El Estado capitalista ante la crisis climática: una crítica necesaria

  • Irene Calvé Saborit

    Irene Calvé Saborit

    Ingeniera Industrial y trabajadora en mercados eléctricos

La reciente DANA que azotó el País Valencià nos ha mostrado, con una claridad dolorosa, que el Estado no es ni será la herramienta que pueda protegernos frente a la crisis ecológica. Quienes defienden la capacidad del Estado para garantizar los servicios públicos y organizar una respuesta eficaz, ignoran su naturaleza intrínseca: el Estado capitalista está diseñado para garantizar la reproducción del capital, no para priorizar las necesidades de la mayoría social.

Durante estos días, las imágenes de familias desalojadas de sus viviendas, infraestructuras básicas colapsadas y recursos destinados más a contener la protesta que a paliar los daños, nos revelan una verdad incómoda. La lógica del Estado no se encuentra al servicio de la vida, sino de la rentabilidad. Esto no es un fallo técnico ni una cuestión de mala gestión como se trata de mostrar, sino una expresión directa de su función.

Así pues y a modo de ejemplo gráfico, se ha podido constatar que la respuesta del Estado en las primeras horas tras la DANA fue enviar a la Policía Nacional para cerrar los accesos por el barrio de La Torre, mientras observaba desde la barrera cómo se desarrollaba la catástrofe. En aquellos momentos, a pesar del riesgo de sature de las carreteras, los vehículos eran necesarios para transportar alimentos y materiales a las zonas afectadas ya que no se estaba haciendo desde las administraciones. Ha sido, una vez más, la desobediencia social y la denuncia de la inutilidad del Estado lo que ha obligado a este a reaccionar y a comenzar a trabajar, evidenciando su lentitud y su falta de compromiso.

A ello hay que añadir que, en un momento de auge de la defensa del autoritarismo del Estado, el ejemplo de un Estado inútil y la consigna popular de “solo el pueblo (organizado) salva al pueblo” ha puesto a la defensiva a la totalidad del arco parlamentario y a los think tanks que defienden el orden capitalista entendiendo que la emergencia de esta idea supone una amenaza para el Estado capitalista.

Resulta necesario denunciar la gestión criminal de la catástrofe por parte del gobierno de la generalitat y el desentendimiento por parte del gobierno del estado español pero resulta igual de importante recordar que este patrón no es único ni exclusivo del ámbito de país valenciano o del estado español. Las inundaciones en Tesalónica o el huracán Katrina en Nueva Orleans reflejan un fenómeno común: el Estado interviene selectivamente, asegurando primero los intereses de las grandes empresas y utilizando sus fuerzas represivas para sofocar cualquier respuesta que cuestione el orden establecido. Las trabajadoras, relegadas a ser sujetas pasivas de esta catástrofe, se encuentran además señaladas como responsables por no “prepararse” adecuadamente ante desastres que están fuera de control y que solo van a incrementarse de aquí en adelante.

Perpetuar la defensa de un modelo socialdemócrata que confía en el Estado para liderar las respuestas a las inevitables consecuencias de la crisis ecológica es, en el mejor de los casos, ingenuo. En el peor, una apuesta homicida frente al desafío climático. La lógica capitalista y las instituciones que la sostienen no pueden abordar las raíces de la crisis ecológica porque ellas mismas son responsables de su profundización. Insistir en que un «Estado reforzado» nos salvará solo contribuye a perpetuar un sistema basado en la explotación y el saqueo de los recursos naturales y humanos.

El problema no radica únicamente en las prioridades de los gobiernos, sino en la propia estructura del Estado. Mientras este siga siendo un instrumento del capital, su acción estará orientada a garantizar la acumulación de capital, incluso a costa de las condiciones de vida de las mayorías. Esto implica, inevitablemente, que las respuestas sean insuficientes, parciales o directamente inexistentes.

Como nos enseña la historia, los avances sociales y económicos se han logrado siempre mediante la lucha. Exigir con buenas palabras al Estado que sacrifique rentabilidad de las empresas es un sin sentido, tan absurdo como esperar que un lobo proteja el redil. Si queremos una respuesta inmediata al caos actual, debemos forzar al Estado y a las empresas a que nos la den. Para ello, necesitamos organizar nuestra fuerza, concienciar a todas las personas sobre su poder colectivo y dirigirlo para obligarles a que nos devuelvan nuestras vidas. Lograrlo no supondrá el fin de nuestra explotación, ni siquiera estaremos cerca de ello, pero sin duda marcará el inicio del final.

Si no somos capaces de organizarnos ni siquiera para forzar a que las empresas y su Estado garanticen el transporte hacia los centros de trabajo donde producimos su beneficio ¿cómo esperamos construir un futuro donde otro tipo de estado responda realmente a nuestras necesidades? Es imprescindible avanzar, lucha a lucha, paso a paso, concienciando a nuestras compañeras, organizando la rabia, hasta que podamos plantear una superación real a este sistema de explotación.

