Lecciones de octubre rojo: comunismo es democracia

  • Javier Segura

    Javier Segura

    Profesor de Historia

27.07.2017

Debate principal: Debate sobre la Revolución de 1917

Cuando a mediados del siglo XIX los jóvenes revolucionarios Karl Marx y Friedrich Engels iniciaron su obra, orientaron su trabajo hacia la resolución de un “enigma histórico”, el planteado por la continuidad en el tiempo de las desigualdades entre minorías acaudaladas y mayorías empobrecidas, al tiempo que la creciente productividad del trabajo humano permite erradicarlas. Para ello, partieron de una cuestión clave: ¿De qué manera debería reorganizarse el mundo para construir un nuevo orden basado en la justicia? ¿Quién debería ser el agente impulsor de esta transformación?

La respuesta estableció los fundamentos del marxismo: que sintetizo a continuación: 1) Todo sistema social se define por la manera en que establece la distribución de la riqueza y el poder. 2) El antagonismo y la competencia entre fuerzas sociales actúan como el motor que propicia la evolución histórica. 3) La injusticia social es inherente al capitalismo ya que deriva de la propiedad burguesa de los medios de producción y de la explotación de la fuerza laboral, sometida a la lógica de la acumulación de capital. 4) Por tanto, el reparto equitativo del poder y la riqueza requiere la conversión de la propiedad burguesa en propiedad social mediante la acción revolucionaria de las clases trabajadoras, en particular, del proletariado, única clase social que, por su situación en la división del trabajo, puede disponer del control colectivo de la economía. 5) La revolución proletaria deberá ser internacional, apoyada en la unidad de los pueblos del mundo, para así enfrentar con éxito el expansionismo capitalista. Es el sentido del llamamiento: “Proletarios de todos los países, uníos”. 6) El trabajo teórico, en medio de la lucha de clases, consiste en entender esta realidad de modo que la intervención humana pueda ser eficaz en la práctica. 7) La instauración del socialismo debe conducir a la sociedad comunista, basada en el reparto igualitario del poder y los recursos y la consiguiente extinción del aparato dominador del Estado.

Lenin tomó las ideas de Marx y Engels y las desarrolló a partir de la realidad concreta de Rusia: un país gobernado por un estado autocrático y militarizado, con 100 millones de campesinos sometidos a 100 mil terratenientes, un modelo de industrialización impulsado por el Estado y financiado con fuertes inversiones extranjeras, generadoras de de una deuda pública astronómica, y una posición en la geopolítica mundial que explica su participación en la Gran Guerra de 1914-1918.

En el contexto de matanzas masivas y privaciones generalizadas de la Gran Guerra, en la que ésta se manifestó en toda su crudeza como una guerra entre potencias imperialistas en la que el pueblo sólo contaba como carne de cañón, se gestó la Revolución Rusa, dando lugar a la mayor oleada revolucionaria de la historia protagonizada por la clase obrera, entre 1917 y 1923, .

Cuando el corresponsal estado-unidense Jhon Reed llegó a Rusia y vivió la efervescencia de las jornadas revolucionarias de Octubre y Noviembre de 1917, magistralmente plasmadas en su obra “Diez días que estremecieron el mundo”, se dio cuenta de que estaba siendo testigo y partícipe del acontecimiento político mundial más importante del siglo XX. No le faltaba razón. Estaba asistiendo al primer gran desafío histórico que supuso para la propiedad burguesa, sacrosanto pilar del orden capitalista, la constitución del primer Estado obrero de la historia.

Es, precisamente, la conflictividad derivada de este desafío y de las resistencias al mismo, el núcleo que, a partir de la Revolución Rusa, explica la historia contemporánea. Y es, precisamente, el interés “burgués” en camuflar este aspecto el que sustenta falacias interpretativas, como la que convierte la Revolución de Octubre en un golpe de estado leninista para imponer una dictadura, la que hace del stalinismo la consecuencia inevitable del Estado proletario de 1917 o la que alimentó durante décadas la imagen de la URSS como una amenaza para el “mundo libre”. De ahí, la necesidad de situarse en la historia real de la revolución y de la idea de comunismo como un ejercicio de memoria histórica, en beneficio de la ciudadanía.

