Los límites del decrecimiento económico

  • Alberto Fraguas Herrero

    Alberto Fraguas Herrero

    Ecólogo. Asesor de Sostenibilidad en Alianza por la Solidaridad y miembro del Grupo Futuro Alternativo

13.10.2022

Debate principal: Debate en torno a la transición ecológica

El Fin de la abundancia

Hace unos meses Cristina Narbona, Presidenta del PSOE, en un excelente artículo que iniciaba las reflexiones en torno a la Transición Ecológica en ese ESPACIO PÚBLICO(1), planteaba la imprescindible «transformación gradual del sistema productivo de forma que se reduzca el consumo de recursos naturales así como todo tipo de contaminación y que se preserven y restauren los ecosistemas» y realizar esto en un contexto prioritario para la supervivencia y con principios de justicia global.

Claramente este es el objetivo a cumplir dentro del ya históricamente denominado Desarrollo Sostenible, si bien hay algunos matices que la evolución última de la sociedad ha resaltado y están basados en la expresión «transformación gradual».

La misma Narbona en su artículo recordaba la publicación en 1972 (hace 50 años) del «Informe Meadows» sobre los límites del Crecimiento, un brillantísimo ejercicio que tras las revisiones realizadas ha dado en el centro de la diana sobre la necesidad de replantearse algunos paradigmas. Ha pasado por tanto medio siglo de «transformación gradual» y la respuesta sigue siendo el supeditar los bienes naturales al modelo económico. Mucho tiempo habida cuenta de la gravedad de la situación expresada en la ya casi común acepción de «Emergencia Climática».

En efecto en estos últimos años al hilo del «Desarrollo Sostenible» se ha ido planteando que no hay Economía sin Ecología. La cuestión es ¿qué tipo de Economía?, porque un modelo como el actual, basado en un productivismo de crecimiento per sé perpetuo, choca con la realidad de un planeta con recursos finito; una realidad que impone la Física, la Química y la Biología y que por tanto hace ver la inviabilidad de ese modelo económico.

Se precisa pues un cambio de paradigma que se vislumbra hoy en día muy difícil, donde la Economía sea una parte de la Ecología y no al contrario y donde exista el equilibrio armónico que domina en los ecosistemas tanto a nivel de materiales como de flujos energéticos; un equilibrio extendible al Planeta donde la naturaleza sea un objetivo y no un instrumento, porque la resiliencia de la Economía es la resiliencia de esta Naturaleza. Sin embargo, nuestro falaz sistema socioeconómico productivista (o capitalista) exige unos ritmos en el aporte de materiales, que la naturaleza y sus ciclos de renovabilidad no puede dar.

Lo paradójico es que este es un hecho muy conocido desde hace años desde los grandes Foros capitalistas. No hay más que analizar los informes del Global Risk del Foro Económico Mundial o Foro de Davos donde en los últimos años alertan de los peligros para el sistema del cambio climático y de la pérdida de biodiversidad con la inseguridad que esto conlleva. El propio Macron, Presidente de la República francesa, recientemente declaró que el sistema económico ha llegado «al fin de la abundancia»(2). ¿A qué abundancia se refería? No quedó claro, pero sí acierta si se refiere a la de la energía barata. Ya se está viendo. Es más, incluso el actual capitalismo alerta y amenaza con los riesgos y problemas que él mismo ha causado.

Para centrar bien el diagnóstico es preciso recordar que este capitalismo distópico se basa en el crecimiento económico, un concepto muy concreto modelizado en cuanto al PIB/habitante y que por tanto se constituyen en el indicador sistémico oficial del «Progreso». Cuando va bien es que sube y todo son parabienes. Su reducción en términos económicos se denomina Depresión con una gran carga peyorativa del término.

En todo caso, con esta lógica desde los Foros capitalistas proclaman la necesidad de refundar esta abundancia en declive y esta la identifican con el capitalismo neoliberal(3). Y no dan otra opción.

Arrastrando la crisis energética y ecológica

Lo cierto es que la crisis energética no la puso sobre la mesa la Pandemia, ni siquiera la invasión de Ucrania. No desenfoquemos la realidad. Ambos hechos revelan la extrema fragilidad de las relaciones y flujos actuales, ligados al fenómeno globalizador basado en cierta medida en la concepción neohobbesiana del crecimiento perpetuo. Los paradigmas del Siglo XVIII no pueden ser los del XXI. La Tierra y sus pobladores cambiaron.

La dependencia de combustibles fósiles ha ido generando en las últimas décadas diversas disfunciones en el modelo que el Cambio Climático ha escenificado como de Emergencia. La apuesta por la descarbonización y por tanto de las energías renovables es una necesidad, no es algo optativo, aunque debemos ser conscientes de que el modelo íntegro de fósil a renovable no es directamente extrapolable por la dependencia de materiales y minerales de este último. A nivel energético especialmente (que no solo) solo cabe el replantearse el paradigma crecentista, ese tótem del Permanente Progreso, debiendo empezar a conjugar modelos de desescalada planificada de producción y por tanto de consumo, antes de que el capitalismo los siga imponiendo a su supervivencia y beneficio.

