Nucleares verdes, ¿y qué más?: Sobre las alternativas a la diversificación del modelo energético actual

  • Daniel Albarracín Sánchez

    Daniel Albarracín Sánchez

    Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sociólogo y economista. Miembro de Anticapitalistas y del Consejo Asesor de Viento Sur.

06.10.2022

Debate principal: Debate en torno a la transición ecológica

El Estado español es, como la mayor parte de países europeos, altamente dependiente de la energía, que se encuentra en el exterior. La disponibilidad de energía propia es fundamentalmente de origen renovable, hidráulica, eólica y principalmente solar, y cuenta apenas con reservas pequeñas de carbón, de escasa calidad comparada con el que tienen otros países europeos. Entre sus potencialidades en la actual coyuntura, se encuentra con unas empresas de refino para adaptar los hidrocarburos al sistema de producción, si bien no contribuiría a una solución desde el punto de vista ambiental y energético a medio plazo.

El problema de nuestra economía, altamente intensiva en el uso de energía, no es solo su dependencia energética de fuentes foráneas. También lo es su insostenibilidad, a efectos del clima, y, la crisis energética que nos afecta.

El calentamiento global, una dinámica multifactorial, con el efecto invernadero hoy al frente

Los informes de expertos del IPPC de la ONU, de por sí muy moderados en sus predicciones, dado que dejan afuera todos los fenómenos de efecto exponencial, como son las emisiones de metano -un gas con un efecto invernadero ochenta veces superior al CO2- hasta ahora retenidas por el Permafrost y de otras zonas actualmente gélidas del planeta al derretirse, ya reflejan el enorme problema del calentamiento global, cuyos ritmos son más rápidos de lo augurado.

El efecto invernadero creado en la era industrial está comportando un fenómeno de evolución extraordinariamente rápida, en términos del tiempo geológico. En apenas dos siglos, el uso del carbón, el petróleo y el gas, la sociedad industrial ha emitido a la atmósfera una condensación de gases que no se conocía desde el Plioceno. La diferencia sustancial es que el cambio climático a causa de los modelos industriales insostenibles se realiza en un tiempo velocísimo para darle tiempo a la vida a adaptarse. Así, genera un proceso de impacto en la temperatura, en la disponibilidad de aguas dulces, y de fenómenos climáticos extremos, que se traducen en la reducción drástica en la biodiversidad, hasta el punto de que se constata que la dinámica de extinción de especies actual, la VI Gran extinción, es la más devastadora y rápida que ha conocido La Tierra desde el impacto de un meteorito hace 65 millones de años.

La temperatura de la tierra, y que se mantenga dentro de determinados umbrales, es un elemento clave para la presencia y disponibilidad de aguas dulces, la fertilidad de los suelos y, en definitiva, la habitabilidad de la biosfera. Lo que, en suma, afecta a los ecosistemas y a nuestra propia existencia (debe hacerse notar que la Fundación Biodiversidad apunta que el 40% de la economía depende de los servicios que los ecosistemas brindan). Y, a su vez, conviene destacar que dicha temperatura es el resultado de un complejo multifactorial de dinámicas.

La primera de ellas, la distancia al Sol y la evolución de nuestra estrella. El Sol, una estrella de tamaño medio, consume su combustible, el hidrógeno, convirtiéndolo en helio a lo largo de miles de millones de años. La tendencia es que incremente la emisión de calor. En las edades tempranas de La Tierra el calor que llegaba a La Tierra, estabilizada en su órbita hace mucho tiempo, era muy inferior. En el Plioceno, cuando se daba una concentración de partículas de CO2 comparable a la de hoy, el Sol emitía un 25% menos de calor. Ahora, el efecto invernadero de la atmósfera de entonces, entre hace 5,3 y 2,5 millones de años, no solo contribuía a mantener unas temperaturas dentro de determinados umbrales[1], o a filtrar determinada radiación ultravioleta, sino que compensaba ese calor inferior, reteniéndolo, haciendo del clima terráqueo más templado. En su momento ese efecto invernadero contribuía positivamente a conservar una temperatura adecuada para la vida. Sin embargo, hoy con un 25% más de calor del Sol, tenemos el mismo efecto invernadero que en aquella época, lo que implica que nuestro clima se torna excesiva y peligrosamente cálido.

El segundo factor refiere al eje gravitatorio del planeta que da pie a que la luz llegue en un ángulo y forma que influye en la intensidad del calor que nos llega de nuestra estrella. En el último periodo largo de La Tierra, el eje gravitatorio, menos estable que en la época de los dinosaurios, se modifica periódicamente, dando pie a largos periodos glaciares de unos 100.000 años y otros templados de unos 10.000. Hasta antes de la Revolución Industrial estábamos en un periodo cálido y benigno en términos geológicos, el Holoceno.