En esta línea, se inscriben las siguientes consideraciones:

1) La Revolución Rusa fue un movimiento de masas, del que los soviets de obreros, soldados y campesinos, formados por delegados elegidos en las fábricas, los cuarteles, o las aldeas campesinas, fueron los órganos de representación popular y constituyeron, en toda Rusia, el núcleo del poder popular.

2) Para Lenin y, en general, para los bolcheviques, la democracia era el requisito necesario para que el socialismo establecido tras el triunfo revolucionario conservase su victoria y condujera a la extinción del Estado como instrumento de dominación. Lenin representó el espíritu de los activistas bolcheviques y éstos, a su vez, el de las masas organizadas en soviets. De ahí, el llamamiento expresado en las famosas “Tesis de Abril”: “Todo el poder a los soviets”.

3) La Revolución Rusa fue pacífica. La toma del Palacio de Invierno fue la culminación de un proceso social en el que el Gobierno Provisional había perdido toda capacidad de acción. La visión cinematográfica del acontecimiento, inmortalizada por Eisenstein, como una gesta heroica del pueblo en armas nada tiene que ver con la realidad. En toda Rusia el poder fue pasando de las manos de una clase a las de otra a medida que los poderes locales delegaban en los soviets el control de la situación. En este contexto, la disolución de la Asamblea Constituyente por el Partido Bolchevique en 1918, algo que ha hecho correr ríos de tinta liberal-anticomunista, no obedeció al deseo malévolo de imponer dictadura alguna (la democracia real estaba en los soviets), sino a la situación de emergencia que vivía el país.

4) La legislación adoptada por el Consejo de Comisarios del Pueblo en Octubre de 1917 (retirada de la guerra, expropiación de las grandes haciendas para distribuirlas en parcelas campesinas, nacionalización de la banca, establecimiento del control obrero en las fábricas, reconocimiento de los derechos universales a la salud, la educación y a la igualdad entre hombres y mujeres…) supuso la abolición del feudalismo agrario y del capitalismo industrial y financiero, dependiente de la inversión extranjera, y prefiguró la sociedad socialista en su intrínseca relación con la democracia y los derechos humanos. Que el nuevo régimen pudiera mantenerse en un contexto de escasez generalizada dependía en gran parte de la solidaridad internacional, es decir, de la revolución mundial. Éste fue el punto de partida de la fundación en 1919 de la III Internacional. Sin embargo, la derrota de la oleada revolucionaria en Europa, que había forzado el fin de la Gran Guerra, frustró toda posibilidad de romper el aislamiento del régimen. La aceptación de la paz Brest Litovsk impuesta por Alemania en 1918, que significó paz a cambio de territorio y recursos, es decir, de ruina, se debió a la malograda esperanza bolchevique en la revolución alemana.

5) La violencia y el terror no fueron desatados por la revolución sino por la contrarrevolución armada encarnada en el Movimiento Blanco y la vergonzosa intervención de las potencias aliadas, tan olvidada en la historiografía occidental como recordada en Rusia, donde costó la vida a millones de personas y provocó el derrumbe económico, la desintegración de la clase obrera y el despoblamiento de las ciudades por la huida al campo de la población urbana.

6) Tras la guerra de 1918-1921, la capacidad de los trabajadores rusos para actuar colectivamente como clase había quedado aplastada. Venció el Ejército Rojo, pero la revolución quedó derrotada. De ahí que, tras la debacle, la única fuerza social organizada para operar en el plano nacional fuera la de los nuevos aparatos del partido y el Estado, nutridos por militares y burócratas que no habían participado en la revolución.

