Renovables, claro que sí, pero ¿cómo y de quién?

  • Marià de Delàs

    Marià de Delàs

    Periodista

10.12.2022

Debate principal: Debate en torno a la transición ecológica

“El riesgo de colapso social y económico es demasiado grave para no emprender la transición energética de manera inmediata y a gran escala”, se dice en un manifiesto (1) reciente en favor de la aceleración de los “proyectos de renovables en Catalunya”, un llamamiento para conseguir apoyo social y político a la instalación de placas fotovoltaicas y aerogeneradores.

“Centrales fotovoltaicas y parques eólicos -terrestres y marinos- tienen que pasar a formar parte de nuestro paisaje”. “Solo con un aprovechamiento decidido del viento allá donde más sopla y del sol donde más irradia avanzaremos hacia el ineludible cambio que encaramos como civilización”, se puede leer en este manifiesto, que de este modo deja clara la voluntad de favorecer un determinado modelo de implantación de fuentes de energía renovable. Firman el texto una serie de profesionales de diferentes ámbitos, entre ellos la presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona, Mònica Roca, o el director del Global Carbon Project, Josep Canadell. La iniciativa recibió el apoyo inmediato del consorcio promotor del Parc Tramuntana (BlueFloat Energy y SENER), que prevé la instalación de decenas de aerogeneradores gigantescos flotantes, más altos que la torre más alta de la Sagrada Familia (más de 200 metros de altura), a las puertas de la bahía de Roses, en el golfo de León.

No hay duda, la tramuntana sopla a menudo con fuerza en el noreste de Catalunya y es codiciada como fuente de energía también por parte de empresas como IBERDROLA, que ambiciona la instalación de otro macroparque en la misma área marítima, o como ENDESA, que prevé implantar polígonos de molinos aerogeneradores en el Parque Natural de l’Albera. Las personas que firman el manifiesto dicen que apuestan por un modelo híbrido, “donde convivirán comunidades energéticas locales con productores y consumidores que intercambian energía, con un mercado energético de gran alcance regional e internacional”. Lamentan que en los últimos años se han desestimado proyectos con una potencia de al menos 1.369 MW, pero nada dicen ni se sabe en concreto qué tipo de apoyo institucional reclaman para proyectos descentralizados, basados en el aprovechamiento de capacidades de instalaciones fotovoltaicas, eólicas e hidráulicas de proximidad, que en conjunto, según dicen investigadores suficientemente acreditados, tienen o pueden tener un potencial de generación energética enorme.

Ninguna referencia a formas de acabar con el derroche progresivo de recursos. Ninguna alusión tampoco a la titularidad de las empresas del sector de la energía. Lo que predomina de esta manera son las expectativas de negocio de los inversores, por encima de las necesidades de quienes sufren pobreza y de la preocupación por la salud del espacio natural. En este ámbito admiten la existencia de “incertidumbres” sobre el impacto de los macroparques “en aspectos concretos de la biodiversidad”, pero no pueden disimular ni disimulan, tal como explica el investigador Antonio Turiel (2), la voluntad de favorecer el proyecto del Parc Tramuntana, que prevé el anclaje a gran profundidad de macromolinos gigantescos en la zona de mayor biodiversidad del Mediterráneo (3). No mencionan siquiera la afectación sobre el territorio que tendrían los trazados de nuevas líneas de muy alta tensión (MAT).

Aseguran que los parques eólicos y solares pueden ser compatibles con las actividades agrícolas y ganaderas, pero no dejan de hacer hincapié en los “ingresos por tasas y alquileres” que recibirán los ayuntamientos y los propietarios de terrenos. Más claro no puede ser el mensaje dirigido al campesinado que lucha para sobrevivir con el cultivo de campos y la producción de alimentos.