Se podría argumentar que no es tan cierto un futuro de tantos riesgos pues la tecnología y la inteligencia humana nos liberará. Para ello tenemos la transición ecológica, el desarrollo endógeno (luego sostenible) la Agenda 2030 y sus Objetivos de Sostenibilidad, la economía circular, y diversas “acepciones creadoras de expectativas” positivas, etc… que son sin duda buenas iniciativas pero insuficientes si nos atenemos a los datos objetivos.

Así, los niveles de CO2 en la atmósfera son los más altos de la historia conocida y medida del Planeta (ver Figura 1), según el panel internacional IPBES la biodiversidad está en un franco declive con los riesgos añadidos (barreras frente a pandemias), los niveles de desertificación y erosión del suelo son los más preocupantes con lo que implica de afección a la agroalimentación, las necesidades hídricas son cada vez más acuciantes en calidad y cantidad… y en suma un Acuerdo de París para la lucha contra el Cambio Climático que ya es notorio que no se cumplirá si se siguen los patrones desarrollistas actuales.

La situación es claramente de crisis y, como ha ocurrido en otras ocasiones en la historia afecta a las propias bases de la civilización. El mero crecimiento económico no da la felicidad (ni su PIB) , y es obvio que el Planeta Tierra no entiende de eufemismos que intentan sostener el productivismo (o capitalismo) con algún tinte verde.

Figura 1. CO2 en la atmósfera y actos de control
Figura 1. CO2 en la atmósfera y actos de control

Seguimos, pero … ¿Cómo?

Sobre la base pues de que la religión del Crecimiento Económico Perpetuo (también incluso podríamos llamarlo Progreso a pesar de tintes positivos cualitativos que éste conlleva) está cada vez haciendo más agnósticos e incluso ateos, se deberían empezar a debatir muy a fondo las alternativas a nuestra sociedad de consumo, quedémonos en esta vieja acepción.

Hoy en día surgen los nuevos mensajes de un supuesto postcapitalismo sin tener muy claro si esto lleva a un «nuevo crecimiento» o a un «nuevo capitalismo» que es lo que se intuye, y ello a pesar de que las prospectivas científicas indican que esto no será posible.

¿Hasta dónde está dispuesto el modelo productivista en autoreplantearse? ¿Las bases de ese replanteo seguirán estando basadas en la citada ilusión permanente por las tecnologías verdes? Todo indica que así será.
Por otra parte, en los últimos tiempos se están viendo desde los movimientos más críticos al desarrollismo dos visiones o estrategias, dos hojas de ruta para el cambio que pretenden llegar al mismo punto: conseguir un nuevo modelo ecosocial para todos y todas.

Dentro de estos movimientos hay quiénes aprovechando el impulso del Green New Deal (GND) y del Pacto Verde Europeo ven una oportunidad de ganar espacio político y social, intentando ganar nuevas hegemonías tendentes a cambiar el modelo (ahí también se insertaría la Agenda 2030 y sus ODS).

Su planteamiento es el de que este GND es un primer paso para la transformación del modelo económico que debe darse aunque no lleve a un cambio sustantivo del mismo pero que podría ser un inicio. Consideran, pues, que lo táctico es aprovechar una apertura aunque sea frágil para llenarla de contenido dando información y nuevas propuestas a la ciudadanía.

Por otra parte, hay quienes señalan al GND como otro requiebro lingüístico que sí supone nuevas inversiones «verdes» pero que no pretende huir del productivismo capitalista sino el mantenimiento del “status quo” de este color. Son quienes abogan por una economía de tinte decrecentista como única solución para modificar el modelo en su raíz y así evitar el colapso económico y civilizatorio al que se dirige nuestra sociedad.

Este es un debate un tanto inane que se debería reencauzar en base a los puntos comunes, hecho bien factible pues ambas estrategias tienen en general las mismas bases de crítica al productivismo y a la sociedad de consumo, y los mismos objetivos en la necesaria reducción de emisiones, en la mayor eficiencia energética (menor consumo), en los cuidados y restauración de ecosistemas, etc.

Deberíamos huir del histórico debate dentro de los movimientos ecologistas sobre la pureza en los planteamientos versus pactismo. Un debate no obstante que mostró las carencias y dependencias de muchos, pero que sobre todo desembocó en malos resultados para el movimiento político verde proyectando una mala imagen pública. Mientras este debate se dio, las emisiones de CO2 no pararon de crecer…

La realidad es que no se debe ser ingenuo en cuanto a lo que representa el GND, pero tampoco se debería perder la oportunidad política que implica, aún cuando fuera como referente criticable. En este sentido se está posicionando el pensar en «más allá del crecimiento» a la hora de establecer nuevas maneras de estructurar procesos económicos en clave de bienestar, equidad y sostenibilidad, repensar en suma el crecimiento como paradigma social y en esa lógica un GND «diferente» podría ser muy necesario(4).