7) Joseph Stalin, que había venido acumulando poder durante años, se convirtió en el delegado natural de la nueva burocracia dominante: la nomenklatura. La teoría del socialismo en un sólo país, elaborada en 1925, legitimó al nuevo poder. El fortalecimiento y consolidación en el poder de la nomenklatura se cimentó en el crimen político, perpetrado contra los veteranos de la insurreción de Octubre, y en el sacrifico social derivado de la implantación forzosa de un modelo de economía centralizada, cuyo objetivo era la equiparación militar con Occidente. Este modelo se basó en la uso de los excedentes procedentes del campesinado, sometido al proceso criminal de la colectivización forzosa, para financiar un ritmo vertiginoso de industrialización en bienes de equipo, infraestructuras y armamento, a expensas de los bienes de consumo. En realidad, un modelo asimilable a la acumulación primitiva de capital, denunciado por el propio Marx en su análisis del capitalismo, pero implantado por una burocracia estatal. ¿Socialismo o capitalismo de Estado?

8) El poder de esta “burguesía de Estado” explica su supervivencia como oligarquía dirigente, directamente beneficiada por el salvaje proceso de privatizaciones que conllevó la restauración del capitalismo neoliberal tras la conmoción política provocada por la caída de la URSS.

9) Por tanto, el stalinismo supuso la abolición de los principios que inspiraron la Revolución Rusa. El mecanismo ideológico para proclamarse, paradójicamente, heredero de los mismos fue la reorientación de las fórmulas verbales del marxismo con el fin de justificar las políticas públicas de la nomenklatura, la clase dominante durante toda la historia de la URSS.

10) Es indudable el impacto mundial de la Revolución rusa y la URSS, convertida en superpotencia político-militar, con un papel decisivo en la derrota del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial y un poder de fascinación suficiente para conservar su aureola como testimonio revolucionario. La idea de comunismo se expandió por medio mundo como una llamada a la emancipación popular por la que valía la pena luchar y hasta dar la vida y tuvo su propio eco en el mundo occidental en la forma de lo que Joseph Fontana llama el “reformismo del miedo”, es decir, el reformismo social que dio lugar al Estado del Bienestar entendido como pantalla para neutralizar la influencia del “comunismo” en las clases populares. En esta linea, conviene también recordar que los partidos comunistas que dominaron la resistencia contra el nazismo en países como Francia, Italia, Yugoslavia y Grecia, cuyo potencial revolucionario fue aplastado tanto por Londres y Washington como por Moscú, también contribuyeron al nacimiento del Estado del Bienestar, que los partidos comunistas occidentales continuaron su lucha en espacios como el sindicalismo, la gestión municipal o las asociaciones de base, que, en el caso de España, Grecia y Portugal, lideraron la lucha contra la dictadura y por la democracia y que, en lo que respecta a la Europa Oriental, fueron en gran parte comunistas quienes se levantaron contra el modelo dictatorial soviético en nombre del “socialismo de rostro humano”.

11) La intolerancia occidental a la existencia de la URRS, que dio origen a la Guerra fría, no fue por el carácter dictatorial del Estado soviético, sino por ser una construcción política desconectada del yugo imperialista occidental. La teoría de la amenaza soviética fue la manipulación criminal que sirvió para justificar la carrera armamentística. La URSS era una dictadura, sí, pero no la que pinta la propaganda occidental. El poder soviético nunca pretendió exportar la revolución y su apuesta geopolítica fue siempre la coexistencia pacífica. El objetivo real de la URSS en el diseño de la postguerra tras la Segunda Guerra Mundial no era la expansión territorial sino el establecimiento de garantías mínimas para su supervivencia como Estado.

¿Qué podemos recuperar hoy en día de todo lo dicho?

La caída de la URSS y de los regímenes de Europa Oriental sirvió a la ideología anticomunista para proclamar el triunfo definitivo de la “pax americana”, el mercado libre universal y la democracia liberal, “lo natural”, frente a los monstruos de la escasez y la tiranía generados por la utopía revolucionaria, “lo ideológico”. Sin embargo, la crisis actual del capitalismo ha puesto en evidencia a todos los que habían criminalizado las predicciones marxistas del aumento exponencial de las desigualdades por la concentración progresiva de la propiedad capitalista en pocas manos.

Hoy, las realidades en las que se gestó el marxismo y la revolución están a flor de piel. Los anhelos emancipatorios se han reactivado y se han proyectado en un sinfín de movimientos sociales y organizaciones políticas que siguen apuntando a la acumulación de capital y al secuestro de la democracia por los patronos, gestores y gendarmes del gran capital como la piedra angular que explica la explotación de la fuerza laboral, el saqueo de los recursos del planeta y la represión política. De ahí que las viejas fobias destructivas del anticomunismo continúen en su pretensión de usurpar a la ciudadanía el lenguaje propicio para interpretar el mundo, interpretarse en él y participar en la construcción de alternativas basadas en la democracia, la igualdad y la cooperación.

