Transición Ecológica: Compromisos y acuerdos postergados ¿Seguiremos procrastinando?

  • Carmen Molina Cañadas

    Carmen Molina Cañadas

    Coordinadora de Alianza Verde Andalucía

05.07.2022

Debate principal: Debate en torno a la transición ecológica

Hay unos cuantos hitos del siglo XX que nos advirtieron de que la evolución del sistema económico empezaba a mostrar claros síntomas de impactar sobre la funcionalidad sistémica de la biosfera. Se hacía evidente la responsabilidad de la actividad económica y su crecimiento permanente en la superación de límites planetarios y deterioro de múltiples servicios ecosistémicos “gratuitos”, y se ha ido elevando el nivel de preocupación al respecto. Las señales que nos alertaban entonces, nos deberían haber puesto en marcha hacia la Transición de que trata este debate. Algunos de estos hitos fueron:

1- La publicación del Informe del Club de Roma llamado “Los límites del Crecimiento” en 1.972, en el que el grupo de científicos al que se le encargó, analizaba las tendencias de la economía usando la dinámica de sistemas, y mostrando la insostenibilidad que conduciría a un colapso en el presente siglo de no actuar para cambiar esas tendencias. La conclusión fue la siguiente: si el incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantenía sin variación, se sobrepasarían los límites de la Tierra en los siguientes 100 años.

2- La publicación previa, del libro de la bióloga estadounidense Rachel Carson “Primavera silenciosa” en 1.962, una exhaustiva investigación de los efectos negativos del uso generalizado de pesticidas, denunciando que los venenos utilizados, se acumulaban en la cadena alimentaria, con enormes riesgos para la salud humana y terribles efectos para flora y fauna. Con este libro consiguió que mucha gente se preocupase por la ética ambiental y ayudó a sentar las bases de una conciencia ecológica de masas, estableciendo la conexión entre la actividad humana, lo que sucede en la naturaleza y la salud pública. Tras su muerte, y gracias a su trabajo de investigación se creó la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), a la que precisamente, acaba de limitar en su capacidad de actuación el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Un paso atrás inadmisible.
3- El Informe Brundtland publicado en 1987 para las Naciones Unidas, que contraponía el problema de la degradación ambiental que acompaña el crecimiento económico con la necesidad de ese crecimiento para aliviar la pobreza. Y reconocía que el avance social y económico estaba suponiendo un coste ambiental y social muy alto. Este Informe llamado “Nuestro Futuro Común” estaba liderado por la primera ministra noruega Gro Brundtland. Aunque la cooptación posterior del concepto de desarrollo sostenible, acuñado entonces, y su mala aplicación, haya contribuido a perpetuar la preponderancia del crecimiento económico, sobre los componentes sociales y ambientales que incorpora el concepto. Nunca se ha aplicado realmente a las políticas la perspectiva intergeneracional, incluyéndola en la intersección de estas tres esferas (económica, social y ambiental).

Hay más, pero estos tres hitos son ejemplos de advertencias que tuvimos en la segunda mitad del siglo pasado que no consiguieron cambiar las tendencias de una economía disfuncional que nos está colocando en situación de enorme riesgo y que puede conducirnos a un colapso ambiental y socioeconómico. Ha resultado que el modelo crecentista, -donde la extracción de recursos naturales y los dictados del mercado son la única base que rige-, no solo es antiecológico sino también antieconómico porque ataca las bases sobre las que se asienta. Y es que, los aumentos de producción se efectúan a expensas de recursos y bienestar que tienen un valor superior al de los servicios producidos a nivel global. De ellos cada vez se benefician menos personas y sociedades, por lo que la inequidad no para de crecer. Hemos llegado al punto en que habrá que reconocer que el crecimiento económico, ese concepto totémico para gobiernos y economistas es el gran error neoliberal que nos acerca al precipicio.

Sin embargo, llegados a la situación actual, comprobamos que el modelo de acumulación de riqueza en que se basa el capitalismo, ha impedido que hayamos sido capaces de iniciar el tránsito que necesitamos hacia otro modelo. Uno que adapte la actividad económica a los límites y funcionalidad planetaria. De haberlo iniciado hace 50-60 años, ahora estaríamos en mejores condiciones y aún nos mantendríamos como civilización en lo que sería una zona de confort en la que la funcionalidad del planeta mantendría el equilibrio. Es decir, seguiríamos disfrutando, y la siguiente generación también, de un clima predecible, la diversidad biológica estaría menos amenazada y contaríamos con una disponibilidad de agua, suelo y alimentos aceptable. Aunque muchos no lo sepan, es lo que hemos disfrutado en la era geológica en que nos hemos desarrollado como la civilización que somos, el Holoceno, -que era nuestro jardín del Edén- y que bastantes geólogos ya dan por hecho que hemos cambiado por el Antropoceno, o más recientemente Capitaloceno, dado que nuestra incesante y siempre creciente actividad ha actuado como una potente fuerza geológica. Son cada vez más las voces que nos advierten que toca frenar porque las curvas que viene son muy cerradas.

Mi primera conclusión, es que una transición hacia un modelo socioecómico nuevo y con perspectiva intergeneracional debe basarse, SÍ o SÍ, en el respeto a los límites planetarios y su funcionalidad.