Los límites del Decrecimiento

En efecto, de una forma o de otra estamos ya en una realidad que va a suponer reenfocar el crecimiento sobre prismas distintos sin excluir desde luego el decrecimiento en algunos factores (energéticos muy especialmente). Este decrecimiento se hará de una u otra forma (de hecho ya se está haciendo impuesto en parte por el mismo sistema), y es esencial que esté planificado teniendo en cuenta el bien común y lo cual obliga a establecer unos claros límites como ámbitos de aplicación si se desea que no se generen más desigualdades como las que se generan durante el crecimiento (Figura 2).

Figura 2. Desigualdad de la huella ecológica mundial
Figura 2. Desigualdad de la huella ecológica mundial

Estos límites deben establecerse determinando vectores clave para el estado estacionario en el uso de determinados recursos (agua, energía p.ej.) y ser equitativo a nivel social a la hora de definir los protocolos de uso derivando algunos principios del GND en este contexto de reducción de consumo de recursos.

Por ello creo que es esencial clarificar en principio el alcance de qué entendemos por decrecimiento y tender puentes desde ahí hacia la explicación pedagógica de su papel en cuanto a la seguridad de la ciudadanía. Hay que determinar qué es lo que debe decrecer y qué no, siempre huyendo de esa lógica del crecimiento/PIB pues no se plantea un decrecimiento/menos PIB … pues eso, como ya dije arriba, se denomina depresión o como bien indica JM Naredo(5): «Por lo tanto el objetivo de hacer que decrezcan ciertos flujos físicos no puede abordarse directamente sin cambiar las reglas del juego económico que los mueven y que hacen que el crecimiento de los agregados monetarios de renta, producción o consumo acentúen el deterioro ecológico».

Por tanto solo puede entenderse el decrecimiento no como el sistema actual más reducido sino como búsqueda de un nuevo modelo económico y convivencial; más allá del capitalismo y lo que éste implica como sistema cultural.

En definitiva se está vislumbrando una nueva etapa de Postcrecimiento más allá del PIB donde las claves las darán los medidores o indicadores que sinteticen determinadas áreas de decrecimiento económico con otros de bienestar social, equilibrio ecológico y justicia social. Un postcrecimiento con reducción del deterioro de la base de recursos naturales que cambiara las reglas del juego en el mayor ahorro y eficiencia de los usos que no repita las desigualdades del crecimiento.

Pero tengo claro que solo puede entenderse este postcrecimiento, con desescaladas sectoriales integradas, en un contexto de un nuevo Ecosocialismo con decrecimientos parciales o sectoriales (que en cierta medida anularían la globalidad del enunciado sistémico como modelo general decrecentista) para así evitar las tendencias de un posible futuro de monopolio extractivista que llevara al ecofascismo teñido de centrismo neoliberal. Y todo ello sin perder de vista el objetivo central cual es la modificación del modelo productivo y de consumo (se retroalimentan).

Y algo está pasando… no solo existen comisiones en la UE que analizan el postcrecimiento y lo que implica. En nuestro país una importante fuerza política como Izquierda Unida ha abierto de manera muy ambiciosa (y arriesgada políticamente) un importante debate sobre los límites del crecimiento y el ecosocioalismo que debería conllevar (6), un enfoque político a gran escala que sería muy necesario considerar y que supone un paso mas a las políticas de transición ecológica puestas en duda en cuanto a su real eficacia en el cambio del modelo productivo.

Por otra parte, es preciso huir de las calificaciones de catastrofismo o de acusaciones de pesimismo del llamado colapsismo cuando la inviabilidad del modelo no es una cuestión emocional sino de certezas científicas en que están basadas muchas de las predicciones supuestamente colapsistas; nombrar y ordenar jerárquicamente los problemas no es catastrofismo, no confundamos diagnósticos científicos con enfoques distópicos, cuando sus críticos están muy mediatizados por un optimismo tecnológico excesivo y sus supuestos avances basados muchos de ellos más en la fe (nada científico pues) que en las realidades como por ejemplo la economía del Hidrógeno sin especificar sus limitaciones, la panacea pendiente energía de fusión nuclear, las renovables sin considerar la escasez de minerales, etc… Factores tecnológicos que pretenden sustituir al modelo anterior manteniendo las mismas dinámicas y que al no basarse en un diagnóstico real del problema se engañan con falsas soluciones.

