan de Recuperación del Gobierno de España dedica 140.000 millones de euros a cambiar el “hardware” de nuestro país y apenas nada a transformar el “software”. Y sin cambio de valores, de hábitos, la transición ecológica encallará. Para que España lograra un éxito enorme como es reducir los muertos por accidentes de tráfico de más de 5.000 anuales...
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  • Eulogio González Hernández

    Jubilado - Mecánico Mantenimiento de aviones

    Hace siglos, los obreros se sumaban a las consignas de libertad e igualdad exaltadas en mítines y otras plataformas públicas, pero era evidente que esos obreros tenían una percepción de la libertad y la igualdad muy diferente a la que las autoridades y patronos consideraban constitutivas de la organización social liberal. La huelga de La Canadenca hace 100 años en Cataluña, consiguió un gran triunfo palpable cien años después: la conquista de la jornada de 8 horas en España, el primer país del mundo en establecerla por ley. Esta huelga, considerada una de las más importantes...
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  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    Las gentes racionales y sin apego a los dividendos de las eléctricas, gasísticas y petroleras podemos convenir en primer lugar que la transición ecológica es urgente y necesaria para el futuro de la vida en el planeta y que la clave para desencadenar el proceso es asegurar la transición energética desde un modelo carbonizado y despilfarrador a otro basado en los pilares del ahorro y la eficiencia, las energías limpias renovables y el decreciente uso de materiales y energía. En segundo lugar podemos acordar que la cuestión de la energía es estratégica. Y, finalmente, no es una hipérbole que...
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  • Carlos Tejero

    Periodista. Responsable del Área de Medio Ambiente de Podemos Madrid

    Los últimos días de agosto nos han sorprendido con un giro radical en la política energética europea. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sorprendió a propios y extraños anunciando la necesidad de “intervenir” el mercado energético para controlar el precio de la electricidad. Una “traición” a la ortodoxia liberal provocada por una imparable espiral inflacionista cuya causa principal han sido, precisamente, los precios de la energía en un mercado liberalizado. Este anuncio espantó a los especuladores y el precio del gas Natural TTF (precio mayorista en Europa) bajó en dos días de 344 a 253€ (más de...
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  • Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Rafael Jimenez Aybar

    Director de programas en GLOBE International y experto en democracia medioambiental

    “Creo que los movimientos sociales y las izquierdas institucionales se tienen que responsabilizar y actuar coherentemente con los diagnósticos que se hacen. La cuestión es ver si se puede intentar estar a la altura del momento histórico que nos ha tocado vivir. (…) No olvidemos que, por el momento, a ninguno nos están saliendo muy bien las cosas y que las lecciones que damos desde todas las partes no están avaladas por una práctica exitosa o ganadora en términos de máximos.” Yayo Herrero, Contra el capitalismo del desastre, CTXT, 2022. En un texto reciente, Yayo Herrero nos incita a entrar en el debate sobre transición ecológica, asumiendo todas nuestras responsabilidades, incluso la de nuestros fracasos actuales[1]. Ante el capitalismo del desastre, el actual secuestro de la acción climática por los grupos de intereses económicos[2] y la masiva expansión de un ultra-nacionalismo climático populista de extrema derecha[3], ella tuvo la valentía de reconocer que a ninguno de los actores progresistas de la transición ecológica “nos están saliendo demasiado bien las cosas”. Analizarlo no es tirar piedras en nuestro propio tejado, si somos capaces de no atrincherarnos en lo que Yayo Herrero llama muy acertadamente “los estériles debates entre los...
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  • Nuria Menéndez de Llano Rodríguez

    Abogada. Directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal y miembro del Oxford Centre for Animal Ethics

    En un contexto tan complejo y desolador de emergencia climática, de pérdida de biodiversidad, de extinción masiva de especies, de explosión demográfica humana y de colapso generalizado como el actual, se hace más necesario que nunca poner el foco en los demás animales con los que compartimos planeta y a quienes estamos, también y principalmente, usurpando toda posibilidad de sobrevivir y de tener un futuro por ir éste irremediablemente unido al nuestro. Lo cierto es que, aunque nos creemos el ombligo de todo, los humanos no somos sino una especie animal más, y no una cualquiera: somos los únicos responsables...
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  • Joana Bregolat

    Activista ecofeminista y militante de Anticapitalistas

    Érase una vez la historia de una economía capitalista que cada vez compartía más el diagnóstico de un mundo en crisis, de alarma sobre el alto grado de la destrucción ecológica y de los impactos en sus beneficios de la profunda crisis ecosocial y reproductiva que viven aquellos que la sustentan. Una economía capitalista que, con cada conocimiento, devenía más consciente y dejaba atrás el negacionismo clásico de la cuestión ambiental, y planteaba propuestas para abordar las alteraciones del sistema-Tierra. Ambiciosas, que construían un nuevo marco de acción, un marco verde, pero muy lejanas a los cambios estructurales y...
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  • Juan López de Uralde

    Diputado de UP y coordinador del partido Alianza Verde. Es Presidente de la Comisión de Transición Ecológica en el Congreso de los Diputados. Coordina en Público el blog Ecologismo de Emergencia.