Este periodo finalizó con el avance de la sociedad industrial, y el desarrollo del Capitaloceno[2] –mejor que Antropoceno, que atribuye genéricamente a la especie humana como causa, y no a sus relaciones de producción y modelo energético-, basada en la acumulación y las energías fósiles, hacen que una especie[3], la humana, con su modo de producción, altere la atmósfera y el clima. En este sentido, asistimos a una época geológica singular, cuyo carácter está determinado por un determinado modelo de producción y de consumo, del que son responsable menos del 10% de la población humana más rica, una parte de sectores -industriales, agrícolas, ganaderas, extractivistas, de movilidad, etcétera- y empresas, y de un reducido grupo de países y territorios (EEUU, UE, China, Rusia e India), beneficiarios del mismo.

Mención aparte, pero no menor, comporta el papel de amortiguación, acumulación y distribución del calor que realizan los océanos, y dentro de ellos, las corrientes termohalinas, que se ven alteradas en función de la acidificación del agua. El deshielo de los polos o de Groenlandia, al verter agua “dulce” sobre los océanos, incide claramente en esas corrientes, pudiendo alterar regionalmente el clima de manera importante.

En cualquier caso, otro problema acuciante es el encarecimiento y reducción de disponibilidad y accesibilidad barata a fuentes de energías con alta densidad energética, como son las energías fósiles, también responsables fundamentales de la emisión de gases de efecto invernadero. Es lo que viene a denominarse, la crisis energética. Esta, constatable con las tasas de retorno energético decrecientes, efectivamente, se viene presentando desde hace unas décadas. Está causando un problema de abastecimiento y encarecimiento, que se agrava con otras consecuencias como son la competencia económica internacional y geopolítica, que se traduce en conflictos como el que se sufre en Ucrania, o el que se viene dando recurrentemente en Oriente Medio.

Ya nadie objeta de la necesidad de diversificar la energía, ¿pero hacía cuál, hacía qué combinación de mix energético? ¿Cómo concebirlo en aras de emprender la transición energética y productiva para un modelo económico sostenible?

La diversificación de la energía ante la crisis del gas y del petróleo

La crisis del petróleo, tras haber superado el peak-oil en 2006, se le fue dando una contestación al recurrir al fracking, basado en formas de petróleo de mala calidad, con una localización dispersa, que se obtenían mediante fractura hidráulica a un alto coste económico y medioambiental, cuyo recorrido rentable se agotó recientemente. Desde hace unos años las empresas petrolíferas han dejado de invertir en nuevas infraestructuras de extracción, reduciendo la capacidad de obtención de crudo. En todo ese periodo anterior, el gas, especialmente las centrales de ciclo combinado, parecía la apuesta principal. Sin embargo, Rusia y Argelia se han topado recientemente con los picos de extracción de sus yacimientos, aparte de los problemas de suministro que comportan los gaseoductos que atravesaban territorios de diferentes órbitas geopolíticas y competidores económicos internacionales. La crisis de Ucrania responde a este problema, entre otros factores.

A la carrera, con centro Europa sin abastecimiento desde Rusia, tras la interrupción y sabotajes al gaseoducto Nord Stream, todas las miradas se dirigen a Argelia, o a Francia. El gas y la energía nuclear han sido declaradas, incomprensiblemente, en un auténtico ejercicio de cinismo, como energías verdes por la Unión Europea. El gas natural es responsable, aunque sea en una proporción menor que el petróleo, del efecto invernadero, y tiene aún un par de décadas en muchos yacimientos de recorrido de extracción accesible, en ausencia de conflictos bélicos. Ahora mismo, Europa está recibiendo más gas desde Estados Unidos, Arabia Saudí y Australia, pero de manera mucho más cara, al tener que venir licuado y en barcos, y requerir operaciones caras de regasificación.

En todo este debate, se está recuperando la idea de que la energía nuclear es una alternativa. ¿Hasta qué punto es razonable esa reconsideración?

La energía nuclear

La energía nuclear emite muy poco gas de efecto invernadero. Sus costes de funcionamiento son bajos y su producción es estable e ininterrumpida, lo que le hace una de las más beneficiarias por el sistema de precios marginalista.

Ni que decir tiene que las centrales modernas han resuelto muchos problemas de seguridad, desde la catástrofe de Chernóbil, y de gestión de residuos.