Sin embargo, los datos científicos nos dicen que vamos precipitadamente en la dirección opuesta. Ya en el año 2009, el Instituto de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo, liderado en aquél momento por Rockström[1], estableció 9 límites planetarios, sobre los que se estimaron unos umbrales de determinadas variables de control, por encima de los cuales los cambios que se produjeran nos ponían en zona de riesgo y de posible colapso funcional. Estos son: el CO2 en la atmósfera, las nuevas sustancias químicas (Xenobióticos), la concentración de Ozono [O3] estratosférico, la carga de aerosoles y contaminación química, la acidificación de los océanos, los ciclos biogeoquímicos del Nitrógeno (N) y del Fósforo (P), la disponibilidad de agua dulce, los usos del suelo (Proporción de tierras cultivadas), y la pérdida de diversidad biológica. Todos estos límites son interdependientes por lo que sobrepasar uno de ellos puede llevar a rebasar otros. Así que hay que establecer un marco de seguridad para NO traspasarlos. Y, en el caso de haberlos superado, actuar sin dilación para llevarlos a la zona de confort y seguridad. Desde ese estudio inicial, la situación se ha ido revisando en el tiempo como se observa en la figura que muestro a continuación. Puede verse la dinámica en la que estábamos en 2015[2] y cómo ha cambiado en 2022[3].

Gráfico 1

En 2015, a nivel planetario, teníamos en situación de alto riesgo: La diversidad biológica y los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno y el fósforo, lo que está muy relacionado con los usos del suelo y la producción de alimentos. A pesar de que el cambio climático ya estaba fuera de zona de confort y en un nivel de riesgo creciente, éste no era tan alto como el de los tres primeros. También estaba ya en situación de riesgo los usos del suelo y los servicios que provee. En buena medida, esto está determinado por la apropiación de suelo por parte del sistema agroalimentario global. Más de un tercio de la superficie de la tierra y más de un 70% del recurso agua se dedican a esta actividad. Parte de la pérdida de diversidad y sus consecuencias (zoonosis) también están relacionadas con ello. Este sistema agroalimentario global fuertemente deslocalizado es muy dependiente de la energía fósil y contribuye significativamente al cambio climático. Además, esta deslocalización y alta dependencia de energía para el transporte lo hace tremendamente frágil a nivel geoestratégico, como estamos viviendo con la guerra de Ucrania.

Segunda conclusión: para revertir parte de la situación de riesgo deberíamos estar ya transitando hacia sistemas agroalimentarios más diversos y localizados. Esto implica reterritorializar la producción de los alimentos que sea posible con las condiciones agroclimáticas características de cada lugar, relocalizar el consumo, así como revegetarianizar y reestacionalizar la dieta. También hay que evitar las pérdidas de alimentos en el tránsito que va desde dónde se producen hasta la mesa. Hay que incrementar la eficiencia en el uso de los recursos, aprovechar mejor la información sobre el estado de los cultivos con la que contamos y potenciar prácticas agroecológicas que optimicen el cierre de los ciclos de materia y un uso más eficiente de la energía solar, minimizando la dependencia de insumos sintéticos en lo posible.

Sin embargo, como vemos en la figura, los datos publicados en 2022, siete años después, muestran que los límites traspasados en 2015 no han mejorado, y que ya contamos con datos suficientes para poner en evidencia la situación de riesgo debida a la ingente cantidad de productos sintéticos, especialmente plásticos que llevamos liberando en la biosfera desde hace más de 100 años. De ahí el elevado riesgo que muestra la figura correspondiente a este año.

Tercera conclusión: debemos transitar hacia una economía que no esté basada en la producción de bienes con vidas cortas y que buscan fomentar el consumo y no el dar respuesta a una necesidad real. La economía circular es mejor que la lineal, pero se debe limitar también el ansia de consumir por consumir. Transitemos pues hacia un sistema productivo centrado en proveer y mejorar bienes útiles, reparables, con vidas medias altas y con diseños que permitan la reutilización de algunos de sus componentes. Hay que cerrar ciclos de materia y energía e incrementar la eficiencia y circularidad en todos los procesos socioeconómicos.

El exceso en el consumo de recursos y el destrozo que causa su extracción, con la consiguiente generación de residuos, convierte el actual modelo económico en insostenible. Y desde el protocolo de Kioto hasta el Acuerdo de Paris, las cumbres climáticas que han intentado llegar a acuerdos globales para disminuir las emisiones y el deterioro, no acaban de lograr su objetivo. Es un hecho que, en los últimos años, los procesos se aceleran. La economía que funcionaba a golpe de crisis periódicas, acorta los tiempos entre crisis. Los incuestionados crecimientos, que exigen la aceleración permanente de los procesos productivos, generan una degradación ambiental acelerada y retroalimentaciones que empeoran el panorama general.

Cada año, el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra se adelanta. Y nos recuerda que gastamos recursos naturales, a MUCHA velocidad. El consumo ininterrumpido y por encima de la capacidad de renovación natural, provoca agotamiento de los recursos. Nuestro planeta entró en números rojos en 2022, en fecha tan temprana como el 12 de mayo. A partir de ese día, todos los recursos que consumimos se suman al déficit en la cuenta de resultados del planeta. En un intento de advertir sobre lo que estamos provocando con nuestra hiperactividad productiva, también se estableció el Día de la Deuda Ecológica, (Earth Overshoot Day) que viene a significar lo mismo que el de la sobrecapacidad. Es el día en que la humanidad ha agotado el presupuesto de la naturaleza para el año. Durante el resto del año, la sociedad opera en un exceso ecológico al reducir las reservas de recursos y acumular CO2 en la atmósfera y otros residuos por todo el planeta.

Estamos viendo el deterioro progresivo y, a veces brusco, de recursos vitales como la diversidad, el aire, el agua o el suelo. Y por justicia intergeneracional deberíamos trabajar para que dentro de 50 años nuestras hijas y nietas tengan, como mínimo, un acceso a los recursos similar al que nosotros disfrutamos.