Conviene prestar atención, por otra parte, sobre algunos significativos agentes que piden la firma del manifiesto a través de redes sociales. Cuesta creer que los planes de aprovechamiento y distribución de energía puedan ser respetuosos con la naturaleza si se realizan bajo el criterio de los mismos que defienden la intensificación del tráfico aéreo, la explotación del agua como negocio o una industria del ocio desmesurada e insostenible en las costas y en la montaña. La protección del medio ambiente no parece una prioridad, por ejemplo, para los partidarios de la ampliación del aeropuerto de Barcelona sobre los espacios naturales del delta del Llobregat. Tampoco parecen muy sensibles a la destrucción del entorno natural los defensores de las inversiones en el Pirineo para la celebración de juegos olímpicos de invierno (sin ahorro de nieve artificial, hay que suponer), o quienes potencian la construcción del megaproyecto turístico Hard Rock en el Tarragonès, sobre terrenos expropiados al campesinado y actualmente protegidos por la Red Natura 2000. Todos ellos parecen creer que la economía va bien si el territorio se llena de más hormigón, más asfalto y más construcciones.

Parecen todos dispuestos a mantener el “pie en el acelerador” en la “carretera hacia el infierno climático” descrita recientemente por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. “Nuestro planeta se acerca rápidamente a puntos de inflexión que harán que el caos climático sea irreversible”. “La humanidad tiene una opción: cooperar o morir”, dijo el pasado noviembre en el marco de la Conferencia COP27. Las advertencias eran llamativas, pero no nuevas, En realidad Guterres no hizo nada más que remarcar lo que los científicos señalan desde hace décadas sobre las consecuencias catastróficas de la sobreexplotación de recursos naturales. “La comunidad científica venía alertando sobre los riesgos ambientales desde mucho antes que estos aparecieran en la agenda política internacional”, ha constatado Cristina Narbona (4) en la ponencia inicial de este debate abierto por Espacio Público. Las contribuciones publicadas están llenas de advertencias, recomendaciones y reflexiones sobre transición ecológica desde diferentes perspectivas.

Desgraciadamente las señales de alarma no han servido para mucho más que para constatar el incumplimiento de compromisos. En la COP27 se puso en evidencia una vez más esa realidad cuando se comprobó que finalizaba sin manifestación de voluntad firme y conjunta de atacar las causas del cambio climático.

Los participantes en la Conferencia no llegaron a ningún acuerdo en este sentido, no porque negaran la evidencia del calentamiento global, o porque cuestionaran, como todavía hacen algunos fanáticos, que la actividad humana se encuentra en el origen de este fenómeno, sino porque sus gobiernos son rehenes de un sistema irracional, basado en el crecimiento económico indefinido y la búsqueda permanente del máximo beneficio por parte de los amos de la riqueza.

En realidad estos propietarios no pueden negar la evidencia. Muchos han tomado conciencia no solo de algunos de los efectos de la economía basada en el extractivismo sino también de los costes energéticos crecientes de los combustibles fósiles y de su agotamiento progresivo. Por eso muchos dirigen sus miradas hacia las oportunidades de negocio que pueden encontrar en otras fuentes de energía.

Consideran los megaproyectos energéticos destructores de territorio como necesarios, porque piensan que la transición energética tiene que ser compatible con el actual sistema de producción y consumo. Un sistema, que conocemos como capitalismo, incapacitado a todas luces para solucionar los problemas que genera.

Parece evidente que hay que cambiar, pero hoy muy poca gente se atreve a entrar en precisiones sobre qué nuevas estructuras se pueden construir, qué otras relaciones y formas de producción se pueden establecer y qué otros hábitos de consumo se pueden propiciar. “Hay que caminar hacia una sociedad con capacidad de generar una nueva forma de vida con valores y cultura alternativos al del lucro individualista” (5), afirma Manuel Garí en un texto repleto de propuestas.

Durante el siglo pasado se reflexionó a fondo sobre este objetivo igualitario. Se pensó mucho, se escribieron miles y miles de estudios, teorías y análisis sociológicos, y se aplicaron políticas que hipotéticamente tenían que acabar con la irracionalidad. Las ambiciones de los administradores y el consecuente totalitarismo abocaron al fracaso las experiencias socializantes, pero aun así, hoy, no podemos dejar de constatar que faltan voces que señalen la necesidad de un cambio radical de relaciones económicas y sociales que haga posible que la razón se imponga por encima de los instintos más primarios de dominación que, como ha escrito Jorge Riechmann, nos han llevado a “vivir como si no hubiese límites biofísicos (en un planeta finito cuyos límites hemos traspasado ya)” (6). Gobernantes, representantes políticos, administradores, sindicalistas e intelectuales del siglo XXI no se atreven a plantear una alternativa que pueda poner en cuestión el poder del capital.