Hay camino…

Claro que queda la gran pregunta ¿Cómo hacer los cambios necesarios sin confundirlos con los posibles? ¿Las élites permitirían ese cambio? Obvio es que el Estado debe tener un papel en tan complejo proceso, si bien deberá ser un Estado distinto ante una realidad distinta, que haga frontera entre naturaleza y mercado, apoyado y facilitador de una ciudadanía más formada, informada y organizada en procesos cada vez más municipalistas, de economía más comunal donde la proximidad sea factor determinante, trasladando la idea de que lo que está en juego es la propia seguridad ciudadana global, la de todos y todas, y que por tanto es la solución ante la deconstrucción económica forzada/impuesta por los mercados a la que ya estamos asistiendo desde el propio sistema en un nuevo ejercicio de cinismo homeostático parecido al de la reciente crisis económica.

La suerte no está echada. Hay grietas por donde colar alternativas y hay opciones de buen vivir dentro de los límites de la naturaleza(7). Algunos hechos objetivos últimos que hacen ver la factibilidad del cambio. Tras la pandemia y ahora con la invasión de Ucrania y la consiguiente crisis energética, la gente ha dado muestras de comprensión de los problemas y de resiliencia ante los mismos, mucho más que algunos responsables públicos.

Cuando el futuro está en juego la ciudadanía responde y sabe adaptarse pues antes de nada quiere vivir. Está en juego el futuro, que aunque sea distinto, con menos cosas quizás, es el que nos queda a cada uno. Suficiente para seguir caminando.

Referencias:
(1) Cristina Narbona. «Transición Ecológica: Una cuestión de Justicia Global y Supervivencia». Diario Público. Junio 2022.
(2) Pedro L. Angosto. «El Fin de la Abundancia». Nueva Tribuna. 29 Agosto 2022.
(3) Daniel Jiménez. «Refundar la Abundancia». Nueva Tribuna. 8 Septiembre 2022.
(4) Koldo Unceta. «¿Decrecimiento o Postcrecimiento?». Debates en tiempo de recesión. 2020. (www. galde.eu).
(5) JM Naredo. «Comentarios y Aportaciones a la meta del decrecimiento». Revista Papeles Nº 150. 2020.
(6) A. Garzón «Límites del Crecimiento: Ecosocialismo o Barbarie». Revista LAU. Abril 2022.
(7) Mateo Aguado et al . “Por un buen vivir dentro de los limites de la naturaleza”, Revista Papeles. Nº 125. 2014

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Fernando Prieto

    Observatorio Sostenibilidad

    Alejandro Sacristán

    Club Nuevo Mundo

    Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Un estudio reciente del Observatorio de Sostenibilidad para Aliente señala que es posible el situar hasta 10 veces la producción fotovoltaica del PNIEC con un mínimo impacto ambiental situándolos en zonas ya artificiales. Las placas se distribuirían en el 50% aproximado sobre suelos ya construidos e industriales y el resto se distribuiría en zonas muy antropizadas y de escaso valor ambiental, tales como minas de carbón, vertederos, escombreras, también en zonas de invernaderos ya consolidados como los de Almería que podrían producir hasta 45GW, zonas mineras con sus 42GW, infraestructuras viarias, autovías, autopistas carreteras y vías de ferrocarril, que podrían contribuir con otros 15 GW, (que podrían pagar parte de su mantenimiento,) cubrimiento de canales con 8,5 GW (que además podrían ayudar a la disminución de la evaporación). Los vertederos y escombreras podrían producir 3,5GW.  Los cálculos de estas producciones se han realizado de una forma muy conservadora por lo que puede considerarse que la producción de energía sería mucho mayor. Se han dejado fuera todas las zonas de la red natura, zonas importantes para las aves, para los mamíferos y el total de reservas de la Biosfera. Es decir, se ha tenido muy en cuenta la biodiversidad. Las ratios de producción también han sido muy conservadores, por ejemplo, el CIEMAT ha establecido una producción solar en tejados de unos 300 GW, (en nuestro informe se cifran en unas 155 GW). Para el resto de parámetros se han utilizado variables tales como disponibilidad de suelos recortando con cientos de imágenes y contrastándolo con los datos procedentes del SIOSE, y con iniciativas ya en marcha como el Canal de Navarra, iniciativas como las de ADIF para el caso de vías férreas donde ya habla de 35 GW al año, o de carreteras como hacen otros países como Alemania. Pero el mayor...
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  • Marià de Delàs

    Periodista

    “El riesgo de colapso social y económico es demasiado grave para no emprender la transición energética de manera inmediata y a gran escala”, se dice en un manifiesto (1) reciente en favor de la aceleración de los “proyectos de renovables en Catalunya”, un llamamiento para conseguir apoyo social y político a la instalación de placas fotovoltaicas y aerogeneradores. “Centrales fotovoltaicas y parques eólicos -terrestres y marinos- tienen que pasar a formar parte de nuestro paisaje”. “Solo con un aprovechamiento decidido del viento allá donde más sopla y del sol donde más irradia avanzaremos hacia el ineludible cambio que encaramos...
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  • Miguel Aguado