Hagamos lo que hagamos, nuestra civilización en el corto plazo tendrá que desacelerar su consumo de recursos ya sea porque lo decidamos, ya sea porque las circunstancias lo impongan. El más determinante, para bien y para mal en el corto plazo es el recurso energético. Europa occidental es un ejemplo de dependencia de este recurso, a la vez que derroche del mismo, y las consecuencias de esa dependencia son muy patentes por la guerra de Ucrania. Además, la limitación es global y lo será cada vez más. Incluso Macron y Biden, asumen que ni Arabia Saudí puede incrementar la producción de energía fósil para paliar la limitada oferta que existe. Por tanto, estaremos de acuerdo que la transición a renovables es inaplazable y eso supone que habría que dedicar preferentemente los recursos fósiles que todavía disponemos a realizarla de forma ordenada. Y, añadiría, de manera participada, con red distribuida, con autoconsumo y comunidades energéticas locales, evitando reproducir los defectos del modelo oligopólico que cede todo el poder y control a las multinacionales eléctricas que todas conocemos.

Cuarta conclusión: hay que transitar hacia sociedades descarbonizadas y resilientes de forma ordenada. La ciencia, con cada informe del IPCC nos va avisando de los niveles de degradación y las amenazas sobre las que actuar, llamando a una transformación económica y social sin precedentes, para lo que necesitamos una sociedad informada, un cambio en los modelos de producción y consumo, en los comportamientos de los agentes económicos y en los hábitos de las personas.

Hay que medir muy bien en qué y dónde invertimos esfuerzo. Hay esfuerzos en desarrollos tecnológicos que muy pronto dejarán de tener sentido. Un ejemplo de política de transición necesaria y urgente es la movilidad. Debemos pasar de una movilidad centrada en el vehículo privado, total o parcialmente fósil, hacia una movilidad colectiva, pública y electrificada. Esto supone derivar recursos limitados como el cobre preferentemente a este fin, y abandonar la idea de sustituir el parque de automóviles actual, por uno similar con baterías que requieren un litio del que no disponemos.

Estamos sufriendo conflictos bélicos sangrientos como consecuencia de problemas geopolíticos que tienen que ver con la disponibilidad decreciente de combustibles, agua dulce, suelo fértil o minerales esenciales para mantener la industria tecnológica y agraria. Nos estamos adentrando en escenarios socio-ambientales bastante impredecibles y muy preocupantes.

Cómo hacerlo

Como no podemos abandonarnos al derrotismo, hay que intentar que el tránsito que, de todos modos haremos, sea lo más manejable posible.

Para emprender todos estos retos, se deben abordar multidisciplinarmente y desde todos los ámbitos de actuación posibles, académico, empresarial, con organizaciones de todo tipo, y a todos los niveles institucionales: europeo, estatal, autonómico y local. Y por supuesto, con la complicidad e implicación de toda la ciudadanía. Es un cambio de paradigma tan grande que nadie puede quedar al margen.

La educación ambiental de niñas y niños, adaptando el currículo educativo para reforzar el conocimiento de nuestro entorno natural y de las consecuencias de no cuidarlo, junto al aprendizaje de valores éticos fundamentales que induzcan a comportarse como ciudadanos responsables y exigentes con empresas y gobiernos, va a ser una de las mejores herramientas.

Dado que la limitación de energía disponible y barata es un hecho ya, hay que priorizar muy bien en que esfuerzos tecnológicos se invierte prioritariamente. Uno de ellos será en el de la energía renovable. Racionalicemos lo que nos queda de combustibles baratos y condensados. Porque, además sabemos, que lo que se produce con la tecnología es un efecto rebote, la llamada paradoja de Jevons: a medida que el perfeccionamiento tecnológico aumenta la eficiencia con la que se usa un recurso, es más probable un aumento del consumo de dicho recurso que su preservación o ahorro.

Un tema importante es el de la relevancia y centralidad que se dé a las instituciones con responsabilidad en materia de transición ecológica. Para avanzar de forma coherente en la transición ecológica se debe conseguir coordinación y entendimiento en las políticas sectoriales energética, agroalimentaria, ecológica, o en la muy relevante gestión hídrica y evitar interferencias entre estos sectores.

Los ciudadanos y ciudadanas podemos, con nuestras decisiones sobre lo que consumimos, cómo nos movemos o cómo nos relacionamos con el entorno y con la comunidad, influir significativamente en empresas y en gobiernos. Pero eso es solo una parte y no la mayor precisamente. La mayor responsabilidad recae, sin duda, sobre gobiernos y parlamentos, porque son los que legislan y gobiernan oponiéndose o plegándose a los potentes lobbies de corporaciones que acumulan un inmenso poder económico.

Por ello una herramienta muy interesante que en nuestro país ha generado propuestas en relación a la emergencia climática, es la que planteó la Ley de Cambio Climático al proponer y constituir una Asamblea Ciudadana para el Clima[4], que no hace mucho emitió las primeras recomendaciones sobre la pregunta que se les planteaba: Una España más segura y justa ante el cambio climático ¿Cómo lo hacemos? Es importante que existan estas Asambleas Ciudadanas, que sean operativas y que las instituciones atiendan sus recomendaciones. Es decir, son una herramienta que debe emplearse en las otras transiciones para discutir soluciones con urgencia, y sus propuestas debieran convertirse en itinerarios a poner en prácticas por los gobiernos de turno.

Algunas propuestas

Para seguir analizando el cómo hacer la Transición, me gusta hablar de la propuesta que Kate Raworth planteó en un Informe que le encargó Intermón-Oxfam en 2012: “Un espacio seguro y justo para la humanidad”. Donde se preguntaba si todas podríamos vivir dentro de un hipotético donut[5], entre el techo planetario que marca las condiciones de habitabilidad de nuestro entorno y un suelo social, que es el que permite una vida mínimamente digna.