No la plantean, obviamente, dirigentes conservadores, que persisten en el negacionismo de la emergencia climática. Algunos, como la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han tomado posición de manera tan grotesca que, si no fuera porque el tema es tan dramático nos partiríamos de risa.

Otros, sin embargo, que hoy se identifican como “progresistas”, defensores de un progreso no definido, se adaptan a la lógica de los mercados financieros, que pintan los fondos de inversión de color verde para obtener el mejor provecho de una transición energética que no explican. Entre ellos se encuentran no pocas personas que hace no mucho tiempo participaban de alguna manera en organizaciones que aspiraban explícitamente en favor de otro orden económico y social, el socialismo.

Esta palabra se convirtió en nombre propio. Sirve para designar algunas entidades y partidos con raíces históricas. Convendría recuperar su significado como proyecto social, en el cual la producción, distribución y suministro de energía, como otros sectores estratégicos de la vida económica, deberían dejar de regirse en función de tasas de rentabilidad para unos pocos, para convertirse en actividades no depredadoras, controladas por entidades de titularidad pública, bajo estricto control democrático.

Tendría que resultar incuestionable en nuestro tiempo la reivindicación en voz alta de un anhelo tan sensato.

Notas:
1. Renovables o una Catalunya a la cua. Panorama, diciembre 2022.

2. Antonio Turiel. El manifiesto que nadie pidió. CTXT, 8 diciembre 2022.

3. Marta Ball-llosera. ‘No miris a dalt’ a la catalana. El Punt Avui, 18 de noviembre 2022.

4. Cristina Narbona. Transición ecológica: una cuestión de justicia global y supervivencia. Espacio Público, 28 junio 2022.

5. Manuel Garí. La imposible transición ecológica (bajo el capitalismo). Espacio Público, 2022.

6. Jorge Riechmann. Sobre las dificultadas de la transición ecológica. Espacio Público, 2022.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Fernando Prieto

    Observatorio Sostenibilidad

    Alejandro Sacristán

    Club Nuevo Mundo

    Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Un estudio reciente del Observatorio de Sostenibilidad para Aliente señala que es posible el situar hasta 10 veces la producción fotovoltaica del PNIEC con un mínimo impacto ambiental situándolos en zonas ya artificiales. Las placas se distribuirían en el 50% aproximado sobre suelos ya construidos e industriales y el resto se distribuiría en zonas muy antropizadas y de escaso valor ambiental, tales como minas de carbón, vertederos, escombreras, también en zonas de invernaderos ya consolidados como los de Almería que podrían producir hasta 45GW, zonas mineras con sus 42GW, infraestructuras viarias, autovías, autopistas carreteras y vías de ferrocarril, que podrían contribuir con otros 15 GW, (que podrían pagar parte de su mantenimiento,) cubrimiento de canales con 8,5 GW (que además podrían ayudar a la disminución de la evaporación). Los vertederos y escombreras podrían producir 3,5GW.  Los cálculos de estas producciones se han realizado de una forma muy conservadora por lo que puede considerarse que la producción de energía sería mucho mayor. Se han dejado fuera todas las zonas de la red natura, zonas importantes para las aves, para los mamíferos y el total de reservas de la Biosfera. Es decir, se ha tenido muy en cuenta la biodiversidad. Las ratios de producción también han sido muy conservadores, por ejemplo, el CIEMAT ha establecido una producción solar en tejados de unos 300 GW, (en nuestro informe se cifran en unas 155 GW). Para el resto de parámetros se han utilizado variables tales como disponibilidad de suelos recortando con cientos de imágenes y contrastándolo con los datos procedentes del SIOSE, y con iniciativas ya en marcha como el Canal de Navarra, iniciativas como las de ADIF para el caso de vías férreas donde ya habla de 35 GW al año, o de carreteras como hacen otros países como Alemania. Pero el mayor...
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  • Marià de Delàs

