“Cuando escapar de la ciudad es imposible: turistificación y masificación rural”

  • Jorge Moral

    Jorge Moral

    Coordinador del Área de planificación ecológica de Ideas en Guerra

La conversación pública en torno a los procesos de turistificación nos remite implícitamente a espacios urbanos. Cuando pensamos en cómo la masificación nos afecta, visualizamos calles abarrotadas por personas que, con suerte, saben decir hola y adiós en nuestros idiomas. Son viajeros perpetuamente de paso por grandes avenidas; Airbnb’s en bloques de muchísimas plantas sin espacio para, en definitiva, quien conoce el nombre de sus vecinos y vecinas. Empujados a estudiar y trabajar lejos de sus precarias viviendas en alquiler, cientos de miles de personas se ven obligadas a desplazarse a la fuerza para acomodar el consumo de quien solo viene de visita. Como resultado indirecto de estos procesos de desplazamiento, los espacios rurales sufren el igualmente de esta gentrificación, pese a no contar en muchas ocasiones con el altavoz ni el poder humano para poder organizar su resistencia.

A sólo cincuenta minutos en coche de Madrid

Es comprensible que una de las respuestas sea buscar la calma, lejos del ruido y los ritmos insoportables de las ciudades. Así, siguiendo estas lógicas urbanas, muchos espacios rurales se están convirtiendo sin mucho revuelo en lugares-dormitorio, siendo su principal reclamo no sólo su escaso precio, sino su ubicación relativa con respecto a una gran urbe que, casi siempre, merma sus servicios y hace imposible una vida sostenible tanto en el plano ecológico como en el social y humano.

Con todo, mientras a simple vista sería positivo que estos espacios contasen con más población -no en vano, Bruselas recalca que el 90% de la población reside en el 30% del territorio– realmente conviene reflexionar sobre en qué beneficia a las poblaciones rurales que sus aldeas, villas y pueblos reciban nuevos pobladores si estos solo vienen a trabajar desde casa, pasar fines de semana y vacaciones o vivir de espaldas a las comunidades donde viven. Más allá de aumentar el número del padrón municipal, ¿se abrirán más escuelas? ¿Habrá más servicios y más cerca? ¿Serán parte del tejido local y participarán de sus decisiones y problemas del día a día?

La pesadilla de un chivatazo por Tiktok

Cuando en 1963 la socióloga británica Ruth Glass acuñó el término “gentrificación” lo hizo pensando en las calles de Londres, y cómo en sus distritos centrales la población local fue paulatinamente sustituida por población de clase media. Los recién llegados contaban no solo con niveles económicos diferentes, sino con trasfondos socioculturales radicalmente diferentes a los de las personas que hasta entonces allí vivían. Se trata de procesos largos que inicialmente concebían cambios de vivienda permanente, aunque en nuestros días esta problemática va mucho más allá, acelerándose exponencialmente.

Hoy en día basta con un vídeo de unos pocos segundos en una red social como Tiktok alertando de un “paraíso escondido” para que espacios naturales hasta el momento “desconocidos” pasen a recibir miles de visitantes al mes. Por el camino, el impacto ecológico del paso de estos “planes de tarde” o “experiencias de fin de semana” es soportado por esos mismos ecosistemas naturales cuyo mantenimiento -lejos de caer en instituciones públicas que les provean con planes de dinamización, cuidado y conservación- recae en los habitantes del territorio, cuando no queda directamente olvidado.

Airbnb, ahora también en tu aldea más cercana

Allá donde hay más infraestructura -y quizá, el capital necesario para poder invertir en el aprovechamiento turístico de las casas en las que hay quien dice que nadie quiere vivir- aflora una oferta habitacional que promete descanso y silencio por una fracción de lo que cuesta ir a un hotel. Reconectar, aire puro, tranquilidad; son solo algunos de los términos con los que se promocionan apartamentos turísticos en zonas rurales.