La rosquilla que propone Raworth, no es una guía de políticas concretas, sino más bien una manera de analizar la situación para orientar las decisiones. Su modelo se basa en una imagen muy sencilla: la humanidad debe vivir dentro de un donut o rosquilla. En el interior de la rosquilla se encuentran las necesidades básicas para el bienestar: Alimentación sana, accesos al agua potable, vivienda, energía, sanidad, educación, igualdad de género y libertad política, entre otros. El límite exterior de la rosquilla representa el techo ecológico. En medio, está lo que necesitamos para disfrutar vidas dignas y saludables sin poner en peligro nuestra casa común que es la biosfera.

Para lograrlo, tenemos que construir entre todas el bien común; establecer medidas, marcos normativos, políticas, que hagan más probable traer a las personas al interior de ese espacio seguro y justo que decía Raworth. El momento histórico que nos ha tocado es de verdadera emergencia. Y a todas nos toca, aunque en distinta medida, la responsabilidad de abordarlo y resolverlo.

Por tanto, hay que tomar decisiones y actuar, tanto a nivel de gobernanza global como local.

Hay unas cuantas recetas planteadas por economistas heterodoxos, investigadores, pensadores, activistas, que contribuyen a enriquecer el debate sobre el modo en que tomar las riendas y generar la transformación, implicando en el debate a toda la sociedad. Hay que abordar un plan global de acción.

Desde mi punto de vista, una medida imprescindible sobre la que plantear debate tiene que ver con repensar el reparto del trabajo remunerado y el no remunerado (el de cuidados), la jornada laboral, la redistribución de la riqueza, y la renta básica. Como la “ingente” explotación de recursos materiales debe revertirse, y reducir la producción total (menos presión sobre la naturaleza) se requerirá menos tiempo de trabajo humano global, y un mayor y mejor reparto del mismo entre toda la población activa. Así reduciremos el uso de ingentes cantidades de energía para la extracción de cantidades ingentes de materias primas de territorios colonizados y evitaremos la generación de cantidades ingentes de residuos. Porque somos, ante todo, personas y ciudadanas, no engranajes de un sistema productivo, ni consumidores.

Por otro lado, hay economistas heterodoxos trabajando distintas propuestas:

Herman Daly (economista ecológico estadounidense) propone alcanzar un estado estacionario, asumiendo que la economía es un subsistema dentro de otro más amplio, la ecosfera, que es finita, no se expande y esta materialmente cerrada. Y distingue entre crecimiento y desarrollo. El crecimiento es un concepto físico, cuando algo crece se hace más grande. El desarrollo es un concepto cualitativo, algo mejora. Y el planeta Tierra en su conjunto no está creciendo, pero está evolucionando, ya sea de manera positiva o negativa. El progreso debe ir por el camino de la mejora, no del aumento.

André Gorz (filósofo, periodista y teórico de la ecología política) plantea determinadas cuestiones que deben necesariamente desmercantilizarse.

Troy Vettese (investigador sobre la historia de las arenas bituminosas de Canadá) habla de la necesidad de reducir el consumo de energía y de su preocupación (que es la de muchas) por la actual hemorragia de especies de flora y fauna que se está produciendo a un ritmo entre mil y diez mil veces superior al normal; una velocidad solo comparable a la última gran extinción, siendo la principal causa de la extinción, la pérdida de hábitats. Por ello plantea actuar sobre tres objetivos fundamentales, geoingeniería natural, biodiversidad y sistemas de energías renovables.

Robert Pollin (profesor, escritor y economista estadounidense) opina que se necesita un new deal verde en el que es imperativo que crezcan masivamente algunas categorías de actividad económica, las asociadas con la producción y distribución de energía limpia. Por supuesto para que se reduzca drásticamente y sin demora el consumo de petróleo, carbón y gas natural, que genera el 70% de las emisiones responsables del cambio climático. Entendiendo que construir una economía verde supone más actividades intensivas en trabajo que mantener la actual infraestructura energética mundial basada en los combustibles fósiles. Es decir, lograr una transición justa creando empleo en actividades que aumenten nuestra resiliencia.

Hay otros pensadores e investigadores que contribuyen a enriquecer el debate. Lo hizo Lynn Margulis, ofreciéndonos una lección sobre las ventajas y beneficio mutuo que se consiguen con la cooperación, más que con la competencia, y que podemos aplicar a nuestras sociedades. Lo hizo Susan George, explicándonos magistralmente las amenazas de los mecanismos perversos del capitalismo ultraliberal, que ha usado el FMI, el Banco Mundial o la OCM como herramientas, también la premio nobel de economía Elinor Ostrom analizando cómo se gestionan los Bienes Comunes…

Sea como proponen unos, sea como proponen otras, o en combinación, no tenemos otra opción que actuar rápido frente a las múltiples crisis que se solapan. Estamos, como dicen algunos, en el siglo de la Gran Prueba. Así que hay que moverse rápido, porque tenemos un grave problema, pero no la solución, al menos no una que sea clara e inocua.

Aunque el debate continúe, la emergencia nos urge a dejar de procrastinar.

Notas:
[1] Rockström, J., Steffen, W., Noone, K., Persson, Å., Chapin, F. S., Lambin, E. F., … & Foley, J. A. (2009). A safe operating space for humanity. Nature, 461(7263), 472-475.
[2] Steffen, W., Richardson, K., Rockström, J., Cornell, S. E., Fetzer, I., Bennett, E. M., … & Sörlin, S. (2015). Planetary boundaries: Guiding human development on a changing planet. Science, 347(6223), 1259855.
[3] Persson, L., Carney Almroth, B. M., Collins, C. D., Cornell, S., de Wit, C. A., Diamond, M. L., … & Hauschild, M. Z. (2022). Outside the safe operating space of the planetary boundary for novel entities. Environmental science & technology, 56(3), 1510-1521.
[4] https://asambleaciudadanadelcambioclimatico.es/
[5]https://www.oxfamintermon.org/es/publicacion/Un_espacio_seguro_y_justo_para_la_humanidad_Podemos_vivir_dentro_del_donut

