Gentrificación y crisis de las megaurbes

  • Luna Lagos

    Luna Lagos

    Temporera agrícola. Militante de Futuro Vegetal

La gentrificación, intensificada en las últimas décadas, es el resultado directo de la lógica neoliberal del capitalismo. Históricamente, las comunidades marginadas por cuestión de clase o raza han sido segregadas en los centros históricos de las ciudades, donde el acceso a servicios e infraestructura básica ha sido limitado. Hoy, la gentrificación transforma estos barrios populares en zonas de lujo, inaccesibles para quienes han vivido en ellos durante generaciones, que son expulsadas a medida que el capital inmobiliario los revaloriza y rentistas ocupan sus viviendas.

Más allá de imponer un reemplazo de la clase social, transforma el tejido comunitario y la infraestructura del barrio para satisfacer las demandas de las nuevas propietarias. La frutera del barrio es sustituida por cadenas comerciales que conquistan cada esquina. Donde antes había una fábrica abandonada convertida en centro social autogestionado, ahora hay hoteles y casas de apuestas. La gentrificación amenaza el entramado comunitario, la organización vecinal orquestada durante décadas para dar respuesta a las necesidades colectivas ignoradas por los “servicios públicos” que no llegaban al barrio. Estas redes de apoyo mutuo, asambleas de jubiladas, crianza compartida, organización sindical, transporte en común, gimnasios y comedores populares, que impedían que nadie enfrentara sola las injusticias, se resquebrajan con la expulsión de quienes la componen.

La gentrificación está fuertemente atravesada por una sociedad clasista y racista que excluye a las personas racializadas y a las trabajadoras empobrecidas, desechándolas en zonas marginales cuando no están explotando su mano de obra.

En este contexto, el patriarcado juega un papel crucial: durante siglos, la mujer ha sido relegada al ámbito doméstico y la “vida privada”. Si bien ha habido avances y conseguimos incorporarnos a la explotación asalariada, culturalmente la gestión de la vivienda, procuración de alimentos, crianza y otras prácticas vinculadas a los cuidados, siguen recayendo principalmente en la mujer, tras su jornada laboral dentro o fuera de casa. Por otro lado, cada vez son más los hogares monomarentales encabezados por mujeres, obligadas a afrontar la subida del precio de la vida con un único salario y personas a su cargo. No es de extrañar que, al asumir las responsabilidades ligadas al sostenimiento de la vida, sean las mujeres quienes se ven más afectadas y, despojándose de la pasividad y complacencia inculcadas, lideren los sindicatos de vivienda y ocupen la primera fila en la defensa política de sus barrios.

Si bien los rentistas, inmobiliarias y fondos buitre son los mayores beneficiarios de esta situación; la política institucional juega un papel clave, facilitando el desplazamiento forzoso a través de la privatización del espacio público, la eliminación de viviendas sociales o la ejecución de desahucios. Así, el estado, lejos de proteger los derechos humanos, actúa como cómplice del capital en la creación de ciudades para el consumo.

¿Crisis de megaurbes?

Las megaurbes son aglomeraciones urbanas de más de 10 millones de habitantes. Una fugaz búsqueda en la web te mostrará los desafíos sociales y ecológicos que enfrentan. ¿Qué podíamos esperar de la magnificación de un modelo totalmente insostenible?

La ciudad no solo contribuye a la Crisis Climática por la concentración de emisiones y dependencia del expolio de regiones rurales, sino que es un sumidero de recursos inafrontable ante la escasez de materias primas disponibles. Si bien en un marco capitalista la concentración de obreras en urbes de hormigón tiene su origen práctico en la proximidad a la fábrica, su sostenimiento es tremendamente ineficiente. Su incapacidad de autoabastecimiento condena al territorio periférico a ser explotado al servicio de la metrópolis, que requiere cantidades ingentes de alimentos, energía, agua y vertederos cuya obtención y transporte al lugar de consumo depende de combustibles fósiles. En el plano humano, los estudios muestran el aumento de depresión, soledad y aislamiento en núcleos que, paradójicamente, concentran a miles de personas. Como seres biopsicosociales, tendemos a organizarnos en pequeñas tribus y establecer relaciones de calidad, lo que choca con las dinámicas individualistas favorecidas por la planificación urbanística y los tiempos acelerados de las ciudades.

En el contexto de crisis multisistémica, necesitamos tender hacia comunidades autosuficientes, cuya supervivencia no dependa del expolio de recursos a miles de kilómetros.

¿Cómo enfrentar el avance neoliberal?

No hay que inventar el fuego, sino prestar atención a nuestro alrededor. Siendo que es primordial recuperar modelos resilientes ante la Crisis Climática como los numerosos ejemplos en el estado español de comunidades autogestionadas al margen de las urbes, existen formas de resistencia dentro de las ciudades. Mediante la acción colectiva, este entramado comunitario de vecinas organizadas en torno a sindicatos de vivienda o centros sociales, son capaces de recuperar viviendas arrebatadas, parar desahucios u organizar acciones multitudinarias que frenan la devastadora industria turística como hemos visto este verano, entre otras cosas. Está claro que la solución pasa por recuperar la soberanía popular que pone la vida en el centro.