    Periodista

    “El riesgo de colapso social y económico es demasiado grave para no emprender la transición energética de manera inmediata y a gran escala”, se dice en un manifiesto (1) reciente en favor de la aceleración de los “proyectos de renovables en Catalunya”, un llamamiento para conseguir apoyo social y político a la instalación de placas fotovoltaicas y aerogeneradores. “Centrales fotovoltaicas y parques eólicos -terrestres y marinos- tienen que pasar a formar parte de nuestro paisaje”. “Solo con un aprovechamiento decidido del viento allá donde más sopla y del sol donde más irradia avanzaremos hacia el ineludible cambio que encaramos...
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  • Miguel Aguado

    Divulgador ambiental y Socio Director de la consultora B Leaf

    Hace unos ocho años me llamaron de una televisión que podíamos ubicar en el extremo político, muy a la derecha. Querían hablar sobre el cambio climático en un debate. Tenían cuatro negacionistas de este y necesitaban a un “pringado” que afirmase que si existía. Ese era yo, y como me gustan los retos, acepté. No estuvo nada mal; creo que, modestamente, me defendí bien. Cuatro años después me volvieron a llamar. Querían volver a tratar el tema, y para ello, contar conmigo. Esta vez el cambio era sutil: ya no negaban el cambio climático, pero sí que el responsable...
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  • Gabriela Vázquez

    Área de agroecología Fundación Entretantos.

    Cuando hablamos de transición agroecológica justa, queremos decir no sólo que caminemos hacia sistemas alimentarios sostenibles – es decir, capaces de funcionar a largo plazo sin destruir las bases que los sostienen – sino que estos sistemas alimentarios deben construirse y funcionar sin poner el bienestar de unas personas por encima del de otras, y considerando los intereses de todas ellas en el proceso. El concepto de soberanía alimentaria, acuñado por La Vía Campesina en los años 90, reivindica el derecho de las comunidades de tomar sus propias decisiones respecto a cómo producir, distribuir y consumir sus alimentos. Como...
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  • Alberto Fraguas Herrero

    Ecólogo. Asesor de Sostenibilidad en Alianza por la Solidaridad y miembro del Grupo Futuro Alternativo

    El Fin de la abundancia Hace unos meses Cristina Narbona, Presidenta del PSOE, en un excelente artículo que iniciaba las reflexiones en torno a la Transición Ecológica en ese ESPACIO PÚBLICO(1), planteaba la imprescindible "transformación gradual del sistema productivo de forma que se reduzca el consumo de recursos naturales así como todo tipo de contaminación y que se preserven y restauren los ecosistemas" y realizar esto en un contexto prioritario para la supervivencia y con principios de justicia global. Claramente este es el objetivo a cumplir dentro del ya históricamente denominado Desarrollo Sostenible, si bien hay algunos matices que la evolución...
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  • Daniel Albarracín Sánchez

    Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía. Sociólogo y economista. Miembro de Anticapitalistas y del Consejo Asesor de Viento Sur.

    El Estado español es, como la mayor parte de países europeos, altamente dependiente de la energía, que se encuentra en el exterior. La disponibilidad de energía propia es fundamentalmente de origen renovable, hidráulica, eólica y principalmente solar, y cuenta apenas con reservas pequeñas de carbón, de escasa calidad comparada con el que tienen otros países europeos. Entre sus potencialidades en la actual coyuntura, se encuentra con unas empresas de refino para adaptar los hidrocarburos al sistema de producción, si bien no contribuiría a una solución desde el punto de vista ambiental y energético a medio plazo. El problema de nuestra...
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  • Álex Dorado Nájera

    Consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía del Gobierno de La Rioja.

    A menudo, en los últimos tiempos, en muchos debates y en muchos medios, existe una equiparación casi total entre medio ambiente y clima o entre crisis ecológica y crisis climática. Esta asimilación de la parte por el todo es fruto, en parte, por una buena noticia como es el aumento de la concienciación mediática y social sobre la importancia del clima y de la energía en nuestras vidas y las de las generaciones venidas. Sin embargo, esta conquista de la agenda medioambiental por parte de la agenda climática, puede suponer un problema a la hora de eclipsar o minusvalorar otras...
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  • Paolo Cacciari