Ahora bien, todavía reúnen un conjunto de problemas, algunos de carácter tan grave, que las hace totalmente desaconsejables a largo plazo. Veamos:

• Los costes de inversión inicial son elevadísimos. Esto ha hecho que durante años las empresas hayan renunciado a construir nuevas centrales, tanto en el caso español como en la mayor parte de países industriales occidentales. En la actualidad hay cinco centrales en España con siete reactores.

• Las centrales nucleares en España, y en particular la de Garoña, en Burgos, tienen un sistema de seguridad comparable a la que tenía la central de Fukushima, que todavía hoy día sigue vertiendo aguas radiactivas a gran escala al Pacífico y tendrá efectos irreversibles a muy largo plazo en aquel océano y la pesca internacional. En Francia, con 52 reactores, más de 30 están paralizados fruto de problemas con la corrosión y la escasez de agua para la refrigeración, enfrentándose dicho país a un problema grave al ser esta su principal fuente de energía, en un 77%.

• A escala geológica, la localización de cualquier central nuclear no está exenta de riesgos. En el caso de Fukushima su desastre se originó en un maremoto. Pero, aunque a los ojos del tiempo de un ser humano, el suelo parezca estable, estamos hablando de fenómenos que, aunque tengan un riesgo bajo en el breve plazo, son peligro seguro en el largo, como son los terremotos, sin hablar de otros fenómenos naturales.

• Lo mismo sucede con la gestión de los residuos radioactivos. Su duración y peligrosidad permanece por decenas de miles de años. ¿Quién internaliza ese coste en el muy largo plazo? Nadie lo prevé. ¿Los cementerios nucleares, como es el caso del situado en El Cabril, Hornachuelos, en la provincia de Córdoba, están exentos de los problemas geológicos de unas placas tectónicas que no dejan de moverse? De ninguna manera. ¿Los silos de hormigón son suficientes? No parece, no en el largo plazo. ¿Hay algún material para los bidones que no se doblen, deformen o erosionen pasados miles de años? No se conoce material alguno así, y el acero también está afectado por estas consecuencias por el paso del tiempo.

• Es más, las centrales nucleares operan con fuentes materiales que también son finitas. El uranio es también finito, y su escasez y localización delimitada son conocidas. Además, su extracción es conflictiva en términos geoestratégicos. Las principales reservas se encuentran en Australia, Kazajistán y Rusia.

El futuro pasa por una diversificación, centrada en las renovables, los sistemas distribuidos y la selección de uso de la energía en términos más sobrios

Las alternativas a este marco no son ni el gas, ni la energía nuclear. Pero es cierto que la tasa de retorno energético de las renovables es notablemente inferior (un 20%) al petróleo, y exige unas infraestructuras altamente dependientes de energías fósiles para su fabricación.

Debemos establecer un rumbo de transición energética y productiva, que exigirá revisar nuestro modelo de relaciones de producción y cuestionar muchos privilegios de una minoría, con una diversificación y transición gradual e intensa, que puede durar varios decenios. Lo cual nos plantea un dramático problema: urge realizar la transición a un nuevo modelo energético y, a su vez, ello requiere no sólo un gran esfuerzo inversor y la drástica minimización del empleo de energías sucias por otras, sino también un periodo de tiempo del que cada día disponemos menos para poder realizar la ingente labor que conlleva. Los pasos a dar podrían ser:

No construir ninguna central nuclear más. Las que permanecen deben irse cerrando en los próximos años, y su contribución debe limitarse, mientras se clausuran, a completar y estabilizar el mix energético. Prever fondos para el desmantelamiento y gestión de los residuos radioactivos a muy largo plazo.

– Solo emplear fuentes fósiles para el despliegue de una primera generación básica de infraestructuras para las renovables. Debe tomarse en cuenta que, en cuarenta y cincuenta años, la segunda generación ya no podrá emplear fuentes fósiles, salvo marginal y muy selectivamente.

– Promocionar el autoconsumo solar, instalando en todos los techos de edificios, ampliando los huertos solares y parques eólicos en territorios de menor impacto en la producción alimentaria, en la población local y en la biodiversidad, con un debate democrático sobre dicha selección y localización, conjugado con la ecoficiencia, la cercanía a centros de residencia y de producción, y con modelos distribuidos. Desarrollo de centrales termosolares, incluyendo acuerdos con países africanos del Sahara, de infraestructuras para la geomotriz, la recogida y preparación de biomasa y otras fuentes renovables.

– Desarrollar la electrificación en las ciudades y en los sistemas de movilidad colectivos, estudiando si es necesario utilizar alternativas al cobre, material que actualmente es básico en las tecnologías eléctricas convencionales y que es escaso, como el aluminio, menos conductor pero viable y más abundante.