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Fernando Prieto

    Observatorio Sostenibilidad

    Alejandro Sacristán

    Club Nuevo Mundo

    Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Un estudio reciente del Observatorio de Sostenibilidad para Aliente señala que es posible el situar hasta 10 veces la producción fotovoltaica del PNIEC con un mínimo impacto ambiental situándolos en zonas ya artificiales. Las placas se distribuirían en el 50% aproximado sobre suelos ya construidos e industriales y el resto se distribuiría en zonas muy antropizadas y de escaso valor ambiental, tales como minas de carbón, vertederos, escombreras, también en zonas de invernaderos ya consolidados como los de Almería que podrían producir hasta 45GW, zonas mineras con sus 42GW, infraestructuras viarias, autovías, autopistas carreteras y vías de ferrocarril, que podrían contribuir con otros 15 GW, (que podrían pagar parte de su mantenimiento,) cubrimiento de canales con 8,5 GW (que además podrían ayudar a la disminución de la evaporación). Los vertederos y escombreras podrían producir 3,5GW.  Los cálculos de estas producciones se han realizado de una forma muy conservadora por lo que puede considerarse que la producción de energía sería mucho mayor. Se han dejado fuera todas las zonas de la red natura, zonas importantes para las aves, para los mamíferos y el total de reservas de la Biosfera. Es decir, se ha tenido muy en cuenta la biodiversidad. Las ratios de producción también han sido muy conservadores, por ejemplo, el CIEMAT ha establecido una producción solar en tejados de unos 300 GW, (en nuestro informe se cifran en unas 155 GW). Para el resto de parámetros se han utilizado variables tales como disponibilidad de suelos recortando con cientos de imágenes y contrastándolo con los datos procedentes del SIOSE, y con iniciativas ya en marcha como el Canal de Navarra, iniciativas como las de ADIF para el caso de vías férreas donde ya habla de 35 GW al año, o de carreteras como hacen otros países como Alemania. Pero el mayor...
    - Seguir leyendo
  • Marià de Delàs

    Periodista

    “El riesgo de colapso social y económico es demasiado grave para no emprender la transición energética de manera inmediata y a gran escala”, se dice en un manifiesto (1) reciente en favor de la aceleración de los “proyectos de renovables en Catalunya”, un llamamiento para conseguir apoyo social y político a la instalación de placas fotovoltaicas y aerogeneradores. “Centrales fotovoltaicas y parques eólicos -terrestres y marinos- tienen que pasar a formar parte de nuestro paisaje”. “Solo con un aprovechamiento decidido del viento allá donde más sopla y del sol donde más irradia avanzaremos hacia el ineludible cambio que encaramos...
    - Seguir leyendo
  • Miguel Aguado

    Divulgador ambiental y Socio Director de la consultora B Leaf

    Hace unos ocho años me llamaron de una televisión que podíamos ubicar en el extremo político, muy a la derecha. Querían hablar sobre el cambio climático en un debate. Tenían cuatro negacionistas de este y necesitaban a un “pringado” que afirmase que si existía. Ese era yo, y como me gustan los retos, acepté. No estuvo nada mal; creo que, modestamente, me defendí bien. Cuatro años después me volvieron a llamar. Querían volver a tratar el tema, y para ello, contar conmigo. Esta vez el cambio era sutil: ya no negaban el cambio climático, pero sí que el responsable...
    - Seguir leyendo
  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    Cuando hablamos de transición agroecológica justa, queremos decir no sólo que caminemos hacia sistemas alimentarios sostenibles – es decir, capaces de funcionar a largo plazo sin destruir las bases que los sostienen – sino que estos sistemas alimentarios deben construirse y funcionar sin poner el bienestar de unas personas por encima del de otras, y considerando los intereses de todas ellas en el proceso. El concepto de soberanía alimentaria, acuñado por La Vía Campesina en los años 90, reivindica el derecho de las comunidades de tomar sus propias decisiones respecto a cómo producir, distribuir y consumir sus alimentos. Como...
    - Seguir leyendo
  • Alberto Fraguas Herrero

    Ecólogo. Asesor de Sostenibilidad en Alianza por la Solidaridad y miembro del Grupo Futuro Alternativo

    El Fin de la abundancia Hace unos meses Cristina Narbona, Presidenta del PSOE, en un excelente artículo que iniciaba las reflexiones en torno a la Transición Ecológica en ese ESPACIO PÚBLICO(1), planteaba la imprescindible "transformación gradual del sistema productivo de forma que se reduzca el consumo de recursos naturales así como todo tipo de contaminación y que se preserven y restauren los ecosistemas" y realizar esto en un contexto prioritario para la supervivencia y con principios de justicia global. Claramente este es el objetivo a cumplir dentro del ya históricamente denominado Desarrollo Sostenible, si bien hay algunos matices que la evolución...
    - Seguir leyendo
  • Daniel Albarracín Sánchez

    Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sociólogo y economista. Miembro de Anticapitalistas y del Consejo Asesor de Viento Sur.

    El Estado español es, como la mayor parte de países europeos, altamente dependiente de la energía, que se encuentra en el exterior. La disponibilidad de energía propia es fundamentalmente de origen renovable, hidráulica, eólica y principalmente solar, y cuenta apenas con reservas pequeñas de carbón, de escasa calidad comparada con el que tienen otros países europeos. Entre sus potencialidades en la actual coyuntura, se encuentra con unas empresas de refino para adaptar los hidrocarburos al sistema de producción, si bien no contribuiría a una solución desde el punto de vista ambiental y energético a medio plazo. El problema de nuestra...
    - Seguir leyendo
  • Álex Dorado Nájera

    Consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía del Gobierno de La Rioja.