Por último, hay que señalar que esta tarea no puede ser realizada de manera aislada ni desorganizada. Requiere de un proyecto político fuerte, estructurado por un Partido Comunista que deje de priorizar el frente institucional y se concentre en organizar a la clase trabajadora. Requiere de coordinación y acuerdos en objetivos comunes entre las organizaciones, sindicatos de clase y colectivos. Requiere el desarrollo de una confianza entre la sociedad civil organizada que no puede surgir de otra parte que no sea el trabajo común del día a día, dirigido hacia el mismo fin. Y requiere por supuesto de la movilización de la clase trabajadora. Es hora de construir herramientas reales de lucha que nos permitan confrontar el poder del capital y sentar las bases de una sociedad en la que la vida, y no la ganancia, sea el centro.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Irene Calvé Saborit

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    Miembro de la ejecutiva de Joves d’Unió de Pagesos

    Esta parecería la historia del perro que se muerde la cola. ¿En el mundo rural cada vez hay menos gente porque hay servicios insuficientes o hay servicios insuficientes porque hay poca gente? Cometeríamos un error si habláramos de la Cataluña vacía en lugar de la Cataluña vaciada, igual que cuando hablamos de España. Lejos de la concepción filosófica de la ruralidad, legalmente acotamos el mundo rural de dos maneras: en municipios de menos de 2000 habitantes, que en Cataluña son el 62%, o con baja densidad de urbanización, que son el 75%. Pero en este territorio tan extenso, hay una...
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  • Luis Esteban Rubio

    Coordinador del área de economía social y solidaria de Ecooo y presidente del Mercado Social de Madrid. Doctor en Derecho por la UC3M

    El capitalismo es la causa principal de la grave crisis ecosocial que enfrentamos en la actualidad. Y, por ello, es urgente pasar a la ofensiva de manera colectiva y canalizar, articular y coordinar las estrategias y fuerzas que permitan construir un mundo post-capitalista que fomente la igualdad social, la igualdad de género, el respeto a los límites del planeta y el impulso de la democracia política. Sin embargo, y como señala Byung-Chul Han en su último libro, El espíritu de la esperanza (Herder, 2024), “miramos angustiados a un futuro tétrico”, “hemos perdido la esperanza”, “pasamos de una crisis a la...
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  • Luna Lagos

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    https://www.tiktok.com/@fund.espacio.publico/video/7442652209243753760?refer=embed Llamamos dumping ecológico y social al traslado de prácticas económicas e industriales generalmente prohibidas en el estado sede de la corporación, por sus impactos ambientales (dumping ecológico) o en poblaciones humanas (dumping social), hacia territorios con regulaciones más laxas. Esta estrategia permite a multinacionales y estados enriquecidos mantener su producción sin enfrentar las consecuencias directas, a costa de la explotación de regiones empobrecidas o “zonas de sacrificio”. Esta práctica perpetúa sistemas de opresión basados en la dominación mientras expone las limitaciones en la aplicación de una legislación insuficiente.  El dumping ecológico tiene profundas raíces en la lógica colonialista y racista...
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  • Jorge Moral

    Coordinador del Área de planificación ecológica de Ideas en Guerra

    https://www.tiktok.com/@fund.espacio.publico/video/7438916044263050528?refer=embed La conversación pública en torno a los procesos de turistificación nos remite implícitamente a espacios urbanos. Cuando pensamos en cómo la masificación nos afecta, visualizamos calles abarrotadas por personas que, con suerte, saben decir hola y adiós en nuestros idiomas. Son viajeros perpetuamente de paso por grandes avenidas; Airbnb’s en bloques de muchísimas plantas sin espacio para, en definitiva, quien conoce el nombre de sus vecinos y vecinas. Empujados a estudiar y trabajar lejos de sus precarias viviendas en alquiler, cientos de miles de personas se ven obligadas a desplazarse a la fuerza para acomodar el consumo de quien...
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  • Vincenzo Criscione

    Estudiante y miembro de Generazione Zero

    Entrar en un supermercado, darse la vuelta apresuradamente, echar en el carrito primero un producto, luego otro, y dirigirse a las cajas; pagar, volver a casa, guardar las compras. Esta es, a grandes rasgos, la liturgia que cada uno de nosotros observa cuando va de compras. Una tarea, realizada mecánicamente, no diferente de todas las demás tareas que tenemos que hacer a diario. Sin embargo, esta tarea cotidiana tiene considerables implicaciones económicas y medioambientales. Por decirlo de la manera más ingenua y simplista, ir de compras es el momento en que el consumidor somete a los productos y a...
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  • Adrián García Abenza

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    En el actual contexto de colapso ecológico y emergencia climática, la reconceptualización de la ruralidad se perfila como una pieza fundamental en el conjunto de transformaciones que nuestras sociedades deben abordar. Históricamente, el mundo rural ha sido percibido como un espacio de producción agrícola, desconectado de la modernidad y relegado a un papel subsidiario frente a la urbanización desenfrenada. Sin embargo, este enfoque simplista ignora que las zonas rurales no son meros proveedores de recursos, sino que resultan esenciales para garantizar la sustentabilidad y resiliencia de nuestras sociedades. El mundo rural atesora una enorme biodiversidad y ofrece el potencial para...
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  • Luna Lagos

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    https://www.tiktok.com/@fund.espacio.publico/video/7426293380394667297?_t=8qaVI8rwAAD&_r=1 La gentrificación, intensificada en las últimas décadas, es el resultado directo de la lógica neoliberal del capitalismo. Históricamente, las comunidades marginadas por cuestión de clase o raza han sido segregadas en los centros históricos de las ciudades, donde el acceso a servicios e infraestructura básica ha sido limitado. Hoy, la gentrificación transforma estos barrios populares en zonas de lujo, inaccesibles para quienes han vivido en ellos durante generaciones, que son expulsadas a medida que el capital inmobiliario los revaloriza y rentistas ocupan sus viviendas. Más allá de imponer un reemplazo de la clase social, transforma el tejido comunitario y la...
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  • Sonsoles García

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  • Alba Ramos Solano

    Educadora ambiental. Investigadora predoctoral en la Universidad de Málaga. Activista política en Alianza Verde.

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  • Sandro Tumino

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  • Jaume Sánchez López

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  • Martina Di Paula

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    Xuan Cadenas

    Activista de Juventud por el Clima - FFF

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