    Periodista

    También en Italia el lema “transición ecológica” ha entrado en el lenguaje público corriente después del lanzamiento en 2019 del Green Deal de la Comisión Europea y, gracias a los generosos fondos “en deuda” de la Next Generation Ue (una especie de neokeneysianismo verde), el gobierno decaído del banquero Mario Draghi había bautizado un ministerio en su nombre. Veremos si el nuevo gobierno de las derechas lo querrá mantener. Los dos primeros tramos del Plano Nacional denominado ‘Rilancio e Resilienza’ (Relanzamiento y Resiliencia) ya han sido asignados por la UE (24,9 de prefinanciación, más 21 mil millones destinados a...
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  • Ramon Folch

    Doctor en biología, socioecólogo. Presidente-fundador de ERF

    Los cambios vienen con la necesidad. Mientras se producen, se llaman transiciones. Si la necesidad es imperativa, la transición es rápida e inevitable. Por eso habrá -ya la hay- transición ecológica, porque a la fuerza ahorcan. El tema no es hacerla, sino lograrla sin excesivos traumas. La transición ecológica es el paso desde el actual sistema socioambientalmente insostenible hasta un nuevo estadio provisionalmente estable. Es una escalera que hay que bajar: elegantemente, a trompicones o rodando. Para hacerlo sin dolor y con elegancia, se necesita un proyecto adecuado. De ahí la conveniencia de una ingeniería de transición, con sus...
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  • Irene Calvé Saborit

    Ingeniera Industrial y trabajadora en mercados eléctricos

    La (in)elasticidad de la demanda eléctrica Hace unos días estuve leyendo la nota de la comisión europea publicada por el periódico francés Contexte en la que se presentan propuestas de intervención para “optimizar el funcionamiento del mercado eléctrico y disminuir el impacto del precio del gas”. En esta nota se analizan varias alternativas como el tope del gas ibérico o las medidas aprobadas por el gobierno griego. Incluso se valora la suspensión del mercado eléctrico cuyo resultado sería, según la nota de la comisión, el probable colapso del sistema eléctrico y un daño severo sobre los esfuerzos de descarbonización. Esto...
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  • Victor Viñuales

    Director Ejecutivo de ECODES

    Cuando hablamos de transición ecológica, funcionarios, empresas y pueblo llano piensan o en un cambio de unas tecnologías por otras –por ejemplo, coches de gasolina por coches eléctricos– o en un cambio de leyes. Pero hay un olvido general: la transición cultural. El Plan de Recuperación del Gobierno de España dedica 140.000 millones de euros a cambiar el “hardware” de nuestro país y apenas nada a transformar el “software”. Y sin cambio de valores, de hábitos, la transición ecológica encallará. Para que España lograra un éxito enorme como es reducir los muertos por accidentes de tráfico de más de 5.000 anuales...
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  • Eulogio González Hernández

    Jubilado - Mecánico Mantenimiento de aviones

    Hace siglos, los obreros se sumaban a las consignas de libertad e igualdad exaltadas en mítines y otras plataformas públicas, pero era evidente que esos obreros tenían una percepción de la libertad y la igualdad muy diferente a la que las autoridades y patronos consideraban constitutivas de la organización social liberal. La huelga de La Canadenca hace 100 años en Cataluña, consiguió un gran triunfo palpable cien años después: la conquista de la jornada de 8 horas en España, el primer país del mundo en establecerla por ley. Esta huelga, considerada una de las más importantes...
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  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    Las gentes racionales y sin apego a los dividendos de las eléctricas, gasísticas y petroleras podemos convenir en primer lugar que la transición ecológica es urgente y necesaria para el futuro de la vida en el planeta y que la clave para desencadenar el proceso es asegurar la transición energética desde un modelo carbonizado y despilfarrador a otro basado en los pilares del ahorro y la eficiencia, las energías limpias renovables y el decreciente uso de materiales y energía. En segundo lugar podemos acordar que la cuestión de la energía es estratégica. Y, finalmente, no es una hipérbole que...
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  • Carlos Tejero

    Periodista. Responsable del Área de Medio Ambiente de Podemos Madrid

    Los últimos días de agosto nos han sorprendido con un giro radical en la política energética europea. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sorprendió a propios y extraños anunciando la necesidad de “intervenir” el mercado energético para controlar el precio de la electricidad. Una “traición” a la ortodoxia liberal provocada por una imparable espiral inflacionista cuya causa principal han sido, precisamente, los precios de la energía en un mercado liberalizado. Este anuncio espantó a los especuladores y el precio del gas Natural TTF (precio mayorista en Europa) bajó en dos días de 344 a 253€ (más de...
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  • Agnès Delage Amat

    Catedrática de ciencias sociales en la Universidad Aix Marseille (France). Milita en Rebelión Científica y Extinction Rebellion.