    Divulgador ambiental y Socio Director de la consultora B Leaf

    Hace unos ocho años me llamaron de una televisión que podíamos ubicar en el extremo político, muy a la derecha. Querían hablar sobre el cambio climático en un debate. Tenían cuatro negacionistas de este y necesitaban a un “pringado” que afirmase que si existía. Ese era yo, y como me gustan los retos, acepté. No estuvo nada mal; creo que, modestamente, me defendí bien. Cuatro años después me volvieron a llamar. Querían volver a tratar el tema, y para ello, contar conmigo. Esta vez el cambio era sutil: ya no negaban el cambio climático, pero sí que el responsable...
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  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    Cuando hablamos de transición agroecológica justa, queremos decir no sólo que caminemos hacia sistemas alimentarios sostenibles – es decir, capaces de funcionar a largo plazo sin destruir las bases que los sostienen – sino que estos sistemas alimentarios deben construirse y funcionar sin poner el bienestar de unas personas por encima del de otras, y considerando los intereses de todas ellas en el proceso. El concepto de soberanía alimentaria, acuñado por La Vía Campesina en los años 90, reivindica el derecho de las comunidades de tomar sus propias decisiones respecto a cómo producir, distribuir y consumir sus alimentos. Como...
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  • Alberto Fraguas Herrero

    Ecólogo. Asesor de Sostenibilidad en Alianza por la Solidaridad y miembro del Grupo Futuro Alternativo

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  • Daniel Albarracín Sánchez

    Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sociólogo y economista. Miembro de Anticapitalistas y del Consejo Asesor de Viento Sur.

    El Estado español es, como la mayor parte de países europeos, altamente dependiente de la energía, que se encuentra en el exterior. La disponibilidad de energía propia es fundamentalmente de origen renovable, hidráulica, eólica y principalmente solar, y cuenta apenas con reservas pequeñas de carbón, de escasa calidad comparada con el que tienen otros países europeos. Entre sus potencialidades en la actual coyuntura, se encuentra con unas empresas de refino para adaptar los hidrocarburos al sistema de producción, si bien no contribuiría a una solución desde el punto de vista ambiental y energético a medio plazo. El problema de nuestra...
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  • Álex Dorado Nájera

    Consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía del Gobierno de La Rioja.

    A menudo, en los últimos tiempos, en muchos debates y en muchos medios, existe una equiparación casi total entre medio ambiente y clima o entre crisis ecológica y crisis climática. Esta asimilación de la parte por el todo es fruto, en parte, por una buena noticia como es el aumento de la concienciación mediática y social sobre la importancia del clima y de la energía en nuestras vidas y las de las generaciones venidas. Sin embargo, esta conquista de la agenda medioambiental por parte de la agenda climática, puede suponer un problema a la hora de eclipsar o minusvalorar otras...
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  • Paolo Cacciari

    Periodista

    También en Italia el lema “transición ecológica” ha entrado en el lenguaje público corriente después del lanzamiento en 2019 del Green Deal de la Comisión Europea y, gracias a los generosos fondos “en deuda” de la Next Generation Ue (una especie de neokeneysianismo verde), el gobierno decaído del banquero Mario Draghi había bautizado un ministerio en su nombre. Veremos si el nuevo gobierno de las derechas lo querrá mantener. Los dos primeros tramos del Plano Nacional denominado ‘Rilancio e Resilienza’ (Relanzamiento y Resiliencia) ya han sido asignados por la UE (24,9 de prefinanciación, más 21 mil millones destinados a...
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  • Ramon Folch

    Doctor en biología, socioecólogo. Presidente-fundador de ERF

    Los cambios vienen con la necesidad. Mientras se producen, se llaman transiciones. Si la necesidad es imperativa, la transición es rápida e inevitable. Por eso habrá -ya la hay- transición ecológica, porque a la fuerza ahorcan. El tema no es hacerla, sino lograrla sin excesivos traumas. La transición ecológica es el paso desde el actual sistema socioambientalmente insostenible hasta un nuevo estadio provisionalmente estable. Es una escalera que hay que bajar: elegantemente, a trompicones o rodando. Para hacerlo sin dolor y con elegancia, se necesita un proyecto adecuado. De ahí la conveniencia de una ingeniería de transición, con sus...
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  • Irene Calvé Saborit

    Ingeniera Industrial y trabajadora en mercados eléctricos

    La (in)elasticidad de la demanda eléctrica Hace unos días estuve leyendo la nota de la comisión europea publicada por el periódico francés Contexte en la que se presentan propuestas de intervención para “optimizar el funcionamiento del mercado eléctrico y disminuir el impacto del precio del gas”. En esta nota se analizan varias alternativas como el tope del gas ibérico o las medidas aprobadas por el gobierno griego. Incluso se valora la suspensión del mercado eléctrico cuyo resultado sería, según la nota de la comisión, el probable colapso del sistema eléctrico y un daño severo sobre los esfuerzos de descarbonización. Esto...
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  • Victor Viñuales