– Aplicar una política de contención, reconversión y sobriedad, de selección de usos de la energía para fines productivos y tipos y prácticas de consumo y movilidad, que se base en el establecimiento de prioridades sociales democráticamente acordadas, sobre aspectos ligados a la alimentación, la movilidad y los servicios públicos esenciales.

Ni que decir tiene que el modelo energético no puede estar regido por formas de mercado y sistemas de precios marginalistas. Debe contarse con un sistema de extracción, producción y suministro público, por su carácter estratégico, que adopte un formato diversificado, adaptado a cada localización y que tenga un carácter cooperativo y comunitario. Lo que implica la planificación democrática en todos los ámbitos y niveles, con amplia participación popular en las decisiones.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Fernando Prieto

    Observatorio Sostenibilidad

    Alejandro Sacristán

    Club Nuevo Mundo

    Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Un estudio reciente del Observatorio de Sostenibilidad para Aliente señala que es posible el situar hasta 10 veces la producción fotovoltaica del PNIEC con un mínimo impacto ambiental situándolos en zonas ya artificiales. Las placas se distribuirían en el 50% aproximado sobre suelos ya construidos e industriales y el resto se distribuiría en zonas muy antropizadas y de escaso valor ambiental, tales como minas de carbón, vertederos, escombreras, también en zonas de invernaderos ya consolidados como los de Almería que podrían producir hasta 45GW, zonas mineras con sus 42GW, infraestructuras viarias, autovías, autopistas carreteras y vías de ferrocarril, que podrían contribuir con otros 15 GW, (que podrían pagar parte de su mantenimiento,) cubrimiento de canales con 8,5 GW (que además podrían ayudar a la disminución de la evaporación). Los vertederos y escombreras podrían producir 3,5GW.  Los cálculos de estas producciones se han realizado de una forma muy conservadora por lo que puede considerarse que la producción de energía sería mucho mayor. Se han dejado fuera todas las zonas de la red natura, zonas importantes para las aves, para los mamíferos y el total de reservas de la Biosfera. Es decir, se ha tenido muy en cuenta la biodiversidad. Las ratios de producción también han sido muy conservadores, por ejemplo, el CIEMAT ha establecido una producción solar en tejados de unos 300 GW, (en nuestro informe se cifran en unas 155 GW). Para el resto de parámetros se han utilizado variables tales como disponibilidad de suelos recortando con cientos de imágenes y contrastándolo con los datos procedentes del SIOSE, y con iniciativas ya en marcha como el Canal de Navarra, iniciativas como las de ADIF para el caso de vías férreas donde ya habla de 35 GW al año, o de carreteras como hacen otros países como Alemania. Pero el mayor...
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  • Marià de Delàs

    Periodista

    “El riesgo de colapso social y económico es demasiado grave para no emprender la transición energética de manera inmediata y a gran escala”, se dice en un manifiesto (1) reciente en favor de la aceleración de los “proyectos de renovables en Catalunya”, un llamamiento para conseguir apoyo social y político a la instalación de placas fotovoltaicas y aerogeneradores. “Centrales fotovoltaicas y parques eólicos -terrestres y marinos- tienen que pasar a formar parte de nuestro paisaje”. “Solo con un aprovechamiento decidido del viento allá donde más sopla y del sol donde más irradia avanzaremos hacia el ineludible cambio que encaramos...
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  • Miguel Aguado

    Divulgador ambiental y Socio Director de la consultora B Leaf

    Hace unos ocho años me llamaron de una televisión que podíamos ubicar en el extremo político, muy a la derecha. Querían hablar sobre el cambio climático en un debate. Tenían cuatro negacionistas de este y necesitaban a un “pringado” que afirmase que si existía. Ese era yo, y como me gustan los retos, acepté. No estuvo nada mal; creo que, modestamente, me defendí bien. Cuatro años después me volvieron a llamar. Querían volver a tratar el tema, y para ello, contar conmigo. Esta vez el cambio era sutil: ya no negaban el cambio climático, pero sí que el responsable...
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  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    Cuando hablamos de transición agroecológica justa, queremos decir no sólo que caminemos hacia sistemas alimentarios sostenibles – es decir, capaces de funcionar a largo plazo sin destruir las bases que los sostienen – sino que estos sistemas alimentarios deben construirse y funcionar sin poner el bienestar de unas personas por encima del de otras, y considerando los intereses de todas ellas en el proceso. El concepto de soberanía alimentaria, acuñado por La Vía Campesina en los años 90, reivindica el derecho de las comunidades de tomar sus propias decisiones respecto a cómo producir, distribuir y consumir sus alimentos. Como...
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  • Alberto Fraguas Herrero