    Rafael Jimenez Aybar

    Director de programas en GLOBE International y experto en democracia medioambiental

    “Creo que los movimientos sociales y las izquierdas institucionales se tienen que responsabilizar y actuar coherentemente con los diagnósticos que se hacen. La cuestión es ver si se puede intentar estar a la altura del momento histórico que nos ha tocado vivir. (…) No olvidemos que, por el momento, a ninguno nos están saliendo muy bien las cosas y que las lecciones que damos desde todas las partes no están avaladas por una práctica exitosa o ganadora en términos de máximos.” Yayo Herrero, Contra el capitalismo del desastre, CTXT, 2022. En un texto reciente, Yayo Herrero nos incita a entrar en el debate sobre transición ecológica, asumiendo todas nuestras responsabilidades, incluso la de nuestros fracasos actuales[1]. Ante el capitalismo del desastre, el actual secuestro de la acción climática por los grupos de intereses económicos[2] y la masiva expansión de un ultra-nacionalismo climático populista de extrema derecha[3], ella tuvo la valentía de reconocer que a ninguno de los actores progresistas de la transición ecológica “nos están saliendo demasiado bien las cosas”. Analizarlo no es tirar piedras en nuestro propio tejado, si somos capaces de no atrincherarnos en lo que Yayo Herrero llama muy acertadamente “los estériles debates entre los...
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  • Nuria Menéndez de Llano Rodríguez

    Abogada. Directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal y miembro del Oxford Centre for Animal Ethics

    En un contexto tan complejo y desolador de emergencia climática, de pérdida de biodiversidad, de extinción masiva de especies, de explosión demográfica humana y de colapso generalizado como el actual, se hace más necesario que nunca poner el foco en los demás animales con los que compartimos planeta y a quienes estamos, también y principalmente, usurpando toda posibilidad de sobrevivir y de tener un futuro por ir éste irremediablemente unido al nuestro. Lo cierto es que, aunque nos creemos el ombligo de todo, los humanos no somos sino una especie animal más, y no una cualquiera: somos los únicos responsables...
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  • Joana Bregolat

    Activista ecofeminista y militante de Anticapitalistas

    Érase una vez la historia de una economía capitalista que cada vez compartía más el diagnóstico de un mundo en crisis, de alarma sobre el alto grado de la destrucción ecológica y de los impactos en sus beneficios de la profunda crisis ecosocial y reproductiva que viven aquellos que la sustentan. Una economía capitalista que, con cada conocimiento, devenía más consciente y dejaba atrás el negacionismo clásico de la cuestión ambiental, y planteaba propuestas para abordar las alteraciones del sistema-Tierra. Ambiciosas, que construían un nuevo marco de acción, un marco verde, pero muy lejanas a los cambios estructurales y...
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  • Juan López de Uralde

    Diputado de UP y coordinador del partido Alianza Verde. Es Presidente de la Comisión de Transición Ecológica en el Congreso de los Diputados. Coordina en Público el blog Ecologismo de Emergencia.

    Corría el año 2007, y dirigía yo entonces la organización Greenpeace en España. Dedicamos más de un año de trabajo a la elaboración de un informe que se llamó España: 100% energía renovable. En él se demostraba por primera vez que era posible un modelo energético basado en fuentes 100% renovables en nuestro país. Ha llovido mucho desde entonces, pero tengo el recuerdo nítido de los ataques brutales que sufrimos del oligopolio eléctrico y su entorno mediático. En resumen nos decían que era imposible llegar a un modelo energético renovable, y que nuestra propuesta era un brindis al sol. Desde...
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  • Carlos Javier Bugallo Salomón

    Doctorando en Comunicación e Interculturalidad en la Universidad de Valencia. Diplomado en Estudios Avanzados en Economía. Licenciado en Geografía e Historia.