    A menudo, en los últimos tiempos, en muchos debates y en muchos medios, existe una equiparación casi total entre medio ambiente y clima o entre crisis ecológica y crisis climática. Esta asimilación de la parte por el todo es fruto, en parte, por una buena noticia como es el aumento de la concienciación mediática y social sobre la importancia del clima y de la energía en nuestras vidas y las de las generaciones venidas. Sin embargo, esta conquista de la agenda medioambiental por parte de la agenda climática, puede suponer un problema a la hora de eclipsar o minusvalorar otras...
    - Seguir leyendo
  • Paolo Cacciari

    Periodista

    También en Italia el lema “transición ecológica” ha entrado en el lenguaje público corriente después del lanzamiento en 2019 del Green Deal de la Comisión Europea y, gracias a los generosos fondos “en deuda” de la Next Generation Ue (una especie de neokeneysianismo verde), el gobierno decaído del banquero Mario Draghi había bautizado un ministerio en su nombre. Veremos si el nuevo gobierno de las derechas lo querrá mantener. Los dos primeros tramos del Plano Nacional denominado ‘Rilancio e Resilienza’ (Relanzamiento y Resiliencia) ya han sido asignados por la UE (24,9 de prefinanciación, más 21 mil millones destinados a...
    - Seguir leyendo
  • Ramon Folch

    Doctor en biología, socioecólogo. Presidente-fundador de ERF

    Los cambios vienen con la necesidad. Mientras se producen, se llaman transiciones. Si la necesidad es imperativa, la transición es rápida e inevitable. Por eso habrá -ya la hay- transición ecológica, porque a la fuerza ahorcan. El tema no es hacerla, sino lograrla sin excesivos traumas. La transición ecológica es el paso desde el actual sistema socioambientalmente insostenible hasta un nuevo estadio provisionalmente estable. Es una escalera que hay que bajar: elegantemente, a trompicones o rodando. Para hacerlo sin dolor y con elegancia, se necesita un proyecto adecuado. De ahí la conveniencia de una ingeniería de transición, con sus...
    - Seguir leyendo
  • Irene Calvé Saborit

    Ingeniera Industrial y trabajadora en mercados eléctricos

    La (in)elasticidad de la demanda eléctrica Hace unos días estuve leyendo la nota de la comisión europea publicada por el periódico francés Contexte en la que se presentan propuestas de intervención para “optimizar el funcionamiento del mercado eléctrico y disminuir el impacto del precio del gas”. En esta nota se analizan varias alternativas como el tope del gas ibérico o las medidas aprobadas por el gobierno griego. Incluso se valora la suspensión del mercado eléctrico cuyo resultado sería, según la nota de la comisión, el probable colapso del sistema eléctrico y un daño severo sobre los esfuerzos de descarbonización. Esto...
    - Seguir leyendo
  • Victor Viñuales

    Director Ejecutivo de ECODES

    Cuando hablamos de transición ecológica, funcionarios, empresas y pueblo llano piensan o en un cambio de unas tecnologías por otras –por ejemplo, coches de gasolina por coches eléctricos– o en un cambio de leyes. Pero hay un olvido general: la transición cultural. El Plan de Recuperación del Gobierno de España dedica 140.000 millones de euros a cambiar el “hardware” de nuestro país y apenas nada a transformar el “software”. Y sin cambio de valores, de hábitos, la transición ecológica encallará. Para que España lograra un éxito enorme como es reducir los muertos por accidentes de tráfico de más de 5.000 anuales...
    - Seguir leyendo
  • Eulogio González Hernández

    Jubilado - Mecánico Mantenimiento de aviones

    Hace siglos, los obreros se sumaban a las consignas de libertad e igualdad exaltadas en mítines y otras plataformas públicas, pero era evidente que esos obreros tenían una percepción de la libertad y la igualdad muy diferente a la que las autoridades y patronos consideraban constitutivas de la organización social liberal. La huelga de La Canadenca hace 100 años en Cataluña, consiguió un gran triunfo palpable cien años después: la conquista de la jornada de 8 horas en España, el primer país del mundo en establecerla por ley. Esta huelga, considerada una de las más importantes...
    - Seguir leyendo
  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    Las gentes racionales y sin apego a los dividendos de las eléctricas, gasísticas y petroleras podemos convenir en primer lugar que la transición ecológica es urgente y necesaria para el futuro de la vida en el planeta y que la clave para desencadenar el proceso es asegurar la transición energética desde un modelo carbonizado y despilfarrador a otro basado en los pilares del ahorro y la eficiencia, las energías limpias renovables y el decreciente uso de materiales y energía. En segundo lugar podemos acordar que la cuestión de la energía es estratégica. Y, finalmente, no es una hipérbole que...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Tejero

    Periodista. Responsable del Área de Medio Ambiente de Podemos Madrid

    Los últimos días de agosto nos han sorprendido con un giro radical en la política energética europea. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sorprendió a propios y extraños anunciando la necesidad de “intervenir” el mercado energético para controlar el precio de la electricidad. Una “traición” a la ortodoxia liberal provocada por una imparable espiral inflacionista cuya causa principal han sido, precisamente, los precios de la energía en un mercado liberalizado. Este anuncio espantó a los especuladores y el precio del gas Natural TTF (precio mayorista en Europa) bajó en dos días de 344 a 253€ (más de...
    - Seguir leyendo
  • Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Rafael Jimenez Aybar

    Director de programas en GLOBE International y experto en democracia medioambiental