    Ecólogo. Asesor de Sostenibilidad en Alianza por la Solidaridad y miembro del Grupo Futuro Alternativo

    El Fin de la abundancia Hace unos meses Cristina Narbona, Presidenta del PSOE, en un excelente artículo que iniciaba las reflexiones en torno a la Transición Ecológica en ese ESPACIO PÚBLICO(1), planteaba la imprescindible "transformación gradual del sistema productivo de forma que se reduzca el consumo de recursos naturales así como todo tipo de contaminación y que se preserven y restauren los ecosistemas" y realizar esto en un contexto prioritario para la supervivencia y con principios de justicia global. Claramente este es el objetivo a cumplir dentro del ya históricamente denominado Desarrollo Sostenible, si bien hay algunos matices que la evolución...
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  • Daniel Albarracín Sánchez

    Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sociólogo y economista. Miembro de Anticapitalistas y del Consejo Asesor de Viento Sur.

    El Estado español es, como la mayor parte de países europeos, altamente dependiente de la energía, que se encuentra en el exterior. La disponibilidad de energía propia es fundamentalmente de origen renovable, hidráulica, eólica y principalmente solar, y cuenta apenas con reservas pequeñas de carbón, de escasa calidad comparada con el que tienen otros países europeos. Entre sus potencialidades en la actual coyuntura, se encuentra con unas empresas de refino para adaptar los hidrocarburos al sistema de producción, si bien no contribuiría a una solución desde el punto de vista ambiental y energético a medio plazo. El problema de nuestra...
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  • Álex Dorado Nájera

    Consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía del Gobierno de La Rioja.

    A menudo, en los últimos tiempos, en muchos debates y en muchos medios, existe una equiparación casi total entre medio ambiente y clima o entre crisis ecológica y crisis climática. Esta asimilación de la parte por el todo es fruto, en parte, por una buena noticia como es el aumento de la concienciación mediática y social sobre la importancia del clima y de la energía en nuestras vidas y las de las generaciones venidas. Sin embargo, esta conquista de la agenda medioambiental por parte de la agenda climática, puede suponer un problema a la hora de eclipsar o minusvalorar otras...
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  • Paolo Cacciari

    Periodista

    También en Italia el lema “transición ecológica” ha entrado en el lenguaje público corriente después del lanzamiento en 2019 del Green Deal de la Comisión Europea y, gracias a los generosos fondos “en deuda” de la Next Generation Ue (una especie de neokeneysianismo verde), el gobierno decaído del banquero Mario Draghi había bautizado un ministerio en su nombre. Veremos si el nuevo gobierno de las derechas lo querrá mantener. Los dos primeros tramos del Plano Nacional denominado ‘Rilancio e Resilienza’ (Relanzamiento y Resiliencia) ya han sido asignados por la UE (24,9 de prefinanciación, más 21 mil millones destinados a...
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  • Ramon Folch

    Doctor en biología, socioecólogo. Presidente-fundador de ERF

    Los cambios vienen con la necesidad. Mientras se producen, se llaman transiciones. Si la necesidad es imperativa, la transición es rápida e inevitable. Por eso habrá -ya la hay- transición ecológica, porque a la fuerza ahorcan. El tema no es hacerla, sino lograrla sin excesivos traumas. La transición ecológica es el paso desde el actual sistema socioambientalmente insostenible hasta un nuevo estadio provisionalmente estable. Es una escalera que hay que bajar: elegantemente, a trompicones o rodando. Para hacerlo sin dolor y con elegancia, se necesita un proyecto adecuado. De ahí la conveniencia de una ingeniería de transición, con sus...
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  • Irene Calvé Saborit

    Ingeniera Industrial y trabajadora en mercados eléctricos

    La (in)elasticidad de la demanda eléctrica Hace unos días estuve leyendo la nota de la comisión europea publicada por el periódico francés Contexte en la que se presentan propuestas de intervención para “optimizar el funcionamiento del mercado eléctrico y disminuir el impacto del precio del gas”. En esta nota se analizan varias alternativas como el tope del gas ibérico o las medidas aprobadas por el gobierno griego. Incluso se valora la suspensión del mercado eléctrico cuyo resultado sería, según la nota de la comisión, el probable colapso del sistema eléctrico y un daño severo sobre los esfuerzos de descarbonización. Esto...
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  • Victor Viñuales