    En su Ponencia Cristina Narbona ha defendido un «necesario cambio de paradigma económico» que dé lugar a una «transición ecológica económica». A continuación ha pasado Narbona a enumerar un conjunto amplio de medidas concretas con las que se podría materializar tal transición ecológica, al tiempo que expone los condicionantes que pueden acelerar o limitar esa transición. Creo que esta presentación de la Ponencia es correcta, porque trata de aspectos de la crisis ecológica que han sido bien estudiados y sobre los que podría haber un cierto grado de consenso político entre las fuerzas de izquierda y una parte de...
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  • Eva Saldaña Buenache

    Directora Ejecutiva de Greenpeace España

    “El futuro no está escrito, nunca lo está. Depende solo de nosotros, de que seamos capaces de construir un contrapoder lo suficientemente fuerte como para derribar al capitalismo y crear una forma de organización social diferente. Debemos además hacerlo pronto, la crisis ecológica avanza deprisa y nos dificulta cada vez más la tarea. No es una labor fácil, nunca lo ha sido. Es normal sentir miedo y tener vértigo, pero lo importante es lo que hacemos con ello, si dejamos que nos paralice o lo convertimos en combustible para la lucha”. Layla Martínez(1). 1. Un poco de contexto: mirando alrededor...
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  • Mario Rodríguez Vargas

    Director Asociado de Transición Justa y Alianzas Globales. Fundación Ecología y Desarrollo

    La situación de emergencia climática que vivimos, declarada tanto por el Parlamento como el Gobierno; la degradación sin precedentes de la biodiversidad; el aumento de las ratios de desigualdad y pobreza entre países y dentro de cada país; el doloroso efecto de la pandemia generada por la Covid-19 y finalmente los efectos globales de la guerra en Ucrania y otros conflictos bélicos que ya estaban antes y prosiguen en este momento, nos indican que es necesario repensar y resetear el sistema y que la única vía es una transición ecológica que no deje a nadie atrás y que alumbre...
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  • Martín Lallana Santos

    Militante del Área de Ecosocialismo de Anticapitalistas. Investigador predoctoral en estrategias de descenso energético.

    “El Ladrillo” es el nombre que se le puso coloquialmente al documento escrito por el grupo de economistas liberales conocido como los "Chicago Boys"[1]. En él se establecían las políticas económicas a partir de las cuales Chile se convertiría en el laboratorio del neoliberalismo tras el golpe de estado que acabó con el gobierno de la Unidad Popular y la vía democrática hacia el socialismo. Se recogían medidas como acabar con la gratuidad y los subsidios parciales en la enseñanza superior, así como la privatización de áreas de economía como la electricidad, el agua potable, las telecomunicaciones y del...
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  • Carlos Bravo

    Responsable de políticas de Transport & Environment

    La transición energética hacia la descarbonización de nuestra economía, cada vez más urgente debido a la creciente gravedad de la crisis climática, está siendo literalmente secuestrada por esos mismos combustibles fósiles que provocan el cambio climático y de los que tenemos que prescindir cuanto antes mejor. Por un lado, el gas natural, debido a su participación en la generación eléctrica y a los altos precios que han marcado la evolución de los mercados mayoristas del gas durante el año 2021 y lo que va del 2022, es el principal culpable de que haya subido tanto el precio de la luz....
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  • Florent Marcellesi

    Coportavoz de Verdes Equo y ex-eurodiputado de Los Verdes/ALE

    Ante la crisis sanitaria y la emergencia climática, la transición ecológica se ha convertido en prioridad para la economía europea post-pandemia. Al mismo tiempo, la guerra en Ucrania ha vuelto a evidenciar la centralidad de la cuestión energética para nuestras sociedades industrializadas, donde inflación, coste de la vida, empleo, vivienda o Estado de bienestar dependen profundamente del acceso, o no, a fuentes de energía barata y abundante. Hay una conjunción de factores que convierten este decenio en una bifurcación peligrosa y, a la vez, en una oportunidad histórica. Según la comunidad científica, nos queda apenas una década para evitar los...
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  • Jaime Vindel