Desde esta perspectiva, hay que tener en cuenta la lección básica de la Revolución Rusa: la abolición directa de la propiedad privada y del intercambio regulado por el mercado, en ausencia de formas concretas de participación popular, resucita las relaciones de servidumbre y dominación. Sin embargo, ¿quién puede decir que esta constatación conlleve la condena en bloque de las aportaciones humanitarias del marxismo y el comunismo?

La idea de comunismo no entraña el sacrificio de la individualidad a la colectividad anónima, como pretenden hacer creer sus enemigos, sino la plena realización humana en su inmersión en la solidaridad social. Exactamente, la antítesis del capitalismo liberal y del capitalismo de Estado. Lo dijo Marx: “El libre desarrollo de cada uno es condición para el libre desarrollo de todos”. En otras palabras, comunismo es bien común, en la teoría y la práctica.

Otras intervenciones en el debate

Intervenciones
  • Manuel Garí

    Economista ecosocialista

    Pocas veces un triunfo político tan deslumbrante y esperanzador como la toma del poder por los soviets en la Rusia zarista tuvo un desenlace tan dramático y devastador para la conciencia del movimiento popular en todo el mundo. Este es el meollo de la cuestión que intentan explicar buena parte de los artículos de Espacio Público del debate titulado “Hablemos de la Revolución de Octubre”. Pero es pertinente hacerse algunas preguntas. ¿Tiene algún interés reflexionar sobre acontecimientos ocurridos en Rusia hace un siglo? ¿Por qué se han publicado más de 11.000 artículos en el mundo durante los meses de...
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  • Pelai Pagès i Blanch

    Historiador

    Cuando a principios de noviembre de 1917 llegaron a España las primeras noticias sobre la revolución bolchevique en Rusia, el movimiento obrero español se encontraba en la fase de reflexión colectiva que caracteriza el período posterior a un movimiento revolucionario fracasado, como fue la huelga general revolucionaria que había tenido lugar en el mes de agosto. Y se encontraba también en un momento de reestructuración y reorganización ante los futuros combates que se preparaban. 1918 es un año de Congresos para la Unión General de Trabajadores, para el Partido Socialista Obrero Español y para la Confederación Nacional del Trabajo. Pero...
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  • Pedro Chaves

    Politólogo, investigador especializado en la UE

    En el segundo centenario de la Revolución Francesa, Den Xiao-Ping, veterano dirigente de la República Popular China hasta 1997, comentó que no había transcurrido tiempo suficiente para tener una verdadera perspectiva histórica sobre el impacto de tan magno acontecimiento. La Revolución Rusa de 1917 forma parte de esos magnos acontecimientos que igualan en trascendencia y significación a la Revolución Francesa de 1789. Subvirtió la realidad existente y creó una nueva dimensión histórica en nuestra sociedad. Desde noviembre de 1917, la victoria de los bolcheviques formó parte de lo cotidiano de nuestra existencia y el Siglo XX no puede...
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  • Javier Pastor Verdú

    Editor de 'Viento Sur' y profesor en el Departamento de Ciencias Políticas en la UNED

    * Prólogo de 'Historia de la Revolución rusa' de León Trotsky Al igual que Tucídides, Dante, Maquiavelo, Heine, Marx, Herzen y otros pensadores y poetas, Trotsky alcanzó su plena eminencia como escritor en el exilio durante los pocos años de Prinkipo. La posteridad lo recordará como el historiador, así como el dirigente, de la Revolución de Octubre (Isaac Deutscher, 1969:206). Así pues, sea cual sea el desfase que se observa entre las realidades que genera la Revolución de Octubre, por un lado, y, por el otro, el ideal del proyecto socialista tal como lo imaginaban los bolcheviques, la obra de Trotsky...
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  • Kronstadt

    28/11/2017

    Rolando Astarita

    Profesor en la Universidad de Quilmes y de Buenos Aires. Fue militante del PST y la LCR.