    Corría el año 2007, y dirigía yo entonces la organización Greenpeace en España. Dedicamos más de un año de trabajo a la elaboración de un informe que se llamó España: 100% energía renovable. En él se demostraba por primera vez que era posible un modelo energético basado en fuentes 100% renovables en nuestro país. Ha llovido mucho desde entonces, pero tengo el recuerdo nítido de los ataques brutales que sufrimos del oligopolio eléctrico y su entorno mediático. En resumen nos decían que era imposible llegar a un modelo energético renovable, y que nuestra propuesta era un brindis al sol. Desde...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Doctorando en Comunicación e Interculturalidad en la Universidad de Valencia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía. Licenciado en Geografía e Historia.

    En su Ponencia Cristina Narbona ha defendido un «necesario cambio de paradigma económico» que dé lugar a una «transición ecológica económica». A continuación ha pasado Narbona a enumerar un conjunto amplio de medidas concretas con las que se podría materializar tal transición ecológica, al tiempo que expone los condicionantes que pueden acelerar o limitar esa transición. Creo que esta presentación de la Ponencia es correcta, porque trata de aspectos de la crisis ecológica que han sido bien estudiados y sobre los que podría haber un cierto grado de consenso político entre las fuerzas de izquierda y una parte de...
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  • Eva Saldaña Buenache

    Directora Ejecutiva de Greenpeace España

    “El futuro no está escrito, nunca lo está. Depende solo de nosotros, de que seamos capaces de construir un contrapoder lo suficientemente fuerte como para derribar al capitalismo y crear una forma de organización social diferente. Debemos además hacerlo pronto, la crisis ecológica avanza deprisa y nos dificulta cada vez más la tarea. No es una labor fácil, nunca lo ha sido. Es normal sentir miedo y tener vértigo, pero lo importante es lo que hacemos con ello, si dejamos que nos paralice o lo convertimos en combustible para la lucha”. Layla Martínez(1). 1. Un poco de contexto: mirando alrededor...
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  • Mario Rodríguez Vargas

    Director Asociado de Transición Justa y Alianzas Globales. Fundación Ecología y Desarrollo

    La situación de emergencia climática que vivimos, declarada tanto por el Parlamento como el Gobierno; la degradación sin precedentes de la biodiversidad; el aumento de las ratios de desigualdad y pobreza entre países y dentro de cada país; el doloroso efecto de la pandemia generada por la Covid-19 y finalmente los efectos globales de la guerra en Ucrania y otros conflictos bélicos que ya estaban antes y prosiguen en este momento, nos indican que es necesario repensar y resetear el sistema y que la única vía es una transición ecológica que no deje a nadie atrás y que alumbre...
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  • Martín Lallana Santos

    Militante del Área de Ecosocialismo de Anticapitalistas. Investigador predoctoral en estrategias de descenso energético.

    “El Ladrillo” es el nombre que se le puso coloquialmente al documento escrito por el grupo de economistas liberales conocido como los "Chicago Boys"[1]. En él se establecían las políticas económicas a partir de las cuales Chile se convertiría en el laboratorio del neoliberalismo tras el golpe de estado que acabó con el gobierno de la Unidad Popular y la vía democrática hacia el socialismo. Se recogían medidas como acabar con la gratuidad y los subsidios parciales en la enseñanza superior, así como la privatización de áreas de economía como la electricidad, el agua potable, las telecomunicaciones y del...
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  • Carlos Bravo

    Responsable de políticas de Transport & Environment

    La transición energética hacia la descarbonización de nuestra economía, cada vez más urgente debido a la creciente gravedad de la crisis climática, está siendo literalmente secuestrada por esos mismos combustibles fósiles que provocan el cambio climático y de los que tenemos que prescindir cuanto antes mejor. Por un lado, el gas natural, debido a su participación en la generación eléctrica y a los altos precios que han marcado la evolución de los mercados mayoristas del gas durante el año 2021 y lo que va del 2022, es el principal culpable de que haya subido tanto el precio de la luz....
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  • Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