    “Creo que los movimientos sociales y las izquierdas institucionales se tienen que responsabilizar y actuar coherentemente con los diagnósticos que se hacen. La cuestión es ver si se puede intentar estar a la altura del momento histórico que nos ha tocado vivir. (…) No olvidemos que, por el momento, a ninguno nos están saliendo muy bien las cosas y que las lecciones que damos desde todas las partes no están avaladas por una práctica exitosa o ganadora en términos de máximos.” Yayo Herrero, Contra el capitalismo del desastre, CTXT, 2022. En un texto reciente, Yayo Herrero nos incita a entrar en el debate sobre transición ecológica, asumiendo todas nuestras responsabilidades, incluso la de nuestros fracasos actuales[1]. Ante el capitalismo del desastre, el actual secuestro de la acción climática por los grupos de intereses económicos[2] y la masiva expansión de un ultra-nacionalismo climático populista de extrema derecha[3], ella tuvo la valentía de reconocer que a ninguno de los actores progresistas de la transición ecológica “nos están saliendo demasiado bien las cosas”. Analizarlo no es tirar piedras en nuestro propio tejado, si somos capaces de no atrincherarnos en lo que Yayo Herrero llama muy acertadamente “los estériles debates entre los...
    - Seguir leyendo
  • Nuria Menéndez de Llano Rodríguez

    Abogada. Directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal y miembro del Oxford Centre for Animal Ethics

    En un contexto tan complejo y desolador de emergencia climática, de pérdida de biodiversidad, de extinción masiva de especies, de explosión demográfica humana y de colapso generalizado como el actual, se hace más necesario que nunca poner el foco en los demás animales con los que compartimos planeta y a quienes estamos, también y principalmente, usurpando toda posibilidad de sobrevivir y de tener un futuro por ir éste irremediablemente unido al nuestro. Lo cierto es que, aunque nos creemos el ombligo de todo, los humanos no somos sino una especie animal más, y no una cualquiera: somos los únicos responsables...
    - Seguir leyendo
  • Joana Bregolat

    Activista ecofeminista y militante de Anticapitalistas

    Érase una vez la historia de una economía capitalista que cada vez compartía más el diagnóstico de un mundo en crisis, de alarma sobre el alto grado de la destrucción ecológica y de los impactos en sus beneficios de la profunda crisis ecosocial y reproductiva que viven aquellos que la sustentan. Una economía capitalista que, con cada conocimiento, devenía más consciente y dejaba atrás el negacionismo clásico de la cuestión ambiental, y planteaba propuestas para abordar las alteraciones del sistema-Tierra. Ambiciosas, que construían un nuevo marco de acción, un marco verde, pero muy lejanas a los cambios estructurales y...
    - Seguir leyendo
  • Juan López de Uralde

    Diputado de UP y coordinador del partido Alianza Verde. Es Presidente de la Comisión de Transición Ecológica en el Congreso de los Diputados. Coordina en Público el blog Ecologismo de Emergencia.

    Corría el año 2007, y dirigía yo entonces la organización Greenpeace en España. Dedicamos más de un año de trabajo a la elaboración de un informe que se llamó España: 100% energía renovable. En él se demostraba por primera vez que era posible un modelo energético basado en fuentes 100% renovables en nuestro país. Ha llovido mucho desde entonces, pero tengo el recuerdo nítido de los ataques brutales que sufrimos del oligopolio eléctrico y su entorno mediático. En resumen nos decían que era imposible llegar a un modelo energético renovable, y que nuestra propuesta era un brindis al sol. Desde...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Doctorando en Comunicación e Interculturalidad en la Universidad de Valencia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía. Licenciado en Geografía e Historia.

    En su Ponencia Cristina Narbona ha defendido un «necesario cambio de paradigma económico» que dé lugar a una «transición ecológica económica». A continuación ha pasado Narbona a enumerar un conjunto amplio de medidas concretas con las que se podría materializar tal transición ecológica, al tiempo que expone los condicionantes que pueden acelerar o limitar esa transición. Creo que esta presentación de la Ponencia es correcta, porque trata de aspectos de la crisis ecológica que han sido bien estudiados y sobre los que podría haber un cierto grado de consenso político entre las fuerzas de izquierda y una parte de...
    - Seguir leyendo
  • Eva Saldaña Buenache

    Directora Ejecutiva de Greenpeace España

    “El futuro no está escrito, nunca lo está. Depende solo de nosotros, de que seamos capaces de construir un contrapoder lo suficientemente fuerte como para derribar al capitalismo y crear una forma de organización social diferente. Debemos además hacerlo pronto, la crisis ecológica avanza deprisa y nos dificulta cada vez más la tarea. No es una labor fácil, nunca lo ha sido. Es normal sentir miedo y tener vértigo, pero lo importante es lo que hacemos con ello, si dejamos que nos paralice o lo convertimos en combustible para la lucha”. Layla Martínez(1). 1. Un poco de contexto: mirando alrededor...
    - Seguir leyendo
  • Mario Rodríguez Vargas

    Director Asociado de Transición Justa y Alianzas Globales. Fundación Ecología y Desarrollo

    La situación de emergencia climática que vivimos, declarada tanto por el Parlamento como el Gobierno; la degradación sin precedentes de la biodiversidad; el aumento de las ratios de desigualdad y pobreza entre países y dentro de cada país; el doloroso efecto de la pandemia generada por la Covid-19 y finalmente los efectos globales de la guerra en Ucrania y otros conflictos bélicos que ya estaban antes y prosiguen en este momento, nos indican que es necesario repensar y resetear el sistema y que la única vía es una transición ecológica que no deje a nadie atrás y que alumbre...
    - Seguir leyendo
  • Martín Lallana Santos

    Militante del Área de Ecosocialismo de Anticapitalistas. Investigador predoctoral en estrategias de descenso energético.