    1. El programa de Kronstadt En los estudios y debates acerca de las causas que llevaron a la burocratización de la Revolución de Octubre, la cuestión de Kronstadt ocupa un rol prominente. Recordemos que en marzo de 1921 los marineros de la fortaleza naval del golfo de Finlandia se levantaron contra el gobierno bolchevique, y establecieron una comuna revolucionaria durante 16 días. El levantamiento fue aplastado, y los sublevados fueron duramente castigados. Tradicionalmente, tanto los stalinistas como los trotskistas defendieron esa represión de Kronstadt afirmando que se trató de un movimiento contrarrevolucionario. Y el argumento central para demostrar ese supuesto carácter...
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  • Marga Ferré

    Presidenta de la FEC (Fundación Europa de los Ciudadanos) y miembro de la red europea de pensamiento crítico Transform!

    Lecciones para el presente de la revolución de octubre: Informe Semanal tuvo a bien dedicar un reportaje a la Revolución de Octubre en su centenario y de los 10 minutos que duró, 6 los dedicaron a describir la muerte de los Romanov y 4 a asentar la teoría del golpe de Estado dictatorial, diseñado desde el primer momento por la pérfida cabeza de Lenin. Por muy burda que sea esta representación histórica de los hechos del 17, cumple su función al reproducir la ortodoxia neoliberal sobre el siglo XX, tan reiterada y profusamente repetida por los medios y por...
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  • Jordi Borja

    Geógrafo urbanista, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya

    Los partidos comunistas nacieron con la revolución rusa de 1917. Casi siempre los fundadores fueron colectivos socialistas y sindicalistas radicalizados por la guerra y por las condiciones de vida de los trabajadores. Nacieron como una esperanza, un mito movilizador, una doctrina salvadora, un afán apostólico, una vocación militante vanguardista. Con una madre protectora, la URSS. Como constaba en los principios de la Internacional comunista proclamaban: los proletarios de todo el mundo tienen dos patrias, la propia y la URSS. Los PP.CC. nacieron con el alma marxista-leninista, con el modelo de la revolución del 17 y el librito...
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  • Montserrat Galcerán

    Catedrática de Filosofía y concejala de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de Madrid

    Han pasado cien años de la revolución rusa de 1917, ¡cuánto tiempo y cuán poco! A los cien años de la revolución francesa, en 1889, los socialistas marxistas conmemoraban un acontecimiento fundamental de la historia que había abierto el camino a la Comuna de París de 1871 y a la revolución socialista que se avecinaba. Lo que vino fue una revolución socialista sui generis cuyo eco se prolongó durante el siglo XX, pero cuyo impulso ya desde el 68 parece agotado. La desaparición del bloque socialista no abrió nuevas esperanzas, a pesar de que el capitalismo se haya convertido...
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  • Francisco Louça

    Político y economista

    En sus Notas de Prisión, Rosa Luxemburgo, que acompañaba en la distancia, pero con fervor, la revolución en Petrogrado y Moscú, consciente de los riesgos y de los peligros – tal vez con más clarividencia que cualquier dirigente revolucionario de esa segunda generación del marxismo-, apeló a la solidaridad sin abdicar de su espíritu crítico. Escribió que “Concretamente, lo que nos puede traer luz a los tesoros de la experiencia y las enseñanzas no es una apología ciega, sino una crítica penetrante y reflexiva. Porque una revolución proletaria modelo en un país aislado, agotado por la guerra mundial, estrangulado...
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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    El contexto en el que triunfa la Revolución de Octubre es el de la crisis de la primera globalización de finales del siglo XIX. Dicha crisis es sancionada con el nacimiento de los imperialismos que se dirimen en la primera guerra mundial. El coste para el capitalismo de este periodo es la Revolución socialista en Rusia y el Crack económico del 29, crisis que da lugar a la aparición del fascismo y la posterior segunda guerra mundial. Para los bolcheviques, la reconstrucción de un proyecto socialista en aquel contexto requería de formas y sujetos nuevos, situando esa nueva referencia...
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  • Walter Baier

    Coordinador político de la red europea de pensamiento crítico Transform!