Mientras escribo estas palabras, otra vecina es desalojada de su hogar, convertido en una urbanización de lujo. Mientras lees este artículo, un barrio organiza su resistencia frente al evento anual de los magnates inmobiliarios, TheDistrict. ¿Te preocupa la gentrificación? Deja de leer y reúnete con tus vecinas.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Vincenzo Criscione

    Estudiante y miembro de Generazione Zero

    Entrar en un supermercado, darse la vuelta apresuradamente, echar en el carrito primero un producto, luego otro, y dirigirse a las cajas; pagar, volver a casa, guardar las compras. Esta es, a grandes rasgos, la liturgia que cada uno de nosotros observa cuando va de compras. Una tarea, realizada mecánicamente, no diferente de todas las demás tareas que tenemos que hacer a diario. Sin embargo, esta tarea cotidiana tiene considerables implicaciones económicas y medioambientales. Por decirlo de la manera más ingenua y simplista, ir de compras es el momento en que el consumidor somete a los productos y a...
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  • Adrián García Abenza

    Meteorólogo de la AEMET y miembro de Alianza Verde

    En el actual contexto de colapso ecológico y emergencia climática, la reconceptualización de la ruralidad se perfila como una pieza fundamental en el conjunto de transformaciones que nuestras sociedades deben abordar. Históricamente, el mundo rural ha sido percibido como un espacio de producción agrícola, desconectado de la modernidad y relegado a un papel subsidiario frente a la urbanización desenfrenada. Sin embargo, este enfoque simplista ignora que las zonas rurales no son meros proveedores de recursos, sino que resultan esenciales para garantizar la sustentabilidad y resiliencia de nuestras sociedades. El mundo rural atesora una enorme biodiversidad y ofrece el potencial para...
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  • Sonsoles García

    Coordinadora del Área de planificación ecológica de Ideas en Guerra

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  • Alba Ramos Solano

    Educadora ambiental. Investigadora predoctoral en la Universidad de Málaga. Activista política en Alianza Verde.

    El agua es un recurso indispensable que se ha convertido en el centro de un conflicto cada vez más agudo entre el mundo urbano y el mundo rural. Siendo esencial para todas las formas de vida que habitan nuestro planeta, lo es también, por supuesto, para los seres humanos y nuestras complejas sociedades. Somos absolutamente dependientes del agua. Por eso, no es de extrañar que la escasez, la desigual distribución de los recursos hídricos y las irreconciliables demandas y usos de estos hayan sido, a lo largo de toda nuestra historia, una continua fuente de confrontación y disputa. Hoy en...
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  • Sandro Tumino

    Especialista administrativo. Miembro de Generazione Zero

    Entre las nuevas esperanzas europeas y las características específicas regionales El  Nuevo Pacto Verde Europeo representa uno de los proyectos más ambiciosos de la Unión Europea para hacer frente a la crisis climática y medioambiental. Desde su presentación en 2019, se propone convertir a Europa en el primer continente de impacto climático cero para 2050, implicando a sectores clave como la energía, la industria, la movilidad y, evidentemente, la agricultura. Pero, ¿qué significa todo esto para los agricultores? especialmente en una región como Sicilia, y ¿cómo puede evolucionar el diálogo entre agricultores y ecologistas en un contexto tan particular? En el corazón del...
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  • Jaume Sánchez López

    Trabajador del campo y activista del grupo de Ecolojóvenes en Ecologistas en Acción

    Nuestro sistema alimentario funciona mediante empresas privadas que operan en una economía de mercado. La comida, por lo tanto, es una mercancía como cualquier otra y las personas con mayor poder adquisitivo pueden comprar más alimentos y de mejor calidad que las personas con ingresos más bajos. De hecho, el informe Alimentando un futuro sostenible: estudio sobre la inseguridad alimentaria en hogares españoles antes y durante la COVID-19, publicado por la Universidad de Barcelona el año 2022 en colaboración con la Fundación Daniel y Nina Carasso, muestra que entre julio de 2020 y julio de 2021 alrededor de 6.235.900...
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  • Martina Di Paula

    Activista de Juventud por el Clima - FFF

    Xuan Cadenas

    Activista de Juventud por el Clima - FFF

    Hablar de territorio nunca había sido tan urgente. Luchar por el territorio nunca había sido tan urgente. La degradación cada vez es mayor y no sólo suben las temperaturas, sino también el número de desastres urbanísticos, de parajes naturales desaparecidos y de visitantes bajo un modelo turístico extractivo. La memoria y la identidad están ligadas a la tierra, a su naturaleza. Desde el calor andaluz hasta la lluvia gallega, nuestro paisaje nos moldea como personas y, sin embargo, estos paisajes y su biodiversidad están hoy más en peligro que nunca. El 20 de septiembre la ciudadanía organizada se movilizará por todo el territorio español para reivindicar la importancia de afrontar la crisis climática, que amenaza nuestras vidas y el territorio que habitamos. Este año 2024, las movilizaciones en España por la preservación de un territorio sano y habitable han explotado a lo largo de todo el país. España es el país de la UE con mayor superficie de espacios naturales protegidos y con mayor biodiversidad. Hay 1843 espacios naturales protegidos, áreas fundamentales para los ecosistemas tanto peninsulares como insulares. Sin embargo, la explotación, acabará con ellas. Por una parte, como nos indican los científicos, la crisis climática amenaza con la desertificación de...
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