    Investigador Ramón y Cajal del Instituto de Historia del CSIC

    Un problema de algunos discursos contemporáneos que se aproximan a la crisis ecosocial es su timidez a la hora de poner nombre a las cosas. En mi opinión, emplear expresiones como “modelo económico dominante” para identificar al responsable estructural de nuestra situación supone un ejercicio de vaguedad analítica. Los conceptos que usamos condicionan de partida el alcance crítico de nuestras reflexiones, así como de las alternativas que somos capaces de imaginar. ¿Qué entendemos por “modelo económico dominante”? ¿Estamos hablando del capitalismo o tan solo del neoliberalismo? La tendencia a utilizar este tipo de eufemismos es observable entre las posiciones...
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  • Jorge Riechmann

    Departamento de Filosofía de la UAM. Ecologistas en Acción Sierras

    1 Un notable editorial de Nature, en marzo de este año, reivindica el estudio de 1972 The Limits to Growth (el primero de los informes al Club de Roma) y señala que “aunque ahora existe un consenso sobre los efectos irreversibles de las actividades humanas sobre el medio ambiente, los investigadores no se ponen de acuerdo sobre las soluciones, especialmente si éstas implican frenar el crecimiento económico. Este desacuerdo impide actuar. Es hora de que los investigadores pongan fin a su debate. El mundo necesita que se centren en los grandes objetivos de detener la destrucción catastrófica del medio ambiente...
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  • Cristina Rois

    Plataforma por un Nuevo Modelo Energético

    El conocimiento acumulado en las últimas décadas sobre los impactos de las actividades humanas en el medioambiente, y la experiencia de daños y desastres ambientales que confirman las previsiones de la ciencia, han venido calando lentamente en las sociedades humanas avanzadas o enriquecidas. Se añade a todo ello el efecto de las crisis económicas del siglo, y lleva a mirar el futuro con incertidumbre e inquietud, incluso con desesperanza. Ya no basta con “arreglar la economía”, también se están acabando los recursos, el entorno natural se hace más hostil y no se ve claro como será el día...
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  • Juanjo Álvarez

    Ecosocialista, militante de Anticapitalistas

    La transición ecológica es una cuestión abierta que se construye durante estos años a marchas forzadas. Nadie que tenga una mirada abierta del mundo puede obviar que se está dando una transición global, y sin embargo, esto no determina lo que vaya a suceder, porque la materialización de la transición puede tener tantas variantes y en tantas claves como se puedan imaginar, aunque otras tantas, y cada vez más, aparecen por el avance de la crisis ecológica, que cierra muchas posibilidades a medida que va superando puntos de retorno. En esta aportación pretendemos examinar justamente el factor que suele...
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  • Carmen Molina Cañadas

    Coordinadora de Alianza Verde Andalucía

    Hay unos cuantos hitos del siglo XX que nos advirtieron de que la evolución del sistema económico empezaba a mostrar claros síntomas de impactar sobre la funcionalidad sistémica de la biosfera. Se hacía evidente la responsabilidad de la actividad económica y su crecimiento permanente en la superación de límites planetarios y deterioro de múltiples servicios ecosistémicos “gratuitos”, y se ha ido elevando el nivel de preocupación al respecto. Las señales que nos alertaban entonces, nos deberían haber puesto en marcha hacia la Transición de que trata este debate. Algunos de estos hitos fueron: 1- La publicación del Informe del Club...
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  • José Mansilla

    Antropólogo, miembro del Observatori d'Antropologia del Conflicte Urbà (OACU)

    Decía el ex dirigente de Izquierda Unida (IU) ya fallecido, Julio Anguita, que la tan vanagloriada Transición política en España, el paso de la ley a la ley del régimen franquista a la democracia liberal, fue, más bien, una Transacción, "un apañito para que el poder económico del franquismo siguiera mandando"[1]. A día de hoy, muchas de las afirmaciones que realizó el político cordobés durante sus años en primera línea se han confirmado. Las características de la democracia española se encuentran sobredeterminadas, no solo por el poder que aun mantienen las élites económicas sostenedoras y conformadas en torno a...
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