    Creo que estoy libre de la sospecha de ser un defensor del comunismo. Sin embargo, no puedo dejar de ver algo supersticioso e infantil en el horror que siente el mundo burgués ante el comunismo, este horror del que ha vivido tanto tiempo el fascismo, es decir, la idiotez fundamental de nuestra época. Thomas Mann, 1946 La importancia de la revolución bolchevique en octubre de 1917 puede medirse por el esfuerzo que todavía se hace hoy, 100 años después, en depreciar este suceso en su magnitud. ¿Se puede decir entonces que es imposible realizar una valoración equilibrada, debido a...
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  • Catherine Samary

    Economista especializada en los Balcanes, profesora de la Universidad Paris Dauphine, pertenece al consejo científico de ATTAC Francia y miembro de la IV Internacional. http://csamary.free.fr

    Todos los pasados no tienen idéntico porvenir, podemos afirmar con Daniel Bensaïd. Octubre 1917 no se dejará enterrar fácilmente. Su inmenso legado, que se debe actualizar, es haberse atrevido a poner en la agenda el cuestionamiento del orden existente –sin recetas y no sin trágicos errores-, enfrentándose a las guerras y violencias sociales de los poderosos, a escala nacional e internacional. Sin embargo, cien años más tarde, a pesar de que la "hipótesis comunista" parece descartada, muchos puntos comunes nos acercan a los desafíos de Octubre. La hipótesis menchevique, según la cual había que esperar de un desarrollo capitalista los...
    - Seguir leyendo
  • Juan Manuel Vera

    Economista, Consejo editorial de Trasversales

    La conmemoración del centenario de la revolución rusa plantea algunas interesantes cuestiones sobre la identidad de lo que se ha llamado izquierda a lo largo del siglo veinte. También podría servir para comprender las razones por las que la herencia del octubre soviético no forma parte del arsenal de instrumentos para desarrollar las nuevas prácticas sociales de lucha contra el capitalismo neoliberal sino, más bien, una pesada losa histórica que dificulta la construcción de una alternativa al imaginario capitalista. Por supuesto, el punto de partida deberían ser los hechos históricos con su singularidad. Sin embargo, no es posible hablar...
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  • José Luis Mateos

    Sociólogo, sindicalista, miembro de la Fundación Andreu Nin

    Nadie consideraría razonable condenar la Revolución francesa por la evolución de la sociedad capitalista. En cambio, sí es habitual desacreditar la Revolución rusa desde los escombros dejados por el socialismo real, esa construcción política recreada por el estalinismo. Se trata de la Revolución rusa y no solo de Octubre, de un complejo e inaudito proceso revolucionario del que Octubre fue su culminación. Una culminación que conviene recordar se podría llenar de matices, pues ese mismo proceso supera y se proyecta por encima del mítico mes. Respetando el calendario gregoriano, nos encontramos con profundas convulsiones sociales y políticas: Revolución de Febrero,...
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  • Fabrizio Burattini

    Sindicalista, exdirigente de la CGIL de la enseñanza y de la USB, y miembro de Sinistra Anticapitalista

    El año 1917 supuso una verdadera línea divisoria en la historia del movimiento socialista. Desde luego el factor determinante fue la Revolución Rusa, pero, igualmente decisivos fueron los acontecimientos, las elaboraciones y las elecciones que diversos actores colectivos e individuales protagonizaron en ese periodo en otros muchos países. Toda Europa fue golpeada por fuertes contradicciones entre, por una parte, un desarrollo económico impetuoso y, por otro, unas deprimidas y bloqueadas condiciones de vida de las masas populares. Una contradicción evidente para todos trabajadores y ciudadanos que veían las riquezas nacionales crecer muy deprisa y las condiciones de vidas de sus...
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  • François Sabado

    Ex dirigente de la Liga Comunista Revolucionaria de Francia y de la IV Internacional