    Director Ejecutivo de ECODES

    Cuando hablamos de transición ecológica, funcionarios, empresas y pueblo llano piensan o en un cambio de unas tecnologías por otras –por ejemplo, coches de gasolina por coches eléctricos– o en un cambio de leyes. Pero hay un olvido general: la transición cultural. El Plan de Recuperación del Gobierno de España dedica 140.000 millones de euros a cambiar el “hardware” de nuestro país y apenas nada a transformar el “software”. Y sin cambio de valores, de hábitos, la transición ecológica encallará. Para que España lograra un éxito enorme como es reducir los muertos por accidentes de tráfico de más de 5.000 anuales...
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  • Eulogio González Hernández

    Jubilado - Mecánico Mantenimiento de aviones

    Hace siglos, los obreros se sumaban a las consignas de libertad e igualdad exaltadas en mítines y otras plataformas públicas, pero era evidente que esos obreros tenían una percepción de la libertad y la igualdad muy diferente a la que las autoridades y patronos consideraban constitutivas de la organización social liberal. La huelga de La Canadenca hace 100 años en Cataluña, consiguió un gran triunfo palpable cien años después: la conquista de la jornada de 8 horas en España, el primer país del mundo en establecerla por ley. Esta huelga, considerada una de las más importantes...
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  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    Las gentes racionales y sin apego a los dividendos de las eléctricas, gasísticas y petroleras podemos convenir en primer lugar que la transición ecológica es urgente y necesaria para el futuro de la vida en el planeta y que la clave para desencadenar el proceso es asegurar la transición energética desde un modelo carbonizado y despilfarrador a otro basado en los pilares del ahorro y la eficiencia, las energías limpias renovables y el decreciente uso de materiales y energía. En segundo lugar podemos acordar que la cuestión de la energía es estratégica. Y, finalmente, no es una hipérbole que...
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  • Carlos Tejero

    Periodista. Responsable del Área de Medio Ambiente de Podemos Madrid

    Los últimos días de agosto nos han sorprendido con un giro radical en la política energética europea. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sorprendió a propios y extraños anunciando la necesidad de “intervenir” el mercado energético para controlar el precio de la electricidad. Una “traición” a la ortodoxia liberal provocada por una imparable espiral inflacionista cuya causa principal han sido, precisamente, los precios de la energía en un mercado liberalizado. Este anuncio espantó a los especuladores y el precio del gas Natural TTF (precio mayorista en Europa) bajó en dos días de 344 a 253€ (más de...
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  • Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Rafael Jimenez Aybar

    Director de programas en GLOBE International y experto en democracia medioambiental

    “Creo que los movimientos sociales y las izquierdas institucionales se tienen que responsabilizar y actuar coherentemente con los diagnósticos que se hacen. La cuestión es ver si se puede intentar estar a la altura del momento histórico que nos ha tocado vivir. (…) No olvidemos que, por el momento, a ninguno nos están saliendo muy bien las cosas y que las lecciones que damos desde todas las partes no están avaladas por una práctica exitosa o ganadora en términos de máximos.” Yayo Herrero, Contra el capitalismo del desastre, CTXT, 2022. En un texto reciente, Yayo Herrero nos incita a entrar en el debate sobre transición ecológica, asumiendo todas nuestras responsabilidades, incluso la de nuestros fracasos actuales[1]. Ante el capitalismo del desastre, el actual secuestro de la acción climática por los grupos de intereses económicos[2] y la masiva expansión de un ultra-nacionalismo climático populista de extrema derecha[3], ella tuvo la valentía de reconocer que a ninguno de los actores progresistas de la transición ecológica “nos están saliendo demasiado bien las cosas”. Analizarlo no es tirar piedras en nuestro propio tejado, si somos capaces de no atrincherarnos en lo que Yayo Herrero llama muy acertadamente “los estériles debates entre los...
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  • Nuria Menéndez de Llano Rodríguez

    Abogada. Directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal y miembro del Oxford Centre for Animal Ethics

    En un contexto tan complejo y desolador de emergencia climática, de pérdida de biodiversidad, de extinción masiva de especies, de explosión demográfica humana y de colapso generalizado como el actual, se hace más necesario que nunca poner el foco en los demás animales con los que compartimos planeta y a quienes estamos, también y principalmente, usurpando toda posibilidad de sobrevivir y de tener un futuro por ir éste irremediablemente unido al nuestro. Lo cierto es que, aunque nos creemos el ombligo de todo, los humanos no somos sino una especie animal más, y no una cualquiera: somos los únicos responsables...
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  • Joana Bregolat

    Activista ecofeminista y militante de Anticapitalistas

    Érase una vez la historia de una economía capitalista que cada vez compartía más el diagnóstico de un mundo en crisis, de alarma sobre el alto grado de la destrucción ecológica y de los impactos en sus beneficios de la profunda crisis ecosocial y reproductiva que viven aquellos que la sustentan. Una economía capitalista que, con cada conocimiento, devenía más consciente y dejaba atrás el negacionismo clásico de la cuestión ambiental, y planteaba propuestas para abordar las alteraciones del sistema-Tierra. Ambiciosas, que construían un nuevo marco de acción, un marco verde, pero muy lejanas a los cambios estructurales y...
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  • Juan López de Uralde

    Diputado de UP y coordinador del partido Alianza Verde. Es Presidente de la Comisión de Transición Ecológica en el Congreso de los Diputados. Coordina en Público el blog Ecologismo de Emergencia.