Se trata de un tema no exento de polémica, pues al tiempo que supone una forma de revitalizar económicamente estos espacios rurales, su impacto es mucho inferior al de otras actividades que, en el fondo, generan un verdadero valor en estas comunidades al tiempo que demuestran que es posible trazar modos de vida sostenibles en la España vaciada. ¿Qué es más deseable, un alojamiento de temporada en frente de tu casa, o nuevos comercios de proximidad? ¿Qué animará a más gente a vivir cerca, un hotel-paraíso-rural o un nuevo proyecto de emprendimiento social?

Todo para lo rural, pero sin lo rural

Podría parecer contradictorio alertar de una supuesta “masificación” de los espacios rurales cuando estos vienen enfrentando procesos de despoblación. Con todo, más allá de desear contar con más chimeneas encendidas cada invierno, los espacios rurales requieren de proyectos de vida compatibles con los territorios que pretenden habitar. No se trata de una cuestión meramente cuantitativa, sino de incorporar de forma sostenible -sin replicar lógicas urbanas- a quien ha decidido no vivir en las ciudades. Esto pasa, a su vez, por acercarse a las comunidades rurales, a compartir sus realidades y luchas, y a replantearse cómo nos relacionamos con el entorno social en el que vivimos.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
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  • Vincenzo Criscione

    Estudiante y miembro de Generazione Zero

    Entrar en un supermercado, darse la vuelta apresuradamente, echar en el carrito primero un producto, luego otro, y dirigirse a las cajas; pagar, volver a casa, guardar las compras. Esta es, a grandes rasgos, la liturgia que cada uno de nosotros observa cuando va de compras. Una tarea, realizada mecánicamente, no diferente de todas las demás tareas que tenemos que hacer a diario. Sin embargo, esta tarea cotidiana tiene considerables implicaciones económicas y medioambientales. Por decirlo de la manera más ingenua y simplista, ir de compras es el momento en que el consumidor somete a los productos y a...
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  • Adrián García Abenza

    Meteorólogo de la AEMET y miembro de Alianza Verde

    En el actual contexto de colapso ecológico y emergencia climática, la reconceptualización de la ruralidad se perfila como una pieza fundamental en el conjunto de transformaciones que nuestras sociedades deben abordar. Históricamente, el mundo rural ha sido percibido como un espacio de producción agrícola, desconectado de la modernidad y relegado a un papel subsidiario frente a la urbanización desenfrenada. Sin embargo, este enfoque simplista ignora que las zonas rurales no son meros proveedores de recursos, sino que resultan esenciales para garantizar la sustentabilidad y resiliencia de nuestras sociedades. El mundo rural atesora una enorme biodiversidad y ofrece el potencial para...
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  • Luna Lagos

    Temporera agrícola. Militante de Futuro Vegetal

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  • Sonsoles García

    Coordinadora del Área de planificación ecológica de Ideas en Guerra

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  • Alba Ramos Solano

    Educadora ambiental. Investigadora predoctoral en la Universidad de Málaga. Activista política en Alianza Verde.

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  • Sandro Tumino

    Especialista administrativo. Miembro de Generazione Zero

    Entre las nuevas esperanzas europeas y las características específicas regionales El  Nuevo Pacto Verde Europeo representa uno de los proyectos más ambiciosos de la Unión Europea para hacer frente a la crisis climática y medioambiental. Desde su presentación en 2019, se propone convertir a Europa en el primer continente de impacto climático cero para 2050, implicando a sectores clave como la energía, la industria, la movilidad y, evidentemente, la agricultura. Pero, ¿qué significa todo esto para los agricultores? especialmente en una región como Sicilia, y ¿cómo puede evolucionar el diálogo entre agricultores y ecologistas en un contexto tan particular? En el corazón del...
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  • Jaume Sánchez López

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    Activista de Juventud por el Clima - FFF

    Xuan Cadenas

    Activista de Juventud por el Clima - FFF

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