    El punto de vista que defiendo es que la Revolución rusa fue gran acontecimiento en la historia de la emancipación de los pueblos. Un momento extraordinario en el cual las clases dominantes pierden el dominio que les parecía asegurado por los siglos de los siglos. Y en el cual las masas populares desbaratan todo para tomar el destino en sus manos. Ante la pregunta histórica y teórica decisiva: ¿Había que tomar el poder en las condiciones precisas de Octubre de 1917?, seguimos convencidos de que la respuesta es positiva. El ímpetu de esta movilización antes, durante y después de Octubre...
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  • Fernando López Agudín

    Periodista

    Extraño aniversario el centenario de la revolución bolchevique. Envuelto en un escenario capitalista, que es justamente el que buscaban superar los compañeros de Lenin, aparece protagonizado tanto por sus más encarnizados enemigos, en un ajuste de cuentas histórico, como por sus más implacables críticos, en un intento de extraer lecciones de la implosión del estado obrero que nació de la insurrección de 1917. De esa experiencia, más de setenta años de existencia de la Unión Soviética, unos y otros, eso sí con fines opuestos, coinciden en no pocos de los análisis. Desde la ausencia de democracia, como si...
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  • Constantino Bértolo

    crítico cultural

    La celebración del primer centenario de la revolución soviética sin duda debería y podría ser la ocasión propicia para deconstruir al menos algunas secuencias , interpretaciones y lugares comunes que recaen sobre aquel acontecimiento y sus protagonistas. Ni la revolución es la toma del Palacio de Invierno ni el partido bolchevique es una secta uniforme y dogmática en donde Lenin recibe obediencia y ejerce su autoridad sin discusión alguna. Todo lo contrario. La revolución es la culminación de un largo y complejo proceso, el partido bolchevique es una inteligencia crítica, autocrítica y activa y Lenin es un revolucionario que...
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  • Elena Cabezalí García

    Historiadora

    La importancia de la Revolución de Octubre de 1917 cuyo centenario conmemoramos, puede medirse por la magnitud del bombardeo ideológico desencadenado contra ella, que dura también cien años. Un siglo de ataques desde la derecha y la izquierda, para presentar la primera revolución obrera triunfante como un gran error, que trajo al pueblo muchas calamidades y lo entregó a las garras de despiadados dictadores. El discurso contrarrevolucionario se construyó para justificar la intervención de las potencias desde el año 1918, se amplió al calor de la represión estalinista y se fortaleció durante la Guerra Fría, mientras...
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  • Josefina Luzuriaga Martínez

    Historiadora

    El 8 de marzo de 1917, en el día internacional de las mujeres, daba comienzo la Revolución rusa. Las obreras de las fábricas textiles de Petrogrado salieron a la huelga y agitaron en las fábricas vecinas: “¡Abajo la guerra!”, “¡Pan para los obreros!”. Poco después se vivó una inmensa huelga general, que terminó con el Imperio de los Zares. Los censos de 1897-1914 muestran que había 20 millones de mujeres trabajadoras en el Imperio ruso. Cerca de la mitad estaban ocupadas en tareas domésticas, mientras un quinto eran obreras industriales. Hacia 1917, la cifra de trabajadoras industriales alcanzó 7,5 millones....
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  • Eddy Sánchez

    Profesor de Ciencias Políticas de la UCM y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

    En la última década se ha sucedido un ciclo de movilizaciones de carácter global, fruto de un contexto de indignación social consecuencia de la crisis, contexto en el que surge de nuevo el debate de las nuevas formas de comunismo hoy. Para el historiador Juan Andrade, el debate del comunismo en la actualidad se diferencia respecto al de décadas anteriores, en el hecho que se desarrolla sobre todo en el campo de la Filosofía y los estudios culturales, más que en el de las ciencias sociales. En España, dicho debate es conocido por la publicación del libro colectivo editado por el...
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  • Gabriel Flores

    Economista

    El colapso de los sistemas de tipo soviético existentes en Europa central y oriental conformó un inédito acontecimiento revolucionario que se llevó por delante con extraordinaria rapidez el viejo orden administrativo. Entre 1989 y 1991 se desbarató un bloque de países que tenía sus señas de identidad enraizadas en la Revolución de Octubre que estaba en su origen. La disolución formal de la URSS en diciembre de 1991 fue el acto final, el resultado del evidente agotamiento histórico de un movimiento revolucionario a escala mundial que se fundó y tomó impulso en la insurrección bolchevique de octubre de 1917. Comienzo...
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  • Marina Albiol