    Ante la crisis sanitaria y la emergencia climática, la transición ecológica se ha convertido en prioridad para la economía europea post-pandemia. Al mismo tiempo, la guerra en Ucrania ha vuelto a evidenciar la centralidad de la cuestión energética para nuestras sociedades industrializadas, donde inflación, coste de la vida, empleo, vivienda o Estado de bienestar dependen profundamente del acceso, o no, a fuentes de energía barata y abundante. Hay una conjunción de factores que convierten este decenio en una bifurcación peligrosa y, a la vez, en una oportunidad histórica. Según la comunidad científica, nos queda apenas una década para evitar los...
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  • Jaime Vindel

    Investigador Ramón y Cajal del Instituto de Historia del CSIC

    Un problema de algunos discursos contemporáneos que se aproximan a la crisis ecosocial es su timidez a la hora de poner nombre a las cosas. En mi opinión, emplear expresiones como “modelo económico dominante” para identificar al responsable estructural de nuestra situación supone un ejercicio de vaguedad analítica. Los conceptos que usamos condicionan de partida el alcance crítico de nuestras reflexiones, así como de las alternativas que somos capaces de imaginar. ¿Qué entendemos por “modelo económico dominante”? ¿Estamos hablando del capitalismo o tan solo del neoliberalismo? La tendencia a utilizar este tipo de eufemismos es observable entre las posiciones...
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  • Jorge Riechmann

    Departamento de Filosofía de la UAM. Ecologistas en Acción Sierras

    1 Un notable editorial de Nature, en marzo de este año, reivindica el estudio de 1972 The Limits to Growth (el primero de los informes al Club de Roma) y señala que “aunque ahora existe un consenso sobre los efectos irreversibles de las actividades humanas sobre el medio ambiente, los investigadores no se ponen de acuerdo sobre las soluciones, especialmente si éstas implican frenar el crecimiento económico. Este desacuerdo impide actuar. Es hora de que los investigadores pongan fin a su debate. El mundo necesita que se centren en los grandes objetivos de detener la destrucción catastrófica del medio ambiente...
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  • Cristina Rois

    Plataforma por un Nuevo Modelo Energético

    El conocimiento acumulado en las últimas décadas sobre los impactos de las actividades humanas en el medioambiente, y la experiencia de daños y desastres ambientales que confirman las previsiones de la ciencia, han venido calando lentamente en las sociedades humanas avanzadas o enriquecidas. Se añade a todo ello el efecto de las crisis económicas del siglo, y lleva a mirar el futuro con incertidumbre e inquietud, incluso con desesperanza. Ya no basta con “arreglar la economía”, también se están acabando los recursos, el entorno natural se hace más hostil y no se ve claro como será el día...
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  • Juanjo Álvarez

    Ecosocialista, militante de Anticapitalistas

    La transición ecológica es una cuestión abierta que se construye durante estos años a marchas forzadas. Nadie que tenga una mirada abierta del mundo puede obviar que se está dando una transición global, y sin embargo, esto no determina lo que vaya a suceder, porque la materialización de la transición puede tener tantas variantes y en tantas claves como se puedan imaginar, aunque otras tantas, y cada vez más, aparecen por el avance de la crisis ecológica, que cierra muchas posibilidades a medida que va superando puntos de retorno. En esta aportación pretendemos examinar justamente el factor que suele...
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  • Carmen Molina Cañadas

    Coordinadora de Alianza Verde Andalucía

    Hay unos cuantos hitos del siglo XX que nos advirtieron de que la evolución del sistema económico empezaba a mostrar claros síntomas de impactar sobre la funcionalidad sistémica de la biosfera. Se hacía evidente la responsabilidad de la actividad económica y su crecimiento permanente en la superación de límites planetarios y deterioro de múltiples servicios ecosistémicos “gratuitos”, y se ha ido elevando el nivel de preocupación al respecto. Las señales que nos alertaban entonces, nos deberían haber puesto en marcha hacia la Transición de que trata este debate. Algunos de estos hitos fueron: 1- La publicación del Informe del Club...
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  • José Mansilla

    Antropólogo, miembro del Observatori d'Antropologia del Conflicte Urbà (OACU)

    Decía el ex dirigente de Izquierda Unida (IU) ya fallecido, Julio Anguita, que la tan vanagloriada Transición política en España, el paso de la ley a la ley del régimen franquista a la democracia liberal, fue, más bien, una Transacción, "un apañito para que el poder económico del franquismo siguiera mandando"[1]. A día de hoy, muchas de las afirmaciones que realizó el político cordobés durante sus años en primera línea se han confirmado. Las características de la democracia española se encuentran sobredeterminadas, no solo por el poder que aun mantienen las élites económicas sostenedoras y conformadas en torno a...
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