    Corría el año 2007, y dirigía yo entonces la organización Greenpeace en España. Dedicamos más de un año de trabajo a la elaboración de un informe que se llamó España: 100% energía renovable. En él se demostraba por primera vez que era posible un modelo energético basado en fuentes 100% renovables en nuestro país. Ha llovido mucho desde entonces, pero tengo el recuerdo nítido de los ataques brutales que sufrimos del oligopolio eléctrico y su entorno mediático. En resumen nos decían que era imposible llegar a un modelo energético renovable, y que nuestra propuesta era un brindis al sol. Desde...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Doctorando en Comunicación e Interculturalidad en la Universidad de Valencia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía. Licenciado en Geografía e Historia.

    En su Ponencia Cristina Narbona ha defendido un «necesario cambio de paradigma económico» que dé lugar a una «transición ecológica económica». A continuación ha pasado Narbona a enumerar un conjunto amplio de medidas concretas con las que se podría materializar tal transición ecológica, al tiempo que expone los condicionantes que pueden acelerar o limitar esa transición. Creo que esta presentación de la Ponencia es correcta, porque trata de aspectos de la crisis ecológica que han sido bien estudiados y sobre los que podría haber un cierto grado de consenso político entre las fuerzas de izquierda y una parte de...
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  • Eva Saldaña Buenache

    Directora Ejecutiva de Greenpeace España

    “El futuro no está escrito, nunca lo está. Depende solo de nosotros, de que seamos capaces de construir un contrapoder lo suficientemente fuerte como para derribar al capitalismo y crear una forma de organización social diferente. Debemos además hacerlo pronto, la crisis ecológica avanza deprisa y nos dificulta cada vez más la tarea. No es una labor fácil, nunca lo ha sido. Es normal sentir miedo y tener vértigo, pero lo importante es lo que hacemos con ello, si dejamos que nos paralice o lo convertimos en combustible para la lucha”. Layla Martínez(1). 1. Un poco de contexto: mirando alrededor...
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  • Mario Rodríguez Vargas

    Director Asociado de Transición Justa y Alianzas Globales. Fundación Ecología y Desarrollo

    La situación de emergencia climática que vivimos, declarada tanto por el Parlamento como el Gobierno; la degradación sin precedentes de la biodiversidad; el aumento de las ratios de desigualdad y pobreza entre países y dentro de cada país; el doloroso efecto de la pandemia generada por la Covid-19 y finalmente los efectos globales de la guerra en Ucrania y otros conflictos bélicos que ya estaban antes y prosiguen en este momento, nos indican que es necesario repensar y resetear el sistema y que la única vía es una transición ecológica que no deje a nadie atrás y que alumbre...
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  • Martín Lallana Santos

    Militante del Área de Ecosocialismo de Anticapitalistas. Investigador predoctoral en estrategias de descenso energético.

    “El Ladrillo” es el nombre que se le puso coloquialmente al documento escrito por el grupo de economistas liberales conocido como los "Chicago Boys"[1]. En él se establecían las políticas económicas a partir de las cuales Chile se convertiría en el laboratorio del neoliberalismo tras el golpe de estado que acabó con el gobierno de la Unidad Popular y la vía democrática hacia el socialismo. Se recogían medidas como acabar con la gratuidad y los subsidios parciales en la enseñanza superior, así como la privatización de áreas de economía como la electricidad, el agua potable, las telecomunicaciones y del...
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  • Carlos Bravo

    Responsable de políticas de Transport & Environment

    La transición energética hacia la descarbonización de nuestra economía, cada vez más urgente debido a la creciente gravedad de la crisis climática, está siendo literalmente secuestrada por esos mismos combustibles fósiles que provocan el cambio climático y de los que tenemos que prescindir cuanto antes mejor. Por un lado, el gas natural, debido a su participación en la generación eléctrica y a los altos precios que han marcado la evolución de los mercados mayoristas del gas durante el año 2021 y lo que va del 2022, es el principal culpable de que haya subido tanto el precio de la luz....
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  • Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