    Diputada en el Parlamento Europeo y responsable de relaciones internacionales de Izquierda Unida

    ​Revolución es una palabra que escuchamos muchas veces, pero que adquiere su significado más profundo y esperanzador para las clases y los pueblos oprimidos cuando nos referimos a la Rusia del 17. No encuentro mejores ejemplos que la Revolución Francesa de 1789 y el alzamiento bolchevique para demostrar que, lejos de ser un sueño irrealizable, podemos cambiar el mundo desde sus cimientos para que los que hoy no son nada, lleguen a serlo todo. Por eso, cien años después, las clases dominantes de todo el planeta se unen para mentir y arrojar confusión sobre aquellos acontecimientos y, también por eso,...
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  • Antonio Rubira León

    Como señala el Profesor Fontana, el centenario de la Revolución Rusa de octubre de 1917, debe servir para “sacar lecciones útiles para un presente de desconcierto e incertidumbre”. Yo añadiría, además, para comprender mejor las derrotas revolucionarias desde entonces. Aunque la lucha de clases se expresa siempre de forma concreta y todas las revoluciones bajo el capitalismo industrial son distintas, todas tienen fundamentos políticos similares. No todas las situaciones revolucionarias terminan en revolución, de la misma manera que no toda revolución culmina en victoria. De hecho, la mayor parte de las revoluciones del siglo XX han sido derrotadas. La excepcionalidad...
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  • Javier Segura

    Profesor de Historia

    Cuando a mediados del siglo XIX los jóvenes revolucionarios Karl Marx y Friedrich Engels iniciaron su obra, orientaron su trabajo hacia la resolución de un “enigma histórico”, el planteado por la continuidad en el tiempo de las desigualdades entre minorías acaudaladas y mayorías empobrecidas, al tiempo que la creciente productividad del trabajo humano permite erradicarlas. Para ello, partieron de una cuestión clave: ¿De qué manera debería reorganizarse el mundo para construir un nuevo orden basado en la justicia? ¿Quién debería ser el agente impulsor de esta transformación? La respuesta estableció los fundamentos del marxismo: que sintetizo a continuación: 1) Todo...
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  • José Antonio Errejón

    Licenciado en Ciencias Políticas y Economista

    El centenario de la Revolución de Octubre y el balance de este siglo de historia en buena medida determinada por ella nos colocan ante lo que, creo, es la cuestión más importante, saber si y en qué medida Octubre sigue operando como el gran foco de aliento y esperanza para millones de personas que en diversas zonas del mundo sufren la injusticia y la opresión y aspiran a una vida distinta. Hace casi treinta años que vinieron abajo con una imprevista facilidad la mayor parte de los regímenes políticos que se declaraban herederos del Octubre del 17 y los que...
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  • Cesar Roa

    La mirada del triunfador no suele conducir a una comprensión más cabal de la historia. Para quien se encuentra poseído por la creencia de que los individuos, clases sociales o naciones más merecedores del éxito han ganado la partida, el pasado aparece exclusivamente como el escenario en el que los vencedores van perfilándose y derrotando progresivamente a sus rivales hasta la apoteosis final del presente. La historia queda degradada al relato de la marcha victoriosa de las actuales clases dominantes sobre los obstáculos que ocasionalmente han intentado frenarla. Dentro de esta perspectiva, las revoluciones sociales que una vez...
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  • José Luis Zárraga

    Sociólogo

    Fontana abre un abanico muy amplio de temas sobre la revolución rusa y el desarrollo de la sociedad soviética. En este centenario tendremos ocasiones para discutir todos esos temas, que no son cuestiones históricas que se agotan en sí mismas sino punto de partida fundamental para reflexionar y debatir sobre la construcción del socialismo. Pero para empezar, sería bueno fijar la atención en el acontecimiento que ahora se conmemora: la revolución soviética de octubre de 1917 y su desarrollo inicial en los años críticos de 1917 a 1923, el periodo que va desde la toma del poder hasta la...
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