    “El Ladrillo” es el nombre que se le puso coloquialmente al documento escrito por el grupo de economistas liberales conocido como los "Chicago Boys"[1]. En él se establecían las políticas económicas a partir de las cuales Chile se convertiría en el laboratorio del neoliberalismo tras el golpe de estado que acabó con el gobierno de la Unidad Popular y la vía democrática hacia el socialismo. Se recogían medidas como acabar con la gratuidad y los subsidios parciales en la enseñanza superior, así como la privatización de áreas de economía como la electricidad, el agua potable, las telecomunicaciones y del...
    - Seguir leyendo
  • Carlos Bravo

    Responsable de políticas de Transport & Environment

    La transición energética hacia la descarbonización de nuestra economía, cada vez más urgente debido a la creciente gravedad de la crisis climática, está siendo literalmente secuestrada por esos mismos combustibles fósiles que provocan el cambio climático y de los que tenemos que prescindir cuanto antes mejor. Por un lado, el gas natural, debido a su participación en la generación eléctrica y a los altos precios que han marcado la evolución de los mercados mayoristas del gas durante el año 2021 y lo que va del 2022, es el principal culpable de que haya subido tanto el precio de la luz....
    - Seguir leyendo
  • Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

    Ante la crisis sanitaria y la emergencia climática, la transición ecológica se ha convertido en prioridad para la economía europea post-pandemia. Al mismo tiempo, la guerra en Ucrania ha vuelto a evidenciar la centralidad de la cuestión energética para nuestras sociedades industrializadas, donde inflación, coste de la vida, empleo, vivienda o Estado de bienestar dependen profundamente del acceso, o no, a fuentes de energía barata y abundante. Hay una conjunción de factores que convierten este decenio en una bifurcación peligrosa y, a la vez, en una oportunidad histórica. Según la comunidad científica, nos queda apenas una década para evitar los...
    - Seguir leyendo
  • Jaime Vindel

    Investigador Ramón y Cajal del Instituto de Historia del CSIC

    Un problema de algunos discursos contemporáneos que se aproximan a la crisis ecosocial es su timidez a la hora de poner nombre a las cosas. En mi opinión, emplear expresiones como “modelo económico dominante” para identificar al responsable estructural de nuestra situación supone un ejercicio de vaguedad analítica. Los conceptos que usamos condicionan de partida el alcance crítico de nuestras reflexiones, así como de las alternativas que somos capaces de imaginar. ¿Qué entendemos por “modelo económico dominante”? ¿Estamos hablando del capitalismo o tan solo del neoliberalismo? La tendencia a utilizar este tipo de eufemismos es observable entre las posiciones...
    - Seguir leyendo
  • Jorge Riechmann

    Departamento de Filosofía de la UAM. Ecologistas en Acción Sierras

    1 Un notable editorial de Nature, en marzo de este año, reivindica el estudio de 1972 The Limits to Growth (el primero de los informes al Club de Roma) y señala que “aunque ahora existe un consenso sobre los efectos irreversibles de las actividades humanas sobre el medio ambiente, los investigadores no se ponen de acuerdo sobre las soluciones, especialmente si éstas implican frenar el crecimiento económico. Este desacuerdo impide actuar. Es hora de que los investigadores pongan fin a su debate. El mundo necesita que se centren en los grandes objetivos de detener la destrucción catastrófica del medio ambiente...
    - Seguir leyendo
  • Cristina Rois

    Plataforma por un Nuevo Modelo Energético

    El conocimiento acumulado en las últimas décadas sobre los impactos de las actividades humanas en el medioambiente, y la experiencia de daños y desastres ambientales que confirman las previsiones de la ciencia, han venido calando lentamente en las sociedades humanas avanzadas o enriquecidas. Se añade a todo ello el efecto de las crisis económicas del siglo, y lleva a mirar el futuro con incertidumbre e inquietud, incluso con desesperanza. Ya no basta con “arreglar la economía”, también se están acabando los recursos, el entorno natural se hace más hostil y no se ve claro como será el día...
    - Seguir leyendo
  • Juanjo Álvarez

    Ecosocialista, militante de Anticapitalistas

    La transición ecológica es una cuestión abierta que se construye durante estos años a marchas forzadas. Nadie que tenga una mirada abierta del mundo puede obviar que se está dando una transición global, y sin embargo, esto no determina lo que vaya a suceder, porque la materialización de la transición puede tener tantas variantes y en tantas claves como se puedan imaginar, aunque otras tantas, y cada vez más, aparecen por el avance de la crisis ecológica, que cierra muchas posibilidades a medida que va superando puntos de retorno. En esta aportación pretendemos examinar justamente el factor que suele...
    - Seguir leyendo
  • Carmen Molina Cañadas

    Coordinadora de Alianza Verde Andalucía

    Hay unos cuantos hitos del siglo XX que nos advirtieron de que la evolución del sistema económico empezaba a mostrar claros síntomas de impactar sobre la funcionalidad sistémica de la biosfera. Se hacía evidente la responsabilidad de la actividad económica y su crecimiento permanente en la superación de límites planetarios y deterioro de múltiples servicios ecosistémicos “gratuitos”, y se ha ido elevando el nivel de preocupación al respecto. Las señales que nos alertaban entonces, nos deberían haber puesto en marcha hacia la Transición de que trata este debate. Algunos de estos hitos fueron: 1- La publicación del Informe del Club...
    - Seguir leyendo
  • José Mansilla

    Antropólogo, miembro del Observatori d'Antropologia del Conflicte Urbà (OACU)

    Decía el ex dirigente de Izquierda Unida (IU) ya fallecido, Julio Anguita, que la tan vanagloriada Transición política en España, el paso de la ley a la ley del régimen franquista a la democracia liberal, fue, más bien, una Transacción, "un apañito para que el poder económico del franquismo siguiera mandando"[1]. A día de hoy, muchas de las afirmaciones que realizó el político cordobés durante sus años en primera línea se han confirmado. Las características de la democracia española se encuentran sobredeterminadas, no solo por el poder que aun mantienen las élites económicas sostenedoras y conformadas en torno a...
    - Seguir leyendo

¿Quiéres participar en este debate?

Ve al apartado 'Cómo participar' y revisa los pasos necesarios para poder intervenir en los debates abiertos.