    Ante la crisis sanitaria y la emergencia climática, la transición ecológica se ha convertido en prioridad para la economía europea post-pandemia. Al mismo tiempo, la guerra en Ucrania ha vuelto a evidenciar la centralidad de la cuestión energética para nuestras sociedades industrializadas, donde inflación, coste de la vida, empleo, vivienda o Estado de bienestar dependen profundamente del acceso, o no, a fuentes de energía barata y abundante. Hay una conjunción de factores que convierten este decenio en una bifurcación peligrosa y, a la vez, en una oportunidad histórica. Según la comunidad científica, nos queda apenas una década para evitar los...
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  • Jaime Vindel

    Investigador Ramón y Cajal del Instituto de Historia del CSIC

    Un problema de algunos discursos contemporáneos que se aproximan a la crisis ecosocial es su timidez a la hora de poner nombre a las cosas. En mi opinión, emplear expresiones como “modelo económico dominante” para identificar al responsable estructural de nuestra situación supone un ejercicio de vaguedad analítica. Los conceptos que usamos condicionan de partida el alcance crítico de nuestras reflexiones, así como de las alternativas que somos capaces de imaginar. ¿Qué entendemos por “modelo económico dominante”? ¿Estamos hablando del capitalismo o tan solo del neoliberalismo? La tendencia a utilizar este tipo de eufemismos es observable entre las posiciones...
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  • Jorge Riechmann

    Departamento de Filosofía de la UAM. Ecologistas en Acción Sierras

    1 Un notable editorial de Nature, en marzo de este año, reivindica el estudio de 1972 The Limits to Growth (el primero de los informes al Club de Roma) y señala que “aunque ahora existe un consenso sobre los efectos irreversibles de las actividades humanas sobre el medio ambiente, los investigadores no se ponen de acuerdo sobre las soluciones, especialmente si éstas implican frenar el crecimiento económico. Este desacuerdo impide actuar. Es hora de que los investigadores pongan fin a su debate. El mundo necesita que se centren en los grandes objetivos de detener la destrucción catastrófica del medio ambiente...
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  • Cristina Rois

    Plataforma por un Nuevo Modelo Energético

    El conocimiento acumulado en las últimas décadas sobre los impactos de las actividades humanas en el medioambiente, y la experiencia de daños y desastres ambientales que confirman las previsiones de la ciencia, han venido calando lentamente en las sociedades humanas avanzadas o enriquecidas. Se añade a todo ello el efecto de las crisis económicas del siglo, y lleva a mirar el futuro con incertidumbre e inquietud, incluso con desesperanza. Ya no basta con “arreglar la economía”, también se están acabando los recursos, el entorno natural se hace más hostil y no se ve claro como será el día...
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  • Juanjo Álvarez

    Ecosocialista, militante de Anticapitalistas

    La transición ecológica es una cuestión abierta que se construye durante estos años a marchas forzadas. Nadie que tenga una mirada abierta del mundo puede obviar que se está dando una transición global, y sin embargo, esto no determina lo que vaya a suceder, porque la materialización de la transición puede tener tantas variantes y en tantas claves como se puedan imaginar, aunque otras tantas, y cada vez más, aparecen por el avance de la crisis ecológica, que cierra muchas posibilidades a medida que va superando puntos de retorno. En esta aportación pretendemos examinar justamente el factor que suele...
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  • Carmen Molina Cañadas

    Coordinadora de Alianza Verde Andalucía

    Hay unos cuantos hitos del siglo XX que nos advirtieron de que la evolución del sistema económico empezaba a mostrar claros síntomas de impactar sobre la funcionalidad sistémica de la biosfera. Se hacía evidente la responsabilidad de la actividad económica y su crecimiento permanente en la superación de límites planetarios y deterioro de múltiples servicios ecosistémicos “gratuitos”, y se ha ido elevando el nivel de preocupación al respecto. Las señales que nos alertaban entonces, nos deberían haber puesto en marcha hacia la Transición de que trata este debate. Algunos de estos hitos fueron: 1- La publicación del Informe del Club...
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  • José Mansilla

    Antropólogo, miembro del Observatori d'Antropologia del Conflicte Urbà (OACU)

    Decía el ex dirigente de Izquierda Unida (IU) ya fallecido, Julio Anguita, que la tan vanagloriada Transición política en España, el paso de la ley a la ley del régimen franquista a la democracia liberal, fue, más bien, una Transacción, "un apañito para que el poder económico del franquismo siguiera mandando"[1]. A día de hoy, muchas de las afirmaciones que realizó el político cordobés durante sus años en primera línea se han confirmado. Las características de la democracia española se encuentran sobredeterminadas, no solo por el poder que aun mantienen las élites económicas sostenedoras y conformadas en torno a...
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