    Director Ejecutivo de ECODES

    Cuando hablamos de transición ecológica, funcionarios, empresas y pueblo llano piensan o en un cambio de unas tecnologías por otras –por ejemplo, coches de gasolina por coches eléctricos– o en un cambio de leyes. Pero hay un olvido general: la transición cultural. El Plan de Recuperación del Gobierno de España dedica 140.000 millones de euros a cambiar el “hardware” de nuestro país y apenas nada a transformar el “software”. Y sin cambio de valores, de hábitos, la transición ecológica encallará. Para que España lograra un éxito enorme como es reducir los muertos por accidentes de tráfico de más de 5.000 anuales...
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  • Eulogio González Hernández

    Jubilado - Mecánico Mantenimiento de aviones

    Hace siglos, los obreros se sumaban a las consignas de libertad e igualdad exaltadas en mítines y otras plataformas públicas, pero era evidente que esos obreros tenían una percepción de la libertad y la igualdad muy diferente a la que las autoridades y patronos consideraban constitutivas de la organización social liberal. La huelga de La Canadenca hace 100 años en Cataluña, consiguió un gran triunfo palpable cien años después: la conquista de la jornada de 8 horas en España, el primer país del mundo en establecerla por ley. Esta huelga, considerada una de las más importantes...
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  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    Las gentes racionales y sin apego a los dividendos de las eléctricas, gasísticas y petroleras podemos convenir en primer lugar que la transición ecológica es urgente y necesaria para el futuro de la vida en el planeta y que la clave para desencadenar el proceso es asegurar la transición energética desde un modelo carbonizado y despilfarrador a otro basado en los pilares del ahorro y la eficiencia, las energías limpias renovables y el decreciente uso de materiales y energía. En segundo lugar podemos acordar que la cuestión de la energía es estratégica. Y, finalmente, no es una hipérbole que...
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  • Carlos Tejero

    Periodista. Responsable del Área de Medio Ambiente de Podemos Madrid

    Los últimos días de agosto nos han sorprendido con un giro radical en la política energética europea. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sorprendió a propios y extraños anunciando la necesidad de “intervenir” el mercado energético para controlar el precio de la electricidad. Una “traición” a la ortodoxia liberal provocada por una imparable espiral inflacionista cuya causa principal han sido, precisamente, los precios de la energía en un mercado liberalizado. Este anuncio espantó a los especuladores y el precio del gas Natural TTF (precio mayorista en Europa) bajó en dos días de 344 a 253€ (más de...
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  • Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Rafael Jimenez Aybar

    Director de programas en GLOBE International y experto en democracia medioambiental

    “Creo que los movimientos sociales y las izquierdas institucionales se tienen que responsabilizar y actuar coherentemente con los diagnósticos que se hacen. La cuestión es ver si se puede intentar estar a la altura del momento histórico que nos ha tocado vivir. (…) No olvidemos que, por el momento, a ninguno nos están saliendo muy bien las cosas y que las lecciones que damos desde todas las partes no están avaladas por una práctica exitosa o ganadora en términos de máximos.” Yayo Herrero, Contra el capitalismo del desastre, CTXT, 2022. En un texto reciente, Yayo Herrero nos incita a entrar en el debate sobre transición ecológica, asumiendo todas nuestras responsabilidades, incluso la de nuestros fracasos actuales[1]. Ante el capitalismo del desastre, el actual secuestro de la acción climática por los grupos de intereses económicos[2] y la masiva expansión de un ultra-nacionalismo climático populista de extrema derecha[3], ella tuvo la valentía de reconocer que a ninguno de los actores progresistas de la transición ecológica “nos están saliendo demasiado bien las cosas”. Analizarlo no es tirar piedras en nuestro propio tejado, si somos capaces de no atrincherarnos en lo que Yayo Herrero llama muy acertadamente “los estériles debates entre los...
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  • Nuria Menéndez de Llano Rodríguez

    Abogada. Directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal y miembro del Oxford Centre for Animal Ethics

    En un contexto tan complejo y desolador de emergencia climática, de pérdida de biodiversidad, de extinción masiva de especies, de explosión demográfica humana y de colapso generalizado como el actual, se hace más necesario que nunca poner el foco en los demás animales con los que compartimos planeta y a quienes estamos, también y principalmente, usurpando toda posibilidad de sobrevivir y de tener un futuro por ir éste irremediablemente unido al nuestro. Lo cierto es que, aunque nos creemos el ombligo de todo, los humanos no somos sino una especie animal más, y no una cualquiera: somos los únicos responsables...
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  • Joana Bregolat

    Activista ecofeminista y militante de Anticapitalistas

    Érase una vez la historia de una economía capitalista que cada vez compartía más el diagnóstico de un mundo en crisis, de alarma sobre el alto grado de la destrucción ecológica y de los impactos en sus beneficios de la profunda crisis ecosocial y reproductiva que viven aquellos que la sustentan. Una economía capitalista que, con cada conocimiento, devenía más consciente y dejaba atrás el negacionismo clásico de la cuestión ambiental, y planteaba propuestas para abordar las alteraciones del sistema-Tierra. Ambiciosas, que construían un nuevo marco de acción, un marco verde, pero muy lejanas a los cambios estructurales y...
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  • Juan López de Uralde

    Diputado de UP y coordinador del partido Alianza Verde. Es Presidente de la Comisión de Transición Ecológica en el Congreso de los Diputados. Coordina en Público el blog Ecologismo de Emergencia.

    Corría el año 2007, y dirigía yo entonces la organización Greenpeace en España. Dedicamos más de un año de trabajo a la elaboración de un informe que se llamó España: 100% energía renovable. En él se demostraba por primera vez que era posible un modelo energético basado en fuentes 100% renovables en nuestro país. Ha llovido mucho desde entonces, pero tengo el recuerdo nítido de los ataques brutales que sufrimos del oligopolio eléctrico y su entorno mediático. En resumen nos decían que era imposible llegar a un modelo energético renovable, y que nuestra propuesta era un brindis al sol. Desde...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Doctorando en Comunicación e Interculturalidad en la Universidad de Valencia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía. Licenciado en Geografía e Historia.

    En su Ponencia Cristina Narbona ha defendido un «necesario cambio de paradigma económico» que dé lugar a una «transición ecológica económica». A continuación ha pasado Narbona a enumerar un conjunto amplio de medidas concretas con las que se podría materializar tal transición ecológica, al tiempo que expone los condicionantes que pueden acelerar o limitar esa transición. Creo que esta presentación de la Ponencia es correcta, porque trata de aspectos de la crisis ecológica que han sido bien estudiados y sobre los que podría haber un cierto grado de consenso político entre las fuerzas de izquierda y una parte de...
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  • Eva Saldaña Buenache

    Directora Ejecutiva de Greenpeace España

    “El futuro no está escrito, nunca lo está. Depende solo de nosotros, de que seamos capaces de construir un contrapoder lo suficientemente fuerte como para derribar al capitalismo y crear una forma de organización social diferente. Debemos además hacerlo pronto, la crisis ecológica avanza deprisa y nos dificulta cada vez más la tarea. No es una labor fácil, nunca lo ha sido. Es normal sentir miedo y tener vértigo, pero lo importante es lo que hacemos con ello, si dejamos que nos paralice o lo convertimos en combustible para la lucha”. Layla Martínez(1). 1. Un poco de contexto: mirando alrededor...
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  • Mario Rodríguez Vargas

    Director Asociado de Transición Justa y Alianzas Globales. Fundación Ecología y Desarrollo

    La situación de emergencia climática que vivimos, declarada tanto por el Parlamento como el Gobierno; la degradación sin precedentes de la biodiversidad; el aumento de las ratios de desigualdad y pobreza entre países y dentro de cada país; el doloroso efecto de la pandemia generada por la Covid-19 y finalmente los efectos globales de la guerra en Ucrania y otros conflictos bélicos que ya estaban antes y prosiguen en este momento, nos indican que es necesario repensar y resetear el sistema y que la única vía es una transición ecológica que no deje a nadie atrás y que alumbre...
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  • Martín Lallana Santos

    Militante del Área de Ecosocialismo de Anticapitalistas. Investigador predoctoral en estrategias de descenso energético.

    “El Ladrillo” es el nombre que se le puso coloquialmente al documento escrito por el grupo de economistas liberales conocido como los "Chicago Boys"[1]. En él se establecían las políticas económicas a partir de las cuales Chile se convertiría en el laboratorio del neoliberalismo tras el golpe de estado que acabó con el gobierno de la Unidad Popular y la vía democrática hacia el socialismo. Se recogían medidas como acabar con la gratuidad y los subsidios parciales en la enseñanza superior, así como la privatización de áreas de economía como la electricidad, el agua potable, las telecomunicaciones y del...
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  • Carlos Bravo

    Responsable de políticas de Transport & Environment

    La transición energética hacia la descarbonización de nuestra economía, cada vez más urgente debido a la creciente gravedad de la crisis climática, está siendo literalmente secuestrada por esos mismos combustibles fósiles que provocan el cambio climático y de los que tenemos que prescindir cuanto antes mejor. Por un lado, el gas natural, debido a su participación en la generación eléctrica y a los altos precios que han marcado la evolución de los mercados mayoristas del gas durante el año 2021 y lo que va del 2022, es el principal culpable de que haya subido tanto el precio de la luz....
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  • Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

    Ante la crisis sanitaria y la emergencia climática, la transición ecológica se ha convertido en prioridad para la economía europea post-pandemia. Al mismo tiempo, la guerra en Ucrania ha vuelto a evidenciar la centralidad de la cuestión energética para nuestras sociedades industrializadas, donde inflación, coste de la vida, empleo, vivienda o Estado de bienestar dependen profundamente del acceso, o no, a fuentes de energía barata y abundante. Hay una conjunción de factores que convierten este decenio en una bifurcación peligrosa y, a la vez, en una oportunidad histórica. Según la comunidad científica, nos queda apenas una década para evitar los...
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  • Jaime Vindel

    Investigador Ramón y Cajal del Instituto de Historia del CSIC

    Un problema de algunos discursos contemporáneos que se aproximan a la crisis ecosocial es su timidez a la hora de poner nombre a las cosas. En mi opinión, emplear expresiones como “modelo económico dominante” para identificar al responsable estructural de nuestra situación supone un ejercicio de vaguedad analítica. Los conceptos que usamos condicionan de partida el alcance crítico de nuestras reflexiones, así como de las alternativas que somos capaces de imaginar. ¿Qué entendemos por “modelo económico dominante”? ¿Estamos hablando del capitalismo o tan solo del neoliberalismo? La tendencia a utilizar este tipo de eufemismos es observable entre las posiciones...
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  • Jorge Riechmann

    Departamento de Filosofía de la UAM. Ecologistas en Acción Sierras

    1 Un notable editorial de Nature, en marzo de este año, reivindica el estudio de 1972 The Limits to Growth (el primero de los informes al Club de Roma) y señala que “aunque ahora existe un consenso sobre los efectos irreversibles de las actividades humanas sobre el medio ambiente, los investigadores no se ponen de acuerdo sobre las soluciones, especialmente si éstas implican frenar el crecimiento económico. Este desacuerdo impide actuar. Es hora de que los investigadores pongan fin a su debate. El mundo necesita que se centren en los grandes objetivos de detener la destrucción catastrófica del medio ambiente...
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  • Cristina Rois

    Plataforma por un Nuevo Modelo Energético

    El conocimiento acumulado en las últimas décadas sobre los impactos de las actividades humanas en el medioambiente, y la experiencia de daños y desastres ambientales que confirman las previsiones de la ciencia, han venido calando lentamente en las sociedades humanas avanzadas o enriquecidas. Se añade a todo ello el efecto de las crisis económicas del siglo, y lleva a mirar el futuro con incertidumbre e inquietud, incluso con desesperanza. Ya no basta con “arreglar la economía”, también se están acabando los recursos, el entorno natural se hace más hostil y no se ve claro como será el día...
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  • Juanjo Álvarez

    Ecosocialista, militante de Anticapitalistas

    La transición ecológica es una cuestión abierta que se construye durante estos años a marchas forzadas. Nadie que tenga una mirada abierta del mundo puede obviar que se está dando una transición global, y sin embargo, esto no determina lo que vaya a suceder, porque la materialización de la transición puede tener tantas variantes y en tantas claves como se puedan imaginar, aunque otras tantas, y cada vez más, aparecen por el avance de la crisis ecológica, que cierra muchas posibilidades a medida que va superando puntos de retorno. En esta aportación pretendemos examinar justamente el factor que suele...
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  • Carmen Molina Cañadas

    Coordinadora de Alianza Verde Andalucía

    Hay unos cuantos hitos del siglo XX que nos advirtieron de que la evolución del sistema económico empezaba a mostrar claros síntomas de impactar sobre la funcionalidad sistémica de la biosfera. Se hacía evidente la responsabilidad de la actividad económica y su crecimiento permanente en la superación de límites planetarios y deterioro de múltiples servicios ecosistémicos “gratuitos”, y se ha ido elevando el nivel de preocupación al respecto. Las señales que nos alertaban entonces, nos deberían haber puesto en marcha hacia la Transición de que trata este debate. Algunos de estos hitos fueron: 1- La publicación del Informe del Club...
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  • José Mansilla

    Antropólogo, miembro del Observatori d'Antropologia del Conflicte Urbà (OACU)

    Decía el ex dirigente de Izquierda Unida (IU) ya fallecido, Julio Anguita, que la tan vanagloriada Transición política en España, el paso de la ley a la ley del régimen franquista a la democracia liberal, fue, más bien, una Transacción, "un apañito para que el poder económico del franquismo siguiera mandando"[1]. A día de hoy, muchas de las afirmaciones que realizó el político cordobés durante sus años en primera línea se han confirmado. Las características de la democracia española se encuentran sobredeterminadas, no solo por el poder que aun mantienen las élites económicas sostenedoras y conformadas en torno a...
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